❝Chapter 49: 위협❞

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Las sombras del pasado emergen de tu infierno

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Inefable: “Que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras, generalmente por tener cualidades excelsas o por ser muy sutil o difuso”.

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Capítulo dedicado a: susy1599, espero que disfrutes el capítulo ama 💛💛💛💛💛💛💛💛💛💛💛💛💛🐥

[¡!] Cualquier comentario irrespetuoso, será borrado y el usuario obtendrá un strike.

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En el anterior capítulo de El come libros…

Luego del incidente donde se infiltraron en la casa de los Park, Jimin tuvo que inventar una excusa para su madre y planear su siguiente paso: interrogar a Jeon Jungkook… Aunque este durante el interrogatorio mostraba un comportamiento extraño y sus palabras no eran de fiar. Una pieza clave saca a relucir un secreto oscuro: “…solo sé que ella quería solucionar algo con alguien pero no sé con quién”.

Pero por otro lado Park Jimin pudo responder una de sus dudas, ahora le podía dar un nombre al extraño sentimiento que residía en su pecho cada vez que miraba a Min Yoongi.

Capítulo 49: Amenaza」

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—Ya llegamos. —Jimin aplanó sus labios con sus mejillas totalmente pintadas de un fuerte escarlata. Fácilmente podía confundirse por las bajas temperaturas pero ambos sabían que no se  trataba de eso. Yoongi asintió sin mirarlo, vagando su vista en el farol en las calles y en las casas vecinas para evitar encontrarse con los dulces ojos de Park. Sabían que perderían el habla al encontrar sus miradas y recordar el dulce tacto de sus labios. Un delicioso dulce, un toque inefable que producía un revuelto en sus emociones.

—Yo- umh, ¿buenas- buenas noches? —pronunció con dificultad bordeando las siluetas de las rejas y escuchando la suave risa del rubio, quien no resistió a burlarse de su propio nerviosismo incoherente.

—Gracias hyung, por todo. —Juntó sus manos detrás de su cuerpo y el rubor siendo predominante en su claro rostro iluminado por la luna. Segundos después no pudo evitar jugar con su oreja. Su corazón latía tan rápido, las palpitaciones se traducían en ansias y deseo de arrojarse a la boca de Min, porque quería más y más, no estando satisfecho, porque para él, ese glorioso sabor era único y una adicción para sus vírgenes sentidos.

El peli-gris lentamente recorrió su vista por sobre el marco de sus lentes desde sus pies a los celestes ojos de Jimin, tan grandes que parecieran que se tragan el mundo en cada segundo.

—No, gracias a ti por escuchar. —Mostró sus dientes acompañados por dos espacios vacios que eran rellenados por una tierna carne rosada. Su corazón explotó ante ese gesto que antes tuvo el milagro de ver… pero ahora se sentía tan diferente— Buenas noches, que descanses.

¿Ya se había terminado? Jimin se negaba a esa idea. Quería esconderse en los brazos de Yoongi y buscar que sensaciones generarán en sus nervios.

—Buenas noches, vaya con cuidado —soltó sin embargo.

Yoongi se dio la vuelta a punto de marcharse pero un agarre de unos cortos dedos en el cuello de su suéter, giró su cuerpo abruptamente y antes que pueda saber qué sucedía.

Sintió unos cálidos labios sobre los suyos. Antes de responder, Jimin se separó con el rostro rojo por la ingenua expresión del mayor. Los rechonchos labios del rubio temblaban y sus celestes orbes parecían brillar ante la clara de la luna.

»—No- no podía terminar así. ¡Ahora sí! ¡Buenas noches! —Prácticamente huyó de la escena dejando a Yoongi mudo por su atrevimiento.

Pero así era Park Jimin: sorpresa tras sorpresa.

Jimin cerró la puerta y tiró sus cosas a un costado de la puerta. Todas las luces de la casa se encontraban encendidas y las ventanas estaban cerradas. Fue directo a la cocina para preparar chocolate caliente y mientras esperaba que esta calentara: se sacó su abrigo, allí adentro hacía calor.

Sus mejillas aún seguían calientes y quería gritarles a Chanyeol y a Hoseok que besó a Yoongi pero luego recordaba que no era posible. Se tenía que guardar su emocionante momento para sí mismo. Suspiró extasiado por tantas emociones juntas en tan pocas horas.

Volvió en sí cuando el vapor chocó contra su rostro y apagó el fuego de la hornalla. Vertió el líquido en una taza amarilla y subió directamente a su cuarto donde –para su buena suerte– las luces del baño, del pasillo y su habitación, se encontraban encendidas. Agradeció mentalmente a su madre y le dio un sorbo a su chocolate mientras se adentraba con confianza a su habitación. Una vez en el interior, dejó el objeto humeante en su escritorio, optó por sacarse la ropa libremente y se acercó a su armario para colocarse su pijama azulado. Nuevamente se sentó en su silla frente a su escritorio, encendió su laptop y abrazó el peluche de gatito grande que le regaló Yoongi. Tenía ya páginas guardadas, así que entró a la que necesitaría por ahora.

Por lo que leyó, la familia de Jisoo negó a la prensa revelar datos personales de la difunta, la escuela tampoco dio a salir a la luz muchos datos pero había algo que lo mantenía aturdido… el otro cuerpo que encontraron, se desconocía su identidad y por lo que entiende, tampoco la policía dijo mucho de esta persona y mucho menos de los sospechosos. Esto lo inquietaba mucho, porque a diferencia de Jisoo, no hay datos de alguien pidiendo seguridad para esta persona que, seguramente era menor de edad en ese momento. Navegando más, pudo recopilar información importante como: el encargado de este caso era el comisario Kim Dongjun pero fue sustituido del poder y el caso pasó a manos de otra comisaria, precisamente cayó en manos del comisario Kim Seunghye, lo mismo sucedió con los médicos forenses a cargo de la autopsia. Por lo que vio, hubo mucho moviento interno por parte de las autoridades y hasta el día de hoy, la policía no ha revelado mucha información que pueda ser realmente de ayuda. Hace un año, el caso finalmente se cerró por falta de pruebas. Fue una decisión precipitada y confusa, pues, por lo que sabe el público en general, es que han habido sospechosos y pruebas pero la investigación no avanzó mucho más. Muchos clasificaron su muerte como suicidio pero era totalmente ilógico al saber el estado en el que se encontró el cuerpo de la difunta: por lo que se sabe, es que Jisoo fue encontrada en el sótano de la biblioteca y la persona que hizo la llamada al 119 fue… Han JungAhn o mejor conocida como Han Delaine, la bibliotecaria del colegio Seungli.

Persona que se encontró muerta en la noche del 27 de Julio. Pero había otro caso ligado o mejor dicho, otra víctima de –probablemente– la misma persona: Jung Jiwoo, hermana de Jung Hoseok y mejor amiga de Jisoo. No se sabe casi nada de su caso, se resume que la familia Jung reportó su desaparición la noche del 3 de Junio y la noche del 4 de Junio del 2012, se encontró inconsciente a la chica en la puerta de la casa. El caso no se relacionó al de Jisoo pero si se formaban una relación las cosas tomaban sentido.

Y aquí venía la pregunta.

¿Por qué no mataron a Jiwoo? ¿Por qué la regresaron en un estado deplorable y en esa condición pero no la mataron?

Y aquí venía su teoría: fue una amenaza…

¿Pero a quién y por qué?

El caso era parecido al de Jackson Wang hace unos meses atrás, le dieron una brutal paliza hasta dejarlo hospitalizado pero no le robaron nada… Hasta tenía el atrevimiento de afirmar que fueron más compasivos con él a diferencia de Jiwoo, a quien dejaron internada por meses en el hospital. También sospechaba de que era una amenaza, pero en esta ocasión, estaba casi seguro que la amenaza era para él.

Regresando al "suicidio" de Han JungAhn. Había algo que no cuadraba, en este crímen la persona a cargo también fue Kim Seunghye y como anteriormente pasó con el misterio alrededor de la muerte de Jisoo, no revelaron mucha información.

Había datos curiosos que logró sustraer de lo que sacó a la luz la policía: en las fotos tomadas, se podía ver una porción de torta con tres mordiscos sobre la mesa del comedor.

¿Cómo se relaciona una porción de torta a un dudoso suicidio?

Bueno… se contestaba con otra pregunta.

¿Por qué JungAhn antes de su suicidio, cortó una porción de torta y se preparó todo un postre para que a los minutos… se suicidara?

Podría decir que antes de decidirse a matarse, quiso comer su última comida pero… ¿Por qué no acabó todo? El vaso de café que acompañaba el postre, ni siquiera fue tocado y la torta solo obtuvo tres mordiscos antes de volver a dar indicios de consumo que jamás se encontraron.

Era un detalle que la policía pasó por alto… ¿O lo hicieron a propósito?

El otro dato curioso era: el comisario Kim Dongjun, es el padre de Kim Seokjin.

Frustrado, infló sus pulmones y le dio otra probada a su delicioso chocolate, gustoso por lo caliente que se sentía dentro de su boca.

Aunque había un detalle que él no notaba y es que en todos esos minutos absorto en su computadora, no notó los ojos mirándolo desde la puerta de su habitación… tan negros y penetrantes, sin brillo y solamente disfrutando de la vista de su presa tan relajada.

El rubio arrugó su nariz cuando le daba otro sorbo al líquido caliente, el último porque la taza quedó totalmente vacía. Hizo un minúsculo puchero pero esta desapareció al sentir un terrible escalofrío recorrerle la espalda y se volteó de inmediato vigilando las cortinas de su ventana, viendo que ni se movieron así que descartó que fuera un suspiro del invierno.

Se levantó con su taza y caminó hasta la cocina, bajando escalones con delicadeza porque podría resbalar al traer unas simples medias. Lavó el objeto rápidamente porque quería volver a su habitación y regresó a las escaleras, subiendo con calma y entrando a su habitación…

Tampoco divisó la silueta negra de pie e inmóvil en medio de la habitación de su madre en absoluta oscuridad, que quedaba al final del corredor y que evitaba mirar porque lo ponía ansioso la negrura que se sumía allí. Al regresar a su habitación cuando estuvo a punto de tomar su celular, se congeló en su posición.

¿Desde cuándo su mamá dejaba la puerta de su habitación abierta…?

Su mano se aproximó a la velocidad de un camaleón, prediciendo cualquier movimiento detrás suyo y girando velozmente cuando tuvo su celular en manos. Se fijó en la ventana pero esta yacía cerrada…

¿Será su imaginación?

"No, sabes que no es así".

Tomó una enorme calada de aire y sus labios temblaron. Si hubieran querido hacerle algo, ya lo hubieran hecho, así que podía confiarse de esa suposición por ahora. Aún así, prendió la linterna de su celular y salió de su cuarto para pararse en medio del pasillo, alumbrando el final de este. Se quedó sin aire de la impresión al ver cómo una sombra se deslizó para no ser visto. Sus vellos se erizaron, como cuando un suspiro frío roza tu nuca en un desencadenamiento de sensaciones.

Sin hacer mucho ruido, retrocedió lentamente y una vez llegó a la cabeza de la escalera, bajó directo para salir por la puerta principal pero grande fue su sorpresa cuando golpearon la madera con la fuerza de un animal, un toro específicamente. Jimin lo tachó como una vía de escape y se detuvo al escuchar pisadas en el piso de arriba. Se quedó en esa posición con el oído atento… los pasos eran ágiles pero se volvieron bruscos al cabo de unos segundos, danzando de aquí para allá formando caminos que –suponía– que eran desde la habitación de su madre y el suyo.

¿Qué buscaban? ¿Asustarlo? No lo iban a lograr.

Tecleó el número de su madre y al cabo de un segundo, la llamada fue recibida.

Hubo silencio pero Jimin no dejó que alguna palabra fuera dicha.

—Mamá, están de vuelta aquí, llamaré a la policía. Creo que son los tipos de la otra ocasión, cuando llegues, te contaré las cosas con más detalle, ¿si? —Sus palabras chocaban entre sí y su respiración se ceñía en su desespero, hundiéndose en la profundidad de su oscuro encierro.

