—Perdimos a nuestra prueba de experimento #201 —La mujer chasqueó la lengua ante la noticia, levantó su mano para saber que lo entendió, el hombre de bata blanca se retiró viendo por último la espalda moldeada por el elegante traje.

La mujer de largos cabellos castaños que llegaban hasta su cintura, pasó su lengua por sus delgados labios rojos en una tétrica sonrisa, viendo su reflejo que ocultaba una figura de un niño del otro lado de un cristal, un tanque muy grande en forma de cilindro que formaba burbujas de agua en un líquido verdoso. Posó la palma de su mano ignorando todos los demás tanques a su alrededor, el chico dentro de éste frunció su ceño en su profundo sueño con la mascarilla cubriendo la mayor parte de su cara.

Sus comisuras tomaron distancia en una pequeña sonrisa triunfadora.

—Deberías ir a las clases, Hoseok —exhaló Nirt alzando una ceja hacia el chico de cabellos dorados que descansaba su cabeza en su almohada blanca con pequeñas nubes. Éste negó a la propuesta—. Deberías intentarlo.

—No, es… muy… problemático —soltó un gran bostezo con sus perezosos párpados y sobó sus ojos luego de pronunciar lentamente su oración.

—Vamos, probablemente hagas amigos —insistió sentada en su silla en la oficina. Era común que el chico entrara a su oficina como si fuera suya y a veces hasta dormía en el sofá o a un lado de Nirt y a ella no le molestaba realmente, lo conocía desde que era un niño y ella lo rescató, era su pequeño dormilón.

—Umh… Es que... —Hoseok acostó su espalda en toda la extensión del mueble acolchado. Pensando en qué decir sin realmente revelar mucho.

—¿Es que…? ¿Tienes miedo? —El rubio infló sus mejillas al ser descubierto—. Puedes colocarte guantes y llevar tu almohada, no es tarde para ingresar a clases —aconsejó delante de un debutativo Hoseok, él realmente se estaba planteando la propuesta con esa solución además de recordar a ese agradable muchacho de cabellos verdes, si hay más personas como él, iría a clases con gusto.

—Umh, lo pensaré —Se tiró echándose a dormir bajo la cansada mirada de Nirt. Ésta cedió a las insistencias y siguió mirando los documentos, leyendo dos fichas con dos perfiles casi idénticos. Sonrió de lado, necesitaban ser precavidos con esto si no querían asustar al protegido.

Los mellizos.

—¡Clase! —gritó Naeun entrando al salón con un impresionante bullicio que concluyó con su entrada. Chispas de curiosidad brillaron en unos ojos morados al notar dos nuevas caras entrando, toda la clase tuvo la misma reacción que él. Seokjin rio por los grandes ojos de Jimin que sumbaban con su inusual brillo. La profesora se posicionó a un lado del par, manteniendo una sonrisa.

»—Tenemos a dos nuevos estudiantes, espero que se lleven bien, pueden presentarse —Ambos chicos mostraron una parecida sonrisa. Uno de ellos habló primero, con un timbre de voz chillante y animado, más informal y ruidoso.

—Mi nombre es Jeon Yugyeom, espero llevarnos bien —Hizo una pequeña reverencia en muestra de respeto, Jimin lo miró fijamente, tanto que Seokjin tuvo que pellizcarle su brazo sacándole un audible quejido. ¿Él se veía así en su primer día? Porque ese par no parecía ni inmutarse y en su caso, fue un caso perdido imposible de rearmar.

Entonces el otro muchacho con unas facciones un poco más marcadas y mirada más seria, fue el que se dirigió al público esta vez, se podía notar que era más reservado y serio, un obvio contraste entre ambos.

—Un gusto, mi nombre es Jeon Jungkook…

Jimin ladeó su cabeza. “¿Dónde está…?”, escuchó, se confundió, ¿a quién buscaba?

Los ojos del muchacho se deslizaron fríamente por todo el salón hasta encontrarse con los suyos, fue un momento que hizo que su corazón palpitara de forma dolorosa, pasmado recibió una sonrisa de amabilidad que luego se borró al ver al albino detrás del peli-azul, tan voraz como un depredador, podía ver como el rojo se movía dentro de esas cuencas, tan brillantes y dominantes.

Chasqueó la lengua volteando el rostro y volviendo a una expresión amable.

Jimin parpadeó sin entender.

“Que problema”, ¿problema? ¿Por qué un problema? ¿Qué es un problema? Apretó su rostro sin entender y recibió unas caricias reconfortantes por parte de Seokjin.

—Cálmate, te sale humo de la cabeza —Cuando la broma cobró sentido en su mente, infló sus mejillas y golpeó el hombro de Seokjin quien carcajeó sonoramente con una risa un poco… ¿singular? Ambos se quedaron tiesos al sentir una presencia aterradora a un costado de ellos, unos mechones de cabello acariciaron ambas mejillas sigilosamente… Tanta que los perturbó.

—¿Me cuentan el chiste…? —Naeun preguntó con una sonrisa forzada.

Carajo.

Seokjin y Jimin tenían un chinchón en las cabezas luego del golpe que les dio Naeun por interrumpirla y recibir un sermón de la educación y varias cosas más.

—No me sorprende —exhaló Nirt mirándolos con una comisura elevada. El chico serpiente gruñó emitiendo un leve siseo, Jimin se permitía bajar la cabeza avergonzado de sus actos, recordando ser el centro de atención, no acostumbrado a resaltar y eso era una nueva experiencia para él y su frágil corazón. La mujer siguió escribiendo en sus documentos teniendo a ambos chicos sentados en el sofá de su oficina con las cejas fruncidas de lo aburridos que se encontraban, sentimiento que se disipó con la entrada de un rubio quien ni siquiera se tomó la molestia de saludar o mirar a su alrededor para acostarse sobre su almohada en uno de los sofás individuales, Nirt había dejado de escribir mirando fijamente al chico que ya soltaba leves suspiros.

—Oh, ricitos de oro —Jimin se volteó sorprendido hacia Seokjin, ¿lo conocía?

—¿Lo conoces?

El alto asintió—. Lo encontré el otro día aquí.

La directora los observó fijamente y golpeó repentinamente la mesa, el recién llegado se despertó exaltado y cayó del mueble directo al suelo. Un audible chillido llenó la habitación y Seokjin y Jimin mantenían los ojos muy abiertos, expectantes de la escena, el pálido chico de cabellos dorados separó de manera perezosa sus párpados difíciles de despegar, su cuerpo pesaba mucho y reprendió con su mirada a Nirt, pero sólo necesitó seguir la dirección que apuntaba el dedo de la mujer para caer en cuenta que no estaban solos.

—Oh… Hola —susurró avergonzado pero de inmediato deformando su expresión a una de completa sorpresa—. ¡Eres ese chico!

Seokjin ladeó la cabeza.

—Hola a ti también —Jimin no entendía la situación, nunca había visto a ese chico pero era de esperarse, apenas ingresaba a este mundo desconocido y sólo conocía los rostros dentro de su clase, fuera de ahí, era un completo enigma. Los pensamientos ajenos comenzaron a abrumarlo lentamente hasta darle un punzón en la frente. De pronto sintió manos tocando sus mejillas y cabello.

“¿Será suave…?”

Tenía al chico durmiente delante de él, acariciando su piel pero teniendo una tela de su manga como protección en sus dedos, se sintió un poco mal al notar ese detalle, ¿le asqueará tocarlo? Aunque el muchacho se veía absorto tocando sus mejillas rellenas y calentitas, no sabía qué decir, si negarse al tacto o dejarse llevar por los mimos. Supo que sus nervios eran tantos que el desconocido se dio cuenta.

—Me olvidé… Soy Hoseok, Jung Hoseok —“Sus ojos brillan mucho”, bajó de inmediato la cabeza, totalmente acomplejado por sus traviesos ojos. Seokjin decidió interferir al notar que Nirt los dejó a solas para concentrarse en los papeles en sus manos, carraspeó notoriamente llamando la atención de ricitos de oro.

—Bueno… —Atrajó el pequeño cuerpo de Jimin hacia él—. Lo siento, pero lapislázuli es un poco tímido —Hoseok parpadeó un par de veces y miró fijamente al nombrado.

“¿Por qué le dice lapislázuli…? Oh… Tiene el cabello azul”.

Jimin rio bajito por ello. Seokjin comenzó a estar curioso por saber el chiste. No obstante, la puerta se abrió dejando ver a un albino siendo seguido por Taehyung y Namjoon, éstos mantenían una expresión molesta, Nirt golpeó su frente y Park escuchó un “¿Por qué nadie toca la puerta?” de la directora. El pálido se acercó a la mujer detrás del escritorio, no revisó si había gente o no, solamente quería denotar su irritación, volviéndose los protagonistas de la breve historia.

