๑ೋ ❝O74 | 𝑷𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂❞

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Los vampiros dejaron de reírse al escuchar como los lobos comenzaron a seguir a alguien entre el bosque.

Mackenzie dirige su mirada hacia Edward por unos cuantos segundos, pero luego utilizó su velocidad para llegar al lugar en donde provenían los gruñidos de molestia de los lobos.

Edward alcanza a su esposa junto con Carlisle y el clan Denali, todos se detuvieron al momento de ver a dos vampiros sentados en lo alto de algunas rocas.

—Vladímir, Stefan —habla Carlisle hacia ambos seres inmortales que regresaron a verlo—. Están muy lejos de casa.

—¿Qué están haciendo aquí? —pregunta Kate estando de pie a espaldas de Carmen.

—Oímos que los Vulturis vendrían a enfrentarlos, pero que no lo harían solos —explica Vladímir antes de fijar su mirada en Mackenzie.

—No hicimos lo que ellos piensan —asegura Carlisle con seriedad.

—No nos interesa lo que hayan hecho, Carlisle —responde Vladímir con aburrimiento y poniendo los ojos en blanco.

—Hemos esperado un milenio para enfrentarnos a esa basura italiana —confiesa Stefan con repulsión.

—No pensamos pelear con los Vulturis —explica Carlisle por su clan y sus amigos.

—Lástima —responde Vladímir con burla—. Los testigos de Aro quedarán decepcionados.

—Disfrutan las peleas —asegura Stefan antes de reírse junto a su compañero.

—¿Los testigos de Aro? —pregunta Eleazar al dar un paso al frente y mirar a Carlisle.

—¿Aún esperan que escuchen? —pregunta Vladímir con sarcasmo.

Mackenzie se da cuenta de como su suegro bajó la mirada ante esa cuestión, por lo que ella decidió tomar la palabra.

—¿Creen que uniéndose a nosotros van a conseguir lo que quieren cuando han tenido un milenio para hacerlo por su propia cuenta? —pregunta la vampiresa en voz alta mientras se cruzaba de brazos—. Han tenido el tiempo suficiente para enfrentarse a los Vulturis, pero no han conseguido los miembros suficientes para enfrentarlos. ¿O les faltan las agallas para hacerlo?

—¿Qué sabes tú de nosotros, niña? —pregunta Vladímir a la defensiva, mirando de mala manera a Mack.

—No necesito conocerlos para saber que quieren lo mismo que los Vulturis, el poder —responde la castaña—. Si vinieron aquí para hablar cuando no les pedimos su opinión y estorbarnos, será mejor que se vayan por donde vinieron. Si se quedan, absténganse a abrir la boca y no nos estorben.

Mackenzie mira una última vez a los dos vampiros antes de darse la vuelta y desaparece de ese lugar utilizando su velocidad.

—Tu mujer tiene cierto carácter, Edward —le asegura Vladímir con molestia.

—Lo sé, pero será mejor que le hagan caso —responde el lector de mentes con seriedad—. Si no vinieron a ayudar, mejor váyanse.

Edward mira una última vez a Carlisle antes de seguir a Mackenzie lejos de ahí.


—Cuando Aro quiere a alguien de un clan, no tarda en encontrar evidencia que pruebe que ese mismo clan cometió algún crimen —explica Eleazar con los brazos cruzados y recordando los siglos que pasó con los Vulturis.

—Entonces ha hecho esto antes —asegura Mackenzie mientras era tomada de la cintura por Edward.

—Sucede muy pocas veces, nunca noté un patrón —confiesa Eleazar.

—Parece que siempre perdona a una persona si piensa que está arrepentida —explica Carlisle al recordar todas las veces que los Vulturis perdonaron a alguien.

—Esa persona siempre tiene una habilidad y siempre se le da un lugar con la guardia —asegura Eleazar.

—Todo esto es por Alice —responde Edward sin dudar al negar ligeramente.

—No solo es por ella —habla Eleazar una vez más—. También lo es por ti, por Mackenzie y por su hermana.

La mencionada baja la mirada al escuchar esas palabras.

—No tiene a nadie como ustedes —asegura Carlisle al mirar a su hijo.

Edward regresa su mirada hacia el perfil de su esposa que intentaba analizar todas estas palabras.

—Por eso se fue Alice —habla Rosalie en voz alta.

—¿Para qué necesitan testigos? —pregunta Emmett confundido sin dejar de tomar la cintura de su pareja.

—Para correr la voz de que se ha hecho justicia —interviene Alistair—. Después de masacrar a todo un clan.

Esas palabras hicieron que la mayoría de los presentes se pusieran alerta.

—Benjamín, Tia, nos vamos —ordena Amun al caminar hacia su hijo junto con Kebi, que iba detrás de él en silencio.

—¿Y a dónde irán? ¿Por qué piensas que quedará contento con Alice o con nosotros? ¿Qué evitará que vaya tras Benjamín, Zafrina, Kate o cualquiera que tenga un don? —pregunta Edward al fijar su mirada en el hombre—. Su meta no es el castigo, es el poder, la adquisición.

Mackenzie comienza a acariciar los antebrazos de su esposo para intentar tranquilizarlo.

—Tal vez Carlisle no les pida que peleen, pero yo sí —confiesa Edward hacia todos los presentes—. Por el bien de mi familia, el de las suyas y por su manera de vivir.

La sala queda en silencio por algunos cuantos segundos, hasta que Jacob se puso de pie junto a Embry y los hermanos Clearwater.

—Nuestra manada peleará —asegura Jacob con seriedad.

—Nunca le hemos temido a los vampiros —responden los hermanos Clearwater al mismo tiempo.

—Pelearemos —habla Tanya al fijar su mirada en Mackenzie, pero Carmen y Kate se levantaron para quedar a los lados de la rubia.

—No es la primera vez que lucho contra una tiranía —confiesa Garrett al dar un paso al frente.

—Me uno a ustedes —asegura Benjamín.

—No —niega Amun inmediatamente tras regresar su mirada hacia su hijo.

—Yo haré lo correcto, tú puedes hacer lo que quieras —le responde Benjamín antes de entrelazar su mano con la de Tia.

—Te apoyaremos —habla Senna, dando un paso al frente junto con Zafrina que asintió.

—También nosotros —asegura Siobhan, levantándose de su lugar al mismo tiempo que su esposa y su hija adoptiva.

Todos los demás fueron asintiendo, ya que estaban seguros de apoyar a los Cullen en su pelea.

—No fue tan difícil —susurra Vladímir hacia Stefan que miraba la escena interesado.

—Espero no llegar a eso —responde Edward sin soltar la cintura de su esposa.

—Ya veremos —le dice Alistair a Mackenzie que levantó una de sus cejas.

—Si no quieres ser testigo, puedes irte de una vez —asegura la vampiresa estando harta del comportamiento del hombre—. Nadie te está obligando a quedarte.

Mackenzie se suelta del agarre de Edward y camina para quedar frente a Alistair que la miraba con atención.

—Puedes irte a esconder como el cobarde que eres, no me importa, pero si vas a quedarte, mantén tu boca cerrada si no darás alguna idea —pide la castaña antes de darse la vuelta con una clara intención de salir del lugar.

—¿Esa es el tipo de compañera que te conseguiste, Edward? —pregunta Alistair hacia el castaño que frunció el ceño molesto por sus palabras—. Es humillante.

Mackenzie detiene sus pasos en seco tras esas palabras y regresa su mirada hacia el vampiro.

—Créeme, no eres el primer hombre que dice eso, que no valgo la pena y que doy vergüenza —confiesa la vampiresa con diversión—. No me importa lo que pienses de mí, pero tienes que tener en claro que yo sí soy capaz de dar mi vida por el bienestar de mi familia.

Mack se da la vuelta para mirar a todos los presentes que escuchaban la discusión en silencio.

—Les estaré eternamente agradecida por lo que están haciendo por mi familia, pero si van a decir algo que no sea una buena idea o que nos ayudará en algo y van a estar con su mal carácter, será mejor que cierren la boca e incluso que dejen de estorbarnos —asegura Mackenzie con seriedad—. Eso va para Vladímir, Stefan y Alistair.

El clan Cullen y el clan Denali no evitaron mirar con orgullo a la vampiresa, pero esta regresó su atención hacia Alistair.

—No te vuelves a meter conmigo o con mi familia porque estás agotando mi paciencia —asegura la castaña—. Me importa muy poco si eres amigo de Carlisle, llegas a colmar mi paciencia, y acabaré contigo.

—Tú nunca podrás con un inmortal con siglos de experiencia, niña —responde Alistair con seriedad.

—Uy, Alistair, retráctate —recomienda Emmett con diversión mientras Rosalie sonreía con burla.

Carlisle baja la mirada y se hace a un lado junto a todos los demás vampiros, ya que vieron como el cabello de Mackenzie tomó más mechones de color borgoña y las puntas de su cabello se tornaron como ardientes llamas de fuego.

Segundos después, la vampiresa logró derribar a Alistar hasta dejarlo hincado frente a ella.

—¿Quieres averiguarlo? —pregunta Mackenzie con burla—. Derribé a Félix Vulturi sin ser una inmortal, acabar contigo sería mucho más sencillo.

La castaña pierde su amabilidad y le da un duro puñetazo en el pómulo a Alistair que terminó en el suelo.

—¿Alguien tiene otro comentario? —pregunta Mackenzie al mirar a los demás vampiros que se mantenían callados—. ¿Vladímir? ¿Stefan?

Los dos mencionados se mantienen callados y baja la mirada para negar ligeramente.

—Eso creí —susurra la vampiresa.

La mujer regresa su mirada hacia su familia que le sonreían orgullosos.

—Maldita imbécil —susurra Alistair con rencor.

Mackenzie cierra los ojos fuerza e intenta tranquilizarse para no cometer una locura.

—¡Hey! —grita Edward molesto e intenta acercarse al vampiro, pero Tanya lo toma fuertemente del brazo para detenerlo.

Todos ven sorprendidos como de las manos de Mackenzie se mostraron dos intensas llamas de fuego.

—Alistair, creo que tienes que... —intenta decir Eleazar, pero se queda callado al ver como la castaña mandó al mencionado al otro lado de la habitación de una sola patada.

—Auch —susurra Seth con burla, pero decide guardar silencio al ganarse una mala mirada por parte de su hermana mayor.

—Fui bastante paciente contigo —asegura Mackenzie mientras sus venas comenzaban a marcarse—. ¿No tienes un mejor insulto? ¿Algo menos infantil, tal vez?

—No lo puedo creer —susurra Garrett impresionado por la reacción de la vampiresa y la capacidad que tenía su don principal.

Mackenzie se acerca a Alistair para tomarlo del cabello y hace que levantara su cabeza con brusquedad, lo obliga a ponerse de pie para lanzarlo con fuerza hacia una de las paredes de la sala.

Todos sueltan una exclamación de dolor al escuchar como un cristal se agrietó, proviniendo esto de alguna parte de la espalda de Alistair.

Mackenzie toma el cuello del vampiro y comienza a ahorcarlo mientras a los dos los rodeaban varias llamas de fuego.

—Mantén la puta boca cerrada o terminarás hecho una pila de cenizas —advierte la vampiresa con seriedad—. Me entero de que me insultaste a mis espaldas, o, a alguna otra persona en esta habitación y acabo contigo.

Sin dejar de tomar el cuello de Alistair, la vampiresa camina por la sala hasta llegar al balcón de este mismo lugar y lanza al hombre hacia el bosque con fuerza.

Todos los vampiros la siguen para ver como Alistaír cayó a la tierra en un golpe en seco.

—¡Quisieras tener a una mujer como yo! —grita Mackenzie molesta y recuerda como el vampiro la miraba cuando se conocieron.

La vampiresa rodea a Alistair con varias llamas de fuego tras mover sus dedos ligeramente, poco a poco termina por encerrar al hombre en una bola de fuego que no llegó a quemarlo e incluso carbonizar cierta parte del bosque.

—¡¿Estás seguro de que eres un vampiro con siglos de experiencia?! —pregunta Mackenzie en voz alta antes de hacer desaparecer el fuego.

—Tienes una mujer excepciona, Edward —asegura Benjamín con una pequeña sonrisa en sus labios—. No la dejes ir.

—Jamás —responde Edward con seguridad.

El castaño no puede evitar sonreír al mirar a su esposa con adoración y mira como esta caminaba de regreso hacia él como si nada hubiese pasado.


Espero que les haya gustado el capítulo hermosas personitas, comienza la cuenta regresiva para el final de esta novela. Espero que les estén gustando los últimos capítulos.

Nos vemos en una próxima actualización❤️

🌷𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌷


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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