twenty three

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Ouch. Fue mi primer pensamiento cuando desperté. Ouch, y después: Querido Dios, esto realmente duele.

Gemí, y la simple acción solo hizo que me doliera aún más la garganta. Rápidamente cerré los labios, deteniendo el esfuerzo.

—¡Estás despierto!

Abrí los ojos para ver a Christopher levantándose de una silla a mi lado. Mi mirada se desvió alrededor de mi cama de... ¿hospital?

—¿Dónde estoy? —pregunté con una voz tan áspera como papel de lija. Hice una mueca y él agarró un vaso de agua y lo acercó a mis labios. Bebí profundamente, dejando que el agua fluyera a través de mi lengua y mi seca garganta mientras él respondía.

—En la sala de emergencias

—Las niñas...

—Están bien. Están con sus padres. La casa se ha ido. Algún tipo de cableado defectuoso en la cocina. Casa antigua. Tenemos suerte de que no ocurrió cuando los Shin estaban en la cama. Podrían no haber salido.

Mi cabeza se sentía como si pesara dos toneladas, pero la levanté para mirarme a mí mismo. El movimiento me hizo tomar conciencia de los tubos que desembocaban en mi nariz. Extendí la mano para tocarlos.

—Son para darte oxígeno. No te metas con eso. Tenían una completa máscara de oxígeno sobre ti antes. Dijeron que necesitas mantener los tubos por un tiempo para ayudar a tus pulmones a recuperarse.

Mi mano cayó. Lamí mis labios secos y luché con mi garganta para tragar. Cogió el vaso de nuevo y lo extendió alrededor del protector de la cama. Tomé un sorbo y se lo devolví. —Viniste. ¿Co-como lo supiste?

—Escuché la alarma por el camino. Y entonces vi el humo negro en el cielo. No sabía que estabas allí hasta que encontré a las niñas en el patio. —Apretó la mandíbula. Un musculo se contrajo en su mejilla. Sus ojos brillaron hacia mí—. ¿Volviste por un perro? ¿En qué demonios pensabas? ¡Podrías haber muerto, Seungmin! Vi a los paramédicos trabajando en ti y... pensé... —Se detuvo, su voz ahogada. Nunca lo había visto así. Ni siquiera cuando me habló de su madre. Ni siquiera cuando su padre se presentó e hizo una escena en Mulvaney's.

Mantuve el silencio, dejando que me gritara. Me lo merecía. Por esta noche y más. Agachó la cabeza, apoyando la frente en el protector de la cama como si necesitara un momento para serenarse y contenerse para no estrangularme. Extendí la mano y pasé mis dedos por su cabello.

Levantó la cabeza. Sus ojos brillaron con humedad y su voz era tranquila mientras continuaba—: Pensé que te habías ido, Seungmin. Fue bastante malo perderte la primera vez, ¿pero perderte de esta forma? No podría haber tratado con eso.

Me atraganté con un sollozo. Eso desgarró mi devastada garganta, pero no pude haberlo detenido ni aunque lo intentara. Otro ronco sollozo lo siguió. —Eres la razón por la que estoy vivo. Te escuché y eso me hizo luchar. Estabas allí, en algún lugar, y yo lo sabía. Tenía que llegar a ti.

Alargó la mano hacia mi cara y entonces me di cuenta de sus manos vendadas.

—¡Christopher! —Las tomé gentilmente entre mis manos. Mis ojos volaron a su cara—. Esto es por salvarme.

—Son solo quemaduras leves. De cuando levanté el reloj. Voy a estar bien.

Parpadeé largo y duro antes de abrir los ojos para mirarlo. —Dios, podríamos haber muerto esta noche. Pudo haber terminado así. —Un sollozo brotó en la parte posterior de mi garganta. Tragué y humedecí mis labios—. Entiendo lo que querías decir ahora. La mierda mala pasa. Pensé que eligiendo a Changbin... estaba siendo inteligente. —Negué con la cabeza—. Sin embargo, mis opciones seguras no importaron esta noche, ¿no?

Un silencio se apoderó de él. —Entonces, ¿qué estás diciendo? —Su pregunta colgó pesadamente en el aire.

—Sé que estás con Felix, pero...

Sacudió la cabeza, su expresión desconcertada. —No lo estoy.

—¿Qué?

—Fue solo un café. Somos viejos amigos.

—Oh. —Parpadeé.

—Estás con Changbin. —Era más una pregunta que una afirmación.

Las lágrimas brotaron de mis ojos. —Pero no fue lo correcto. No has sido tú. No puedo... No he sido capaz de... —Aspiré una respiración profunda—. No puedo ser un novio de verdad para él cuando lo único que puedo hacer es pensar en ti.

—Ah, mierda, Seungmin. —Sin soltar mi cara, bajó su frente hasta la mía—. No voy a pasar por esto contigo para que puedas correr cuando te sientas asustado de que no soy el ideal que construiste en tu cabeza. Te amo. Estoy jodidamente enamorado de ti, pero es todo o nada. No voy a hacer esto otra vez a menos que sea así.

Ahora yo lloraba, ahogándome en sollozos. —Lo sé. Quiero eso. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de ello, pero lo sé ahora. Eres lo más seguro que voy a encontrar jamás. —Repetí sus palabras deliberadamente, sosteniendo su mirada y dejándolas fundirse—. Porque me amas. Porque te amo.

Luego nos estábamos besando. Ambos un desastre. Un tubo de oxígeno corriendo por mi nariz. No nos importó.

Se echó hacia atrás y me miró durante un largo rato antes de que una lenta sonrisa se dibujara en su rostro. —Te escuché decirlo la primera vez, ya sabes, pero esta vez es aún mejor.

Parpadeé. —¿Qué primera vez?

—Justo antes de que te desmayaras. No estaba seguro de si lo decías en serio. Podría haber sido solo tu cerebro sin oxígeno.

—Recuerdo haberlo dicho. Lo dije en serio. Y lo digo ahora.

Me besó de nuevo. —Te amo. Desde que entraste en Mulvaney's viéndote como si fuera el último lugar en el que querías estar. —Una esquina de su boca se levantó—. Y desde que tú mismo explicaste sin rodeos que estabas buscando lecciones en los juegos previos.

Apoyé la cabeza sobre la almohada con un gemido. —Por favor. No me recuerdes eso.

—Vamos. —Beso mi mejilla sucia—. Es bueno. Podemos hablarles a todos mundo sobre nuestra historia.

Levanté la cabeza y miré sus ojos, el calor fluyendo a través de mí por sus palabras. —Prefiero contarles que me salvaste la vida de un edificio en llamas.

Sonrió, pero había tanta seriedad en sus ojos, tal profundidad que sentí que iba a mirarlo para siempre. —Esa también será una buena.

—Creo que tendremos un buen número para elegir.

—Por supuesto que lo haremos. Nunca seremos aburridos.

En ese momento, mis compañeros de cuarto llegaron. Tiraron de la cortina, una enfermera pisando sus talones. Sus ojos se agrandaron cuando vieron a Christopher cerniéndose sobre mí, sus manos enmarcando mi cara.

—Oigan —los saludé con un gesto torpe.

—¿Estás bien? —Jeongin corrió a mi lado, mirándome.

—Estoy bien.

—¿Y qué es esto? —Jisung asintió hacia Christopher. Soltó mi cara pero ahora me cogió la mano, sus dedos entrelazados con los míos.

Me miró, esperando a que le respondiera. —Mi novio.

—Pensé que ya tenías uno de esos —murmuró Jeongin.

—Sí. Quien debería estar aquí en cualquier momento. —ofreció Jisung con una mirada mordaz en dirección a nuestras manos unidas—. Lo llamamos de camino hacia acá.

—Ya estoy aquí.

Todos los ojos se volvieron hacia donde Changbin estaba junto a la cortina, con aspecto sereno. Se acercó más, su frente se arrugó con preocupación mientras me miraba de arriba a abajo, sin perderse mi mano enlazada con la de Christopher. —¿Estás bien?

Eso era muy Changbin. Preocupado por mi bienestar en primer lugar. —Sí. Estoy bien.

Sus hombros se relajaron. No había sido consciente de la tensión hasta ese momento. Asintiendo como si estuviera satisfecho con mi respuesta, su mirada cambió a Christopher. La mano de Christopher se apretó alrededor de la mía como si temiera que pudiera irme. No es que alguna vez lo haría. Ya no más. No otra vez.

Changbin lo miró durante un largo rato, como si estuviera tratando de llegar a algún tipo de decisión. —Si le haces daño...

—No lo haré —respondió Christopher rápidamente, con certeza, como si supiera exactamente que la pregunta venía.

Parpadeé hacia Changbin, desconcertado. Ni siquiera había roto con él. —Cómo lo supiste...

—Siempre lo he sabido. Solo pensé que tus sentimientos podrían cambiar. Podrías comenzar a sentir algo más por mí. Dios sabe que parecías decidido a ignorar lo que fuera que tenías con Christopher.

Jisung soltó un bufido desde donde él y Jeongin se habían movido para estar al acecho con discreción. —No es más que la verdad.

Changbin lo miró y luego me miró con cariño, una pequeña sonrisa en sus labios. —Supongo que cuando es real, no siempre se desvanece.

Negué con la cabeza. —No, no lo hace. —Dios sabe que había querido que lo hiciera—. Lo siento. Te mereces algo mejor.

—Lo encontraré. —Miró a Christopher de nuevo, y luego de vuelta a mí—. Y gracias a ti, sé lo que estoy buscando ahora. —Se inclinó y me besó en la frente—. Nos vemos luego, Seungmin.

Asentí mientras se alejaba, seguro de que lo volvería a ver. Por supuesto. Era el primo de Hyunjin y seguía siendo mi amigo.

—Wow —respiró Jisung—. Qué día. Salvar la vida de dos niñas. Casi ser quemado vivo. Romper con tu novio. Conseguir uno nuevo. ¿Cómo será el mañana?

Le sonreí a Christopher. —Dudo que consiga salir de la cama.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro