—Para empezar, quiero que sepas que la noche que pasamos juntos, fue la mejor de mi vida, Jinnie. –Murmuró contra sus labios. —Sé que no me comporté como debí, pero eso no quiere decir que no me gustó, es más, amé cada beso, cada caricia. –Kook besó su cuello. —Cada segundo contigo fue hermoso.

Jin sentía que su corazón se iba a escapar en cualquier momento, Kook le estaba diciendo lo que él quiso oír esa noche, pero no importaba, Jin podía sentir cómo sus almas se habían vuelto a conectar.

—Sabes muy bien que yo no tengo amigos, eres el único, pero esa noche... -Volvió a suspirar. —Esa noche me di cuenta que yo no sólo siento amistad por ti... -Tomó al rubio por las mejillas y se miraron a los ojos. —Te quiero Jin. Te quiero como mi pareja.

"Dile que es nuestro destinado." –Exigió su alfa. Pero no tenía el corazón para condenarlo junto a él.

—Kook yo-

—Shhh, sólo escucha. –El alfa sonrió con tristeza. —Jinnie, conoces la historia de mi vida, sabes que estoy sometido, que no tengo derecho a protestar nada en mi clan. –El rubio asintió. —Lo que yo siento por ti, es prohibido, yo no puedo quererte. Si mis padres descubren mi amor por ti, no dudarán en sacarte del camino. Yo te protegeré, pero solo no puedo... Jin, estoy condenado, condenado a una vida controlada en la que sólo soy un muñeco al que manejan sin importar las consecuencias. –Tomó las manos del Omega y besó sus nudillos. —Por eso, mis padres volvieron a decidir por mí. –Lo miró con pena. —Estoy comprometido, Jin. Me casaré con una Omega Dragón.

Entonces SeokJin sintió su corazón romperse.

Las lágrimas por fin escaparon de sus ojos. Eso no podía ser, cuando por fin Kook había correspondido a sus sentimientos ocultos, le confiesa que se casará.

—Es porque no soy un Dragón, ¿verdad? –Concluyó con dolor.

Kook asintió. También dolido por su amor imposible.

—Yo te quiero, Jin. Pero no puedo pedirte que sigas a mi lado, me casaré; ese es un hecho y tú mereces ser feliz. Pero quiero que sepas que ese matrimonio es una farsa, mi prometida ha encontrado a su pareja destinada, por lo que no existe sentimiento alguno de su parte y menos, de la mía.

— ¿Y aún así los obligarán a casarse? –Preguntó con repulsión.

—Sí, ya que su alfa tampoco es un Dragón. Si hago esto, es porque valoro mi vida. -Besó la nariz del Omega. —Tú me enseñaste que los amigos son necesarios y sobre todo, valiosos. Gracias por no rendirte conmigo, pero mi verdad es que, aunque te quiera, no puedo ser feliz a tu lado. -Juntó su frente a la del rubio. —Perdóname, por favor.

Jin se mordió el labio furioso, ¿Por qué demonios ese clan era tan malditamente anticuado?, ¿Por qué los gobernaba un tirano?

—Pero Kookie... Yo te quiero, te quiero demasiado, no me es fácil renunciar a ti, no cuando por fin correspondes mis sentimientos.

JungKook abrió sus ojos, su Omega también lo quería pero no sabía que era porque son destinados. Era mejor que guardara el secreto.

El alfa lo besó, con la euforia de su Dragón llenando su cuerpo, besó a su dulce Jinnie con pasión.

— ¿Seguirás a mi lado, aún sabiendo la verdad? –Consultó con sus ojos brillando.

—No me hace feliz esa realidad... Pero JungKook... ¿Dime qué más puedo hacer con estos sentimientos tan intensos que siento por ti?

Y el alfa no podía estar más feliz con el maravilloso Omega que fue diseñado únicamente para él.

—Amarnos... Nos amaremos tanto que cuando deba casarme, tu esencia perdurará y me de dará fuerza que necesito para sobrevivir a esto, por lo menos, durante dos años. ¿Esperarás por mí?

Jin asintió, convencido de sus sentimientos.

JungKook sonrió y volvió a besar a su -ahora- novio, a pesar de que sabía que estaba jugando con fuego, él quería quemarse, quería hacerlo si así podía ser feliz con Jin temporalmente.

Dos años se pasaban rápido, Kook creía que esa era la cantidad de tiempo que debía soportar.

Pero en dos años pueden pasar muchas cosas.