❝𝓒𝐚𝐩𝐢𝖙𝐮𝐥𝐨 𝟕❞

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El sonido de las tijeras podadoras se había echo presente, ese día todos los alumnos de diferentes grados y grupos estaban cooperando para que la academia se viera más bonita
─idea del consejo estudiantil─ nada mejor que cultivar plantas a su alrededor, no solo le daba más vida, también el olor que desprendian las flores y la sombra que daban las hojas de los árboles no había comparación.

─Amane-kun ─llamaba a su amigo el cual tenía recostado su cabeza sobre sus manos apoyadas en el mango de la pala.

─¿Eh? ─el llamado de su amiga lo asusto, por poco y pierde el equilibrio, no iba a ser un golpe doloroso pero la alocada risa de su amiga no lo dejaría en paz─. ¿Pasa algo (T/N)-chan?.

─No pasa nada ─negó rápidamente con su cabeza─. Solo estabas muy concentrado, traías tu mente en las nubes o más bien dicho en la luna bromeó colocando el equipo de jardinería en una carreta.

Tanto el azabache como la castaña habían ido al club de jardinería en busca de equipo para dicha labor, abono, insecticidas, semillas, regaderas, tijeras podadoras cosas así, (T/N) se trajo al pobre chico arrastrado de la camisa, no le dejo tiempo de reaccionar, cuando menos lo esperaba ya estaba en un lugar completamente diferente, tuvo que resignarse a hacerle compañía y ayudarle.

─Gomen por ignorarte, no era mi intención ─se disculpó apenado instantáneamente, se apresuró─. ¿Que me estabas diciendo?.

─Buen, quería mostrarte esto ─hizo un ademán con su dedo indicandole al joven que se acercará, el cual obedeció.

En sus manos había un pequeña rosa, sus pétalos eran blancos tal como el color de la nieve mientras sus puntas eran pintadas de un suave verde menta, era una clase muy peculiar de combinación, la mayoría de mezclas de pétalos eran amarillo con rosado, hasta naranja, sin dudas era muy singular.

─Mi rosal hace poco se llenó de flores, lo que indica que me fue muy bien y tengo buena mano para la jardinera, no soy tan pésima como pensé ─confesó riendo un poco, la jardinería era nueva para ella, era la primera vez que intentaba sembrar una planta, se alegro al saber que no se había marchitado─. En cuanto vi el resultado ayer por la tarde, queria que tu fueras el primero en verlas.

─Son muy lindas ─saboreó con su naríz el dulce aroma que transmitían.

─¿Quieres una? ─cuestionó al ver la fascinación en el rostro del azabache, el cual con algo de vergüenza asintió.

Cuando llegue a casa la voy a poner en agua para que no se marchite ─una diminuta sonrisa se formo en sus labios, sonrisa que no paso desapercibida por la chica─. Gracias
(T/N)-chan.

Otro nuevo recuerdo se había hecho presente invadiendo su cabeza.

Últimamente muchos de ellos llegaban sin avisar repentinamente, algunos alegres y llenos de vida en cambio también habían otros llenos de tristeza y dolor los cuáles por mucho que quisiera envitarlod siempre invadían su mente, los más frecuentes era del azabache de ahora nombre "Hanako-san" número 7 de los 8 misterios de la academia Kamome.

─¿Porqué últimamente vienen tantos recuerdos a mi? ─se preguntaba mentalmente, había pasado mucho tiempo desde que eso recuerdo llegaban con tanta intensidad. Ya a pasado mucho tiempo desde que nos dirigimos la palabra suspiró cerrando sus ojos, tenía los codos apoyados en sus piernas, había decidido leer algún libro pero no logro concentrarse.

Aveces ser fantasma puede llegar a ser un tanto aburrido, más si tu única compañía son cuatro paredes desgastadas, se suponía que se había acostumbrado a la soledad, que no le importaba si alguien venia a verla o no, desde la visita del joven Minamoto en compañía de Yashiro todo había cambiando, ellos hicieron que esos sentimientos despertarán una vez más en su ser, sentimientos que ella misma había enterrado en un cofre con llave a 50 metros bajo tierra.

─¡Hola Tsuki-san! El silencio sepulcral que reinaba en el laboratorio de astronomía fue borrado con la radiante llegada del de cabellos rubios.

Su mirada se poso en el recién llegado, guardo el libro que anteriormente tenía a mano y se dispuso a ir a saludarlo como se debía.

