•CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Quiero todo o no quiero nada"

Luego de mi agónica recuperación en cama, que por suerte sólo duró una semana, aquí me tienen rezongando entre los doctores de la junta que implacables con su conducta hablan sobre mi actual estado.

"Que no está listo para retornar a su cargo" "Que tómese el tiempo debido y necesario" "Que luego de que asumió, nos llego una carta de renuncia hecha a mano en una servilleta y encima manchada de café con tinta" Dijo la última excusa y no pude contener mis risas.

—¿Se puede saber de que se ríe doctor Jeon? —cuestiona el neurólogo sentado en su silla.

—Nada, nada, solo recordé algo... —digo conteniendo mi desparpajo mientras hago ademanes con mis manos. Encima que dan mil vueltas para dejarme volver al mando, no quiero sumar otro asunto que nada tiene que ver con el trabajo en cuestión.

—¿Algo o a alguien? —dice un personal de la junta con media sonrisa ladeando su rostro y de inmediato, todos las miradas giran acusatorias hacia mí persona.

—¡Y bueno! —elevo mi mano libre del cabestrillo —Es que el doctor Park creyó que lo había echado. Y enojado conmigo labró él mismo su carta de renuncia ya que no le llegaba el telegrama de despido.

—Pero, ¿en una servilleta y encima toda manchada? —cuestiona el jefe suplente mío que es el anterior jefe en cuestión, mediante una fingida seriedad que solo él se la cree.

—Es que le gusta demasiado el café y nunca tiene tiempo de nada y menos desde que nació nues... su pequeño... "paciente" —remarco esto último buscando tapar el sol con una mano. Y bajo la atenta inspección de los miembros de la junta, me remuevo nervioso en mi silla al sentirme tan expuesto.

"Que se decidan de una buena vez por todas, si no regreso, me voy a la mierda por unos días, o si me dejan, retorno a mi habitual ritmo solo que a una mano, por ahora" medito entre tanto ellos revisan el historial presentado por el tratante en curso de mi cuidado.

Impaciente entre minutos que no transcurren de la manera más rápida, más bien parece agua estancada, me levanto de mi silla hacia el lado de la ventana para respirar algo de oxígeno y calmar mi pensar aunque sea por unos instantes.

"Maldito tratante botón que escribió cada detalle no realizado de forma correcta por mi persona, desde tomar líquidos aunque no debía hasta aumentar mis dosis de calmantes mediante extorsión al enfermero" descargo mediante gritos internos que dejen de revisar y se decidan. Y como siempre no me aguanto... ¿O serán las malditas ganas de definir todo que tengo en estos días?

—¿Y bueno..? —desembucho mirando por la ventana la bella mañana e imaginándome disfrutando de la mano con mi bonito y sexi que pone de cabeza toda mi completa existencia.

—Mire doctor Jeon... —escucho la voz del suplente nombrado y me envalentono antes que prosiga.

—Con su permiso gerente suplente, si quiere quedar fijo me retiro a un costado. ¡Y por favor! Dejen de lado los supuestos ya que todos sabemos que en los papeles soy uno y en lo cotidiano, la antítesis de lo escrito. Así que si no se me permite regresar, le cedo con gusto mi lugar ya que su gestión fue muy buena. Pero eso sí, o regreso desde ya a operar o me regreso a casa por el tiempo que yo quiera.

La junta se torna sepulcral con sus caras dispuestas sobre mi persona, mientras me observan con la mandíbula abierta. Momento donde solo rueda un lápiz que cae de punta provocando el respingo de la doctora nefróloga en la mesa, que haciéndose viento con las hojas de mi supuesto caso, habla tratando de distender el ambiente.

—Doctor Jeon... —comenta mi reemplazo —Nadie pretende sacarle el reciente puesto nombrado, solo observamos si está apto para el retorno a su cargo, nada más. Pero observando su arrebato diría que debe tomarse un par de días por estrés laboral "supongamos".

—¿Estrés pos traumático no sería más creíble? —emito entre dientes al centro de la mesa y para mi conmoción todos asientan aseverando que eso es lo mejor" ¡Pero si será posible! Solo bromeaba..." se jacta en mi cabeza.

