❝Chapter 51: 어려움❞

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Tu cuerpo es un peso muerto en el agua a pesar de ser una hoja de otoño❞.

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♔; Luminiscencia: propiedad de un cuerpo de emitir una luz débil, pero visible en la oscuridad”.

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En el anterior capítulo de El come libros...

Jimin se sentía abatido al ser evitado por Yoongi luego de la discusión que tuvieron en el salón de música: agregando que el pálido no era el único que huía de él. A la vez, la madre de los Jeon hizo presencia en el colegio, dejándole un comentario que heló la sangre del rubio.

"—Es bueno verte... Youngmi”.

Taehyung sigue estando más lejos de un interrogatorio y el trío de amigos optan por ir tras Changbin, cuyas respuestas incoherentes despiertan sospechas.

Hoseok revela pistas que podrían ser próximamente los nuevos peones del tablero.

Jimin lentamente va construyendo un perfil de la difunta Jisoo con las piezas que logra encontrar.

”—Jisoo no era alguien que divulgaba su vida fácilmente...”

「Capítulo 51: dificultad

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Capítulo dedicado a: susy1599 🐥

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×

    Un pequeño Jimin corría por la casa con sus pies descalzos y riendo estrepitosamente. Sus piernas eran cortas gracias a su temprana edad de tres años; detrás de él lo seguía un hombre con una sábana amarrada a su cuello, simulando una capa. El niño soltaba risotadas contagiosas cuando fue atrapado y alzado en el aire por los brazos del adulto de cabello negro y ojos de la más pura miel. Este repartió besos por todo el rostro pequeño del infante que gritaba al ser derrotado.

    —¡El monstruo ganó la batalla! ¡Ahora el pequeño guerrero rosado deberá sufrir el castigo! —vociferó y Jimin llevó con dramatismo sus manos a sus mejillas rosadas.

    —¡Nuuuuuu! —contestó con "miedo" y prontamente recibiendo cosquillas y besos en sus abultados mofletes.

    —¿¡Cómo este niño puede ser tan tierno eh!? Eres el niño más bonito, dime, ¿quién es el niño más bonito del universo?

    —¡Yo!

    —¡Exacto! —Lo abrazó haciéndole mimos en el cabello esponjoso de Jimin. Se detuvo cuando fue suficiente y bajó al niño al suelo; flexionó sus piernas a la altura del crío para darle un último fuerte beso en la frente para luego guiñarle un ojo de aire divertido— El caballero ha peleado bien. Ahora, debo ayudar a la reina en la cocina, ¿si, bebé? —El pequeño asintió con un dedo en la boca y con sus grandes ojos siguiendo los pasos del adulto que se adentró a la casa luego de haberlo perseguido hasta el jardín pintado de radiantes y vivos colores. Jimin se sentó en la tierra y miró una dulce mariposa pasearse por el aire, así arrebatándole una gigantesca sonrisa ingenua al niño.

    Fueron alrededor de unos veinte minutos después cuando estaba jugando en el exterior que entró a la casa, dejando un rastro de tierra detrás de él, en su rostro y parte de su jardinero. Se dirigió a la cocina donde vio a dos jóvenes en silencio haciéndose cargo de la comida. El infante ladeó la cabeza y soltó unos balbuceos para llamar la atención de ellos, ya que no habían notado su entrada. El primero en voltearse fue el pelinegro que se notó sorprendido por lo sucio que estaba el menor y seguido de él, la mujer al verlo, deformó su rostro en una de enojo, cansancio y… Jimin no entendía por qué de pronto ella caminó con esa postura que era una mala señal para él. Cerró los ojos cuando la mano de la adulta estuvo a punto de aterrizar sobre su rostro, sin embargo, fue tomado rápidamente entre los brazos del hombre, no permitiendo que el golpe llegue a rozarlo.

    —¿Qué crees que haces? ¡Estaba jugando! Es un niño, no puedes desquitarte y perder la paciencia de esa forma —regañó. Jimin lo miró sin entender de qué hablaban, simplemente abrazando el pecho del mayor para tomar una siesta siendo totalmente ajeno al problema.

    —Pero-

    —Lo sé —suspiró—. Por favor, tratemos de aprender juntos… ¿Si, cariño?

[•••]

    —¡¿Por qué no lo dijiste antes, pedazo de idiota?! —gritó Chanyeol tomando a Hoseok de los hombros y moviendolo bruscamente. Jimin se veía desconcertado por la información que guardaba su amigo: ¡era algo importante!

    —¡Se me había olvidado! Además, tampoco preguntaron —respondió ahora siendo él el indignado. El más alto lo señaló y miró al rubio con una expresión de: "¿puedes creerlo? Este idiota…"

    —¡Bueno, ya! Déjalo. Mañana veremos cómo podemos usar eso y tú —comentó y fulminó a Hoseok con la mirada—, si tienes más cosas por decir, es momento de que lo sueltes. —Jung se escondió detrás del cuerpo de Chanyeol para evitar la expresión acusatoria en ese dulce rostro pecaminoso— De todas formas, ¿hay algo más?

    Hoseok llevó una mano a su barbilla tratando de recordar, y lo hizo.

    —El otro día estuve leyendo en internet la información que hay disponible para el público y… ¿Notaron que no abrieron los clubes tampoco este año? Se estuvieron llevando reuniones en el centro estudiantil para abordar el tema —El par asintió— Pues… Lo que leí en Internet es que se encontró una estatuilla de porcelana en la escena del crímen… Ahora, Jimin, haz lo tuyo.

    El rubio sonrió de lado y negó.

    —Leí sobre eso también —se refirió a la información—. ¿De dónde habrá aparecido esa estatuilla y por qué tomaron la abrupta decisión de cerrar la mayoría de los clubes? Eso me hace pensar… Pudieron conseguir la estatuilla del taller de arte sin embargo, las fechas no coiciden —aseguró y rápidamente sus amigos se vieron sorprendidos—. La fecha del asesinato sucedió antes de que los talleres estén disponibles, es decir, se abran oficialmente. Entonces, la sala que usa el club de arte tuvo que estar cerrada. Aunque, dejándome llevar por lo que he oído y visto, el lugar es limpiado por los encargados para recibir a los nuevos miembros; por lo tanto, los únicos que tienen una llave serían los encargados y seguramente la escuela —explicó y levantó su vista con sus dedos debajo de su mandíbula. Se asustó cuando Hoseok lo tomó de las mejillas y le plantó un beso en la cabeza.

    —Joder, eres brillante. Me llenas de orgullo, muchacho —lloriqueó y Chanyeol se preguntó por qué a él no le decían eso.

    —Oye, ¡yo también!

    —Tú quítate —contraatacó Hobi, rápidamente comenzando una discusión que llevó a un forcejeo. Jimin los observó con sus ojos casi cerrados y cuando se estaban tomando más tiempo de lo normal, fue cuando intervino dándole un golpe en la nuca a los chicos que chillaron y se calmaron de inmediato.

    —Lo sentimos~ —dijeron al unísono sacándole un bufido al más pequeño.

    —Como decía —continuó—. Hobi, me dijiste que Seokjin fue el último encargado. Es decir, él tenía la llave en ese entonces, ¿me equivoco? —El nombrado negó— Tenemos un motivo para sospechar entonces. También recuerdo que me habías mencionado que Jisoo asistía al club de arte. De alguna forma u otra, tuvo que haber tenido una interacción con Seokjin. ¿Alguna vez hablaste con él sobre ella? —Otra negación— Está bien. Por otro lado, tenemos a Changbin que estaba en el ‹ala A› en el momento de los hechos por asuntos de su "club" y quiero creer que los tres estamos de acuerdo de que, si tienen una charla de esa índole, debería ser en su área: el gimnasio y en un horario que no sea en mitad de las clases a menos que sea urgente. Si por alguna razón, Changbin sí asistió a una reunión para hablar del club, ¿con quién se reunió? ¿Qué fue tan urgente para ser llamado a mitad de la clase y encima, sin justificación? Es que, por donde lo mires, hay muchísimos huecos en todas partes.

    —Tienes razón… ¿Quiénes nos falta por investigar? —pregunta Chanyeol tratando de recordar nombres y rostros.

    —Creo que Taehyung, Kai, el chico de los libros y yo sugiero que agreguemos a Jeon mayor —comentó Hobi alzando los hombros. Jimin asintió porque era lógico; si estuviera involucrado uno de los Jeon, es seguro que el otro sepa algo, por más mínimo que sea.

    —Será difícil hablar con Taehyung por ahora. Eh… A mi hyung dejémoslo de lado por el momento, luego veré qué hacer —respondió desviando la vista cuando sus amigos lo miraron con incriminación. No podían culparlo, tenía que prepararse mentalmente para lo que sea y necesitaba tiempo—. Por otro lado, ese tal Kai, también creo que será difícil con él. Todas las ocasiones que nos topamos por accidente, huyó de mí y no de una manera muy normal que digamos.

    Chanyeol y Hoseok se miraron.

    —Hablando de él… —dijeron al mismo tiempo con temor. Es algo importante y a ellos recién se les ocurría declararlo—. Nunca lo escuchamos hablar —mencionaron.

    Jimin alzó una ceja con obviedad.

    —Es normal, ¿no? No son cercanos a él.

    —No, no entiendes —negó Chanyeol—. Hubo rumores que nacieron por parte de su propia clase y es que, de repente un día, dejó de hablar. Por lo que oí, no le dirige la palabra ni siquiera a sus profesores.

    —Ahora que lo pienso, podría ser solo rebeldía —teorizó Hobi con simpleza.

    Jimin no lo creyó tan simple.

    —Tengo que saber a partir de qué momento dejó de hablar o con qué frecuencia hablaba antes —afirmó el rubio ganándose una gran sonrisa por parte de Hoseok. Supo que tenía algo en mente.

    —¡Déjamelo a mí! Ser un chismoso is my passion —aseguró con orgullo y Jimin junto a Chanyeol lo cuestionaron con los ojos—. Déjenme, ustedes tampoco son muy normales que digamos y- ¡eso dolió, imbécil!

    —¡No me digas anormal, gorila!

    La discusión otra vez duró poco: Jimin les dio un golpe en la nuca a ambos para que se dejen de bobadas. Las víctimas se quedaron quietos como dos niños acabados de ser regañados por su mamá.

    —Como decía —carraspeó con fuerza—. Tenemos a varios sospechosos teniendo razones para dudar. Ahora debemos despejar esas dudas con pruebas y- Chanyeol, deja de empujar a Hoseok por el amor de Dios y pon atención —regañó con ambas manos en su cintura. El peli-violeta soltó un: "sí~".

    —Por cierto, Jimin —interrumpió Hoseok levantando una mano, como si estuvieran en una clase—. ¿Y si no es uno solo?

    —No entiendo, ¿a qué te refieres?

    —¿Y si hay más de una persona involucrada?

    —También sospechaba eso, vi a dos personas cuando entraron a mi casa: uno adentro y otro afuera. Así que no deberíamos descartar la posibilidad de-

    —¿¡Entraron a tu casa!? —gritaron al mismo tiempo Yeol y Hobi.

    —Ha pasado varias veces pero nunca me han hecho daño, solo asustarme. Como sea, ¿ustedes creen que-

    —¿¡Varias veces!? ¡Jimin! No sabemos con quién lidiamos o cuándo puedan hacerte algo, ¿por qué no llamaste a la puta policía? —voceó Chanyeol con una obvia preocupación en su expresión: sus cejas estaban levantadas con asombro, ligeramente fruncidas y su boca abierta.

    —Sí llamé pero- ahh, hablemos de esto otro día. Me estresaré —suplicó Jimin. La verdadera razón para evitar eso, era que temía involucrarlos más de la cuenta y terminen en una posición de peligro. Quería mantenerlos a salvo de la bestia que lo acechaba. No podría lidiar con su conciencia si algo llegaba pasarles.

    —Somos un equipo, Jimin… —afirmó Hoseok pero su voz de declinó al vacilo. ¿Eran un equipo? Había muchos secretos para ser un equipo. Sobre todo de aquel rubio que en su silencio, guardaba muchas palabras.

    Chanyeol entrecerró sus ojos al mirar a Jimin, este se sintió presionado y desvió su vista. ¡Claro que sentía culpa! En el poco tiempo en su estadía en Seúl, aquel par de tontos se volvieron en sus amigos más confiables y no quería perderlos. Quería mantenerlos lejos del peligro que sabía que estaba cerca de él, tan sigiloso y haciendo astutamente sus jugadas desde las sombras. Involucrarlos en lo que sea que esté metido, sería condenarlos. Sabía que entró a un terreno más riesgoso de lo que pensó. Había subido de nivel y por lo tanto, la dificultad aumentó.

    El peli-violeta suspiró al notar que Jimin no cedería a contarles lo que estaba sucediendo.

    —Entonces, si sucede algo, avisa a la policía y nos llamas a nosotros también. Iremos corriendo, ¿me escuchas, maldito Pitufo? —Jimin ignoró totalmente lo que dijo y se centró en lo último, fue detenido por la espalda por Hoseok para que no se tire contra Chanyeol como tal gato con las garras afueras. El alto presumió que no podía alcanzarlo y le levantó el dedo pulgar a Jung por su colaboración. Este rodó los ojos porque ese tonto estaba pasándose de listo, como venganza, soltó al de menor altura.

    »—¡Traidor! —gritó tal guerrero en una batalla al recibir las mordeduras en su brazo por parte del rubio—. ¿Y tú? ¿No puedo decir malas palabras pero tú puedes morderme? Ya sé que soy jugoso y delicioso. No eres tú, soy yo, no eres mi tipo- ¡Suelta! ¡Me lavé el cabello ayer! ¡Duele!

    —¡Mi altura es normal! ¡Tú eres el gigante!

    —Chicos, acuérdense que seguimos en público y esa señora tiene cara de que llamará a la po-

    —¡No te metas!

    —¡Esto es la guerra, maldito ena- ¡que duele, imbécil!

    Y ahí estaban. Un chico de complexión pequeña con las piernas enredadas a los costados del cuerpo del alto del grupo y dándole golpes en la cabeza, a la vez gritando: "¡estoy comprobando si hay un cerebro en esa cabeza hueca!". Por otro lado, Chanyeol intentaba cubrirse la zona con sus manos, lloriqueando por tanto salvajismo. Por último, apartado del par, Hoseok estaba en el suelo abrazando sus piernas mientras mantenía un puchero y dibujaba en la tierra con una ramita que encontró.

    Alrededor de unos diez minutos después, el trío escapó del parque cuando una señora con un bastón les reclamó silencio o espantarían a sus palomas y comenzó a amenazarlos con su bastón.

    —Nos vemos mañana —dijo Chanyeol cuando Hoseok y Jimin tenían que cruzar la calle para seguir con su camino.

    —Nos vamos —respondieron.

    El semáforo en verde para los peatones, en rojo para los autos.

    Y un mal presentimiento.

    Eso bastó para que Chanyeol se detuviera y se diera la vuelta para mirar a sus amigos continuar su sendero, siendo los únicos que estaban cruzando y estando en medio de la calle cuando el peli-violeta lo vio. Todo se redujo a segundos donde todo dependía de sus piernas y su fuerza. El mundo se hizo lento y se enfocó en ellos tres, Jimin y Hoseok conversaban despreocupados. Chanyeol dejaba caer su mochila y abría la boca para gritar. No había tiempo. No quedaba tiempo.

    ¿Quién llegaría más rápido?

    ¿El camión que ignoraba la señal roja…

    …O él?

    Hoseok fue el primero en voltear confundido ante los gritos de desespero de Chanyeol, viendo como corría hacia ellos con una expresión aterrada y con las lágrimas a punto de resbalarse. Jimin fue quien vio el auto, agarrando a su amigo del brazo y no había tiempo para reaccionar ante tanta rapidez que contradecía lo lento que pasaba todo delante de sus ojos.

    Un paso.

    Un paso decisivo.

    Chanyeol los tacleó con toda la fuerza que tenía, con toda la que podía reunir.

    Los tres cayeron sobre el cordón y el auto pasó de largo con una fiereza que los dejó sin aliento. Jimin intentó mirar la patente rápidamente y notó que esta era inexistente. Eso inmediatamente levantó dudas sobre si eso realmente fue una coincidencia y paseó su vista alrededor antes de fijarse en sus amigos. Notando que el peli-violeta parecía en trance y ni hablar de Hoseok.

    —¡Dios mío! ¿¡Están bien!? ¡¿Se lastimaron?! —Chanyeol les preguntó con el cuerpo sobre ellos después de reaccionar. El rubio no respondió, estaba demasiado estupefacto y Hoseok simplemente no entendía lo que acababa de pasar: estaba hablando con Jimin tranquilamente hasta que Chanyeol apareció y los arrojó al suelo.

    —Estamos bien, ¿tú estás bien? —preguntó Park tratando de ver si en su alrededor había alguien actuando raro y recién dándose cuenta de la gente que se acercaba para saber qué fue lo que sucedió o si necesitaban ayuda.

    ¿Qué hubiera pasado si Chanyeol no hubiera reaccionado?

    La situación era extraña.

    Y se preocupó de que no reaccionó a tiempo y sin la presencia del alto, probablemente ellos ahora estuvieran en un estado muy grave o directamente… muertos. Ahora entendía de que debería estar alerta todo el tiempo... No importaba si estuviera acompañado o no. El peligro siempre estaba presente y los accidentes no existían ahora.

    No para él.

    Chanyeol los ayudó a levantarse y un desconocido les entregó al grupo la mochila que el nombrado dejó caer en su momento de reaccionar rápido. Luego de que las personas se esfumaran, los chicos obtuvieron un respiro y por fin consiguiendo seguir con su camino. Ahora el trío no se separó y el más alto parecía el más paranoico, abrazando por los hombros a ambos chicos y afirmando que los acompañaría a casa y no se iría hasta que los viera entrar. Jimin no respondió, estando lo suficiente concentrado en analizar las cosas y el foco central era: el auto no tenía patente. ¿Sería un auto robado? ¿Por qué iba a esa velocidad si no era una persecución? También captó el detalle de las ventanas polarizadas…

    —Chicos. —Jimin dejó de caminar. Chanyeol miró a todas partes para saber en dónde estaban de pie: estaban lejos del cordón y a mitad de cuadra. Sí, era seguro…

    —¿Qué sucede? —preguntó Hoseok al instante y sin respirar. Seguía en shock por lo que sucedió, más cuando cayó en cuenta que probablemente pudo morir y, en un instante, toda su vida se pudo haber esfumado, lo dejó aterrado la idea.

    —Channie, acompaña a Hobi a casa. Recordé que me encontraría con mi mamá en una cafetería y ya se me está haciendo súper tarde —informó sacando su celular y mirando la hora. El brazo del alto abandonó sus hombros y con un poco de duda aceptó. Hoseok por su parte, no mencionó nada—. Gracias por lo de hoy, supongo que te debo la vida —bromeó y fue golpeado en el brazo, a lo que respondió con un quejido.

    —No digas eso, tonto. No me debes nada —suspiró Chanyeol, extrañamente serio. Jimin lo entendía, no era momento para bromas. Casi morían por haber bajado la guardia. Nunca esperó que algo así pasaría, ahora debía dejar de pensar en limitaciones. Las personas que lo querían derrotado, definitivamente no tenían límites.

    —Ve con cuidado, mira ambos lados de la calle antes de cruzar, ¿si? —dijo Hoseok preocupado con el brazo de Chanyeol en sus hombros. Jimin asintió repetidas veces ante los pedidos de este—. Mira por donde caminas al regresar.

    —No hables con extraños y si te ofrecen dulces o ver cachorritos, corre hacia la otra dirección —añadió Chanyeol.

    —No olvides llamar a la policía ante cualquier emergencia. —Y a ese punto, el rubio asentía a la vez que rodaba los ojos.

    —Dile que deje de rodar los ojos —le exigió Yeol a Hoseok.

    —Jimin, deja de-

    —Ya entendí, ya entendí. Ya me voy, ustedes también tengan cuidado al volver —finalizó apresurando su caminata lo más que pudo. Cuando estuvo lo suficiente lejos, sacó su celular para mirar la hora. Su madre debía estar en camino al trabajo ahora mismo y la casa estaría sola. Se puso a pensar en la mentira que les dijo a los chicos, nadie lo está esperando en ninguna cafetería pero ahora se le antojaba tomar algo dulce luego de los acontecimientos. Estuvo cara a cara con la muerte y repasó las cosas y personas que hubiera dejado atrás: su madre estaría destrozada si algo le sucediese, aunque, si existiera un más allá, había una posibilidad de ver a su padre de nuevo. ¿Él estaría feliz de verlo? Al menos no llegaría tarde a su reunión y le haría compañia en donde sea que estuviera. También extrañaría sus jugos de fruta o tendría una incomodidad eterna al no poder resolver el caso de Jisoo o qué había bajo tanto misterio detrás de las personas que asistían Seungli… Y se detuvo en Min Yoongi. ¿Él lo extrañaría? Porque él sí. En su forma fantasmal o lo que sea, lo apreciaría como si estuviera con vida y aunque no lo escuche, le diría que es un gatito y…

    Y…

    Que no deseó dejarlo atrás.

    —¿En qué cosas piensas? —Se regañó a sí mismo—. No pienses en lo que hubiese pasado.

    Siguiò caminando hasta llegar a la cafetería donde fue recibido por la misma mujer de la otra ocasión, Hyeonwoo.

    —Oh, eres tú —comentó sorprendida—. Bienvenido, ¿mesa para uno? —Sonrió carismática.

    —Hola y sí, mesa para uno por favor. —La adulta le ofreció una mesa que no estaba cerca del ventanal –lo cual agradeció infinitamente– y pidió su órden que consistía en un Caramelo Macchiato. Hyeonwoo luego de anotar su pedido, le dijo que pronto volvería y que disfrutara de su estancia. Se quedó en un puesto a un lado de las pinturas decorativas que tenía el lugar hogareño, los cuales eran paisajes y entre ellas estaba “La noche estrellada” de Van Gogh. Las curvas de la pintura fue enigmática, atravesando y mezclándose con el celeste de sus ojos: reflejando en sus orbes el cielo nocturno con sus luceros flotantes. La atracción fue instantánea y trazó cada detalle para darse cuenta que sintió una melancolía indudable, como si estuviera del lado seco de la ventana en un día lluvioso, viendo cómo las gotas danzaban sobre el vidrio hasta encontrarse y convertirse en uno. El nombre "Min Yoongi" resonó en su mente y se cuestionó si ellos eran dos gotas destinadas a encontrarse al final del camino o seguir una danza diferente.

    "¿Fue fácil para ti sacarme de su vida?", pensó al recordar la forma en la que el mayor escapó de él en su intento de acercarse nuevamente. ¿Lo presionó demasiado?

    "Para mí es difícil dejar de pensar en ti", dolió. Su pecho se presionó y el celeste de su plena mirada se encerró en un estrecho cuarto oscuro para degradarse a las sombras. La tristeza era palpable al pensar en la posibilidad de haber muerto al ser atropellado y no haber resuelto nada, siendo una vida más, una cifra más entre tantas. Sería solo un porcentaje y no un nombre. Pensar en ello lo enojó. Pensar en que las cosas hubieran terminado allí lo enfureció. Pensar en la forma tan baja que tenían planeado acabar con él. Pensar en que hubiera dejado a su madre sola cuando prometió cuidarla. Pensar en dejar las cosas sin resolver con Yoongi. Pensar en haber averiguado tantas cosas del caso de Jisoo y tener consciencia de que Seungli era un lugar que guardaba muchas cosas hizo que su corazón palpitara con furor.

    Y se decidió. No dejaría que unas personas que movían las piezas desde la oscuridad, detrás de una máscara y sin mostrar el rostro, acaben con él. No se daría por vencido.

    No pararía hasta sacar a la luz la identidad de ellos y demostrar que tenían las manos manchadas.

    —Aquí tienes tu órden —llamó Hyeonwoo y Jimin desvió su mirada del cuadro para mostrar una sonrisa—. ¿Te gusta el cuadro? Es muy bonito —comentó también dándole un extenso vistazo a la expresión artística. El menor estuvo de acuerdo—. ¿Vienes de la escuela?

    —Sí. Muchos exámenes y necesito algo de energía para estudiar —mintió a medias. Tenía exámenes aproximándose pero no eran la verdadera amenaza a su cordura.

    —Oh, ¿son muy duros los profesores?

    —No, no. Es solo que soy muy comprometido —rio y Hyeonwoo fue contagiada por esa sonrisa acompañada con dos medialunas.

    —Aww, me gustaría tener un hermanito como tú —comentó y Jimin ladeó la cabeza—. Oh, es que mi hermano menor tiene la capacidad para ser mejor pero no está interesado. Por eso obtiene notas a medias —bufó.

    —¿Cómo es eso? —Jimin preguntó curioso y divertido.

    —Tiene otras cosas metidas en la cabeza y eso me metió en este lío. Ahora estoy aquí, en una gran ciudad como Seúl buscándolo —suspiró y el semblante del rubio mostró un pequeño deje de preocupación—. Es que vine a buscarlo porque temo que esté con mi padre, ni siquiera sé si tiene su medicina —negó frotando su frente y soltando aire.

    —¿Medicina? ¿Tu hermano está enfermo?

    Hyeonwoo se vio sorprendida luego de darse cuenta que había hablado mucho. Ya soltó la información, así que le dio igual y se curvó un poco para estar ligeramente más cerca de Jimin. Solo un poco para no asustarlo y que no reciba un regaño de sus superiores al estar molestando a los clientes. Ella insistía en que conocía a personas simpáticas y al menos quería intercambiar un par de palabras que se convertía en una amena conversación.

    —Mi hermano no está enfermo de ese lado, tú entiendes —le susurró—. Está enfermo de aquí…

    Apuntó su cerebro.