No hubo respuesta sino un silencio de tres segundos.

Y la llamada se cortó.

Jimin miró perplejo la pantalla de su celular, sin creer que su madre en serio había hecho eso. Enfurecido, apretó sus dientes y sus orbes celestes parecían un cielo nublado a punto de traer una pesada tormenta.

Y una idea atravesó su mente. Las puertas y ventanas estaban cerradas… Las cerraduras no parecieron ser forzadas y sobre todo, el intruso se movía hábilmente…

Su saliva se estancó en su garganta ante el mero pensamiento.

¿Y si…?

¿Y si el intruso de la otra noche nunca se había ido de su casa…?

El ruido cesó y la puerta dejó de ser golpeada. Sus cejas se fruncieron pero no iba a volver arriba, no, ni loco.

Decidió asomarse por la ventanilla a un lado de la puerta para observar si había alguna silueta merodeando los alrededores pero no había nada. El foco sobre la puerta alumbraba el pórtico de la casa y abrió lentamente la madera, se quedó allí, en el límite entre el interior y exterior: por si tenía que huir hacia los vecinos o entrar a su hogar por protección… De todas formas, ninguna era fiable por el momento, estaba totalmente atrapado y llamar a la policía era lo mejor por ahora.

¿Era lo mejor…?

Unas horas después, a la puesta del sol, Park Hyeon se acercaba a su hogar luego de una jornada exhausta en su trabajo y se detuvo en la reja de su casa al ver una silueta sentada en el porche de la casa. El espacio entre sus cejas se arrugó en desconcierto y al acercarse, su bello hijo estaba sentado… La imagen la condujo a su pasado y su corazón se estrujo.

—Llegaste —susurró ronco Jimin, signo de no haber pegado el ojo en toda la noche y madrugada.

—¿Qué demon-? ¿Qué haces aquí afuera a esta hora? Vas a coger un resfriado y dentro de unas horas debes despertarte para ir al-

Sus ojos se abrieron escandalizados cuando los hombros del rubio temblaron y gotas se mezclaron con el roble de las escaleras. Jimin estaba llorando y no sabía qué hacer. Sus manos vacilaron e intentó acercarse pero temía de tocarlo y no sabía cómo consolarlo… Nunca supo cómo actuar.

»—¿Bebé…? ¿Qué sucede? —Se agachó a su altura, dejando su bolso a su lado y tomando de las húmedas mejillas del rubio.

Jimin no podía decirle nada por ahora, podía ver una sombra del otro lado de la calle y decidió contárselo luego, cuando sea de día y esté seguro que nadie lo esté escuchando. Por ahora, se debía encargar de despistar a su madre con una excusa.

—Umh, solo tuve una pesadilla —Hyeon se sorprendió y río divertida.

—Me asustaste, Park Jimin. Te compraré un atrapa sueños entonces, ¿si? Ahora vamos adentro a dormir, me caeré dormida en cualquier momento. —Lo tomó de su rechoncha mano a la vez que los redondos ojos del menor se concentraban en la calle del frente, donde ya no había nadie.

Cuando entraron, su madre se fue a dormir pero a Jimin ya no le agradaba que esté en esa habitación. En su caso, esperó que la adulta esté por completo en su décimo sueño y se aventó un viaje por toda la casa, yendo cuarto por cuarto y destapando cualquier escondite posible; además de aseguró que no hayan colocado ningún dispositivo como cámaras o micrófonos escondidos. La situación ya lo comenzó a irritar, ni siquiera podía estar seguro en su propia casa.

A la mañana siguiente, mientras su madre preparaba el desayuno, los párpados de Jimin se caían del sueño porque no había dormido absolutamente nada y la paranoia de que alguien esté en el jardín de su casa lo perturbaba. Cree que en un futuro, llegue a imaginar cosas y eso lo estaba preocupando.

—¿Me estás escuchando? —Su madre regañó colocando un taza de café y panqueques delante de él. Jimin balbuceó una vaga afirmación y Hyeon ladeó sus labios— ¿Dormiste algo?

—Sí, no es nada. Sigue hablando. —Jimin ensanchó sus fosas nasales al retener un bostezo que pasó desapercibido por su madre que se había volteado para tomar otra taza.

—Como te decía, se rompió un espejo y dije: "Shit, that's bad luck, es una señal" ¿¡Y sabes qué me pasó cuando estaba yendo al trabajo!? ¡Un hijo de puta me robó el fucking celular! ¡Lo maldije a él, a sus padres, a sus abuelos, a su mascota –si tiene– y a todos los dioses por haber! ¡¿Por qué tengo tan mala suerte?! ¡Quería golpearlo en toda la cara porque oh no, you son of a bitch, you messed with the wrong bitch!

Jimin dejó de prestarle atención e ignoró todos los insultos para centrarse en una sola frase.

"Me robó el celular…"

Entonces…

¿Quién le había contestado la llamada?

Hoseok corrió a su encuentro y lo abrazó hasta alzarlo en el aire y Chanyeol le golpeó la nuca para que lo suelte.

—Lo asfixias —Jimin fue dejado en el suelo con delicadeza y esperaron una reprienda visual pero solamente recibieron un bostezo que los tomó por sorpresa.

—¿A quién debemos interrogar hoy? —Chanyeol y Hoseok intercambiaron miradas confundidas.

—A Taehyung.

—¿Por qué traes esa expresión de muerte? —preguntó Chanyeol y Jimin gruñó irritado.

—Me quedé haciendo tarea hasta tarde —respondió simplemente y el par se creyó la mentira—. Bien.

Pasó entre ambos cuerpos para adentrarse a su clase, dejando abandonados a sus amigos que seguían igual de confundidos que antes.

—¿Habrá tenido una mala noche? —sugirió Hoseok y el alto ladeó su cabeza.

—Probablemente, no suele comportarse así. Quizás luego nos cuente, no deberíamos presionarlo o se pondrá peor. —Rodeó los hombros de Hoseok y este le dio la razón. Decidieron alejarse para ir a sus clases, yéndose enredados entre sí e igual de empalagosos que siempre.

Por otra parte, Jimin se encontraba en su asiento y de vez en cuando le echaba miradas a Taehyung para ver su comportamiento. Kim se veía relajado, sus ojos serenos pero serios y su postura era despreocupada; eso a Jimin le molestaba por completo, se veía tan fresco pero su actitud era un huracán que arrasaba con todos. No sabe en qué momento comenzaron a llevarse así, en un principio notó el desagrado que nació paulatinamente en Taehyung hacia él pero lo empezó a hacer demasiado obvio, le molestaba por completo no saber una razón fija.

Las horas fueron haciéndose más tortuosas, los profesores cambiaban y sus compañeros quemaban sus dedos sobre las hojas de sus apuntes. Y él, bueno, él en cualquier momento caía dormido porque las voces de los docentes eran como una dulce melodía para dormir que se iban perdiendo entre los árboles de su cabeza.

El ansiado timbre dio pie al primer receso y se dirigió hacia el asiento de Taehyung para proponerle encontrarse al final de la jornada para charlar. Sin embargo, el castaño se levantó bruscamente de su asiento colocándose sus auriculares y pasando por su lado, empujando su hombro con el suyo. No pudo reclamar cuando Taehyung se retiró de la clase para quién sabe qué hacer. Sus redondos labios cerezas se arrugaron disconformes con la actitud del alto.

Decidió desistir por el momento y tomó su mochila para abandonar el salón. Su actitud tuvo un cambio radical cuando llegó al ›Ala A‹ y su corazón potenció el ritmo de sus palpitaciones. Quería apresurarse para ver a Yoo-

Sus pies cortaron su camino gradualmente cuando vio a Yoongi parado frente a la puerta del abandonado salón y sus órbitas parecían querer salir de sus cuencas mientras que sus labios se separaban en un abismal espacio que dejaba escapar sus escondidas emociones.

Jimin dudoso, decidió avanzar sin obtener la atención de Yoongi y cuando estuvo a su lado… lo entendió totalmente.

