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Jungkook se encontraba frente a su espejo para su primera cita. Había acordado con el tipo en cuestión, reunirse en el bar Lips a eso de las siete de la tarde, ese viernes.

El tipo de nombre Kim Jong In, era un hablador de lo más dulce, habían intercambiado número y Jungkook vivía recibiendo un "buenos días" y "buenas noches" entre mensajes de todo tipo. Habían hablado por aproximadamente dos semanas. Dos semanas en las que Jungkook, se había negado de aparecer en el bar de SeokJin y que nadie supiera que lo tenía agendado desde la primerísima vez que le había brindado su tarjeta en la cafetería del barrio o lo negaría a muerte.

Pero no le mandaría nada, él simplemente se arreglaría y aparecería en el bar listo para disfrutar de su cita y demostrarle a SeokJin que el romance, no estaba muerto y que había hombres decentes. Y es que carajo, él era uno y por su ojo, al juzgar las conversaciones con Jong In, él también lo era.

Ahora se dirigía a paso lento hacia el lugar que lograba acelerar su pulso y sentir su piel caliente. Bueno, no era el lugar en sí, sino quien trabajaba allí, pero Jungkook lo negaría y se lo llevaría a su tumba. Condenando estaba si consideraba a SeokJin como algo más que el simple tipo con el que discutía y jamás estaban de acuerdo. Solo era el barman del maldito bar. El culo engreído que lo había llevado a casa hacía dos semanas y no le había tocado un pelo de más que, su Kook ebrio, no hubiese querido y es que, hasta ese Kook quería más y no se le había dado.

SeokJin no se había aprovechado.

Jungkook apretaba sus ojos y se dirigía con calma, intentando borrar toda ansiedad y por sobre todas las cosas, ya se había jodidamente rendido a intentar recordar algo de aquella noche íntima con SeokJin. Él quería rememorar, recordar algo, lo que fuera, pero no había podido. Estaba tan malditamente ebrio que los besos, caricias y palabras que había compartido con el castaño estaban en el olvido y en la memoria de Jin.

Exhalando el aire, miraba su reloj y faltaba media hora para su cita así que, se adentraba al lugar que ya tenía bastante gente dentro, pero la barra estaba vacía y detrás de ella, estaba Kim Seokjin, con un pantalón y chaleco a juego de color negro, más una camisa de color blanco debajo. La camisa era manga larga, pero la llevaba arremangada por los codos.

Su pelo negro estaba peinado hacia un lado, el diminuto chaleco marcaba su cintura y acentuaba sus anchos hombros. La camisa dejaba ver ese toque de rebeldía y algo desaliñado de los tatuajes de sus brazos y luego sus caderas anchas y piernas largas... SeokJin, había llevado dos tragos a una mesa y al dejarlos, veía a Jungkook parado sobre la entrada del bar.

«Joder...» el pensamiento era mutuo.

Jungkook llevaba su cabello a dos aguas, ondulado, cada vez más largo. Sus aretes colgaban de sus bonitas orejas, a los de su rostro y le daban un toque precioso. Su camisa negra estaba dentro de su ajustado denim color azul, y su cintura era algo que SeokJin había tomado y rememorado varias noches esas dos semanas. Sabía que sus pupilas seguramente se dilataban al ver al pelinegro.

Eso se debía a que le gustaba.

Pero su rostro estaba inmutable, con una sonrisa amable en dirección al chico,  éste otro se tensaba apenas lo veía llegar a donde él estaba.

—Hola, Yeobo... Estás de infarto —halagaba—. ¿Vienes por lo que creo que vienes?

—Es Jungkook —corregía el menor entre dientes, con sus manos tras su espalda—. Y sip, teníamos un trato —afirmaba, relamiendo sus rosados y brillosos labios.

Los ojos de Jin caían medio segundo en ellos y el corazón de Jungkook se detenía o se aceleraba, no estaba seguro, pero que le faltaba el aire, le faltaba. Carraspeando su garganta, llevaba un mechón de cabello detrás de su oreja y exclamaba—: ¿Hay forma de que pueda guardarle el lugar mientras estoy en la barra?

SeokJin fingía una bonita sonrisa—. Seguro, sígueme y toma tu lugar —mencionaba, poniéndose en marcha y recibiendo una mirada hambrienta de Jungkook.

SeokJin no lo había visto, pero Daehyun, quien yacía preparando un trago, si lo había visto. Ella veía todo.

Jungkook tomaba asiento y saludaba a la bonita rubia, veía como SeokJin se agachaba y levantarse tenía un cartel de "reservado" que brindaba a Jungkook con otra sonrisa de psicópata.

—Dios ¿Por qué sonríes así? —soltaba el pelinegro—. Pareces el guasón.

SeokJin fingía sentirse ofendido—. Solo creo que será una noche divertida.

Jungkook resoplaba, sacando su teléfono del bolsillo trasero de su denim—. No me uses como chiste para tu diversión —setenciaba.

SeokJin carcajeaba—. Tranquilo ¿tu cita ya viene?

—De hecho... —respondía, viendo su teléfono—. Sip, ya está a solo unas cuadras —musitaba, mientras se erguía sobre la silla y buscaba mirar su reflejo en los espejos detrás de Jin.

—Te ves bien, Yeobo —susurraba el barman.

Jungkook pasaba el nudo en su garganta y lo miraba con su frente en alto, intentando disimular que su pulso se aceleraba como si fuera un adolescente hormonal. SeokJin, sonreía.

—Por favor, olvida ese sobrenombre —susurraba.

—Pero tú empezaste —mencionaba SeokJin, su voz era tan coqueta que irritaba al pelinegro.

Lo irritaba y algo más...

— ¿Jeon Jungkook? —sonaba una voz dulce.

Jungkook y Seokjin miraban hacia donde venía la voz y Jungkook sonreía mientras que SeokJin juzgaba de arriba abajo y de izquierda a derecha al tipo del cabello marrón y mirada gatuna.

—Kim Jong In —respondía el pelinegro, poniéndose de pie para recibir al chico en cuestión, extendiéndole su mano, muy cortez.

El chico le sonreía, tomaba su mano, pero tiraba de Jungkook y besaba su mejilla.

—Aish... —Seokjin se giraba y apretaba sus ojos, mientras se dirigía a hacer algo, lo que sea.

Daehyun lo veía divertida y se acercaba con suma cautela mientras preparaba un trago.

— ¿Todo bien, jefe? —preguntaba, viendo a SeokJin y luego viendo a Jungkook, acomodarse en la barra con alguien más—. ¿Quieres que atienda a Jungkook y a su amigo?

—No ¿por qué harías eso?

—Porque te ves celoso —exclamaba la rubia, con total honestidad.

SeokJin resoplaba y reía sarcástico—. ¿Cuándo me has visto celoso a mi?

Daehyun encargaba una ceja—. Es exactamente por eso que te pregunto si quieres que yo los despache.

El castaño afilaba su mirada y le hacía una mueca—. No seas tan condescendiente conmigo.

Daehyun reía y una voz llamaba. El chico de nombre Jong In, estaba listo para pedir. SeokJin inhalaba, pintaba su mejor sonrisa y se giraba.

—Buenas tardes noches —comenzaba—. Bienvenidos a Lips ¿qué puedo prepararles?

—Unos amigos me hablaron muy bien de este lugar —halagaba el tipo y Seokjin alzaba sus cejas, fingiendo una sonrisa.

—Eso es genial ¿qué se te antoja? —repetía, había sonado solo un poquito desagradable y aquello había hecho que Jungkook lo mirara con una mirada de pura advertencia.

— ¿Qué nos recomiendas? —soltaba de repente el tipo—. Es nuestra primera cita, no queremos estar ebrios, pero creo que avispados para vencer la timidez estará bien ¿qué dices Kook?

«¿Kook?» pensaba SeokJin con sarcasmo.

—Si "Kook" —soltaba con ese tono mordaz—. ¿Qué dices? ¿Avispado pero no borracho?

Jungkook sonreía aparentando sus dientes, luego miraba la bonita sonrisa de su cita y asentía.

—Avispados, pero no borrachos ¿qué tienes para sorprendernos? —cuestionaba con tono seductor.

SeokJin dibujaba una sonrisa ladina y respondía—. Les preparé un "Dulce Melón-colía".

Jungkook entrecerraba sus ojos.

— ¿Melón-Colía? —cuestionaba, sintiendo la ironía en el tono del barman.

—Dulce Melón-Colía —corregía SeokJin—. Es muy frutal y continente 2 oz de ron y 1/2 oz de licor de banana —exclamaba, mirando a ambos y a Jungkook, principalmente.

—Hecho —respondía el sonriente chico al lado de Jungkook, este coincidía.

SeokJin asentía, apretando sus dientes, pero aún no se movía.

Jungkook y el tal Jong In esperaban, pero el pelinegro era ansioso, así que se inclinaba hacia adelante y tomaba el cartel que el barman llevaba en su chaleco con su nombre en él y exclamaba, nuevamente seductor:

—Kim SeokJin... Esperamos por el trago —susurraba, volviendo a su lugar.

Luego de eso, a SeokJin le había llevado más tiempo de lo esperado preparar dos tragos. Daehyun lo miraba a la distancia hasta que, no había podido resistir decirle que se apurara.

—Jin, la gente se está acumulando. Ya deja de estar pendiente de Jungkook —pedía a regañadientes.

El castaño había visto el lugar y nuevamente, daba gracias que se estuviera llenando. Así que, dejaba sus respectivos tragos frente al tal Jong In y un Jungkook muy sonriente. Un Jungkook que le recordaba al "Kook" ebrio y relajado que le sonreía muy bonito. Pero este estaba sobrio. SeokJin no diría jamás como su sangre había hervido y su estómago se volvía un nudo por eso.

—Que lo disfruten —exclamaba con toda su fuerza de voluntad.

Y la noche no había sido fácil en absoluto. Jungkook sonriendo y tocando al tipo junto a él, coqueteando y haciendole ojitos, era una maldita distracción.

—Estoy esperando ansiosa que se vayan o que te confieses —mencionaba Daehyun, tenían un pequeño descanso y habían llegado otros dos a ayudarlos, pero éstos tenían estrictamente prohibido por boca de Jin, atender a Jungkook y su cita.

— ¿Confesarme de qué? —daba una mordida a la manzana roja que tenía esa noche y Jungkook captaba el momento justo en el que la mordía. SeokJin sentía que sus orejas se prendían fuego.

Una lengua chasqueaba a su lado—. La tensión sexual entre ustedes es sofocante, Dios. A ver quién decide dejar de jugar primero —mencionaba Daehyun, divertida.

SeokJin giraba su rostro—. Te dije que no paso nada la otra noche

—Y no te creo nada, carajo —exclamaba la rubia—. Seguro que si se lo cuentas a tu socio estaría sorprendido de verte así de nuevo

—De nuevo mis bolas, estás equivocada. Solo estoy prestando atención porque está con un imbécil que seguro le está mintiendo para hacerle creer que es decente y no lo es —afirmaba, dando otra mordida.

Daehyun giraba y los veía, de inmediato Jungkook desviaba la vista de los dos y volvía a concentrarse en su cita.

—Yo lo veo decente —mencionaba la rubia.

SeokJin resoplaba—. Tú no tienes ojo para reconocer a un cretino cuando lo tienes cerca

—Woah ¿tan seria es la cosa? —se burlaba.

Justo en ese entonces el chico se levantaba por primera vez para ir al baño y Seokjin se ponía alerta—. Mi momento, ya verás que no me equivoco —aseguraba, con manzana en mano, dirigiéndose a Jungkook.

El pelinegro estaba muy sonriente, de hecho una sonrisa del tipo culo engreído en dirección a SeokJin.

— ¿Qué tal eso? —cuestionaba el barman, apoyando sus codos en la barra.

—Él es perfecto Jin, no conseguirás hacerme pensar lo contrario —afirmaba seguro—. Hace dos semanas que hablamos y es genial. Es atento, amable y muy dulce. Me contó unas historias con su madre y me invitó a su casa para estar más cómodos y creo que podría aceptar —afirmaba.

SeokJin apretaba sus dientes y miraba en dirección a los baños, por donde el tal Jong In se había ido.

— ¿Tantos detalles te dió? —cuestionaba.

—Me contó sobre una lista de deseos de cosas que su madre quiso hacer de joven y no pudo, pero él la ayudó

—Y deduzco que es hijo de madre soltera —mencionaba SeokJin.

Jungkook levantaba su rostro—. Es algo que tenemos en común —exclamaba.

—Claro, claro... ¿Y cómo se llama su madre? —cuestionaba SeokJin—. Si te dio muchos detalles, seguro te dió su nombre

— ¿Y qué con eso? —replicaba Jungkook.

— ¿Cuál era su nombre? —insistía SeokJin sonriente.

—Seul-Ara —respondía Jungkook, de forma antipática.

—Genial, vuelve a hablarle de ella —mencionaba.

—Ya pasamos ese tema —exclamaba.

—Se lo preguntas de nuevo, dije —afirmaba mandón—. Te darás cuenta solo si estoy en lo correcto y si no, usa protección a la hora de follar.

Jungkook sentía una corriente eléctrica en la parte posterior de su nuca.

—De acuerdo —sentenciaba, viendo cómo SeokJin sonreía y se dirigía a atender a alguien más.

Cuando el otro tipo volvía, el castaño se mantenía cerca. Jungkook relamia sus labios y lo veía sonreír.

— ¿Qué dices? —mencionaba el tal Jong In—. ¿Películas en casa?

Jungkook dibujaba una sonrisa—. Genial, camino allí, me encantaría escuchar más de esas historias con tu madre. S-... Ay, se me olvidó su nombre ¿cómo era?

El chico bebía un sorbo de su tercer trago y exclamaba—. Seul-Min —afirmaba—. Su nombre es Seul-Min ¿nos vamos?  Te contaré lo que me pidas en casa —atinaba a tomar a Jungkook de la cintura e ir por un beso, seguro de sí mismo.

Pero la gran mano de Jungkook se posaba en todo el rostro del otro y lo empujaba, bastante visible para los ojos que estaban chismoseando, inclusive SeokJin.

—Me dijiste que se llamaba Seul-Ara toda la maldita noche —empujaba sin ganas el rostro del otro—. Sal de mi vista

— ¿Seguro? Yo creo que fue Seul-Min, ese-ese es su nombre —mencionaba, a sabiendas de que había metido la pata con su gran teatro.

—Ya, sal... —soltaba Jungkook sin ganas.

—Oh, vamos hombre. Me coqueteaste toda la maldita noche y me tiene con la polla dura. Salgamos de este maldito lugar de una vez

—Mi bar no es ningún "maldito lugar" —sonaba la voz de SeokJin detrás del tipo.

«¿En qué momento se movió fuera de la barra?» pensaba Jungkook.

—Por favor, sal de este lugar sin hacer escándalos —exclamaba, poniendo sus manos sobre los hombros del otro tipo, luego mostraba un ticket—. Y me pagas todo lo que te bebiste antes de salir.

Luego de eso, Jungkook no podía ni ver a SeokJin a la cara, solo se encargaba de beber lo último de su trago mientras SeokJin estaba parado frente a él.

—Ya, puedes burlarte —exclamaba sin ganas.

— ¿Qué te hace creer que quiero burlarme? —mencionaba SeokJin.

Jungkook alzaba la mirada y—. Ni se te ocurra decirme "te lo di-..."

—Bueno, te lo dije —afirmaba de inmediato.

Jungkook dejaba caer sus hombros—. Dime qué te debo y me iré dormir

— ¿Por qué no te quedas y te diviertes un poco? —preguntaba SeokJin—. Hay muchos ojos sobre tí

— ¿Incluyendo los tuyos? —mencionaba el pelinegro.

— ¿Qué? —Seokjin se sentía que lo había tomado por sorpresa.

—Olvídalo, dime cuánto debo

—Nada, la casa invita —exclamaba el castaño.

—Pedí como tres, cuatro tragos, Jin

—Y dije que le casa invita —insistía, inclinándose hacia Jungkook—. Quédate.

Jungkook pasaba el nudo en su garganta y relamiendo sus labios se apoyaba sobre el fierro de la silla y se acercaba a SeokJin para darle un beso en la mejilla y luego se ponía frente a él, muy cerca con un leve roce de la punta de su nariz.

—Me iré antes de ponerme más ebrio y querer llevarte a la cama —susurraba, luego apretaba sus ojos—. Olvida lo que dije, ya estoy ebrio. Adios.

Jungkook se bajaba de la banqueta y antes de irse, sentía la mano de SeokJin tomar su muñeca.

—Inténtalo otra vez, un par más. Solo fue el primero —mencionaba SeokJin, intentando darle ánimos.

Hasta él estaba empezando a creer que Jungkook merecía lo que buscaba. El pelinegro se giraba y sonreía.

—Hasta cerrarte la boca, seguiré buscando —añadía, con una sonrisa más adorable que engreída.

Una cuarta cita había salido mal, Jungkook quería gritar de la frustración, era viernes a la tarde casi noche y se encontraba decentemente vestido, con su laptop en el bar Lips, consumiendo su wifi sin contraseña antes de que aquel lugar se alocara.

SeokJin había tenido razón de nuevo con simples preguntas que debía de hacer al tipo en cuestión o simples palabras que lograba escuchar que le decían a Jungkook y sabía que estaba frente a un maldito Playboy. Y es que tenía un imán para esos imbéciles, al parecer.

Jungkook iba por su segunda bebida con vodka.

— ¿Cómo mierda lo haces? —cuestionaba, mirando sin ganas su laptop.

—Los cretinos nos reconocemos cuando nos cruzamos —admitía divertido, secando unos vasos.

Jungkook reía y dejaba caer su cabeza mientras la apretaba con fuerzas.

— ¿Sabes con cuantos tipos he hablado todo este maldito mes y medio, casi dos? —soltaba asqueado—. Lo único que consigo es que te rías en mi cara

—Yo no me río en tu cara, solo quiero que puedas reconocerlos por tu cuenta y que por favor, dejes de esforzarte tanto...

— ¿Si no me esfuerzo cómo voy a encontrar a alguien?. Sabes, la vida en pareja no es tan mala ¿por qué te niegas al romance? —preguntaba Jungkook, genuinamente interesado.

SeokJin lo miraba—. Si estás aburrido, no te entretengas conmigo. No creo en el romance, eso es todo, pero me divierto mucho —guiñaba un ojo.

Jungkook resoplaba y veía como SeokJin se dirigía a atender a otros. Estaba en otro sitio de citas, cambiando muchas cosas de su propio perfil, cuando un grupo de gente ruidosa entraba llamando la atención de varios.

Un chico de pelo negro alto y atractivo, entraba con una boa de colores en su cuello y una corona en su cabeza. Cuando Jungkook lo reconocía se quedaba petrificado.

— ¿Jeon Jungkook? —llamaba el chico en cuestión, acercándose de inmediato. Jungkook le sonreía incómodamente—. ¡Oh, por dios! ¡Si eres tú!

Jungkook sonreía al resto y reconocía algún que otros rostros de la preparatoria, con el chillón protagonista en cuestión.

—Yugyeom, tanto tiempo —exclamaba. Bajando de su banqueta y saludando al chico.

— ¿Qué haces aquí? ¡Qué loca coincidencia! —gritaba ruidoso el otro chico de pelo negro azabache.

—Estoy... Haciendo trabajo y bebiendo pacíficamente —mentía.

—Me enteré que llevas a cabo el spa de tu madre ¿es cierto?

¿Cómo diablos lo sabía? Jungkook no tenía idea.

—Si, yo lo manejo

— ¡Eso es genial! ¡Debo ir! Hablan maravillas de ese lugar ¡Felicidades! —halagaba y Jungkook sonreía sincero.

—Muchas gracias —añadía—. ¿Estás de cumpleaños? —preguntaba incómodo.

El chico reía a carcajadas—. En absoluto ¡Voy a casarme en unas semanas!

Y los gritos de sus acompañantes llamaban la atención de muchos, otra vez. Incluyendo la de SeokJin. Y Jungkook no quería hacer la pregunta, pero al notar que su ex compañero estaba esperando una reacción de él, por supuesto preguntaba:

— ¿Quién es el afortunado?

— ¡Bam-ie! ¿Quién más? —respondía como si fuera tan obvio.

Y ese "Bam-ie" era el otro compañero de la preparatoria. Ellos junto a Min Gyu y Jungkook eran algo así como cercanos, todos sabían que se gustaban y se habían despedido de la vida adolescente y la preparatoria juntos y en pareja.

—Que locura. Vi a Min Gyu have unas semanas atrás —soltaba el azabache y Jungkook sentía un sabor agrio en su paladar cuando tragaba saliva—, me dijo que ya no están juntos —fingía tristeza. Pero luego se recomponia y miraba hacia atrás a su grupo de amigos—. Jungkook y su ex, Min Gyu, eran populares inclusive antes de admitir que estaban oficialmente saliendo. Eran como las estrellas de la preparatoria, todo el mundo apostaba a que terminarían casados.

SeokJin notaba como Jungkook parecía encogerse en su lugar y sentirse completamente vulnerable e incómodo.

—Si bueno... —Jungkook balbuceaba.

—Ahora Min Gyu está comprometido con alguien más —soltaba la bomba—. ¿Se separaron hace mucho? —insistía en preguntar.

Jungkook ya no estaba funcionando. Ellos habían terminado hacía unos nueve  casi diez meses ¿y el hijo de perra ya estaba comprometido?.

Una mano fuerte se cernía en la cintura de Jungkook que, parecía no escuchar nada más a su alrededor, pero sentía el perfume de SeokJin a su lado. Cuando alzaba la vista lo veía sonreírle. Jin llevaba el cabello hacia un lado y esa tarde noche de viernes, vestía una camiseta rosa pálido con las mangas arremangadas por los codos.

Jungkook siempre pensaba que era para presumir sus tatuajes.

—Yeobo... —soltaba frente a todos los presentes que repetían ¿"Yeobo"? ¿Le llamo Yeobo?. Jungkook lo miraba aturdido y sentía los dedos de SeokJin en su mentón.

Lo siguiente a eso fue sentir los labios carnosos de SeokJin tomar los suyos y comenzar a besarlo suavemente. Una leve mordida en su labio inferior le ordenaba abrir más su boca y Jungkook lo hacía. Junto con eso cerraba sus ojos, inclinaba su cabeza y enmarañaba parte de la camiseta de SeokJin en sus manos y se fundía un beso intenso. Su lengua salía de inmediato a encontrarse con la de SeokJin y comenzar una danza perfecta en la que estaban degustando la boca del otro con auténticas ganas que estaban subiendo la temperatura de Jungkook y también de un SeokJin que lo apretaba fuertemente de la cintura y con su otra mano tomaba decidido su nuca, para besarlo más fuerte, robándole un gemido involuntario.

El beso había nublado todos los sentidos de Jungkook, excepto la sangre que corría a su zona sur y lo sensible que estaban sus labios, al ser dulcemente maltratados. Y su cuerpo estaba ardiendo con las manos de SeokJin alrededor de su cintura.

Las voces sorprendidas eran un eco que Jungkook ignoraba, solo estaba concentrado en desvivirse por ese momento. SeokJin no se sentía tan diferente, de hecho el beso lo había comenzado él, muy seguro de sí mismo, pero hora se sentía perdido cuando su mirada enfocaba como Jungkook lo besaba de ojos cerrados, totalmente entregado y para nada ebrio.

Este que lo besaba no era el "Kook" desinhibido, era Jungkook, el eterno empedernido enamorado del amor. Era Jungkook en sus cinco sentidos o fuera de todos ellos, dejándose besar y besándolo. SeokJin no quería cerrar los ojos o aquel beso no tendría un maldito fin. Así que ralentizaba su forma de besarlo y se alejaba lentamente, notando las orbes negras y brillosas de Jungkook a punto de salirse de sus cuencas.

Este tenía sus pupilas dilatadas y sus labios rojos un poco hinchados. Y sus manos aún sostenían fuerte su camiseta.

— ¿Quién es este hombre tan atractivo que acaba de comerte la boca? —soltaba Yugyeom sorprendido.

Jungkook reaccionaba, soltaba a SeokJin y aún notaba que lo tenía de la cintura. Pero sus palabras no salían.

—Soy Kim Seokjin, el prometido de Jungkook —se presentaba.

Yugyeom, quien hasta hacía unos segundos atrás estaba listo para atacar a Jeon—debido a la envidia que le tenía de adolescentes—ahora se quedaba boquiabierto.

— ¿Tú también vas a... Casarte? —soltaba, no tan chisporroteante como minutos atrás.

—Estuvo a esto de decir que no, pero nos enamoramos a primera vista —mencionaba SeokJin.

— ¿Y cómo se conocieron? —cuestionaba el otro curioso.

SeokJin apretaba a Jungkook contra su cuerpo y llevaba su mano a la mejilla del chico que tenía estas prendidas fuego por muchas razones.

—En una cafetería —mencionaba SeokJin—. Lo vi rechazar a un tipo de forma muy peculiar y simplemente me enamoré de él y su apatía.

Jungkook pasaba el nudo en su garganta.

—Woah, suena... Salido de una película —soltaba una chica del grupo de Yugyeom y recibía una mala mirada de parte de este.

—Podría invitarlos a mi boda, invite a Min Gyu —mencionaba con un deje de veneno.

Jungkook finalmente reaccionaba.

—Lo siento ¿cuando sería la boda? —preguntaba relajado.

—Con exactitud en tres semanas ¿vendrán?

— ¿Y desde ahora estás festejando? —preguntana SeokJin.

—Cada viernes de las siguientes semanas, Yugyeom es un poco extra — mencionaba uno del grupo.

Yugyeom reía—. Sera genial, te enviaré una invitación.

—Tendremos nuestros propios planes —afirmaba el castaño—. Pero gracias y felicitaciones, por cierto. Ah, tenemos una mesa libre en el fondo

— ¿Este bar es de tu prometido? —preguntaba  Yugyeom con su mandíbula por el suelo.

—Mío y de un amigo —presumía SeokJin—. ¡Liz! —llamaba a una de las camareras—. Lleva al amigo de Kook a la mesa del fondo. Qué se diviertan.

La camarera comenzaba a llevar a los presentes a su lugar mientras que Jungkook se despedía en babea de su ex compañero. Luego se alejaba de SeokJin y tocaba sus labios, sorprendido. Quería fregarselos y limpiarlos, pero simplemente no podía.

—No era necesario que lo hicieras, pero muchas-muchas gracias —exclamaba, tomando su laptop rápidamente y huyendo de la vista de SeokJin.

El castaño se quedaba en su lugar, sorprendido de ver a Jungkook salir corriendo. Podría decirse que lo que le siguió a esa noche fue la conciencia ruidosa de SeokJin que, le pedía a gritos disculparse, pero el trabajo se lo había impedido. Por lo que a la mañana siguiente, lo primero que había decidido hacer era visitar a Jungkook con unas donas y café de la cafeteria en la que se habían conocido.

Lo malo era que SeokJin había llevado a Jungkook allí hacía ya un buen tiempo y no recordaba cuál era su apartamento, por lo que pensaba en esperar a que alguien entrara y lo dejara subir hasta el piso en cuestión. Era lo único que recordaba.

—Aish ¿por qué tengo tanta mala memoria? —murmuraba.

— ¿Jin? —sonaba la voz de Jungkook tras él, bastante sorprendido cuando el barman se giraba a verlo—. ¿Qué haces aquí?

—Hey... Umm- yo venía a traerte el desayuno —exclamaba con naturalidad—. Pero no recordaba tu apartamento, solo el piso.

Jungkook torcía su cabeza y sonreía inevitablemente—. ¿Eso es para mi? —señalaba las manos de SeokJin.

—Sip, pero veo que fuiste por tu propio café —exclamaba desganado.

—Doble ración de cafeína y donas, no puedo rechazar eso —respondía y se encargaba de abrir la puerta.

Cuando estaban finalmente dentro, SeokJin sentía que los recuerdos de Jungkook y él lo atosigaban. Y a pesar de que Jungkook no recordaba nada de esa noche, de igual forma se ponía colorado. Controlandose a sí mismo, invitaba a SeokJin a tomar asiento.

—No sé porque lo haces, pero gracias —mencionana Jungkook, tomando una dona y dándole una mordida.

—Anoche saliste corriendo y sentí que debía disculparme contigo. No estuvo bien que te besara... Así como si nada —mencionaba, aclarando su garganta.
 
Jungkook rascaba su nuca—. Dije que estaba bien. Seguro y oíste todo ¿no?

Jungkook se notaba incómodo y Seokjin no quería eso.

—Tu ex es un imbécil —mencionaba el castaño—. ¿Y el tonto de anoche era amigo tuyo?

Jungkook reía incómodo—. No exactamente... —suspiraba cansado—. No entiendo como lo haces ¿cuál es el secreto?

—No hay secreto —soltaba SeokJin—. Solo me doy mis gustos y no repito —mencionaba.

— ¿No te has...? —Jungkook tragaba sus palabras.

— ¿Enamorado? —continuaba SeokJin, luego negaba con su cabeza—. Nop.

Justo en ese entonces, el teléfono del castaño que, había sido dejado sobre la mesa de Jungkook sonaba y la pantalla dejaba ver el nombre de  "HyunJin" sobre esta.

Jungkook alzaba sus cejas e inevitablemente soltaba un—. Eres un mentiroso —señalaba con sus cejas el teléfono.

SeokJin miraba y cortaba la llamada—. ¿Por qué dices eso?

—Ese tal HyunJin te ha llamado la vez que tú y yo... —apretaba sus labios y el teléfono de SeokJin volvía a sonar, HyunJin nuevamente—. ¿Acaso le rompiste el corazón o es el único con el que repites?

SeokJin tomaba el teléfono y lo miraba de forma fija. No era sensual, pero a Jungkook le calentaba la sangre.

—No digas cosas fuera de lugar, Yeobo —Seokjin atendía el llamado y se ponía de pie—. Debo atender esto.

Jungkook lo veía alejarse y apretaba sus dientes. Ese nombre había sido el mismo que cuando se había despertado con SeokJin en su habitación semanas atrás.

— ¿Quien diablos es HyunJin? —murmuraba—. Y que mierda me importa —soltaba luego, presionando su sien.

SeokJin volvía y tomaba las llaves de su auto de la mesa de Jungkook. Al parecer la visita estaba terminando y eso al pelinegro lo hacía sentirse decepcionado. Quería un poquito más de aquella charla con SeokJin.

—De acuerdo, está bien —decía SeokJin—. Estaré ahí en media hora.

Cortaba el llamado y Jungkook se ponía de pie.

—Así que te llama y te vas...

SeokJin sonreía dulcemente—. ¿Tienes algo que hacer hoy, Yeobo?

Jungkook fruncía su ceño—. No tengo nada ¿por qué?

— Creo que tengo la solución, hagamos una salida al parque —soltaba el castaño a cambio—. Vamos.

Jungkook fruncía su ceño y quería hacer más preguntas, pero a cambio de eso, tomaba su billetera, teléfono y seguía a SeokJin. Es que la forma en que la había mandado la obligaba a obedecer y la curiosidad le carcomía. Así que al entrar al auto de SeokJin con su ceño aún fruncido, se abrochaba el cinturón y lo miraba fijo, esperando una explicación.

— ¿A qué parque vamos y por qué? —cuestionaba.

—Necesitas relajarte —mencionaba SeokJin.

—No voy a hacer un trio contigo y el tal HyunJin

—Woah, por favor deja de hablar así —mencionaba el castaño divertido con el auto en marcha.

Jungkook fruncía su ceño y no decía más nada, pero quedarse callado no era lo suyo, por lo que luego de varios minutos en el auto volvía a abrir su bocaza.

—Jin si esto será una especie de cita doble o no sé qué diablos planeas, por favor detente —exclamaba.

— ¿Cita doble? —repetía SeokJin.

—O cita a ciegas, no lo sé. No sé que planeas, pero por favor... Sé que soy un insoportable que busca romance, pero las citas a ciegas planeadas por terceros no es lo mío —continuaba.

SeokJin reía y se detenía frente a una torre—. Ya vuelvo.

—Jin, SeokJin... —llamaba en vano, pero el castaño se metía en el edificio dejándolo unos minutos allí.

Jungkook salía del auto y se apoyaba sobre este, sacaba su teléfono y buscaba el contacto de SeokJin para finalmente, luego de un par de meses de tenerlo agendado, darle el primer llamado telefónico, pero solo terminaba ignorado yendo al buzón de voz, así que volvía a intentar, pero tenía el mismo resultado hasta que, resoplaba y veía a SeokJin saliendo del edificio con un niño que probablemente no pasaba los diez años y que parecía su viva imagen solo que en versión aniñada.

Jungkook parpadeaba reiteradas veces cuando notaba que llevaba al niño de la mano con una y en la otra una mochila infantil de Superman. Estaba intentando atar cabos, pero SeokJin sonriéndole al niño y viceversa, hacía que se viera mil millones de veces más atractivo y perdiera el hilo de sus propios pensamientos.

—Deduzco que la llamada perdida en mi teléfono eras tú ¿cierto? —mencionaba SeokJin. Pero Jungkook miraba entre él y el niño.

—Te fuiste sin decirme nada, te llamé —respondía.

—A-ppa... ¿quién es él? —preguntaba el niño de cabello negro.

— ¿A-ppa?... ¿Te dijo-... Tú eres?

—Él es Jungkook, es mi amigo y saldremos con él al parque, te hablé de él en el ascensor —exclamaba SeokJin—. Preséntate, hijo

— ¿Hijo? —continuaba Jungkook, totalmente shockeado.

—Mucho gusto, mi nombre es Kim HyunJin —estiraba su mano para saludar a Jungkook y el pelinegro quedaba totalmente asombrado.

—Oh, Hyun-... HyunJin, tú eres HyunJin... —Jungkook estrechaba su manito—. Soy Jeon Jungkook —exclamaba, sonriendo dulcemente y recibiendo una sonrisa de puros dientes.

—Muy bien, que tiernos. Vamos atrás —ordenaba SeokJin al niño, abriendo la puerta de su auto y poniéndole el cinturón de seguridad.

Jungkook se sentía fatal por todas las indirectas directas que había tirado con respecto a "HyunJin" y se sentia tan estúpido, pero es que ¡¿quién hubiera imaginado que alguien como SeokJin tendría un hijo?!

El mayor cerraba la puerta y se acercaba sonriente al pelinegro que, apenas podía sostenerle la mirada.

— ¿Tienes un hijo? ¿Tú?

—Tienes talento para ser ofensivo con simples palabras —mencionana SeokJin.

—Lo siento, es que... Vamos hombre, mírate —soltaba y Seokjin se miraba a sí mismo—. No tienes...

—Lo sé, no parezco un papá... Pero lo soy. Ahora ¿quieres pasar un día relajado con los chicos Kim antes de volver a tus juegos de citas?

Jungkook reía, dulcemente y negaba, no pudiendo creer la caja de sorpresas que el castaño era.

—Si quiero y... Yo-

—Está bien —añadía SeokJin, poniendo su mano en la mejilla de Jungkook—. Sube al auto y ponte el cinturón, ya tengo un niño que cuidar, no seas el segundo

—Eres un idiota —soltaba Jungkook sonriente.

—Pero te caigo bien, Yeobo —susurraba seductor.

Jungkook mordía su labio inferior, quería decirle una vez más que dejara de llamarle así, pero a diferencia de eso, su mano reposaba unos segundos en el pecho de un SeokJin que le daba una mirada dulce y extraña. Jungkook lo miraba fijamente y cuando sus ojos se desviaban a los labios de SeokJin, se había dado cuenta que su pulgar acariciaba el pecho de este. Así que, suspiraba y se movía de inmediato para volver a entrar al auto.

Y Seokjin todavía sentía que su pecho picaba por la sensación de la mano de Jungkook recientemente apoyada allí. Cerraba sus ojos y suspiraba, no sabía porque había llevado a Jungkook y no estaba seguro si había sido una buena idea, pero quería que ese chico dejará de revolcarse en su miseria y no había planeado que HyunJin quisiera verlo, pero ahí estaban los tres y él se encargaría de distraer a Jungkook y entretener a HyunJin en partes iguales.

Finalmente llegué. Perdón, el capítulo salió largo y es que ¿YSDQN? es historia corta.

¿Les gusta cómo va su desarrollo?
Estaba muy ansiosa por hacer ESTE JIN PAPÁ y que lo descubrieran de una vez 😍

Por otro lado, me llegó a mis oídos que se han quejado diciendo que actualizo CUANDO SE ME DA LA GANA Y TARDO AÑOS. Bueno, comenzaré a aclarar al final de cada capítulo (porque al parecer no muchos lectores pasan por mi tablero) yo tengo SIETE HISTORIAS EN EMISIÓN. Ninguna abandonada, todas actualizadas POR ORDEN.

Hay una rueda que llevo:
EROTOFONOFILIA
ANATEMA
REMEMBER ME
HOLA, SOY VANTE
UPSIDA
ILLECEBRA
y por último este fic, que fue lanzado hace poco y sin embargo lo incluí a la rueda.

Asi que por favor, antes de hablar por hablar VAYAN AL PERFIL DE LOS ESCRITORES revisen sus BIOS y tableros porque en mi caso, voy informando que hago y dejó de hacer con toooodos mis fics para que no anden creyendo que están abandonados. Sino, que hay un orden y que tengo una vida, soy mamá, tengo responsabilidades, así que a todos los lectores les aconsejo visitar el perfil de sus escritores y checar sus tableros, el mío siempre es muy informativo, al igual que me bio.

Así que cierro otra rueda de actualización para volver a arrancar. Gracias por el apoyo y la paciencia y cuando tengan dudas, pasen por mi tablero, pregunten lo que deseen que yo siempre contesto.

Si ven errores avisen, se me cerraban los ojitos.

Con amor Niñita Nany 💜

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