ʜᴀʟꜰ ᴛʀᴜᴛʜ.

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SeokJin se despertó con un malestar atravesando su pecho. La llamada que había recibido de Jung le había dejado pensando mucho.

Jeon lo extrañaba, Jeon lo necesitaba... ¿Estaría él aún enamorado de su persona como para llorar tan amargamente o fingió?

No...

Jeon podía ser muchas cosas, pero mentiroso no era.

Él había sido honesto con sus sentimientos desde el inicio, Jin pensó que quizás eran destinados, ese click que hizo con él siempre fue especial, su desesperación por verlo cuando supo de su boda nunca la había sentido antes... Realmente él amaba a JungKook.

Pero...

Observó a quien dormía a su lado. Ese hermoso alfa rubio que le hacía sentir vivo con su personalidad infantil y un tanto inocente.

«¿A qué demonios estás jugando, Jin?» Se regañó porque parecía que a Tae lo tenía a su lado sólo como un reemplazo.

Él estaba siendo un maldito egoísta. Ni JungKook y mucho menos TaeHyung, se merecían que los tratara así.

Deja de torturarte. -Escuchó esa voz grave adormilada.

Jin observó al alfa, físicamente era un hombre grande, varonil y muy hermoso. Mentiría si negara sentirse atraído.

Pero...

¿Era sólo atracción? Jin se sentía a gusto con él, era un gran chico, pero no sentía aquella desesperación por ser abrazado o besado por él, sin embargo, anoche él sintió exactamente eso con Kook, quería correr y arrullarlo entre sus brazos...

«Estás contradiciéndote.» Volvió a regañarse.

¿Qué? ¿Tengo monos en la cara, Jinnie? -Cuestionó el alfa con diversión.

Para él no pasó desapercibido ver a Jin mirándolo pero sin verlo realmente, más bien parecía perdido en sus pensamientos.

N-no es eso. Buenos días. -Dijo en cambio.

Buenos días, bonito. ¿Vamos a desayunar?

Jin asintió pero antes de siquiera moverse, la puerta fue abierta abruptamente y dos personas se lanzaron a la cama, sobre el Omega, abrazándolo fuerte.

¡Buenos días, Jinnie y Tae! -Exclamaron besando las mejillas del rubio.

¡Quítense!  -Se quejó el Omega mayor.

Buenos días. -Saludó el alfa.

Rieron a carcajadas al ver la cara roja del Omega al intentar quitarlos.

Kim veía la interacción con una sonrisa nostálgica, aparte de Baek, y los Jeon, él no tenía amigos.

«¡Baek!»

Se golpeó la frente y eso llamó la atención del trío desastroso en la cama.

¿Pasa algo malo? -Preguntó el Omega.

No, nada, sólo recordé que dejé unas cosas sin arreglar en mi casa, iré y volveré más tarde. -Informó tomando su ropa del día anterior. —Los abuelos Jeon esperan por ustedes.

Los tres chicos asintieron al alfa que lucía ligeramente nervioso cuando salió de la habitación.

Ese chico oculta algo. -Dijo JiMin con sus ojos entre cerrados aún mirando la puerta.

Sí, estaba nervioso. -Secundó el beta.

Jin no entendía nada, el lo miró normal. Pero sus amigos eran bastante perspicaces.

Ahora nos dirás por qué lloraste. -Exigió el segundo Omega.

Yo no lloré. -Jin se removió incómodo.

Cariño, tus ojos están hinchados. No es justo que ahora, "tu nuevo mejor amigo alfa" sea el único que sepa lo que te pasa. -Refunfuñó HoSeok.

Jin los miró culpable y besó sus mejillas.

JungKook me llamó anoche. -Soltó con voz triste.

Beta y Omega lo miraron con sus bocas abiertas.

Jin les comentó los sucesos de la noche anterior, el estado en el que el alfa le había llamado, sus palabras, y cómo se quedó dormido cuando le cantó.

Así que... Prácticamente, fingen ser la pareja feliz. -Resumió el rubio.

Que complicado, Jeon realmente nunca me dio mala espina, sólo se me hizo raro, que como alfa, siempre estuviera solo. Ya saben, los alfas siempre tienen su grupito para cubrirse la espalda. -Comentó el segundo mayor.

Jin suspiró pesadamente. Sus amigos no sabían la verdad sobre la vida de JungKook.

Aún no entiendo cómo ustedes se enamoraron. Pero se veían felices, lucían como aquella pareja que vive eternamente enamorada. -Dijo JiMin suspirando también.

Es verdad. Incluso me pareció insólito y cliché: el chico más amigable de la escuela, se encontraba en una relación con el chico más antisocial. -Dijo con voz de periodista haciendo reír a los otros.

¿Lo amas, verdad? Y quizás lo amarás siempre. -Concluyó el rubio.

Lo amo. -Confirmó. —Pero... ¿Y si él decide que no vale la pena luchar por lo nuestro? -Preguntó al aire.

¿Tú piensas que se dará por vencido? -Cuestionó Hobi.

Jin se quedó en silencio.

¿Lo pensaba? ¿Pensaba que JungKook no lucharía por su amor?

No lo sé, Hobi... -Respondió sincero. —Todo juega en nuestra contra.

Que todo parezca ir en su contra, no quiere decir que así sea realmente, Jinnie. Eres el único que conoce realmente a Jeon en todos los aspectos, él confió y sé que sigue confiando en ti. Yo veía el brillo especial en sus ojos cada vez que te miraba. Lo cuidadoso y caballeroso que siempre fue contigo. Te cumplía cada capricho, te hacía reír... Te hacía feliz. -Señaló el beta.

Sólo una persona que ama de corazón podría abrirse de la manera en la que Jeon lo hizo contigo. -Secundó el Omega. —Deberías tenerle fe. Ser el rey Dragón y luchar por sus ideales, no debe ser fácil para un chico tan joven como él, sobre todo si no tiene el apoyo esperado.

Llevará tiempo. Pero si estás dispuesto a esperar por él, lo harás de corazón. -Finalizó el pelirrojo.

Jin suspiró pesadamente otra vez.

Sonaba sencillo, pero no lo era. Tenía miedo, miedo a que por luchar por sus ideales, perdiera todo.

Vamos a bañarnos y ya luego hablamos de ese alfa que nos parece sospechoso. -Dijo el Omega ya quitándose la ropa.

HoSeok hizo lo mismo sin problema y Jin se sonrojó porque aún no estaba acostumbrado a bañarse con ellos. Eran sus mejores amigos, se habían visto desnudos cientos de veces pero aún no se acostumbraba.

¡Apúrate Jin! -Apresuró el Omega que a rastras lo sacó de la cama.

¿N-no se pueden bañar por su cuenta? -Intentó vanamente cuando sus amigos le quitaron la ropa.

Tú te bañabas con JungKook y bueno... ¿No debemos recordarte que no entraban justamente a bañarse, verdad? -Reclamó el pelirrojo.

Jin sintió su cara ponerse tan roja como un tomate. No debió contarles aquello.

Al final, los tres se bañaron juntos.






El desayuno fue muy ameno con las entretenidas historias de los abuelos Jeon. Para el beta y Omega había sido una grata sorpresa conocer a los abuelos de JungKook, eran personas tan bondadosas y de mente abierta.

Por lo poco que habían conocido al Dragón, sabían que él tenía una pequeña personalidad de ellos.

Muy por lo contrario a lo que se decía del padre de Kook.

Jinnie, deberías llevar a tus amigos al campo de flores, hace un día maravilloso. -Dijo la abuela Jeon que ya tenía listo el lunch.

Los amigos le tomaron la palabra y con la dirección de Jin, llegaron a aquel campo de flores tan majestuoso.

¡WOOOOW! -Exclamaron los amigos.

Jin sonrió por la exagerada reacción de sus amigos pero no los culpaba, él había reaccionado igual.

¿Hermoso, verdad? -Una cuarta voz a sus espaldas se escuchó.

Al girar, vieron a un chico de hermosa apariencia vestido de campesino, en sus manos llevaba unos guantes negros y sus pies vestían botas de hule, tenía una canasta llena de maleza.

Soy uno de los cuidadores del campo de flores. -Aclaró al ver el recelo en ojos del Omega bajito.

Discúlpalo por favor, siempre es tan desconfiado. -Habló el rubio mayor ante la actitud de su amigo.

Está bien, es comprensible. -Se encogió de hombros sin dejar de sonreír. — ¿Son familia de los fundadores?

Algo así. -Respondió SeokJin. —Yo vine hace unos días.

¡Oh! ¡Usted es el Omega del señorito Jeon! -Exclamó entusiasmado.

Era. -Aclaró JiMin.

Jin se removió incómodo bajo la mirada escrutadora del otro Omega.

Es una larga historia, pero somos amigos de los Jeon. -Dijo tajante.

El Omega de cabello rosa se limitó a asentir, de igual forma no era su asunto.

Él sólo debía ser cortés con las visitas, aunque sean esos Omegas y beta presuntuosos.

Volvió a sonreír como si nada.

Bueno, me presento, soy Byun BaekHyun, el Omega del alfa Kim, principal protector de la aldea. -Dijo con cierto tinte orgulloso.

¿Alfa Kim? -Preguntó SeokJin.

Sí, supongo que ya lo conocen. -Dijo fingiendo modestia. —Hablo de mi alfa, Kim TaeHyung.

JiMin y HoSeok jadearon sorprendidos.

Pero Jin se puso pálido, simplemente mirando la sonrisa ligeramente altanera que el Omega le dirigía.

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