El piano se encontraba destrozado con astillas sobresaliendo de su –antes– reluciente negrura, los teclados fueron arrancados siendo repartidos como lluvia de nieve alrededor y había garabatos en todas las paredes. Las sillas parecían ser el arma homicida del viejo piano pero eso no era todo…

Un gran cartel con las palabras:

"¡ERES UN PUTO ASESINO, COME LIBROS!", era la atracción principal.

—¿Qué…? —Pudo formular después de salir de su trance ante tan cruel escenario. La gente no tenía corazón o piedad.

Cuando su cuerpo hizo el atisbo de acercarse a Yoongi, dos manos lo tomaron del hombro y los dedos se enterraron en la piel de la zona. Vio la sombra que se apoderó del rostro de Min y enmudeció. Soltó un quejido de dolor cuando se adentraron al salón con la fiereza de un felino salvaje, tal brusquedad hizo que tropezara con sus pies y cayera al suelo.

—¿¡Qué mierda sucede contigo!? —le gritó Yoongi una vez se separaron, a una distancia dolorosa que la noche anterior no existía y Jimin lo notó… claro que lo hizo.

—¿De qué hablas?

—¡Esto! —vociferó cortando el aire con sus brazos, dándole un enfoque más amplio al desastre que parecía hecho por bestias—. ¡¿Quién lo hizo?! ¡¿Tú?!

Jimin abrió y cerró su boca… Se quedó atónito: “¿Por qué no puedo hablar?”.

»—¡Maldición! —arrastró la última sílaba, pasándola sobre la acera poco pulida. Su ronca voz le dio énfasis a su frustración—. ¡Todos los lugares que invades los destruyes!

"Todos los lugares que invades los destruyes…”, se repitió Jimin en su mente, una y otra vez, como un insaciable eco que se clavó en su cerebro. Sus párpados eran fisuras de gran profundidad y sus orbes eran dos pequeños puntitos temblorosos, estaba inmóvil.

»—¡Primero la biblioteca y ahora esto! ¿¡Por qué te empeñas en arruinar mi paz!?

Yoongi seguía gritándole, Jimin solo mantenía una expresión conmocionada por las palabras que no se apegaban al Min tierno… atento… y cuidadoso Min Yoongi. No se asemejaba en este momento al chico que la noche anterior lo besó como si estuviera besando los pétalos de una flor.

»—¡Estaba todo perfecto antes de tu llegada! ¡Tuviste que dejarme solo! ¿¡Es tan complicado de entender!? ¡¿Por qué carajos te acercaste?! ¿¡Qué demonios quieres de mí!? ¿¡Qué buscas de mí!? —Yoongi apretaba sus puños y sus lentes ya no tenían equilibrio sobre su nariz— ¡Confíe en ti!

Los gritos dentro de la cabeza de Jimin se hicieron un sonido en sordo que tomó forma de un pitido que ganaba fuerza con cada segundo.

»—¡¿Por qué no me dejas en paz?!

Una burbuja explotó dentro del cerebro que se camuflaba debajo de sus extensos mechones rubios. Toda la oscuridad que Jimin tanto intentó suprimir, tantas emociones que quiso resguardar comenzaron a salir a la luz, las sombras de su pasado le murmuraban en el oído lo fracaso y asqueroso que era, las manos se ceñían sobre su cuerpo y palabras que tanto intentó olvidar, volvieron a él en un choque de onda que arremetió vehemente contra su cuerpo.

Pequeñas piezas de su alma se comenzaron  a agrietar.

Y se destrozó.

Unas pequeñas líneas brotaron de sus oscuros ojos, que se ensombrecieron y abandonaron la luz que tanto buscó aferrarse por tanto tiempo. Él quiso engañar a la gente manteniendo una apariencia serena y fuerte; sin mostrar demasiada reacción, no quería que la gente se aproveche de sus debilidades y por eso construyó un escudo en contra de esos ataques. Pero ahora mismo se encontraba tan destrozado.

Su expresión sin reacción y siendo una fiel representación de las famosas muñecas de porcelanas sin emoción: fue reemplazada lentamente por arrugas en su barbilla que intentaban contener las lágrimas que aumentaron en cantidad e intensidad. Sus labios se abrieron sin soltar sonido alguno pero los signos de su llanto provenían de su corazón, le dolía el corazón y ardía. Los fuertes sollozos nacieron y sus párpados se estrechaban ante la vista nublada. Los dedos apretaban su suéter a la altura de su pecho. De rodillas se escondió entre sus brazos, chocando el fin de sus ríos salados en el liso suelo.

Y su llanto explotó. Tan fuerte y doloroso, su alma lloraba. Dolía, dolía tanto.

Yoongi lo miró desde su lugar, su expresión estaba en blanco sin reaccionar, sin embargo, sus órbitas cristalizadas estaban también al borde del colapso, tan irritados y adoloridos. No sabía cómo reacionar, no sabía cómo actuar… no sabía si moverse… no sabía el efecto que tenían sus palabras.

Un grito se escuchó y antes de tiempo, Jimin era agarrado de las mejillas y todo se volvió confuso. Chanyeol lo tomaba de las mejillas buscando que vuelva en sí y vio a Yoongi en el suelo con Hoseok sobre él, tomándolo de su remera mientras su boca soltaban cosas que no podía escuchar. Para él, el mundo estaba en mute.

—Ji… —“Todos los lugares que invades los destruyes…”— ¡Par…! —“Eres una molestia hasta para tus padres”— ¡Con… Reaccio….! —“Tu padre se fue porque eres un parásito, se fue feliz por no verte nunca más la cara”.

Las sombras de su pasado le murmuraban cosas en su oído.

»—¡Park Jimin! —Un ardón se extendió por su mejilla y ahora escuchaba los gritos y el ruido de las ventanas temblar por las brisas.

—¿¡Qué le hiciste, hijo de puta!? —Jimin movió su cabeza como una tuerca hasta dar con Hoseok sacudiendo el cuerpo de Min.

Reaccionó.

—¡No lo toques! —ordenó en voz alta deteniendo los movimientos bruscos de Hoseok y las expresiones incrédulas de sus amigos no tardaron en llegar—. Él no hizo nada… es mi culpa, déjalo ir, Hoseok. —Su tono fue bajo y suplicante, roto y pendiendo del límite de un barranco a punto de destruirse. Se veía tan débil.

No muy seguro y conforme, Hoseok soltó el cuerpo del peli-gris que se levantó a tropezones.

Todos se sumieron en un silencio cuando el chico se retiró sin decir nada y Jimin no daba pista alguna de lo que sucedió. Chanyeol soltó un  silbido impresionado por el escenario apocalíptico donde se encontraban, eso llevó a Jung a mirar su alrededor.

—Parece como si Hulk y Thor tuvieron una batalla aquí. —La forma de aliviar el ambiente por parte de Hoseok fracasó. Chanyeol pasó la manga de su remera por las mejillas enrojecidas de Park. Sabían que no recibirían una adecuada explicación.

—No te encontramos en el receso y te buscamos por todas partes. Tu amigo, ese tal Jackson, nos dijo que te vio yendo hacia el ›Ala A‹ y creímos que estarías aquí —explicó Chanyeol con calma, buscando no ser brusco o grosero en el delicado momento emocional que se encontraba Jimin. No hubo recepción por su parte y el par suspiró cansado—. No esperamos que nos cuentes ahora lo que sea que esté pasando por tu cabeza… Tómate tu tiempo y cuando te sientas preparado, sabes que tienes a dos tontos que te escucharán.

Hoseok se acercó agachándose junto a Chanyeol y antes que alguno pueda moverse, fueron rodeados por unos brazos.

—Gracias… En serio gracias —murmuró Jimin a sus amigos. El par sonrió y rodeó el pequeño cuerpo de Jimin con cariño y delicadeza.

“Gracias”.

El trío decidió posponer por hoy el interrogatorio, bueno, más bien, Jimin fue obligado a ir a relajarse. Mientras recogía su cuaderno, un sobre arrugado apareció entre sus libros. No lo había notado, es posible que lo haya confundido con las hojas. Lo tomó entre sus manos y la sangre de sus venas se detuvieron por una milésima de segundos.

“Para: mi corderito”.

El sobre estaba arrugado y en todo el día no había soltado su mochila… ¿Eso quiere decir que se lo ha dejado antes de asistir a clases? ¿En qué momento…?

"Cuando entraron a casa”, teorizó.

Miró su alrededor y la clase estaba vacía luego de que el último tiembre de la jornada sonara. Los escritorios desordenados y el pizarron escrito fueron abandonados rápidamente por sus usuarios apenas tocó el timbre. Él se tomó su tiempo, estaba lo suficientemente cansado para moverse.

Esta vez la carta no tenía el mismo peso que las anteriores…

Con desespero, intriga y miedo burbujeando en su garganta, rasgó el papel para sacar el contenido.

Te dije que desistieras. Ahora conocerás cómo los adultos juegan, pequeño corderito.

Tu casa es preciosa, me pregunto cómo se verá con mis decoraciones. Te recomiendo que cierres la boca si no quieres que te corte la lengua, me enteraré cuando te quieras pasar de listo conmigo y decidas soltar una sola palabra.

Por cierto, tu madre es preciosa, ¿ya te mostré la linda foto que le saqué?

Eso… Tiembla, quiero verte temblando y en rodillas, suplicando para que no me acerque a tu madre. Me hiciste pasar una mala noche cuando llamaste a los oficiales, espero que no se repita y me recibas con un bonito café.

Tengo que agregar: haces que me ponga celoso constantemente, pequeño corderito”.

Las letras impresas no eran claras por la constante vibración de los dedos del rubio. Se le hizo complicado respirar y cada vez, sus pulmones dolían más al tomar lo último que quedaba dentro de la carta.

Su pecho ganando tamaño y reduciendo espacio, apretando su corazón… Hasta que se detuvo.

En sus lindos ojos celestes se reflejaba una foto de su madre en la avenida cerca de su casa, distraída y hablando por teléfono. La foto fue tomada tan peligrosamente cerca.

Ya habían hecho su movimiento.

Los juegos de adultos ya dieron pie dentro de ese combate de tiempo y silencio.














































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Holaaaa, perdón por la demora. 💛🐥

Estuve semanas enferma y llena de tarea pero intenté actualizar los fics más pedidos (?). Además, estoy repartiendo mi tiempo para desarrollar un proyecto que pronto vendrá y que estuve manteniendo en el sótano por mucho tiempo, algunos sabrán de qué hablo y otros les sonará el título “Ceasefire”, ya que anteriormente lo mencioné en mi tablero.

También tengo un mini-fic que nació por un pensamiento que tuve “Quiero hacer un fanfic peor que el misterio de ›El come libros” y bueno... el fanfic ya está publicado y se llama "Balbuceos en la nieve", espero que le den mucho amor a mi nuevo bebé. (´。;ω;') 💛

¡Otra cosa muy importante! ¡El come libros sobrepasó los 400k! Muchísimas gracias por apoyar esta historia y aguantar mis actualizaciones cada milenio, habrán notado que me volví más quisquillosa cuando se trata de actualizar y no escribo si no hay inspiración, para no traer un capítulo soso. Así que gracias por su paciencia y sus hermosos comentarios que olvido responder pero sepan que los leo y no puedo creer el apoyo y amor que dan. TwT

¿Tienen preguntas? ¿Sospechosos? ¿Están atando cabos? ¿Quién creen que sea el sospechoso? ¿Qué les pareció la experiencia que tuvo que pasar Jiminnie? ¿Qué les parece el arranque que tuvo Yoongi? ¿La mamá de Jimin estará bien? ¿Qué les parece el comienzo del YoonMin? ¿Por qué soy tan mala que apenas el YoonMin tuvo interacción romántica y ya hice que se separaran? ¿Por qué Hoseok y Chanyeol son unos bebés?

Este arco no se llama Epifanía por nada jsjsjs.

Espero que hayan disfrutado el capítulo. 💛

Nos leemos dentro de un milenio, bye. 🐥

mysverse©

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