•CAPÍTULO VEINTIOCHO•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"¿A quién le importa?

Luego de confesiones y entregar nuestros corazones a la tranquilidad de una transferencia mutua, nuestras lágrimas de goce se mezclan con el pasmo de encontrarnos frente a frente con el jefe de enfermeros y un cambio de sábanas entre sus manos.

—Y-yo... l-lo siento doctor Jeon, dejo esto y me retiro —confiesa el inoportuno.

Mi rostro y todo mi cuerpo fue cubierto por el torso de mi imponente novio, pero de soslayo observo como los ojos de Jin se direccionan hacia el sur y dada la posición, me imagino que se impactó con las duras nalgas de mi querido.

—¿Terminó de observar o le falta un poco más? —resuena la gruesa y firme voz de Jeon en la habitación. Y no sé si sonreír o pedir que me trague la tierra por la vergüenza de ser descubiertos.

—Yo... este... ¡Es que entiéndame doctor! No sé si podré verle las duras nalgas de nuevo. Y por cierto, muy lindas piernas doctor Park —comenta orgulloso y como si nada, apoyando las sabanas sobre la cama para luego girarse hacia la salida.

—Jin... —irritado lo nombra —¿Te puedes retirar?

—Por supuesto doctor Jeon, ya terminé de observar —de escucha junto con el sonido del cierre del acceso.

—¡Pero Jeon! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Yo estoy que me muero de vergüenza! —articulo aferrado todavía a su fornido cuerpo.

—¡Ahhh claro! ¿Ahora soy Jeon? Hace un rato era "Sí Jungkook... más adentro".

Direccionando mi visión sobre su rostro y regalándole mi mejor versión seria, no aguanto sus muecas y estallamos en risillas.

—Eres un tarado cariño.

—Un tarado que te ama y es capaz de mostrar el culo por ti, pequeño.

Nos entrelazamos en nuevos roces de labios entre caricias mientras descendemos de la mesa para rebuscar mis prendas y proceder a vestirnos antes de que ingrese -de nuevo- un enfermero. 

—¿Tu jornada ya termina, no? —me consulta mi bello novio.

—Sí cariño, solo me queda repasar el pabellón y ver si está todo en orden para proceder a retirarme. Y hablar con la mamá de mi pequeño paciente oncológico... ¿Tú, tienes guardia?

—Sí, hoy me toca corrido pequeño, será largo sin tus piernas —comenta divertido.

—¿Cómo qué sin mis piernas? Y yo, que pensaba que era un poco más que eso —pseudo ofendido lo miro.

—Pero por supuesto querido, y no solo un par de piernas, ¡también un culo divino! —desembucha lamiendo sus labios.

En eso, ingresa el jefe de enfermeros -de nuevo- y arremete —¡Por fin están vestidos! Ahora sí, llamaré a la enfermera para que haga la cama para el paciente de traslado.

—¿No podía esperar un segundo licenciado? —cuestiona Jeon sacudiendo su cabeza mientras acomoda el estetoscopio en su cuello.

—Lo siento doctor Jeon, el tiempo apremia. Y si se pueden retirar, les voy a agradecer que debo echar desodorante de ambiente en este lugar —comenta realizando gestos de desagrado con sus manos.

Y solo puedo sonreír ante la cara de enfado que pone mi novio ante los dichos del licenciado. Pero exacerbando mi olfato, debo darle la razón, el aroma a sexo es tal que deberá abrir las ventanas para ventilar.

—Bueno, yo me retiro, debo ordenar varios asuntos antes de mi salida —le digo a ambos.

—Vamos pequeño, te acompaño, debo firmar los partes diarios de ustedes... Nos vemos licenciado y de paso, le comento, que estaremos organizando una comida en uno de estos días. Espero contar con su presencia.

—Por supuesto jefecito, usted avise nomás y ahí estaremos.

Me aproximo a la salida primero y observo el ambiente alrededor, por suerte todo está tranquilo así que procedo a salir de la habitación en compañía de Jeon.

—Dame un besito que vamos para distintos lados. Y búscame antes de irte, o de última un mensajito... Y no olvides de saludar a tu padre de mi parte.

