❝𝓒𝐚𝐩𝐢𝖙𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟔❞

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₊ ፧ ੈ♡ recuerdos dolorosos ☄ ϟ〰

❛; nuevamente, el dolor y la agonía volvían a atacar su paz. ੭ೃ༉
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬





















El ambiente que una vez fue de ensueño, lleno de risas y lo que había sido el comienzo de su amistad de hace varios años atrás que quizás hubiera avanzado a algo más,  cambió drásticamente de un momento a otro. Tsuki se encontraba inmóvil, sin poder creer que frente a sus ojos estaba esa persona que durante mucho tiempo le hizo difícil el poder vivir con tranquilidad, que buscó una y otra vez la manera en que la podía perturbar su paz, cuando ella no tenía una razón para que la odiara de esa manera, después de todo debía ser la niña buena que obedecía sus mayores si quería sobrevivir en ese lugar, si quería demostrar lo orgullosa que estaba de ser hija de su padres.

Hanako al notar el estado de shock que se encontraba la joven, sin rechistar le tocó el hombro para que reaccionará, lo cuál funcionó ya que se sobresalto un poco al sentir el toque. Trago en seco para así hablar.

──Tú... ¿realmente eres tú ──pronunció con un débil hilo de voz, llevando sus manos a la boca, las cuáles temblaban sin parar.

──¿No te alegra verme? ──hizó un puchero llevando sus manos hasta su pecho fingiendo tristeza, para luego soltar una risa irónica──, esperaba una mejor bienvenida por parte de tí  ¿cuánto ha pasado? ¿30? ¿40? ¿50 años?

──Moriste joven... ──expresó estupefacta, a sus oídos nunca llegó el rumor de que había muerto, en el pasillo nunca faltaron las personas que esparcieran rumores, en cuestión de segundos se enteraban de todo, o tal vez se encontraba tan ensimismada en su mundo que no se dió cuenta de ello.

Creyó que a estas alturas ya tendría una edad avanzada y hasta nietos, siguiendo el linaje de la familia.

Hanako se encontraba igual de sorprendido que Tsuki. Por el momento se mantendría en silencio brindandole todo el apoyo que la chica necesitará, porqué a partir de ahora ya no estaban solos, se tenían el uno al otro como en los viejos tiempos donde era dos inocentes almas que cada vez que se juntaban encontraban la calma que muchas veces de sus manos se esfumaba dejandolos de manera desolada.

No serían palabras vacías, se lo demostraría de ahora en adelante.

──Ah, sí. Terminé muriendo a los 14 años, aguante dos años más que tú, JAJAJA, decían que tú eras la fuerte, pero mira ¡Viví dos años más que tú, te gane! ¡Te ganeeee! ¡Soy mejor que tú! ¡Es la segunda que vez que te ganó en algo! ──gritaba elevando sus brazos, demostrado un estado de locura que empeoraba cada vez que decía algo.

──¡Ya basta! deja toda esa competitividad en el pasado, somos fantasmas, ya no poseemos vida en nuestros cuerpos, eso ya no sirve de nada.

Tsuki intento calmarla, ya no quería más pleitos, ya no quería seguir peleando por cosas que ocurrieron hace ya mucho tiempo, no tenía sentido seguir de esa manera. Su cuerpo fue enterrado hace mucho, si no fuera por los pendientes que aún no acababa y había dejado en vida, seguramente ya estaría descansando en el más allá.

──¡¡Cállate!! Una señorita perfecta como tú jamás entendería lo que es ser una perdedora ¡Todas las malditas comparaciones! ──con molestia, llevó una de sus manos hasta su cuello para empezarlo a rascar con intensidad, intentando olvidar lo que en el pasado tuvo que enfrentar.

──Sé todo lo que tuviste que pasar
──intervino──, a mi también me exigieron igual que a tí. Sin embargo, yo no me desquite mi dolor con nadie...

──Vaya, ahora yo soy la mala y tú la víctima, hasta necesitas que alguien más este a tu lado para defenderte ──señaló a Hanako──, aún sigues tan lindo como siempre, Amane-kun~

──¿A qué has venido, Leiko? ──preguntó con molestia, ya se le estaba acabando la paciencia, ya no le daría más vueltas al asunto, además que no permitiría que siguiera insultando a Tsuki con tanto descaro.

──Solo queríamos visitar a la familia, eso es todo. ──cruzó sus brazos, mostrando una sonrisa falsa en su rostro.

──¿"Queríamos"? ──cuestinó Tsuki ya que había hablado en plural ¿A quien más se refería? por lo visto no venía sola.

──¡Amaneeeeee, ¡(T/N)-chaaaaaaan! ──salió Tsukasa de la nada. Acercándose a la de cabellos grisáceos, quitando a su hermano de su lado y dándole un extraño abrazo.

──Tsukasa, explícame que está pasando ¿qué hace Leiko aquí? ──susurró en su oído, talvez él le podría dar una clara respuesta sobre porque apareció de la nada y cuáles eran sus motivos para venir después de tanto tiempo, debía estar tramando algo, tenía el presentimiento de que no sería algo bueno.

──Pues, como sabes yo le concedo deseos a los muertos, ella pidió un deseo y yo sé lo cumplí ──dijo sin mucho interés tocando con su dedo índice su mejilla. Al igual que su hermano concedía deseos, pero los suyos siempre traían grandes consecuencias.

Tsuki se alertó, era consiente que los deseos que Tsukasa concedía casi nunca salían bien.

──Con lo que el idiota no contaba es que yo lo terminaría controlando, intentó manipularme pero no le funcionó, aún no pierdo el toque con los espíritus malignos ──habló orgullosa de si misma mirando sus uñas, por mucho que doliera aceptarlo, Tsukasa tenía una espesa maldad acumulada en su alma, muchas de sus acciones lo demostraban y se alimentaba de las desgracias de los demás──. Si antes Tsukasa estaba malito de la cabeza, ahora lo está aún más.

Soltó entre carcajadas cínicas, en este momento no se sabía quién de los dos era más peligroso, sus intenciones aún no eran reveladas y antes de descubrir que planeaban por las malas, sería detenerlos a tiempo.

Y fue cuando en la mente de Tsuki todo cobró sentido, era por eso que Tsukasa le había insistido tanto en acercarse a Amane cuando desde hace 50 años que no habían tenido contacto entre ellos, Leiko lo había convencido de hacerlo, era una plan formado por ella para hacerle daño o algo por el estilo. Lo que aún no encajaba era en qué salían involucrados Kou y Yashiro, tal vez el rubio por ser una familia de exorcistas que podía interferir y arruinar lo que sea que estuviera planeado y la chica por estar unida al misterio número siete.

──No sé que están planeando
──sacó su cuchillo listo para pelear, aunque en realidad no quería hacerle daño a ninguno de los dos──, así que es mi deber como el séptimo misterio detenerlos.

Debía actuar ya, cuidar el orden entre vivos y muertos era su trabajo, aunque le dolería tener que pelear contra su hermano. Tenía que intentar ignorar el hecho que siempre que lo miraba el sentimiento de culpa lo torturaba, los vividos recuerdos de aquel trágico momento llegaban a su mente y permanencian con tanta claridad que parecía que lo estaba viviendo de nuevo, jamás sería capaz de borrar ese momento tan desgarrador. Debía ser fuerte, lo que hizo en el pasado fue por un bien, fue por el bien de los dos.

──¿Qué nos harás, Amane-kun? ¿Matarnos? ¡Ja! No me hagas reír.

──Los desterrare de este mundo y se irán al espiritual dónde sus almas podrán o no descansar en paz, todo depende de que tan arrepentidos estén de sus pecados ──les dijo con seriedad.

──Saben, ustedes dos son tan parecidos
──habló Tsukasa refiriéndose a Hanako y Tsuki, llevándose la atención de ambos──, ambos mataron al hermano del otro.

Las palabras son capaces de herir tanto o más que los golpes, cuando se toca un tema que es demasiado delicado para una persona, la reacción de está puede ser buena o mala, en esta ocasión las palabras de Tsukasa fueron unas afiliadas dagas que se adentraron con fuerza en el pecho de Tsuki, abriendo de nuevo una cicatriz que volvía a sangrar, había vuelto a su cabeza aquel doloroso recuerdo que tanto quizo olvidar, pero que por toda la eternidad la iba a atormentar.

──¿Qué... acabas de decir? ──preguntó atónito, con su mano temblando ante el gran impacto que tuvo lo recién dicho en él, volteó a ver a la chica.

──¿No lo sabías? Por culpa de (T/N), Tadashi terminó muriendo.

Tsuki llevó sus manos hasta su boca, perdió por completo el equilibrio y la fuerza de sus piernas, cayendo sentada al suelo, su respiración se volvió agitada, todo le comenzó a dar vueltas desenfrenadamente, se sentía sofocada, sus emociones se revolvieron, y el doloroso recuerdo de ese fatídico día se apoderó de su cerebro.


advertencia ⚠️
está escena contiene intento de suicidio, es un tema serio y delicado, obtenerse a leer esta parte si eres sensible, tampoco tomarlo a la ligera o como juego.

con esto aclarado, disfruten su lectura.

Hace varios años atrás.

Destruída, era la palabra adecuada para describir como se sentía la castaña en estos momentos tan críticos de su vida. Ya no tenía el alegré y bonito brillo que nunca podía faltar en esos singulares ojos azulados que poseía, en cambio estaban apagados como una noche sin estrellas, similares a una flor marchita, su rostro estaba tan pálido que se parecía al papel, debajo de sus ojos colgaban unas enormes ojeras a causa de no poder conciliar bien el sueño, su cabello que era tan suave y sedoso ahora estaba reseco y nudoso, no era ni la mitad de la entusiasta y amorosa niña que una vez fué.

Había perdido a sus padres a una edad tan corta, su condición de salud era débil ya que su corazón no trabajaba como era debido, su mejor amiga tuvo que mudarse de ciudad en contra de su voluntad por problemas que tuvo su familia, dejándola sola, dejo de ir a la escuela, y todo empeoró cuando una de las personas que más amaba en el mundo terminó suicidándose y no solo eso, sino que también matando a su propio hermano, así es, había visto en vivo la escena donde uno tenía clavado un cuchillo en el pecho y el otro colgado de una cuerda con sangre manchando el piso, vió a los gemelos Yugi muertos.

Y al ser menor de edad, quedando al cuidado su familia paterna, para su desgracia en las manos de su tía que nunca la había querido y desde su nacimiento no había hecho más que despreciarla y aborrecerla, cultivando el mismo odio en su hija cuyo nombre era Leiko.

En estos momentos se encontraba en el hospital, tenia distintos aparatos a su alrededor, había sufrido de un ataque respiratorio que le causó un desmayo, por suerte su hermano había estado ahí para auxiliarla y llevarla rápidamente a dicho lugar.

Estaba recostanda en una camilla de hospital, abría sus ojos levemente pues minutos antes el sueño se apoderó por fin de su ser y durmió unas cuentas horas,  llevaba una semana internada ya que le habían hecho varios exámenes y como se dijo anteriormente, su estado de salud era delicado.

Pero deseó estar dormida que despierta, cuando desde afuera de la habitación se escuchaban dos voces femeninas platicando, una plática que contenía palabras venenosas que llegaban a ser dolorosas.

──Esa niña por fin dejará este mundo, ya se había tardado en hacerlo ──soltó sin una pizca de sensibilidad o empatía por la situación en la que se encontraba su "sobrina", como si hubiera dicho lo más normal del mundo, su rostro no mostraba nada de arrepentimiento por lo que había dicho.

──Por fin podré demostarles que valgo más que ella, que mis habilidades son aún más útiles sin la necesidad de esos ojos azules, que soy la indicada para ser la cabeza de la familia cuando el abuelo muera ¿verdad, madre?──sus ojos reflejaban ilusión, por fin podrían reconocerla, que ella desde un principio debió ser a quien eligieran.

──Así es, desde un principio tú debiste ser la heredera de todo, la que debía estar al mando. Mi hermano es la vergüenza de la familia, mucho hicimos con que el retoño de su error viviera en nuestra casa.

Maru, hermana menor del padre de (T/N); Issey Nagareboshi, la había despreciado desde el momento que nació, pues cuando abrió los párpados pudieron visualizar unos hermosos ojos azules, lo cuál en su familia era una reliquia que no se veía desde tatarabuela, por así decirlo, el o la que tuviera estos ojos, sería quién tendría el mando de la familia,

Maru al ser una ambiciosa y egoísta, sintió odio por la pobre niña ya que su hija no los pudo heredar. Haciendo que Leiko creciera albergando odio, celos, resentimientos y desprecio en su interior.

Leiko nunca superó a (T/N), hasta en la academia siempre fue inferior a ella, desde notas, popularidad, amistades sinceras, sobre todo y para su mala suerte, la castaña también tenía la atención del chico que le gustaba, ella también tenía sentimientos románticos hacia Yugi Amane y mientras su prima existiera jamás voltearia a verla, más ahora que había muerto, cuando se enteró estuvo una semana entera llorando. Se podía decir que fue de las pocas personas que de verdad quizo, ahora ya no tenía más amor en su corazón, solo quedaba lo que su madre había plantado en ella.

──El abuelo sin dudas se va deshacer de ella, ya no le es útil a la familia, no permitiremos ser la burla.

──Me apiado del pobre Tadashi, trabaja hasta más no poder para poder pagarle los gastos médicos, debería abandonarla y seguir con su vida ──cada vez sus palabras eran más crueles.

(T/N) ya no quería seguir escuchando más, estaba cansada, harta de todo, quería que se fueran ya del hospital, no necesitaba a esas víboras cerca, ya tuvo suficiente de ella cuando vivieron bajo el mismo techo, era injusto que siguiera soportandolas por más tiempo, lo único que le quedaba era su hermano.

Una enfermera llegó, por lo tanto las hipócritas de su tía y prima se tuvieron que ir no sin antes decirle un falso "que te recuperes". Está la atendió con gentileza, verificando sus signos vitales y dándole de comer, le agradeció por sus atenciones a lo cual ella se retiró.

Ellas tenían razón, ya no tendría el apoyo de su "familia" a partir de ahora, por lo que todos los gastos recaerían en los hombros de Tadashi. Podrían conseguir un abogado y reclamar lo que por ley les pertenece, sin embargo, los conocía demasiado bien, harían todo lo posible por ganar a costa de cualquier cosa, serían demasiados problemas para su hermano, todo era ¡tan complicado!

¿En qué momento todo se vino patas para abajo? ¿Qué mal hizo para estar soportando tantas cosas a una edad tan pequeña?

Con más preguntas que respuestas, tan cansada de todo, (T/N) se lavanto de la cama, se sentía algo débil y su cuerpo empezaba a tambalearse un poco, pero no le importó, se acercó a la ventana y observo que estaba apunto de atardecer. Se encontraba en el cuarto piso, desde allí observaba a las personas con diferentes estados de animo.

Unas lloraban por la perdida de algún familiar, otras discutían por motivos que desconocía y no le importaba en lo absoluto, las que más llamaron su atención fueron las que se encontraban al otro lado de la calle, se veían felices, despreocupadas, como si su vida no tuviera problemas... que envidia sentía.

Fue allí cuando una idea llegó a su cabeza.

Una maldita idea que parecía ser la solución de todo, cuando en realidad no era así.
















¿Qué... pasaría... si... muriera?




























¿Habría algún cambio?



























¿Finalmente volvería a ser feliz?
















Salió de aquella blanca habitación y empezó a subir las escaleras que llevaban al último piso de aquel edificio, el cuál era la azotea, sus pisadas hacían eco.

La voz de su consciencia le decía que se detuviera, que buscará otra salida, que así no arreglaría nada, pero otras voces aún más fuertes le decían que lo hiciera, que si seguía viviendo nunca dejaría de sufrir, era una guerra constante en su cabeza al punto que dejó de escuchar los ruidos que provenían del exterior, sonando el interior de su cabeza como una estación de radio que perdió la señal.

