006

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


ꜱᴀʟɢᴏ ᴅᴇʟ ᴄɪɴᴇ ᴅᴇꜱᴘᴜéꜱ ᴅᴇ ᴠᴇʀ ʟᴀ ᴘᴇʟíᴄᴜʟᴀ ᴅᴇ ᴛᴇʀʀᴏʀ que había quedado para ver con Mathias, pero como últimamente está pasando, él no ha llegado.

Paso junto a una cafetería y miro por el cristal como siempre hago cada vez que paso por algún lugar, pero lo que veo me destroza por dentro. Mathias gira la cabeza hacia mi dirección y me ve, antes de poder cambiar su expresión de felicidad a sorpresa.

Niego varias veces con la cabeza al ver a Stella delante de él en la mesa y rápidamente me doy la vuelta para seguir caminando.

—¡Scarlett!— Exclama Mathias saliendo a toda prisa de la cafetería.

—Vete, tu cita te espera— Le digo sin siquiera darme la vuelta.

Su mano se aferra a la mía haciendo que me dé la vuelta para mirarlo.

—No puedes ponerte así por una cita que he tenido con Stella— Me dice. Por su tono de voz puedo asimilar que me está culpando a mí.

—No es por la cita, idiota. Me has dejado plantada— Respondo dejando que una lágrima baje por mi mejilla.

—¡Ha sido solo una vez!— Exclama él cada vez más furioso. —No seas exagerada—

—¿¡Exagerada!? Es la sexta vez que me dejas plantada este mes— Respondo a la defensiva.

Veo como una chica de pelo largo y rubio se acerca a Mathias y se sitúa a su lado, cogiendo su mano.

—¿Quién es ella?— Le pregunta la rubia a su pareja.

—Mi mejor amiga— Responde él mirándome fijamente.

—¿Tú eres Scarlett? Vaya, te imaginaba menos simple— Responde ella mirándome de arriba a abajo.

—¿Disculpa?— Digo ofendida por su comentario. —Que yo sepa, no te he hecho nada para que vengas a insultarme solo porque a ti te da la gana—

—Scarlett, tranquilízate— Me dice Mathias defendiendo a su pareja.

—¡No me digas que me tranquilize! Me has estado ignorando todo el mes— Mis emociones estallan en ese momento.

—¡Y tú no te has dignado a venir a verme a casa desde que empezaste a trabajar para Alpine!— Se defiende el Francés.

—¡¿Por qué crees que te he estado invitando al cine y a restaurantes?!— Dejo la pregunta en el aire al ver que se queda en silencio. —¡Por qué tengo que trabajar en el coche de Pierre y casi no tengo tiempo para ir a visitarte! Esa es mi forma de compensarlo—

Iba a seguir hablando, cuando noto que alguien llega por detrás y pasa uno de sus brazos por mis hombros. Al darme la vuelta me encuentro a cierto piloto que me salvó de la primera quedada con Mathias.

—¿Has quedado con él solo porque he olvidado la quedada? Que inmadura— Me dice él rodando los ojos.

—No, yo he venido por mi cuenta. Y que sea la última vez que te escucho insultar a Scarlett, ¿De acuerdo?— Me defiende Pierre.

—Espero no volver a verte en mi vida,
rarita— Dice él recalcando el mote, antes de irse con su novia.

—Empiezo a creer que me sigues— Le digo soltando una pequeña risa.

Pierre me mira con lástima unos segundos, antes de poder hablar.

—No hagas eso— Me regaña. Yo lo miro confundida. —No finjas que estás bien, cuando en realidad no lo estás—

Bajo la cabeza decepcionada por todo lo que acaba de pasar y me siento en uno de los bancos que hay por aquí.

—¿Qué haces aquí?— Le pregunto una vez él se ha sentado a mi lado.

—Solo pasaba por aquí— Me responde acariciándome la espalda. —Te he visto y quería ir a saludarte, pero al ver a Mathias con esa chica, me ha dejado confundido, hasta lo que ha dicho ella—

—Gracias... Por defenderme— Le agradezco por fin mirándole a los ojos.

—No es nada, para eso están los amigos, ¿No?— Responde él sonriendo.

Sí, amigos...

—¿Te llevo a casa?— Me pregunta levantándose del banco.

Asiento lentamente algo apenada y me levanto al igual que él para poder ir hasta su coche. Al subirme me froto los ojos con las manos y me quedo pensando en el apodo que ha dicho Mathias sobre mí.

—¿Qué pasa?— Dice el Francés al verme algo desanimada en el coche.

—¿Sabes esa sensación de que quieres lograr algo, pero nadie cree en ti y cuando tienes ese logro en tus manos, a todos le importas?— Pregunto recordando mis días en el colegio.

—Sí, créeme que sí... ¿Por qué?— Responde él algo confuso por mi pregunta.

—¿Te conté que fui el azme reír del colegio durante años?— La pregunta cambia por completo al decir esto. —Me llamaban rarita por querer ser ingeniera y trabajar con mi abuelo en el taller, solo Mathias me defendía—

—¿Y tus padres? ¿Lo sabían?— En cuanto pregunta esto me doy cuenta de que el coche siquiera ha arrancado, aún seguimos en el parking.

—Mis padres se iban cada dos semanas, a veces cada una semana y la mitad del tiempo estaba con mi abuelo— Respondo al recordar mi infancia. —Y aunque hubieran estado presentes les daría igual, Berta es la niña de papá y Blake el niño de mamá... Yo era la hija olvidada, la que recordaban solo cuando hacía algo mal... Ni siquiera he llegado a escuchar un "estamos orgullosos de ti" por su parte—

En ese momento rompo en llanto, haciendo que baje mi cabeza al notar las lágrimas caer por mi rostro.
Los brazos de Pierre me rodean, dejando que llore en su hombro y sus manos suban y bajen repetidas veces por mi espalda.

—Yo sí que estoy orgulloso de ti— Murmura el piloto sin siquiera separarse de mí.

Abrazo con más fuerza al Francés al escuchar esa frase y no escucho ningún quejido por su parte.

Esto sí que es un lugar seguro...

—¡Me voy!— Exclamo bajando las escaleras de casa de mi abuelo.

—Ten cuidado y salúdame a Pierre— Me dice mi abuelo dejando un beso en mi mejilla.

—Lo haré, adiós, te quiero— Salgo de casa y pido un Uber para poder llegar más rápido al parque donde había quedado con Pierre.

En todo el camino no hablo con el conductor, tampoco es que tenga muchas ganas de hablar con un desconocido, así que solo me limito a mirar por la ventana.

Al entrar al parque, veo a lo lejos al piloto esperándome bajo un árbol para que no le dé tanto el sol. Me acerco y él rápidamente guarda su teléfono.

—Hola, Scar— Me dice Pierre dándome dos besos en las mejillas.

—Hola, Pierre— Respondo sonriendo una vez ya nos hemos saludado.

—¿Vamos?— Me pregunta situándose a mi lado.

—Claro— Digo y los dos empezamos a caminar por todo el parque viendo a los pájaros volar sobre nosotros.

En todo el camino hablamos de diversos temas, hasta que en un momento noto que los cordones de mis zapatos se han desatado, así que, me agacho y empiezo a atarlos.

—Mírame— Dice Pierre apuntándome con su teléfono entre sus manos. Poso ante la cámara y rápidamente noto como está emite un sonido.

—Seguro que salgo preciosa— Digo riéndome de mi misma al acabar de atarme los cordones.

Escucho como Pierre murmura algo que no llego a escuchar, así que opto por preguntarle.

—¿El qué?— Pregunto una vez los dos volvemos a caminar.

—No he dicho nada— Responde el Francés ante mi pregunta.

Lo miro con los ojos entre cerrados y decido ignorar lo que sea que haya dicho. Los dos caminamos en silencio por el parque hasta que llegamos a un pequeño lago rodeado de hierba.

Me siento a unos metros del lago y dejo que el sol me dé en la cara. Siento como Pierre se sienta junto a mí e imita mi acción.

—¿Sabes?— Digo haciendo que él me mire esperando una respuesta. —Me apetece un helado—

—¿De qué lo quieres?— Me pregunta levantándose para poder sacudirse los pantalones.

—De chocolate, por favor— Respondo sonriendo antes de que se vaya.

Miro hacia el lago y veo varios patos moverse por el agua en parejas o en grupos.

—Aquí tienes— Dice una voz masculina sentándose de nuevo junto a mí.

—Gracias— Le agradezco cogiendo el helado con mis manos.

Me meto la primera cucharada de helado en la boca, haciendo que la comida baje por mi garganta congelándola a su paso.

—Se me ha congelado el cerebro— Digo al ver como Pierre me mira con su helado de vainilla en las manos.

—Oh, no... ¿Quién arreglará los desastres de mi coche ahora?— Dice el Francés poniendo una de sus manos en su cabeza en broma.

Río ante su reacción y los dos seguimos comiendo nuestros helados en silencio.

—Quiero un patito— Digo al ver a los animales más pequeños moverse por el lago.

—¿No prefieres un gato?— Me pregunta Pierre viendo a los animales que acabo de pedir.

—Sí es negro sí— Respondo imaginándome a un gato moverse por la casa.

—¿Por qué negro?— Pregunta él mirándome con el ceño fruncido.

—Porque de pequeña siempre quería un gato negro— Respondo todas las veces que mis padres rechazaron todos los animales que les pedía.

Al acabarme el helado, me tumbo sobre la hierba y dejo que mis ojos se cierren al notar el aire chocar en mi cara. Al volver a abrir los ojos me encuentro a un Pierre tumbado a mi lado con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

—¿Te puedo preguntar algo?— Me pregunta Pierre mirándome. Abro los y me pongo de lado para poder mirarle a los ojos. —¿Qué ha pasado con Mathias?—

—Digamos que ninguno de los dos nos hemos escrito entre nosotros— Le respondo mirando a esos ojos grises que tengo delante.

—¿Y con Liam?— En su tono de voz noto cierta agresividad al preguntar eso.

—¿Qué pasa con él?— Pregunto algo confusa ante su duda.

—Siempre os veo juntos en el garaje, pensaba que tenías... No sé, algo con
él— Dice él respondiendo a mi pregunta.

—Siento decepcionarte, pero no, él no es mi tipo de todas formas— Digo riendo al imaginarme un romance con Liam.

—¿Y cómo es tu tipo?— Me pregunta Pierre algo curioso.

—No lo sé... Va más allá del físico, yo solo pido que me quiera y me cuide— Respondo sinceramente.

—¿Y ya está?— Pregunta Pierre sorprendido.

—Eh... Y que me cocine— Digo finalmente haciendo que él haga sonar una pequeña risa.

—Seguro que un día llegará esa persona para ti— Me dice Pierre mirándome con una sonrisa.

—¿Y tu tipo?— Le pregunto al ver todo lo que le acabo de contar.

—Mh... Que le guste lo mismo que a mí, más bajita que yo, amable, trabajadora y no me importa si es rubia o morena— Dice él pensando.

—No está mal, un poco difícil de encontrar todo eso, pero no está nada mal— Digo imaginándome a su chica ideal.

¿Es normal sentir celos al oír su tipo de chica ideal...?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro