❝Capítulo 52: 동맹국❞

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No me convencen las cicatrices en tu sonrisa

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♔; Euforia: sensación de intensa alegría y bienestar producida por una satisfacción, por gozar de perfecta salud o por la administración de medicamentos o drogas”.

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En el anterior capítulo de El come libros...

Hoseok reveló información importante que aumentaron las sospechas sobre los acusados. Jihyun tiene información importante que no quiere revelar y Minseok pierde su habladuría con la mención de los secretos de Seungli y deciden que Jung se acerque a él de manera más… Íntima.

El trío sabe que el juego subió de nivel luego de casi estar involucrados en un "accidente", dejando en claro que debían ponerse serios.

Hyeonwoo sigue con su búsqueda y confiesa algo inquietante.

Seokjin y Jackson enfrentan al consejo estudiantil; el primero luego del partido de básquet, tiene un tenso momento con su mejor amigo, Kim Taehyung, y una charla agradable con Kim Namjoon, quien se reveló la identidad de su madre, siendo ella alguien que siempre estuvo al alcance.

Yoongi da el primer paso a una reconciliación y con eso, se desatan nuevas pistas sobre él.

Park Hyeon y Jeon Jeonghee tuvieron un encuentro indeseado. Y así, el verdadero juego comenzó.

Capítulo 52: aliado

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Capítulo dedicado a: susy1599 🐥

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    El cielo estaba peculiarmente nublado, generando un oscurecimiento en los grandes ojos del niño que miraba el mundo tratando de resolver su más grande enigma. Sus cortos dedos tocaban el césped con una lentitud rara de un pequeño y sus abultados labios estaban levemente separados, absorto en su propio mundo en el jardín de su casa. Aunque ya no parecía su casa. Sí, ahí estaban los juguetes que usaba para jugar, también era la misma estructura de la casa, la misma pintura; las ventanas no se movieron o el vecindario tampoco cambió. No, no era eso. De alguna forma podía sentir que algo había cambiado y no podía saber qué. En su pequeña cabeza donde brotaban rizos dorados, solo cabía la idea de estar acurrucado en los brazos de su padre y que él le lea un cuento antes de dormirse en ellos.

    Esa era su pregunta.

    ¿Por qué su papá ya no venía a leerle cuentos?

    O mejor dicho.

    ¿Por qué no regresó a casa aún?

    Su mami no respondía sus preguntas y solo la veía levantarse, vagar por allí hasta llevarlo a la escuela y luego se perdía. No veía su rostro, ella simplemente no lo miraba. Él creía que el jugo que bebía le hacía mal.

    Regresando al jardín, sus ojos se posaron sobre una telaraña que tenía entre sus hilos una mariposa blanca que era apresada y acechada por un feroz depredador. La vio intentar escapar hasta dejar de moverse y ceder a su destino.

    Jimin se levantó luego de ver la escena y se fue a la cocina vacía. Él quería que su papá regresara para jugar de nuevo, aún no le contó el final de la hitoria del guerrero rosado. Quería que le acaricie el rostro y el cabello hasta cerrar los ojos. Su madre no le hacía eso…

    Se puso en puntillas de pie para abrir la puerta de la heladera y buscar comida. Su estómago rugía y no sabía a qué hora regresaría su madre.

    Tomó lo primero que vio.

    Y se lo llevó a la boca...

[•••]

    Jimin mantuvo su vista fija en la ventana del auto. Sus pensamientos seguían girando alrededor de las palabras de la doctora Kim. Kim Namjoon era su hijo. Kim Namjoon era su hijo. Todo este tiempo tuvo a la madre del sospechoso en frente de sus ojos y no lo notó: se sintió como un estúpido. Habían tantas cosas que aún no sabía y que le faltaba por descubrir que comenzó a intentar mirar más allá de lo que podía ver, ni siquiera pudiendo asomarse a ver el final de su camino. Suspiró con fuerza y se cruzó de brazos. Esto llamó la atención de su madre que detuvo el auto cuando el semáforo cambió a rojo.

    —¿Todo bien? —preguntó ella mirándolo de reojo y Jimin notó un comportamiento extraño. Usualmente solía bromear en este tipo de situaciones pero… ¿La veía más tensa?

    —Sí. Debería hacerte esa misma pregunta. —Levantó una ceja y Hyeon se asomó por el vidrio repetidas veces para cerciorarse de algo que no comprendía. Los orbes celestes de la adulta circulaban en cada dirección posible y hasta juraba escucharla contar hasta diez en voz baja— ¿Pasó algo?

    —¿A mí? Para nada —respondió con las manos sobre el volante y sin echarle una ojeada al semblante confuso de su hijo que no parecía convencido. Jimin no iba a optar por presionarla y volvió a posar su espalda sobre el respaldo de su asiento. ¿Le parecía raro? Claro que sí. Su madre era rara y en estos momentos era súper rara.

    —Si tú lo dices —murmuró el menor reposando su sien en la ventanilla y Hyeon exhaló cansada y triste de presentir que aún había un muro que los separaba.

    —¿No quieres que a partir de hoy te lleve al colegio? —Y fue un detonador. Tan pronto terminó con su pregunta, Jimin se enderezó en su lugar y la miró como si en serio hubiera perdido la cabeza.

    —Wow, ¿y eso por qué?

    —No lo sé. Tendríamos que pasar más tiempo juntos, ¿no? Estuve reflexionando sobre eso… —carraspeó, estando notablemente nerviosa—. ¿Y qué piensas sobre buscarte luego del colegio? ¿Eh? ¿Qué dices? —Tomó aire y Jimin levantó una ceja.

    —Realmente soy consciente que a veces actúas extraño… Pero ahora sobrepasas los límites. ¿Tienes fiebre? ¿Te picó un bicho?

    Hyeon rodó los ojos y avanzó con el auto cuando el semáforo cambió a verde.

    —No. Es decir, estuve pensando en eso. Podría cambiar de turno para estar contigo más tiempo. Yo tengo que irme a la tarde y tu regresas a la tarde a casa, no sé, no tenemos mucho tiempo de madre e hijo, ¿no cre- —Se giró con una sonrisa que se congeló al ver la expresión de Jimin— ¡Oye! ¡No estoy loca, mocoso! —vociferó ofendida y el rubiecito rio divertido por la actitud inusual de su madre. Inexplicablemente se quedaron en silencio: Hyeon recordando cosas que no le gustaría revivir y Jimin pensando en los secretos ocultos detrás de las sonrisas. El joven no volvió a abrir la boca, deseando darle algo de paz mental a su madre que brotaba inquietud e impaciencia. No la iba a presionar para que hable, pero sabía que algo había pasado en el hospital; era simple, antes de entrar al consultorio, ella era la misma de siempre. Al salir, las cosas cambiaron. ¿Qué habría pasado en ese lapso de tiempo? ¿Qué o quién ha causado que un engranaje en el cerebro de su madre se oxide o en mejores palabras, se activara?

    Cuando el auto se estacionó, bajaron en silencio y aunque ninguno se hubiera dado cuenta, ambos Park miraron hacia todos lados como una costumbre suya. La reducida familia al entrar a la casa, dividieron caminos. Hyeon fue a arreglarse para ir a trabajar y Jimin puso a funcionar la cafetera porque tendría una larga noche. Estuvo un rato perdido en su celular, hablando en el grupo ChanHoMin con sus amigos, riendo de vez en cuando por las locuras del par y las anécdotas asquerosas que contaban por texto.

    Los tacones de su madre golpeando el piso luego del transcurso de unos minutos, lo llevó a abandonar su celular para observarla y notar que llevaba una pollera larga de color azul marino junto a una camisa blanca donde el terminal de sus mangas eran de un bonito encaje. Su madre era hermosa, de eso no había duda. Con su cabello largo atado en una coleta alta que descendían en grandes bucles dorados que hacían brillar sus celestes ojos. Y aún con toda esa belleza, no tenía a nadie a su lado.

    —Algodón de azúcar —llamó colocándose sus aros—. Si sucede algo, llámame. Hoy a la mañana fui al supermercado así que cocina algo para ti, yo comeré mañana, ¿si? —informó y Jimin asintió con pereza. No tenía hambre, mañana desayunaría algo con ella y se iría a la escuela. Claro, no le comentaría sobre su falta de apetito o su madre comenzaría a presionarlo para "llevar una buena alimentación" y más cosas que no quería oír ahora que tenía que preocuparse en otros asuntos más importantes. Hyeon notó que su hijo divagaba demasiado y parecía no escuchar lo que estaba diciendo… A su mente llegó Jeonghee y su maldita sonrisa. Eso desembocó una ola oscura de emociones.

    Miró a su hijo y el destello en sus ojos se endureció. Tragó saliva al ver el perfil del rubio y caminó con pasos decididos hacia él; Jimin se asustó cuando Hyeon lo tomó de las mejillas y lo acercó para unir sus frentes con fuerza, la necesaria para no llegar a lastimarlo. La mirada de la adulta lo devoró en un sentimiento de preocupación y exigencia, parecía reprocharle algo sin soltar un monosílabo. Intentó comprender y no lo logró. Ella era la única persona que Jimin no podía enfrentar.

    —Jimin… ¿Te acuerdas lo que te enseñé en el pasado? —El mencionado no entendió a qué se refería hasta que en su mente rebuscó entre sus recuerdos, encontrando la respuesta y asintió confuso. Desconocía el motivo de su madre para  sacar ese tema a la luz después de tantos años sin hacer alusión a eso.

    —¿Qué hay con eso…? —Y su pregunta murió en los orbes de Hyeon. Había determinación que lo controló de inmediato. Callando para esperar sus palabras.

    —Utiliza todo lo que te enseñé si te encuentras en peligro —habló sin ninguna duda o temblor en su voz.

    —Pero, dijiste que-

    —No importa lo que te dije en el pasado —rugió sacudiendo levemente el rostro del menor para que entendiera que iba muy en serio con sus palabras—. ¿Lo entiendes? Dime que lo entiendes —dijo mirándolo fijamente esperando una afirmación. Jimin estaba abismado en la abstrusa exigencia de su madre pero su expresión cambió a una de seriedad.

    —Sí, lo entiendo.

    "Definitivamente tuvo que haber pasado algo en el hospital", pensó.

    Hyeon se retiró de su casa antes que el sol cayera. Se despidió de Jimin y decidió salir más temprano para ir caminando hasta su trabajo. Tenía que pensar en varias cosas... Y también quería comprobar algo. Le daba escalofríos pensar en el sentido de las palabras de Jeonghee o lo que esa frase conlleva. Si esas personas conocían a Jimin, todo cambiaba. Mordió sus labios y su entrecejo se arrugó por la ira que estaba brotando de ella. Y su ira se incrementaba cada vez que le echaba un vistazo a los vidrios de las tiendas, cubiertas de los autos y espejos para ver una figura que, solo un estúpido no notaría.

    Exhaló con brusquedad porque le estaba irritando esa presencia para nada discreta. Entonces pegó media vuelta para retroceder y seguir a ese encapuchado que al instante se había escondido. Para Hyeon, eso no era un problema. El único problema eran sus tacones que disminuían su velocidad al correr, porque sí, estaba corriendo detrás del desconocido, llamando la atención de las personas que transitaban las calles.

    "Maldito hijo de perra, ¿quién demonios te envió?", se preguntaba cuando la silueta hacía lo posible por perderla, se notaba desesperado al empujar a la gente.

    Hyeon se detuvo cuando el semáforo cambió a verde y los autos fueron la separación entre ellos. Así, el desconocido se esfumó entre la gente bajo la expectante mirada de la rubia que sopló un mechón que tapaba su rostro.

     "Next time I'll get you, motherfucker", pensó ahora siguiendo con su camino al trabajo. Llegó unos minutos después, con los puños apretados y murmurando maldiciones que eran silenciadas al momento de saludar a sus compañeros de trabajo. Sus zapatos resonaron en el pulcro suelo y entró a una oficina con la fiereza que la caracterizaba, sorprendiendo al hombre detrás del escritorio que no se quejó y siguió con su trabajo.

    —Gracias, buenas tardes a ti también —comentó con sarcasmo.

    —Un jodido mal nacido me ha estado siguiendo —informó al cerrar la puerta dejando su bolso a un lado y caminando directamente hacia el contrario que ahora dejó de lado su trabajo, cambiando su aura a una más seria. Hyeon atrajo una silla y no dejó de insultar hasta tener la espalda recta.

    —¿Hasta aquí?

    —No, seguí al maldito pero huyó. Además…

    —¿Además?

    —Saben de Jimin…

[•••]

    Jimin cerró la puerta del baño y bajó la tapa del retrete para estirarse lo más que podía para abrir una de las tablas del techo, así sacando su libreta donde estaba su investigación intacta. Se sentó y dobló el cuadernillo para comenzar a escribir los datos que hace poco descubrió, usando sus piernas como soporte. Mordió su labio inferior recordando la reciente información, en el papel se plasmaron cosas como:

    "[Kim Minseok | sospechoso]

    Lazos: La rectora de Seungli (madre) (en duda)”.

    “[Jisoo | víctima] ✝

    Lazos: Jiwoo (mejor amiga) [información en proceso].

    Datos: Popular, reservada con su vida privada”.

    “[Kim Namjoon | sospechoso]

    Posición: Capitán del equipo de básquet.

    Lazos: Doctora Kim (madre) [información en proceso]”.

    “[Neandertal | sospechoso]

    Posición: Sub-capitán del equipo de básquet.

    Lazos: desconocidos. → ¿Cuál lazo tenía con Jisoo? ¿Por qué hostiga a Yoongi hyung?”.

