•CAPÍTULO DIECISÉIS •

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Estás aquí".

Despierto totalmente adolorido y con certera resaca en cama ajena, sin embargo, denoto una acentuada sonrisa imborrable en mi semblante.

Entonces deslizo mi rostro a un costado, extendiendo mis brazos para capturar e inhalar el aroma varonil impregnado que se desprende de su almohada. Y enredando mi cuerpo desnudo entre sus sedosas sabanas, apreso fragmentos en mi lábil memoria.

Noto vagos recuerdos que retornan a mi mente... Y ni quiero pensarlos o voy a morir de vergüenza.

Porque a pesar de mi falsa voluntad por olvidar esto que se gesta como un borrascoso semillero de emociones, cuyo nombre y apellido compete a un cabal neurocirujano. Ensoñado y bebido me expuse a sus supuestas manos en el bar. Para luego ser rescatado como una damisela en apuros cuando creía que eran sus brazos los que me apresaban con sumo fervor.

Y luego, en mi patético estado de letargo dentro del auto, observarlo compungido y afligido por lo que me pudo pasar, socavó aun más profundo en el medio de mi pecho. Y confesé sin poder guardarme más todo lo que sucedía en mí interior...

Y estoy casi seguro, que de no ser por mi estado, él hubiera confesado también, porque su abrazo hablaba de perdón pero connotaba por debajo, mucho más.

Y me cuido tan dulcemente que aturdió cada uno de mis sentidos de solo rememorar. Mimos, caricias y un sexo fenomenal haciendo mella en un camino sin retorno allá al final.

"¿Qué hora es?" medito entre resonantes zumbidos agarrando mi cabeza cuando atisbo la botella, la pastilla y la notita... Y de mucha ayuda no es. Tan galante y amoroso en su pequeño escrito que aunque mi mente dicte no formal, mi corazón se retuerce ante la mínima posibilidad de ser algo más que frotación extrema.

Observo alrededor hasta dar con el diminuto encaje que tengo por ropa interior, junto a mi camisa y mas allá mi prenda inferior.

"¡Maldición..! ¡No le avisé a mi padre por donde andaba!" se revela en mi cabeza al terminar de colocar luego del encaje, mi camisa. E inmediatamente me arrojo de la cama a rastrear mi celular escondido en los bolsillos de mi prenda... Uno, dos, tres pitidos y al cuarto responde una profunda y familiar voz a medio subir de mi pantalón cortándome el "Apa lo sient..."

—Pequeño... no te asustes, justo te estaba por llamar... tu padre ingresó a la guard...

El móvil se desliza interminablemente por mi cuerpo sin escuchar nada mas hasta dar contra el piso. Un sentimiento de creciente angustia carcomiendo cada parte de mi ser y advierto quedarme lentamente sin mis funciones vitales...

"¿Cómo pude no estar ahí para él? ¿Cómo no lo llamé antes para verificar si necesitaba algo, o si estaba bien?" Automáticamente mis orbes se congregan con cuantiosas lágrimas de frustración, de enojo, de impotencia, pero sobre todo; de culpa.

Así que sumido en mi mundo de regaños y faltas adquiridas, mi conciencia se empieza a evaporar rápidamente. Entonces comienzo a percibir una continua opresión en mi pecho, cortando velozmente, el fluido pasaje de aire junto a mi agitada respiración sin control.

Me encuentro gélido y abrumado...

"Necesito reaccionar" en mi desfragmentada mente se escucha a lo lejos el resonar de un teléfono ¿O es el timbre insistente de la puerta? No lo sé... Aun así, primero debería ingresar aire para inmutar mi débil cuerpo... Siento que me quedo, me estanco, me dejo ir...

Todo aturde y se escuchan como pausados los sonidos a mi alrededor, algún que otro llamado a mí nombre y yo, tirado al borde del lecho de mi endeble conciencia que me refriega constantemente: "Mientras tú follabas como un maldito conejo, tu padre te necesitaba ¿No es que viniste a cuidar de que no le pasara nada?"

—¡Señor! —percibo un toque sobre mi cuerpo y trato de enfocar —. Señor míreme...— Todo da mil vueltas pero de a poco, trato de enfocar —. Eso es, quédese conmigo... respire tranquilo conmigo, tome suave aire y expulse lentamente... —Entre tinieblas, observo a un señor algo mayor, que con sumo cuidado y palabras tranquilizadoras, me alienta a seguir con mi continua respiración. Inhalando y exhalando con renuente control —. Eso es, lo está haciendo bien, no deje de mirarme... —Lo siguiente que noto es sentarme en la cama mediante su ayuda e inmediatamente me alcanza la botella de agua—. ¿Se encuentra usted mejor? —cuestiona el apacible señor.

—S-sí... m-muchas g-gracias... Solo algo aturdido pero mejor ¡Debo irme! —me incorporo rápidamente, trastrabillando con mis pies cuando alguien me toma fuertemente evitando mi desastrosa caída.

—¡Pequeño! ¡Levántate despacio! Vine lo más rápido que pude.

"Eres tú..."

Mi conciencia se desploma al escuchar su voz y percibir su tacto. Y girándome lentamente me aferro a su piel desarmándome en mil lamentos...

—Tranquilo pequeño. Te aseguro que tu padre está bien y controlado, solo que me dejaste con las palabras a medio decir y luego te sentí lejano. Entonces llamé y no atendías el teléfono fijo y opté por avisarle al conserje; imaginándome la situación.  —Escucho a Jungkook articular al conserje acentuando un "No tengo palabras de agradecimiento por su rápido accionar" ante mi aparente ataque de ansiedad.

Así que me retiro pausado, y sin soltarme del escondite seguro de sus brazos, para luego mirar cálidamente al conserje y así agradecerle nuevamente. Él, asienta con su cabeza e inmediatamente anuncia su retirada.

Me vuelvo hacia el rostro de JungKook, a perderme en su mirada. Y apasionado como pocos, al tenerlo aquí tan preocupado, dejo salir en un susurro apenas audible de mis labios "me gustas" sin ni siquiera pensarlo...

Inmediatamente, siento como mis mejillas se tiñen de un furioso tono rojizo al percatarme de mi alivianada confesión. Y enterrando mi vergonzoso rostro en su fuerte torso a la espera de que la tierra me trague y me escupa en otro lado... lo atiendo —: ¿Pequeño? —buscando con su mano mi mentón y así elevar mi rostro a su gestión para ser primer espectador de su retruco...

"Tú también me gustas."

Y abrazando hasta mi alma, me desarmo entre los cálidos y suaves toques de sus deliciosos labios...

La intimidad del momento es tan genuina y real, que hace que todo esto se siente mucho mas que sexo. Y eso, es gratificantemente abrumador.

Finalizando con el afectuoso asalto revaloro mi prioridad.

—Debo ir con mi padre —articulo mientras reacomoda uno a uno mis cabellos, haciéndome sentir sumamente especial.

—Por supuesto, para eso estoy aquí. A parte de preocuparme, vine a buscarte. Yo debo regresar también. —Con un último roce de sus labios se retira momentáneamente y aprovecho a finalizar con mi medio vestir para salir a su encuentro.

JungKook, me espera pacientemente en el marco de la puerta, y con un envoltorio entre sus dedos. Y cuando me acerco a su lado me hace entrega del mismo diciendo —: Come pequeño, ahora o luego, pero no dejes de alimentarte. Y asegúrate de beber bastante líquido...

Y yo, solo sonrío... Sonrío como un niño regañado pero demasiado contento por la atención recibida.

¿Será, que de ahora en más, seré "su pequeño"? ¿Y no más Jimin o Doctor Park? Y a decir verdad, realmente no me importa, porque se siente demasiado bien.

Me acurruco en su automóvil que huele a fresca brisa de montaña y no a "rancio y putrefacto" como lo dejé anoche. Entonces, me invade la vergüenza, nuevamente, y con mis cachetes colorados en un tierno mohín le comento —: Siento mucho lo que sucedió en tu auto, anoche.

—No te preocupes pequeño. Lo dejé limpiando a primera hora —me dice con una cálida sonrisa enmarcada en su bello rostro.

Y ahí esta de nuevo, esa palabra... "pequeño". Palabra que en sus labios se sienten perfectos.

Al llegar al nosocomio, salgo a toda velocidad del auto hacia el encuentro de mi padre. Sintiendo una fuerte puntada en el medio de mi pecho. Jungkook, que viene atrás de mí, me indica el número de habitación en la que se encuentra.

Y al ingresar a su cuarto, como un perrito con el rabo entre las piernas y atisbar su mirada, mis ojos se inundan de lágrimas sin poder controlar mi conmoción. Desesperado, me lanzo a su cuerpo implorando por su pronto perdón. —Lo siento tanto apa... Lo siento. Debería haber estado ahí, para tí... Yo... yo no me lo voy a perdonar jamás.

Mi padre, me devuelve un tierno abrazo como puede mientras me dice —Pero hijo... ¿Qué cosas dices? No es tu culpa cariño. Y no puedes estar siempre ahí para mí, también tienes tu vida. Así que tranquilo... no te quiero ver llorar.

En eso, entra Jin seguido de Jungkook, y el primero comenta cambiando el suero de mi padre: —¿Vió señor Park? Yo le dije que en un santiamén tendríamos a su hijo por aquí. —Luego se gira a saludarme y desembucha—: Doctor Park, usted se ve fatal. —Y debo verme realmente mal, así que solo atino a sonreír hasta que escucho.

—Hijo... Así que éste buen Doctor, ¿es el causal de tus suspiros? Acaso ¿no piensas presentarme al novio?



























POBRECITO MI RESIDENTE🥺

EL NEUROCIRUJANO ME PUEDE😍

Y AL APA NO SE LE ESCAPA NADA🤣🤣

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR 🥰















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro