๑ೋ ❝O75 | 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆𝒏𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐❞

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—Jane y Alec me atacarán primero porque puedo anticipar sus movimientos —le explica Edward a Carlisle que lo escuchaba con atención.

Mackenzie, Kate y Garrett se encontraba de pie, mientras que Eleazar, Carlisle, Emmett y Tanya estaban sentados escuchando al lector de mentes.

—Ojalá todos tuviéramos tu escudo —le dice Garrett a Mackenzie que hizo una pequeña mueca con sus labios.

—No me ayuda a pelear —recuerda la vampiresa al fijar su mirada en su esposo, que le dio una media sonrisa para tranquilizarla.

—Podrías ayudarnos, si pudieras proyectarlo —asegura Tanya hacia la castaña que frunció el ceño.

—¿A qué te refieres? —pregunta Mackenzie descruzando sus brazos.

—Proteger a alguien que no seas tú misma —explica Tanya con una media sonrisa.

—¿Puedo hacer eso? —pregunta la vampiresa hacia Carlisle que asintió.

—El don se desarrolla, con el tiempo —responde el patriarca de la familia Cullen.

—Al principio solo lo tenía en mis palmas, pero ahora puedo expandirlo por todo mi cuerpo —confiesa Kate hacia la castaña que regresó a verla.

La rubia hace una pequeña con sus labios al terminar de esas palabras, pero Mackenzie la tomó del brazo con fuerza.

—Dime —suplica la vampiresa desesperada.

—Auch —se queja Kate con una sonrisa divertida.

La castaña se da cuenta de lo que hacía y no tarda en soltar la mano de la mujer con una sonrisa avergonzada.


Edward, Mackenzie, Kate, Emmett, Garrett y Tanya se encuentran fuera de la casa Cullen.

Kate se encontraba ayudando a Mackenzie para que pudiera expandir su don del escudo que no sabía que poseía.

—Tienes que visualizarlo, ver cómo se mueve, de qué color es —habla la rubia estando frente a la castaña que intentaba concentrarse—. Ahora imagínalo expandiéndose, haz que emane de ti.

Mackenzie mantiene la mirada baja para intentar hacer lo que le dijo Kate, pero comenzó a sentir como su cuerpo comenzó a emanar algo.

Edward sonríe al ver como su esposa pudo proyectar una neblina anaranjada, pero esta terminó por regresar de golpe a su cuerpo y consigue que la mujer soltara una maldición entre dientes.

—Creo que necesita motivación —habla Kate hacia Edward, que perdió su sonrisa e hizo una pequeña mueca con sus labios.

Mackenzie frunce el ceño ante esas palabras, pero ve como su esposo quedó frente a Kate. La castaña no tardó en comenzar a negar y dar un paso hacia adelante.

—No, todavía no estoy lista —asegura Mackenzie tras mirar a su pareja que intentó relajarse.

—Está bien, lo aguantaré —responde Edward sin estar del todo seguro.

El castaño le extiende su mano a Kate que no pudo evitar sonreír divertida.

—Eso dice ahora —se burla Garrett estando de pie junto a Emmett que tenía los brazos cruzados.

—Concéntrate, cuñada, o le va a doler —advierte el azabache con diversión.

—Aún no estoy lista —se apresura a decir Mackenzie con pánico—. No tengo idea de cómo...

Las palabras de la vampiresa se vieron interrumpidas al momento en que Edward cayó al suelo gritando de dolor.

—Lo siento, dije que no estaba lista —se disculpa Mack con preocupación hacia su esposo.

El lector de mentes se levanta con una mueca de dolor en su rostro, Mackenzie se acerca a él para ayudarlo.

—Oye, no la estás motivando, hermano —asegura Emmett hacia Emmett que regresó a verlo indignado.

—¿Quieres intentarlo tú? —pregunta el castaño molesto.

Emmett se apresuró a levantar sus manos en señal de paz y de que no dirá nada más.

Alistair, que se mantenía en la rama de un pino mirando la escena en silencio, sonríe con burla, ya que estaba completamente seguro de que Mackenzie no podría hacerlo.

La vampiresa de mechones borgoña intenta concentrarse nuevamente, pero Kate le da una descarga a Edward por el cuello que comenzó a maldecir entre dientes.

—¡Kate! —recrimina Mackenzie al escuchar las quejas de dolor de su esposo.

La rubia deja de tocar a Edward que pudo recuperarse un poco, Kate mira burlona a Mack que lucía bastante preocupada por su esposo, pero igual se veía frustrada, ya que no sabía cómo protegerlo.

—Necesitas más motivación, ¿voy a ver si Atenea o Bella están despiertas? —pregunta Kate con una clara intención de regresar a casa por las dos féminas.

Mackenzie da un paso hacia ella con seguridad, consiguiendo que la rubia detuviera sus pasos.

—Ni se te ocurra —advierte la castaña con seriedad.

Kate sonríe al ver como los mechones de cabello de Mackenzie comenzaba a bajar de color y sus venas se notaban.

—De acuerdo, este es todo mi poder —responde la rubia con diversión.

Edward mira suplicando a su esposa, pero esta lo ignoró para intentar concentrarse.

Mackenzie se tranquiliza y mira a Edward, que cerró los ojos para esperar la descarga de Kate. La castaña siente como su cuerpo comenzó a emanar una neblina anaranjada y roja que comenzó a rodear a su esposo, pero este no le hizo daño.

Alistar mira la escena sorprendido, ya que Kate terminó por tocar el brazo de Edward, pero este se mantuvo en su lugar.

El vampiro abre los ojos lentamente y se da cuenta de que Kate lo estaba tocando con su don, pero no lograba sentir algo.

La rubia deja de tocar a Edward al mismo tiempo que el escudo de Mackenzie regresó a su cuerpo.

—Es doloroso, pero soportable —le confiesa Edward a su esposa que sonrió emocionada.

Mackenzie regresa su mirada hacia Kate que sonreía orgullosa y que asintió lentamente.

—Quiero intentarlo otra vez —confiesa Mack entusiasmada.

Edward retrocede con velocidad y regresa su mirada hacia Emmett que frunció el ceño confundido.

—¿Emmett? —le pregunta el lector de mentes a su hermano menor, pero este retrocedió mientras negaba.

—Ahora, tenemos que utilizar el escudo a la distancia —asegura Tanya al acercarse las dos mujeres.

Mackenzie hace una pequeña mueca con sus labios, pero termina por asentir. Ella ve como Edward y Emmett se alejaron de ellos algunos metros con su velocidad.

—¿No has intentado neutralizarlos con tu don principal? —le pregunta Tanya a la castaña tras quedar junto a ella.

Mackenzie deja de mirar a su esposo y a su cuñado con una sonrisa burlona para regresar su mirada hacia Tanya.

—¿Neutralizarlos? —pregunta confundida la vampiresa—. ¿A la distancia? ¿Con fuego?

—Intenta rodearlos con eso —sugiere Kate al quedar al otro costado de Mackenzie.

La castaña mira a su pareja y a su cuñada por unos cuantos segundos, ya que intenta concentrarse, pero estos terminaron por ser rodeados por varias llamas de fuego que hicieron sonreír orgullosa a la vampiresa.

—Así —habla Kate encantada por la capacidad del don de la castaña.

Mackenzie desaparece el fuego con una sonrisa en su rostro.

—Paralízalos —ordena Tanya al cruzarse de brazos junto a su hermana.

—No le he hecho a esta magnitud —confiesa Mackenzie hacia las dos rubias—. Bueno, ayer lo hice con Alistair por primera vez.

—Nunca es tarde para intentarlo otra vez —responde Kate con tranquilidad.

Mackenzie toma una gran bocanada de aire antes de extender sus manos hacia Edward y Emmett, una espesa neblina entre rojiza y anaranjada sale de sus manos hasta alcanzar a los dos hombres que comenzaban a perder la capacidad de respirar.

