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Mantuve la puerta abierta con mi hombro, mis manos llenas con una bolsa de palomitas y una botella de refresco. Caminé hacia la habitación adjunta y me dejé caer en la silla giratoria. Como siempre, Jisung se hallaba rodeado de ropa.

Dejando mi botella en el escritorio en medio del desastre de cuadernos y libros, llevé un puñado de palomitas a mi boca y lo miré mientras se deslizaba dentro de unos pantalones.

—¿A dónde vas esta noche?

—Mulvaney.

—No es tu lugar de siempre.

—Freemont se ha llenado de idiotas.

—Pensé que eso era lo tuyo.

—El año pasado tal vez. Terminé con eso. Este año me interesa más... —Movió la cabeza, examinándose en el espejo—... grandes, supongo. No más adolescentes para mí. —Me lanzó una sonrisa de nuevo—. ¿Quieres venir?

Negué con la cabeza. —Tengo clase mañana.

—Sí. Como a las nueve y media. —Agitó la cabeza con disgusto—. Vamos. Mi clase es a las ocho.

—A la que probablemente faltarás.

Sonrió. —El profesor nunca pasa lista. Le pediré las notas a alguien.

Posiblemente una desafortunada estudiante de primer año que se quedaba con la lengua trabada cuando Jisung se acercaba. Seguramente le ofrecería su riñón si lo pidiera.

Jeongin entró en la habitación envuelto en una bata y cargando sus cosas de baño.

—Oye, Seungmin. ¿Sales con nosotros hoy?

Mi mano se congeló en la bolsa de palomitas.

—¿Tú también vas? —Eso sería raro. Jeongin pasaba la mayoría de las noches con su pareja.

Asintió. —Sí, está estudiando para un gran examen que tiene mañana, así que ¿por qué no? Mulvaney es genial. Vence a Freemont.

Jisung me lanzó una mirada de te-lo-dije. —¿Seguro que no te nos unes? —preguntó, deslizando ahora su camisa por su cuerpo bien formado. Era sexy. Algo que yo nunca seria.

—Les dejaré la noche salvaje a ustedes dos.

Jisung resopló. —No sé cómo de salvajes nos podemos poner con Jeongin aquí a veces es aburrido.

—¡No lo soy! —Jeongin agarro su bata y se la lanzó a Jisung

Él sonrió y agarró algunas palomitas de mi bolsa. Se las metió en la boca y luego lamió la mantequilla de sus dedos, asintiendo hacia mí.

—Tú eres el que debería ir.

—Deberías ir —secundó Jeongin—. Eres soltero. Vive un poco. Diviértete. Coquetea.

—Está bien. —Agité la cabeza—. Tendré mi emoción indirecta a través de ustedes dos.

—Oh, sé honesto. Es por Changbin —dijo Jisung acusadoramente mientras permanecía frente al espejo y aplicaba algún producto a su cabello oscuro. Agarró y estiró las hebras hasta que estuvieron en diferentes ángulos, creando un salvaje look.

Me encogí de hombros. No era un secreto que mi corazón perteneciera a Seo Changbin. Había estado enamorado de él desde que tenía doce años.

Un sonido familiar vino de mi habitación. Le lancé mi bolsa de palomas a Jisung y me apresuré hacia la puerta adjunta.

Aterrizando en mi cama con un rebote, agarré mi teléfono de donde lo dejé, vislumbrando el nombre de quien llamaba antes de responder—: Hola, Hyunjin.

—Oh, por Dios, Seungmin, ¡nunca creerás esto!

Sonreí ante el sonido de la voz de mi mejor amigo. Iba a la escuela al otro lado del país, pero cada vez que hablábamos era como si no hubiera pasado el tiempo.

—¿Qué pasó?

—Acabo de colgar el teléfono con mi primo.

Mi corazón se apretó ante la mención de Changbin. No era un secreto que estaba encaprichado con él. Tan loco como parecía, era en parte la razón por la que había aplicado para esa universidad. No es que no fuera bueno en la escuela. Cuando una pequeña voz en el fondo de mi cabeza me recordó que había otras escuelas estelares por ahí, elegí ignorarlo.