—A parte, puede disfrutar de acompañar a su prometido y a su pequeño... ¿O creía que la noticia no recorrería los pasillos del Gran Hospital de Busan? —cuestiona bajo mi total asombro para luego rematar —¡Ah! Y su futuro esposo está de licencia, ni crea que le tomaré en cuenta esa mísera carta de renuncia que osó presentar.

La mesa estalla entre risas mientras escucho un firme susurro... "menos mal que no procrean sino tendríamos crías como los conejos" "Y por todos lados..." remata otra susurrante voz a su lado mientras hiervo de vergüenza.

Durante estos días el residente en pediatría se turnó entre atender y ayudar al pabellón pediátrico, de masajear y acompañar a su pequeño aguerrido, de ocupar reiterados huecos en donde se necesitó una mano de conocimiento en algún momento, hasta dignarse a regresar con su padre por un buen baño y algo de comida casera.

En el departamento de su padre, disfruta de un preparado que alegre elabora su apa, mientras acaricia al precioso Caracha que bastante abandonado lo tiene.

—Apa, disculpa por dejarte con mi peludo, ya tenías esos dos gruñones y encima te traigo a mi fiel amigo —emite entre bocados de pan mojado con salsa.

—¡Pero hijo! No es molestia, para que te hagas una idea, es más vivo que uno el peludo...El otro día, ladraba apenas caían unas gotas y ambos dos entrabamos la ropa... Él con tus calzones colgados, o lo que queda de ellos en todo caso.

—¡Apa! —manotea su brazo avergonzado —Ya te dije que no debes lavar mi vestimenta y mucho menos mi ropa interior.

—De acá a que te largue tu doctor se te pudre el calzón hijo... —articula entre risotadas su padre mientras escurre la pasta sobre una fuente.

—¡No digas eso apa! —colorado al por mayor se arrima a su lado y abrazando su espalda le consulta —¿Cómo te has sentido? ¿Me imagino que no has dejado la medicación, no?

—¡Pero cómo crees hijo! Entre tú y tu madre, me tienen cortito, y eso que ella está al otro lado del mundo... ¡Gracias a Dios! —vocifera mientras auna sus manos.

El residente sonríe viendo la escena de su padre, digna de la mejor actuación, aunque un deje de culpa le ingrese por no poder acompañarlo como corresponde ante cada sesión.

—Lo siento apa... No me dan los tiempos para acompañarte a las sesiones de fisioterapia... Y cuando he podido, la he pasado con mi prometido.

Su padre frena todo movimiento de su cuerpo, hasta sus risas. Y virando paulatino en el lugar, lo enfrenta —¿Qué has dicho hijo..? —cuestiona tomando el rostro de su hijo entre sus manos y con un ligero temblor emotivo.

Y como no podía ser de otro manera, lágrimas de gozo recorren las mejillas del residente, mientras observa con todo su amor al señor enfrente suyo... Hombre que luchó contra viento y marea cuando él decidió exponer -abiertamente- su sexualidad. Perdiendo amistades de años que decían ser verdaderas, vecinos que no le hablaron y dejaron de saludar y encima de todo, aguantar defender su honor cuando alguno quería referirse mal hacia su persona.

—He dicho: mi prometido apa... ¡Nos vamos a casar con mi jefe doctor!

Su padre lo acaricia como pieza frágil de museo mientras solloza junto a sus lloros, agradeciendo a la vida por permitir a su maravilloso hijo, haber encontrado un amor así, tan real, tan genuino y sobre todo; sincero.

—Mi niño... mi pequeño... Serás el señor Jeon a futuro. Estoy tan feliz por ti, por ustedes mi amor... Que no te das una idea —susurra pegando su frente a la de su hijo —Tú madre se nos muere cuando se entere —emite finalmente entre risillas.

Y como cereza del postre su hijo le lanza sin anestesia —¡Y no solo eso mi querido apa! Si Dios está de nuestro lado, pronto serás abuelo...







































HAW🥺TODO MUY BONITO❤

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR😍

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro