Postres de Reflexión

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La primaria de Royal Woods, la puerta de la oficina del director se abre, dos chicos salen por la misma con seriedad en sus rostros, uno tiene un ojo hinchado y morado, y el otro con una nariz roja de averse limpiado la sangre; ambos caminan por el pasillo en dirección al salón del clases, ninguno quería hablar, quizás por no querer decir algo a un enemigo o por no tener nada de que hablar, hasta que el presumido rompe el hielo.

—oye Lincoln—

—¿uh?— le sorprende que se dirija a él con su nombre, y también que está muy tranquilo —¿qué?—

—fue un buen golpe— dijo con satisfacción al señalar su propia nariz.

—...— el peliblanco está confundido —¿qué quieres decir? ¿te estás burlando?—

—claro que no, te respeto Loud, sabes defender a tu chica—

—¿mi que...?— se ruboriza ante la afirmación.

—si, me retracto de lo que dije antes, al parecer si tienes valor, así que me retiro, te dejaré tranquilo con tu chica—

—¿enserio nos dejaras en paz?—

—por supuesto, pero eso sí, no bajes la guardia, que no soy el único que está detrás de Cookie—

—ya veo, gracias— el peliblanco no se siente bien con la idea de que hay más pretendientes que solo Chandler —pero ¿por qué me ayudas?—

—porque no eres tan perdedor como creí, podría decir que te tengo envidia, siempre me siento aburrido en la escuela, y nadie me espera en casa casi siempre; por eso me gusta provocar a los demás, los que me siguen son unos perros, en cambio tú tienes muchas cosas que yo no, y al final quién me diría que ese escuálido de cabello blanco me haría sangrar—

—no tenía idea de que pensaras en esas cosas, yo creí que tenías todo y por eso serías feliz—

—pues hoy me hiciste el día, Loud; y por cierto, lo que dije de tus hermanas, me retracto, no lo pienso realmente ¿qué dices, todo bien?— estira el puño hacia el peliblanco.

—todo bien— acepta el choque de puños y así todo termina... ¿o no?

—pero voy a fingir que somos enemigos, tengo una reputación que mantener—

—me parece bien—

Ambos llegan al salón de clase, al entrar son recibidos por las miradas de todos los presentes, aunque la maestra Di Martino se siente culpable, quizás hubiera podido evitar esto y reducir los roces entre ellos, al final hace que los dos se sienten y así regresar al estudio por donde se quedaron hasta que terminó la última hora de clase.

——————————

La campana suena, los alumnos y alumnas ya quieren irse a casa con entusiasmo, sin embargo, el chico de cabello blanco aún está sentado en su lugar, está nervioso ya que el director llamo a sus padres, si lo castigan es probable que no le permitan ir a la fiesta del sábado, y es lo que menos quiere ahora; la pequeña cocinera se acerca y le habla algo nerviosa.

—Lincoln— ella lo saca de sus pensamientos.

—oh... si Cookie—

—bueno, yo quería... digo... este... auch— al no poder decir ni una oración, Jordan le pega un codazo para que hable fluido —lo que quiero decir es que, gracias por quitarme a Chandler de encima, y lo siento que te hayan golpeado—

—emmm... de nada, Cookie— no puede verla a los ojos, se siente mal consigo mismo —aunque no me arrepiento de haberte ayudado, me siento mal por haber usado la violencia, perdón si te asusté—

—descuida, si me asustó un poco, pero también me impresionaste— se sonroja la niña.

—¿de verdad?— las mejillas del peliblanco se tiñen de rojo.

—si, fuiste muy valiente—

—gracias... y tu te veías muy ruda cuando gritas así—

Los amigos del chico Loud y Jordan observan como los dos tortolitos no pueden verse a los ojos, y se alarga un silencio incómodo hasta que Rusty decide hablar.

—bueno, si ya está resuelto eso, nosotros nos vamos a ver a Clyde en la enfermería ¿vienes con nosotros, Lincoln?—

—¿eh...? no, tengo que ver a mis hermanas, pásenle mis disculpas a Clyde—

—de acuerdo, vamos chicos— Rusty, Liam y Zack le desean suerte a su amigo y se retiran del aula.

—yo también me voy— dice la joven Rosato —le prometí a mi mamá que regresaría temprano para ayudarla, así que nos vemos Cookie, y suerte Lincoln—

Los dos se despiden de su amiga, y pronto se dan cuenta de que el silencio incómodo volvió; ambos deciden salir al pasillo y dirigirse a sus casilleros; momento donde la niña lanza una pregunta para romper el hielo.

—¿quieres unas galletas?—

—¡eh! claro que si— no lo duda ni un segundo, incluso se le generó una gran cantidad de saliva con solo oír la palabra "galleta".

—ten, son las últimas que me quedan— contenta se las pasa al peliblanco, sin embargo, pronto nota una cara de decepción y se da cuenta de que pasa —lo siento, esas galletas las compré, no se lo digas a mi mamá ¿de acuerdo?—

—ya veo, y tranquila, no diré nada— decide comer una de un mordisco, ya que no son muy grandes —saben bien, es que me ilusione al pensar que las preparaste tu, Cookie; la verdad, se me quedaron las ganas de probar otra vez esas galletas que le diste a Cristina—

—¿enserio?—

—si, estaba deliciosa, y sobre eso ¿de verdad ya no harás más galletas?—

—pues...— ella piensa bien que dirá y al final lo suelta con algo de pena —en ese momento lo dije porque aún me dolía el romper con mi ex, pero ahora, si te soy sincera, no tengo ganas de cocinar, nunca me pasó esto antes, es lo que más me gusta en el mundo y no quiero hacerlo, me aburro mucho en casa—

—te entiendo, aveces uno se aburre de hacer lo mismo, como cuando leo muchos comics hasta que no puedo más, pero hay una solución para eso—

—¿ah sí, cual es?—

—siempre tengo otros pasatiempos, además de los cómics, suelo ver series de ciencia ficción y fantasía, jugar videojuegos, y estar con mis hermanas hacen las cosas interesantes—

—¿y qué puedo hacer?— ella se cuestiona con dudas —soy hija única, cuando estoy sola suelo estudiar y practicar recetas en la cocina, a veces estoy junto a mis padres, pero es lo que no quiero hacer ahora—

—cocinar requiere de tener las manos ocupadas, paciencia y mucha atención a los detalles... ¿has pensado en hacer manualidades? yo aveces gasto un fin de semana entero para armar modelos de 300 piezas, entre otras de mis cosas favoritas—

—no, el pegamento y yo no combinamos, no me agrada ensuciarme las manos con algo que no pueda comer—

—mmmm en ese caso... ¡ya se!— el chico busca en su casillero y extrae algo que extiende hacia la cocinera —ten, te lo presto, para cuando no sepas que hacer y estés ansiosa—

—vaya...— ella mira el objeto, es una consola portátil, rara vez la vio usarlo, pero nunca mostró interés en ello, hasta ahora —no lo se Lincoln, nunca tuve algo así ¿y si lo rompo?—

—no hay problema, si lo tratas con el mismo cuidado que un utensilio de cocina, estará bien, solo tómalo—

—esta bien— ella lo recibe, pero aún no tiene idea de cómo funciona, sin embargo el peliblanco ya se adelanta a explicarle.

—lo sostienes así, con este botón de atrás lo enciendes, y dame un segundo...— el chico saca unos pequeños cartuchos e inserta uno en la ranura principal —este juego es perfecto para principiantes, es sencillo y fácil al comienzo, pero si te atascas puedes avisarme y con gusto te daré unos concejos—

—de acuerdo, gracias Lincoln; prometo que lo cuídare bien— aún no está cien por cien segura, pero quizás si indaga en los gustos del chico pueda acercarse más el; decide guardar el videojuego en su mochila.

—de nada, Cookie; solo no le digas a mis hermanas que te la preste y no le dirá a tu mamá de las galletas ¿trato?—

—es un trato—

Ambos están contentos, se miran por un par de segundos antes de desviar las miradas, entonces los dos se mueven en dirección a la salida, donde el chico de pelo blanco decide sacar un tema de conversación para evitar el silencio incómodo.

—oye Cookie—

—¿si Lincoln?—

—que opinarías, si un robot pudiera cocinar una receta igual que tu—

—¿un robot cocinero?— se lo piensa un momento —creo que me sentiría mal, para mí el placer máximo no es comer, es ver lo agradecidos que son las personas que prueban mi comida; si un robot las replicará me sentiría usurpada y menospreciada—

—guau... no creí que te lo tomarías tan enserio; entonces, sería mejor si no se hiciera el robot en primer lugar ¿verdad?—

—en un mundo ideal, si; pero estoy segura de que tarde o temprano alguien hará que una máquina pueda cocinar recetas a la perfección, aunque nunca superará lo que un verdadero chef pueda hacer—

—¿por qué lo crees?—

—porque un chef es un artista, si les dieras a diez de ellos los mismos ingredientes, lo más seguro harán diez platillos parecidos, pero cada uno le dará su toque personal, un algo que les caracteriza, en cambio una máquina no puede tomar esas decisiones, solo seguiran la receta que tiene programada—

—suena a que tienes razón, vaya que te tomas enserio la cocina—

—es como dice el lema de mi familia "preparado con imaginación, condimentado con amor y emplatado con nuestra alma" el robot podrá cocinar, pero nunca crear— termino de decir con gran confianza.

—guau...— se sorprende el chico por la seguridad de su amiga —yo no creo que un robot pueda hacer lo que tú, Cookie—

—gracias Lincoln— se sonroja, de verdad está feliz, se puso a pensar en su ex, llegando a la conclusión de que está mejor sin el, y la verdad no se acuerda que le vio de bueno en primer lugar; sin embargo le entra una duda —pero ¿por qué querías mi opinión sobre el tema?—

—es que mi hermana Lisa quiere hacer justamente eso, una máquina que pueda cocinar sin intervención humana, y me pidió ayuda para que le enseñé como hago mis galletas de siempre, para que luego lo haga su inventó—

—tiene sentido, si las puede hacer con esa máquina, galletas igual a las tuyas, entonces funciona—

—exactamente, y estaba dudando en aceptar, pero gracias a ti se que hacer—

—¿de verdad?—

—si, voy a participar en el invento de Lisa y le demostraré que comida es mejor—

—suerte con eso—

—gracias—

—es más, te daré un par de consejos que puedes usar—

—a ver...— el chico se agacha un poco para prestar su oído, ella habla bajo, sin que ambos se dieran cuanto de que están ya fuera de la escuela y hay público observándolos, siendo las hermanas menores de Loud's y los dos Price's —eso suena genial, lo pondré en práctica hoy mismo—

—luego me cuentas su reacción—

—por supuesto—

Los dos estaban contentos, pero se les quita cuando se dan cuenta de que los están viendo; ya sin más, la niña genio decide hablar en su tono habitual.

—me parece que nuestra hermana mayor se demora en venir, ya tendría que estar aquí vanzilla, una avería aún es difícil de predecir, pero lo que me llama poderosamente la atención es ese hematoma en la zona de tu glóbulo ocular izquierdo, hermano mayor—

—¿eh?... ah ya, te refieres a mi ojo, no se preocupen, estoy bien, solo me molesta un poco— parece que logró convencer a sus hermanas, pero aún se ven preocupadas, y la niña de olor fuerte habla.

—¿pero quién te hizo eso, Lincoln?—

—eso ya no importa, lo que quiero ahora es terminar el asunto que tenemos entre manos, Lana— el peliblanco saca de su mochila la gorra roja, dejando claro la situación —Lucy, Lisa, esperen aquí a vanzilla, enseguida volvemos, cualquier cosa digan que yo soy el culpable por la tardanza ¿captaron?—

La genio y la gótica afirman con la cabeza, las gemelas se encaminan a seguir a su hermano; por otro lado, Cristina también se suma para saber qué oculta Winston; y también junto a Cookie se dirigen a esa estructura abandonada detrás de la escuela.

—es por aquí— Lana señala la entrada al lugar, no está tan segura de mostrarle su secreto a tantas personas, pero no le queda de otra, ya está aquí —dejenme entrar primero—

Ella quiere asegurarse de no estresar de más a sus animalitos, y poco a poco los invita a entrar; el peliblanco es el siguiente, luego sigue Wiston que invita a Cristina y ayuda a Lola, ya que ella no querían ensuciar su vestido, pero no quería quedarse lejos del caballerito; Cookie cree que esto es un tema familiar y se quedaría a esperar afuera, pero también la invitaron a pasar, ya que Lana insistió.

—solo quiero advertirles, no se asusten, no griten, mantengan la calma y todo saldrá bien— la niña de olor fuerte está preocupada, los presentes ya parecen listos, así que con un silbido llama a los roedores y los mismos salen del agujero de la caja una por una, a excepción del ejemplar blanco.

Para Lincoln y Lola esto les parece normal de que Lana cuide de animalitos, lo único que no entienden es el por qué en la escuela y a escondidas; Cristina se asustó pero logro contener esa fuerte impresión que casi la hace gritar, ya que su hermano la ayudo a calmarse; sin embargo, Cookie está aterrada, le tiemblan las piernas, aún así se apoya rápidamente en la espalda del peliblanco y usarlo de escudo contra los roedores.

—s-s-s-son ra-rat-ratas...— le tiembla la voz a la cocinera, su cercanía al chico Loud hace que el se sonroje.

—no se asusten— la niña del overol quiere calmar el ambiente —son inofensivas, y son más inteligentes de lo que creen—

—eso es cierto— el pequeño Price sale a apoyar a su amiga —son agradables, y son más limpias de lo que creen—

—ya veo— dice Cristina —por esto es que estabas con esas manchas y suciedad ¿verdad, Wiston?—

—si, esa es la verdad, hermana— el niño se nota seguro.

El peliblanco esta algo incómodo, si bien la cercanía de la niña Becker le agrada, su cara de pánico le recuerda a su hermana Leni cuando se trata de las arañas, y le habla con calma.

—Cookie, no temas, si Lana dice que son inofensivas es porque lo son, confía en ello—

—lo se...— la cocinera aún está ansiosa —pero es que yo... pues...—

—tranquila, no me tienes que explicar nada, solo quédate a mi lado y todo saldrá bien ¿de acuerdo?—

—gracias...— ella se aferra al brazo del peliblanco, las caras de ambos muestran un ligero sonrojo pero había que dejar eso de lado.

—de nada... bueno, regresando al tema, estos ratones ¿por qué haces esto, Lana?—

—pues...— la niña del overol toma un respiro antes de comenzar a explicar la situación —no podía sopor la idea de que Lisa las usará en sus "experimentos", son estresantes para ellas, así que, cuando tengo la oportunidad, las rescató y las traigo aquí para que estén tranquilas—

—entiendo, pero ¿ya hablaste con Lisa sobre los ratones?—

—si, muchas veces le digo que debe cuidarlas mejor, pero solo les da comida, agua, e higiene; le dije que debe darles algo de afecto y tiempo, pero siempre está ocupada para eso, y ni siquiera les dio nombres, son sólo números para ella—

—y debo suponer que por estos amiguitos es que apenas comes lo normal ¿verdad?—

—así es...— la niña asiente con la cabeza y mira el suelo apenada —perdon por eso, no quería involucrar a nadie, esto podría meterme en problemas—

Los presentes se sienten conmovidos, el peliblanco piensa muy bien que dirá, pero primero necesita quitarse a Cookie de encima un momento, sin ser grosero por supuesto; el gira la cabeza para verla directo a los ojos, la cocinera pudo ver ese destello otra vez, pero estos eran más suaves, así sin que se diga algo, logro entender que el necesita espacio para su hermana y lo suelta pese que aún teme a los ratones; el chico Loud entonces procede a pararse frente a la amante de animales para hablar con mucha serenidad.

—Lana, todo lo que hiciste es muy noble, pero no debiste ocultarlo, siempre pudiste contar conmigo para esto— se agacha para estar a su altura —me sorprende que lograrás esto tú sola, lo que hiciste por estos ratones es admirable, no esperaría menos y por eso estoy muy orgulloso de ti— coloca la gorra roja en la cabeza de la niña mientras sonríe.

—Lincoln...— se emociona la niña al escuchar esas palabras, salta a abrazarlo y así los dos muestran una tierna escena.

Cookie observa lo lindo que es el peliblanco con su hermanita, sin embargo le llama la atención el brillo en los ojos de Lana, y también los nota en la princesa rosa, aunque estos son como el fuego.

—¡Lana!— la niña de la tiara grita, haciendo que los ratones se pongan muy asustados detrás de su dueña —¿por qué me estoy enterando de esto ahora? me lo hubieras dicho y yo con gusto te ayudaría, hermana; iría con Lisa y le enseñaría a cómo cuidar de sus mascotas o la convertiría en pretsel así como me enseñó Lori—

El berrinche impacto a la mayoría, mientras Lincoln y Lana tratan de calmar a la princesa para que no asuste a los animales; Wiston está confundido e impresionado a la vez, ahora entiende lo que su amiga dijo sobre que su gemela explota cuando algo la molesta; Cristina por su lado no se esperaba esa reacción, y le recuerda a lo que decía su hermano, sobre querer a una princesa dragón, y esa pequeña escupe fuego parece encajar con la descripción.

—Lola— la niña del overol trata de calmarla —estas asustando a mis amigos, dije que nada de gritos—

—perdon, pero como puedes permitir que Lisa haga esto, eres mayor, debes hacer que te respete—

—ya basta ustedes dos— el peliblanco se para entre las gemelas —escuchen, aquí hay dos cosas a tomar en cuenta, la primera es resolver el tema de cómo Lisa cuida de sus ratones de laboratorio, y el segundo es que estos ratones no pueden quedarse aquí, lo siento Lana, pero hay que buscar otro lugar—

—¿pero por qué, Lincoln?— pregunta con angustia la niña del overol —quiero tenerlas lejos de los experimentos de Lisa y aquí puedo cuidarlas—

—no es tema de debate, Lana— suena autoritario el peliblanco —tu lo dijiste, esto te meterá en problemas con la escuela, tarde o temprano podrían descubrirlas, y lo más seguro es que obtén por eliminarlas antes de preguntar quién es su dueño—

—entiendo, pero no las quiero cerca de Lisa— dijo desafiando a su hermano mayor muy decidida.

—Lana— el chico Loud trata de ser comprensivo —de verdad quiero ayudarte, pero no lo hagas más difícil, estarán mejor en casa—

—dije que no, y es no— cruza los brazos y se pone firme.

—mira...— la paciencia del peliblanco llegó a su límite —todos aquí ya estamos involucrados en esto, Lana; así que, si no encuentras otro lugar para trasladar a las ratas para el viernes, me las llevaré de vuelta a casa—

—pero...—

—pero nada, te ayudaré en lo que pueda, y me encargaré de Lisa, pero si quieres hacerte responsable de estos ratones, debes saber que no están seguros aquí— el peliblanco ve a su hermana bajar la mirada, se percata de lo duro que está siendo y suaviza sus palabras —perdon Lana, se que entiendes lo que tus amigos animales necesitan, pero también sabes que está no es la manera—

—esta bien, les buscaré otro lugar, lo prometo— la niña del overol levanta la mirada pero aún no está segura; el pequeño caballero se acerca para apoyarla.

—tranquila Lana, jure por mi nombre que te ayudaría, y eso voy a hacer— dijo muy seguro de si mismo.

—gracias Wiston— ella y sus ratones se juntan contentos, con esperanzas de encontrar un nuevo hogar para esta familia de roedores.

La joven Price observa a su hermano, le parece que cosechó una gran confianza con la niña de los ratones, e incluso con los pequeños animales que se acercan a él sin dudar, momento donde decide acercarse para decirle algo.

—me alegra que ayudes a estos ratoncitos y a tu amiga, estoy orgullosa de ti, Wiston—

—¿de verdad? gracias, hermana— está contento el niño, pero pronto se pone serio.

—sin embargo, lo mismo se aplica a ti también, tienes hasta el viernes para sacarlas de aquí, o mi némesis y yo vendremos a hacerlo por ustedes ¿quedó claro?—

—como el cristal— dijo muy seguro de si mismo; fue ahí que la princesa rosa decide entrar para no quedar fuera.

—no me voy a quedar sin hacer nada, yo también quiero ayudar, como no darle mi apoyo a mi querida hermana y a ... Wiston— dijo eso último al acercarse al caballerito, eso lo deja algo incómodo por el repentino cambio de humor.

Así quedó pactado que hará cada uno, Cookie sentía que no aporta nada a todo esto, su miedo a estos animales la dejan fuera de la charla, pero también quiere ayudar, es solo que no sabe como; ya habían perdido mucho tiempo, salen del refugio de ratones para dirigirse a la salida de la escuela, se despiden y se separan en dos, los Loud's por un lado, y Cookie, junto con los Price's por el otro, deseando verse otro día; ninguno pudo ver al ratón blanco, ya que sentía a tanto movimiento afuera de su escondite que decidió no salir.

Lincoln y las gemelas llegan hasta la calle frente al establecimiento, ahí está vanzilla, la única que está fuera del vehículo, apoyada en la puerta del copiloto es la hija mayor, no está usando su celular y su expresión es muy seria al ver a los tres llegar.

—suban ya, que se hace tarde— Lori no dejo que saludarán, y abre la puerta a su espalda —Lincoln, tú irás al frente, Lola y Lana suban atrás y no hagan nada hasta llegar casa ¿entendido?—

Los tres hacen caso con prisa, cuando el peliblanco sube al auto es que sus hermanas ven el ojo morado que adorna su cara, pero nadie se anima a decir algo porque la mayor indico que actúen como muertos si no quieren ser uno; entonces Lori sube para conducir a vanzilla hasta la guardería para recoger a Lily y luego rogar que puedan llegar hasta la casa sin más demoras, pero nunca cambia su cara sería durante todo el trayecto.

——————————

En cambio, frente a la escuela se ver a la señora Price en su auto, Wiston ya se subió al mismo, pero su hermana está aún afuera, parada frente a su mejor amiga.

—bueno Cookie, antes de irme tengo algo que decirte—

—esta bien, ya estaba esperando, Cristina—

—si, lo estuve alargando— no sabe por donde comenzar pero igual trata de hablar con seguridad —es que es sobre tu ex, y no quiero abrir una vieja herida—

—descuida, creo que ya lo tengo fuera de mi sistema, podré soportarlo— raro ver a la cocinera sería.

—de acuerdo, se que debí haberte dicho antes, es solo que... después de unas horas de terminar contigo, el ya se encontró a otra chica y la hizo su novia—

—...— el silencio se hace presente, la pequeña Becker no cambia su expresión.

—¿Cookie, estás bien?— se preocupa.

—¿tienes una foto de ella?—

—¿cómo?—

—te conozco, se que tienes una foto de su nueva novia, quiero verla—

—esta bien— Cristina no está segura, saca su celular para mostrar la imagen.

Cookie mira la foto, lo primero que ve es su exnovio, Antoni, está muy feliz junto a una chica que parece una versión opuesta a si misma; es alta, cabello rubio, ojos azules, es muy femenina, y se ve que le gusta vestir con lo mejor y último en moda por ese vestido; aunque no la conoce, algo dentro de si le hace sentir un vacío, pero pronto se le olvida, ya que todo lo que pasó estos días le hacen pensar de forma más optimista.

—sabes, me alegra que Antoni sea feliz, que encuentre la felicidad a su manera, así como yo también estoy buscando la mía, no le deseo el mal, ya que gracias a él es que estoy mas segura de lo que quiero para mi—

—¿qué es lo quieres, amiga?—

—lo siento— hace una sonrisa cálida y se le tiñen las mejillas de rojo —pero es un secreto por ahora—

—¿ni siquiera para tu mejor amiga?— insinúa contenta al ver a la cocinera de buen humor.

—esta bien, te lo cuento, pero no sé lo digas a nadie—

—mis labios están sellados—

—bien, es que el día de hoy pasaron tantas cosas, Cristina; primero la crisis de la hermana de Lincoln temprano, luego lo pesado que se puso Chandler en el almuerzo, aunque al final se resolvió lo de Lana a la salida, que bueno que llegaron a un acuerdo—

—cierto, mi hermano tiene suerte por sus nuevas amigas, solo espero que encuentren un nuevo hogar para esos ratones cuanto antes—

—yo también espero lo mismo; pero lo que quería decir, es lo emocionante que fue ese partido de quemados en la clase de educación física, te contaré con más detalles otro día, ya que cuando terminó ese partido de infarto, Chandler vino a mi para molestarme y yo trate de quitármelo pero era muy insistente hasta el punto en que me volví loca; le grité muy fuerte y luego me agarró del brazo—

—ese maldito— la joven Price esta que se llena de irá, pero luego se ve confundida por la cara roja de su amiga.

—y ahí fue cuando Lincoln apareció, me quitó a Chandler de encima y le rompió la nariz, fue increíble, Cristina—

—¿qué el hizo que?—

—salio a pelear por mi, nunca me sentí así de protegida, ni tampoco creí que Lincoln haría algo parecido, es un lado que nunca vi antes, y ahora me siento tan a gusto a su lado, que de verdad no sé qué es lo siento—

—entonces, te estás enamorada de Lincoln ¿verdad?—

—es que aún no lo sé, por eso quiero que sea un secreto, primero quiero estar segura de que es lo que siento por Lincoln, ni siquiera me puse así cuando empecé a salir con Antoni—

—tranquila Cookie, tomate el tiempo que necesites, solo recuerda que puedes contar conmigo y las chicas para todo, no lo olvides—

—gracias Cristina— la cocinera abraza a su amiga.

—de nada, Cookie— ella corresponde el encuentro, siendo así que las dos se separan para despedirse y tomar cada quien su camino a casa.

Cristina sube al auto, donde su madre se pone en marcha, pero en su mente piensa en lo que su amiga le acaba de contar; recuerda esa pesadilla que tuvo hace unos días, tiene una rara sensación de que algo va a pasar, y teme que esas imágenes se hagan realidad, que su mejor amiga le de la espalda y se vaya con Lincoln, para acabar sola y siendo menospreciada por su padre; si es alguna especie de visión, tendrá que hacer todo lo posible para evitarlo.

——————————

El vehículo familiar conocido como vanzilla llega hasta el frente de la casa Loud, fue el viaje más tranquilo de todos los tiempos, no se decía ni una palabra, todo porque la mirada molesta de la hija mayor no cambio de una seño fruncido, y no detuvo el motor cuando decidió hablar con seriedad y autoridad.

—chicas, bajen del auto y vayan a casa, tengo algo que hacer, así que Leni estás a cargo, me llamás si pasa algo ¿si?— mira el retrovisor y la modista asiente con la cabeza; ahí se da cuenta de que nadie se mueve, así que reitera su orden —eh dicho que salgan del auto ¡ya!—

Ninguna quería saber si se podría enfadar más, así que salieron de vanzilla casi empujándose, en ese momento el peliblanco quería escabullirse para ir a casa.

—Lincoln Albert Loud— la mayor congela al chico en su lugar —quedate donde estás, literalmente tengo algo que hablar contigo... ¿si?—

—s-si— responde nervioso al acomodarse en el asiento del acompañante.

—bien...— Lori ve que todas sus hermanas están en el patio de la casa muy preocupadas, entonces quita el freno y se dispone a conducir mientras mantiene su cara sería.

El peliblanco no sabe a dónde se dirigen, pero este silencio es muy incómodo, para el esto es obvio, y eso le hace tener miedo de decir algo; la rubia se detiene por un semáforo en rojo, se toma unos segundos para tomar una respiro y así comenzar la charla.

—escucha Lincoln, mamá me llamo muy angustiada cuando el director dijo que te peleaste en la escuela, así que ¿me dirás qué pasó?—

—...— el no sabe por dónde empezar, también le intimida la voz y porte de su hermana mayor; en ese momento siente una mano sobre su hombro, llamándole la atención —Lori... yo...—

—¿te duele?— ella cambia a una cara de preocupación, sube su mano y tantea la zona hinchada de la cara de su hermano.

—y-ya no...— el siente esa caricia muy reconfortante, alejando el miedo que sentía al principio —lo siento, Lori—

—yo también lo siento— la mayor regresa su atención al camino y pone en marcha a vanzilla, ya se nota más calmada —es que, literalmente me altere, la llamada de mamá, bueno también papá me llamo pero no entendí nada con tanto llanto, pero la cosa es que quería venir a verte cómo estás, pero las chicas se ponían como locas y este pedazo de basura no arrancaba... en fin, les debo una disculpa cuando regrese—

—lo lamento—

—ya, eso fue cosa mía, pero lo quiero ahora es que estés bien, puedes contarme qué pasó, o si necesitas hablar con alguien, tómate tu tiempo, estaré escuchando—

—de acuerdo— el chico piensa bien que dirá, al final se toma un respira y empieza a contar los hechos —todo empezó cuando llegó la hora del almuerzo, uno de mis compañeros, Chandler, se acerca hacia a mi para molestarme, luego de pasar de él se acercó a mi amiga, Cookie, e insistía con invitarla a salir pese que le decía que no, fue ahí que me pare frente a él para que la deje en paz y que nos pegamos unos empujones...—

—...— Lori está muy atenta mientras conduce, aún así noto la frustración en esas palabras cuando habla sobre ese chico molestó.

—...la maestra regreso y evitó la pelea, pero todo se retomó después en la clase de educación física, cuando el entrenador salió un momento, fue que Chandler aprovecho para molestar a Cookie de nuevo, ella le gritó que no saldría con el, pero no sé lo tomo bien, cuando lo vi tomarla del brazo me volví loco y me tiré sobre el...— en ese momento se escucha avergonzado —entonces lo golpee en la cara mientras estaba sobre el, y luego el me pateo y me golpeó en la cara, si nuestros compañeros no nos detenían de seguro estaría peor, para terminar con el entrenador enviándonos a dirección—

—...— la mayor aprieta el volante del vehículo por las ganas de hacer pretsel a ese chico por atacar a su hermano, pero logra calmarse para preguntar —¿eso es todo?—

—si, eso fue todo— el agacha la cabeza.

—¿y tu amiga está bien?—

—si, ella está bien— sube la mirada y puede ver a la rubia que contiene la risa —¿qué es tan gracioso, Lori?—

—perdon, es que me parece tierno que te ganes un ojo morado por tu amiga, literalmente adorable—

—pero golpee a alguien, eso está mal, no es para reírse— protesta mientras su cara se pone roja.

—lo se— ella detiene el vehículo y apaga el motor —pero eso me hace pensar en lo importante que es ella para ti, y querer protegerla solo me llena de orgullo, Lincoln—

—¿de verdad?—

—claro que si, ven aquí— ella invita a su hermano a un abrazo, y el acepta al encuentro fraternal —se que usar la violencia está mal, y de seguro nuestros padres te castiguen, pero al menos valió la pena ¿verdad Linky?—

—no me siento orgulloso de golpearlo, pero si, lo valió totalmente— se separan del abrazo.

—pero hay algo que aún no entiendo ¿por que saliste a defenderla en primer lugar?—

—bueno... pues...— se pone nervioso —solo quería que la deje de molestar—

—si, pero llegar tan lejos, creo que no lo quieres cerca de ella porque tienes celos jeje—

—¡Lori!— su cara se pone como un tomate ante esas palabras —no estoy celoso, solo quiero que se aleje de Cookie—

—¿de Cookie? no querrás decir "de tu amiga" jeje— ella puede ver lo avergonzado que está su hermano —ya dime hermanito ¿te gusta, verdad?—

—¿qué?... bueno yo...— el peliblanco lo intenta con todo lo puede, pero no puede decir que "no" —no lo se...—

—esta bien, luego si quieres hablamos sobre eso; por ahora, me gustaría tu apoyo en lo que estoy por hacer, bajemos del auto—

Los dos salen del vehículo, el chico mira el lugar donde están "Juegos y Comida de Gus" los dos entran, se dirigen a la barra y se encuentran con una empleada pelirroja, con una cinta celeste en la cabeza que sostiene una calavera plateada, la misma los recibe con una sonrisa.

—buenas tardes, bienvenidos a Juegos y Comida de Gus ¿en que puedo ayudarlos?—

—hola, soy Lori...— la rubia saluda y pronto es interrumpida por ella.

—ay perdón, es la costumbre, soy Elvira y te estaba esperando Lori, Leni me habló mucho sobre ti, espero seamos amigas—

—yo también espero lo mismo— la joven Loud sonríe nerviosa.

—dame un minuto, voy a ver si está el jefe y decirle que estás aquí—

—esta bien, aquí espero— la rubia ve que la empleada se va a la parte de atrás del edificio, en eso su hermano habla con una cuestión.

—¿qué hacemos aquí, Lori?—

—Leni me pasó el dato por una de sus amigas que trabaja aquí, se busca a alguien para trabajar medio turno, así podré ahorrar para comprar ese vestido que quiero, necesito convencer al gerente—

—no te preocupes por eso, eres la más responsable y de seguro te contrataran, yo creo en eso—

—gracias Linky, literalmente estaba ansiosa, me siento con confianza ahora— la rubia está lista para todo, y ve que la empleada regresa.

—el jefe te espera en su oficina, acompañame por aquí—

—ahí voy— la mayor se detiene un segundo para decirle algo al peliblanco —Lincoln, si quieres tómate un momento para entretenerte, no sé cuánto tardaré—

—esta bien, suerte Lori—

—gracias— la rubia sigue a la empleada hasta una puerta en la parte de atrás, dejando al chico Loud solo.

—bueno, de seguro me castigarán, un último juego antes de volver a casa, supongo— mientras piensa en que hacer, mira que alguien entra en el local, una niña con una sudadera púrpura y saluda con una sonrisa —hola Ronnie Anne—

—¿Lincoln...?— la latina no se esperaba encontrarlo aquí y la tomo por sorpresa —ho-hola patetico—

—oye, qué bueno que nos encontramos aquí, quería decirte algo—

—¿de verdad?— ella empieza a sudar, y se muere de intriga por saber que dirá.

—si, ya que te fuiste muy rápido cuando terminó las clases, no pude decirte lo increíble que estuviste en los quemados hoy, esos disparos eran de miedo—

—wow... pues... gracias, tu también lo hiciste muy bien—

—gracias, espero que no tengas rencor por perder—

—¿qué? no no no para nada...— ella miente, se siente frustrada por haber perdido contra Cookie y no poder hundir un balón en su cabeza; por eso vino aquí a liberar el estrés.

—que bueno— se siente aliviado el peliblanco —oye ¿quieres jugar a algo rápido? creo que no podré volver aquí por una temporada—

—oh... de acuerdo— ella nunca se había sentido nerviosa junto a su amigo antes, se dirigen a un gabinete arcade para comenzar a jugar un juego de lucha uno contra uno, pero hay algo que la inquieta, la herida en la cara del peliblanco —¿te molesta el ojo?—

—un poco— el está más concentrado en el juego, y no ve la cara de irá en su amiga.

—la próxima vez que vea a ese idiota lo voy a aplastar— ella mueve la palanca de forma agresiva y se lleva el primer round.

—auch... me aplastante— el chico no le da mucha importancia el comentario —olvida al tonto de Chandler, no vale la pena—

—me perdí la pelea, le rompiste la nariz, nunca pensé que podrías hacer eso, me impresionas patético— ella se sonroja un poco.

—gracias...— ahora el hace unos movimientos que confunden a su amiga y reclama el segundo round —pero no me siento bien por eso—

—¿ya habías roto tu regla de no violencia antes?—

—no lo recuerdo bien, fue cuando molestaban a Lucy hace un par de años—

—vaya... ¿y que pasó con lo de tu hermana Lana?—

—aun tengo que resolver unos asuntos sobre eso— el se queda pensando eso y se desconcentra, haciendo que pierda la partida.

—la victoria es para mí— celebra y quiere darle un golpe al hombro de su amigo, pero se detiene al verlo con la mente en otro lado —oye ¿estas bien, Lincoln?—

—oh perdón ¿decías algo, Ronnie Anne? es que son muchas las cosas que pasaron hoy en las que tengo que pensar, estoy muy confundido y estresado—

—pues... puedes contar conmigo, anímate patético ¿qué no siempre tienes un plan?— la latina le da un toque con el codo.

—¿un plan?— el peliblanco piensa en todo lo que aún puede hacer, y gracias a eso se siente más optimista —gracias Ronnie Anne, no puedo dejar que todo se venga abajo, eres la mejor, amiga—

—si, para eso están los amigos— ella sonríe, se empieza a sentir ansiosa al estar cerca del chico Loud, y trata de formar una oración para decir algo, pero es interrumpida.

—oh lo siento, ahí está Lori, ya me tengo que ir, fue bueno hablar contigo y jugar un rato, nos vemos mañana— se despide con la mano.

—si, no vemos mañana, suerte— finge sonreír hasta que lo pierde de vista, pensando que podría haber hecho algo más que solo actuar como una amiga, eso le quito las ganas de seguir jugando en el arcade.

—¿esta todo bien?— la empleada pelirroja la mira con ese seño fruncido y se preocupa.

—si, de maravilla— dijo con cierto sarcasmo que no fue detectado.

—que bueno, creí que pasó algo con el chico de hace rato, pensar que ya lo había visto antes, no sabía que era un Loud hasta ahora que me lo dijo Lori, y es la novia de tu hermano mayor ¿no sería lindo que el fuera tu novio? hacen una bonita pareja—

—¿¡qué!?— la latina se pone roja.

—ay perdón, creo que fui muy atrevida...— se sentía avergonzada, y pronto escucha un grito de su jefe que la pone nerviosa —ups tengo que volver al trabajo, con permiso— la adolescente corre rápidamente a su estación, dejando a la niña muy pensativa.

—¿qué hacemos una bonita pareja?— se cuestiona a si misma, y con eso se retira del lugar para poder pensar en casa.

Cada quien tienen mucho en que meditar, el amor está en el aire, pero solo para algunos se les otorga lo necesario para la receta del dulce final ¿qué destino les depara a nuestros chefs del amor?

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Si estás leyendo esto, es porque termino el capítulo, no se olviden de poner una estrella si les gusto, de comentar que te pareció y si quieres mas de esta historia; nos vemos en la próxima y recuerden, no se duerman.

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