ᴘᴏɪɴᴛ ᴀɴᴅ ᴀᴘᴀʀᴛ.

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Hasta que te apareces. -Dijo SeokJin cuando el alfa Tigre había entrado a la casa Jeon.

Perdón, fuí a la ciudad. -Explicó con una leve sonrisa.

Umm.

Jin pasó a su lado con una mirada seria y entró a la cocina, necesitaba distraerse; por lo que le había dicho a la abuela Jeon que él prepararía la cena.

Se puso un mandil, sacó los ingredientes e ignoró todo a su alrededor cuando se puso a cortar vegetales.

TaeHyung lo veía raro, el Omega había neutralizado su olor pero era obvio que estaba enojado. La tensión en sus hombros y su seriedad le daban a entender eso.

— ¿Pasó algo? -Cuestionó tratando de aligerar el ambiente.

No. -Respondió cortante.

Bien, ahora ya no tenía dudas, el Omega estaba realmente enojado.

— ¿Y tus amigos?

Jin sólo se alzó de hombros.

El alfa respiró profundo y dejó salir el aire lentamente. La razón de su enojo, aparentemente era él, por lo que debía ser cauteloso.

— ¿Puedo ayudarte? -Solicitó con voz calma.

— ¿Por qué no mejor vas con tu Omega? Debe extrañarte mucho. -Comentó con los dientes apretados.

«¿Mi Omega?» Se dijo sin entender.

No tengo ningún Omega. -Aclaró.

Jin lanzó el cuchillo contra la madera, clavándolo ahí; Tae tragó duro cuando el rubio se giró a verlo, sus ojos eran azules. Lo que indicaba que parte de su Omega se estaba manifestando.

— ¿Por qué diablos lo niegas? ¿Acaso te da vergüenza? ¿Qué clase de alfa eres? -Preguntó con veneno en su voz.

No estoy mintiendo, BaekHyun no es mi Omega, simplemente compartimos techo. -Dijo con su voz temblando.

No había ser más peligroso que un Omega enfurecido. Eran casi tan letales como un alfa, Tae lo sabía muy bien.

— ¿Ah sí? Entonces deberías decirle lo mismo a ese Omega que se la pasa alardeando ser tu pareja a cualquier lugar que va. -Mordió apretando los puños.

De igual forma, no entiendo por qué me exiges explicaciones. Es mi vida, ¿no es así? -Dijo un poco cansado de los celos injustificados del rubio.

Jin paró de gruñir al entender lo que hacía, en efecto, era un Omega celoso reclamando una explicación que a él no le correspondía pues con el alfa sólo eran amigos. ¿Por qué actuaba como un novio dolido?

Observó a TaeHyung y este le devolvía la mirada seriamente.

Tienes razón, lo siento. -Dijo sin más, se giró y regresó a la comida más tranquilo.

Sin embargo, el alfa no se quedaría así, por fin había tenido una señal esperanzadora por parte del Omega y este zanjaba las cosas así nada más.

Pues no. Esta vez, presionaría. Literalmente.

Caminó hacia el Omega y lo abrazó por la espalda, presionándose contra él, logrando que su semi erección se pegara contra el trasero del rubio que yacía ahí, estático.

— ¿Piensas que dejaré pasar esto así como así, Omega? -Su voz grave rozando su oído. —Pues no, ahora mismo me dirás por qué demonios estás celoso. ¿Te gusto? ¿Es eso?

Jin se removió pero eso sólo logró que su trasero se frotara contra la entrepierna del alfa, sacándole un jadeo.

Responde, SeokJin. -Gruñó, su lengua pasando a lo largo de ese elegante cuello.

N-no. -Apenas dijo con los ojos cerrados y sus labios aprisionados contra sus dientes.

— ¿No?

Tae llevó sus manos a los costados del Omega y acarició su cintura, su boca dejaba besos húmedos mientras seguía frotándose, esta vez, con toda la intención.

Si no te gustara, no estarías derritiéndote con mi toque. -Murmuró contra su oreja y le mordió el lóbulo.

Jin no estaba pensando, era cierto como el infierno que las caricias del hombre le gustaban, ¿estaba correcto o no? Ahora ya no le importaba, no cuando el alfa que amaba se había ido felizmente con otra.

¿Y quién era él para negar lo evidente? TaeHyung era un tipo caliente y sin problemas familiares. Todos en la manada lo habían aceptado y era un buen prospecto de alfa.

«¡¿Qué demonios Jin?!» Se gritó mentalmente cuando se giró y estampó su boca a la del alfa en un beso salvaje.

Ahí no había amor pero si lujuria, Jin no sabía si eso era bueno o qué, pero cuando la lengua del Tigre hizo estragos en su interior, el Omega creía que iba a morir. Las manos del alfa habían bajado a sus nalgas y las apretaba con dureza, sus dientes mordían sus labios gruesos y se tragaba los dulces gemidos que soltaba.

Empezaron a soltar feromonas de excitación, llamando a sus respectivos Tigres, no era el celo, era el puro deseo carnal a causa del enojo y frustración.

— ¿Pero qué diablos? -Exclamó la abuela Jeon al entrar a la cocina.

Los Tigres se separaron con un sucio chasquido y sus bocas brillando por la saliva.

Jin miró a SunHee, la Omega tenía un semblante entre asombrado, confundido y molesto.

No soy quién para decirles qué hacer, chicos. -Empezó la dama. —Pero pido respeto para mi casa, ni mi esposo ni yo andamos soltando feromonas que enloquezcan a los que están alrededor. Así que si quieren follar, para eso está tu casa, TaeHyung. -Sentenció la mujer.

Perdón. -Dijo el alfa sin atreverse a mirarla.

SunHee suspiró. —Como jóvenes tienden a hacer tonterías, pero les aconsejo que a partir de ahora, piensen las cosas. Ustedes no saben si una simple acción como un beso, puede lastimar a otros.

Entró a la cocina, se lavó las manos, luego se puso el mandil y el mensaje era fuerte y claro cuando tomó los ingredientes.

No los necesitaba allí y su mirada seria hacia ambos fue contundente.

Alfa y Omega hicieron una reverencia y avergonzados, salieron de la cocina.





Eso no significó nada. -Dijo el Omega cuando entraron a su habitación.

— ¿No? -Consultó el alfa haciendo que su enojo regresara.

No. -Sentenció.

Tae lo tomó del brazo y estampó contra la puerta.

A mí no me vas a usar a tu antojo. -Dijo con sus ojos ardiendo. —Soy un alfa y también tengo sentimientos. Tú sí me gustas, SeokJin. Pero como dije, no seré el segundón, el tipo a quien recurres cuando el otro te desecha. ¿Qué te hizo, eh? Porque sólo cuando peleas con él, es que vienes a mí.

Jin respiraba con dificultad y él sabía que Tae estaba dándole por donde más le dolía. El orgullo de un Tigre.

No me hizo nada, sólo me di cuenta que no tiene sentido que espere por él cuando las cartas ya han sido puestas sobre la mesa. -Sus ojos se llenaron de lágrimas pero no retiró su mirada.

— ¿Al fin te diste cuenta? Que extraño, pero no voy a cuestionar más. Es tu decisión al final del día. -Lo soltó y caminó lejos de él. —Sólo quiero saber algo, Jin. ¿De verdad no significó nada ese beso? Porque debo decir que a mí, sí me hizo sentir muchas cosas.

Y con eso, se fue.

Jin se sentó en el borde de la cama. ¿Qué si le hizo sentir algo?

Me gustó. ¿Qué más quiere? -Murmuró malhumorado.

Se tocó los labios, aquel hormigueo haciéndole estremecer. Se pasó los dedos por el cuello, ahí donde esos pecaminosos labios dejaron un camino de marcas, ¿qué pretendía ese alfa?

Estúpido TaeHyung. -Dijo cuando se lanzó sobre la cama.

Y estúpido él por sentir su corazón acelerado al recordar tales sucesos.

Quizás no sería mala idea un nuevo comienzo... Total... Tae no estaba mal.

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