•CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"¡No puede ser!"

Un beso después de varios arrumacos puede que no sea la mejor idea, porque en este preciso momento necesito jadear por aire para recuperarme de la tremenda montada en el suelo que me da mi residente.

Como poseso sin freno se dejó llevar y ni alcancé a elevarlo aunque sea al sofá que arremetió con su mano en mi necesitado falo.
"Amigo me dejarás sin piernas y sin mi única mano" le hablo entre pensamientos a mi miembro que no sabe de lamentos más que llorar por la boca de su dueño.

—Pequeño deberíamos subir al sof... —intento hablar pero soy acallado por sus húmedos besos que recorren en lo profundo de mi cavidad bucal como queriendo extraer una panorámica de rayos x para resguardar en su memoria.

Sus manos recorren con afán cada parte de mi cuerpo y luego de sentirme poderoso y dirigente con su piel, me aboco a ser el receptor de la búsqueda intensa de su placer sobre mi piel.

Sus jadeos inconscientes retumban por todo el lugar y con mi mano libre de cabestrillo trato de tocar para aplacar un poco su tempestad.

Mi hombro comienza a doler por forzar, más de una vez, su estabilidad. Pero solo puedo jadear por respirar más oxígeno antes de sentirme tragar -nuevamente- por mi caliente y futuro marido.

—Déjate llevar cariño —susurra sobre mi oído mientras lame sin parar ni un instante durante el meneo descomunal de su cadera encima mío.

—Y-yo... me d-dejo... p-pero s-siento... que n-no doy más... —emito como puedo sintiendo la cúspide de mi papel recorrer cada parte de mi cuerpo y remolinear mi vientre por tan ansiado final.

—Entonces, vengámonos juntos, te quiero ordeñar mi impoluto —murmura en un hilo de baba sobre la piel expuesta de mi cuello a su merced.

Escucharlo hablar guarro y todo entregado al placer debería ser pecado, porque activa mi calor de 0 a 100 en un santiamén. Y a consecuencia, exploto como volcán en plena erupción, colmando por completo su cálido interior.

Luego de unos cuantos minutos de jadear por aire con su cuerpo derribado encima mío, no soporto más el dolor de mi cansino hombro y le comunico: —¿Pequeño? Debo acomodar mi brazo porque estoy sintiendo dolor en extremo, a parte, creo que es la hora de mi calmante. 

Y mientras acaricio su hombro y reparto suaves besos sobre sus rubios cabellos, cierro mis ojos con fuerza ante la magnitud del dolor. Creo que a estas alturas una simple pastilla no me hará efecto así que deberé buscar una inyección.

—¡Cariño! ¡Cuanto lo lamento! Me dejé llevar... Perdón —conjetura mi pequeño a los que le resto importancia diciéndole que todo está bien aunque duelan hasta mis entrañas en este momento.

Él, se eleva a toda velocidad y en ese preciso momento, golpean con fuerza el acceso de la habitación, diciendo: —Si no es mucha molestia doctores, necesito un parte médico a la brevedad —resuena la voz risueña de mi amigo al otro lado del acceso.

"Diablos" me duele demasiado mi brazo que me impide mi incorporación

—¿Cariño? ¿Estás bien? —se agacha a medio vestir a mi lado y mi cara debe ser tal, que alarmado abre el acceso permitiendo el ingreso a Nam.

—¡Pero, me hubieran avisado que la cosa no era solamente de dos! —dice todo risueño mi amigo mientras estoy en pelotas tirado y abandonado a mi suerte.

—¡Pero Nam! —espeta mi novio —¿No ves la cara desfigurada de dolor que tiene? Te abrí porque no lo pude levantar, pesa demasiado para mí.

"A que si era un paciente a punto de morir, a una mano lo levantas testarudo" medito mientras observo el panorama alrededor, recogiendo mi pantalón y tratando de prohibir la visión de mi loco amigo hacia mi desnudez.

—¿Ahora se acuerda de la lesión en su costado, doctor Park? Ustedes no tienen cara. Y luego, el desvergonzado soy yo.

Y no puedo contener mis risillas a escondidas en mi rostro de dolor porque y por primera vez en la vida, el descontrolado soy yo.

—Ayúdame a vestirlo y a levantarlo, por favor —le dice mi amado a mi amigo. Y no puedo más que entregarme a la situación, si las malditas piernas reaccionaran pero siento que me traspasó un camión.

"Camión que transita en las curvas peligrosas de mi pecaminoso doctor" medito entre pensamientos a lo que me doy cuenta de que se asoma por entre medio de la abierta camisa de mi amor, parte del encaje color vino que se cruza en forma de X sobre su pecho. Entonces
carraspeo con toda la intención de despertar del ensueño a mi cardiólogo amigo, porque lo que vio en el pecho de mi amor le afectó lo psicomotor "pareciese".

Mi sexi residente cae en cuenta de la dirección de los lobos ojos de Nam y entre elevados tonos de rojos se incorpora a cerrar y acomodar su vestimenta.

—Vamos viejo, ayúdame con el pantalón, pero antes, termina de subir mi ropa interior —le digo a mi amigo que revolea sus ojos como pidiendo perdón.

—Ya deja eso, yo tengo la culpa por tener tremenda obra de arte como novio —le digo entre quejidos de dolor mientras me ayuda a elevar mi cuerpo finalizando con la colocación de mi pantalón.

—Nunca pensé arropar tu cuerpo luego de una faena —dice mi amigo con toda la intensión.

—Nunca pensé dejar las últimas fuerzas de mi cuerpo en una guerra —contraataco a sus dichos, terminando entre risas y una leve palmada a mi hombro sano.

—Bueno, si terminaron con la muestra de testosterona me retiro a pedir a Jin que te prepare un inyectable, la pastilla no hará efecto alguno luego de...

—¿Semejante revolcón? —finaliza mi amigo mientras recibe un azote mío para que se calle si no quiere provocar a la fiera de nuevo.

Jimin sale rodando sus ojos entre bufidos y sin prestarnos ninguna atención.

Busco apoyar mi cuerpo en el sofá mientras Nam localiza su historial. Volviendo luego su vista hacia mi persona, mientras coloca una cara que pocas veces logre ver en él: ¿Satisfacción, confort, tal vez?

—Amigo, realmente, estás hasta los huevos, si es que se puede... Y me alegra tanto por ti, por ustedes, que debo decirte algo importante que averigüe.

En eso, ingresa mi novio residente con su pecho elevado y haciendo señas con sus manos para su posterior.

—¿Con que la removida promovió el dolor? —se escucha la voz aguda de Jin al ingreso trayendo consigo la bandeja de colocación de la inyección —. Y como le gusta pinchar tanto, dese la vuelta jefe doctor que a esta intramuscular no se la daré por el brazo.

Y solo puedo reír por lo que me espera de ahora en más, a consecuencia de mis actos.
























GRACIAS POR LEER, DISFRUTAR, COMENTAR Y VOTAR 🥰

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro