Capítulo 35 Compromiso

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Para el sábado en la tarde, se había montado una enorme carpa blanca, en forma de casa, que abarcaba casi todo el jardín. Se colocaron mesas verticales y una gran mesa horizontal en el fondo, donde se sentarían Joey, Johann, Yessabell, Derek, los padres de Joey y los de Johann.

Todo sobre una pista artificial de madera y dejando un espacio en el centro, para que los invitados pudiesen bailar.

El servicio de banquete estaba preparando los últimos detalles, mientras los invitados terminaban de llegar. Y un cuarteto de cuerdas estaba instalándose bajo la carpa, al mismo tiempo que una pequeña cabina para un DJ se montaba en la entrada de la carpa, en una de las esquinas.

Johann, en un hermoso vestido gris de seda, a lado de Joey, en un traje azul marino, estaban en la entrada de la casa, recibiendo a los invitados.

Ana y Yessabell, estaban en el cuarto de Johann, terminando de arreglarse. Ana llevaba un vestido negro que le llegaba a la rodilla, sujeto por delgados tirantes plateados que combinaban con un delgado cintillo en la parte de la cintura. A juego con unos tacones negros y una pequeña chalina negra. Su cabello recogido, en un moño le daba el toque perfecto.

El vestido de Yessabell, era azul marino, escote corazón y mangas a los lados de los hombros. La parte superior era ajustada y la parte de la falda, un poco esponjada, legaba a mitad de los muslos, con una capa de tela repleta de pequeños brillos. Un delgado cinturón plateado en la cintura, a juego con unos tacones plateados y un bonito peinado de moño, con algunos mechones sueltos.

Salieron de la habitación, justo a tiempo, para encontrar a Philip y Derek, esperando en las escaleras. Philip en un traje negro y Derek en un traje gris Oxford, ambos lucían impecables y maduros.

-Es hora de la fiesta –Philip le extendió el brazo a Ana, quien no dudó ni un segundo en tomarlo.

-Ya quiero ver el anillo –Declaró Yessabell tomando el brazo de Derek para seguir a Ana y Philip, hasta el jardín.

Yessabell saludo a sus abuelos; Monique y Gerard y les presento a Derek, Ana y Philip. Joey apareció, para presentar a sus padres, a Yessabell y sus amigos.

-Ella es Yessabell, la hija de Johann –Indicó Joey, a su padres –Ella es mi madre, Yadira y mi padre Zafar Montana.

-Mucho gusto –Yessabell estrechó las manos de ambos.

-El gusto es nuestro tesoro, cuando te vimos en las revistas, nos pareció que te conocíamos de toda la vida –Declaró la mamá de Joey.

-Eres más bonita en persona –Agregó el padre de Joey.

-Muchas gracias. Estos son mis amigos, Ana Castell y Philip McGonagal –Presentó Yessabell, señalando a sus amigos –Y él es Derek Sanders, mi novio.

-Mucho gusto chicos –Dijo Yadira mostrando una radiante sonrisa.

-Espero que este jovencito, haga feliz a nuestra ahora nieta –Agregó Zafar con media sonrisa.

-Eso puedo asegurarlo –Aceptó Derek, tomando a Yessabell por la cintura.

-Bien, todos a sus lugares, chicos, Ana y Philip, pueden sentarse en la mesa, frente a la nuestra –Joey los encaminó hasta la mesa, donde Johann ya estaba sentada, dos asientos libres, a su lado izquierdo, para Yessabell y Derek. Mientras el cuarteto comenzaba a tocar algunas melodías clásicas –Cariño, los chicos están aquí.

-Yessabell, siéntate a mi lado, tus abuelos, van junto a Derek –Señaló los asientos vacíos y Yessabell se sentó, sin soltar la mano de Derek.

-¿Dónde se van a sentar los padres de Joey? –Preguntó Yessabell, a Johann, mientras se sentaban.

-A su lado, son muy agradables ¿No crees? –Preguntó Johann, un poco nerviosa.

-Lo son, por cierto, te deje la revista de Literatura en tu tocador, cuando tengas tiempo la revisas –Explicó Yessabell, en el mismo momento en que los padres de Joey y Joey, tomaban asiento.

-La leeré, en cuanto terminemos -Aseguró Johann, tomando la mano derecha de Yessabell –Seguro que es increíble.

Yessabell volteó a ver a todas las personas alrededor, que ya habían ocupado su lugar en las mesas. Amigos de la familia de muchos años atrás, incluso amigos de su padre. Amigos del trabajo de Johann y por supuesto Hannah, su socia en el negocio de la imprenta, con su esposo, un bebé en brazos y su hija de diez años.

