𓏲 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗫𝗜𝗜𝗜 ⩩ ‧̍̊🍂·̊ೄ

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Londres, 1975

Jungkook sentía que esta noche sería una de las mejores que ha tenido en toda su vida, simplemente por dos razones; la primera, Taehyung lo había invitado personalmente a él a una cena en su casa, y la segunda, es que posiblemente Kim y él estarían a solas un rato...

Bueno, la segunda razón lo hacía avergonzarse un poco por pensar cosas indecorosas con un chico dos años mayor que él.

Y es que tampoco podía dejar de pensar en cómo se sentirían sus labios presionando contra los suyos.

No.

Concéntrate Jungkook.

Quería dejar de imaginar futuros imposibles al lado de ese chico, y también quería dejar de sentir ese cosquilleo en su estómago que lo hacía ponerse nervioso.

Pero tampoco podía obligarse a olvidar algo involuntario de sus propios pensamiento y de su propio cuerpo.

Lo quería tanto.

Incluso, hasta hace poco había comenzado a escribir un diario para así poder encontrar respuestas de sus propias dudas.

Tal vez si...

Si ambos sintieran lo mismo.

Tal vez si fuera posible para ambos.

Él lo quería.

Queria creer que sí era posible.

Porque sabía que todos los sueños en algún momento pueden llegar a convertirse en alguna realidad.

Porque Taehyung lo amaba con la misma intensidad con la que Jungkook lo hacía, aunque en realidad aún no lo sabía.

Taehyung en el fondo creía que esa atracción se debía a que tal vez ambos eran buenos amigos.

Tal vez...

Pero hay veces en las que sólo se necesita un pequeño paso más para ver realmente lo que tenemos frente a nosotros.

Jungkook se encontraba frente aquella fachada lujosa, se sentía nervioso, algo que claramente no podía negar.

Quería deshacerse de esa sensación en el estómago que lo acechaba desde que había conocido a Taehyung.

Quería pensar por primera vez con la cabeza y no con sus sentimientos revueltos en su corazón.

Cuando finalmente estuvo frente a él, sentados en aquella mesa, había olvidado todo...

Porque lo quería...

Quería olvidar todo lo malo y tener buenos y nuevos recuerdos junto a él.

Pero sobre todo, quería besarlo.

Besarlo como si su vida dependiera de ello, como si fuese la última vez que se pudieran ver, como si él, fuese el único alimento para su cuerpo y su alma.

Deseaba tanto hacerlo.

Para su suerte, el tiempo había pasado relativamente rápido, pero Jungkook no podía dejar de sentirse insatisfecho consigo mismo.

La noche había caído de manera tranquila cubriendo la ciudad de Londres. La lluvia re sonaba fuerte sobre el asfalto de la calle y chocaba contra el vidrio de las ventanas que eran cubiertas por cortinas obscuras.

La noche para Jungkook no podía ir peor.

Hasta que...

—Será mejor que te quedes.

Escuchó la suave voz de Taehyung, quien levantaba el teléfono que yacía sobre una pequeña mesa en medio de la sala principal.

Sabía que Taehyung había llamado a su padre, quien seguramente estaría de acuerdo con aquella nada cómoda y apresurada decisión.

Pudo sentir incluso cómo su corazón había comenzado a acelerarse de manera involuntaria cuando vio la pequeña sonrisa genuina que Taehyung tenía en el rostro al terminar aquella llamada.

—Tu padre aceptó— finalmente dijo.

No pudo evitar soltar un suspiro al oír aquello.

Los jóvenes querían matar el tiempo en lo que la noche caía, así que se dirigieron hacia la habitación del mayor de los dos.

Jungkook en serio que no quería mal interpretar nada de lo que sucedía.

Simplemente escuchó como el pestillo de la puerta era cerrado con el seguro simple.

—Puedes ponerte cómodo—dijo Kim—, se supone que la mucama tenía el día libre, así que las habitaciones de visitas están algo... desordenadas.

—Claro—dijo Jungkook ofreciendo una corta reverencia, algo de costumbre en su país.

Taehyung había notado eso.

—¿Sabes? No es necesario que hagas tantas reverencias—. Soltó con simpleza.

Jungkook iba a disculparse, irónicamente, haciendo otra reverencia, pero el toque delicado de Taehyung debajo de su barbilla lo detuvo.

Su tacto contra su piel se sentía suave y cálido.

Le gustaba.

Y sería más.

Ambos se acercaron hasta la pared más cercana que tenían, hasta que la espalda de Jungkook chocó contra esta.

Estaban tan cerca uno de otro, incluso más que la otra vez, mirándose directamente a los ojos, sintiendo su aliento chocar contra sus caras.

Taehyung estaba cediendo ante su deseo y su duda de probar aquellos rosados labios Jungkook, y descubrir si realmente eran tan dulces como tanto los había soñado.

Así que por eso no lo dudó.

Sus labios primero sintieron un suave roce con los contrarios, encontrando placentera aquella sensación tan nueva que invadía a ambos.

Taehyung quería cortar aquel simple roce, pero las manos de Jungkook sobre su nuca se lo impidieron, haciendo que nuevamente ambos colisionaran en un nuevo beso, en el que ya no había simples roces, sino uno en donde había pequeñas mordidas y choques de dientes.

Haciendo que así, ambos descubrieran su nueva adicción...

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