•CAPÍTULO CUARENTA Y DOS•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Estás aquí..."

Entregando hasta mi último aliento desesperé a tu lado, amor mío...

Mis manos tiemblan como algún modo de consuelo con el fin de fingir estar mejor para que no me veas demacrado. Pero es inaudito querer tapar el sol con una mano. Estoy destrozado de verte así...

Ya con mi mente más tranquila y una vez que te estabilizaron, dejé salir el exigente pedido de que regreses conmigo. Porque en tu estado "adormilado" extraño el calor de tus brazos amado mío.

Segundos después de mi último desespero, percibí el suave y pausado roce de tu dedo. Y al elevar mis acuosos ojos, pude conectar con tu profunda y alicaída mirada.

—E-estas... a-aquí... —susurro en un hilo de voz que suplica porque no sea mi engañoso cerebro que entre en cansancio y el lamento, me juegue un mala pasada.

Te observo detenidamente, sin poder contener los caminos salados que recorren mis mejillas como una fuerte llovizna a la espera de tu sosiego.

—¿C-cariño, e-estas aquí? —consulto entre lloros, arrimando mi cuerpo sobre tu pálido rostro.

Tú, me observas con tus orbes acuosas y sin emitir sonido. Pero un leve gesto de tu rostro me avisa que no me he imaginado nada, que realmente estás aquí... Aquí conmigo.

Y sin contener mi suplicio por tomarte entre mis brazos y no dejar dudas que velaré por ti de ahora en más y en un futuro, me adoso a tu lastimado cuerpo tratando de no presionar sobre la recuente herida.

—Amor mío... tuve tanto miedo de perderte... —susurro sobre tu torso, percibiendo tu palpitante corazón sobre mi faz mientras clausuro -momentáneamente- mis ojos.

Luego de unos instantes eternos, una leve exhalación sobre mis cabellos convoca mi atención en demasía. Y al elevar mi rostro, la regular y suave respiración de tus fosas nasales pega de lleno sobre mis ojos.

—¿Cariño, que haces? —inquiero ante tu arrebato de sacarte la máscara de oxígeno sin previa autorización.

Y cuando voy a mover mis brazos para acomodar la misma sobre su inicial ubicación, me frena un suave agarre en mi mano que detiene el mundo alrededor...

"No hay mejor hogar que el calor de tu cuerpo sobre mi dermis, para dar gracias a Dios de estar vivo, y así poder vivir en ti..."

Entonces, me inclino con extrema suavidad sobre ti hasta quedar a escasos centímetros de la maltrecha piel de tu rostro, para luego oírte decir entre forzados susurros con ronca voz: —e-eres... un... p-equeño... llorón.

—No puedo creer que de todo lo que puedas decirme, luego de que te vi morir, me digas eso —le susurro risueño apoyando mi frente contra la suya mientras le coloco -nuevamente- el oxígeno a la fuerza.

En eso, ingresa Jin, gratamente sorprendido de verlo despierto a mi amor.

—¡Doctor Jeon! ¡Bienvenido al mundo de los vivos! Iré a avisar al doctor que despertó. 

Yo, observo a mi amor entre risas porque el enfermero no tiene filtro, lo enterró y desenterró en este preciso momento.

—Y bueno cariño, yo seré un niño llorón pero tú, eres casi muerto —le digo provocando la pequeña elevación de sus cejas y tosiendo un poco ante su repentino atoramiento —. Ya calma cariño que si no, me echarán de aquí —le digo secándome las últimas lágrimas, que de la nada, vuelven a salir.

Y lloro...

Lloro porque puedo tomar tu mano y observar como -poco a poco- recuperas tu color, lloro porque es demasiado lo que siento en mi interior, y lloro porque no puedo creer que estés despierto; regalándome miradas repletas de amor.

Y pienso dentro mío, lo afortunado que soy al amar y ser amado por igual...

En eso, ingresa -rápidamente- Jin acompañado del doctor tratante de mi amor.

—Muy bien doctor Park, si es tan amable, le pido que me deje revisar a mi paciente. Si es que puede despegarse de su cuerpo ¡es que lo siento! —dice el doctor entre risas —Parecen dos garrapatas, una viva y la otra... bueno... —se codean con el enfermero mientras contengo mis risillas.

—Cariño, dentro de un rato vuelvo contigo, iré a ver a mi pequeño guerrero y a tomarme un café bien cargado —beso su frente con suma suavidad mientras realiza un leve asentimiento con su cabeza.

—Creo que debería dormir un poco doctor Park, el director está en buenas manos. Y tenga por seguro, que lo despertaría ante cualquier suceso, de ser necesario —dice el enfermero mientras toma su presión.

—Tiene razón Jin —dice el doctor tratante —a parte, no queremos que luego de tener al doctor Jeon entre nosotros, usted pase al mundo de los muertos. Porque su cara es... de terror en estos momentos.

Entre risas, a las cuales se le suma el medio muerto, objeto: —¡Claro! Ahora está chistosito el señor medio muerto... Pero creo que tienen razón. Aunque solo dormiré a su lado, y eso, no está a discusión.

El doctor y el enfermero asienten e inmediatamente me comunica Jin, que preparará una camilla a su costado, para que pueda descansar junto al Director.

—¡Cierto, qué ahora eres el jefecito doctor! Con toda esta cuestión, me había olvidado de ese pequeño detalle. Entonces, señor benemérito Director, procedo a comunicarle que me retiraré y si osa descompensarse le pateare el culo tantas veces que regresará desde donde esté.

La elevada comisura de los labios de mi amor, me dan la fuerza necesaria para alejarme de él. Ya que está en pleno uso de sus facultades, por lo menos mentales, para mi parecer.

Y arrimando mis labios a su frente, nuevamente le digo: —Te amo amor mío, como algo, veo a mi pequeño y regreso contigo —y luego de un efímero beso asevero —¡Ah! Y por favor, extrañame mucho ¿Sí?

Me alejo escuchando los murmullos de los tratantes de mi amor que le dicen a Jeon, que mejor no tentar el diablo porque para demonio ya estoy yo.

En cuanto me alejo, tomo mi móvil para encenderlo. Diez llamadas perdidas de mi apa... Pobrecito, el sabía que iba rumbo a casa antes del desafortunado evento, no llegué y ni le avisé cuando estaba entre lamentos.

Siguiendo mi rumbo por el pasillo, me topo al par de amigos angustiados de mi amor. Y les digo con una sincera sonrisa que el jefe doctor despertó, provocando la efusiva zamarreada de mi cuerpo entre los brazos de ambos sin una pizca de compasión.

Y cuando logro zafarme dejándolos abrazados a ellos dos, acomodando mis ropas me dirijo hacia la UTI.

—No veo la hora de verte, mi pequeño —me digo en un susurro dándome cuenta, de que mi apego es superior a lo que debería ser.

No quiero ni pensar lo que sufrirá mi corazón con su despegue final. Solo espero que sea fuerte para salir adelante de todo esto que le tocó vivir sin motivos ni razón.

Y rogar al Dios que es bueno y grande, que le consiga un hogar que lo ame. Porque, aunque el mundo sea una mierda... él, merece lo mejor.










































HAW, POR SUERTE TODO ESTÁ MEJOR🥰

YO QUE JEON, NO PROVOCO A SU PEQUEÑO😑PORQUE ES CAPAZ DE IRSE AL INFRAMUNDO Y TRAERLO DE LOS PELOS😬🤣

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR😍

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro