❝𝓒𝐚𝐩𝐢𝖙𝐮𝐥𝐨 𝟖❞

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▬▬▬LA LLUVIA▬▬▬







Rara, sospechosa, misteriosa, así era como últimamente actuaba Nene  ─algo no muy común en ella ya que siempre estaba animada─ Hanako lo había notado, por un momento pensó que era la adolescencia y sus muy comunes cambios hormonales de humor pero, se puso a investigar en libros de pubertad y nada tenía que ver con lo otro, lo cual lo empezó a frustrar un poco.

Siempre que terminaba de limpiar los baños desaparecida sin decirle a dónde iba, al ser su asistente tenía que saber dónde estaba para así cuidarla, solo se descuidaba un segundo y la muchacha ya se metía en aprietos gritando "Hanako-kun ayuda" no le molestaba después de todo más que si asistente era su amiga, amiga que por más que quisiera no iba a poder llenar el vacío que la castaña le había dejado.

─Hanako-kun si hoy no me toca limpiar baños es mejor que me vaya ─sonrió satisfactoriamente, el baño estaba tan reluciente y sin ninguna mancha de polvo; todo gracias a su duro trabajo en días anteriores.

Sus pasos no tardaron en dirigirse a la salida de aquel cuarto que se usaba como baño ¡Por fin libertad! No se lo tomen a mal, lavar baños constantemente en compañía de un fantasma un tanto pendejado que te hace comentarios subidos de tono no es muy lindo que se diga.

─¿Acaso vas a hacer cosas sucias con alguien? ─Y ahí estaban los comentarios para nada agradables, lo que a él le parecía divertido a la jovencita le irritaba.

La de cabellos albinos no tardó en que un aura negra invadiera su cuerpo, mala idea Hanako, mala idea, en su rostro fue implantada una cachetada con una potencia muy poderosa ¿Como era posible que pegará tan fuerte?. Las mujeres seguían sorprendiendolo cada vez más.

─¡Claro que no! Yo no hago ese tipo de cosas su cara se encontraba totalmente roja, tal vez por la vergüenza que sintió al escuchar aquellas palabras o por haberse enojado, las opciones eran varias─. Solo voy a visitar a una amiga, una niña nueva de mi clase... Ella es muy tímida pero le gustaría tener amigos, yo me ofrecí en ayudarla y ser su amiga ─obviamente le estaba mintiendo, más que nunca se estaba acercando a la verdad.

─Awww, tienes un corazón de oro Yashiro ─sacó un pañuelo de quién sabe dónde y de una manera muy barata de actuación fingió estar conmovido─. Solo por eso te ganaste un premio ─rebuscó entre los bolsillos de su pantalón que al parecer eran demasiados grandes con tantas cosas que se le salieron─. ¡Ta-da¡.

El espectro saco un pequeño broche con forma de flor, color rosa pálido con unas pequeñas piedras de color negro para ser más descriptivos. Era un accesorio muy hermoso, la fémina no había visto uno así y eso que a ella le encantaba usar ese tipo de cosas.

─¿Para mí? miró con ilusión el objeto, estaba muy fascinada.

─Así es ─se acercó flotando hasta ella colocandolo así en su uniforme─. Ahora te ves más bonita de lo que ya eres ─intentó coquetearle y todo lo que recibió fue una mueca de desagrado─. Además que ahora hace juego con el mío ─dijo intentando disminuir el pesado ambiente que había creado.

Que se le podía hacer, cagarla a veces era su mejor pasatiempo. Debajo de su sombrero saco un broche muy parecido al de Nene solo que era mucho más sencillo pintado de negro todo su exterior.

─Nos vemos luego se despidió para luego salir a toda velocidad.

─Ni siquiera me dijo gracias ─tocó su pecho ofendido, un gracias hubiera sido más que suficiente.

─Oh, lo olvidé muchas gracias por el broche entró hasta la mitad de la puerta dedicándole una sonrisa agradecida para luego seguir con su camino.

El chico solto una carcajada por la acción tan cómica de la albina, pero lo que ella no sabía es que en realidad ese pequeño e indefenso broche era un pequeño vigilante que se activaba cuando una aparición se acercaba al portador de dicho objeto.

Si un espectro atacaba a la chica el broche de Hanako se volvería rojo indicando peligro, cosa que le resultaba mucho más fácil que estarla vigilando con un orbe fantasmal ─ademas que lo hacía parecer un stalker─ cuando el broche se volvía verde significaba que estaba con un espectro pero no era peligroso. Su única desventaja era qu tenia un límite, el poder de dicho objeto solo duraría unos 2 días lo máximo, así que no tenía mucho tiempo.

─Ahora a esperar ─estiró sus brazos entumecidos, saco una baraja de cartas para matar el tiempo en compañía de los mokkes.

....

Quince, veinte minutos pasaron aproximadamente, el broche del azabache comenzaba a tornarse de poco a poco a un color verde, fue menos tiempo del que esperaba.

─Tan rápido me cambio por otro ser sobrenatural ─sacó un pañuelo limpiando las falsas lágrimas que caían por su rostro.

─Te lo mereces ─le reprochó el primer mokke.

─Cualquier espectro es mejor que tu ─apoyó a su amigo el segundo conejito.

─¿Quieres un dulce? ofreció de manera amable el tercero.

─Ahora es momento de ver por quien me cambiaste Yashiro, deseguro es un fantasma chico, alto y con cara de príncipe de cuento de hadas ─dijo con poco de burla, aveces la de cabellos color crema solía fantasear en voz alta.

En ese instante Hanako coloco el broche en el suelo reflejando así una imagen en la pared del baño como si de una reflector se tratase, poco a poco la imagen se iba haciendo cada vez más clara, lo primero que pudo divisar fue una cabellera grasacea.

Definitivamente era la cabellera de una chica, la cual estaba viendo por la ventana cosa que lleno de curiosidad al muchacho, quería verle la cara a la misteriosa joven.

La tierna voz de su asistente lo saco de sus pensamientos. Por un segundo se había olvidado que por medio de ella estaba espiando.

─¡Hola Tsuki-chan! ─la saludó con alegría la joven de puntas mentas.

─Hola Yashiro-chan ─le contestó el saludo de forma calmada la recién nombrada sin despegar su mirada de la ventana.

─¿Que observas con tanta atención? le cuestionó, había algo interesante afuera ¿O que?.

─Mmm, nada interesante, solo veo el cielo al parecer hoy va a llover ─respondió a la pregunta de su amiga, su voz estaba llena de una notorio nostalgia.

─¿Te sientes bien? Tu voz se escucha algo triste.

Yashiro lo había notado, en todo este tiempo había aprendido a descifrar más o menos las emociones de la oji-azul, podía distinguir cuando se encontraba con su singular rostro neutral hasta a uno triste y destruido.

─¡Vamos! Voltea la cara, necesito ver tu rostro ─se quejó con desespero cierto chico fantasma que espiaba como vieja chismosa la escena.

─Bueno no es nada, solo que el día de hoy me siento un poco triste aunque .... No es nada fuera de lo común ─suspiró con algo de pesadez, en cierto modo los días lluviosos le removían sus emociones─. Cuando me siento así ver por la ventana siempre me anima un poco.

─¡Oh! Es una forma de relajarte ─poco a poco se iba acercando a ella, para luego tomar asiento en una silla libre al lado de Tsuki.

─Se podría decir que si, el mundo es tan hermoso si lo ves desde una perspectiva positiva pero muy desagradable si los vez desde una negativa ─aquellas palabras estaban llenas de sentimiento, habían salido de los más profundo de su alma─. ¿Necesitas algo? ─preguntó de manera amable a su acompañante.

Lentamente, en ese momento la muchacha giro su cabeza brindandole una sincera mirada a la albina, dejando ver sus hermosos ojos azulados que hacían competencia con un par de cristales. Los cuáles con solo una mirada transmitían un millón de cosas.


El tiempo se habían vuelto lento a su alrededor, su corazón latía a una intensidad muy fuerte, casi había quedado en un estado de shock, lágrimas; ese líquido salado que viene desde lo más profundo de nuestro ser amenazaba por salir de sus ojos ambares, la emoción, la alegría, la nostalgia, era una tormenta en su interior, su tan querida y especial amiga estaba ahí; muy cambiada pero la volvió a ver después de tantos años. Tan solo con esa mirada la reconoció, después de todo los ojos son las ventanas del alma.

─¡Tsuki-chan tus ojos se ven hermosos ─juntó sus manos fascinada ante tal espectacular mirar.

─Muchas gracias por el cumplido Yashiro-chan ─agradeció serenamente.

─¿Acaso te cambian de color? ¡Eso es increíble!. Si yo tuviera los ojos tan bellos como ella deseguro muchos chicos guapos se enamorarían de mi ─sus ilusiones amorosas se volvían a hacer presentes, nunca iba a cambiar.

─Esto me pasa muy seguido, bueno aveces me pasaba cuando estaba viva, al parecer el efecto se hizo más presente tras ser un espectro ─una diminuta sonrisa se formo en sus finos labios─. Mi hermano solía decirme que mis ojos me hacían especial.

El espectro tenía toda su atención en la joven de cabellos grisáceos, aún no podía creerlo, no quería hacerse falsas ilusiones que lo llegarían a lástimar, al verla tan detalladamente supo que era ella. Pero todo se fue por la alcantarilla cuando escucho el tratar de unos pies viendo hacía el.

─¡Hanako! ─dijo su nombre entre jadeos, tanto correr lo había dejado sin aliento─. ¿Has visto a senpai? ─levantó su mirada hacia el azabache.

