⟩ 11 !

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- SungHoon intentó encender el cigarro pero la leve corriente de aire le impedía que el fuego saliera. Metió una mano dentro de su camiseta y bloqueó el viento, logrando encenderlo, por fin. Sentía los ojos de varios omegas sobre él pero no le importó demasiado, él sólo quería un par (uno verde) y Ni-Ki no parecía muy interesado en SungHoon.

—¿Vas a seguir ignorándome?

—¿Vas a seguir viéndome de esa forma?—siguió barriendo la entrada del café

—¿Está funcionando?

—No. —se metió al lugar y salió unos minutos después con un trapo en mano en lugar de la escoba— Son las 11 ¿no tienes clase?

—No, tengo esta clase libre... así que ¿haces esto por... 20-40 dólares? ¿Qué mierda te alcanza con eso?

Ni-Ki se apoyó en una mesa y bajó la cabeza, dejando caer sus rizos sobre su cara. SungHoon lo escuchó suspirar cansado y lo vio girarse hacia él.

—¿Qué mierda quieres? Estoy harto de que hables mientras estoy concentrado en otra cosa.

—Fingiré cómo que ese último comentario no me dolió y... ¡Hey, tú!—señaló a un beta pequeño con lentes redondos— Ven.

El beta pelinegro se acercó a SungHoon un poco temeroso y Ni-Ki observaba todo un tanto confundido.

— Yuma ¿cuántas veces te he dicho que dejes de espiarme? —el castaño se cruzó de brazos sobre su pecho, provocando que sus músculos resaltaran— Si Liz quiere hablar conmigo, que se ponga un par de cojones y venga ella. Estoy cansado de ti, japonés, a cada puto lugar que voy estás tu.

—Hm, me suena conocido...— Ni-Ki dijo en tono sarcástico y continuando con su labor

—Lo siento, SungHoon. Liz no sabía si aún estabas enojado y...

—¿Y qué? Sólo hazme un favor y dile que se agarre los ovarios y venga a verme, dile que tengo una propuesta—se quedaron en silencio unos segundos y ninguno se movió. SungHoon alzó una ceja.—

Yuma se fue de ahí con pasos rápidos y dejando un leve olor a miedo. El alfa se giró hacia el omega con una sonrisa brillante. Riki levantó una mano con rapidez para bloquear el sol, pero SungHoon hizo algo extraño.

Se encogió y retrocedió un paso.

Luego pareció que el castaño se dio cuenta de su reacción y sus mejillas se tornaron de la sombra más sutil de rosado.

—¿Siempre eres así?

—¿Así como?

—Así de egocéntrico y controlador. — Ni-Ki se puso el trapo sobre su hombro y se acercó a SungHoon por fin, dejando una distancia de dos metros— Y de insoportable.

—Me gusta mandar. —pisoteó el cigarro hasta que por fin se apagó y echó los restos en un bote que tenía por un lado— Y sobre lo último... esa descripción no entra en mi lista de cualidades.

—Eres un Alfa insufrible, Park. —rodó los ojos y se metió al Starbucks sin despedirse de SungHoon.

El castaño porto una sonrisa boba todo el camino a su departamento y cuando entró el olor a omega lo golpeó de repente, dejándolo un poco mareado y con el ceño fruncido, olvidando su amena conversación con el precioso omega de cabello rizado. Luego como latigazo, el aroma a Alfa le llegó y le hizo arrugar la nariz.

WonYoung debe de estar en celo, maldición, pensó con molestia. Se metió a la cocina y lo primero que vio fue un post-it rosa que decía:

"Lo siento, Hoon, se me adelantó dos semanas."

Bufó y arrojo la nota al suelo. Puso su antebrazo en la puerta del refrigerador y recargó su frente, apretó las manos en puños y repasó sus opciones en la cabeza.

a) Jay

b) HeeSeung

c) Sus padres

El primero lo descartó casi de inmediato, los Alfas no eran permitidos en los dormitorios de la Universidad después de las 8. Al segundo dudó un poco al eliminarlo, pero odiaba al roomie de HeeSeung y eso lo hizo cruzar el nombre de su lista mental. La tercera opción era básicamente la única que tenía... mierda. Observó el reloj digital de su cocina, 12:56 p.m. Ya ni siquiera tenía sentido regresar a sus clases. Se sintió sofocado por el ambiente (y los sonidos) del departamento, por lo que decidió salir de una buena vez y dirigirse a casa de Chan.