─Hola shōunen Minamoto-kun, recuerda que les dije que me llamen Tsuki-chan ─Agregó acercandose a el con el rostro neutral que casi siempre adorna su cara, la compañía del chico le agradaba en lo absoluto.

─Lo siento, lo había olvidado ─rascó su nuca a la vez que se disculpa con la chica, aún no de acostumbraba a llamarla de ese modo, después de todo a cada espectro le había puesto un nombre un tanto gracioso.

─No te preocupes, bueno ¿Que te trae a mi territorio? ─tenía mucha curiosidad a la respuesta del varón, aunque no lo demostraba gestualmente.

Aveces no expresar mucho tus emociones solía ser un problema, una es no identificar los diferentes estados de ánimo que esa persona tiene y la otra es..... Explotar en un huracán de sentimientos que, cuando comienza es muy difícil hacerlo parar.

─Bueno solo pensé que querrías algo de compañía ─jugueteaba con sus dedos con un poco de vergüenza, el profesor que le tocaba impartir clase a esa hora había enfermado, por la tanto tenía tiempo libre.

El joven tenía dos opciones, ir al baño de chicas y escuchar las estupideces de Hanako o venir al laboratorio de astronomía y hablar con la agradable presencia de Tsuki, sus amigos Yokoo y Satou tuvieron que hacer tarea extra por comer en clase, 'ellos nunca aprenden' fue lo primero que penso el rubio cuando quedó solo.

─La compañía de un amigo siempre es agradable, toma asiento ─acercó una silla a hasta el. Kou con mucho gusto plantó su trasero en esta.

La muchacha había adquirido la suficiente confianza para llamarlo "amigo", no por nada había pasado un mes desde que el exorcista novato y la chica con piernas de daikon habían tenido el valor de adentrarse al salón en el cual antes se impartia la clase de astronomía, lugar dónde conocieron al misterio No 8 de la academia.

Un mes dónde poco a poco se iban acercando más a la chica, conociendo como realmente era, totalmente diferente a los terribles rumores que habían regado sobre ella, rumores que con mucho esfuerzo había cambiado para bien pero, aún no sabían la razón de su muerte, ni la razón por la cual no hablaba de los más mínimo de Hanako.

─Sabes Minamoto-kun ─llamó la atención del joven─. Para ser un exorcista eres muy amable con los espectros ─solto lo que estaba pensando para posar su mirada azulada en la del chico.

Tsuki tenía mucha razón, desde tiempos antiguos han existido los espectros los cuales causaban muchos problemas a los vivos, por lo tanto, también existían los exorcistas despiadados que borraban su existencia de la faz de la tierra. Era extraño encontrar a uno que se apiadara y le diera una segunda oportunidad de redimir sus errores, ella lo sabía más que nadie.

─Etto.....Lo que pasa es que no puedo exorciarte sin que hayas echo nada malo ─rascó su nuca a la vez que cerraba sus ojos acompañandolos una sonrisa─. Por lo que eh visto hasta ahora, eres una buena fantasma no has dañado a ningún alumno.

─Eres diferente a tu hermano ─habló con un sabor amargo de boca, tan solo recordar el rostro del rubio con cara angelical (cosa que no era) un malestar recorria todo su pequeño cuerpo─. Para el no hay apariciónes buenas solo malvadas y peligrosas.

─Si Teru-Nii es así posó su mirada en el suelo con algo de nostalgia, desde pequeño lo había admirado su hermano mayor era como un súper héroe, pero ahora lo veía de diferente manera─. Le voy a demostrar que hay apariciónes buenas así como tú El característico brillo en sus ojos se había vuelto a hacer presente.

Las palabras del entusiasta chico le tocaron el corazón a la de cabellos grisáceos, definitivamente el era la excepción, no lo culpaba su clan trabajaba para eso en conjunto de otros más, cerro los ojos y soltó las siguientes palabras.

─¿Cómo sabes que soy una buena aparición? su mirada neutral se conecto con la del joven.

─No has dañado a ningún alumno, ya que en cualquier momento me hubieras atacado de manera muy violenta hizo muecas raras imitando un ahorcamiento─. Además mí instinto dice que puedo confiar en ti.

─No conoces todo sobre mi ─los errores que había cometido en el pasado la atormentaban casi todos los días, observó sus manos con algo de repulsión, detestaba menospreciarse pero era casi imposible no hacerlo.

¿Han escuchado del auto-odio? La muchacha sentia eso por ella misma, esa terrible sensación de que cada cosa que haces, cada cosa que dices, están mal, cuando no te sientes satisfecho contigo mismo, no importa cuántas cosas buenas hagas siempre tendrás ese vacío que te impide amarte tal y como debe ser.

