Luego de su conversación con sus mejores amigos, SeokJin comprendió que la forma de vida en la que había estado, era una completamente falsa. Pues no todo es color de rosa y debía hacerle frente a las dificultades por sí mismo.

Ese día en particular había decidido salir por el bosque de su clan en su forma animal, total, ahí nadie lo molestaría.

Su espléndido Tigre blanco caminaba entre los enormes árboles a los cuales podía escuchar gracias al viento, se sentía relajado, pero a la vez, sentía que le hacía falta algo.

Ese algo tenía que ver con cierto Dragón.

Si bien es cierto, el humano se sentía cómodo con TaeHyung, su Omega interno prefería al Dragón.

Desde niños, su Tigre había sido seducido por aquel Dragón solitario, y él nunca tuvo problemas en acercarse, el tiempo pasó y Jin poco a poco se fue enamorando de aquel jovencito, más de una vez, notó que este no tenía acercamiento para con otras personas y que se limitaba a hablar con él en la escuela, o en su casa, pero casi nunca en público.

Después de una ocasión en la que casi lo matan, comprendió el por qué de aquella obsesiva manía del pelinegro de mantener oculta su amistad.

Y en esos momentos no supo por qué, pero un instinto de protección se instaló en su pecho y decidió seguir ese juego, ocultando su relación de todos.

Pero ahora, que ya no estaban juntos, recordaba y analizaba todo lo acontecido, había sido un tonto, y no por cobardía, si no por aquel mismo amor que sentía por el pelinegro.

Siguió caminando hasta llegar a un pequeño riachuelo, ahí se echó y contempló las mariposas que revoloteaban a su alrededor.

El peso en su pecho seguiría atormentándolo hasta tener a JungKook de regreso, pero no sabía con certeza si eso pasaría algún día, para ser honesto consigo mismo, había perdido las esperanzas.

Además, la culpabilidad lo mataba, pues TaeHyung había confesado sentir algo por él, sin embargo, la rabia que sentía por saber que aparentemente éste ya tenía pareja, lo distrajo de lo verdaderamente esencial, que eran los sentimientos del alfa.

¿Por qué había reaccionado como un novio celoso?

Tae había tenido razón, no le debía ninguna explicación, sin embargo, le aclaró su situación con aquel fastidioso Omega, y ¿por qué? Porque Tae gusta de él, y SeokJin no lo valoró en su momento.

Ahora que no lo tenía cerca se daba cuenta que el alfa sólo había estado cuidándolo, incluso lo mimó aquella vez en la que sus esperanzas habían sido destruidas.

TaeHyung, sin proponérselo, había cautivado su frágil corazón en poco tiempo, no a la misma escala en la qué JungKook se encontraba, pero sí sentía que su calor le era necesario para seguir...

Lo había arruinado todo, rompió su corazón de la misma manera en la que JungKook había roto el suyo.

No era justo.

No con TaeHyung, que sólo había puesto su hombro para que él se apoyara y dejara escapar sus amargas lágrimas.

¿Quién lo diría? Jin gustaba de TaeHyung y se dio cuenta muy tarde...

No había prometido nada más que esperar por JungKook, ¿pero eso pasaría?

Le daría un año, si en un año, JungKook no volvía por él, ya no esperaría más...

Ahora sólo debía concentrarse en sí mismo, y en recibir el perdón de aquel alfa rubio al que lastimó sin motivo.

¿Pero cómo lo haría?

Sería demasiado desvergonzado llegar y pedir por su perdón, como buen alfa sabía que no lo aceptaría sólo porque sí, su maldito orgullo lo haría rogar, el problema es que Jin, como buen Tigre, tampoco se doblega ante nadie...

Suspiró internamente, quizás sólo dejaría que el tiempo pase, en algún momento se volverán a encontrar y será entonces cuando desnude su alma y confiese todo aquello que siente...

Sólo esperaba hacer las cosas bien, ya no quería resultar lastimado ni tampoco herir a los demás.

—Mi padre habló con JungKook. -Dijo YoonGi cuando estaban reunidos en la casa de JiMin.

—Eso quiere decir que ha empezado a reclutar líderes para su plan. -Concluyó HoSeok apoyado en su novio.

—En efecto, también habló con el alfa de mi manada. Se está moviendo rápido. -Acotó NamJoon.

— ¿Creen que logre el apoyo de la mayoría? -Preguntó JiMin con incertidumbre.

—Lo está haciendo, Jeon es un viejo detestable que ha arruinado a muchas especies con tal de conseguir el dominio total, el mayor de sus logros fue destruir a los Tigres, que era el único clan que él no había alcanzado a dominar por completo. -Contó YoonGi con furia contenida. —Es seguro como el infierno que Jin no sabe de esto, si no, no hubiera estado con Jeon, prácticamente su ex suegro es el asesino de su gente.

— ¿Aún le tienes mala fe a JungKook? -Preguntó Hobi que se cruzaba de brazos.

—Simplemente no me gusta el daño emocional que le causa a Jin. -Se defendió seriamente.

— ¿O aún te gusta? -Cuestionó NamJoon mirándolo sospechoso.

Min se limitó a virar sus ojos con fastidio. —Como sea, el punto es que mi padre hizo alianzas con él, lo que quiere decir que una guerra se avecina, todos debemos estar alerta y empezar a prepararnos, los Dragones son seres poderosos que acabarían con nosotros en cuestión de minutos, si el viejo de Jeon aún conserva aliados, nos tocará pelear con todo, eso incluye Omegas y Betas. Por lo tanto, HoSeok y JiMin, empiecen a entrenar, porque JungKook no creo que tarde demasiado tiempo en conseguir gente y armar una estrategia.

—Más o menos, ¿cuánto tiempo crees que tarde? -Preguntó NamJoon.

—Un año o menos. Todos aquellos que somos de clanes pequeños no han dudado en incluirse en la guerra contra ese psicópata. Así que no creo que tarde mucho en reclutar un ejército variado. En lo que sí es posible que tarde, es en conseguir armamento, para destruir a los Dragones se necesita de un veneno especial, fabricarlo lleva tiempo por la cantidad que se debe administrarle a un puto Dragón para que se muera. -Informó desdeñoso.

— ¿Cómo sabes todo eso? -Preguntó Hobi sorprendido.

—Las Panteras somos conocidas por nuestra experiencia con la medicina y en crear remedios para la cura de venenos, por lo que también podemos crearlos, es por eso que los Dragones acabaron con mi gente primero, ya que no se arriesgarían a que anduviéramos libres y con la capacidad de destruirlos.

Los otros tres se quedaron en silencio. Ahora comprendían por qué YoonGi nunca revelaba su verdadera naturaleza haciéndose pasar por un Jaguar común.

—Entonces... Ya que nuestros clanes están apoyando a Jeon, ¿por qué no armamos una especie de Club, en el cual podamos entrenar a Omegas y Betas? Como bien dices, todos debemos saber defendernos pues el enemigo es poderoso. -Dijo NamJoon tomando de la mano a JiMin.

—Sí, ya habíamos pensado en eso, mi gente y el clan de los Pumas han empezado a crear los venenos, pero debemos ser sumamente discretos, esto no es un tema para comentarlo tan simple por las calles, si el viejo Jeon se entera ahora, no podríamos protegernos. -Sentenció YoonGi.

Los demás asintieron de acuerdo.

—Debemos hacerle saber esto a Jin. -Murmuró JiMin.

—Descuida. El mismo JungKook irá a ver a su líder. -Dijo YoonGi.

HoSeok y JiMin se miraron con sorpresa, si eso era verdad, eso quería decir que...

— ¿Una comitiva especial vendrá en los próximos días? -Preguntó SeokJin ante la noticia que le dio su padre.

—Así es, pero no es necesario que estés presente, hijo. -Declaró el hombre mientras leía nuevamente aquella carta firmada por el Dragón.

—Pero como futuro líder debo hacerlo. -Refutó molesto por la negativa de su progenitor.

—Mira SeokJin, he dicho que no, como tu alfa, acatarás mi orden, ¿haz comprendido? -Sentenció el mayor con rudeza.

SeokJin no tuvo más remedio que morderse la lengua y asentir, por más que sea su padre también es su líder y no debía llevarle la contraria.

—Así será, alfa. -Terminó diciendo para después salir del despacho de su padre.

«Como si fuera a quedarme quieto, deberías saberlo mejor que yo, padre.» Murmuró en su mente mientras se encaminaba a su habitación.

Debía saber qué clase de comitiva iría a su lugar, sí o sí.