Capítulo 6

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jungkookie... Jungkook... Mi adorable dongsaeng... Jungkook-ah... Jungkook-ssi... Kook... Nuestro Golden Maknae...

Jungkook

Siempre que podías me llamabas de distintas formas, siempre que podías me perseguías con un entusiasmo inigualable... Siempre que podías te encargabas de demostrarme lo mucho que te importaba. Pero yo estaba temeroso de tantas cosas en aquel tiempo que, por desgracia, no supe valorar tus esfuerzos, me duele de solo recordar aquello.

Solo era un crío cuando fui aceptado en aquella audición, viéndome obligado a separarme de mi familia y de todo lo que conocía como cotidiano en mi vida. Siempre había sido alguien de pocas palabras, tímido y no era un amante de recibir demasiada atención. Sin embargo, el sueño de llegar a ser un cantante me empujó fuerte para que lograra superar todo eso. Por supuesto, no fue para nada fácil.

La primera impresión que tuve respecto a ti fue: "Wow, ese hyung es tan fuerte y seguro de sí mismo, además baila increíble". Toda tu personalidad la definía como resplandeciente, siempre animando a todos y regalando sonrisas por doquier. Me sentí intimidado y un tanto envidioso de esa aura sociable que desprendías, porque sentía que yo jamás podría ser de esa forma.

Cuando empezaste a buscarme por todos lados nació otro sentimiento en mí. Nervioso... Así me sentía con tu constante cercanía y muestras de afecto en público, por ello tomé el camino más fácil: huir de ti o rechazarte.

Perdóname mi amor, no era consciente de todo el dolor que estaba causándote.

Desde siempre te admiré y entiendo que por culpa de mi comportamiento pensaste todo lo contrario, pero es que habían tantas cosas en mi cabeza que me sentía demasiado abrumado y confundido, muy confundido. En especial cuando empecé a fijarme de más en tu fisionomía. Pero entré completamente en pánico cuando por primera vez me perdí viendo tus labios y soñé con poseerlos, acariciarlos con mis dedos y devorarlos con mi boca.

Entré en una gran crisis, cuestionándome todo lo que hasta entonces creía que me definía como persona. Me centré tanto en mí que no logré darme cuenta de todo el tormento que empezaste a vivir.

Ya no me seguías, los llamados antes constantes ahora eran escasos, las muestras de afecto, los abrazos, los intentos de besos. Te alejaste de mí llevándote todo aquello que yo fingía no soportar. Me sentí con un vacío inmenso y yo era muy consciente de qué era lo que había perdido.

Cuando luego de unos días aquel alejamiento no era solo conmigo, fue que la preocupación explotó en todos nosotros. Ya no había más Jimin con esas sonrisas que llegaban hasta sus pequeños y brillantes ojos. Después, ya no había más Jimin con ojos brillantes y de pronto, ya no había Jimin con esa aura que regaba felicidad por donde pasaba.

Te perdiste a ti mismo en una encrucijada que se encargaba de restregarte en cara tus supuestos defectos... Te perdiste a ti mismo en un abismo lleno de palabras que solo buscaban hundirte más... Te perdiste a ti mismo en el falso concepto que tenías de ti cada que estabas frente a un espejo.

Era mi turno de buscarte, encontrarte y llevarte de regreso al cielo nocturno, porque tú eras la estrella perdida que yo tanto anhelaba ver brillar otra vez.

Quien te seguía a todas partes ahora era yo, solo deseaba cuidarte y protegerte de todo, cosa que lamentablemente no pude hacer. Por favor, perdóname mi amor, tan solo perdóname.

🦋

Todo era demasiado frío y silencioso, Jungkook se sentía tan fuera de sí y vacío mientras caminaba lentamente hacia esa mesa de metal en donde yacía su amado Jimin. Eran sentimientos extraños y difíciles de entender.

Su cuerpo, su alma y su mente estaban divididos, pero todos lo llevaban a creer que lo que ocurría en ese instante era una pesadilla, una muy horrible. Se sentía seguro de que al amanecer estaría en su habitación despertando junto a su pequeño hyung, quien en las mañanas se convertía en un gatito en busca de mimos y él con gusto se los daría hasta que estuviese satisfecho, luego, ambos se harían todo un lío enredado de brazos y piernas buscando el calor corporal del contrario y a su vez, calmándose con el ritmo de sus latidos.

Sí, estaba seguro que al despertar la horrible visión del cuerpo de Jimin cubierto con una sábana blanca desaparecería, podía jurar que también la sangre en sus manos y ropas ya no estaría, pero sobre todo, el vacío y el dolor que lo asfixiaban se iría para siempre, porque él estaría junto a la persona más especial en su jodido mundo tonteando y riendo como era común en ellos. Era una pesadilla, debía serlo.

Pero entonces... ¿Por qué todo se sentía tan real? ¿Por qué el etéreo cuerpo de su Jiminnie estaba tan frío? ¿Por qué al inclinar su cabeza y alinearla con el corazón de su hyung no podía escuchar el retumbar de sus latidos? ¿Por qué le hacía esperar tanto cuando el anhelaba verle abrir esos ojitos de color miel tan cautivadores?

No es real, no es real, no es real...
¿Pero qué pasa cuando sí lo es?

Porque jodidamente esa era la maldita realidad. Jimin muerto, asesinado por una psicópata frente a miles de personas.

