❝𝓒𝐚𝐩𝐢𝖙𝐮𝐥𝐨 𝟗❞

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El fin de semana, fecha que tanto adolescentes como adultos esperan con ansias, día de la semana en el cual no se trabaja y se puede usar para relajarse, pasarlo en familia, ver un maratón de películas o hacer las miles de cosas que tienes pendientes.

Los pasillos de la gran academia se encontraban vacíos, después de todo a nadie le gustaría visitar su escuela en un fin de semana, lo único que merodeaban la institución era pequeñas apariciones como los dulces conejitos rosas los cuáles se llamaba mokkes.

Tsuki aprovechaba aquellos momentos de paz y tranquilidad para leer algún libro de la biblioteca de Tsuchigomori el cual con su cara de amargado le decía que tenía que cuidarlos con su vida lo cual no tenía mucho sentido ya que estaba muerta, todo su momento de silencio se fue a la mierda con la llegada de dos energéticos fantasmas.

─¡(T/N)-chan! ─corrió a toda velocidad tendiendole un gran abrazo a su amiga─. ¿Cómo has estado? ¿Me extrañaste? ¿Has matado a alguien? ¡Dime qué has matado alguien! movía sus manos de arriba hacia abajo mostrando toda la energía que tenía en su cuerpo.

─Estaba aburrido porque el día de hoy como sabes es fin de semana, así que no vienen sus asistentes, por lo tanto se puso insoportable y le sugerí que te vinieramos a visitar ─le explicó Mitsuba a la muchacha, noto su cara de "que madres hacen aquí" acompañada de sorpresa.

Para algunos seres sobrenaturales los fines de semana eran un tanto aburridos, sin alumnos los cuáles observar ─mas que todo metichar sus vidas privadas─ no tenía mucha gracia estar en una institución, después de todo, aunque quisieran no podían salir de allí.

─Ya veo colocó su mano en su mentón observando el suelo analizando la situación, Tsukasa jugaba con sus cabellos grisáceos claros como si de hilos de tratarán.

─¿Que tal si jugamos a las escondidas? ─sugirió infantilmente el azabache dejando los cabellos de la muchacha en paz.

─Encerio, ¿Es lo mejor que se te ocurre? ─habló de forma burlona ante tal propuesta tan aniñada, decidió cerrar la boca al notar la mirada asesina de Tsukasa─. P-Por qu-que me parece una bu-buena idea, no es a-asi Tsuki-chan.

Rápidamente se fue a esconder detrás de la fémina como si fuera un escudo humano, aunque no era la primera vez que lo hacía, no se sentía orgulloso de hacerlo pero si quería salvar su lindo rostro de una cicatriz enorme tenía que recurrir a medidas con esas.

─Tranquilo Mitsuba-kun ─le daba leves caricias al cabello del peli-rosa para que se calmara─. Tsukasa-kun no te hará daño ¿Cierto? poso su mirada en el azabache el cual sonreía como si nada.

─Solo por qué (T/N)-chan me lo dice
le sacó la lengua al peli-rosa para luego pegarsele como pegamento a la muchacha.

Aunque suene loco, imposible y muy poco probable, la única persona que tenía la asombrosa capacidad de hacer entrar en razón al azabache con arranques sádicos, era nada más y nada menos que ella.

No siempre obedecía los consejos de la muchacha, muchas veces hacia lo que se le daba la gana sin importarle las consecuencias de sus actos o las personas que llegase a lastimar en ello. Un gran ejemplo fue "la invitación de Nene a la fiesta de te", la cual casi termina en tragedia.

Así es, (T/N) ya sabe que su amiga es asistente del misterio número 7, en ese entonces no tenía la más mínima idea de quién era la de cabellos albinos, pero aún así tuvo que negarse a ser cómplice en aquella azaña, se alivio al saber que había salido sana y salva. Le había tomado cariño a la de piernas rellenitas al igual que al joven exorcista.

─Bueno yo busco y ustedes 2 se esconden ─los señaló para luego colocar sus manos en sus ojos, dar media vuelta y empezar el conteo.

─¿Encerio vamos a jugar? la expresión en su rastro daba a entender lo incrédulo que estaba ante aquella petición.

─No veo una razón por la cual no hacerlo ─encogió sus hombros restándole importancia al asunto, ya habían interrumpido su día de paz, ahora tenía que seguirles la corriente─. Además, es mejor jugar a las escondidas que matar pequeños espectros y jugar con su sangre y tripas ¿No? arqueó una de sus cejas, tenía toda la maldita razón.

─Tines razón ─cerró sus ojos recordando la vez que el azabache"diseco" a un mini espectro solo para saber cómo era su interior, ladeó su cabeza y sacudio su cuerpo intentando olvidar aquella escena.

─Es mejor buscar un escondite ─tomó la mano de su amigo; sonrío levemente y fueron en busca de un buen escondite.

Es cierto que era un jugo para niños de pequeños, pero eso no le quitaba el hecho de ser divertido, todos tenemos un niño el cual está dormido en nuestro interior y con un pequeño empujó sale a la luz.

Los 3 jóvenes llevaban ya un buen rato escondiendose por la institución, después de todo, no había sido tan ridículo como pensaba Mitsuba, Tsuki por su lado no decía nada, le daba igual el ganar o perder, jugar o no jugar, su cara lo decia todo.

─A todo esto ¿quién va ganando? No es que me importe el resultado cruzó sus brazos fijando su mirada azulado en los dos chicos.

─Obviamente yo ─se señaló a si mismo el de cabellos rosas, al parecer humildad no estaba en su diccionario.

─Nop, soy yo ─sacó una página; la cual estaba guardada anteriormente en su bolsillo ─. Aquí eh apuntado todo.


─¡¿Cómo es posible que alguien como yo esté perdiendo?! se tiró al suelo abrazando sus piernas a la vez que lloraba falsamente, Tsukasa reía sin parar.

─Ya, ya, Mitsuba-kun la próxima vez te irá mejor ─se colocó de cuclillas para luego darle palmaditas en la espalda en forma de apoyo.

─¡Juguemos una vez más y el que la gane, gana definitivamente! ─levantó con vigor sus brazos al aire, acompañado de una enorme sonrisa─. Que (T/N)-chan busque ─agarró al pobre Mitsuba del cuello de su suéter paran luego empezar a correr─. ¡Tienes que buscarnos por toda la academia!.

Sus ojos se volvieron dos puntitos, soltó un suspiro de resignación, a estás alturas ya debería estar acostumbrada a las acciones inmaduras de su amigo, empezó el conteo dandoles 20 segundos, suficiente tiempo para encontrar un buen escondite.

Cuando terminó su cuenta regresiva se dispuso a buscarlos por todo el lugar, lo cual iba a ser un poco difícil con lo enorme que era, si se hubiera negado seguramente estaría ya por el segundo libro del día, además de la astronomía la lectura era una de sus fosas favoritas. En el proceso de buscarlos encontró a varios mokkes que andaban sin rumbo alguno, los cuales muy amablemente se dispusieron a ayudarla.

El primero en ser encontrado fue nada más y nada menos que Sousoke, quien se había escondido debajo de una mesa de uno de los tantos viejos salones sin uso. Un no muy buen escondite si lo piensas bien.

─Ahora solo falta Tsukasa-kun y podré continuar con el libro que no pude terminar un brillo fugaz adorno sus orbes; cosa que llamó la atención del muchacho de sueter.

No llevaba mucho tiempo de conocer a la muchacha de cabellos grises para saber lo que pasaba por su cabeza, pero en el poco tiempo que habían compartido la considero como una amiga y viceversa, Tsuki le tenía cariño al peli-rosa, su actitud le resultaba muy interesante, después de todo combinaba muy bien con su físico.

─¿Que libros estabas leyendo? ─preguntó intentado iniciar una conversación, hace rato que nadie hablaba, pero no era un silencio incomodo para salir corriendo.

─Uh, era sobre el espacio exterior, ya sabes, la luna, el sol, las estrellas, los planetas entre otras cosas ─le confesó, los libros de ese tipo eran los que le encantaban, a pesar de que su sueño no se pudo hacer realidad, su único consuelo era imaginar la sensación de estar entre las estrellas.

─Te gusta mucho esas cosas con tan solo ver la expresión de admiración que se había formado en el rostro de la fémina, pudo deducir su adoración a dicha actividad.

─Así es ─tomó un mechón de su cabello, enrollandolo en su dedo, sentía un poco avergonzada al ser tan obvia─. Desde muy pequeña me interese en la astronomía, de tan solo pensar que algún día podría poner mis pies en el suelo de la luna, estudiar sus componentes, hacer experimentos y traerme miles de piedras lunares, me invadía una emoción que no podría describir.

Y así, poco a poco le iba relatando sobre sus sueños del pasado, Mitsuba escuchaba con mucha atención cada una de las palabras que con mucho sentimiento salían de su boca, cada gesto que las acompañaba, sin dudas era una caja llena de sorpresas.

Pero, recordo un detalle, sin querer había escuchado una conversación de Sakura y Natsuhiko; en la cual daban a conocer la antigua amistad que tenía la de mirada azulada con los gemelos, conversación que no pudo terminar de escuchar por culpa de cierto azabache de nombre Tsukasa que casi lo mata por segunda vez del susto que le dio.

─¿Te puedo hacer una pregunta? se armó de valor. Era ahora o nunca que iba a saber las respuestas a todas sus dudas, existían múltiples posibilidades de reacción buena o mala, tenía que arriesgarse.

─Adelante.

Analizo unos segundos las palabras que iban a salir de sus labios, no tenía que ser tan indirectas ni tan directas, de tan solo pensarlo agotaba sus pobres neuronas. Ya no había vuelta atrás, volvió sus manos puños y con gran confianza en si mismo dijo lo siguiente.

─¿Por qué solo eres amiga de Tsukasa y no de Lord 7?... Tengo entendido que ustedes eran amigos desde que estaban pequeños.

Aquellas palabras se habían sentido como si un balde de agua fría en pleno invierno había caído en su cabeza empapando poco a poco cada parte de su cuerpo dejando una inmensa frialdad, no sabía porque tan repentinamente había ejecutado aquella pregunta, dudaba en si responder o dejarla pasar. Sería muy descortés de su parte elegir la segunda opción.

Cerro sus ojos por unos instantes, controlo su respiración soltando un relajante suspiro, poso nuevamente su mirada en Mitsuba el cual seguía atento a su respuesta.

Si hablamos de Tsukasa-kun, a pesar de ser un chico un tanto infantil, molesto y con algunos arranques sádicos .... Simplemente no puedo odiarlo o despreciarlo, el no me abandono dejandome en el mar del olvido, siempre estuvo a mi lado, no importaba si sin querer llegaba a lastimarme, estaba ahí para afrontar las consecuencias de sus actos.

Ella sabía más que nadie que dentro de ese perfil terrorífico que algunos solían describir al gemelo menor, existia un pequeño niño que solo necesitaba amor y compresión, las imágenes de aquel fatídico día se volvieron a hacer presentes, palmeó su frente varias veces ─como si aquel acto fuera un bordador de recuerdos─, desde que el muchacho había cometido aquella accion la tristeza y el vacío de la soledad se apoderaron de su vida.

Por su lado Ama...─carraspeo su garganta─. Hanako-san es un tema del cual no quiero hablar fruncio su ceño apresurando su paso, no sabía porque se había enojado, simplemente lo había echo.

─E-entiendo y ahí fue cuando supo que la había cagado bien feo, no hay justificación válida al momento de tocar un tema delicado para una persona.

─Mitsuba-kun, disculpa, disculpa, disculpa, no fui mi intención asustarte, no pasa nada ─habló instantáneamente al notar la expresión que tenía en su rostro, se cacheteó mentalmente por haber intimidado a su sensible amigo─. ¿Que tal si nos dividimos para buscar a Tsukasa-kun? ─sugirió para calmar el hostil ambiente que había creado.

Sonrió de la manera más tierna que pudo, la última vez que había hecho ese gesto fue para que su hermano mayor le comprara fresas bañadas en chocolate. Suspiro aliviada cuando el de orbes rosas obedeció tranquilo y sonriente a su petición.

─¿Dónde se habrá metido este niño? ─miró el techo con inquietud, no por nada era el número uno en ese juego.

La expresión "el tiempo pasa volando" era la más indicada en este momento. Ya habían pasado alrededor de 25 minutos en los que (T/N) con mucho esfuerzo, no había encontrado al chico con cualidades de gato. ¿Tan difícil era encontrarlo? La respuesta era un si.

Lo había buscado por varias partes de la academia ─evitando los territorios de los demás misterios para no molestarlos─, sin encontrar ningún rastro de el. Al parecer Mitsuba tampoco había tenido suerte en su búsqueda, se habían topado dos veces y nada. O se lo había tragado la tierra o era el rey del sigilo.

¡Ya se! Lo voy a ir a buscar a la terraza, es el único lugar que no eh ido aun.─flotó a dicho lugar. Si no estaba ahí se iba a dar por vencida.

La chica llego a la gran azotea, lugar en el cual venía en las noches a observar el manto de estrellas en compañía de la resplandeciente luna, un paisaje tan inigualable, tan precioso ante sus ojos, uno que sin compañía alguna tenía que apreciar, busco con la mirada al menor, noto una pequeña silueta recostada en la barandilla, lentamente se acercó.

─Te encontré habló en un pequeño susurro victorioso tocando el hombro del chico.

Pero ella deseo no haberse acercado. Si hubiera sabido quien era desde un principio, no hubiera puesto un pie ahí. Como pudo ser tan ciega para no darse cuenta, siempre los había diferenciado, raramente los llegaba a confundir, si la tierra quería tragarse a alguien que fuera a ella.

Ya que al que había encontrado no era Tsukasa, si no Amane más conocido como Hanako-kun. Pudo ser culpa de la distancia o talvez descuido de su parte, aún no estaba lista para aquel encuentro, no de esa forma tan vaga y sin planeación.

─¡¿(T/N)?! ─su semblante estaba sorprendido, froto sus ojos para analizar si estaba soñando o no.

La chica no sabía como reaccionar, sentía felicidad al verlo después de tanto tiempo y más cuando pronuncio su nombre, su amigo, el muchacho por el cual era capaz de arriesgar su vida para verlo triunfar, con el cual compartió tantos momentos especiales. Pero también sentía amargura mezclado con tristeza por los actos que había cometido aquel día.

─¿Estas bien? cuestionó con preocupación, se paro correctamente, pues anteriormente estaba leve recostado en la barandilla.

Hanako se iba a acercar a la de cabellos grisáceos, hace más de un rato que no se movía, quería abrazarla y nunca más soltarla, aferrarse a su pequeño cuerpo como si de la vida mismísima se tratara, sabía que le había echo mucho daño, la había escuchado llorar y lamentarse durante días en el baño de mujeres, era momento de encomendar su error.

Todo ademán de afecto se fue al basurero cuando vio como la fémina retrocedió varios pasos al notar sus intenciones de acercamiento.

─Perdón honorable número 7, no fue mi intención molestarlo e interrumpirlo de lo que sea que estaba haciendo ─contestó de manera firme, un tono tan cortante como una daga─. Si me disculpa me retiro ─iba a salir corriendo, le dolía tratarlo de aquella forma tan cruel, pero fue detenida por las manos del azabache.

─Espera, ¿Podemos hablar? Y ahí estaba, esa mirada ámbar llena de dulzura acompañada de melancolía.

Tenía que tomar una desición, su mente le decía que saliera corriendo que lo dejara con las palabras en la boca, por otro lado, su corazón le gritaba que lo escuchara, que le explicará por que había decidido suicidarse. Algunas personas dicen que es mejor escuchar a la mente, ya que el corazón suele equivocarse.

─Tu y yo no tenemos nada de que hablar ─soltó bruscamente la mano de Hanako, no quería que la viera quebrarse, sus ojos ya estaban empapados de agua.

El muchacho de orbes similares al atardecer no dijo nada, se había quedado inmovil, con un gran vacío en su pecho observo como la silueta de Tsuki cada vez se hacía más pequeña, indicando que se alejaba y el sin poder hacer nada.


Mientras tanto (T/N) corría sin rumbo, quería encerrarse en su territorio por algunas décadas, sus pensamientos estaban confusos, el líquido salado no abandonaba sus ojos y para colmo de mares había chocado con Mitsuba, lo que menos quería era dar explicaciones sobre el porque de su llanto.

─Tsuki-chan encontré al enano, no me lo creerás, estaba escondido en el jardín....─se percató de las lágrimas que bañaban las mejillas de la fémina y con sorpresa exclamó─. ¡¿Estás llorando?!.

─No, solo me entró algo en el ojo mintió, al igual que un padre le miente a su hijo diciéndole que le comprara el juguete que quiere cuando lleguen a casa.

Con la manga de su traje limpio su rostro, sus ojos al igual que su naríz levemente rojos, eran prueba que había estado llorando hace un rato.

─Ya, ya me tengo que ir sin previo avisó ni oportunidad de pronunciar alguna palabra más, se marchó lo más rápido que pudo a su zona.

Ese pequeño reencuentro, ese instantáneo momento en que ambos tocaron sus manos por unos cuantos segundos, habían despertado sus emociones, el frío que gobernaba su corazón se iba derritiendo poco a poco dando paso a la calidez, el siempre fue el único que lograba aquella sensación pero, la tristeza era inevitable.



















Holiwis mis bellas lectoras ✨!.

No tengo mucho que decir, solo que, WEYYY, ESTE CAP ES BIEN SADDDD.
Me inspire mucho escribiendolo, creo que ya era momento de su gran reencuentro jkajs.

Espero que haya sido de su agrado, tanto la narrativa como las imágenes <33.

Sin más que decir.

Sayōnara🦋🌾

Editado el 26/05/2021
Gracias por leer💕.

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