    “[Kim Jongin | sospechoso]

    Lazos: desconocidos.

    Datos: no habla, ¿motivo? Desconocido”.

    “[Jeon Jihyun | sospechoso]

    Lazos: Jeon Jungkook (hermano), Jeon Jeonghee (madre), Jeon Seongji (padre)…

    Datos: sospechoso, hiper sospechoso, ultra sospechoso… Y una roca”.

    “[Padres Jeon]

    • Tener cuidado con ellos.
    • Tienen lazos con Seungli = aportan dinero”.

    Al culminar, suspiró y cuando estuvo a punto de cerrar el cuadernillo, las palabras de Hoseok vinieron a su cabeza: "Él no es inocente, tampoco es culpable pero no negarás que su conducta es sospechosa", recordó y el agarre en el material se hizo más fuerte. Estaba en un fuerte debate. No quería hacerlo, sabía que si escribía su nombre en esas hojas y plantaba la duda, ya nada volvería a ser normal en ellos, en su cabeza no pararía de repetir un sinfín de preguntas que no quería hacerse. No quería que su corazón dude, ¿por qué era tan complicado mirarlo con otros ojos? Si se hubieran conocido en otras circunstancias… ¿Qué tan felices serían ahora? Tendrían una relación de adolescentes normal, disfrutando del apogeo de sus vidas sin preocupaciones.

    Le dolió el pecho aún con el cuadernillo atrapado en la duda que lo atacaba. Finalmente hizo un movimiento rápido para dejarlo en su lugar, sin tocarlo o pensar en abrirlo por ahora. Soltó aire ya aliviado y buscó un sobre que había hecho para guardar las fotos, notas y todo lo que conservó hasta ahora de su acosador. Al atraparla entre sus dedos, buscó en ella la primera foto que se le fue entregada a principios de año y al apreciarla con más detalle, apretó su mandíbula con molestia.

    —Es el mismo ángulo —susurró al ver el papel donde estaba él en el salón de música. Muchas teorías nacieron. Luego de haberse cercionado de que –efectivamente– era el mismo ángulo, puso todo en su lugar y salió del baño. No sin antes tirar la cadena del baño y lavarse las manos para despistar, no importando si estaba solo o no. Ya no estaba seguro de esos detalles. Caminó hasta su cuarto y sacó la tarea que tenía del colegio, sentándose delante de su escritorio para iniciar con sus deberes. Al transcurrir unos minutos, se dio cuenta que no podía concentrarse gracias a todas las preguntas que tenía en la cabeza: si la foto fue tomada fuera de la escuela, había tres opciones:

    La primera: quien se la tomó, no fue un alumno.

           El segundo: fue un estudiante que tenía la oportunidad de hacerlo. Entraban varios factores aquí, estaba en clases en el exterior, u omitió una clase y más cosas que podrían explicar que estuviera afuera.

           La última: no era alguien del colegio.

          Había tantas cosas y le dolía la cabeza al saber que tendría que descartar cada cosa investigando. Aunque, el mayor detalle era –por más obvia que sea– la mismísima foto. Era un foto, una foto con una buena toma cabía mencionar. Se notaba que, quien estuvo detrás de la cámara, tenía habilidad y al pensar en eso… Era inevitable no pensar en Taehyung.

    Tomó aire con fuerza y estuvo por unas horas más en su escritorio pensando en los sospechosos. El culpable… ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué mató a Jisoo? ¿Cuál fue el fuerte motivo para llegar a asesinarla? Aunque, tampoco se sabía nada de la víctima. No se sabía quién era su familia, ni quiénes sus verdaderos amigos –a excepción de Jiwoo–, tampoco  sus intereses románticos o su vida fuera de Seungli. Ella era una gigantesca incógnita que quería aclarar. ¿El asesino hizo eso por alguna razón en peculiar? Jisoo ocultaba muchas cosas por lo que notó, pudo ser una disputa con alguien, una relación oculta o… Ella pudo enterarse de algo que no tenía que enterarse…

    O probablemente fue asesinada sin razón alguna.

    Hay muchas versiones alrededor de su muerte. Unos decían que se suicidó, otros que la violaron y asesinaron… Y había algunas voces que murmuraban cosas realmente curiosas.

    Jimin sacudió su cabeza para disipar el sueño, notando que ya era tarde y debía irse a dormir. Dejó escapar un bostezo, eso era señal de irse a dormir y dejó su lapicera a un lado para ir al baño a lavar sus dientes y rostro. Se fue a la cama olvidando por completo comer algo. Sus párpados aumentaron de peso y descendieron, dejando que sus pestañas acariciaran su piel con aspereza; sus hinchados labios se hicieron una corta despedida al ser separados por un suspiro cálido y los mechones dorados decoraron su rostro. Entre sus brazos descansaba el gatito de peluche que le otorgaba seguridad al dormir. Bajo las mantas, sus piernas se flexionaron y entre sueños, le dio la espalda a la nada.

    En su cabeza, se repetían escenas borrosas que eran distorsionadas con sus deseos: en ellos, estaba su padre presente junto a su madre y Yoongi en una cena. Los cuatro parecían felices cenando…

    —Que no te engañe.

    Jimin abrió de repente sus ojos y se incorporó en la cama. Observó hacia todas partes y se tapó asustado el oído izquierdo. No sabía si había sido parte de sus sueños aquella tersa y dulce voz femenina, pero…

    Aún sentía su oreja algo helada por el aliento frío. Fue un susurro demasiado claro para él, demasiado. Su respiración era errática y estaba nervioso tratando de darle una explicación. Miró el reloj que marcaba las cinco en punto y lo único que se oía en ese pesado silencio era su respiración llenar la amplía habitación donde todo estaba a la vista. La única luz era la de su velador que le daba un brillo agradable a la estancia pero ahora mismo, para Jimin era un destello demasiado suave. Sus pies desnudos tocaron la madera y los dedos se retorcieron al entrar en contacto con el material; caminó hasta encender el foco y le echó un vistazo a su ventana asegurada y el interior de su armario, también al espacio bajo su cama y finalmente salió de su cuarto para visitar el de su madre.

    Había dormido solo cinco horas y dudaba muchísimo que volviera a dormir.

    La luz del pasillo estaba encendida y no temió en caminar tranquilamente por allí.

    Al ingresar, se topó con la silueta de su madre sobre su cama, soltando suaves sonidos y desvió su vista a la mesita a un lado. En ella descansaban una tableta de pastillas a la mitad, fueron tocadas por el dedo índice de Jimin que se alejó para darle un último vistazo al rostro de Hyeon y luego abandonó el lugar para volver a su habitación.

[•••]

    —Esto no me gusta —se quejó Chanyeol a un lado de Jimin, ambos espiando al sonriente Hoseok que hablaba con un sonrojado y tímido Minseok. El más bajo rodó los ojos por los constantes comentarios a la defensiva del perro rabioso a su lado.

    —Tranquilo, campeón. Hoseok pronto vendrá, ya deja de gruñir —respondió ganándose una queja que pasó de largo y siguió asomando sus ojos por la esquina de la pared, así teniendo una vista exacta del par que hace cinco minutos llevaban hundidos en una charla que el peli-violeta lo sentía interminable—. ¿De qué estarán hablando? Minseok no parece muy hablador ahora —susurró curioso por la actitud que tomaba el chico.

    —No sé y no quiero saber. Dime por favor que ya terminaron —suplicó tirando su cabeza hacia atrás y el berrinche dio inicio. El rubio se volteó para golpear su pecho, diciéndole con esas acciones que se comporte correctamente y Chanyeol se ofendió—. Oye viejo, no me faltes el respeto.

    —Terminaron —lo ignoró Jimin al ver a Minseok irse por el otro lado y a Hoseok acercarse contento. Cuando estuvo cerca, Jimin saltó hacia él—. ¿Y?

    —Obtuve una cita —comentó y Jimin golpeó su frente y la mandíbula de Chanyeol pareció caer al suelo.

    —Eso no.

    —Sí, sí, perdón. No conseguí mucha información. Básicamente me dijo que no sabía de los Jeon y que no debería involucrarme…

    —¿Tú qué le dijiste? —contestó Jimin.

    —Umh, le pregunté si sabía más acerca del presupuesto y él me contestó eso…

    Jimin entrecerró los ojos y Chanyeol ladeó la cabeza.

    —Pero… Algo no tiene senti-

    —Lo que no tiene sentido es su respuesta. Hobi no nombró a los Jeon pero él rápidamente lo relacionó con ellos —intervino Jimin con su mano posada en su mandíbula. Chanyeol asintió de acuerdo a pesar de que él no lo pensó exactamente así.

    —Volviendo al tema importante —prosiguió Chanyeol con una expresión tan seria que impresionó a sus amigos que le prestaron suma atención—. Jung Hoseok —llamó—, ¿cómo es eso de "cita"? Necesito explicaciones —interrogó con las manos posadas en su cintura y el nombrado rio enredando su brazo en el cuello del alto.

    —¿Asustado? —Movió sus cejas con diversión haciendo reír a Jimin y Chanyeol lo miró fijamente con las cejas arrugadas.

    —Para nada —respondió con la misma intensidad y los tres pasaron a ser puras carcajadas.

    Las risas fueron tan potentes que atrajeron a un invitado indeseado. Changbin apareció con su campera del equipo y una ceja alzada, recibiendo las miradas de desagrado de Jimin y Hoseok. Por otro lado, Chanyeol alzó una mano para chocarla con el recién llegado y mantuvo una sonrisa disimulada. El par que quedó excluido, tenían los brazos cruzados demostrando su obvia molestia hacia el maldito extra.

    —¿Qué haces por aquí solo? Creí que ya te habías ido a casa —comentó Changbin ignorando notablemente las dos presencias a un costado que al escuchar sus palabras, querían lanzarse hacia el joven y arrebatarle esa tonta sonrisa.

    —Oh, con mis amigos tenemos algo que hacer —respondió aún con su sonrisa intacta y sus puños dentro de los bolsillos de su campera. Hoseok pensaba: "Eso, Yeol, gruñe".

    —Oh… —murmuró el contrario mirando de reojo al par y Jimin le devolvió el gesto con desdén—. Hoy saldremos con unos amigos a beber, ¿quieres venir? —preguntó y Chanyeol se estuvo por negar pero Jimin le hizo señas para que acepte. Vio una oportunidad en esa propuesta, podría acercarse más y sutilmente hacer que hablen. Agregando que, si Changbin resultara beber más de lo normal, podría soltar algo interesante. Yeol cambió la dirección de su movimiento y asintió—. Claro, me agradaría… Ehh, ¿a qué hora?

    —Ahora. Primero iremos a divertirnos, luego al karaoke y finalmente a comer —comentó con una sonrisa burlona dirigida hacia Jimin y Hoseok, este último se veía especialmente molesto.

    —Bien. —Chanyeol se volteó hacia sus amigos— Nos vemos luego entonces —dijo dándole una última mirada al dúo y yendo a un lado de Changbin que les regaló una sonrisa ladeada a los chicos que dejaron atrás. Jimin suspiró cuando se fueron y Hoseok no estaba tranquilo.

    —¿Por qué?

    —¿Por qué de qué? —respondió confuso Jimin.

    —No me gusta que Yeol esté junto a ese idiota. Es una mala influencia y-

    —Lo sé, lo sé. A mí tampoco me agrada pero debemos aprovechar estos momentos, ¿entiendes? —Fijó sus ojos celestes sobre Hoseok, que bajó su cabeza al no resistir la presión y bufó aceptando su rendición— Ya con eso… Nosotros también tenemos trabajo que hacer —pronunció con un tono bajo al ver a Kai caminando hacia el baño sin detenerse a voltear hacia ninguna dirección—. Él es nuestro próximo objetivo. Por ahora, Taehyung no es accesible y no creo que lo sea hasta que encontremos el momento de aprisionarlo —masculló y se oía irritado. Hoseok pareció triste ante la mención de ese nombre e inmediatamente se reincorporó.

    —Entonces iremos por Kai, ¿cómo lo hacemos? Él ni siquiera querrá acceder a hablar —mencionó dudoso.

    —Como dije: vamos a encontrar el momento de aprisionarlo —comentó y Hoseok no lo entendió hasta que Jimin siguió con cautela a Kai y esperaron escondidos cerca del baño hasta que el chico saliera. Parecía cohibido de alguna forma extraña, estaba solo y no había nadie, ¿por qué actuaba así?—. No tiene la mochila ni ahora ni cuando lo vimos, así que debió dejarla en su salón y ese salón, debe estar vacío ahora que todos se fueron —informó siguiendo con su camino cuando Kai dobló en el siguiente pasillo. Hoseok se mostró impresionado por su racionamiento y confió en sus palabras.

    Cuando el adolescente de vestimentas oscuras entró a un salón vacío, fue cuando Jimin le dijo a Hoseok que cierre la puerta cuando entrara. Era el salón de Artes Plásticas, al parecer esa fue la última clase que tuvo Jongin antes de que el timbre sonara y la mayoría del cuerpo estudiantil se retirara a casa. Tal como predijo el rubio, la mochila estaba dentro. Kai estaba tan distraído que no vio cuando Jimin entró al salón del primer piso y reaccionó cuando escuchó la puerta cerrarse bruscamente. Se sobresaltó por el ruido y abrió exageradamente sus ojos al ver al otro presente.

    —Hola —saludó Jimin ya dejando de lado su amabilidad y extrañándose al ver que prácticamente Kai comenzó a respirar erráticamente tan pronto lo vio. Tomó su mochila entre manos y se fue corriendo hacia la puerta con la intención de irse, siendo en vano su esfuerzo porque del otro lado, estaba Hoseok sosteniendo la puerta—. No podrás abrirla —informó con tranquilidad, dejando aún más ansioso al chico que se alejó inmediatamente de él al correr al otro lado del salón. Los pulmones de Jongin se inflaban y exprimían el aire a grandes cantidades. Estaba pegado a la pared mirándolo con terror, Jimin vio sus manos temblorosas y se preguntó: "¿por qué me tiene tanto miedo?".

    »—No te haré nada. Solo quiero hablar contigo para saber si me puedes ayudar a-

    Kai dilató sus fosas nasales y su manera de estamparse contra la pared, hacía ver que su deseo era fundirse con el concreto y tenía los ojos cargados de pánico, siendo dos canicas que volaban a todas direcciones. De su torso hinchado resaltaba un dije que Jimin ya había visto antes: la mitad de un corazón.

    El clímax llegó cuando Jimin dio tres pasos, generando un choque de emociones en Jongin que al notar que la única puerta del salón estaba trabada, buscó otra manera y cuando sus dedos encontraron el marco de la ventana, se alejó de la pared y la inspeccionó rápidamente. El rubio no reaccionó hasta que vio al contrario subirse al marco de la ventana.

    —¡No! —gritó con todas sus fuerzas, asustado por los movimientos de Kai. Corrió hacia él, sin embargo sus manos no alcanzaron a tocar al muchacho que se lanzó antes de ser atrapado. Hoseok al escuchar el grito, no dudó en entrar listo para atacar, mas, al ver a Jimin mirando al exterior y a salvo, se acercó para echar una ojeada.

    Park no sabía si sentirse aliviado al ver a Kai aterrorizar y levantarse algo inestable para correr lejos o enojado por no conseguir nada.

    —¿Qué carajos sucedió? —preguntó Jung y su amigo se tocó la frente.

    —No tengo idea… Él, él quería huir a toda costa, no pensé que tomaría una decisión tan extremista. —Se notaba que el susto no se había despojado de él y Hoseok quedó impactado por la noticia— ¿Por qué huye de mí? En un principio lo creí normal… Quiero decir, pensé que podría caerle mal y que estaba siendo molesto. Ahora, ahora me doy cuenta que en serio está evitándome, ¿por qué? Ni siquiera me conoce —intentó ver lo razonable en sus palabras y no lo encontraba—. ¿Sabes por qué reacciona así?

    —No lo sé. No lo conozco, solo oí sobre él —respondió con la vista en el patio por donde se había ido Kai. Jimin decidió tranquilizarse y posó sus brazos sobre el marco, sus orbes celestes se mezclaron con el cielo y Hoseok se posicionó a su lado.

    —¿Qué oíste sobre él?

    —Cosas… Muchas cosas. Se dice que es un busca pleitos, un ladrón y más cosas. Yo no creo en nada de eso, bueno, hay una de las cosas que escuché que me genera más ruido —comentó acomodándose y encontrando su lugar en compañía de la tranquilidad que transmitía la voz de Jimin con ese aterciopelado timbre que se afianzaba al susurrar, justo como estaban haciendo ahora. No susurraban porque temían que los escuchen, sino que no les era necesario levantar la voz y querían disfrutar del pequeño hilo de silencio y honestidad que se formó—. Hace un tiempo, escuché que Kai dejó de hablar. Ya te lo había dicho, pero… Minseok me dijo que dejó de hablar con su familia. Nadie sabe por qué, simplemente dejó de hacerlo y a pesar de no conocerlo, sé que cambió. Antes no era tan… ¿Invisible?

    —¿Tú por qué crees que dejó de hablar?

    —Umh, por el día negro… Jisoo no era alguien que revelaba su vida privada y presiento que él… No sé, solo es una sugerencia —murmuró.

    —¿Cómo sabes tanto de Jisoo, Hobi? —La pregunta no fue con el afán de presionarlo u ofenderlo, era curiosidad de la más pura—. ¿Por qué decidiste ayudarme en la investigación?

    Hoseok se quedó en un silencio nostálgico.

    —Jisoo venía mucho a casa —comenzó y Jimin lo escuchó atento—. Jiwoo y Jisoo tenían años de amistad, ella era como una segunda hermana para mí… Cuando venía a casa y me veía con los ánimos bajos, me invitaba a compartir el rato con ellas para alegrarme. Jisoo era… No sé, era muy importante para mí y cuando sucedió… Yo estaba en clases aburriéndome mientras ella de seguro estaba… Pasando por un infierno y queriendo que alguien la ayudara —soltó por fin y junto al aire que expulsó, una lágrima formó un arrollo que culminó en su quijada—. Mi hermana quedó totalmente devastada, la escuché llorar durante noches y semanas. Siempre lloraba pidiendo que le devuelvan a su hermana del alma y escucharla cada día, sin poder cumplir su deseo era una tortura para mí. —Se oía roto. Se oían los crujidos de su corazón y Jimin se encogió en su lugar, oyendo su relato sin interrumpirlo, con sus ojos clavados en el cielo, robándose la calma que transmitía— Luego pasó lo de mi hermana y creí que había perdido a mi única familia, verla en la puerta de la casa en ese estado donde no sabía si estaba viva fue… Lo más duro para mí. Sentí mucho miedo y por días pensé que me quedaría solo en este mundo. Tuve tanto miedo de perder también a mi hermana.

    Jimin apretó sus labios al sentir ese miedo en cada una de sus palabras.

    »—Cuando cerraron el caso de Jisoo sentí que todo estaba mal. Que lo que decía la policía era mentira y decidí investigar por mi cuenta, solo leí artículos e intenté llegar a una teoría… No soy tan inteligente para darme cuenta de las pistas y conectar las piezas, por eso no llegué a nada.

    —¿No has recurrido a Seokjin y Taehyung en ese momento?

    Hoseok soltó una pequeña risa y secó sus lágrimas.

    —¿Ellos? Temía hasta mencionar a Jisoo frente a ellos. Nunca supe cuál era la opinión que tenían sobre ella, siempre se mostraron tan… ¿Conflictivos? En ese tema. Siempre pelearon por eso pero nunca entendí a lo que se referían —explicó.

    —Entonces por eso te uniste —afirmó Jimin entendiendo todo.

    —Sí… Y temo que algo les pase a Chanyeol y a ti… Ustedes se volvieron muy importantes para mí. Por eso quisiera saber quién mierda está detrás de todo esto para verlo en la cárcel donde se pudra —gruñó apretando sus puños y se suavizó cuando Jimin enredó sus brazos en la cintura de Jung.

    —Entonces me esforzaré por conseguir más pistas, ¿si? —Arrugó su nariz y Hoseok imitó el gesto, solo que la suya estaba roja por el llanto.

    —Hablando de pistas. Lo que sucedió con la bibliotecaria y a Jackson Wang también fue muy raro.

    —Insisto, lo que sucedió con la bibliotecaria para mí, no fue un suicidio. La golpiza de Jackson no me pareció un robo, siento que es más importante —murmuró y ante la mención de la bibliotecaria, recordó la biblioteca y con eso a Jungkook—. Me pregunto por qué Jungkook hace graffitis en el ›Ala A‹.

    —Que raro, él está cargo de esa ala.

    —¿Sabes algo de eso?

    —No tiene buena relación con Jihyun, ¿será que quiere hacerlo enfadar? —Jimin negó.

    —Creo que es más complicado. En fin, todo lo que implique a los Jeon es complicado.

    —Hablando de ellos, ¿has notado que Jungkook hoy tampoco asistió? Oí de Seokjin de que Jihyun ha suspendido la reunión de estos días.

    —¿En serio? —soltó sorprendido—. Que raro, hasta ahora no había visto que Jungkook faltara a clases. ¿Le habrá pasado algo? —preguntó preocupado.

    —Tú mismo lo dijiste: todo lo que implique a los Jeon es complicado.

[•••]

    Yoongi al salir de Seungli luego de estar un buen rato allí, fue a su casa en el camino de siempre. Su cabeza estaba algo abajo y sus grandes manos se escondieron en el bolsillo de su buzo. En su mente tarareaba una canción para pasar el tiempo más rápido.

    Hyeonwoo, por su parte, estaba saliendo más temprano de su turno en el trabajo por cosas que tenían más prioridad en su vida.

    La calle era la misma, Yoongi estaba ensimismado en sus pensamientos y Hyeonwoo apurada.

    Ambos se acercaron y entonces, el celular en el bolso de Hyeonwoo vibró, causando que ella desviara su atención en sacar el aparato de su bolso y el pálido chico pasó a su lado, siguiendo con su camino a casa.

    En su sendero, se encontró una rizada cabellera que tanto reconocía y avanzó su paso.

    Jimin estaba regresando a casa luego de una exhausta charla con Hoseok acerca de ellos, se sintió bonito hasta que su amigo arruinó el momento con un: "Me siento Sócrates filosofando". Así estallaron en risas y coincidieron que si Chanyeol estuviera ahí, respondería: "No entendí". Venía con una pequeña sonrisa que desapareció en una mueca de susto cuando una mano se posó en su hombro. Pensó en peligro y automáticamente iba a atacar, su misión se derrumbó al ver las sonrisa acompañada de unas rosadas encías y al reconocer ese hermoso gesto, cayó rendido y mostró sus dientes con un notable rubor en sus mejillas.

    —Hola, Yoongi hyung —saludó tontamente y el pálido siguió su ritmo, caminando a su lado.

    —Hola, Jiminnie. —Y ante el apodo, los ojos de Jimin soltaron chispas de felicidad. Quería lanzarse a los brazos del mayor pero estaban en público, sus ganas por tener un acercamiento lo estaban devorando por dentro. Toda la tensión que traía en el cuerpo era disipada con la presencia de Min, y ahora quería paz.

    —Hyung, tengo que admitir algo.

    Yoongi abrió sus ojos con ingenua curiosidad.

    —¿Qué sucede?

    —Ahora mismo muero por mimos… —admitió sin vergüenza y la cara del mayor se coloreó de un rojo vivo.

    —Pues, pues- puedes- podemos, podríamos ir, no sé, ah, ¿quie- quieres ir a mi-

    —¿Ir a tu casa? Por supuesto —contestó contento dejando pasmado a Yoongi. Ese chico era tan desvergonzado y… Le encantaba.

    —Bien, vayamos.

    —Extraño a Panquecito, quiero verlo —comentó caminando con alegría y Yoongi parecía igual de feliz, solo que él sabía disimular bastante bien. La atmósfera de flores y brillos que los rodeaba, de seguro asquearía a Hoseok y Chanyeol, que bromearían con ellos hasta que se les acabe el aire. Antes de que se dieran cuenta, habían llegado al departamento de Yoongi y apenas pisaron el piso correspondiente, los ladridos de Panquecito emocionaron a Jimin que ya quería acurrucarlo entre sus manos para besarlo y repartirle caricias en toda su bonita carita.

    Yoongi abrió la puerta y un animalito saltó a sus pies. Movía la cola y sacaba la lengua acompañado de varios ladridos que le trajo euforia. Se agachó para darle caricias. Min cerró la puerta y se quejó:

    —Sé honesto, has venido a verlo a él, ¿verdad? —Jimin rio y negó, poniéndose de pie para darle una sonrisa pícara.

    —He venido a jugar con hyung.

    Yoongi no se esperó eso y casi se atragantó con su saliva. Jimin soltó una carcajada y volvió a prestarle atención al cachorro, dejando a Min con un intenso rubor.

    »—Ha crecido demasiado —mencionó Jimin al ver el tamaño del cachorro que ahora llegaba cerca de su rodilla.

    —¿Si? Yo aún lo veo pequeño a ese pulgoso. —Se acercó a mirar de cerca a Panquecito, recibiendo una lamida en la nariz que le sacó una sonrisa— Bien, bien. Jimin, ¿tienes hambre? Prepararé algo para los tres —informó yendo al baño a lavarse las manos.

    —Puedo ayudarte.

    —No hace falta, quédate con Panquecito, estos días no he podido jugar mucho con él —habló en alto desde el lavado. Jimin se quedó en la sala.

    —¿Eh? ¿Por qué? —preguntó preocupado, teniendo al cachorro en sus piernas, quien utilizaba su dedo como juguete para morder.

    —He estado buscando trabajo para ganar dinero —respondió regresando para ir a la cocina. Jimin dibujó una circunferencia en sus belfos.

    —Si necesitas dinero, yo puedo-

    —Claro que no —rechazó Yoongi prendiendo el fuego de la cocina—. Gracias pero no, no quiero depender de tu dinero. Es mucho —añadió ahora sacando los vegetales de la heladera para lavarlos.

    —¿Por qué ahora estás teniendo estas crisis financieras? ¿Se trata sobre… Deudas? —Yoongi negó y Jimin se relajó.

    —Mi tío pagaba mis gastos, ahora me dijo que solo pagaría por la escuela porque debo comenzar a vivir como un hombre y más cosas que no me interesan. —Jimin frunció el ceño molesto por el comentario.

    —Se supone que debes concentrarte en tus estudios y-

    —Lo sé, es solo que… —El mayor no parecía muy contento con la dirección de la charla y por accidente, en un descuido por su distracción, se cortó el dedo y se quejó en alto—. ¡Mierda! —gritó llevando su dedo a su boca por el ardor, Jimin se levantó de inmediato al igual que Panquecito que ladró en respuesta.

    —¿Dónde hay vendas? —preguntó al ver el corte en el dedo del pálido.

    —En mi habitación —indicó y Jimin abandonó la cocina.

    Cuando estuvo dentro de la habitación, quiso detenerse a apreciar la pulcra y ordenada habitación de su hyung pero la situación no lo amerita. Fue directo al escritorio y no encontró nada más que libros, al igual que la mesita de luz a un lado de la cama y entonces llegó a un armario. Se preguntó si allí estarían las vendas y se acercó a abrir.

    —¡Jimin! —el grito lo espantó y lo alejó. Yoongi había aparecido en la habitación sosteniendo su mano—. Lo siento. Las vendas están en la repisa. —Apuntó la repisa que tenía dos libros, una encima de la otra y a un lado, estaban las vendas. "Un lugar un poco extraño en donde ponerlas", pensó—. Lavaré la herida —dijo para ir al baño siendo seguido de Jimin quien era seguido por Panquecito.

    Cortó un pequeño trozo del vendaje y lo envolvió con cuidado en el dedo índice de Min. Mientras que los ojos de Yoongi estaban posados en otra parte. Panquecito había regresado a la sala para acostarse en el sillón y Jimin al terminar de sanarlo, acarició la zona con ternura.

    —Gracias —pronunció Yoongi en un susurro ronco que hizo a Jimin levantar la cabeza para encontrar sus miradas. No se había dado cuenta que estaban tan cerca. El deseo de un acercamiento inundó nuevamente la cabeza de Park y sus orbes se iluminaron.

    —Hyung… ¿Apagó el fuego de la cocina? —preguntó acercando su rostro, quedando unos pocos centímetros cerca.

    —Sí.

    Jimin no esperó y atrajo a Yoongi en un beso que ambos ansiaban tanto luego de que sus labios ya se habían tocado en el pasado, dejando en sus bocas el rastro de un dulce tacto que querían renovar para que no desapareciera. Park subió sus brazos y los entrelazó detrás del cuello de Yoongi. La cercanía se había estrechado y Jimin soltó un jadeo cuando la mano del pálido le dio apretón a su cintura. Sus salivas hizo que sus labios se deslicen con facilidad y permitiendo un acceso más fácil a la lengua del rubio que se atrevió destacar en el beso. Se separaron abruptamente cuando Yoongi se asustó por la intromisión, dejando al chico de los ojos celestes con la punta de la lengua afuera y un sonrojo que intensificara la temperatura de su piel.

            —¿Qué su-

    Yoongi al ver esa imagen, no dejó que Jimin terminara su pregunta y lo acercó para chocar sus labios con mayor intensidad: sus corazones eran dos tambores y sus respiraciones erráticas causaba que sus suspiros calientes chocaran en la boca del otro. No esperaban que esto sería tan satisfactorio y ambos se mentalizaron porque querrían repetir esto más veces de lo que los dedos de sus manos podían contar.

    Cuando se separaron, Jimin apretó su nariz con la de Yoongi y le robó un pequeño beso para alejarse aún con el agarre intacto en los hombros del peli-gris. "Que bonita reconciliación", pensó Park.

    —Eres un gatito.

    —Y este gatito muerde —contestó Yoongi llevando sus dientes a darle un pequeño apretón en la mejilla rellena de Jimin.

    —Sí, un gatito.

[•••]

    —Les dije que viniéramos a este lugar mañana —se quejó Hoseok mirando su alrededor.

    —Nunca es tarde para comer —festejó Chanyeol recibiendo la comida.

    —¿Tanto nos extrañaste mientras estabas con Chandertal? —preguntó Jimin tosiendo y el peli-violeta rodó los ojos.

    —Ni me menciones que me pongo histérico. Tuve que irme, me dije: "aborten misión, aborten misión", realmente me sentía muy incómodo en ese ambiente. ¿Yo con ellos? Nah ah, quiero ser un invisible junto a ustedes.

    —¡Oye! —chilló Hoseok tomando de su bebida.

    —¿¡Qué!? Jimin es el relevante, Hoseok el irrelevante y yo el invisible. ¿Ven? El balance perfecto. ¿Ahora entienden por qué estamos destinados a estar juntos? —explicó Chanyeol llevando a su boca el pedazo de pastel, ensuciando sus labios con crema—. Dios mío, esto es una delicia. No había desayunado y me estaba muriendo de hambre —habló con la boca llena y Hoseok posó su mano al costado de su rostro, fingiendo que no lo conocía y Jimin arrugó su rostro en una mueca de asco.

    —Se nota. —Le dio un sorbo a su licuado.

    —Es que en serio, estábamos en el jodido centro comercial y ellos solo eran… Ellos. —Tembló con vehemencia haciendo reír a los chicos—. En fin, grabé audios y esas cosas, así que se los mandaré porque no recuerdo mucho porque hola, tengo un cerebro de un humano promedio, ¿está bien? Gracias —dramatizó sacando su celular.

    —Por favor, no pudo ser tan malo… ¿Verdad? —contestó Hoseok.

    —Tener que estar sonriendo todo el tiempo me hizo doler los pómulos. Los. Jodidos. Pómulos. —Jimin blanqueó los ojos dándole otro sorbo a su bebida que estaba por la mitad.

    —Ya estoy enviando los audios al grupo. ¿Ustedes lograron conseguir algo?

    El par negó.

    —Para nada —dijeron al unísono y los tres suspiraron con decepción.

    —¿Consiguieron hablar con Taehyung? —Jimin negó posando su mano en su abdomen y arrugó su entrecejo.

    —No —respondió Hoseok—. Tampoco vimos a Jungkook. ¿Changbin no mencionó algo sobre eso?

    —Creo que no. —Jimin dejó a un lado su bebida y apoyó su rostro sobre su mano, mirando a sus amigos hablar—…podría intentar preguntarle acerca del presupuesto.

    —No creo que sepa algo sobre el presupuesto —inquirió Jimin rascando su cuello.

    —¿Por qué? —Tanto Chanyeol como Hoseok ahora voltearon a verlo y el primero frunció el ceño— ¿Por qué te ves tan rojo? —preguntó y Jimin parpadeó varias veces sin entender—. Tienes los labios hinchados y-

    Jimin se tapó la boca vomitando sobre su mano, Hoseok se levantó rápidamente y Chanyeol tomó todos los pañuelos posibles. Jimin no entendía que estaba pasando y de su boca seguía brotando todo lo que comió, sintiéndose asfixiado y la picazón no se iba.

    —¿Qué mierda ingeriste, Jimin? —preguntó Chanyeol acercando los vasos de los tres a su nariz para oler. El rubio se llevó una de sus manos a su garganta y sintió un espasmo, expulsó nuevamente vómito y sus amigos entraron en pánico—. ¡Llama a una puta ambulancia! —le exigió a Hoseok que estaba perplejo. Habían llamado la atención de los demás clientes y los trabajadores que se acercaron a la mesa viendo la escena. Chanyeol masculló por las preguntas estúpidas que le hacían: ¿no era obvio lo que pasaba? No, no estaban para nada bien—. ¿¡La bebida contenía nueces!? ¿¡Los pasteles!? —le preguntó a la mesera que les entregó sus órdenes al momento de verla. Esta entró en pánico y negó—. Maldita sea. ¡Hoseok! ¡La maldita ambulancia!

    —¡En eso estoy!

    Jimin tosía con brusquedad y se agarraba del cuello, tratando de respirar.

    —Mierda —insultó sacándose su campera y envolviendo al rubio con ella.

    —¿Qué haces? —Hoseok estaba nervioso.

    —Llegaré más rápido a pie que la puta ambulancia. —Cargó a Jimin entre sus brazos y se abrió paso entre la multitud— ¡Hoseok! ¡Toma nuestras cosas y llama a la mamá de Jimin! ¡Iré al hospital más cercano!

    Y con eso, Chanyeol comenzó a correr, ganándose protestas cada vez que empujaba a alguien en su camino. Junto a sus pasos, aumentaba la picazón y el ardon en Jimin, quien no podía pensar en ese instante y estaba concentrado en tratar de conseguir oxígeno. Le dolía la garganta, ardía. Es como si le rasguñaran la parte interna de la garganta dejando su carne al rojo vivo y luego le pasaran alcohol. Dolía.

    Dolía mucho.

    Una lágrima se deslizó por su pómulo y nacieron más que empaparon su rojizo rostro.

    —¡No puede respirar! —gritó Chanyeol al entrar al hospital luego de prácticamente perder una de sus zapatillas por el camino. Una camilla se le fue acercada y allí colocaron a Jimin—. ¡Es alérgico a las nueces! —No tenía idea de si eso ayudaría en algo o si lo que le sucedió a Jimin estaba relacionado a eso. Aún así, lo intentó.

    Se sentó en la sala de espera y tanteó los bolsillos de su pantalón, dándose cuenta que no traía el celular encima y lo dejó en el local. Tiró su cabeza hacia atrás y esperó hasta que casi una hora después, los ruidos de unos tacones llenaron el pasillo y apareció la mamá de Jimin con Hoseok tratando de recuperar el aire, sosteniéndose de las rodillas y en su expresión preguntando cómo estaba el rubio. Hyeon corrió hasta Chanyeol para tomarlo de los hombros, su rostro estaba lleno de lágrimas de preocupación y el alto no sabía cómo reaccionar.

    —¿¡Qué le pasó!? ¿¡Está bien!?

    —No sé, el doctor aún no me dijo nada —contestó desviando la mirada y Hyeon caminó de un lado a otro, casi perforando el piso con sus zapatos. Hoseok se acercó a Chanyeol y le apretó el hombro—. No sé qué sucedió.

    —Yo tampoco… ¿Cómo fuimos tan descuidados? —susurró apretando sus manos sobre su pantalón y Chanyeol se sentó, sus piernas flaquearon y miró fijamente la puerta de la habitación.

    —Primero ese auto… Y ahora esto —comentó Chanyeol y Hyeon alcanzó a escucharlos. La mujer se acercó tan rápido que ninguno de los chicos la vio venir, sin tener tiempo a formular una excusa.

    —¿Auto? ¿A qué se refieren? —Chanyeol y Hoseok se dieron cuenta que metieron la pata. Pero, el bienestar de Jimin estaba en juego, así que Jung habló.

    —Hace unos días, un auto casi nos atropella pero Chanyeol nos salvó —soltó y Hyeon tapó su boca, sus orbes temblaron y sintió terror. Dos veces, dos veces su niño estuvo y está en peligro.

    Hoseok interrumpió el momento cuando lo llamaron, era su hermana que estaba preocupada por él. Jung le explicó la situación a Jiwoo y la muchacha entendió, así los regaños cesaron y la llamada terminó.

    —Pueden irse a casa, sus familias deben estar esperando. Yo les avisaré cualquier cosa, ¿si? —Los chicos vacilaron a la hora de aceptar, sobre todo Chanyeol, sin embargo accedieron aún con duda.

    —Está bien. Estaré al pendiente —dijo Hoseok yendo a la salida primero. Chanyeol fue detrás de él pero fue llamado por Hyeon.

    —Gracias. —Chanyeol se quedó confuso ante el repentino agradacimiento— Gracias por haber salvado a mi hijo, en serio gracias. ¿Podrías repetirme tu nombre por favor?
   
    El peli-violeta la miró fijamente con un aura que Hyeon no comprendió, se irguió lentamente con una pregunta silenciosa por el comportamiento serio que adoptó el adolescente. Este dio media vuelta y respondió a su gratitud con una revelación.

    —Soy Park Chanyeol, hijo de Park Jihwan.

    Hyeon quedó atónita.

    —Eres…

    —Aún… —prosiguió caminando hacia la salida, dejando en trance a la muñeca de ojos de cristales.

    »—Aún tiene aliados… Tía.





















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La luna se asomó por las nubes que cubría Seúl, por los pasillos de la mansión se encontraban caminando una pareja que tenían esa mirada difícil de descifrar. Jeon Jeonghee y Jeon Seongji entraron a una sala que poseía una larga mesa rectangular en donde los esperaban sus invitados.

    Y entre las sillas de aquella habitación…

    Se encontraba Kim Taehyung.

    —Bien, comencemos la reunión —declaró Jeonghee cerrando las puertas.

  Y si existían aliados, existían enemigos.

   















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Hola, iba a actualizar ayer pero me quedé hasta la madrugada y al ver que aún me faltaba hacer el resúmen, la corrección y unos cuantos detalles más, me dio muchísimo sueño. Aquí les traigo actualización más rápida de lo que pensé. Lamento la espera y espero que lo hayan disfrutado. 🐥

Y jú, este capítulo tuvo varias revelaciones y la que más esperé era la de Chanyeol. 😔

¿Tienen sus teorías? ¿Sus dudas? Me gustaría leerlas.

También tengo un aviso muy importante. Me habían informado que una página (espejo) tenía mis historias y se puede copiar el texto. Ya les aviso que: no di mi autorización para imprimir mi trabajo o re-subirlo, traducirlo o adaptarlo en ninguna otra plataforma o esta. Si me encuentro con que no respetaron esto, ECL irá directamente a borradores por un buen tiempo. Si ustedes me avisan, tomaré medidas y no llevaré la historia a borradores a menos que sea necesario. Tampoco permito el tráfico de pdf de mis historias y no se lo hagan a otras escritoras por favor.

Por otra parte, la historia ya tiene más de 500k vistas y quería darles un regalo.

¿Qué regalo quieren? (Menos maratón).

Comenten aquí.

(Ejemplos: preguntas a los personajes y a mí, fic nuevo y etcétera).

Ya con eso, gracias por leer.

Nos vemos dentro de un milenio. 🐥

©mysverse

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