─Tienes razón ─bajó la mirada avergonzado, tal vez aún no había la suficiente confianza, por eso mismo tenía que crearla─. ¡Pero! ─Elevo su tono de voz de manera energética llamando así la atención de la chica─. Se lo necesario y con eso es más que suficiente ─Entre sus calidas manos tomo las frías de Tsuki.

La sonrisa que acompañaba el rostro del joven Minamoto era genuina, llena de confianza y sobre todo... Calida, el definitivamente le recordaba a una jovencita que conoció varios años atrás, la cual no tuvo el valor de volverle a ver a los ojos después de todo lo que había pasado en aquel fatídico día.

─Gracias por tu honestidad Minamoto-kun ─Lo abrazó, lo estaba abrazando con mucha fuerza, días atrás no lo hubiera echo, ni siquiera se hubiera animado a verlo a los ojos.

La joven de cabellos grisáceos tenia miedo de dejar que las personas se le acercarán, tenía miedo de lastimarlas y hacerlas sufrir, esos pensamientos hicieron que poco se hubiera en las más oscuras profundidades del mar de su alma, encerrandose a si misma en una cárcel de la cual temia salir.

La influencia de la enamoradisa de Nene y el carismático de Kou habían cambiado esa rutina, de forma indirecta le habían tendido una mano, es cierto, Tsukasa tambien había estado con ella pero, no es el tipo de amigo que te dará palabras de aliento, el era como un niño al cual le faltaba un tornillo.

─Gracias por querer ser mi amigo ─se estaba aferrando con más fuerza a los brazos del joven.

─D-de na-nada ─titubeó sus palabras, a diferencia de su hermano el no era un principe al cual le llovían y acosaban las chicas, las muestras de afecto femenino aún lo ponían muy nervioso─. Si quieres puedes llamarme Kou le dedicó una tierna sonrisa hace unos segundos la de mirada azulada lo había soltado.

La muchacha lo observó de pies a cabeza centrándose en sus ojos, azules como los de ella, con un brillo extraordinario y especial, un destello que conocia a la perfección, pues hace años sus orbes estaban adornados por ese resplandor.

─Kou-kun ─una diminuta sonrisa se formo en sus labios al analizar lo que estaba a punto de decir, por su lado el recién nombrado solo la observó con curiosidad─. Te gusta alguien ¿cierto?.

Mejor se hubiera ahorrado su pregunta, no sabía el infarto que casi le da al pobre rubio al escuchar aquellas simples pero muy penetrantes palabras, si la tierra se quería tragar a alguien que fuera a el.

─¡¿Queeee?! ─fue lo único que su boca pudo pronunciar, poco a poco su corazón latía más y más rápido, las piernas le temblaban al igual que sus manos─. ¡Cla-claro que no! ─exclamó nuevamente con su rostro tornadose de color rojo haciendo competencia con un tomate.

─No puedes mentirme ─se acercó a el y con delicadeza tomo su mejilla entre su mano─. Lo ví en tus ojos, tienes ese pequeño brillo que tienen las personas cuando se enamoran.

─Bu-bueno no estoy del todo seguro pero, últimamente me eh sentido algo extraño ─no sabía exactamente el porque se estaba expresando tan abiertamente, será por el solo hecho de que alguien notará un cambio en el.

─Kou-kun eso se llama amor ─acarició el cabello del rubio gesto que le hacía también a su querido oji-ambar─. ¿Que esperas para decirle? Yo te puedo ayudar a conquistarla si gustas.

─No, claro que no, ella y yo solo somos amigos ─le dolía un poco decir aquellas palabras, sabía más que nadie que no se fijaría en el, se hacía falsas ilusiones que le hacían más daño.

─Quien sabe podrían llegar a ser más que amigos ─no supo de dónde saco la confianza para alentarlo pero lo estaba haciendo, le iba a brindar su ayuda para que no se quedará con el deseo de hacerlo─. Espera aquí.

Se alejó del muchacho el cual de manera obediente obedeció a la petición de la oji-azul, Tsuki por su parte se acercó a uno de los pilares que servían de soporte del techo de la habitación, los cuáles estában rodeados de enredaderas llenas de rosas de un color rojo vino, tomo un flor entre sus manos y se acercó nuevamente a su amigo.

Puedes empezar dandole una flor ─le mostró la flor al rubio el cual había quedado maravillado con la hermosura que desprendia.

─¿Porque quieres ayudarme con esto?
─cuestiono confundido, analizo sus palabras y muy avergonzado intento corregir lo anterior─. ¡No es que sea un malagradecido! ─negó rápidamente con sus manos, no quería que la fémina se ofendiera por su comentario, después de todo se había ofrecido voluntariamente a ayudarlo─. Al contrario me siento muy agradecido y halagado por eso.....solo que estoy un poco confundido.

─Bueno se le acercó colocándole la bella flor en el bolsillo que contenía la camisa de su uniforme─. Aunque no lo creas, yo también en algún momento estuve enamorada ─sus mejillas se estaban tornando poco a poco de un leve color carmesí, tan solo el lograba ponerla así─. Y nunca me atreví a decirle lo que sentía, así que no cometas el mismo error que yo y expresale tus sentimientos.

El segundo hijo del clan Minamoto estaba muy conmovido por la ayuda sincera de la muchacha, si te fijabas bien su ojos, en esa profunda mirada parecida a las fronfundidades del mar y el infinito del cielo podías notar aquel sentimiento de arrepentimiento por no hacer algo, cosa que no paso desapercibido por el de cabellos semajantes al color del oro, un sentimiento de sorpresa lo invadio ¿Encerio le había confesado algo tan personal?. Solo se dispuso a preguntar una cosa

─Y ¿cómo era? ─quien sabe de dónde había sacado el valor para preguntar tal cosa, solo lo había hecho y ya. Aquella pregunta desconcerto un poco a la chica─. Me refiero al chico ¿Cómo era el?.

─Mmm, no te voy a decir cruzó sus brazos dando media vuelta, soltó una risita al escuchar la queja que salió de los labios de su acompañante al no recibir una clara respuesta.

─Por favor, dime solo como era físicamente ─se arrodilló casi besando el suelo, aveces la curiosidad es más fuerte que nuestro sentido común─. Si los haces te diré alguna cosa de la chica que me gusta.

Nadie se podía negar a una oferta tan tentadora como lo era aquella, Minamoto sabía que la curiosidad por saber quién era su amor prohibido iba hacerla hablar, pobre, no contaba con la sorpresa de que su secreto no era un secreto como creía.

─No es necesario, se que te gusta Yashiro Nene encongió sus hombros restándole importancia o eso reflejaba su exterior, por dentro se reía por la expresión tan graciosa que tenía el pobre chico.

─¡¿Cómo sabes?! No te lo dije en ningún momento tierra tragame era lo que se repetía una y otra vez, el corazón se le iba a salir del pecho en cualquier momento ¿Tan obvio era?.

─No fue necesario ninguna palabra, mira la rosa ─señaló con su dedo índice la flor que anteriormente le había obsequiado.

El joven exorcista poso su azulada mirada en el bolsillo de su camisa, lugar donde la joven había colocado la planta, grande fue su sorpresa al notar el cambio que había sufrido, antes era roja como el color oscuro del vino y ahora era blanca como el color de las nubes pintada la punta de sus pétalos de un color fucsia más suave.

─¿Cómo es posible esto? ¿Cómo cambio de color? ─tanta fue su impresión que se había olvidado de un pequeño detalle.

─Soy una aparición, tengo varios trucos bajo la manga ya deberías saberlo "señor exorcista" hizo comillas remarcando la última frase, le parecía muy tierno cuando el muchacho olvidaba que en esa academia las cosas solían destruir las leyes de lo normal.

─Por un momento olvide que estabas muerta la compañía de Tsuki le resultaba tan agradable, tan satisfactoria que olvidaba ese detalle un tanto triste.

─Entonces estoy en lo correcto, te gusta Yashiro-chan ─Kou asintio muy apenado, Tsuki por su lado le dio una palmada en la espalda demostrando que todo estaba bien y que contaba con todo su apoyo─. Para comenzar le das la rosa y le dices un bonito cumplido.

─Muchas gracias por el consejo, pero dime por favor, solo una cosa del chico que te gustaba ─tomo las manos de la peli-gris claro entre las suyas─. Y prometo no preguntartelo más, promesa de hombre levanto su mano derecha a la altura de su cabeza.

Suspiró con resignación, después de todo tras descubrir su amorío debía decirle algo sobre el suyo─. Bueno, me gustaba su sonrisa.

Tsuki sabía que esa no era una descripción muy clara, pero vamos! Para ella verlo sonreír era como ir a la luna sin mover sus pies de la Tierra, la sincera y calida que le dedicaba cuándo estaban juntos no tenía comparación.


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Editado el 14/05/21
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