Como si hubiera cometido un crimen y esa fuera la evidencia, escondió detrás de su espalda aquel objeto de espionaje por así decirlo; después de todo esa era su función, Kou noto los raros movimientos del fantasma y con mucha curiosidad preguntó.

─¿Que estabas haciendo? ─arqueó una ceja en busca de una respuesta, lo más posible es que estuviera haciendo cosas indebidas.

─Antes que nada buenas tardes ─comenzó a reír intentando disimular sus nervios, le daba algo de vergüenza que el rubio se entera de lo que había echo─. Número uno Yashiro dijo que tenía que ver a una amiga, número dos no estaba haciendo nada.

El joven exorcista le dio una mirada de "digamos que te creo" cuando en realidad era todo lo contrario, no iba a seguir cuestionando nada, lo importante era saber dónde estaba su querida amiga Yashiro y ya se había echo una idea.

¿Una amiga? Seguramente debe ser Tsuki-chan. Ya veo ─colocó su mano en su mentón, por la ventana pudo norar como el cielo se empezaba a nublar─. Parece que voy va a llover. Necesito ir con senpai y darle una sombrilla para que no se moje ─se despidió rápidamente de Hanako para salir corriendo.

El de ojos similares al atardecer soltó un suspiro de alivio tras no ser descubierto en su "travesura" ya que no iba a tener un argumento válido para defenderse, soltó una pequeña carcajada tras analizar lo que había hecho, posó su mirada en las grandes y grises nubes que estaban ocultando los últimos ratos del sol.

Sin previo aviso, un recuerdo llego a su mente.

Un nuevo día de estudiantil había acabado, varios educandos caminaban a pasos relajados en direcciones diferentes, algunos iban apresurados por no querer mojarse, por la radio habían anunciado probabilidades de lluvia, cosa que al final fue cierto, el cielo ya estaba tornandose por completo de un gris oscuro.


─Espero que no llueva muy fuerte ─habló con preocupación el azabache, saco una de sus manos la cual había sido mojada por una gota.

─¿No trajiste tu paraguas Amane-kun ─preguntó con un tono de burla, él solía decir que ella era muy despistada ¿Quién ríe ahora?─. Deberías escuchar más la radio ─bromeó sacando un paraguas de color azul de su mochila─. Si quieres podemos irnos juntos a casa, ví a Tsukasa-kun irse más temprano al parecer su clase fue la primera en salir.

Desdé ese día se había prometido escuchar la radio todos los días sin falta para no volver a repetir ese error, vaya que era una oferta tentadora pero solo había un pequeño problema.

─Gracias por tu amabilidad (T/N)-chan pero, solo hay un paraguas y si me lo prestas te vas a mojar y no quiero que te enfermes por mi culpa.

─¿Quien dice que no nos podemos ir juntos? ─arqueó una ceja extendiendo el objeto─. ¡Es hora de compartir! ─caturreó infantilmente tomando al chico del brazo apegandolo a ella─. Así ninguno de los 2 se va a a empapar de agua.

Lo que la castaña no sabía era que aquella cercanía había provocado un sonrojo en el azabache, después de todo estaban a pocos milímetros del otro.

Poco a poco las gotas cristalinas empezaron a descender del cielo empapando todo a su alrededor.

Amane bajo la mirada un segundo intentando no morir de nervios, sintió como su amiga había pasodo el paraguas a su mano derecha dejando la izquierda totalmente vacía. Un impulso de su parte hizo que lentamente y con delicadeza tomara la mano de (T/N). No sabía el porque lo había hecho pero de cierto modo se sentía muy agradable.

La jovencita al darse cuenta del repentino agarre de su mano, sintió sus mejillas arder un poco, aquello llamo la atención del chico.

─Pe-perdon s-si t-te in-incomoda la
pu-puedo solt...─sus palabras fueron interrumpidas la sentir la mano de (T/N) entrelazada con la suya.

─No me incómoda, más bien se siente muy agradable ─le dedicó una sonrisa aún con sus mejillas coloradas─. Además que así vamos más juntos y el agua no nos podrá tocar.

─Tienes razón ─dejo sus nervios por un lado para disfrutar aquel calido toque de manos.

─Sabes, me encanta la lluvia, da una sensación de paz y tranquilidad interior, cada vez que escucho las gotas caer contra el suelo es tan relajante movía en un vaivén la mano con la cual sujetaba la de su contrario.

─A mi también me gusta la lluvia ─definitivamente aquel momento iba a ser de los más especiales de su vida.

Hanako ladio su cabeza volviendo a la realidad, se acerco a la ventana y tomó asiento en el margen de está.
Sin duda alguno, la lluvia le traía varios recuerdos muy especiales en compañía de aquella dulce joven que una vez fue su amiga.



Editado el 15/05/21
Muchas gracias por leer💕.

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