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{ 27 ᴅᴇ ꜰᴇʙʀᴇʀᴏ ᴅᴇ 2025
ᴍóɴᴀᴄᴏ }

ᴅíᴀ ᴅᴇ ᴄʟᴀꜱɪꜰɪᴄᴀᴄɪóɴ ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ, ¿ɴᴇʀᴠɪᴏꜱ? ᴅᴇᴍᴀꜱɪᴀᴅᴏꜱ...

Doy vueltas por todo el garaje de Alpine, estoy totalmente fascinada con todos los recursos que tienen.

He llegado esta mañana a Mónaco y tristemente no he podido asistir a la clasificación de ayer, ni he tenido la oportunidad de conocer a los pilotos o a los mecánicos.

—¡Mierda!— Exclaman los mecánicos que estaban acabando de arreglar el coche de Gasly. —¡Humo blanco!—

Me quito el bolso y lo dejo encima de una silla que había por ahí en medio, antes de decir algo.

—Eso es una señal de que existen problemas con el termostato, debido a una fuga de refrigerante o que se tienen niveles bajos de anticongelante.— Les aviso a los ingenieros. —Sí me dejáis, puedo...— Antes de poder acabar la frase uno de los mecánicos me interrumpe.

—¡No!— Me responde un hombre de unos treinta y cinco años. —Acabas de llegar y no sabes como funciona esto— Me advierte.

Todos sus compañeros lo miran con atención por lo que acaba de decir y sin dejarlo decir algo más, cojo algunas herramientas y me agacho junto al coche.

—Quiero ver el motor— Les aviso a los mecánicos y al ver que ninguno se mueve, decido volver a hablar. —Queréis ganar la carrera, ¿No? Pues entonces dejarme arreglar el coche y tendréis el podium asegurado—

Varios mecánicos me hacen caso y empiezan a desmontar la parte de atrás del coche para enseñarme el motor.

—Sí el motor sigue caliente, no quitéis la tapa del radiador— Informo al ver como algunos mecánicos querían quitar la tapa del radiador.

Una vez el motor ya no estaba caliente empiezo a buscar alguna fuga para ver si es ese el problema por el cual se ha sobrecalentado el motor.

—Compañeros— Llega el señor Famin hasta nosotros por sorpresa. —Ella sabe lo que hace, podéis dejarla sola—

—Pero...— El mismo hombre que antes iba a reclamar, pero su jefe lo manda a callar.

De reojo veo como todos los mecánicos suben al restaurante del paddock y me quedo sola con mi jefe.

—Confío en ti, Scarlett— Me avisa mi jefe y yo asiento antes de que se vaya.

Me quedo sola en todo el garaje y rápidamente voy a buscar la botella de refrigerante. Abro la tapa del radiador y vierto el anterior líquido entre unos tres a cinco segundos.

El coche se enfriará entre 30 a 45 minutos, asique de mientras empiezo a ver sí hay algun que otro fallo en el coche.

Mientras reviso el coche, toco con alguna cosa que hay y noto un fuerte escozor en mi muñeca. Rápidamente aparto la mano y veo una quemadura de color rojiza.

Hago una mueca mientras digo algunos insultos al aire. Hasta que noto la presencia de alguien.

—Scarlett Lambent, ¿Verdad?— Pregunta un chico joven.

—Sí, ¿Pierre Gasly?— Responde y este sonríe. —Me tomaré eso como un sí—

—Ahora que ya nos conocemos y todo lo demás, ¿Qué haces con mi coche?— Me pregunta acercándose.

—Hace una hora ha tenido una fuga de refrigerante y Famin me ha mandado a arreglarlo— Le explico sin mover un solo dedo.

—Pues debes ser buena para que Bruno te mande a arreglar mi monoplaza— Dice antes de fijarse en mi muñeca y acercarse a mí. —¿Puedo?—

Asiento antes de que el Francés se acerque a mí y con sus manos empieze a observar la quemadura.

—Solo hay que mojarla con agua y poner una crema para quemaduras— Me avisa a lo que yo asiento.

En ese momento entran todos los mecánicos al garaje, todos riéndose de vete a saber que. Pierre tose falsamente y todas las caras de los mecánicos vuelven a ser serias.

—¿Alguien me puede explicar por qué la única que ha sabido arreglar el coche ha sido Scarlett?— Les pregunta el piloto.

Todos los mecánicos se miran entre sí, sin decir ni una palabra. Me es imposible no sonreír ante esta escena, así que antes de que nadie vea mi sonrisa burlona bajo la cabeza.

—Ir a calentar, queda una hora para la carrera. Scarlett, tú ves a curar esa quemadura— Les ordena el Francés.

Todos sus mecánicos van hasta la pista de boxes y empiezan a calentar. En cambio, yo voy a uno de los baños para mojar mi quemadura.

Al acabar, voy a ponerme el traje de Alpine y me pongo a calentar junto a los demás. Algunos de los ingenieros me miran con confusión o asco, en cambio, hay uno que al ver que lo miro me sonríe.

Nada más acabar de calentar, todos se ponen a arreglar cosas o a preparar todo lo necesario, hasta que se me acerca el mismo chico que me sonreía.

—Hola, Scarlett, ¿Verdad— Me pregunta. El chico me debe sacar unos tres años, es alto, moreno y bastante guapo, sí soy sincera. —Soy Liam— Dice estirando su mano.

—Es un placer, Liam— Le respondo y los dos estrechamos las manos con amabilidad.

¿Todo el equipo saltando de emoción? Sí, ¿Por qué? Pues porque Pierre ha conseguido el tercer lugar gracias a la reparación de su coche.

Algunas lágrimas bajan por mis mejillas al ver como gracias a la reparación del mooplaza Gasly ha quedado en el podium.

—¡CONGRATULATIONS,
SIENNA!— Exclaman los periodistas hacía la ganadora de este GP.

Sienna Horner, hija nada más y nada menos que de Christian Horner, el jefe de equipo de Red Bull. Y segunda mujer en correr en la Fórmula 1.

Y en cambio, luego está, Allegra Wolff, hija de Toto Wolff, el jefe de equipo de Mercedes. Primera mujer en correr en la Fórmula 1 y en ganar un mundial.

Todo el equipo y yo aplaudimos al ver a Pierre acercarse a nosotros y lanzarse sobre la valla que nos separa para agradecer todas las felicitaciones.

Después de que los tres ganadores (Sienna Horner, Max Versatppen y Pierre Gasly) subieran al podium a por sus trofeos, se me acerca el último de ellos.

—Gracias, Scarlett. Sin tu reparación en el coche no hubiera quedado en el podium—

—No me agradezcas, es mi trabajo— Vaya, sí que da gusto decir eso.
El Francés me sonríe y me da un ligero golpe en el hombro, para después irse a cambiar.

—Scarlett, ven conmigo, por favor— Me llama Bruno mientras sale de su despacho.

Me acerco a ese cuarto y una vez dentro, me siento delante del jefe de equipo.

—Felicidades. Estoy sorprendido al ver como has arreglado algo que normalmente se tarda una hora y media en arreglar y tú lo has arreglado en 45 minutos— Me felicita mi jefe.

En realidad se tardan dos horas, pero mejor no digo nada...

—Gracias, señor— Le agradezco.

Al ver como Famin empieza a recoger papeles de su escritorio, entiendo que se refiere a que ya hemos acabado y rápidamente salgo del despacho.

Nada más cerrar la puerta del despacho de mi jefe y llegar al garaje, escucho un montón de aplausos. Los cuales vienen de todos los mecánicos.

—¡Scarlett, Scarlett, Scarlett!— Virotean todos mi nombre mientras me acerco a Liam.

—¿Y esto?— Pregunto con una sonrisa.

—No solo has hecho historia por tu llegada aquí, sino que también has hecho historia al arreglar el coche de Gasly en menos de una hora y has conseguido que quedemos en el podium— Me resume dándome un corto abrazo.

Sonrío al ver como todos siguen aplaudiendo y sin que me lo espere, Liam me posa en sus hombros, mientras se va moviendo por todo el garaje aún con los aplausos y gritos de fondo.

Una vez toda la celebración ha acabado, salgo a la parada de boxes para sentarme a tomar el aire.

Cierro los ojos al notar el aire fresco chocar con mi piel y el sol calentando mis mejillas, hasta que una sombra se posa delante de mí.

—Gasly, me tapas el sol— Aviso al piloto sin siquiera abrir los ojos. Su olor es único, lo acabo de confirmar.

Escucho como una pequeña carcajada sale de la garganta del Francés, antes de que note como se sienta junto a mí.

—¿Sabes? No tenía esperanzas de quedar en el podium— Me confiesa.

Abro los ojos y lo miro a los suyos. El sol los ilumina y rápidamente visualizo que sus ojos son de color grises.

—¿Por qué dices eso?— Le pregunto con curiosidad.

—La última temporada fue bastante dura. Accidentes, fallos en el coche, mecánicos que no saben que hacen, polémica, pilotos retirados. ¿Cuántas veces quedé en el podium la temporada pasada? Menos de cinco veces— El Francés respira ondo al nombrar todos los problemas de la temporada anterior.

—Mi madre siempre me ha dicho, "No es grande aquel que nunca falla, sino el que nunca se da por vencido"— Le aconsejo y el piloto me mira con el ceño fruncido.
—Con esto quiero decir, que ahora te toca a ti aplicar esa frase—

Pierre sonríe antes de bajar su mirada hacia el suelo, para después volver a mirarme a los ojos iluminados por el sol.

—Me encanta el azul de tus ojos— Dice mientras los mira.

Sonrío ante el alago y no se me hace fácil esconder mis mejillas rojas. Aunque para mi suerte, el sol las esconde a la perfección.

—¿Puedo hacerte algunas preguntas para conocerte mejor?— Me pregunta a lo que yo asiento. —¿De dónde eres?—

—Vivo en Ruan, Francia, pero nací en Mónaco— Respondo.

—Yo también vivo en Ruan... ¿Tu edad y cumpleaños?—

—Tengo 24 años y mi cumpleaños es el 10 de septiembre, ¿Y el tuyo?—

—El mio es el 7 de febrero— Me responde y enseguida me grabo esa fecha en la mente para no olvidarme. —Color favorito?—

—Azul cielo—

—Igual que tus ojos...— Escucho que susurra y al igual que antes, mis mejillas se ponen rojas.

Los próximos diez minutos nos los pasamos hablando sobre gustos o sobre curiosidades del otro. Hasta que, ya se hace tarda y cada uno tiene que volver a su hotel.

—Nos vemos en Miami, Scarlett— Se despide de mí el Francés.

—Nos vemos en Miami— Repito y veo como se sube a su coche, para después desaparecer por la puerta de salida.

¿Y estas mariposas en el estómago? No, no. Amor otra vez no, por favor...

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