ᴠɪɴɢᴛ-ɴᴇᴜғ

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Dos días después; Jin se encontraba en el hospital, frente a él yacía el cuerpo dormido de su padre.

Aún no podía creerlo. El hombre mayor poseía rasgos fuertes, pero no podía negar su indudable parecido con él, en esos momentos donde su rostro se notaba relajado.

SeokJin sintió sus ojos arder al tomar con suavidad la mano grande y con cicatrices de su padre.

Estaba tan feliz, y JungKook que se encontraba en una esquina, dándoles su espacio, sintió aquella euforia en su pecho proveniente de su esposo.

Él también estaba muy feliz.

SeokJin se inclinó y besó la frente de su padre con sumo cariño. Su Lobo ronroneaba internamente, muy emocionado por sentir el calor de su alfa.

Dicho sentimiento, hizo que los ojos violetas del mayor poco a poco se abrieran.

SeokJin pudo verse reflejado en esa intensa mirada, la mano libre de su padre acunó suavemente su mejilla tersa y colorada.

Sus ojos brillaban, lo observaban con tanto detenimiento, que SeokJin inmediatamente se sintió amado, aceptado.

Mi niño... -Susurró con voz rasposa.

SeokJin no pudo evitar derramar lágrimas, lanzarse sobre el amplio pecho de su padre y sollozar con sentimiento, siendo envuelto al instante en un dulce calor, tan reconfortante.

Jin se sentía protegido, era una protección diferente a la que sentía con JungKook, esta se sentía armoniosa, cálida y necesaria. Hasta el momento nunca imaginó cuanta falta le había hecho.

SeokHyun olfateó a su cachorro, podía sentir el aroma a rosas de su esposa y muy levemente el aroma a canela suyo, él sabía que su hijo era un Omega, y el tenerlo entre sus brazos, llorando a moco tendido sólo podía resultarle adorable.

Cuántos años había soñado con sostener a su hijo, protegerlo, amarlo y educarlo...

Pero había pasado tanto tiempo que más de una vez pensó que no lo lograría, pero ahora estaban ahí, compartiendo ese calor tan anhelado...

Aunque al profundizar su nariz en el cabello de su principito, un leve gruñido nació en su pecho cuando descubrió que su bebé, su angelito tenía unos cuantos aromas más...

Su pesada mirada cayó sobre el alfa que se encontraba en la esquina, JungKook sudó frío al ser el receptor de aquella amenazante aura.

No podía creer que su SeokJinnie, ya estaba emparejado y esperando cachorros...

¿Cuánto se había perdido?

Perdóname, mi amor. -Susurró con dificultad. No quería llorar pero se sentía inmerecedor del amor de su hijo.

SeokJin ya se había calmado y se había entregado a las caricias de su padre, pero al escucharlo tan roto, alzó su mirada y notó los ojos llorosos de su papá.

Él sabía que no tenía ninguna culpa, prácticamente había arriesgado su vida por él.

No diga eso, papá... -Jin acarició las mejillas del mayor, que se humedecieron al escuchar que lo llamaba así. —Usted, al igual que mamá, sólo intentaron protegerme... -Jin sonrió feliz. —Estoy contento porque al fin puedo estar con usted... Porque al fin lo conozco...

Jin volvió a estar preso entre los fuertes brazos de su progenitor, podía sentir su camisa siendo humedecida pero él se sentía pleno, no podía reclamarle nada cuando este había sufrido tanto por desear cuidarlo.

Gracias... -Susurró el alfa y besó con amor la frente de su bebé. —Te amo hijo, mucho.

El Lobo de SeokJin agitó la cola contento, él había sentido la sinceridad en labios de su alfa.

Tendremos mucho tiempo para estar juntos, papá. No se sienta culpable, recuerde que mamá espera por nosotros. -Le dijo mostrando una dulce sonrisa.

SeokHyun asintió con un suspiro que salió de lo más profundo de su ser... JiSoo, cuanto la extrañaba... Pero no podía hablar con ella a través del vínculo debido a aquel maldito collar que le habían puesto desde que lo capturaron... Hablarle en esos momentos sería demasiado impactante, por lo que esperaría a verla en persona.

Eres identico a ella. -Dijo suavemente, una pequeña sonrisa adornaba sus labios abundantes, iguales a los de Jin.

También me parezco a usted. -Contradijo con un pequeño puchero.

Háblame de tú, soy tu padre no tu maestro. -Bromeó, haciendo su sonrisa más pronunciada, provocando que pequeñas arrugas se dibujaran en las esquinas de sus ojos.

SeokJin se sonrojó y luego aceptó hablarle con más confianza a su papá.

"Te quiero, papá." -Dijo el Omega sin despegar la vista del alfa.

El mayor abrió sus ojos con sorpresa, había escuchado perfectamente la voz de su hijo en su cabeza, su corazón latió desenfrenado al saberse querido por su bebé.

Un para de lágrimas se escaparon de sus ojos cansados y con cariño respondió:

"Y yo te amo." -SeokJin asintió feliz y el alfa agradecía no haber perdido esa habilidad.

Ahora dime. -Habló con fuerza el mayor, cambiando su rostro amable por uno severo al observar a JungKook hundirse en la esquina. — ¿Quién es ese?





Tío está con vida y bien. -Susurró JiMin sin creerse lo vivido.

El amanecer había recibido al trío con los  cálidos rayos del Sol, después de la bruma que los había cegado la noche anterior, todo lo acontecido parecía caerles de golpe.

Sinceramente había perdido las esperanzas... -Murmuró TaeHyung que acariciaba los rubios cabellos del Omega en la cama.

JiMin asintió en comprensión, sin darse cuenta, un peso se había ido de su espalda al ver a su tío de nuevo.

Estoy feliz por Jin, y por la tía JiSoo. -Siguió, esta vez también admirando el bello rostro del mayor.

Tía JiSoo se va a desmayar, créeme. Debemos cuidarla. -Declaró el rubio menor.

JiMin rió suavemente y el movimiento hizo que YoonGi aterrizara en el mundo de los vivos lentamente.

¿Nuestro bello durmiente está de regreso? -Susurró TaeHyung llevando sus labios al hombro desnudo de YoonGi, donde dejó un pequeño beso.

YoonGi, como buen gatito, se arrimó al más alto en busca de mimos. Cosa que por supuesto le fue concedida de inmediato.

Tanto JiMin como TaeHyung llenaron a su Omega de pequeños besitos y caricias suaves.

Agradecían con el corazón a la Luna por haber logrado que YoonGi destruyera esos muros y los dejara entrar a su vida.

Tenían mucho por recorrer juntos, pero con lo poco iban empezando.

Aún recordaban la noche en la que casi se lanzaron sobre el mayor.

Pero este había huído cuando se sintió acorralado, toda la excitación había sido reemplazada por el temor, y ellos tuvieron la oportunidad de demostrar que su interés no era únicamente de índole sexual, si no, que ellos querían realmente unir su vida al mayor de todas las formas posibles.

YoonGi les pidió sinceridad, y ellos fueron honestos con sus sentimientos.

YoonGi les pidió paciencia, y ellos fueron pacientes.

YoonGi les pidió que le ayudaran a sanar esas heridas, y ellos estaban más que dispuestos a ser su cura.

El mayor les había hablado de sus temores, de sus decepciones y ellos se juraron protegerlo y amarlo con todo su ser.

Gracias... -Susurraron los mellizos sobre el oído del mayor.

YoonGi sonrió al entender aquellas palabras, y les respondió con un sutil beso en los labios a cada uno.

Poco a poco... -Les dijo con sus mejillas rojas.

Poco a poco. -Concedieron.

Por fin sus corazones estaban en sintonía.

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