—Sí cariño, yo le digo, no te preocupes —anuncio dándole un pequeño roce de labios para luego retirarme mientras saludo todo entusiasmado.

Y a lo lejos, reclama —¡Pero que porquería de beso doctor Park! ¡Más vale que me lo mejore antes de irse!

Entre risas y escondiendo mi rostro bajo tierra, me dirijo -primariamente- al baño para asear mis manos o tal vez darme un pequeño baño. Ya que los restos del encuentro, no pasan para nada desapercibidos en un buen olfato.

Y retraído en mis pensamientos, me desplazo -velozmente- sin darme cuenta de que estoy por chocar contra otro cuerpo. "¿O será mi mala suerte a la deriva?" Medito al observar al interno Kim acomodar su papeleo que fue regado por todo el piso. Y cuando estoy arrodillado para poder ayudarlo escucho lo que sale desde sus labios.

—¡Doctor Park! No se preocupe y déjeme a mí, que la noche será de más larga, así que debo encontrar algo con que entretenerme ¿no?

Y apaciguadamente me incorporo, ignorando -en parte- sus vocablos mientras exclamo —¡Interno Kim Tae! ¿Así que tiene guardia hoy?

—Guardia no, pero estoy cubriendo un turno que me cambió otro interno... En una de esas, hoy mi destino dictamina que -tal vez- ingrese a alguna cirugía ¿No sería eso maravilloso doctor? — Comenta mientras se eleva atisbando mi ubicación con una media sonrisa burlona.

¡Maldita sea entrometido! Te jactas de resfregar tu turno compartido con lo que es mío.

—Ojalá tenga suerte interno, ya que cualquier tarea en urgencias es alucinante... Solo recuerde no meterse donde no debe. Y de paso, nunca dude a la hora de actuar.

—¿Acaso, me está amenazando doctor Park?

—No, no, para nada, solo le estoy avisando. Y con su permiso, que me tengo que bañar para sacarme el olor a sexo de mi novio... ¡Ah! Por cierto, hablo de Jungkook.

Procedo a seguir el camino hacia las duchas. Vislumbrando un incrementado refunfuño de su parte, pero decido hacer caso omiso a sus palabras entre gruñidos. Nunca fui celoso hasta este punto... ¡Pero es que este interno me saca de quicio!

¿O será qué lo que siento es demasiado, y tiene connotación de "mío"?

Sólo sé que estoy dispuesto a despejarme el camino de chirusas o chirusos en este caso.

Luego de un refrescante y rápido baño disipador de locas ideas, procedo a buscar otro ambo de mi armario y resguardar el sucio en mi mochila. Aunque, por su aroma, no se si lavarlo o prenderle fuego (en el mejor de los casos).

Y sonrío para mis adentros, en cuanto recuerdo nuestros cuerpos apresados  hace un momento. Entonces cierro -levemente- mis ojos y el vivo recuerdo de su toque me estremece al punto de tener que inspirar para intentar calmar mi acelerado pecho.

Luego, sacudo mi cabeza y tomando el móvil, mensajeo a mi apa como varias veces al día -o cada que puedo- lo hago. Consultando cómo se encuentra y avisando, de paso, que cenaremos juntos esta noche.

Haciéndome la nota mental de que debo comprar alimento para mí cachorro y los malcriados de sus amigos. Ese trío es descomunal, ya que varios desesos juntos tienen encima, entre almohadones y alguna que otra zapatilla.

Ya arreglado y perfumado, me direcciono al pabellón para hablar con la mamá de mi pequeño guerrero y darle la buena nueva de que no es tan agresiva -como creíamos- su leucemia, y que debe ser fuerte para soportar los venideros meses.

Necesito que entienda que dentro de toda ésta mierda, hay luz en el camino... Y hay que aferrarse a ella.


















































DIABLOS RESIDENTE, DEFIENDA LO QUE ES SUYO CARAJO, PORQUE SE LO GANÓ CON EL SUDOR ¿DE SU FRENTE?😏😈😉🤣

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR 😍

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro