ɪ ɴᴇᴇᴅ ʏᴏᴜ.

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¿Estás listo, Jinnie? -Preguntó el alfa mientras se arrimaba a su Omega en un apretado abrazo.

Sí, ¡pero no me despeines! -Reclamó el rubio con un puchero.

Entonces deja de moverte. -Jeon besó sus labios con una sonrisa.

Ya, estoy listo.

Se ubicaron frente a aquella cámara y esta empezó a tomar las fotos en diferentes poses de los amantes.

Sonriendo, besándose, abrazados, haciendo muecas ridículas. En fin, se divirtieron hasta que la máquina sonó y salieron. Cuando las fotos estuvieron listas, los dos rieron al verlas, en esas fotos se reflejaban los rostros de dos amantes enamorados viviendo su mejor momento.

Yo me quedaré con la mitad, necesito llevarte conmigo siempre, cariño. -Dijo el alfa mientras cortaba la pequeña tira de 6 fotos.

Está bien. -Jin tomó las tres fotos que eran suyas, donde salían riendo y haciendo muecas. — ¡Oye! ¡Tú te quedaste con las mejores! -Reclamó con el ceño fruncido.

¡Por supuesto! Soy el mejor en todo, así que merezco tener las mejores fotos. -Dijo convencido con una sonrisa arrogante.

Jin infló sus mejillas y se lanzó contra el Dragón, intentando vanamente llegar a las fotos que el pelinegro alzaba con su mano derecha y con la izquierda sostenía al Omega firmemente por la cintura.

Ya, ya está bien. Vamos a comer. -Dijo el pelinegro al ver que Jin ya se estaba cansando.

El rubio respiraba levemente agitado, hizo una mueca enfadado y empezó a caminar.

JungKook rió entre dientes, le encantaba la faceta berrinchuda de su novio.

Corrió hacia él y lo sujetó de la cintura, atrayéndolo a su pecho, donde Jin inconscientemente se apretó.

Habían pasado todas las semanas juntos desde que confesaron sus sentimientos, sentían una especie de paz al saberse correspondidos. Aunque aquella espina de angustia seguía ahí. El temor de llegar a ser descubiertos y que su vida peligrara, era algo que al alfa mantenía alerta.

Aunque eso no le impedía de gozar el tiempo con su maravilloso novio. Cuando fueron amigos, Kook se sentía cómodo cerca del rubio ya que siempre respetó su espacio y cuando no quería hablar, de igual forma lo acompañaba en silencio, nunca lo presionó de ninguna forma y eso logró que su confianza hacia el Omega creciera con fuerza al pasar los años.

JungKook estaba perdido, quería a Jin por el resto de su vida, pero irse de su clan sólo desataría un huracán contra Jin y su manada, él sinceramente quería evitar cualquier conflicto entre especies, pues ya de por sí, había sido muy difícil superar sus diferencias.

Cuando la noche llegó, Kook no llevó a Jin a su casa. Nop, él lo llevó a un hotel.

No estaba seguro, pero sentía la necesidad de estar con su pareja, al saber que era su destinado, el deseo por Jin había crecido más y más, haciendo que le fuera difícil controlarlo, por ello, necesitaba descargarse y sabía que Jin se sentía igual.

¿Q-qué hacemos aquí, JungKook? -Cuestionó el Omega que miraba la fachada del hotel nervioso y excitado.

Ven conmigo para que lo sepas. -La voz del alfa había sido un seductor susurro que provocó el libido en el Omega.

Kook bajó del auto y abrió la puerta del copiloto para ayudar a su pareja. Cuando por fin estaban en la habitación, Kook no aguantó y le devoró esos labios suaves y gruesos a su novio.

Jin no opuso ninguna resistencia cuando el alfa lo dejó sobre la cama con él encima. Mucho menos cuando le quitaba la ropa.

Sabía lo que sucedería y Jin no estaba dispuesto a esperar más.

Esa noche, SeokJin y JungKook se entregaron al fuego de la pasión que sus cuerpos y almas pedían a gritos.

Sin saber que en otra parte, ciertas personas planeaban algo contra ellos.

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