La mamá de Ana y la de Philip, quienes habían asistido solas, ya que sus esposos seguían trabajando, se sentaron con sus hijos. Algunos hermanos de Joey, con sus respectivas familias y la tía Cristina, a quien hacia un tiempo no veía, con su esposo Lucas y su Hija Miranda.

Los meseros comenzaron a servir la cena y llenar las copas de champan. Joey cambio de lugar con Johann, por unos minutos, para hablar con Yessabell, mientras Derek se enfrasco en una conversación con los padres de Johann.

-¿Cómo lo estás pasando? –Preguntó Joey a Yessabell, mientras terminaban el plato fuerte.

Era la primera vez que él y Yessabell, entablaban una conversación, sin la necesidad de que estuvieran envueltos los demás.

-Muy bien, tus padres son encantadores y creo que hicieron buenas migas con mis abuelos –Contestó Yessabell sincera –Me alegra que mi mamá, te haya conocido.

-No sabes cuánto me calma que estés de acuerdo con nuestra relación, con nuestro compromiso –Joey dejó de comer y se concentró en Yessabell –Johann siempre te pone antes que a nadie y eso lo respeto, también me agrada que aceptes este cambio y que realmente nos llevemos bien, quiero tener tu total aprobación, para hacer mi vida con tu madre, claro, sin dejarte de lado, porque sé perfectamente que no soy tu padre por herencia, pero puedo ser tu padre, sin necesidad de haberte criado.

-Joey, en algo tienes razón, mi padre siempre vivirá en mi corazón, nadie puede sustituirlo ni hacer que me olvide de él, pero sé que puedes ocupar un lugar especial en mi corazón y en el de mamá. No te preocupes por mí, apruebo totalmente que quieran casarse, lo único que te pido, es que la hagas feliz –Yessabell lo miró a los ojos y pudo ver al hombre que siempre deseo una familia, al hombre que nunca tuvo la oportunidad de conocer al amor de su vida, pero que ahora, podía tener ambas cosas –Eres bienvenido a la familia.

-Gracias Yessabell, de verdad, muchas gracias –Joey le dio un abrazo sincero, que fue espontáneo.

Yessabell sintió como si una parte de ese amor paternal naciera de él.

-De nada Joey –Concedió Yessabell, apartándose de él.

Los meseros llegaron con el postre y la tensión en el ambiente desapareció, los nervios se desplomaron y Yessabell comprendió, que su vida y la de su madre, estaba por cambiar.

-¿Helado de café? –Preguntó Yessabell, al ver el postre frente a ella, una pequeña copa de cristal, llena de helado y en la cima una cereza y una hoja de menta, acompañada de una diminuta cuchara de postres.

-Sí, Johann me dijo una vez que era tú favorito, que a tú padre le encantaba el café y que tu heredaste el gusto, si te soy sincero, a mi también me gusta –Contestó Joey orgulloso.

-Buen detalle de tu parte –Yessabell comenzó con su postre, el cual termino en un santiamén.

-Veo, que de verdad te gusta –Bromeó Joey, al ver la copa de Yessabell, vaciá.

-Y que lo digas, cuando se trata de café, Yessabell es como una aspiradora –Intervinó Derek riendo.

-No es así –Yessabell le dio un leve codazo en las costillas.

Cuando terminaron el postre, Joey se levantó y llamo la atención de todos los presentes, mientras caminaba al frente de la mesa, de la mano de Johann. El cuarteto comenzó a tocar una melodía romántica, para ambientar el momento.

Yessabell pudo observar a sus guardaespaldas y los de Ana, junto con algunos otros hombres de seguridad, rodeando el perímetro.

-¡Damas y caballeros, me permiten su atención! –Anunció Joey lo que más que una pregunta, sonó como una súplica.

Todos guardaron silencio y Joey se aclaró la garganta.

-Antes que nada, quiero agradecerles su presencia en esta noche especial. Johann y yo, hemos estado esperando este momento por un buen tiempo. No queríamos hacerlo sin el consentimiento de las personas que más queremos y mucho menos, sin su presencia aquí. Es difícil expresar lo feliz que me siento, al contar con el apoyo de mi familia, mis amigos, la familia de Johann y sus amigos, y aún más difícil, expresar lo honrado que soy, al contar con la bendición, de la persona más importante en la vida de Johann… su hija Yessabell.

Ambos voltearon a ver a Yessabell y le sonrieron. Joey continúo con su discurso.

-Hace mucho que hice esta propuesta, pero hoy lo haremos oficial –Se colocó en una rodilla y sacó una pequeña cajita negra del bolsillo de su saco, la abrió y dejo a la vista, un hermoso, pero sencillo, anillo de compromiso –Johann Murphy ¿Quieres casarte conmigo? –Preguntó sonriente.

Todos sonrieron y se quedaron en silencio, esperando la respuesta de Johann, mientras ella comenzaba a llorar.

-Sí. Joey Montana, quiero casarme contigo –Contestó Johann y le extendió la mano izquierda, para que le colocara el anillo.

Joey se puso de pie y se dieron un beso de película, seguido de un tierno abrazo. Todos los presentes aplaudieron y los padres de Joey y Johann se levantaron, junto con Yessabell y Derek y aplaudieron a la feliz pareja.

-Algún día, nosotros estaremos en ese lugar –Susurró Derek a Yessabell, inclinándose un poco, para que solo ella lo escuchara.

-Eso espero –Yessabell se mordió el labio inferior y le sonrío –Vamos –Tomo a Derek de la mano y caminaron hasta Johann y Joey, para felicitarlos.

-Muchas gracias cariño –Dijo Johann, abrazando a Yessabell –No sabes lo feliz que estoy, de que lo apruebes y estés aquí.

-No es nada mamá, solo quiero que seas feliz –Yessabell se apartó de ella –Tienes todo mi apoyo.

-¡Felicidades señora Murphy! –Exclamó Derek, detrás de Yessabell y se acercó a abrazarla.

Yessabell se dio la vuelta y abrazo a Joey.

-Cuidala bien, no la dejes sola y hazla feliz –Susurró a su oído.

-No planeo hacerlo de otra manera –Aseguró Joey con la voz un poco ronca, cuando Yessabell se apartó, pudo ver que estaba a punto de llorar.

-Serán felices, lo sé –Yessabell se apartó y regreso a lado de Derek, quien ahora estaba hablando con Philip, mientras los demás invitados felicitaban a Johann y Joey.

Cuando todos terminaron de felicitar a los novios, el cuarteto termino de tocar y se retiraron, mientras el DJ, comenzaba a poner algo de My Chemical Romance.

-Creí que en estas fiestas, esa música no sonaba –Confesó Philip cuando regresaban a la mesa, donde él y Ana, habían estado sentados.

Algunos invitados se fueron, por lo que Yessabell y Derek, se sentaron con ellos.

-¿Viste el anillo? –Preguntó Ana a Yessabell, sin soltar la mano de Philip.

-Sí, esta precioso y es muy sencillo, muy al estilo de mi mamá –Contestó Yessabell, igual de feliz, mientras Derek la abrazaba de la cintura.

-Algún día, quiero tener uno así –Afirmó Ana, sopesando la idea.

-Ya veremos –Philip le dio un beso y Yessabell no pudo evitar sonreír.

Imaginarlos como una pareja había sido imposible, pero ahora que los veía era más que posible.

-¡Vamos a bailar! –Derek jaló a Yessabell a la pista de baile, mientras Bruno Mars, cantaba Just The Way You Are.

Yessabell cruzó las manos, detrás del cuello de Derek, mientras él la tomaba por la cintura y se pegaban lo más que podían.

-No quiero que esto acabe –Yessabell lo vio a los ojos, esos ojos avellana que brillaban, cada vez que sonreía.

-No acabara –Aseguró Derek, perdiéndose en el azul intenso, de los ojos de Yessabell –Me encanta cuando me ves así, tus ojos son tan azules como el mar, como el cielo nocturno. Y cuando me ves, no pienso en otra cosa. Me pierdo en tu mirada.

-Eres tan… -Cursi, es lo que Yessabell iba a decir, pero se detuvo, porque eso era lo que le decía a Stephen, cada vez que le decía algo romántico.

-¿Puedo bailar con mi hija? –Joey se acercó a ellos y Derek le sonrío.

-Por supuesto –Derek soltó a Yessabell y fue a bailar con Johann, Sam Smith, estaba cantando I'm Not The Only. Yessabell tenía la mano izquierda en el hombro de Joey y la mano derecha, con la mano izquierda de él, mientras bailaban lentamente.

-Sé que ya te dije esto, pero de verdad, estoy muy feliz por tu aprobación –Joey era sincero y Yessabell podía notarlo en su voz y su mirada.

-No tienes nada que agradecer Joey, sé que has querido esto hace mucho tiempo y sí un solo sí de mi parte, puede dártelo, no tengo problema en ello –Yessabell le sonrío –Mi madre ha estado sola mucho tiempo y por fin encontró la felicidad no pienso interponerme.

-Gracias Yessabell, entiendo muy bien por qué tus amistades y seres queridos hablan maravillas de ti, no sólo por hablar, sino porque es la verdad –Joey le dio un beso en la frente y le sonrío –Dime ¿Quién te enseño a bailar?

-Mi padre, él era un buen bailarín, herede muchos de sus talentos, pero él solía decir, “si naciste con dos pies izquierdos, no puedo hacer mucho” –Ambos rieron y Yessabell se sintió tranquila con Joey, sabiendo que haría feliz a su mamá.

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