Interludio

Dice una antigua leyenda asiática que las almas gemelas son las dos mitades de un alma que se quebró, y que se buscan a través del tiempo y el espacio para volver a unirse eternamente. Otra historia oriental nos dice que las almas gemelas eran dos almas tan semejantes que cuando se materializaban en el plano físico buscaban atraerse mutuamente hasta encontrarse.

Existe otra versión la cuál dice que fuimos creados por una energía pura. Que poco a poco y en lo más profundo de su ser, en su corazón, deseaba sentirse amada, a raíz de esa necesidad nació una nueva energía dentro de ella. La cuál necesita de su otra parte que le diese el amor que como alma demandamos, para ello tuvo que dividirse y convertirse en dos seres con distintas personalidades pero con un fondo común. Según esta idea, cada ser posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo.

Cada uno de esos seres se fué por diferentes caminos de la evolución, hasta que llegado el momento se volvieran a encontrar con su alma gemela para no separarse jamás. Por ello nace la creencia de que estamos en la búsqueda constante de nuestra pieza faltante, ya que las almas predestinadas serán capaces de reencontrarse una y otra vez en esta vida o en la siguiente, e incluso en un plano distinto.

Cuya unión sería capaz de romper barreras y desafiar incluso las leyes y la física.

Estas bonitas leyendas quizás no nos acercan a lo que es necesario para una vida plena y crecimiento espiritual, por que el verdadero amor es hacia el universo, las personas y hacia nosotros mismos. Sin necesidad de ser dependientes de un amor fuera de lo personal, no podemos justificar nuestra infelicidad en la ausencia de ese alma gemela o energía complementaria. Sin embargo, eso no nos quita el deseo de querer encontrar a nuestra otra mitad.

Es por eso que el ser humano está día y noche buscando apaciguar la necesidad de sentirse amado por otro ser, en la amargura de una duda constante y una que otra pregunta sin responder. Pero lo cierto es que de una u otra forma seremos capaces de hallar la auténtica felicidad en nuestra propia búsqueda personal.

"Querida persona que aún no conozco sea cuál sea el tiempo de tú llegada te recibiré con ansias."