—¿Y? —solicité.

—Él y Minho rompieron.

Mi mano se apretó alrededor del teléfono.

—¿En serio? —Changbin había conocido a Minho en su segundo año y estuvieron juntos desde entonces. Comenzaba a temer que se fuera a convertir en el señor Seo—. ¿Por qué?

—No sé... algo sobre querer salir con otra gente. Dijo que era un acuerdo mutuo, pero ¿a quién le importa? El punto es que mi primo está soltero por primera vez en dos años. Es tu oportunidad.

Era mi oportunidad.

La emoción me recorrió unos pocos minutos antes de una muerte repentina. Luego llegó el pánico. Changbin finalmente estaba libre. Había esperado por este momento desde siempre, pero no me encontraba listo. ¿Cómo podría hacer que me notara? Por lo que a Changbin respecta, solo era él mejor amigo de su primo favorito. Fin de la historia.

—¡Oh! Tengo que correr —decía Hyunjin en mi oído—. Tengo entrenamiento, pero hablamos más tarde.

—Sí. —Sentí como si pudiera verme—. Te llamaré después.

Me senté en mi cama por un largo momento con el celular en la mano. Las risas de Jisung y Jeongin venían de la habitación de al lado, mezcladas con "Dancing Queen". Era un momento macabro. La realidad por la que tanto había esperado había llegado, y no tenía ni idea de qué hacer. Jisung abrió mi puerta. Se dejó caer en la silla.

—Oye. Estoy por terminar con tus palomitas. —Agitó la bolsa hacia mí. Su sonrisa se desvaneció cuando vio mi cara—. ¿Qué está mal?

—Rompieron —murmuré, mis dedos jugando con mis labios, golpeándolos con energía nerviosa.

—¿Qué? ¿Quién?

—Está soltero. Changbin es libre. —Negué con la cabeza como si aún no pudiera creerlo.

Sus ojos se agrandaron.

—Jeongin, ¡ven aquí! ¡Rápido!

Él apareció secándose el cabello con una toalla.

—¿Qué pasa?

—Changbin está soltero —explicó Jisung.

—¡Cállate! ¿No hay más Minho?

Asentí.

—Bueno. Ahora es tu oportunidad. —Jisung cayó a mi lado en la cama—. ¿Cuál es el plan?

Parpadeé y estiré una mano sin hacer nada.

—No lo tengo. —El plan era que se enamorara de mí. Ese era el sueño. Eso es lo que pasa en las peliculas. De alguna forma. De cualquier manera. Se suponía que pasaría eso. Nunca supe cómo sucedería. Solo que lo haría.

—¿Qué debería hacer? —Los miré, indefenso—. ¿Conducir hasta su apartamento, tocar a la puerta y declararme?

Jeongin inclinó la cabeza hacia un lado. —Um, Voy a ir con un no.

—Sí. Demasiado lejos. —Jisung asintió como si hubiera hecho posible la sugerencia—. No hay el suficiente misterio. A nosotros los chicos nos gusta un poco de persecución.

Jeongin giró los ojos y espetó—: Eso viniendo de ti.

Jisung pareció ofendido. —Oye, sé cómo jugar el juego. Cuando quiero que me persigan, lo hacen.

Eso era todo. No sabía cómo jugar el juego. Ni qué hacer para atraer a un chico. No coqueteaba. No salía. No iba con chicos al azar.

Metí la cabeza entre mis manos. ¿Por qué no lo había pensado antes? Un poco de experiencia bajo mi cinturón para ayudarme con Changbin. Estaba muy seguro de que era un mal besador. Al menos eso era lo que un chico le dijo a todos en secundaria después de que fuéramos a la parte de detrás de la cafetería. Bueno, si un beso y un rápido toqueteo se considera enrollarse.

—No sé cómo jugar el juego —confesé—. ¿Cómo voy a atraer a Changbin? Ni siquiera he besado desde la secundaria. —Levanté un dedo y miré a mis dos amigos desesperadamente—. Y solo a un chico. He besado a uno.

Mis dos compañeros de cuarto me miraron.

—¿Un chico? —Jeongin hizo eco después de lo que se sintió el silencio más largo del mundo.

—Trágico. —Jisung agitó la cabeza como si yo acabara de citar algún tipo de estadística mundial del hambre. Chasqueó los dedos, sonriendo brillantemente—. Pero nada que no podamos arreglar.

Fruncí el ceño. —¿A qué te refieres?

—Todo lo que necesitas es un poco de experiencia.

Mis ojos se abrieron. Jisung había dicho eso de forma tan simple, y supongo que para él lo era. No carecía de confianza ni de admiradores.

—Vas a salir con nosotros esta noche —anunció Jeongin, poniendo sus ojos en Jisung. Asintieron al otro como llegando a un acuerdo sin palabras.

—Sí, lo harás. Y vas a besar a alguien. —Jisung se levantó y me miró, sus manos se apoyaron en sus caderas—. Algún tipo caliente que sepa lo que hace.

—¿Qué? —Parpadeé rápidamente—. No creo que besar a alguien al azar...

—Oh, no a cualquiera. Necesitas a un profesional.

Mi boca se abrió. Me tomó un momento recuperar mi voz. —¿Un prostituto?

Jisung golpeó mi hombro. —Oh, sé serio, Seungmin. ¡No! Estoy hablando de un chico con una reputación bien ganada. Un buen besador. Alguien que, ya sabes... te enseñe el juego previo.

Lo miré inquieto. —¿Quién?

—Bueno. Lo estuve observando yo mismo anoche, pero me aparté por una buena causa. Puedes tenerlo.

—¿Tener a quién?

—El chico del bar de Mulvaney. Un chico de mi clase salió con él la semana pasada. Nuestro vecino de dormitorio también. Dicen que es caliente a nivel de provocar una erección instantánea.

Jeongin asintió, sus ojos llenos de concordancia. —También he escuchado a un chico de mi clase de filosofía hablar de él.

—Entonces, ¿qué? Se supone que solo entre en Mulvaney y me acerque a algún prostituto que atiende el bar y diga: "Oye, ¿te besarías conmigo, por favor?"

—No, tonto. Solo ponte disponible. El cogerá el cebo. —Jisung curvó las cejas—. Juego de palabras.

—Alto. —Le lancé una almohada, riendo miserablemente—. No puedo hacer eso.

—¿Por qué no simplemente sales con nosotros? —me engatusó Jeongin—. No tienes que hacer nada que no quieras. No hay presión.

Me quedé boquiabierto ante Jeongin. Casi esperaba ese plan descabellado de Jisung, pero Jeongin era el estable. Práctico y conservador.

—Pero —Jisung levantó uno solo de sus delgados dedos—, si sacamos a este chico del bar y te gusta lo que ves, puedes decir hola. No hay nada malo en eso, ¿cierto?

Me encogí de hombros, desinteresado. —Sí. Supongo. —Mirando a mis dos amigos, me sentí caer en su persuasión—. Bien. Iré. Pero no prometo salir con nadie.

Jisung se levantó y aplaudió. —¡Genial! Y solo promete mantener la mente abierta.

Asentí en acuerdo. No había estragos con eso. Al menos podría observar la forma en que todos interactuaban. Los bares son un gran mercado de carne. Tal vez podría aprender qué hacer y qué no. Observar las cosas a las que responden.

Era un psicólogo experto. Estudiar la naturaleza humana era lo que hacía. Esta noche solo necesitaba pretender que Mulvaney era una gran cápsula de investigación. Como los científicos antes de mí, observaría y aprendería. Y a lo mejor tener algo de diversión en el proceso. Después de todo, ¿quién dice que aprender tiene que ser aburrido?

ya publiqué el 2min/knowmin :D
roxy, les quiere. que miman bien y sueñen lindo ♡︎

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