━O4.

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—Sólo respira ¿si? Sé que has estado un tiempo aislado de todo esto, pero acuérdate que ellos son como tú, relájate un poco —Nirt lo tomó de sus hombros para darle fuerzas y es que el chico era un manojo de nervios, aunque era entendible de un chico que dejó de asistir a la escuela por la presión y el rechazo.

—¿Y-y si...

—Ya, puedes hacerlo, yo entraré contigo, no te preocupes —Tocó su hombro en un acto de apoyo moral... Algo que necesitaba en estos momentos.

Cerró sus ojos con fuerza cuando la mujer a su lado golpeó la madera de la puerta con sus nudillos. Jimin dejó ver sus ojos morados esperando una respuesta, unos segundos después, una femenina esbelta apareció en su campo visual con unos lentes redondos decorando su rostro y una bella sonrisa.

—Oh... ¿Eres el nuevo estudiante? —susurró sacando medio cuerpo fuera de la clase, su tono de voz era dulce y amable, casi como si no quisiera asustar al precioso muchachito que se veía aterrado temblando en su lugar.

Éste asintió repetidas veces y la mujer rió por lo tierno que era.

—Entraré con él —Nirt aclaró sorprendiendo a la contraria pelinegra.

—Oh, ya, pasen —Se hizo a un lado, el bullicio que se había formado en el corto lapso que la profesora había abandonado la clase, había cesado cuando se dieron cuenta que la suprema estaba presente.

»—¡Clase! Les pido silencio para que dejen que la Directora les diga un par de palabras, ¿si? —La profesora se sentó en la silla detrás de su escritorio y se dispuso a mirar ansiosa la presentación, con sus manos juntas sobre el escritorio y varias preguntas, también porque le parecía extraño que Nirt entrara con el muchacho a la clase.

—Bueno chicos, como sabrán, escasas veces llegan nuevos habitantes a estas instalaciones, por lo que me llena de orgullo presentar a su nuevo compañero, Park Jimin —Sonrió posando una de sus manos en la espalda del chico que mantenía la cabeza gacha para esconder sus ojos y ni siquiera atreverse a mirar el lugar—. Vamos, como lo prácticamos —escuchó el murmuro de Nirt a pocos centímetros de su oído.

Sabía que debía enfrentarlo, pero... ¿Y si lo aborrecían?

“¿Por qué no habla?”

“¿Es mudo?”

“Que siga haciendo tiempo así se acaba esta aburrida clase”.

“Woah, es tan chiquito”.

Las voces en su cabeza provenientes de mentes ajenas lo hacía encogerse en su lugar, pero se llenó de valor para elevar su rostro aún con sus párpados sellados pero abriéndolos de sorpresa, así dejando ver el color de sus hermosos ojos.

“¡Son púrpuras!”

“Que hermosos, mis ojos son color mierda”.

“Son bellísimos, parece que brillan”.

“¿Por qué los míos no son así?”

Sintió su rostro enrojecer por los comentarios, pero aún así decidió acumular su voz en la punta de su lengua pensando en las palabras correctas y expulsarlas de una manera carismática.

—¡Soy Park Ji-! Ay no, eso no, y-yo... ¡Espero... Espero q-que nos podamos llevar bien! —sus ojos ardieron al sentirse avergonzado y auto-humillado.

“¡Pero que tierno!”

“Cosita linda, le comería sus cachetes a besos”.

—Bien, creo que eso es todo —Fue lo que dijo Nirt antes de darle una palmada a su espalda y luego comentarle algo que solo él escuchara—. Buena suerte, Jimin-ssi, tú puedes, fighting.

La mujer terminó por retirarse y acto seguido, la profesora de la clase se acercó a él con una pequeña sonrisa para decirle sigilosamente al de ojos morados que era inofensiva.

—Mi nombre es Son Naeun, soy la profesora de Historia y Biología, si tienes problemas o algún percance, siéntete libre de decírmelo, ¿si? —Mostró su dentadura para que el chico al menos entre en confianza por unos segundos. Jimin asintió sintiéndose bien por segundos... Al menos ella no se parecía a esas señoras y señores que lo hicieron sentir mal en sus anteriores colegios.

Naeun se giró para buscar un asiento para el chico, pero no tuvo que buscar mucho cuando una mano se elevó en el aire.

—¡Jimin! ¡Siéntate aquí! —El nombrado al buscar al dueño de aquella voz conocida, sus ojos obtuvieron un brillo cuando reconoció a su compañero de cuarto.

—Bueno, al parecer te sentarás con Seokjin —Se alzó de hombros e incitó al peliazual a caminar, aunque éste estaba tenso por toda la atención que recibía pero hizo un logro al llegar a un lado de Seokjin quien tenía un lugar vacío a su lado.

Cuando estaba a punto de tomar asiento, sus ojos captaron al chico del bosque sentado detrás de Seokjin... Pero al contrario de todos los demás, éste mantenía una mirada fija y desinteresada en el otro lado de la ventana a su lado. Las filas de asientos horizontales, tenían una elevación que iban más arriba con cada hilera, por lo tanto tenía que alzar un poco su rostro para apreciar al chico en tiempo efímero.

Se sentó rápidamente con el corazón en la boca. Es que aquel cabello blanco, ojos rojos y piel pálida le hacían recordar a los vampiros que vio en películas, leyó en libros y escuchó en leyendas. ¿Los vampiros podían ser mutantes también? ¿Eso es posible?

Parpadeó un par de veces cuando Seokjin golpeó su brazo para que prestara atención en la clase y no le llamen la atención en su primer día.

—Los mutantes somos una subrama de lo que se conoce como “Ser humano”, como verán, nuestro número es reducido a comparación con la rama principal —comenzó hablar la pelinegra, formando un esquema en la pared y luego colocando un gran signo de interrogación a un lado—. Ahora, ¿cuándo se logró descubrir a nuestra especie? —Jimin se acomodó en su lugar verdaderamente curioso por lo que decía Naeun, ya que todo eso era nuevo para él.

»—No se sabe una fecha exacta del primer caso del descubrimiento de un mutante, pero si el primer registro del avistamiento de uno, se captó en 1854 en el Reino Haut, no se sabe con exactitud qué tipo de Mutante era, pero los testigos del acontecimiento, lo describieron de esta forma —la pelinegra caminó a su escritorio y tomó unos papeles, luego de acomodar sus lentes, leyó—: “Una capa roja cubría su cuerpo y su lengua era verde, sus ojos eran unos soles mientras que su voz era de un Dios supremo”. Hasta ahora se han conservado cualquier documento con relación a los Mutantes, pero no muchos de ellos están al acceso al público y están guardados o siendo investigados  —dejó sus lentes a un lado y se permitió mirar a Jimin por unos segundos para sonreírle—. Ahora, ¿con qué quiero llegar a esto?

El silencio recayó y Naeun suspiró decepcionada de que sus alumnos sean tan olvidadizos o perezosos para leerse sólo un par de párrafos de la página de un bendito libro.

—Vamos chicos, apenas lo vimos en la clase ante... —se interrumpió a sí misma con un suspiro.

Entonces una ronca voz resonó detrás de él, deleitando sus oídos con un tono monótono y ronco, un timbre de voz tan hembriagador y especial.

—Que el primer registro fue en el año 1854 pero se supone que venimos de la misma rama del Homo Sapiens Superior, por lo tanto, hemos vivido mucho tiempo más de lo que se documenta, a lo que se lleva a la pregunta: ¿Por qué tanto tiempo y recién saben de nosotros? —Jimin se giró sólo un poco para ver como el albino no quitaba su mirada del paisaje que se presentaba en el jardín pero con una mueca neutra, con una mano haciendo sostén de su mandíbula y una fina campera que sus mangas tapaban la mitad de sus manos y con la capucha cayendo por su espalda.

—¡Exacto! ¡Bien, Yoongi! —Saltó emocionada Naeun al saber que alguien sí le había puesto atención a lo que explicaba la clase anterior antes que todos salieran corriendo fuera del salón por el receso.

Pero Yoongi ni siquiera le dirigió una mirada, absorto en mirar a los pájaros haciendo un nido en la rama de un árbol.

Entonces Jimin escuchó:

Tengo hambre”.

Rió al oírlo y sólo siguió prestándole atención a la profesora.

—Una de las teorías que tenemos es que... Antes de la Edad Moderna, nuestros antepasados crearon un modo de supervivencia al ser asesinados por los Humanos que les temían —explicó caminando de un lado a otro con una lentitud, moviendo sus manos y una expresión ahora seria decorando su rostro—. Y cuando a mediados del Siglo XIX se registró al primer mutante, una ola de asesinatos, cazas y ventas con nuestra especie arrasó en una ola en todo el mundo, reduciéndonos al número que somos ahora en distintos establecimientos internacionales exclusivamente para nosotros —Las cejas de Jimin recayeron al saber que su especie estaba en peligro de extinción, sólo saber esos datos, de lo que hacen con ellos como si no tuvieran almas... Ahora podía ponerse en el lugar de los animales... Porque literalmente, los están tratando como a ellos, cuando ningúna especie merece eso.

—Profesora Son, cuando se refiere a distintos establecimientos, ¿qué significa eso? —preguntó su compañero de banco.

—Umh, no sé con exactitud en qué países hay instalaciones como Hillsborough, éstas se encargan de acoger a los Mutantes, enseñarles cómo usar sus dones y una gran variedad de cosas, también tiene el propósito de esconderlos y protegerlos...

Seokjin hizo una pequeña ‘o’ con sus labios luego de la respuesta.

—¿Y en qué países no hay? —Ahora fue el turno de preguntar de un muchacho con guantes cubriendo sus manos en las filas altas de hileras atrás.

—Por lo que sé, ciudades y países como: España, Noruega, New York, California, Irlanda, Francia y entre más... —se detuvo a hablar, los estudiantes estaban curiosos luego de aquel suspenso pero ver aquella mirada triste instalándose en los ojos de la mujer...— Los Mutantes en esos lugares... Se extinguieron.














Niconitty©

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