『Chapter 36: 저녁 식사』

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Aunque intentes ir hacia atrás, el tiempo te empuja hacia adelante

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Subyacer: Hallarse algo oculto tras otra cosa.

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Capítulo dedicado a: Kim_Naye carolinapinkybonny -idontgiveashit

【Maratón 3/3】


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—Sí, lo recuerdo... ¿Qué quieres?

Su voz sonó bajó para ocultar su tono tembloroso al estar amenazado ante la cercanía de Jeon. Jungkook le dio una mirada rápida a todas las direcciones posibles jurando que nadie los veía y dio un paso adelante. Jimin no se dejó doblegar.

—Dentro de unos días... Habrá una cena en mi casa y... Necesito que estés allí para fingir ser mi pareja —pidió tan rápido y con vergüenza que dejó incrédulo a Park que lo observó con recelo, dando pasos alejándose de Jungkook, ya no se sentía intimidado, más bien curioso.

—Oh, ¿en serio? ¿Yo? —Quiso reír pero sería tomar del brazo a la suerte que le tendió su mano.

El de cabellos chocolates chasqueó su lengua y se cruzó de brazos.

—Te vestirás de mujer dah —Lo dijo con tanta obviedad que Jimin sintió repulsión, ¿cómo se atrevería a pensar que el aceptaría con tanta... Facilidad... Una idea cruzó por su cabeza y sonrió levemente.

—Sólo si haces algo por mí —Jungkook se giró casi automáticamente en un impulso, apretando sus dientes y el contorno de su mandíbula se marcó, sus manos se cerraron con fuerza y asesinó con la mirada a Park.

—No, se supone que tú me devuelves el favor —Nuevamente Jungkook se acercó observando a Jimin desde arriba y el rubio subiendo un poco su cabeza para conectar sus ojos, enfrentando a Jeon menor.

—¿Y si no acepto qué? ¿Qué harás? —Acercó su torso al de Jungkook y sus ojos mostrando su lado valiente, el alto unió sus cejas enojado por el juego de Jimin.

—Puedo decirle a los superiores que tú tienes la lista —desafió con una sonrisa arrogante que fue devuelta por Jimin quien cruzó sus brazos sobre su pecho.

—¿Pero quién fue el que me lo entregó? —Se asomó a Jungkook dejando escasos centímetros entre sus rostros y Jeon afiló sus ojos al ver las intenciones de Park.

—No juegues conmigo...

—Pero no soy yo quien pierde algo —sonrió satisfecho por su respuesta.

Jungkook lo miró sin reacción alguna, luego de segundos se dispuso a reír a carcajadas— ¿Qué es lo que quieres, rubiecito? —Fue al grano luego de volver a su estado de frialdad.

El bajo le regaló una sonrisa ladina al ver que su pedido será escuchado.

—Quiero que hables con el directivo para que reconsideren el cierre de la biblioteca a los estudiantes —habló serio sin una pizca de sarcasmo o ironía, viendo a Jungkook que lo observaba neutral.

—No sé por qué quieres que se abra esa pocilga pero está bien, es un trato —Estiró su mano para iniciar un pacto de silencio y lealtad entre ambos...

Pacto de silencio.

—¿Pero tu hermano no me reconocerá? —interrogó dudoso Jimin luego de soltar la mano del contrario que se alzó de hombros.

—Jihyun estará en otro lugar junto a su novia y será una cena familiar sin él...

Jimin se atragantó con su saliva... Dijo... ¿Familiar?

—Umh, ¿y por qué yo? —Le carcomia aquella duda.

—Porque mis padres no te conocen y además... Te puedes asemejar a una con varios arreglos —Se alejó de él, dejando espacio personal entre ambos y Jimin suspiró al no saber en qué se estaba adentrando. Jungkook iba a volver a hablar sino fuera porque un carraspeo a lo lejos de un señor fornido y alto llamó su atención, interrumpiendo su charla, una clásica limusina Mercedes-Benz descansaba detrás del hombre vestido de negro y una expresión seria.

El de cabellos chocolates sacó aire de sus pulmones y le dio una última mirada a Jimin recordándole su trato, sin decir nada, se acercó al hombre.

—¿Cómo estuvo su día de clases joven Jeon? —interrogó la ronca voz del hombre mayor quien siguió al menor de los Jeon.

—Bien —contestó cortante y su voz suave carente de emoción alguna, detuvo su respiración cuando se adentró al interior del transporte con la sigla “J” que representaba a su familia con aquel logo tan refinado y elegante, su hermano Jihyun lo observó de reojo con aquella aura de superioridad...

Lo último que pudo ver Jimin fue la sumisión de Jungkook bajo la presencia de Jihyun.

Negó con su cabeza para despabilarse unos segundos y comenzó a caminar hacia el hospital luego de recibir indicaciones de Jinyoung de cómo llegar y volver. El trayecto no fue tan largo como esperaba pero sí le dio tiempo de pensar en un par de cosas como los hermanos Jeon o de Yoongi. Entró al lugar con su singular olor y el nivea de las paredes llegaban a marearlo hasta el punto de sentir que estaba en un sueño. Pero luego de preguntar por cierto nombre, caminó por los pasillos hasta encontrarse con una enfermera que lo dejó entrar a la habitación 124 donde sobre una cama con el destinte de color permanecía el delicado cuerpo de aquel muchacho de cabellos negros que dejaba a relucir sus pestañas.

Se dio ánimos y se acercó a la camilla donde Jackson aguardaba seguramente con tantas vendas en su torso. Atrajo una silla para sentarse a un lado y apreciar las facciones lastimadas de Wang, como el morado se asomaba en su ojo izquierdo, mejilla y pómulo, por otro lado su labio inferior pareció reventado de tantos golpes mientras que una extensa tela de gasas cubría su frente hasta llegar a su nuca. Su corazón se contrajo ante la triste imagen de un muchacho tan apagado que antes emanaba felicidad por todas partes hasta que su luz fue tapada. Una pregunta no dejaba de pasear por su cabeza ¿Por qué? ¿Por qué le hicieron eso? ¿Con qué fin? Se asustó al escuchar unos gruñidos y quejidos y luego de unos segundos encontrarse con el color café de los ojos de Jackson, con aquel distintivo brillo como siempre.

—¿Estoy muerto? Porque puedo ver un ángel —susurró surcando una sonrisa en sus finos labios y Jimin rió halagado.

—¿Estás bien? —Se golpeó por la tonta pregunta pero volvió a reír al escuchar la respuesta irónica del contrario.

—Umh, con unas costillas rotas, varios golpes, un golpe en la cabeza y mis labios reventados... Pero todo espectacular —Volvió a sonreír mostrando esa dulce aura, dejando escapar la aguda y chillante risa que lo reprensentaba.

—¿Cómo pasó? No puedo creer que te hayan hecho esto —comentó y Jackson miró el techo al no poder moverse del todo gracias a los golpes que aún no sanaban.

—Bueno... Regresaba a casa y caminaba tranquilo, estaba feliz porque ayudaría a mi hermanita en su tarea de artes y entonces... No recuerdo casi nada —dijo lo último más para sí mismo, pensando —teniendo la esperanza— que al mundo se le ocurriría devolverle sus recuerdos o al menos volver más nítida las pocas imágenes que recordaba en aleatorio.

—Oh... Jinyoung-ssi dijo que fueron unos vándalos, ¿te llegaron a robar algo? —El muchacho de cabellos azabaches negó con la cabeza y Jimin se extrañó.

—¿Cómo? Eso es raro...

—Lo sé pero mejor así, mis padres no tienen todo el dinero del mundo para reponer mis cosas y mi celular apenas lo pudieron pagar —Acostó la mitad de su rostro en el suave colchón mirando a Jimin quien entendió a lo que se refería, al fin y al cabo él conocía lo que era pasar hambre por falta de dinero.

—Oh... Por cierto, Jackson-ssi, vine a tenerte al tanto sobre las clases —comentó alegre Jimin, sus mejillas haciéndose esponjosas al sonreír y Jackson casi tiene un ataque por lo tierno que llegaba a ser Park Jimin.

—Si no me mató esos golpes, me matarás tú —Se quejó haciendo un puchero.

—Lo siento —Jimin tapó su boca al reír.

—Eres tan amable que quiero llorar —El rubio soltó otra tenue sonrisa junto a una suave melodía y sus ojos se volvieron dos medialunas.

—No rías o muevas tanto Jackson-ssi, te lastimarás —Y tras sus palabras de preocupación subyacen interrogantes que no fueron desprendidas de la punta de su lengua, pero era genuino el sentimiento, no presionaría a Wang a recordar al verlo tan malherido.

Al levantar la mirada pudo ver lo perdido que se encontraba el azabache al mirar el techo blanco de una tonalidad más oscura de la habitación.

—¿Jackson-ssi...?

El pelinegro no lo miró pero habló con esa rasposa voz propia de él.

—¿Sabes? Lo único que recuerdo es haber visto una silueta negra y un “perdón” fue lo que, creo, que escuché antes de perder la conciencia —habló sin dirigirle una mirada, tan ensimismado en recordar algo, buscando una respuesta del porqué de aquella paliza injusta—. No me robaron nada pero... Tengo miedo.

Jimin se mordió el labio inferior cuando aquel joven que mayormente emanando brillantina por todas partes...

Estaba llorando.

»—Pensé que m-me iban a matar allí mismo... Tenía miedo de-de no poder haberme despedido de mi familia y-y... —Jimin llevó sus manos a las que descansaban en la camilla, las tomó y les dio un apretón mirando a Jackson, emitía leves “shh” o palabras reconfortantes para que las lágrimas desaparezcan.

Estaba decidido... Encontraría a quien fuera que le haya hecho eso a Jackson, a Jisoo, a la bibliotecaria y quizás... A más víctimas...

O próximas víctimas.

—Jackson-ssi... Ten por seguro que la persona que te hizo esto, lo pagará.

Salió del hospital, se acomodó su buzo porque la noche estaba más fresca gracias a la estación climática en la que se encontraba Seúl. Se quedó hablando por bastantes minutos con Jackson hasta que llegaron Mark y Jinyoung para quedarse con él. Soltó aire haciendo vapor con ella que chocó contra las palmas de sus manitos en busca de calor.

Todo era tan raro...

No podía olvidar los nudillos lastimados de Taehyung o el cuello marcado de Jungkook, como tampoco el suicidio de la bibliotecaria o... a los Jeon. Se agarró la cabeza al tener un fuerte dolor de cabeza y al abrir los ojos luego de unos segundos de oscuridad, fue como ver los ojos de Seokjin luego de que el mejor promedio de último año sea revelado. Sacudió su cabeza al recordar la sonrisa de Seokjin cuando lo felicitó...

Un escalofrío recorrió su cuerpo y quiso pensar en cosas positivas y no tener miedo con aquellos pensamientos, agregando que se encontraba caminando por las calles de noche... ¿Y ahora qué? Estaba lo suficiente frustrado como para no prestar atención a su alrededor y no darse cuenta que durante unos minutos una silueta lo seguía con una distancia prudente entre ambos. Jimin pasó su mano por los mechones delanteros que tapaban su frente, al abrir sus ojos luego de unos milisegundos de tenerlos cerrados, pudo notar un reflejo en la vitrina de la tienda a su lado... Viendo que lo seguían. Sus nervios salieron disparados al darse cuenta de ese gran detalle y comenzó a temblar. No sabía qué podría pasar o si llegaría a su hogar, pero al notar que esa sombra no tenía la intención de acercarse más de lo debido al detenerse para comprobarlo, supo que no quería hacerle daño, más bien... ¿Espiarlo?

«Calma Jimin... Calma, respira hondo y que siga pensando que no lo ves».

Enderezó su postura y entró a la tienda más cercana, fingiendo que lo que había para comprar era interesante y de su gusto. Tanteando con los productos por un tiempo hasta ver que la silueta desapareció, dejó escapar toda la tensión de su cuerpo totalmente aliviado y salió del local unos minutos después, no antes recibiendo la mirada confundida del señor a cargo de la tienda.

Caminó ahora más tranquilo a su hogar cuando ya no sentía aquella mirada en su persona, llegando salvo y sano a casa, abriendo con cuidado la puerta y lo primero que escuchó fue la risa suave de su madre en la sala. Extrañado cerró la puerta con sigilo y se adentró a su casa. Viendo a su madre con su celular en mano picando a trozos una galleta de chispas con su mano libre, al parecer no dándose cuenta de la presencia de su hijo.

Hyeon rió ladeando su cabeza y recién cruzando miradas con su hijo quien levantó sus manos en confusión.

—Hablamos luego, debo irme —Fue lo que dijo la mujer de larga cabellera para cortar la llamada y mirar con reproche a su hijo.

—Hola ma', ¿con quién hablabas? —preguntó de inmediato pero la expresión de su madre no cambió y al contrario se afianzó.

—¿Por qué tan tarde en casa Park Jimin? —Oh, lo llamó por su nombre completo, eso significaba que estaba molesta.

—Fui a visitar a un amigo al hospital... —respondió en un susurro, asustado por la reprienda de la mujer pero la expresión de Hyeon se suavizó.

—Debiste decírmelo ChimChim, ya sabes que debes avisarme cuando debes salir, de todos modos, tengo que hablar contigo —Ahora fue el turno de Jimin de arrugar sus cejas y acercarse a la adulta.

—¿Qué sucede?

Hyeon se sentó en una de las sillas que rodeaba la mesa del comedor, cruzando sus dedos y miró a Jimin.

—Me transfirieron al turno noche... Así que sólo estaré por la mañana —suspiró pasando su mano con sus largos dedos por su rostro.

Jimin se calmó al saber que no era nada malo y se sentó en otra de las sillas frente a su madre.

—Ya, entendí —sonrió causando el mismo efecto en su madre que se mostró relajada ahora.

—¡Por cierto! —El rubio se asustó por el repentino grito de su progenitora— Me encontré a Yoongi-ssi hoy cuando iba a comprar mercadería, es un chico tan dulce y tímido —Unió sus brazos con su pecho al recordar la tierna personalidad del peligris—, también me preguntó sobre ti ¡y! Me ayudó con las bolsas de compras, ¿no es tan tierno? ¿Lo traeras más seguido? Ya lo invité a cenar de todos modos —La cara de Jimin enrojeció cuando su madre soltó lo último tan a la ligera, apretó sus labios entre sí ganándose una mirada de sorpresa por parte de ella.

»—¡No me digas que...! ¡Oh ChimChim! —vociferó Hyeon tapando su boca.

—¡Mamá! —chilló, se hizo pequeño en su silla y bajó la cabeza para entretenerse con sus deditos.

—Aww, ChimChim, no te preocupes —tomó de las manos de su pequeño entre las suyas, sintiendo la calidez de las mismas a pesar del frío—. ¿Es por eso que últimamente muestras demasiado tu linda sonrisa? —La mujer mostró su dulce dentadura, totalmente encariñada, Jimin asintió despacio con su cabeza mirando a Hyeon— No te preocupes por mí, él es un buen chico y si no quieres que venga a la cena mañana porque no te sientes cómodo, sólo dímelo e inventaré una excusa —habló tan suave, acariciando los oídos del rubio con su voz.

—No, está bien, al contrario, quiero interactuar más con él...

Hyeon asintió y se levantó de la mesa.

—Sabes que puedes decirme lo que quieras —Fue lo que comentó antes de  buscar los ingredientes en la heladera para cocinar.

Jimin se sintió culpable por ocultarle muchos secretos a su madre...

—Está bien, mami.










































Niconitty©

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