Su mente ya no estaba funcionando claramente, su cuerpo se movía solo.  Subió el barandal quedando a unos centímetros de la orilla. Las personas que estaban abajo del edificio no tardaron en percatarse de que había alguien en la azotea, era más que sabido que cuando una persona subía allí era con un solo motivo: acabar con su vida. Rápidamente empezaron a escandalizar al ver aquella niña al borde de la muerte.

──Perdoname, Tadashi-nii...──cerró sus ojos unos instantes, apareciendo la dulce imagen de su hermano con una enorme sonrisa que siempre mejoraba sus amargos días a unos más suaves, su apoyo en todo momento, su fortaleza, su fiel compañero que jamás la abandonó por más duras que fueran las circunstancias, ahora lo dejaría solo...──, de verdad lo intente... pero ya no puedo más.

Lagrimas brotaron de sus azulados ojos, le dolía dejarlo, era el único pesar con el que se iba a ir, le hubiera gustado darle un abrazo por última vez, decirle lo mucho que lo amaba, pero no se atrevería a verlo a la cara, no podría hacerlo. Ya se estaba comenzando a sentir mal, no, ya lo decidió y lo iba a hacer, Tadashi era un hombre fuerte, sufriría por su perdida, pero aprendería a sobrellevarla. Estaba segura que su vida estaría llena de éxito y felicidad,  lo estaría apoyando desde sea que fuera a parar, si fuera el cielo o el infierno, ella estaría tranquila al saber que su hermano vivió su vida como siempre lo ha merecido.

──¡(T/N)! ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!

Su pie quedó a la merced del vacío, detuvo sus acciones al escuharlo, su grito desgarrador la detuvo justo antes de cometer su suicidio, un  escalofríos se apoderó de su cuerpo, no quería voltear a verlo, no era capaz de hacerlo, si lo veía a los ojos colapsarían sus emociones, se sentiría tan avergonzada por ser una cobarde, porqué eso es lo que se decía a si misma al intentar huir de sus problemas a través de la muerte. 

Él tenía colocada la mano en su pecho, sentía que el corazón se le saldría en cualquier momento de lo rápido que latía, el sudor helado bajaba por su frente hasta chocar con el piso, se encontraba de rodillas con sus piernas temblando.

──Hermano... ──dijo en un pequeño susurro.

──¡Ven! ¡Alejate de allí! ──pedía lleno de desesperación.

Había llegado al hospital con la intención de llevarle algunos regalos que la animarán, estar en una cama de hospital todo el día ──en algunas ocasiones hasta semanas, meses o años── no es nada fácil. Para su sorpresa cuando llegó al cuarto donde se supone que reposaba (T/N), no había nadie, su instinto de hermano mayor lo alertó, como loco buscó por todos lados, no estaba en ninguna de las habitaciones, ni en los baños, la preocupación se estaba apoderado de su ser, hasta que una idea repentina llegó a su cabeza, le aterraba que sus suposiciones eran ciertas, rezaba para que no fuera así.

Lo había visto muchas veces en las prácticas que hacían en distintos hospitales. Cuando un paciente ya se siente demasiado cansado de lidiar con su enfermedad, cuando se le acaban las esperanzas, acudía a una opción y un lugar.

La muerte y la azotea.

──Tadashi... Yo...

──¡No digas nada, solo ven a mi! ¡Camina hacia a mí! Hablaremos esto con calma, dame tu mano.

Tadashi se encontraba desesperado, no sabía que palabras decirle en ese momento, creí que si decía algo malo ella no dudaría en faltar y eso era lo que menos quería. La única persona que consideraba familia estaba a punto de desaparecer.

──¡Tadashi, déjame! ¡NO TIENE CASO! ──el recién nombrado se alteró al instante, el miedo se apoderó de su cuerpo de tan solo pensar lo que podría pasar.

──Hermanita...

──¡Aunque no muera hoy... LO TENDRÉ QUE HACER CUANDO SEA UNA ADULTA! ¡DE UNA U OTRA FORMA TENDRÉ QUE MORIR! ¡Estoy siendo una carga, no sirvo para nada en el estado que me encuentro! ──soltó entre sollozos, cada palabra que decía le dolía tanto a ella como a su hermano.

