❝𝓒𝐚𝐩𝐢𝖙𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎❞

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Observaba con mucha atención por la gran ventana, ese lugar siempre había sido su lugar favorito para sentarse, estaba casi en los últimos puestos, sentarse adelante no era muy de su agrado ya que todas las miradas incluyendo las del profesor se posaban en ti, lo cual además de ser muy incómodo era bastante molesto.

─A-m-a-n-e-k-u-n deletreó con diversión el nombre del oji-ambar a la vez que le picaba el brazo con su dedo índice.

─¡(T/N)-chan me asustaste! ─exclamó tocando apretando su uniforme, el lado del corazón para ser más precisos─. ¿En qué momento llegaste?.

Llegar tarde no era una costumbre que la castaña manejara, casi siempre intentaba llegar lo más temprano posible o se había quedado dormida cosa que era muy posible ya que lo lunes eran uno de los días más difíciles o tuvo un atraso inesperado.

─Gomen, no fui mi intención ─rascó su nuca, coloco su mochila en su asiento el cual Amane había reservado para ella anteriormente─. Si te preguntas porque llegue tarde, hay una sola razón, hoy Tadashi-nii me vino a dejar, tuve la desgracia de quedarme dormida. ¡Ah, como odio los lunes!.

Acababa de llegar y ya le había sacado una sonrisa, hasta sus quejas tenían un toque de gracia, siguió escuchando con atención las palabras que su contraria expresaba.

─Para ser la gota que derramó el vaso muchas chicas al verlo se me acercaron como una manada de vacas asustadas, por poco salí viva, ni que fuera un famoso al cual admirar, si lo piensas bien, mí hermano está medio feito ─colocó su mano en sus labios bloqueando la salida de una carcajada─. Pensar que hace unos años se graduó.

Su hermano mayor también había pasado por los pasillos de aquella institución, uno de los alumnos más brillantes de su curso, no por nada era el orgullo de la familia Nagareboshi, tenía todas las cualidades de un triunfador, cosa que enorgullecía a
(T/N) y a su madre más que a nadie. Lástima que no todos lo veían así.

─Tadashi-san fue presidente del consejo estudiantil, sin contar que por su espíritu y liderazgo era muy popular, es normal que aún la chicas lo amen y acosen Él también había sido testigo de como el joven era adorado por casi toda la academia, lo que le causaba risa era cuando la pobre de su amiga caía envuelta en aquel torbellino de fans.

La chica recostó con pesadez su cabeza en la mesa de su pupitre, apenas iba comenzando el día y ya se había agitado, solo esperaba que mejorara. Volteo su rostro quedando en dirección del azabache.

Y lo peor es que algunas veces me usaban a mi para acercarse a él ─soltó con algo de molestía, no es nada agradable que te usen para estar cerca de tu hermano y más si tiene a unas locas acosadoras detrás─. Recuerdas cuando una chica me enrollo en una manta y dijo que así cuidaría a los hijos que tuvieran juntos o aquella otra que le dijo que tenía secuestrado a su gato y se lo iba devolver a cambio de una cita, cuando en realidad teníamos de mascota un perro.

Aquel momento se había convertido en uno bastante cómico, las anécdotas de la muchacha siempre lo hacían reír y más con los gestos que formaba.

─Si, aunque tú también eres muy popular ─mordió levemente su labio inferior, no sabía porque le molestaba decir las siguientes palabras─. Al igual que varios pretendientes.

Se suponía que ya debería estar acostumbrado a aquellos actos, no le debía importar si ella salía con alguien o no, era su vida, podía hacer lo que se le diera la gana, por desgracia, le era imposible no sentir como su garganta se llenaba de amargura y su cuerpo se inquietaba cuando un chico le pedía ser su pareja, después de todo solo era su mejor amigo, debía apoyarla y aconsejarla al momento de que quisiera salir con alguien.

─Mmm, sabes que la popularidad no me importa mucho ─de su mochila saco un pequeño dulce, le quitó el envoltorio y luego le lanzó uno igual al azabache, río un poco al notar como torpemente lo atrapó─. Si hablamos de los pretendientes, ninguno me interesa.

Ella no lo sabía, pero había echo que el interior del muchacho explotarán fuegos artificiales, era algo extraño, se sentía aliviado de escuchar aquellas sinceras palabras, tal vez sentía miedo de que lo olvidará dejándolo solo, ya que muchos dicen que el tercero siempre sobra.

─Otra en tu lugar los aceptaría sin dudar, varios de ellos son de grados superiores muy populares o deportistas bastante guapos ─tenia razón, los muchachos que la pretendían no eran para nada desagradables a la vista, varias chicas babeaban por ellos.