—Un poco más —susurra Tanya al tomar el brazo de Mackenzie, que no alejaba su mirada de los dos hombres—. Ahora.

La castaña hace que su don fuera regresando a su cuerpo hasta que Edward y Emmett pudieron liberarse.

—Ahora el escudo —habla Tanya una vez más—. Kate.

La mencionada hace una mueca con sus labios, pero utiliza su velocidad para quedar frente a Edward y Emmett que fruncieron el ceño confundidos.

—¡Ahora! —grita Tanya desde su lugar con una sonrisa burlona en sus labios.

Kate comienza a pelear con los dos vampiros, pero estos cayeron al suelo rápidamente por el don de la rubia. Mackenzie mira a su esposo que comenzó a recuperarse de la descarga de Kate, la castaña extiende su don un poco más hasta lograr que su escudo pudiera proteger a Emmett.

—Garrett —ordena Tanya, pero este no tardó en aparecer a un lado de Kate para intentar detenerla—. Protege a los tres.

Mackenzie vuelve a tomar aire antes de fijar su mirada en Garrett que se encontraba de rodillas siendo electrocutado por Kate, el castaño deja de sentir el don de la rubia y comienza a levantarse lentamente con una sonrisa en su rostro.

—Muy bien, Mackenzie, nada mal —felicita Tanya con alegría—. ¡Ya pueden regresar!

La castaña deja de utilizar su don, casi al mismo tiempo que los cuatro vampiros quedaron frente a ellas nuevamente.

—Solo tienes que practicar un poco más el don del escudo y practicar el combate cuerpo a cuerpo —asegura Kate.

Mackenzie sonríe por esas palabras antes de regresar su mirada hacia Emmett que levantó una ceja.

¿Fortachón? —pregunta la vampiresa emocionada.

El mencionado pone los ojos en blanco, pero termina por rendirse y asentir.

—Apuesto quince dólares a que gana Mackenzie —habla Kate hacia su hermana que se cruzó de brazos con una sonrisa.

—Por supuesto que ella va a ganar —responde Tanya antes de retroceder

Mackenzie y Emmett quedan el uno frente al otro para empezar una pelear cuerpo a cuerpo.

—Yo apuesto diez dólares a que Mackenzie derriba primero a Emmett —habla Garrett estando de pie junto a Kate.

—Muchas gracias por su motivación, eh —responde Emmett con notable sarcasmo en su voz.

Mackenzie decide acercarse a Edward para dejar un corto beso en los labios que lo hizo sonreír tontamente.

—Motivación —susurra la castaña antes de dejar que su esposo la tomara de la cintura para que alargaran el beso.

La vampiresa se ríe avergonzada, pero se termina de alejar de él para quedar frente a Emmett y así poder pelear.

—Te recuerdo, fortachón, que fui a clases de defensa personal —comenta Mackenzie con diversión y ve como su cuñado sonrió con burla antes de negar ligeramente—. Sin presión.

—Uno, dos... —comienza a contar Kate con una sonrisa—. ¡Tres!

Los dos vampiros comienzan a pelear mientras los amigos de Carlisle y la misma familia Cullen salieron de la casa para mirar a los cuñados pelear con fuerza.

—¡Yo voy después de Emmett! —grita Benjamín con una sonrisa y se cruza de brazos para ver la pelea.

—¡Eso sí, será interesante! —asegura Garrett con diversión—. ¡Los dos controlan el fuego!

—¡Pero Benjamín controla los demás elementos! —recuerda Tia divertida.

Todos aplauden al ver como Mackenzie le dio una dura patada en al abdomen a Emmett que intentó recomponerse.

—Esto será divertido —asegura Edward antes de cruzarse de brazos.

El castaño no evita reírse al ver como su esposa derribó con agilidad a Emmett que maldijo en voz alta.


Espero que les haya el gustado hermosas personitas, ya estamos en la recta final.

Dentro de un rato subo el siguiente capítulo❤️

🌷𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌷


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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