Las gemelas fueron las primeras en verlo, saltaron sobre él y le dieron un beso en el cachete. ChaeWon le hizo un signo de paz y las gemelos le jalaron el pelo. Finalmente su madre lo observaba desde la cocina, con los labios en una fina línea y expresión tensa.

—¿Cómo sigues?—dio varios pasos al frente hasta quedar cara a cara con su hijo y le acarició la mejilla— Lo siento mucho, bebé.

—Estoy bien, en una semana volveré a entrenar y para finales del mes estaré jugando de nuevo.

—¿Por qué no estás en clase? — SungHoon pasó de ella y caminó directo a la despensa. Abrió la puerta y observó las cajas y diferentes empaques de golosinas, dentro— Te estoy hablando, SungHoon.

—Tuve un par de horas libres—tomó dos Twinkies— ¿Y Chan?

—Es tu padre. —hizo una mueca— Está arriba, en su despacho... ¿dormirás aquí? Puedo decirle a una de las sirvientas que preparen tu habitación.

—No es necesario, dormiré con RyuJin. —traducción: mi cuarto es el más cerca del de ustedes; el de RyuJin está un piso arriba, por ende, lejos de mi padre— Me llevaré las chicas a comer.

—Pero ya prepararon la com-

—Se puede guardar para la cena. —se alejó de su madre y subió las escaleras hasta llegar al piso de sus hermanas. Abrió la puerta del cuarto de RyuJin y se dejó caer en la cama, sintiendo culpa por su comportamiento.

—Mamá no tiene la culpa.

—Lo sé—contestó metiéndose la mitad del panecillo de vainilla.

—¿Y por qué la tratas así? —la chica sacó una lima y se empezó a hacer algo en las uñas de las manos— No se lo merece, Hoonnie.

—No es a propósito, niña. Es solo que... nunca hizo nada para detener los golpes, se ha quedado todos estos años a su lado mientras veía como papá me golpeaba con su cinturón.

—No conoce nada mejor. —la castaña hizo una mueca y dejó la lima a un lado, vio fijamente a su hermano y suspiró.

—No conoce nada. — SungHoon cerró los ojos— Nunca dejes que un Alfa te trate así, nadie te puede poner una puta mano encima ¿me escuchaste? Y si alguien se atreve...

—Lo sé, Hoonnie...—le depositó un dulce beso en la mejilla— ¿Vamos al centro comercial?

—No pienso comprarte nada.

—¿Estás seguro? —le hizo un puchero y sus mejores ojos de perrito a punto de ser abandonado. Maldita sea, estaba funcionando y en la mente de SungHoon se regañó por sucumbir a las garras de su hermana— Le diré a tu gemela, ve por el auto.

RyuJin saltó de la cama y salió corriendo. SungHoon gruñó y se paró con flojera, bajando dos pisos para llegar a la entrada y tomar las llaves de su Mercedes. En el auto tuvo un presentimiento y una sensación extraña le cubrió el pecho.

♡❜

Con un par de rebanadas en el estómago y una buena cerveza, se sentía mejor de lo que se había sentido en varios días. Sus hermanas le contaban cosas que les habían sucedido en la escuela y le arrebataban sonrisas de vez en cuando.

—¿Cuándo volverá WonYoung a casa?—el ambiente ligero y divertido decayó considerablemente ante la pregunta de ChaeWon.

—Escuchen. WonYoung...

Movió su cabeza tan rápido que casi sintió su cuello tronar. La esencia de vainilla y canela casi inundó sus fosas nasales y lo embriagaron más de lo que cualquier tipo de alcohol lo haría. Abrió los ojos (¿en qué momento los cerró?) y buscó entre los clientes del restaurante hasta que encontró un par de ojos verdes observándolo con fastidio.

Ni-Ki.

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