•CAPÍTULO CUARENTA•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"¿Por qué tú?"

Aprovechando la salida de mi novio de su horario laboral, y luego de hablar con la enfermera de la UTI de que procedería a retirarme para bañarme, comer y dormir un rato y así luego regresar con todas mis fuerzas junto a mi pequeño, voy sentado del lado del acompañante de mi impoluto que no pierde de vista bajo ningún aspecto el camino.

Y por supuesto, que no me retiré sin antes procurar calmarme mientras la enfermera me recalcaba que me vaya tranquilo, que el bebé quedaba en excelentes manos.

—Pequeño, me imagino que has avisado a tu padre de tus decisiones con respecto a quedarte estos días en el hospital —cuestiona mientras maneja en dirección a rellenar la panza del que tiene como novio.

—Mas vale que sí, cariño. A parte, ¿tú crees que soy un niño ante los ojos de mi padre? Te aviso que él, es el que me levanta los calzones de encaje del lavado -o los que me dejas sano- por supuesto —le digo sin aguantarme las risas por percibirlo más rojo que un tomate maduro.

—¡Amor! Pero ¿¡qué cosas dices!? ¿En serio rompo mucho? —cuestiona estacionando su automóvil y se me ilumina la lamparita por seguir provocando sus nervios.

—¿Encima preguntas? ¡Deberías aumentar mi sueldo ya que nada barato me sale reponerlos! A parte, mi padre está acostumbrado a que no vuelva a casa y que me secuestres a la tuya —comento con toda la intención de incomodarlo mientras apago la música del auto.

—Eso se puede modificar —habla como al pasar, mientras bajamos del vehículo dejándome pensando a qué se refiere realmente.

Adentro del salón, me ocupo de lo que realmente me importa, llenar mi barriga con toda la porquería grasienta que se me antoje acompañado de una buena gaseosa tamaño extra grande.

—¿Podrías agregarle algo de ver..?

—¿Verdeo? Ni sueñes mi bonito... Para eso estás tú... ¡Y ni se te ocurra tocarme mi coca! —amenazo con mi boca rellena de papas fritas.

—¿Sabés que nada sano es comer de esta manera a la madrugada, no?

—Si vamos al caso, no debería estar comiendo directamente y tendría que tener unas horas de sueño encima... O a tí, en todo caso &le digo acomodando en la mesa, el desparramo del contenido de mi bandeja en busca de más papas fritas.

Mi preocupado nutricionista frustrado, escupe su agua ante mis palabras ya que fueron percibidas por algunas personas a nuestro costado. Y no puedo aguantar mis risillas de verlo incomodado.

—¡Pequeño! ¿Podrías hablar más despacio? —susurra cerca mío.

—¿Te incomodo? Lo lamento... Eso te pasa por hacerme sufrir más temprano cariño &espero que se acomode a comer de su insípido plato, con su ceño fruncido y arremeto —. Si es que se puede llamar "sufrir" a gemir como gata en celo.

No puedo contener mis risas al observar cómo se atora ante mi desparpajo.

—Eres un caso serio, pequeño atrevido —me comenta acusatorio mientras evita mirar a su costado ya que las risas provenientes de nuestro lado, dan indicio de ser partícipes conscientes de nuestra trivial charla.

—Así me amas cariño —le apunto con una papa mientras dibujo la misma con mi lengua.

—No empieces ¿quieres? Qué debes descansar y yo también. Pero tú, me la pones difícil.

—¿Difícil? Yo creí que te la ponía dur... —inmediatamente soy acallado por sus manos seguidas de un beso mientras chorrea por la mesa mi vaso de coca tamaño extra grande.

—¡Demonios pequeño! Mira lo que me haces hacer —se aleja repentinamente de mis belfos entre sacudidas a su ropa. Y con mi ceño fruncido, aguantando la risa, le exijo que vaya en busca de mi gaseosa mientras busco algún elemento que me sirva de aseo para el desastre hecho.

El chico, amablemente se ofrece a limpiar pero reniego de ello. Yo fui el culpable de lo que pasó así que debo velar por ello. Ya dentro del baño, donde el joven personal me otorga un trapo con una cubeta de agua, se escucha un estruendoso sonido proveniente del comedor en donde estaba.

Entonces, mis sentidos se alertan al máximo, porque si no le erro, el sonido fue un disparo... Nada más ni nada menos. El chico a mi lado se aterra, y aferrándose a sus piernas se inclina sobre la pared.

Me inclino sobre él y dejando la cubeta de lado, le pido que me observe. Ha comenzado a hiperventilar con su cuerpo en continuo temblor, posiblemente, entrando en estado de pánico ante la situación dada.

Y aunque mi cabeza de mil vueltas y no puedo dejar de pensar en que algo le pueda suceder a mi amor al otro lado del salón, mi vocación es mayor y me aferro al cuerpo de joven trabajador hasta lograr que me observe y respire al compás que le marco mientras desprendo algunos de los botones de su uniforme y aireo con mi mano.

—Escucha, pon atención, quédate aquí y respira tranquilo que todo saldrá bien. Yo debo ir a ver que sucede, ¿sí?

Y luego de varias insistencias, sólo recibo un asentamiento de su cabeza que me da el indicio de que se ha controlado un poco.

De repente, gritos y algún que otro llanto provenientes desde el comedor alertan a todo mi cuerpo. Y con toda precaución, observo por el acceso al baño que no haya nadie en el pasillo para ir hacia el exterior.

Antes, me alejo de la puerta y marcando a emergencias indicó la situación, diciendo que no sé con claridad que sucede pero que todo apunta a un asalto a mano armada.

Y de solo pensar en el remitente del estruendoso disparo que se escuchó, un escalofrío recorre mi columna a lo largo. Aunque me tranquiliza saber que de los dos, yo soy el que actúa sin medir las malditas consecuencias.

Así que respirando profundo y lo más sigiloso posible, me encaminó hacia el salón principal en donde se siguen escuchan llantos y algún que otro grito de desesperado.

Y cuando finalmente llego al lugar en cuestión, me congelo por segundos eternos al ver a mi amado impoluto tirado en el suelo sobre una gran estampa de sangre y su cuerpo sin reacción.












































YO ME RETIRO SIN ACLARACIONES👀🏃‍♀️🏃‍♀️🏃‍♀️


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro