Desde que la mamá de Yeon me había contado aquello nuevo sobre él no había dejado de darle vueltas al asunto, cosa que, claro, me preocupaba....

Un momento, ¡por Dios! ¿Por qué tenía que interesarme siquiera él?, debería dejar de pensar en eso.

— ¡Hey, Soobin! Oye, ¿te encuentras bien? —

«¿Qué?»

— ¡Ohhh! ¡Dios qué susto! —

No sabía quién me estaba hablando, pero tampoco me importaba, sólo necesitaba salir de este maldito salón cuanto antes.

Tomé mis cosas y sin más corrí con dirección a la cafetería. No era raro que no hubiera nadie en el pasillo, pues aún era hora de cla... ¡Dios mío, me salí del salón sin permiso! Ah~, seguro mandarán a llamar a mi mamá y yo no sé qué voy a decirle.

«Mira mamá, lo que pasa es que me enamoré de Yeonjun, ¡y no puedo aceptarlo! Porque, creo que está tontito.»

Absurdo, seguro con eso me termina de rematar.

Y no, no es que mamá sea homofóbica y tampoco es que no sepa que yo soy gay, sino que más bien me soltaría tremenda cachetada si le digo "tontito" a alguien. No, no, no, eso no es lo peor, seguro acaba por meterme a un internado si se entera que el chico bobo no es más que el joven hiperactivo que se metió de colado a mi casa sin permiso. Sí, el que le dijo «mamá», al que también le dije idiota, ya serían dos y con eso no me acepta en casa.

— ¡Ahg! ¡Mierda! — Ya no había vuelta atrás. Que idiota soy.

— ¡Oh! Binnie... —

«Mierda, mierda y más mierda.»

— ¿Qué haces aquí, Yeonjun? Se supone que debes estar en clase. —

No podía evitar mostrarme fraternal con el chico, siempre hacía cosas cuestionables.

— Bueno, te vi pasar frente a mi salón..., y le pedí permiso a la señorita Young para ir al baño, ¡y vine a saludarte! —

— Yeonjun... ¡vete a tu salón!, si no, la coordinadora te va a mandar un reporte. Y tú mami se va a enojar contigo. —

Mis respetos a la linda madre de Junnie.

— Pero, yo quería saber que estabas bien, Binnie. — Su, carita, Dios, mátenlo.

— Pues estoy bien, ahora lárgate a tu salón. —

Adiós modo paternal.

— Oh~, bueno. ¡Adiós! —

Cuando el chico desapareció de mi vista, automáticamente retomé mi camino con rumbo a la nada misma, sin descanso, sin fijarme por dónde iba. Con la mente nublada de ridículas ideas tormentosas acerca de cierto chico con carita de bebé.

Hasta que llegué a mi destino: 'A pet, a good company'. La tienda de mascotas.

Al ingresar al local un asqueroso aroma perturbó mis fosas nasales. Tantos animales juntos, tantos alimentos de animales diferentes, tantos orines...

«¡Guácala!»

Sin pensarlo dos veces e ignorando las náuseas, me acerqué seguro a donde se encontraban los cachorros.

«¿Perro o gato? Mmm~, perro. Prefiero los perros.»

Tras unos minutos analizando a cada cachorro, mi atención deparó en un pequeño perrito Pomerania, de piel negra con marrón, sus ojos eran de un castaño tan oscuro que me recordaban a los de él.

Ése sería. Era simplemente perfecto.

— Disculpe señorita, me gustaría adoptar ese cachorro, por favor. —

Vaya~, ahora entiendo a qué se refieren las personas cuando dicen: "Cuando algo ocupa tú mente, el tiempo pasa volando. Y si es por alguien, las horas parecen segundos."

Después de comprar la cama para el perro, el plato para la comida y el agua, la comida, la correa y un collar muy lindo, me encaminé a mi próximo destino. Ya era tarde, seguro que Jun ya estaba en su casa, pues cuando me fue sólo faltaba como cuarenta minutos para salir, y me había tardado más de cuarenta minutos.

Ding Dong.

— ¡Ah! Hola Soobin, linda tarde. ¿Qué te trae por aquí? — Se quedó viendo extrañada, pero a la vez fascinada, al cachorro en mis brazos.

— Buenas tardes, señora, ¿se encuentra Yeonjun? —

«Oh. Por. Dios. ¿Ahora qué rayos estoy haciendo?»