—No han dejado de provocarme, están buscando pelea —acusó Yoongi refiriéndose a los chicos detrás de él. Nirt sobó sus sienes. Jimin miró el bello perfil del extraño chico, estaba enfadado pero no sucumbia a la normal expresión de cólera, sino que sus gestos adaptaban una frialdad glacial, una belleza destacable.

—¿De qué forma te están provocando? —interrogó y el ceño de Yoongi se alineó, sin apartar la vista.

—Me miran fijamente —Todos rodaron los ojos excepto Jimin, ¿hirieron sus sentimientos? Eso estaba mal, ¿necesitaban que le den comida para subir su estado de ánimo?

—Yoongi… ¿No crees que probablemente quieran ser tus amigos? —Taehyung y Namjoon la miraron como si le hubiese salido tentáculos y tres cabezas. El albino bajó su mano acusatoria, ahora viéndose muy confundido, Nirt sólo estaba intentando evitar un problema que pueda agravarse.

—¿Amigos? —balbuceó. Los demás lo observaron sin creerse que se haya comido esa excusa, mas, Jimin sintió ternura, él sí sería su amigo.

—Sí, ¿no pensaste en esa posibilidad? —Taehyung y Namjoon suspiraron aliviados, ya se habían preparado para cualquier ataque.

—No quiero socializar —respondió de inmediato el albino, Jimin pensó: «Oh…», él sí quería socializar con él.

—Que sincero, Min —La voz de Seokjin hizo voltear al nombrado, la tensión se notó de inmediato, el peli-verde con su usual sonrisa altanera. Nirt masajeó su frente y Hoseok no tenía idea de lo que sucedía, por ello sólo acostó su cabeza en su esponjosa almohada.

—¿Y tú quién eres? —chasqueó.

—¿Qué- —Seokjin preguntó indignado, sin creerse que le haya preguntando aquello—. ¡¿Estamos en la misma clase y no sabes quién soy?!

—No está en las reglas memorizar caras y nombres —Apartó la vista, dejando a un ofendido Seokjin hablando solo porque su atención recayó en cierto peli-azul que se divertía por la situación, lentamente cesando su risa cuando notó que el silencio cayó sobre ellos y las miradas estaban sobre él. Precisamente se sentía más intimidado por Yoongi.

—Nos volvemos a ver, ojos morados —El rostro de Jimin se comparaba a una rosa, jugó con sus regordetes dedos pequeños, no se esperó que lo reconozca ya que Yoongi no parecía de esas personas que mantienen un recuerdo.

—¿Ustedes se hablan? —interrumpió Taehyung.

—¿Y tú qué? —Para esa altura, Nirt se había rendido y se encontraba leyendo un documento sin interés en detener la absurda discusión que se generó a su alrededor. Se supone que ella es la directora, ¿ya no hay respeto?

—Sólo preguntaba, amargado.

—Ya, Taehyung, no busques pelea —El albino miró a Nirt de inmediato luego de escuchar esas palabras, “¡¿Lo escuchó?!”, fue lo que oyó Jimin y la mujer sólo lo ignoró. Suspiró cuando los gritos se hicieron más intensos pero se desvanecieron cuando nuevamente la puerta fue abierta con brusquedad.

“Sí, rompan mi puerta”, pensó Nirt con sarcasmo y ahora resignada miró a las nuevas presencias. Dos chicos casi iguales se vieron sorprendidos por los demás muchachos en la habitación. Está bien, raro, pero está bien. Jimin rápidamente captó los pensamientos confusos de todos en la oficina al ver a los nuevos, compartían tantas características que era imposible no relacionarlos.

—Oh, no sabía que habían visitas —habló Jungkook.

—¿Verdad? Tampoco yo —contestó Nirt, ya tirando a la basura su esfuerzo por mantenerse concentrada en su trabajo.

“Nosotros ni siquiera vinimos por nuestra cuenta”, pensó con pesar Seokjin, Jimin estuvo internamente de acuerdo. Aunque era bonito ver a todos allí, aunque habían bromas de por medio y apenas conocía a la mayoría, se le hacía reconfortante estar en un lugar lleno de personas interactuando… No una soledad absorbente.

Todos se quedaron en silencio al escuchar unos pequeños ronquidos. Frunció su ceño lentamente volteando su mirada –al igual que todos– para encontrarse a un dormido Hoseok a su lado.

La cereza del pastel.

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Perdón por la tardanza, espero que disfruten el capítulo. 💛

©mysverse