El tintineo de los metales chocando entre sí produciendo una melodía de completa ataraxia causó el abrir de sus ojos.

Todo estaba tan oscuro, así que se levantó para abrir las cortinas de la habitación dejando entrar los rayos del sol, iluminando cada rincón de aquellas cuatro paredes.

Sentía la somnolencia aún jugar con él, entró al baño para arreglarse para comenzar un nuevo día. Al salir escuchó el fregadero ser encendido y el ruido de platos chocando entre sí.

Cruzó por el pasillo y al final de éste, sus pies se encontraron con un pétalo de un lirio en el suelo, ladeó la cabeza, mirando extrañado el pequeño pedazo de flor.

Extrañado, dio pasos lentos hasta llegar a la cocina de su departamento para encontrar a su esposo dado vuelta cocinando, el exquisito aroma llegó hasta sus fosas nasales, dilatando todos sus sentidos. Se acercó por atrás y abrazó a su hombre, escondiendo su rostro en el encuentro de sus omóplatos.

—Buenos días, amor —fue lo que dijo Jimin al sentir aquella calidez, los brazos del contrario envolvieron su cintura y un beso fue depositado en sus belfos.

—Buenos días, bebé —fue la respuesta de su esposo, que mantenía una sonrisa en su rostro. Jimin le sonrió completamente embobado y posó su mejilla en el torso del contrario.

—Yoongi mi amor, ¿ya te tienes que ir a trabajar? —interrogó Jimin con un ápice de tristeza y miedo en sus ojos.

Sintió la fría mano de Yoongi en su mejilla, acariciándolo con parsimonia, Jimin cerró sus ojos disfrutando de la dulce caricia.

—Sí amor, lo siento —otro beso fue depositado en la frente del bajito.

El chico de cabellos negros asintió y Yoongi sólo lo abrazó mucho.

Los dos se quedaron en esa posición, recibiendo el calor del otro, hasta que el rubio se separó un poco.

—Vamos a desayunar —comentó Yoongi, Jimin asintió con su cabeza y se separó del cuerpo de su esposo.

Ambos caminaron hasta la mesa con Yoongi abrazandolo hacia atrás.

La mesa ya estaba lista.

Y Yoongi se había despedido de su amor con un lento beso en sus labios cerezas.

La oscuridad cubrió a todo Seúl y la luna fue testigo de tal majestuoso acto.

Jimin se encontraba solo, se abrazaba a sí mismo para obtener calor ante la soledad sobre el sillón de la sala, esperando a su amado. Pequeñas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojitos, ¿dónde estaba? ¿por qué tardaba tanto en llegar? Eran las 11 de la noche y su esposo aún no llegaba aunque se había retirado del departamento a las 10 de la mañana.

Te necesito...

Fue lo que soltó en un susurro lastimero, observando como aquella sombra se movía por todo el lugar intimidándolo, haciéndolo más pequeño en su posición, sintiendo más ansiedad por la calidez de Yoongi, necesitando su presencia, anhelando sus besos y extrañando sus dulces palabras.

—Yoongi... —sollozó cuando vio aquella borrosa figura acercándose a él, distorcionada por la capa de agua salada que cubría sus ojos, entorpeciendo su sentido visual y aumentando el terror.

Entonces las lágrimas abundaron y los sollozos se hicieron más fuertes.

Necesitaba a su Yoongi.

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Historia dedicada a la bella  ownitpxrk

Esta historia surgió de unos de los borradores que tenía de hace tiempo pero no me animaba a subir, espero que le den mucho amor ❤

[Agregado] Esta historia tiene sus añitos ya, así que cualquier error, falta ortográfica y edición, serán corregidas/cambiadas una vez finalice la historia.

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