─Tienes razón ─tocó su mejilla pensando una respuesta, la cual siempre la ah tenido bien clara─. Pero, lo harían por moda, diversión o hasta pasatiempo, cosas que están muy alejadas de ser amor.

Para ser sinceros, varios solo se fijaban en su físico no veían más allá, en una relación lo que más importa son los sentimientos, el cuerpo envejece, una cara bonita se desvanece, pero los sentimientos; esos son los que perduran por siempre.

─¿A qué te refieres?

─Bueno, yo no aceptaría la declaración de un chico si no siento algo por el, peor si no lo conozco, sería engañarme a mi misma ─volteó su rostro dedicándole una mirada sincera a su acompañante─. Aún estoy esperando que el indicado me diga sus sentimientos.

─¿Y cómo vas a saber cuál es el indicado? preguntó con mucho interés a la respuesta de la castaña.

A diferencia de la fémina, Amane no era un experto en los temas del amor, para el era como un rompecabezas de 1000 piezas en el cual te desesperadas antes de encontrar donde encaja cada pieza, solo escuchaba a (T/N) hablar del tema de vez en cuando en compañía de Sumi ─ya que ambas solían leer varias novelas románticas─, su fuerte no era expresar sus sentimientos, prefería quedarse callado y guardarse todo lo que sentia, en vez de expresarse abiertamente.

─Mi corazón me lo va a decir ─de un momento a otro, sostenía la mano del azabache junto a la suya, mano que era calida a pesar de algunas heridas que la acompañaban, tal acto provocó un rojizo color en más mejillas del chico, lo había tomado por sorpresa─. Y estoy segura que me va a hacer feliz.

Termino su frase con una sonrisa, pero no una cualquiera, aquella transmitía paz, confianza, tranquilidad, sobre todo y más importante, trasmitía amor. Y el fue el único testigo de aquél sencillo pero mágico momento.

Cada vez más frecuentes, los recuerdos del muchacho de ojos similares a los colores del atardecer invadían si cabeza, recorrían los fragmentos de su memoria y como si de un proyector se tratara, los proyectaba en su mente tan claros, tan reales, tan inolvidables. Había reactivado nuevamente aquel sentimiento que creía muerto.

Con tan solo mirarse a los ojos por unos pocos segundos y sentir como la chispa dentro de su ser volvía a brillar, ese pequeño toque de manos que a simple vista parecería insignificante, manos que no se sentían hace mucho y estaban deseosas de volver a estar juntas. A pesar de estar muertos, por ende, ser seres sin ninguna temperatura corporal que los apoyará, la sensación de calidez aún se podía sentir.

Ese bonito cosquilleo en tu interior al que comunmente se le llama mariposas en el estómago. Pero el inesperado reencuentro además de descontrolar los sentimientos de Tsuki, la había afectado, la importancia de no haber podido salvarlo y la alegría de volver a verlo era una mezcla desastrosa.

¡¿Que me hiciste Yugi Amane?!.

Exclamó para si misma, cerro sus ojos con frustración, acomodo sus codos sobre la mesa para luego imitar la misma acción con su cabeza, tal vez si se llegaba a "dormir" podría olvidarse del mundo y sus problemas por un rato.

Su mano estaba posada en su barbilla dándole un aire de que estaba pensando algo muy profundo e importante, gesto que extraño mucho a los dos jóvenes que tenían más cercanía con el. Ambos muy preocupados ante la actitud que demostraba, una muy diferente a la habitual.

─¿En serio a estado así todo el día? observó algo incrédulo ante lo que sus ojos estaban viendo, debía asegurarse que su vista no estuviera mal.

─Desde que vine a lavar los baños no ha hablado conmigo, solo dijo ohayo para saludarme y no volvió a repartir palabra alguna ─fijó nuevamente sus orbes fucsia en el chico, el cual no despega su mirada en la pared─. Ni siquiera me a molestado.

─¿Eso es bueno o es malo? ─rascó su mejilla riéndo por lo bajo.

─Es muy agradable que no me este diciendo piernas de daikon ─una nube negra invadió su semblante, volviendose sus ojos dos puntos─. Pero no es normal que este tan distante y callado ─habló esta vez con preocupación reflejandose en sus palabras─. Su actitud es igual a la de ...

─Tsuki ─completo la frase de la fe cabellos albinos─. ¿Será que se encontraron?.

─Puede ser pero ...¿No debería estar felíz? Ya sabes, por volver a hablar con un su amiga de la infancia sus palabras tenían lógica, es cirrto que cuando dos personas no se ven por mucho tiempo, la alegría los invade cuando se reencuentran.

─Tienes razón, hay algo que no cuadra ─pauso su hablar, recordo las palabras que Tsuki le había dicho y el consejo que su otra amiga le dió, se armó de valor y pregunto─. senpai, me preguntaba si tenías algo que hacer después de clases ─sus mejillas se tornaron de un suave color carmesí.

─Yo ─colocó su dedo en su labio pensando─. No, no tengo nada que hacer ¿Por qué?.

─Bu-bueno, ¿Quieres sa-salir a pa-pasear a al-algun lugar con-conmigo? ─se regaño mentalmente por tartamudear tanto, solo esperaba que hubiese entendido alguna de sus palabras.

─Claro, siempre es bueno salir con amigos -le sonrió amablemente, amiga date cuenta.

─Si, amigos ─siente como si una daga hubiera atravesado su corazón, había sido mandado a la friendzone sin haberse declarado.

Mientas tanto, sumergido en su mundo, nuestro querido fantasma con número 7 de misterio, observaba la pared como si fuera lo más hermoso del mundo, vagando una y otra vez por sus pensamientos.

Bajo su mirada a su mano, mano que había sido tocada por unos instantes por la de (T/N), el cosquilleo seguía ahí, la delicada sensación no se iba y esperaba que no se fuera nunca, sus labios formaron una sonrisa inconsciente. Pero a la vez que sentía cosas bonitas también sentía un vacío en el y no era por no comer, recordó como aquellos azulados ojos derramaron lágrimas antes de irse; dejándolo solo en aquel lugar, definitivamente no le gustaba verla llorar.

No la culpaba, su reacción fue muy natural, cualquiera hubiera echo lo mismo, estaba consiente que las palabras no eran suficientes para conseguir el perdón de la muchacha, la había dejado sola cuando más lo necesitaba.

Suspiro, coloco su sombrero tapando la parte superior de su rostro. Al parecer aún sentía cosas por ella, se tardó mucho en darse cuenta que quería a la castaña pero no como amigos si no como algo más, intentó olvidarla, quiso darle una oportunidad a Yashiro, por más que lo intento solo llegaba a verla como una amiga y viceversa. En cambio, sus sentimientos con la de ahora cabellos grisáceos era diferente.

Retrocedió en el tiempo, recordando la vez que la chica había llorado enfrente de él.


Amane observaba por la ventana de su salón de clases, al estar en un segundo piso lograba divisar la entrada de la academia, la preocupación reinaba en tanto en su ojos como en su mente y no era para menos, su querida amiga no había venido hace 3 días, no contestaba el teléfono fijo de su casa es más, fue a su casa y está estaba cerrada, no tenía idea de lo que estaba pasando, solo esperaba que se encontrara bien.

Varios alumnos también comentaban sobre la inasistencia de la castaña, pero todos decían puras idioteces a excepción de Sumi, una muchacha de cabellos rosas, la única chica a la que (T/N) podía llamar amiga.

Volteó hacia la puerta con un toqué de esperanza que entrara por ella, aún era temprano por ende ningún docente había llegado, rogo al cielo que sus plegarias fueran escuchadas, abrió sus ojos encontrándose con aquella niña que alegraba sus días.

Pero había algo diferente en ella, no se veía feliz como de costumbre, su característica sonrisa era una línea nula, el brillo de sus ojos estaba apagado a la vez que ojeras acompañaban a éstos, sus cabellos estaban desordenados, no se había tomado la molestia de arreglarlos, sus ropas estaban arrugadas, su apariencia era similar a la de una persona que no había dormido hace días.

Ignoro a todos los alumnos que la juzgaban con la mirada, ignorando el abrazo que la peli-rosa le había obsequiado, siguió con su caminar hasta llegar a las últimas filas, colocó su mochila en su pupitre para luego tomar asiento, ignorando también al azabache.

─Amane-san ─hizo una mueca para que el muchacho se le acercara, este obedeció sin objetar nada.

─¿Que pasa Sumi-san? ─interrogó ante el repentino llamando que está le había hecho.

─Quiero pedirte un favor, habla con (T/N)-chan, a ti te escuchara ─volteó su cabeza hacia atrás, ahí estaba ella, parecía un títere al cual le habían cortado sus cuerdas.

─¿Como estás tan segura? Nos ignoró a ambos.

─Solo hazlo, sé porqué te lo digo.

Yugi no dijo nada más, sabía que habían cosas que Sumi sabía de (T/N) que el no, después de todo era una chica y las chicas suelen entenderse más entre ellas. Le sugirió que hablarán en el receso, ella se iba a encargar que nadie los fuera a molestar.

El receso había llegado, (T/N) iba a salir a comer sola, no quería hablar con nadie, se estaba hundiendo a si misma en las profundidades del océano, dónde ahogaba sus gritos de frustración, guardadose todo el dolor en su pecho. Amane no dudo ni un segundo para tomarla de su muñeca llevándola a una esquina solitaria, en todo el trayecto la chica no mostró reacción alguna.

─¿Amane-kun? ¿Dónde estamos? por fin se digno a decir algo, se sorprendió levemente al ver qué estaba a solas con el azabache ya que momentos atrás estaba caminando sola.

─(T/N)-chan tengo que hablar contigo la tomó de sus hombros, un agarre firme pero sin lastimarla, iba a descubrir lo que estaba pasando con ella, no le importa faltar a las clases restantes.

Era su momento de demostrarle lo mucho que le importaba, luego iba a pedirle los apuntes a Sumi, juntos harían que estuviera al día para que sus notas no se vieran afectadas y sobre todo, iban a mejorar su estado de ánimo así como ella ilumino sus vidas.

─¿Sobre qué? Mejor lo preguntas otro día, hoy no tengo muchos ganas de hablar. intentó evadir cualquier interrogatorio por parte del oji-ambar, aunque su cariño por el fuera muy grande habían cosas de las cuáles le dolía hablar.

─Tu siempre me cuidas y subes el ánimo cuando siento que no puedo más ─atrajó a la castaña a su pecho rodeandola con sus brazos─. Ahora es mi turno de ayudarte ─coloco su barbilla en la coronilla de su cabeza─. Así que cuéntame qué es lo que te pasa.

El dulce tono que el joven estaba utilizando y la calidez que le proporcionaba aquel abrazo fueron suficientes para que (T/N) se sintiera segura, protegida, sobre todo querida, el lazo que ambos tenían era muy fuerte. Hay veces en la que no queremos hablar sobre lo que nos está pasando, cuando aveces la mejor solución es contarle a alguien de confianza y así desahogarse.

─L-lo que pa-pasa es que ─el nudo en su garganta le impedía pronunciar bien lo que estaba diciendo─. Mi mamá.... ¡Está en coma!.

El azabache entendió al instante lo que estaba pasando, sabía lo importante que era su madre para ella, las palabras no eran suficientes para calmar la situación, lo único que podía ofrecerle era un hombro para llorar.

-Tuvo un accidente cuando iba para su trabajo, quedo muy grave las lágrimas no tardaron en bajar de sus ojos hasta llegar a sus mejillas─.Tengo miedo que vaya a morir ─apretaba la camisa del chico hundiéndose en su pecho─. Ella y Tadashi son todo lo que tengo.

─Llora todo lo que quieras, es malo guardarse todo eso ─con delicadeza frotaba su mano, dándole leves caricias al cabello de la castaña─. Yo estaré para ti.

Poco a poco se deslizaban en dirección del suelo, (T/N) sollozaba sin detenerse, todo el dolor y tristeza que se había guardado para no preocupar a su hermano estaban saliendo a la luz, en el hospital siempre intentaba darle ánimos, que todo iba a salir bien, cuando por dentro se sentía destrozada. Fue cuestión de segundos para que se quedará completamente dormida en el regazo de Amane ─la falta de sueño ya estaba haciendo efecto─, por su lado el castaño oscuro solo la contemplaba.

Se ve tan pacífica cuando duerme ─pasó sus dedos alrededor de las suaves cabellos de la oji-azul─. No me gusta verte sufrir y que esa hermosa sonrisa que me llena de vida se borre y se cambie por un par de amargas lágrimas, estaré contigo siempre ─acercó su rostro al de la fémina, depositando un beso en sus rosadas mejillas, cosa que no se atrevía a hacer cuando ella estaba despierta─. Es una promesa...

Abrió sus ojos lentamente, aquellas imágenes que vivían en su mente, aquel momento en el que fue de consuelo para ella, era especial, sonrío inconscientemente al recordar aquel pequeño contacto que tuvieron sus labios con las mejillas de la chica. Aun recordaba lo suaves y calidas que eran, quería volver a verla, estar con ella, ser un apoyo para ella.

─Yashiro, shōunen Minamoto ─ambos voltearon su rostro ante el llamado del fantasma, lo cual los sorprendió un poco después de varios minutos de silencio─. Necesito su ayuda.








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;; Buenas mis bellas personitas de mi corazón!. ¿Como están?. Espero que muy bien!.

;; ¿Que les pareció el cap?

;; Ame escribirlo, tenía muchos momentos que me ponían, triste y soft.

;; Se preguntarán. ¡¿Quien chuchas es Sumi?! ¡¿Por qué la escritora escribe ese nombre a cada rato?! ¡¿Es algún personaje del manga?!. Déjenme decirles que nop, es un oc hecho por mi. Poco a poco la irán conociendo mejor en cuanto avance la historia.
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Editado el 30/05/2021

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