¿Cómo podría ser aquello el mundo real? Jungkook no lograba comprenderlo. No aún. Pero el entendimiento llegaba de a poco a su atormentada cabeza, porque su Jimin jamás lo había hecho esperar, él siempre era el primero en tomar sus manos y entrelazarlas, él siempre era el primero en lanzarse a sus brazos abiertos... Él siempre abría sus luceros de miel cuando le susurraba por las mañanas lo hermoso y angelical que se ve.

Jungkook se sintió mareado, el maldito cuarto le daba vueltas y su corazón parecía querer latir el doble para compensar la falta de los latidos de Jimin, de su primer y único amor.

El menor cayó de rodillas aún sosteniendo la mano fría de su amado porque no podía dejarlo ir, aún no. Lágrimas bañaban su rostro y las palabras no podían salir. Sentía que se ahogaba, se estaba destruyendo tan rápido como las balas que atravesaron la delicada piel de su pequeño hyung.

Entre temblores se levantó, apoyándose en esa horrible y fría mesa de metal. Sin soltar la pequeña mano buscó la forma de acomodarse junto al cuerpo inerte de su Jiminnie. Al lograrlo, lo envolvió con sus brazos y se convenció por última vez que mañana, al salir el sol, todo cambiaría. Era una pesadilla...

Debía serlo.

El alma de Jimin que ya se encontraba fuera de su cuerpo, estaba en una de las esquinas de ese cuarto de blancas paredes, sentado y con las rodillas pegadas al pecho, observando con profundo dolor la forma en que Jungkook tan delicadamente envolvía el cuerpo que hace unas horas le pertenecía. El cuerpo que no logró resistir la cirugía en el quirófano, el cuerpo sin vida, sin color, sin latidos y sin calidez que hace unas horas cantaba y bailaba de un lado a otro en un escenario enorme rodeado de personas, de muchas personas, pero de una en particular que se dejó llevar por el odio y sin remordientos le arrebató la vida.

ㅡP-Perdóname... Por favor, p-perdóname Jungkookie ㅡse levantó por el intenso deseo de estar cerca de su adorado dongsaeng. Al intentar dejar una caricia en el rostro cansado y abatido del contrario su mano simplemente lo traspasó. El dolor y sus sollozos incrementaron, pero Jungkook no podía oírlo. Nadie perteneciente al mundo de los vivos podría hacerloㅡ. E-Estoy aquí amor... Vamos, m-mírame... Por favor ㅡsusurró cerca de su oído en un inútil intento de que su chico lo sintiera y así supiera que no lo había dejado solo... Que seguía junto a él.

Jimin estaba destrozado al ver el enorme sufrimiento que ha causado en las personas que ama. No puede irse todavía. No puede dejarlos, aunque realmente ya lo haya hecho. El rubio siguió tratando en vano de tocar las manos cálidas de su amor, de acariciar sus empapadas mejillas, de besar sus labios ahora pálidos.

¿Por qué el universo estaba tan celoso de su amor? ¿Por qué el destino los llevó al abismo? ¿Por qué la muerte lo atrapó tan rápido?

No lo entendía, no podía hacerlo. Y justamente al igual que su amado Jungkook, se dijo: "Es una pesadilla, debe serlo. Mañana al despertar todo habrá cambiado", pero bien sabía que se engañaba a sí mismo. Y con sus lágrimas cayendo sin parar, decidió cerrar sus ojos, quedando al lado de su amado con su mano no corpórea traspasando la de su chico en un intento de mantenerlas unidas por última vez.

Los miembros restantes al notar que Jungkook se demoraba demasiado decidieron ir en busca de él, todos estaban en un estado deplorable, pero entre ellos había uno en especial que se sentía al borde y cansado de todo, de la vida, del mundo, de seguir respirando cuando dos de las personas más importantes para él se habían marchado y justamente el mismo día.

Taehyung sentía el peso de una horrible realidad sobre sus hombros más que nunca, tanto así que era gracias a Namjoon que lograba caminar hacia donde estaba el cuerpo sin vida de su amigo, de su compañero y de su alma gemela. No quería entrar porque sabía que al cruzar esa maldita puerta la muerte de Jimin sería más real de lo que ya lo era y muy en el fondo, no deseaba perder la pequeña esperanza de que todo fuese una mala broma, una pésima broma de parte de sus hyungs, de los médicos y de todo el jodido hospital si era posible.

Pero no lo era... ¿Cómo podría serlo cuando sus ropas estaban manchadas con la sangre de Jimin?

No, no era una pesadilla, tampoco era una broma. Era la realidad, una demasiado cruel y cínica que se reía a carcajadas frente a su cara por su vano intento de recrearse en una falsa y estúpida esperanza.

Continuar sería muy difícil o tal vez imposible, porque Jimin le prometió que siempre estarían juntos, pero no cumplió. Entonces él también podía romper aquella promesa en la que aseguró jamás rendirse. Porque eso era lo único que deseaba hacer ahora mismo.

¿Para qué continuar si no lo tenía a su lado? De nada servía, todo se había ido a la misma mierda.

Desde ese día, nada jamás podría volver a ser igual. La historia que debió terminar mucho después con un final feliz, acabó demasiado pronto con un inconcluso final trágico.

🦋

"El duelo es el precio que pagamos por amar".

🦋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro