sʜᴀᴅᴏᴡ.

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JungKook golpeaba las rocas con una fuerza descomunal, sus nudillos estaban abiertos y la sangre brotaba en demasía, pero nada de eso se comparaba con el dolor que sentía en su corazón.

SeokJin...

Había herido a su SeokJin de nueva cuenta.

Verlo después de varios meses hizo que el alma le regresara al cuerpo, sólo quería correr a él y besarlo como tanto a estado deseando.

Pero no... Tenía un trato y debía respetarlo.

Una vez más, se cuestionó por qué siempre lo lastimaba, si era su Alfa, debía hacerlo feliz, no dejarlo llorando y solo.

Quería acabar con todo este sufrimiento, pero aún no era el momento, su entrenamiento cada vez era más riguroso, sus alianzas estaban trabajando duro junto a su gente... Todo por un bien común...

Terminar con la maldita dictadura y el temor impuestos por su padre sin importar nada.

¿Alfa? -Le llamó JiEun con un deje de angustia.

Kook no se giró, su ira aún no había menguado.

¿Qué pasa? -Gruñó volviendo a golpear la roca que ya empezaba a quebrarse.

Yo... S-sé que no es el momento pero... -El temblor en su voz lo hizo por fin mirarla. JiEun estaba pálida.

Sea lo que sea, habla. -Exigió malhumorado.

Los ojos marrones de la Dragona se cristalizaron. —Esto no fue planeado, Alfa. Por favor perdóneme.

Lee, será mejor que me digas lo que está pasando si no quieres que me enoje más. -Advirtió con sus ojos poniéndose rojos.

¡Estoy embarazada! -Exclamó llorando.

JungKook se tambaleó por un segundo.

«¿Qué?»

Hizo sus manos puños y con un gruñido bestial golpeó la enorme roca haciéndola añicos.

Genial... Un problema adicional a la lista.

JiEun casi corrió asustada por el arrebato. Temía por su vida y ahora... Por la de su primogénito.


















¡TaeHyung! Que sorpresa, no esperamos que volvieras tan pronto. -Fue el saludo que recibió de la Omega del Alfa de su manada.

Sin embargo, Tae se limitó a asentir con una leve sonrisa para después enfrentarse al Alfa directamente.

Sé que ya conoce la razón de mi regreso. -Le dijo al hombre mayor.

El Tigre azul ha despertado. -Dijo sin vacilación. — ¿Sabes lo que significa?

No me importa dar mi vida, con tal que mi gente deje de sufrir. -Respondió seguro.

El hombre asintió. TaeHyung era un chico joven, era una lástima que un alma como la suya se perdiera, pero él no podía hacer nada. Ya que fue el Tigre azul quién lo había escogido. Y sólo él conocía la capacidad del chico para enfrentar lo que se venía.

Debes hablar con SeokJin... Su celo se acerca. -Terminó por decir para luego perderse en su estudio.

TaeHyung dejó su maleta en la entrada y caminó directo a la habitación del Omega, desde donde podía sentir el aroma a tristeza.

Sin tocar entró, el rubio estaba envuelto en sábanas y sollozaba miserablemente.

Influenciado por el éxtasis de su Tigre, Tae se acercó a la cama y acarició la mejilla húmeda del muchacho.

Estoy aquí, Jinnie. -Susurró suavemente.

El Omega abrió sus preciosos ojos avellana y observó al hermoso Alfa que se cernía sobre él.

TaeHyung... -Susurró sin creérselo.

Pero el Alfa sin mediar más palabras, bajó su rostro y besó al Omega que sorprendido se había quedado tieso.

Aunque eso no lo detuvo, forzó su lengua sobre aquellos labios sellados hasta que se abrieron y entonces un vaivén de lenguas se produjo entre ellos.

TaeHyung poco a poco se fue ubicando sobre el delicado cuerpo del Omega, sus bocas no se despegaban y sus manos traviesas acariciaban la suave piel de las piernas desnudas del rubio.

Apenas había tocado una parte del cielo en la piel del menor, ¿cómo se sentiría viajar por las nubes al tener el acceso total a su cuerpo?

Su Tigre estaba loco de emoción, exigía que lo marcara y preñara, pero eso estaba complicado. Porque él no es su Alfa destinado, por lo tanto, no puede marcarlo ya que su verdadero Alfa vive y ya estaba en contacto con el Omega.

Si lo marca, sólo haría que su Omega interno entre en una especie de crisis por no recibir la marca de aquel a quién pertenece, y eso sólo pondría en riesgo la vida de SeokJin.

Tae... -Gimió cuando por fin se separaron en busca de oxígeno.

Quiero que seas el padre de mis cachorros. -Le dijo mirándolo a los ojos.

¡¿Qué estás diciendo?! -Casi gritó por la locura que había escuchado.

SeokJin, soy el portador del Tigre azul, y él te ha escogido para llevar a mis cachorros, aquellos que serán la luz de nuestra manada.

Jin abrió sus ojos y boca sorprendido. ¿El Tigre azul? Aquel ser mitológico que sólo aparecía para proteger a los suyos de un peligro inminente.

Sabes que me gustas... Pero también le gustas a mi Tigre y quiere aparearse contigo, si no lo hace, también sabes que no podrá volver a resurgir en caso de ser necesario. Como ahora...

Jin asintió, él conocía la leyenda. Para que ahora el Tigre azul se presentara en TaeHyung, quiere decir que sus antepasados permitieron que el Tigre dejara su huella en algún Omega para seguir con su protección en las futuras generaciones. Y ahora era el turno de TaeHyung hacerlo... Con él.

¿Pero de qué los estaría cuidando el gran Tigre azul?

Sé que es repentino y tal vez pienses que estarás traicionando a tu Alfa, pero es cuestión de tradición y necesidad, debemos asegurarnos que el Tigre azul volverá si se presentan graves problemas a futuro. -Los labios del Alfa dejaban pequeños besos en las mejillas y cuello del Omega que se derretía con sus caricias. —Sólo habrás cumplido con tu deber. -Murmuró en su oído.

SeokJin lo sabía... Si el Tigre azul lo había escogido, él debía cumplir con aquello pero...

¿Es lo que tú deseas? -Preguntó inseguro. — ¿O sólo eres influenciado por tu Tigre?

Te deseo, SeokJin. No tienes idea del anhelo que tengo por convertirte en mi Omega, mi pareja... Mi todo. -Confesó mirándolo a los ojos. —Pero tú ya tienes un alfa y lo respeto. Así que sólo puedo cederme él tener cachorros contigo... Así sea por mera obligación...

Jin lo miraba con tristeza... Por obligación había dicho, eso no era lo que él había planeado para su paternidad.

No digas que será por obligación... Son vidas, vidas que saldrán de nosotros y no podemos verlos como un sufrimiento, serán nuestros hijos y los amaremos mucho. -El Omega sonrió al llegar a esa conclusión.

Tae también sonrió y beso la frente del menor. —No sé si logre sobrevivir, y debo estar seguro que el otro padre de mis hijos es un Omega que los protegerá contra todo... -Acarició las mejillas húmedas del rubio. —Te quiero, Jinnie. Y ahora sé que cuidarás a nuestros bebés, sin importar la razón por la cual fueron concebidos...

SeokJin abrazó al alfa de nuevo, debían hacerlo, no quería que fuera así, no quería traicionar a su alfa al tener hijos de otro pero... Pero si el Tigre azul no lo hacía con él, entonces no lo haría con nadie más, porque él ya había tomado la decisión... Y por más cavernícola que suene, él debía cumplir con su deseo...

Mi celo está por llegar... Ya sabes qué hacer... -Murmuró contra la oreja del alfa.

TaeHyung lo abrazó con fuerza y asintió, agradecido por tener el permiso del Omega.

SeokJin pensó en JungKook y sólo podía desear que lo perdonara, pero esta situación estaba fuera de sus manos, y si de verdad lo ama, también amará a sus hijos...

Aunque muy en el fondo deseaba que TaeHyung sobreviviera, así podrían criarlos juntos...

Y con su alfa...

«Perdóname...» Su Omega chilló, aunque también había aceptado su destino.

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