Con un nudo en la garganta, intentó hablar:

──Yo estoy dispuesto a estar contigo hasta que eso pase, quiero disfrutar cada momento juntos, quiero verte crecer, graduarte, quejarte de tu trabajo, qué te cases, que vivas una vida normal aunque sea unos años ──extendió su mano con la esperanza de que su hermana la tomara, lo abrazará de igual manera que cuando tenía cinco años después de haber tenido una pesadilla y que se apoyaran como siempre lo hicieron──, vivamos juntos, por favor.

──Sé el mejor médico de todos, forma una hermosa familia, no renuncies a tus sueños, sobre todo... se muy, muy feliz, házlo por los dos.

En ese momento todo parecía ir en cámara lenta.

──¡¡¡(T/N), NOOOOOO!!! ──corrió lo más rápido que pudo en su dirección, la castaña se había aventando, su mundo se destruiría en mil pedazos. Milagrosamente logró tomar la mano de su hermano, unos segundos más que se hubiera tardado y falla. No hay que celebrar antes de tiempo, su  hagarre era débil, en cualquier momento se le podría resbalar.

──¡Suéltame! ──le pidió entre llantos, lo menos que quería era que ambos cayeran, su hermano aún tenía toda una vida por delante──. ¡Podrías estar mejor sin mi!

──¡Claro que no! ¡Eres mi hermana menor y sin importar que debo cuidarte!──intentó reforzar su hagarre──, mientras yo esté aquí, no te dejaré morir, ¡¿Qué paso con la (T/N) que no se dejaba vencer por nada ni nadie?! ¡Con la que éramos los dos contra el mundo!

──Ella fue destruida hace mucho, ella se casó de todo, ella desapareció, dejando a una que desea descansar.

De repente todo se torno oscuro, unas nubes grises dieron presencia y fue cuestión de segundos para que comenzará a llover, siendo un problema para el castaño, pues sus manos se estaban volviendo resbalosas por causa del agua. Con mucho esfuerzo de que su mano no se fuera a soltar, logró subir a su hermana, tumbandola con cuidado en el suelo, el momento de peligro había pasado o eso creían... las cosas tomaron un giro inesperado.

La barandilla se había quebrado, provocando que el de ojos verdes
─quien se había apoyado en ella para recuperar el aliento─ cayera. Sus rápidos reflejos le ayudaron a sujetarse de un barrote que en cualquier momento se iba a desprender, no había ningún soporte para poner sus pies y escalar, además que la lluvia volvía todo más difícil.

──¡¡¡TADASHI!!! ──gritó su nombre desesperada, tomando con ambas manos el brazo del mayor ──. ¡Resiste! ¡No debes caer!

──(T/N)... ──analizó la situación, no tenía salvación, por lo tanto su voz como su rostro reflejaban tranquilidad, ya había aceptado su destino──... es mejor que me sueltes o ambos caeremos.

──¡¿ESTÁS LOCO?! yo puedo levantarte, estoy segura ──era una mentira que se quería creer, su fuerza había disminuido, se había vuelto liviana como una pluma y frágil como un copo de nieve, por más intentos que hiciera, él iba a caer.

──❝espero haber sido un buen hermano❞ te amo y te amare por siempre ──en su rostro se formó una sonrisa pacífica y sincera indicando que estaba preparado para su destino.

Poco a poco el agarre era más débil y resbaloso, y la castaña por más que lo intentó no logró subir a su hermano mayor, siendo así que el cayera.

──¡¡¡TADASHI!!! ──gritó tan fuerte que su garganta ardía, pero ningún dolor físico tenía comparación a lo que estaba sintiendo en estos momentos──. ¡Tu no tenías que morir!──golpeaba el suelo consecutivas veces, haciendo que sus nudillos se volvieron rojos al punto de tener raspones que  comenzaron a sangrar──. ¡Deberías estar vivo y yo muerta!

Y fue entonces cuando su corazón dió su último latido, el impacto fue demasiado fuerte que no fue capaz de resistirlo, ese día, (T/N) y Tadashi Nagareboshi murieron. Uno por un "suicidio" y la otra por un paro cardíaco.

❁ཻུ۪۪⸙͎ En el presente.❁ཻུ۪۪⸙͎

─Por tu cara asumo que lo recordaste ──Leiko tenía una sonrisa de satisfacción, había tocado uno de los temas más sensibles para Tsuki, uno que no solo le hacía daño, la había estado martirizando todo este tiempo.

──Yo... no... lo ma-mate...fue solo un accidente... ¡La que tenía que morir era yo, no él! ──clavó sus ojos al suelo, comenzando a llorar al instante, sus manos temblaron aún más, llevandolas a su cabeza── ¡No lo mate, fue un accidente!

──No te sientas mal, de todas maneras eso fue hace mucho tiempo
──se encogió de hombros, para luego llevar su dedo índice hasta su labio, para sonreír nuevamente──,  pero, si lo piensas bien, también fue tu culpa.

──¡Ya basta, Leiko! ¡¿Qué ganas con atormentar a Tsuki con todo esto?!

Hanako se encontraba demasiado sorprendido y confundido con todo lo que estaba pasando, sin embargo, era consiente que exigirle una explicación al misterio número ocho en las condiciones que se encontraba era una pésima idea, cuando estuviera más tranquila hablarían sobre ello.

──¿Qué que gano? ¿Qué que gano? ¡¿LO QUIERES SABER?! ──gritó con molestia, comenzó a levitar, envolviendola una neblina de color negro.

──¡Lo pagarás caro, malvado espíritu!
























────────────────

;; se nota que me gusta el drama.

;; ¿teorías? las leo con mucho gusto.

;; así quedaron 🤡 los que creyeron que Tadashi seguía vivo.

;; pido disculpas por no haber actualizado, como ven este capítulo contiene temas sencibles que no me podía tomar a la ligera, debía elegir bien las palabras que quería utilizar, el como quería expresar lo que los personajes sentían, aún siento que pude narrar mejor algunas partes, pero también quería actualizarles.

;; más de 4,000 palabras, un récord. díganme, les gustan los capítulos ¿largos o cortos?

;; me puse un momento en el lugar de tsuki, toda su desesperanza, cansancio, decepción, dolor. se me salieron algunas lágrimas escribiendo esto.

;; a veces, llegamos en algún punto de nuestras vidas en que sentimos que no hay salida, que hasta respirar es tan cansado, que por más que lo intentemos volvemos a ese agujero del cual tanto nos costó salir, creemos que lo mejor que nos podría pasar es dormir eternamente. pensamientos negativos se apoderan de nuestro ser y nos hostigan al punto de ya no poder más.

;; pero, lo importante es no rendirse, sonará tonto, cómo esas motivaciones que dan los adultos, pero si intentamos cambiar de poco algunos hábitos que te hace mal podremos mejorar, está más que bien tomarse un descanso sin atascarse. cuando tomes ese descanso intenta reflexionar sobre ti y lo que quieres hacercon tu vida y si no lo sabes, sigue buscando y si no lo encuentras eso llegará a tí cuando menos lo esperes. sobre todo, aunque muchos no tienen los recursos para hacerlo, busca ayuda profesional o algún adulto de confianza que te ayude a mejorar o desahogarte, muchas veces un consejo nos puede ayudar mucho, o que escuchen lo que sentimos.

;; no sientas culpa por sacar todo lo que llevas dentro, tus problemas si importan, por favor no los minimices.

;; la motivación es algo muy valioso que muchas veces perdemos, debemos celebrar cada uno de nuestros logros por muy pequeños que sean, da igual lo que digan ¿arreglaste tu habitación? ¡muy bien! ¿tus notas no son tan altas pero no tan bajas como las anteriores? ¡perfecto, vas muy bien! ¿comiste y te aseaste? ¡que bueno, me alegro mucho, así se hace!

;; cada cosa que haces es valiosa, cada cosa que aprendes también.

;; si estás pasando un momento difícil, déjame felicitarte por seguir aquí<3.


sayonara 🦋🌾.

editado el 25/01/2023.

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