[•••]

    —Abrir la biblioteca es riesgoso para la seguridad de los estudiantes —comentó Jihyun manteniendo su temible postura, la misma que portaban los miembros principales de la familia Jeon—. Es una estructura cerrada, con puntos ciegos y es mejor que se quede cerrada con la única accesibilidad a los profesores —finalizó y Seokjin luego de escuchar la discusión entre los delegados pensó que todos allí eran imbéciles. Jackson estaba a su lado, nervioso por la tensión en el aire.

    —¿Así es una reunión del Centro Estudiantil? —le susurró a Seokjin y este asintió—. Gracias por ayudarme —agradeció.

    —No agradezcas —le respondió y antes de seguir hablando, la discusión continuó.

    —¿Por qué no se encuentra la persona que sugirió la idea de re-abrir la biblioteca? —preguntó un delegado de primer año con un notable fastidio que desapareció cuando el Jeon mayor dirigió su gélida mirada hacia él.

    —El que sugirió la propuesta fue mi hermano, Jeon Jungkook y vicepresidente del Centro Estudiantil. Quien, por temas médicos y familiares se ausentó a clases el día de hoy. ¿Más preguntas al respecto o se cierra la discusión al respecto sobre la propuesta? —Su tono fue fuerte, era la voz de alguien que sabía que tenía el control y el poder, la punta de la pirámide. Jihyun frunció su ceño al ver a Seokjin de pie.

    —¿Por qué privar a los estudiantes de los espacios que aportan a sus estudios y a su crecimiento como estudiantes por errores que comete el colegio? El colegio debe tomar medidas para reforzar la seguridad. Si seguimos con este miedo constante, recortarán más espacios hasta reducirlo a nada —su respuesta fue feroz y cruda como su mirada. Todos quedaron en silencio al ver como el par se enfrentaba dejando una tensión difícil de cortar. Sin más, un tercero intervino. Jackson había tomado todo el aire que podía para tomar coraje y soltar las palabras que tanto tenía guardadas y deseaba liberar.

    —Solo un cuarto de los clubes sigue vigente mientras que los demás fueron cerrados por Seungli para tomar prevención y los estudiantes quedaron en silencio. Se cerró la biblioteca como medida de seguridad a una amenaza sin buscar otra solución más que la fácil. Actualmente más del 90% de los clubes que había disponibles fueron abandonados y desde la fecha de sus cierres y las fechas de aperturas, hubo pedidos de re-apertura o propuestas de renovar los salones en desuso del ‹Ala A›. Los estudiantes están estresados, los clubes servían para descansar del estudio y la biblioteca para tener fácil accesibilidad a los libros y ser un ambiente calmado y silencioso. Lo que ocurrió en el sótano del lugar fue una tragedia y ahora se pueden tomar las decisiones para evitar esos eventos. ¿Y el presupuesto? Han dicho que no había presupuesto para mantener los clubes y por eso los fueron eliminando… ¿Y el dinero dónde está? ¿En qué lo invirtieron? —Jackson luego de hablar, se sentó rápidamente en su asiento con el rostro rojo y los labios apretados por lo avergonzado que estaba. "Lo hice, no puedo creer que lo hice", pensaba mientras le temblaban las piernas.

    Jihyun los observó con esa dura expresión típica de su familia y entonces desistió.

    —Se hará una segunda convocatoria para discutir sobre la propuesta de re-abrir la biblioteca. La reunión termina por hoy. Pueden irse. —Todos se pusieron de pie e hicieron una reverencia. Todos menos Seokjin que se quedó de pie con la mandíbula firme y la mirada filosa, sin doblegarse a alguien con el apellido Jeon— ¿Tienes algo que decir? —preguntó.

    Kim ladeó una pequeña sonrisa.

    —Nada, solo espero que reconsideres la propuesta de su hermano. Nos vemos. —Hizo una reverencia corta que ocultaba una altivez que a Jihyun le hizo fruncir la nariz con molestia. Recién notó al chico que intentaba seguir a Seokjin sigilosamente y sin querer ser percibido.

    —¿Quién eres? Nunca te vi en las anteriores reuniones. —Arrugó su entrecejo y Jackson se tensó en su lugar y se dio vuelta lentamente.

    —¿Quién? ¿Yo? —Jihyun intentó no rodar los ojos y asintió— Soy Jackson Wang, recientemente fui ascendido a delegado de mi clase.

    Se sintió intimidado por la fría emoción que destilaban los ojos de Jeon, quien luego levantó la mano como signo de que podía retirarse y se fue tan rápido como pudo.

    Jihyun se sentó en la silla cuando el salón quedó vacío y la puerta estuvo cerrada, se permitió masajear su cuello y tirar su cabeza hacia atrás. Su nuez de Adán se acentuó y sus piernas quedaron ligeramente abiertas; estaba intentando relajarse y no pensar en lo que sucedió la noche anterior. Su corbata quedó desajustada porque sentía que se asfixiaba con ella y tomó varias caladas de aire. Las fosas nasales se dilataron levemente y sus facciones se endurecieron cuando regresaron recuerdos que no quería ver, cerró sus ojos con fuerza e buscó pensar en otra cosa.

    —Hola. —Abrió instantáneamente sus párpados y se sentó correctamente para enfrentar a la persona que estaba delante de él con una sonrisa inocente que coexistía con segundas intenciones. La desconfianza se instaló en su pecho al momento de retomar su actitud usual: la actitud de un Jeon.

    —No puedes entrar aquí sin tocar la puerta —informó sin perder el toque de autoridad. "No lo escuché entrar", ¿cómo hizo para ser tan silencioso? Le dio una rápida ojeada a la puerta, estaba solo con aquel rubio que a veces estaba con su mellizo. Aún seguía pensando en todas las opciones que tendría aquel muchacho para acercarse a Jungkook, ¿con qué motivos lo hacía? ¿Cuál era su objetivo? ¿A qué quería sacarle provecho y por qué necesitaba a Jungkook? Mientras que no sea nada que pondría en peligro a la familia, no era de su interés.

    —Toqué, al parecer estaba absorto en sus pensamientos —contestó amablemente y él no era idiota, jamás caería en ese gesto tan falso.

    —¿Qué quieres de mí? Dímelo para no tomar más de mi tiempo —sentenció.

    Por su lado, Jimin aproximó una silla para tener una charla más cómoda, estaba seguro que Jihyun entendería que esto no sería una visita corta y que no podría cumplir su deseo de hacer todo más rápido. Jeon mayor intentó no mostrar signos de emociones en su rostro de piedra, al contrario de su hermano.

    —Eres el Presidente del Centro Estudiantil. Al acceder a ese puesto, los estudiantes pueden acudir a ti para consultar sus dudas o asuntos de índole académico o sobre la escuela en sí. ¿Estoy equivocado? —Jihyun formó grietas en el espacio entre sus cejas, mas, lo supo esconder. Jimin sabía que esto no sería nada fácil.

    —No, no estás equivocado. ¿En qué puedo ayudarte? —El rubio se sorprendió internamente cuando en su voz no mostraba nada más que un hilo monótono. Afiló los ojos. Este chico era una hormiga a un lado de sus padres que eran por lejos, unos monstruos.

    —Como sabes, soy nuevo. Entré este año y he escuchado hablar sobre el caso de una estudiante llamada Jisoo. ¿Podrías explicarme? Me gustaría escucharlo del estudiante de más confianza, nuestro Presidente —reveló sin escrúpulos. No hacía falta andar con vueltas cuando seguramente Jeon ya sabría el motivo de su visita. No era alguien idiota, era muy permisivo.

    —No hay mucho que decir al respecto —respondió sin inmutarse o mostrar algo que le dé pistas—. En el 2012 hubo un incidente que implicó a la estudiante de tercer año, Jisoo. Lamentablemente perdió la vida en el sótano de la biblioteca y el caso ya se cerró. ¿Tienes otras dudas?

    —Sí, ¿podría responderlas? —Jimin pidió y Jihyun asintió inclinando su torso y entrelazando sus dedos sobre la mesa. Su postura no mostraba brechas, aunque eso no significaba que no existieran puntos débiles. Se miraron fijamente, ninguno mostrando vacilo o algún tipo de inseguridad. Por un lado, la futura cabeza de los Jeon y del otro, el hijo único de los Park— He escuchado que hay varias sospechas acerca de los acontecimientos, por ejemplo que hubo estudiantes fuera de clases ese día.

    Jihyun apretó sus manos levemente que al instante volvieron a su estado normal antes de ser percibido.

    Jimin lo notó.

    —En Seungli recorren varios rumores y ninguno es 100% verídico. Hay sospechas acerca de los hechos pero ninguno confirmado. Los estudiantes que no estaban en clase solo tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivocado en la hora equivocada. Fue nada más que mala suerte —explicó con calma y Jimin ladeó la cabeza.

    —También escuché que uno de esos estudiantes fue su hermano, Jeon Jungkook —soltó esperando una reacción que recibió. El mayor endureció su rostro y su mirada se oscureció.

    —Escucha. ¿Sabes que podrías meterte en problemas por esto? —susurró con la frialdad del hielo.

    —¿Por qué tu hermano faltó hoy? —Ni siquiera le prestó atención a la amenaza de Jihyun.

    —Está enfermo. Los detalles no son de tu importancia.

    —Por supuesto. —Jimin sonrió— He escuchado varias cosas en los pasillos, ¿podría aclararlos por favor? —continuó a pesar de no recibir una respuesta—. Por lo que oí, su hermano no estuvo en clases. ¿Sabes el motivo? Al tener un puesto importante en el colegio, pudo haberse desligado totalmente de los hechos, ¿por qué no lo hizo? —El Jeon mayor levantó la mandíbula observando con superioridad a Park, intentando intimidarlo cosa que fue en vano, ya que el rubio ni se inmutó. Entonces este se levantó de su asiento para acercar su rostro al costado de la cabeza del bajo, para susurrarle al oído:

    —Primer aviso, rubiecito: llegas a involucrar a mi hermano en lo que sea que estés pensando… Y te destrozaré con mis propias manos…

    Jimin sonrió y volteó su rostro para ahora él murmurar su respuesta:

    —¿Me está amenazando, Presidente?

    Jihyun ahora enfrentó sus rostros.

    —Tómalo como quieras, rubiecito.

    Jimin se levantó de su asiento junto a su mochila y su gran buzo color azul pastel. Caminó hasta la salida donde dio la vuelta para ver a Jihyun que se había sentado sin dejar de mirarlo.

    —Fue una buena charla.

    Cerró la puerta y al salir, Chanyeol y Hoseok esperaban a los lados de esta. No fue hasta que estuvieron lejos, cuando Jimin sacó su celular que estaba debajo de su ropa y apagó la grabadora.

    —¿Dijo algo interesante? —preguntó Chanyeol mirando con curiosidad.

    —No mucho realmente. Ahora sé ante qué muestra su verdadera naturaleza —suspiró guardando su celular en su mochila—. ¿Encontraron a Minse-

    —¡Hola! —saludó Minseok corriendo hacia ellos. Jimin levantó su mano, Hoseok sonrió y Chanyeol blanqueó los ojos—. Estaba saliendo de mi clase de matemáticas, la verdad que no entiendo nada de números, y me mencionan que unos chicos me andaban buscando. Al principio pensé que podrían ser los dueños de la licuadora que me gané de un sorteo de Instagram pero pensé: ¿por qué estarían en la escuela? Hasta que me dijeron que uno de ellos era un gigante de cabellos violeta ¡y recordé de mi amigo Chanyeol!

    —No soy tu amigo.

    —…y dije: ¿por qué me estarían buscando? ¿Para tomar un café? Porque muero por un café. Algún día tenemos que ir a un café. Conozco una cafetería donde hay deliciosos pasteles donde me pueden acompañar. Ay, recuerdo los pasteles que hacía mi abuelita cuando tenía cinco y-

    —Minseok —interrumpió Jimin riendo divertido. Hoseok por su lado, sostenía a Chanyeol del brazo quien quería irse—. Quería hacerte unas preguntas, ¿puedo?

    —Oh, claro, claro —aceptó con una sonrisa que se hizo pequeña cuando vio a Hoseok tímidamente. Cuando se dio la vuelta para caminar a la par de Jimin, Chanyeol sacó la lengua con asco y recibió un regaño por parte de Jung. "No seas tan infantil", le dijo. Caminaron hasta una sala vacía y se sentaron; Minseok había sacado unos snacks que ninguno vio de dónde lo sacó.

    —Umh… ¿Sabes algo sobre si… planean poner cámaras de seguridad en Seungli?

    El contrario ladeó la cabeza.

    —Según oí, no —contestó y había honestidad en sus ojos, pero también inseguridad. Hoseok intervino.

    —¿Por qué?

    —Creo que era algo del presupuesto. —Chanyeol entrecerró sus ojos ante la respuesta.

    —¿No hay dinero para cuidar a los estudiantes?

    —No sé, los Jeon son la familia que más contribuyen con el dinero… —murmuró agobiado. Se veía incómodo hablando del tema y los tres notaron lo mismo: este miraba discretamente la puerta y su alrededor, paranoico… ¿De qué?

    —¿Los Jeon? Corrígeme si me equívoco —dijo Jimin—. Seungli tiene lazos con los Jeon, ¿no es así? Deben tener buena relación con la rectora.

    Minseok asintió lentamente.

    —Umh, ¿algo más?

    Jimin negó y Minseok se levantó dando una reverencia.

    »—Bien, me iré. Tengan un buen día —se despidió dejando al trío solo.

    Chanyeol fue el primero en hablar.

    —Les dije, es un rarito.

    Jimin lo golpeó en el hombro.

    —Presiento que sabe más cosas —murmuró Hoseok.

    —También lo presiento —concordó el rubio con sus ojos fijos en el sendero por donde desapareció Minseok. Sabía que tenía información que necesitaban. Si lo que Hoseok dijo era real, ese chico era una pieza importante que no podía dejar ir; solo tenía que confirmar si es el hijo de la rectora o no—. Hobi, te necesito —soltó de repente y el mencionado se apuntó a sí mismo con un signo de pregunta gigante sobre su cabeza—. Puedes hacer que Minseok hable, al parecer es vulnerable contigo cerca de él.

    —¿Yo? ¿Por qué? —Jimin rodó los ojos y Chanyeol ya estaba sospechando hacia donde el bajito se estaba dirigiendo con sus palabras.

    —Acércate a él e intenta ganar su confianza. —Hoseok frunció su ceño.

    —¿Eso no es cruel?

    Jimin no reaccionó a su acusación, sus ojos se congelaron y –sin mirar– a sus amigos, habló:

    —La mente que está detrás de todo esto, no tiene consideración y si seguimos actuando con honestidad y el poder del amor, nuestra amabilidad será los que nos ponga fin —afirmó con un tono estable pero duro. Sus palabras hicieron que Hoseok baje la mirada al recordar lo que le hicieron a su hermana y a Jisoo…

    —Sigo estando en contra —interrumpió Chanyeol con sus brazos cruzados—. ¿No hay otra opción? ¿Por qué Hobi debe acercarse?

    —Ya deja de gruñir como un perro —dijo Hoseok y Chanyeol abrió su boca indignado.

    —¿Có- cómo te atreves? —Jimin viró los ojos cuando el par comenzaron a pelear y siguió caminando escuchando como las quejas de sus amigos lo seguían detrás de él. Decidió no involucrarse porque en algún punto se van a cansar y terminarán lloriqueando o abrazados, diciéndose cuánto lamentan haberse dicho semejantes cosas.

    Sus pies dejaron de moverse cuando vio a Namjoon frente al pizarrón de anuncios. El par que lo seguía, chocaron contra su espalda y terminaron aplastados entre sí. Hobi y Yeol se ganaron un regaño por parte del bajo al casi caerse al suelo por no poner cuidado por donde caminaban. Ellos hicieron ojos de cachorros para demostrar su inocencia, así consiguieron que Jimin pasara su mano por la mitad de su rostro: luego se aseguraría de que entiendan que, no deben pelear mientras caminan. Claro, los árboles como ellos, no tenían consideración en los de su clase.

    —¡Oye! —lo llamó Namjoon con una sonrisa al verlos luego del alboroto que formaron. Se acercaron con vergüenza al ser vistos actuando de forma tan estúpida—. ¿Ya se van a casa? ¿No irán al partido de básquet? —preguntó mientras acomodaba su bolso en su hombro. Chanyeol entonces fue el primero en reaccionar.

    —¡Ah! ¡Lo recordé! Changbin me invitó a ir. ¿Era hoy? —Namjoon asintió. Jimin y Hoseok se sintieron apartados al ser los únicos que no estaban enterados del evento de ese día— Chicos, ¿vamos? —sugirió y Namjoon en su expresión lo decía todo: era obvio que quería que asistieran al partido. El rubio suspiró y asintió. La sonrisa acompañada de hoyuelos de Kim, se ensanchó y les entregó un papel a los chicos. Era el panfleto del partido con el horario.

    —¡Que bien! Los espero ahí. ¡Nos vemos! —se despidió Namjoon tan pronto recordó que tenían reunión con el equipo dentro de unos minutos.

    —¡Nos vemos! ¡Saluda a Changbin de mi parte! —vociferó Chanyeol sintiendo prontamente unas penetrantes miradas sobre su nuca, se volteó para ver las expresiones molestas de sus amigos al mencionar al –como lo llamaba Jimin– "neandertal"—. ¿Qué?

    —En fin, busquemos un lugar en donde esperar hasta que comience el partido.

    —¡Compremos aperitivos!

    —¡Comida! —apoyó Chanyeol a Hoseok.

    —Sí, sí, como digan —rio Jimin ahora atrayendo a sus amigos al entrelazar sus brazos con los suyos. El trío sonrió por el momento tranquilizador.

    Al final del pasillo, los tres eran observados por unos neutrales ojos. Desapareciendo al instante en que el pequeño grupo ya no era accesible visualmente.

[•••]

    —¡No te comas mis papas! ¡Cómprate los tuyos! —gritó Chanyeol a Hoseok cuando ya estaban sentados en las gradas de la cancha en el exterior de Seungli, con sus bebidas y comida a mano. Jimin una vez estuvo allí, rápidamente miró a su alrededor y se dio cuenta que el lugar gradualmente se fue llenando: había tanto padres como estudiantes, profesores y personas que venían a observar a los jugadores y juzgar quién tenía potencial para ser reclutado. No había nada realmente interesante hasta que sus ojos recaen en Jeon Jihyun hablando con una chica con el uniforme de porrista y el cabello atado en una coleta. Vio cuando se dieron un beso y rápidamente supo que ella era la novia que mencionó el Jeon mayor al llegar a la cena de su familia. Entrecerró los ojos, si él estaba aquí entonces… Miró a su alrededor y no vio a Jungkook ni a la madre de ellos. Pensó que probablemente el padre Jeon estaría en algún lugar para ver cómo iba el partido o en otros asuntos. Solo eran opciones. Siguió verificando quiénes de las personas que conoce, estaban presente. Fue cuando vio a Seokjin llegar con un folleto en su mano y a pocos metros estaba Taehyung. Al parecer ninguno de los dos era conciente de la presencia del otro.

    Algo en su cabeza se activó y ahora buscó con desesperación a cierto chico de cabellos grises y mirada gatuna. Se decepcionó al no encontrarlo. Las probabilidades de que asistiera al evento eran bajas: Yoongi no era alguien que le gustara este tipo de ambientes ruidosos y con mucha gente. Al menos había tenido la poca esperanza de verlo… Quería hablar con él.

    Lo extrañaba.

    Quería oír su relajante voz. Su presencia en sí, era tranquilizador junto a sus movimientos delicados o sus rubores o sus suaves labios. Ah, deseaba perderse entre sus brazos y dormir hasta olvidar todas sus preocupaciones para tener su momento silenciosamente cómodo.

    "Te extraño. ¿También me extrañas?".

    Suspiró ahora decaído y observó el cielo despejado. Era un buen día, le gustaría decir que estaba disfrutando la brisa en su rostro; sin embargo tenía tantas cosas en la cabeza que se sentía abrumado. Necesitaba desahogarse con alguien y el único nombre que venía a su mente, huía de él y parecía que estaba molesto con él. Hoseok y Chanyeol estaban en su mundo sin notar que Jimin estaba ahogándose con sus propios pensamientos.

    Bajó su vista lentamente al edificio de Seungli, con su arquitectura impecable y-

    "¿Qué?", Jimin abrió en grande sus ojos. Sus orbes eran un punto insignificante en una laguna oscurecida por las nubes. Su cuerpo se tensó cuando se topó con cierto detalle que no le hubiera dado importancia en el pasado, hasta podría decir que lo olvidó por completo.

    Desde su puesto se dio cuenta que, estaba en el ángulo exacto donde le habían sacado la foto en la sala de música.

[•••]

    Seokjin exhaló y sacudió su pantalón cuando el partido terminó. Pudo lograr ver caras conocidas durante el amistoso de básquet y no se acercó porque sabía que rompería el ambiente y haría todo más tenso. También cruzó por un momento miradas con Jihyun –quien se encontraba presente para ver a su novia animar al equipo– y no evitó maldecir a los Jeon y su estúpida actitud de superioridad; cree que ese sentimiento de repulsión creció a medida que fue escuchando los comentarios de sus padres, quienes, al parecer, compartían el desprecio hacia la renombrada familia. Ese pensamiento fue alimentado luego de conocer a los mellizos Jeon. De todas formas, le había prestado atención al partido donde jugaba la persona que lo invitó: Kim Namjoon. Pudo haber rechazado la oferta porque no le interesaba realmente este tipo de eventos, aceptó porque no quería regresar a casa temprano y poder posponer la conversación que deseaba tener con ellos. Tenía que pensar bien en sus palabras si iba a enfrentar a sus padres por su futuro.

    Exhaló cansado.

    Se levantó para irse y en su camino se encontró con un rostro que tantas veces le generó preocupaciones.

    —Hola, Tae —saludó exhausto. Hoy fue un día largo, lo menos que quería era generar una absurda discusión.

    —Hola —respondió tajante con sus manos dentro de su chamarra café. A medida que los días pasaban luego de que lentamente las cosas comenzaran a quebrarse, Seokjin pudo notar el cambio tanto en la actitud como apariencia de su mejor amigo… ¿Mejor amigo? ¿Taehyung aún lo considera su amigo? A pesar de que ambos estén a cada extremo de una brecha, no podía dejar de preocuparse por las ojeras del muchacho, su ropa más desaliñada de lo común y ese olor… Odiaba con su vida ese olor a alcohol, cigarrillos y a algo más. No quería pensar en qué era ese "algo más".

    —¿No retomarás el tratamiento? —preguntó cuando ya no había nadie en la zona cercana. Ambos eran devorados por las sombras que creaban la parte trasera de las gradas, Seokjin vio el destello en los ojos de Tae y se fijó en su cuello donde posaban rasguños. Al no oír respuesta, mordió su labio—. ¿Cómo está la tía?

    —Bien. —Seokjin percibió la irritabilidad en su voz y supo que estaba al borde. Tragó saliva y bajó la mirada.

    —¿Te estás cuidando debidamente-

    —¿¡Por qué carajos me miras así!? ¡Vete a la mierda! ¡Si tanto te preocupo no me hubieras abandonado en primer lugar! ¡Eres un maldito traidor hijo de puta! —Seokjin cerró los ojos recibiendo los gritos de ira y seguidamente, escuchó golpes. Abrió sus ojos y no estaba sorprendido de ver a Taehyung patear un tacho de basura que había en la parte posterior de las gradas, en esa área se tiraba mucha basura y se colocó uno para que no siga ocurriendo. El peli-rosa ahora observó toda la basura regada: "ahora iré a casa más tarde de lo que pensé. Tengo que limpiar este desastre", se lamentó y se quedó de pie allí, viendo como su amigo se descontrolaba hasta cansarse y quedándose inmóvil, respirando con fiereza y con sus ojos fijos en el suelo.

    Gotas de agua salada chocaron contra el suelo, causando una opresión en el pecho de Seokjin al ver como lentamente Taehyung comenzaba a llorar.

    »—Lo siento, lo siento, lo siento —se lamentó—. No quise decir e-

    —Está bien. Ve a casa y descansa. Yo… Yo ordenaré esto —comentó con suavidad y se acercó para repartir caricias en los hombros tensos del castaño.

    —Lo siento…

    —Ya, ve a casa o sí me enojaré —amenazó e intentó no sonar tan duro.

     Fue difícil hacer que Taehyung acepte retirarse hasta que pudo convercerlo y allí se encontraba: limpiando la basura en el suelo hasta que estuvo por levantar una lata de soda usada y no llegó a tiempo, ya que fue tomada por otras manos. Levantó su vista sorprendido y se relajó al ver al simpático moreno que parecía estupefacto por las abolladuras que tenía el basurero.

    —¿Qué le pasó? —interrogó intrigado. Seokjin alzó los hombros fingiendo ignorancia.

    —¿Tus compañeros ya se fueron? ¿Por qué no te fuiste?

    —Te vi y decidí ayudarte con lo que sea que sucedió. —Rascó su nuca avergonzado y Seokjin ladeó la cabeza con ingenuidad.

    —Gracias —respondió siguiendo en su tarea de limpiar todo—. Felicidades por la victoria, jugaste muy bien —felicitó mientras recogía envoltorios de galletas y no pudo ver el rubor en la piel del alto, que, a pesar de que no había mucha emoción en la voz del peli-rosa, esa simple oración lo hizo sonreír como un bobo—. ¿Decidiste ser jugador profesional en el futuro?

    Namjoon se irguió en su posición y soltó los objetos de sus manos.

   —No-no, este solo es un pasatiempo para ponerme en forma —rio y recogió con timidez lo que dejó caer al ver la ceja alzada del chico—. ¿Qué carrera eligió seguir…? —preguntó con curiosidad.

    —Oh, ¿yo? Umh… Mis únicas opciones son abogacía o cosas de esa índole… No me agrada mucho la idea —suspiró.

    —¿Y qué carrera te agrada y quieres seguir?

    —Ese es el problema, ni siquiera sé qué voy a seguir. ¿Y tú?

    —Bueno… Mis padres están en el área de medicina. Querían que también tenga un título de esa área pero les dije que no quería seguir esa profesión y aceptaron mi decisión, aunque fue difícil convercerlos en el primer intento —dijo con orgullo y Seokjin sonrió con tristeza.

    —Ojalá tuviera tu valentía —murmuró y Namjoon se detuvo.

    —¿Tus padres no están de acuerdo con-

    —Ni siquiera les dije a mis padres. Tampoco sé qué quiero ser en el futuro y este año es el último que me queda para tomar una decisión… Me siento tan estúpido.

    —¿Estúpido? Pronto sabrás qué quieres ser. Mírame, fui influenciado por los cómics y quiero ser policía —bromeó y al fin le saco una sincera risa a Seokjin.

    —¿En serio?

    —Sí. La expresión de mi padre fue todo un poema cuando le revelé eso. Imagínate, él es un médico forense y su preciado hijo fue influenciado por los cómics.

    —¿Tu padre es médico forense? Se oye genial —susurró interesado. Ahora en su rostro se notó que sus pensamientos lo invadieron de repente y sus orbes se iluminaron. Namjoon levantó sus comisuras con ternura.

    —Ahora no te ves muy decaído —comentó Namjoon con alegría y Seokjin se vio confundido.

    —¿Eh? Oh... —recién cayó en cuenta de la imágen afligida que transmitió y su actitud cambió a una cohibida—. Me ayudaste mucho, gracias…

    Por otro lado. Jimin estaba caminando dentro de los pasillos de Seungli luego de separarse de sus amigos para ir al baño. Ellos se adelantaron para irse a sus casas porque inventó una excusa para ir a su hogar y poder estar a solas con sus pensamientos. Realmente ahora no estaba de buen humor para que sus amigos lo ahogaran con preguntas que no quería contestar al no saber explicar sus emociones. Una persona normal estaría más preocupada de saber de la existencia de un peligroso acosador sin identidad; él tenía otras cosas en la cabeza. ¿Debería comenzar a preocuparse por su tranquilidad ante una situación que lo pone en riesgo? Era un excéntrico tal vez, o tal vez la comida quemada de su madre comenzó a hacer efecto. "Espera… ¿Ella podrá leer mis pensamientos? Que miedo". Negó con la cabeza y suspiró entrando al baño del colegio. Al examinar que el lugar se encontrara vacío, lavó sus manos y mojó su rostro.

    —No te ves muy bien —se dijo a sí mismo al ver la zona debajo de sus ojos que paulatinamente se convertían en un café concentrado. Se acercó al espejo para voltear su rostro y mirar su oreja; vio los rastros de piel rasgada y mordió su labio inferior. "Debería dejar de rasguñar mi oreja, puedo ver los puntos de sangre desde aquí", pensó y tapó su oreja con sus rizos rubios. Sus labios estaban bien, siempre se aplicaba los bálsamos frutales que le regalaba su madre, y su piel… Debería prestarle más atención, estaba olvidando seguir su rutina mañanera para mantener una pulcra piel. Se pondría una mascarilla, si Yoongi llegaba a ver su asquerosa aparie-

    Dejó de tocar sus pómulos y sonrió con tristeza al recordar lo que sucedió.

    "Cometí un gran error…", ni estaba seguro de si Yoongi le volvería a dirigir la palabra.

    Se sobresaltó cuando escuchó que alguien trancó la puerta y lo primero que hizo fue ponerse en guardia para enfrentar a quién sea que los encerró. Contrario a eso, bajó sus hombros y sus cejas se arquearon al ver los característicos cabellos grises y piel pálida que comenzó a volverlo loco. Abrió su boca para decir algo y la cerró para esperar una explicación voluntaria de parte de Min: debía tener una razón para cerrar la puerta con seguro. El silencio fue incómodo, Jimin esperaba una respuesta y Yoongi se encontraba negociando en silencio con la cabeza gacha.

    —Jimin… —Ese simple susurro causó que los ojos celestes brillaran como un cielo despejado después de una eterna lluvia. Su corazón bombeó con fuerza y se cuestionó si Yoongi podía oír sus palpitaciones, si podía darse cuenta que con una sola palabra podía desarmarlo a su antojo tal cual un rompecabezas que podía partir y armar las veces que él quiera; su gruesa voz fue una melodía para sus oídos luego de solo estar oyendo truenos en los últimos días, y su música fue una luminiscencia en el fondo del mar que resplandeció su mundo.

    "¿Él sabrá el impacto que tiene en mí…? Es peligroso, mi corazón no deja de latir. ¿Qué me hiciste? ¿Cómo puedo reaccionar de esta forma solo porque me llamaste por mi nombre? Ah… Estoy confundido".

    Jimin abrió sus ojos sorprendido al ver los hombros del pálido tan tensos como el imparable hilo entre dos latas, siendo el mensajero de una sinfonía. Yoongi estaba nervioso y… ¿Triste?

    —¿Hyung? ¿Sucede algo? —Tragó saliva.

    Yoongi tomó una rápida calada de aire, apretó sus puños y eso dejó sin palabras a Jimin que se sonrojó cuando sus miradas chocaron. Se alivió al ver que no era el único con la cara roja y notablemente nervioso.

    —¡Yo! Esto… Yo… Esperaba el momento para- para hablar contigo —Yoongi inició su discurso con potencia pero bajó la intensidad al avergonzarse por haber elevado la voz— No- no, no puedo simplemente ignorarte. Lo siento, cometí un grave error y-y yo, yo estoy bien si- si no me perdonas, es decir, probablemente, no, que tonto. Seguramente estás eno- enojado y, y tienes motivos para estarlo. Yo cometí un error y te- te acusé de algo sin, sin razón. Estoy avergonzado por mis acciones y me… —Min tomó aire y se quedó en silencio, meditando y relajándose para dejar de tartamudear. Todo bajo la mirada expectante de Jimin que se conectó con los orbes cafés del pálido, unos cargados de determinación— Me arrepiento de las palabras que te dije. Fueron crueles y me sentí demasiado avergonzado de mis palabras. Sé que no harías algo así… Estaba enojado y… No quería que te involucres más conmigo. Solo saldrás herido si sigues en mi vida y-

    Fue interrumpido cuando Jimin corrió hacia él con los brazos extendidos los cuales envolvió alrededor de su torso. Yoongi quedó estupefacto cuando el rubio enterró su rostro en su hombro y apretó sus dedos sobre su buzo negro. Con delicadeza y duda, acercó sus grandes manos a la espalda del chico y apenas hizo contacto, no pudo pelear contra su necesidad de tenerlo cerca y afianzó el abrazo.

    —¿Te estás disculpando? —preguntó Jimin en un tono bajo, tan bajo que fue un murmuro que solo Yoongi podía oír. Con cuidado, un roce, uno cargado de un cariño inexplicable.

    —Sí… Pero no-

    —Entonces no hay más. Solo necesito eso —murmuró suspirando. La imperturbable atmósfera se asemejaba a un campo de tulipanes amarillos con el dulce aliento de primavera; ninguno quería interrumpir esa paz y Yoongi dejó de luchar consigo mismo y se rindió ante el calor que transmitía el toque de Jimin. Era un sedante que lentamente le hizo cerrar los ojos para perderse en su dulzura, en su empalagoso aroma y suaves rizos que hacían cosquillas en su cuello.

    Sus párpados ascendieron con cuidado cuando las sombras que lo acosaban volvieron, y en sus presencias, yacía un secreto oculto.

    Y el campo de tulipanes se tiñó de negro.

[•••]

    —¡Algodón de azúcar! —gritó su madre apenas escuchó la llave en la cerradura. La bru- su madre apareció de repente por la puerta de la cocina y Jimin chilló del susto al ver su melena rubia desordenada, sus labios negros, sombras de ojos oscuras y un vestido oscuro. Su estilo contrastaba totalmente con su expresión de niña que consiguió persuadir a su padre para que le conceda su capricho.

    —¿Qué te… sucedió?

    —¡Nada! Bueno, vi en Facebook que los jóvenes de ahora utilizan estas cosas y dije: "yo soy jóven, estoy en el apogeo de mi juventud. I have to try". Y aquí estoy, luzco espectacular, ¿no?

    —Mamá… No quería que supieras esto pero… Aún no estamos en Halloween-

    —¡Maldito niño! Siempre me insultas —dramatizó y llevó su mano con vehemencia a su frente, posando su cuerpo en el marco de la puerta y fingiendo que le dolía el corazón—. Me duele, me duele… Mi hijo es un iceberg, di a luz a un iceberg y no me di cuenta.

    Jimin soltó una carcajada y los ojos de su madre se iluminaron. En su mente sonrió con ternura. Él al fin estaba de ánimos después de pasar horas encerrado en su cuarto mostrando aires de tristeza. Bien, al parecer pudo sacarle una risotada con su show.

    —Ignoraré que te has burlado de tu pobre madre y haré el "omitir intro". Tenemos que ir al hospital dentro de unas dos horas, tienes turno con la pediatra y ve a prepararte —ordenó ahora moviendo su cabello y dando media vuelta mientras le echaba un vistazo a la hora. Jimin se quedó de pie con una sonrisa enamorada gracias al encuentro con Yoongi y fue a alistarse. No era realmente raro las consultas, su madre lo llevaba una vez por mes al hospital para que le hagan un chequeo y verificar que todo estaba bien.

    Salió de su cuarto tarareando una canción y vio que Hyeon ya estaba tomando su bolso y las llaves del auto con una apariencia más presentable.

    —Let's go!  Let's go! —gritó su madre con ímpetu y sonrió por lo alocada que llegaba a ser.

    Subieron al auto y el interior se llenó de una canción de jazz que calmó sus emociones a tope. 

    »—¿Ha sucedido algo bueno? —interrogó Hyeon con la vista en el camino y Jimin intentó ocultar su sonrisa que fue delatada por sus ojos reducidos a unas medialunas decorados con un rubor—. Ow, mi niño me está ocultando algo. ¡Adivinaré! ¿Empieza con "M" y termina con "mi futuro esposo Yoongi"?

    —¡Mamá! ¡No digas cosas vergonzosas! —A pesar de su quejido, la sonrisa permanecía allí y al poco tiempo, Jimin comenzó a soltar sonidos inentendibles que se traducía como: "Ajdhakdjksxhkahfj".

    —Awww, ¡el amor! Mi pequeño está creciendo… Hace mucho no veo a Yoongi, ¿está bien? —Y Jimin miró por el rabillo de su ojo a su madre.

    ¿Por qué…?

    ¿Por qué sintió que algo en el tono de su madre fue diferente?

    Jimin contestó a su pregunta con información superficial y ocultó muchos detalles. No deseaba que se arme otro problema o haya tensión por algo que quedó atrás, ahora estaban las cosas bien entre ellos. La charla acabó tan pronto su madre estacionó el auto. Ya conocían el camino de memoria, así que no fue difícil llegar: esperaron a ser llamados y en ese lapso de tiempo. El estómago de Hyeon gruñó: "iré por comida cuando Jimin sea atendido", también compraría algo para su hijo, debía tener hambre luego de llegar del evento de hoy, el menor le había avisado la razón de su tardanza. Estaba feliz de que Jimin ahora tuviera amigos.

    —Park Jimin. —El nombrado se levantó cuando fue llamado y su madre le dijo que iría por comida. Siguió a la doctora hasta el consultorio y al entrar, se sentó en la camilla. Ella se sentó detrás de su computadora y le hizo varias preguntas sobre si tuvo malestares o reacciones alérgicas desde su última visita. Por suerte, no tuvo ningún problema de salud en el último tiempo como para preocuparse— ¿Cómo te ha ido en la escuela? —preguntó amable. No era algo anormal que la conversación tome ese rumbo. Al parecer, la doctora era conocida de su madre y alguien de confianza de la ufamilia. Con el pasar de las consultas, dejó de sentirse tenso y ahora respondía con relajación.

    —Muy bien. Hoy hubo un partido de básquet.

    —Oh, de seguro mi hijo estuvo ahí. Él es parte del equipo —comentó con una sonrisa que revelaba unos pequeños hoyuelos y Jimin entrecerró los ojos. "¿En dónde siento que vi esto…?".

    —¿En serio? Probablemente sea un compañero mío, ¿cómo se llama? —expuso su duda con verdadera curiosidad.

    —¿Mi hijo? Mi hijo es Namjoon, Kim Namjoon. ¿Conoces a mi Monnie?

[•••]

    Los pasos de Hyeon destilaban gracia que era el conjunto perfecto con su apariencia: cabello recogido en una coleta, labios de un leve color cereza acompañado de un maquillaje natural y traía un mono sencillo de un color verde oscuro que le daba un toque natural a su melena rubia y sus ojos celestes con sus labios siendo las rosas perfectas de un lindo jardín. Traía un porte que no intimidaba pero que exigía respeto. Sus facciones eran duras y a la vez amables.

    Sus pasos se detuvieron abruptamente tan pronto el eco de unos tacones llenaron el espacio. Los orbes celestes se volvieron un par de canicas que reflejaban tantas cosas y ninguna era positiva. Las manos de la mujer se cerraron como una prisión cubierta por sus venas y sus dientes se apretaron.

    Allí venía una de las cabezas de los Jeon. Con sus largos mechones sueltos que llegaban hasta su cintura y brillando bajo la luz de los focos del hospital; trayendo unos tacones con un traje negro con la característica "J" bordada en uno de los bolsillos del busto y esa mirada…

    Esa asquerosa mirada de una víbora y una sonrisa sellada que alzaba sus pómulos. Su muerta piel realzaba la negrura de su mirada.

    Jeon Jeonghee cruzó sus nochezcos ojos con la mirada de un cielo despejado de Park Hyeon.

    La mujer vestida de negro pasó a un lado de la rubia y en la intercepción, alzó su voz para que solo ella pudiera escuchar sus palabras:

    —Tu hijo es hermoso.

    Hyeon abrió los ojos totalmente impactada y se cristalizaron de la rabia.

    Un movimiento.

    Park volteó con el brazo derecho extendido, dispuesta a atacar a Jeonghee pero esta se defendió con el mismo movimiento. Sus extremidades chocaron y sus rostros al fin se enfrentaron. En el rostro de Hyeon se reflejaba furia y en el de Jeon burla, tranquilidad y manipulación. Ambas forcejeaban para no ceder y una sonrisa se deslizó en los delgados labios de Jeonghee.

    —¿Estás segura de hacer esto aquí?

    Hyeon la miró fijamente sin responder y no tuvo que voltear a ver a las personas que se reunieron para saber qué era ese disturbio. Estaban llamando la atención.

    Sus dientes crujieron al chocarse entre sí y aún con sus emociones contenidas, se apartó y Jeonghee acomodó sus manos: dándole palmadas a la cara tela para limpiarla.

    Park no dijo nada, con su expresión lo decía todo.

    »—Fue bueno verte de nuevo, Park Hyeon.

    La mencionada se giró y chasqueó su lengua.

    "La próxima vez te mataré, perra", pensó cuando ambas se dieron la espalda para continuar con sus caminos a direcciones contrarias.

    Y el juego… Ascendió a su siguiente nivel.































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¡Holaaaaa! En serio mil disculpas por tardarme tanto en la actualización. Ayer iba a subir el capítulo pero me quedé dormida y mi celular terminó sin batería. TT

¡Llegó el encuentro QUE TANTO YO ESPERABA! Jeon Jeonghee vs Park Hyeon. ¿Se emocionaron tanto como yo? 😔

Este capítulo tiene más de 10,500 palabras para que se den una idea. 🐥

En fin, pasaré a explicarles algo. ECL no se trata meramente del YoonMin y se habrán dado cuenta de ello. Hay una paleta de personajes por presentar y otros que aún falta que tengan su estelar y desarrollo (aka Chanyeol bebé o el lobo solitario Kai). El protagonismo de Yoongi llegará en este arco, espero que lo esperen con ansias tanto como yo (╥ω╥'). También quiero comentarles que ahora, el punto central de la historia ya no se trata de descubrir quién es el asesino (sigue siendo muy importante pero pasó a segundo plano), sino que, saber qué ocultan todos. ¿Por qué actúan así? ¿Por qué motivos hacen esto? ¿A quién protegen? ¿A quién le tienen miedo? Y así se van formando tantas dudas.

¿Ustedes quién creen que guarda más secretos entre todos los personajes? ¿Quién les genera más curiosidad? ¿Esperan el protagonismo de...? (A excepción de Yoongi). ¿Qué les pareció el poco YoonMin de este capítulo? ¿Qué creen que es lo que oculta Yoongi? 🐦

¿Cuáles son sus teorías? Me gustaría leerlas 🐱

Dato: busqué gif de la posición en la que se encontraban Jeonghee y Hyeon pero no encontré muchas referencias. La más cercana fue esta:

Espero que hayan disfrutado el capítulo.

Nos leemos dentro de un milenio. 🐥

©mysverse

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