❪𝟮𝟭❫ ; 𝗴𝗿𝗲𝗲𝗻 𝗮𝗻𝗱 𝗿𝗲𝗱.

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ARC TWO; WINGS❫
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTIUNO;
VERDE Y ROJO
❛Constante preocupación❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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SE TERMINÓ DE HACER LA ÚLTIMA COLETA de su usual peinado cuando estuvo en el aula. Puede que no haya sudado prácticamente ya que no hizo demasiado, pero aún así terminó dándose una ducha. Había terminado optando por la mejor salida si es que aquella situación de que ambos eran "villanos" con un arma, por ende, bomba nuclear, no tenía porque hacer contacto con el calor debido al uso de su quirk, que si fuera en una situación verdadera, kabom, explota todo Japón.

Aunque tampoco es que haya usado su quirk.

Oi, Tsubomi. —la llamaron y terminó observando hacia detrás de ella en dónde estaba sentado Kaminari, siendo su puesto usual. Terminaba de anudarse el listón con sus ojos en él—. ¿Salimos?

Pestañeó varias veces por lo que había dicho, dejando lentamente sus acciones para poder reaccionar por completo a lo que había dicho. Acomodó sus piernas de lado en la silla para estar más accesible al rostro del chico del mechón eléctrico. Le tomó sumamente desprevenida que le dijera algo como eso, sobretodo de forma repentina. Lo observó mientras colocaba sus manos en sus muslos y los golpeaba en silenciosas palmaditas.

Seguidamente lo observó nuevamente, sin rastro alguno de un sonrojo o algo, si no más bien de curiosidad, manteniendo su cabeza inclinada ligeramente hacia un lado.

—¿Al patio? —preguntó sin comprender su pregunta. El pobre chico casi se ahoga con su saliva ahí mismo por su ingenuidad—. ¿Al pasillo entonces? Pero si ya nos iremos a casa.

Las mejillas del más alto se ruborizaron por lo inocente que se estaba tomando su propuesta de ir a salir a comer algo con él, aunque tampoco es que lo haya pedido con exactitud ya que sólamente dijo aquellas palabras y sin ni siquiera argumentar más al respecto y aclararlo.

Respiró hondo cuando trató de calmarse y no terminar muriéndose ahí mismo de la risa que estaba aguantado y a su misma vez de la vergüenza de la situación de que la pelirroja esté considerando el «salir con él» de forma demasiado literal. Había entendido mal, bueno, no había entendido a lo que refería. Sonrió de lado mostrando ligeramente sus dientes mientras hacía su esfuerzo por no reírse para negar con su cabeza.

—No, no me refiero a eso. —aclaró con un poco de dificultad cubriendo su boca ya que estaba por reírse. Tragó saliva como si hubiera tragado algo con pesadez y rascó su mejilla, desviando la mirada—. Me refería a tener una salida entre los dos, al parque o a ir a comer algún helado o algo así.

—Me gusta el helado. —contestó con una sonrisa animada la pelirroja. En si, era a alguien que le gustaba las cosas así de suaves y dulces, aunque los gustos que tenía en general con la comida era los sabores fuertes, aunque se inclinaba también a lo dulce—. Pero si es precisamente hoy, no puedo, aunque no sé que día podría. Mi abuela es muy estricta conmigo en cuanto a salir.

—¿Vives con tu abuela? La has mencionado antes, como si no vivieras con tu mamá. —preguntó y a su vez comentó con curiosidad el rubio ante lo último, se había desilusionado un poco ante su respuesta aunque tampoco podía obligarla.

Hatsulin frunció muy levemente su nariz como si hiciera una imperceptible mueca. Dejó caer levemente su cabeza hacia un lado enderezándose un poco más en su lugar y tensando sus brazos, sus manos se apretaron sobre sus rodillas al punto de que sus nudillos comenzaron a apretarse y a sobresalir más, tornándose ambos de a poco de un pequeño tono pálido por la presión que hacía.

La verdad, el pensar vivir completamente sola con su abuela no estaba en sus planes. De por sí, era demasiado complicado vivir con ella y su madre al mismo tiempo pero lo sentía más tranquilo porque tenía una figura materna a su lado que podía consolarla como cualquier madre cuando la necesite. El imaginar ser sólo su persona y su abuela la hacía pensar que sería peor.

La tenía sometida en varios sentidos, siendo uno de ellos los golpes en sus antebrazos cuando hacía algo mal en su presencia o no acataba las órdenes de ella como se debía, con cualquier mínimo error o disgusto que ella sienta, recibía golpes con reglas, cinturones, etc, en sus antebrazos al punto de dejarlos completamente rojos e incluso provocarle hematomas o cortaduras a su piel por tanto maltrato.

De ahí habían surgido las cicatrices en sus antebrazos, ya que con lo de Nakano tenía eran en sus muslos, tobillos, muñecas, cuello y espalda, pero en sus antebrazos había sido a causa de su abuela. Tampoco va a negar, alguna que otra cicatriz en su espalda también son a causa de sus «castigos».

No se comparaba a Nakano, ni un poco, en aquel lugar la torturaban de formas más sádicas y horribles al punto de casi -y también- matarla. Con Atsuko era algo, por así decirlo, más sutil, más suave comparándose con todo lo que vivió en Nakano. Su abuela por lo menos no la encadena como un perro, aunque si la encierra en castigo en su habitación con llave, pero como se dijo, era mas sutil con lo de Nakano.

A veces de verdad quería contar lo que sucedía con su abuela a alguien...

Pero no podía, había surgido un temor en ella del simple hecho de pensar en delatar a su abuela. Ella tiene su reputación en el mundo de héroes cuando era más capaz de ir a batallar y trabajar, no podía simplemente ir y decirle a alguien «mi abuela es una abusadora, me maltrata a mi y a mi familia en casa» porque podrían tacharla de mentirosa por algo de fama o también ganarse un problema con la mayor, que termine desquitándose con su familia ya que, por muy autodespreciable que suene, no le importaba lo que le hiciera a ella, con tal en que no tocará a su familia o le hiciera algún daño.

También era capaz de que su madre y sus hermanos estuvieran a salvo si a cambio tenía que quedarse entre las garras de Atsuko, era capaz de sufrir por su familia. En si, estaba acostumbrada, era más soportable que con Iyassu y Areri, así que podía resistir por su familia. No quería ver otra vez a alguien lastimado enfrente de ella o en una cama de hospital hasta terminar muriendo lentamente.

Incluso su psicóloga se lo dijo, ya sería demasiado dañino para su corazón y para su cabeza presenciar en vivo la muerte de algún cercano más. Aquella mujer le había dicho que era sorprendente que no haya caído en la locura o que su mente se hubiera dañado por todo lo que sufrió o por tantas muertes que presenció a temprana edad.

Seguía recordando a aquella mujer decir que era impactante que con lo que su cerebro estaba preservando desde sus nueve años no haya caído en malos impulsos y hecho algo de lo que se arrepienta en un reflejo de lo que vivió.

—No, bueno si —balbuceó un poco moviendo levemente sus hombros, saliendo de sus pensamientos. Seguidamente respiró profundo y relajó lo más que pudo su posición rígida para rascar su mejilla con una expresión algo pensativa—. Mi madre vive junto a mi, vivimos en la casa de mi abuela todos, sólo que ella es muy... estricta.

—Ah... —musitó Denki alargando la última sílaba mientras asentía lentamente al momento de comprender lo que dijo. Él rascó su nuca y suspiró con pesadez pero sonrió de costado—. Entiendo entiendo, entonces cuando puedas; me dices. Yo siempre estaré disponible. —alardeó mientras acomodaba el cuello del uniforme de forma coqueta, o algo así.

Hatsulin no tardó en reírse por sus palabras y por su acción. Se abstuvo a asentir lentamente dándole una sonrisa como si anotara en su mente lo que le había dicho y lo tomaría en cuenta en algún momento, cuando haya la posibilidad de que su abuela le permitiera salir con un amigo... o conocido agradable con quién se lleva bien hasta ahora.

❛Conocido agradable quedaba mejor. Pienso títulos muy largos❜ se quejó en su cabeza mientras de forma bastante disimulada rascaba con sus uñas ligeramente largas -aunque limadas gracias a Gie, para que las tuviera lindas- las mayas negras que tenía debajo de la falda del uniforme por la ansiedad que la recorrió de forma leve.

Usaba mayas oscuras mayormente para ocultar sus cicatrices. Debido a lo blanca que era su piel y las variadas que tenía en sus piernas se notarían más, no quería terminar llamando la atención de sus compañeros y de sus maestros mucho menos.

Sintió su teléfono vibrar levemente sobre su mesa así que pidiéndole un momento al contrario, se volteó y miró, notando como se encendía la pantalla y se encontraba primeramente la pantalla bloqueada con un fondo de el amanecer en un balcón en medio de unos árboles -foto tomada hace unos dos años que aún aprecia, y le gusta también-. Vio la notificación de un mensaje así que tomó entre sus manos el aparato y desbloqueándolo fue al buzón de la aplicación de mensajes.

«Ya estoy afuera esperándote. ¿Qué tal te fue? ¿algún tipo te hizo algo? ¿a quien debo arrollar con el auto? (ò_óˇ)ᕤ»

Era un mensaje de Sosuke, el cual, al ver con la carita que terminó colocando al final la hizo sonreír y reír en un susurro por lo gracioso y tierno que era el hecho de que lo usara. También le provocó gracia que exagerara y dijera aquella amenaza al aire que no era necesaria, por mucho que si le hayan hecho algo; no diría nada tampoco, e igualmente no sería necesario y lo detendría.

Rápidamente le contestó «Ya ya, Sosuke-san. Me fue bien, y estoy bien, no hay necesidad de violencia. Ya salgo». Junto al mensaje mando un pulgar arriba y después apagó la pantalla para suspirar pesadamente. Ya podían irse según instrucciones de sus maestros así que no había problema. Era una de las únicas hasta ahora en salir aunque tampoco se había fijado con exactitud si alguien ya había salido.

Miró hacia Kaminari y le sonrió cálidamente, cerrando sus ojos a la par que inclinaba su cabeza, tomando su bolso para colgar el cinturón de éste en su hombro y su cuello, como debe ir.

—Ya debo irme, Kaminari-kun. —avisó mientras se levantaba. Ya había ayudado a arreglar el aula y seguidamente ya había guardado sus cosas, por lo que quedaba simplemente ir con Sosuke—. Lamento irme así, pero ya vinieron a buscarme.

—Oh, no, no, no te preocupes. ¡Lo entiendo! —alzó uno de sus pulgares haciéndola sonreír un poco más tranquila ya que él de verdad estaba de acuerdo y tranquilo referente a eso.

Se hubiera quedado hablando un poco más pero tampoco podía dejar esperando a su "niñera" aunque también contaba como su guardaespaldas, obstante al hecho de que sabía muy bien defenderse sola y ella misma encargarse de la situación, pero no vendría mal tener supervisión también y evitar perder el control o algo por el estilo.

Otra vez.

Suspiró pesadamente en cuanto pensó en aquello cuando ya se encontraba saliendo del aula luego de despedirse de la mayoría, incluyendo a su primo, Kirishima, Kaminari y Yaoyorozu, siendo con ellos con los únicos que ha convivido como tal. También intercambió palabras con Midoriya igualmente con anterioridad, pero por obvias razones de como terminó luego de su enfrentamiento de combate no estaba en el aula.

Miró ligeramente hacia el techo cuando pensó en él y en su estado, volviendo sus pasos un poco más lentos mientras guardaba su celular luego de preguntarle a Hitōshi si quería que lo llevará devuelta a casa, recibiendo que no era necesario ya que ya se había ido. Su expresión era neutra pero no fría, más bien sus facciones eran suaves y su mirada pensativa.

Detuvo sus pasos lentamente quedando en medio de las escaleras para bajar e ir con Sosuke. Sus dedos tantearon ligeramente con el cinturón de su bolso uno por uno como una ola. Pensó un poco y después sonrió dejando salir un pequeño suspiro. Se devolvió sobre sus pasos con cierta velocidad ya que no iba a dejar esperando a Sosuke, pero quería ver algo más, bueno, ver a alguien.

HABÍA LLEGADO FINALMENTE AL LUGAR QUE estaba buscando desde un principio: la enfermería. No había evitado la necesidad y a su vez la preocupación de saber cómo estaba su compañero después de tremendo enfrentamiento que tuvo contra el chico explosivo. Había sido al principio una pequeña duda de saber cómo estaba y verlo, hasta que después terminó siendo aquel sentimiento inevitable de observarlo y asegurar que estaba estable.

Algo quizás exagerado de su parte debido al significado de «estar estable» pero desde la secundaria que es inevitable confirmar ciertas cosas con sus ojos.

Éstos mismos miraban directamente hacia la puerta en dónde era el lugar donde Recovery Girl atendía a los alumnos que terminaban heridos con tratamiento cotidiano y a su vez con el uso de su quirk el cual antes usó con ella también, en varias ocasiones y también en algunas particulares. Aquella tierna ancianita se encontraba dentro, podía sentirla, podía notarla a pesar de la puerta cerrada.

Sus uñas rascaron levemente su palma, y con eso, la cicatriz que había allí. Seguía siendo un poco abrumador para ella recordar lo que sucedía para ver a Recovery Girl, sabía que con lo de antes era totalmente alejado a porque estaba allí pero le traía aquellos inevitables recuerdos pesados para su corazón ver a aquella agradable señora de edad. Le recordaba muchas cosas al punto de sentir ansiedad.

Respiró hondo como le han enseñando para que no se dejara consumir por la ansiedad como le han dicho, cerrando sus ojos cuando inhaló con lentitud, reteniendo el aire por unos segundos, para después exhalar lentamente, sintiéndose un poco menos tensa así que abrió sus ojos con una expresión tranquila y a su vez con una ligera sonrisa para tomar el pomo de la puerta y después deslizarla en un delicado movimiento, dejándose ver en la entrada con su mochila en su hombro sostenido con una de sus manos y la otra en la puerta.

La mayor, que efectivamente estaba allí revisando unas cosas, volteó su cabeza hacia ella con curiosidad ante la llegada de un alumno a su zona de trabajo. Mostró un poco de confusión al principio al ver a Hatsulin pero después sonrió de costado, girando un poco en su silla para voltearla a ver, dejando de lado lo que estaba haciendo.

—Buenas tardes, Recovery Girl-san. —saludó primeramente con ánimo y calidez la pelirroja haciendo una pequeña reverencia hacia ella, adentrando algunos pasos a aquellas cuatro paredes.

—Hola, Tsubomi-chan. —devolvió el gesto la médica con una suave sonrisa en sus labios. Seguidamente mostró mas curiosidad—. ¿Sucede algo? ¿estás lastimada? Aunque te puedo ver perfectamente bien, físicamente. —aclaró mientras la veía de arriba hacia abajo.

Colocó una pequeña expresión de "atrapada" cuando dijo específicamente «estás perfectamente bien, físicamente» entendiendo a lo que se refería ya que Recovery Girl era una de las pocas personas, casi únicas, de las que sabía lo que ha sucedido en su vida al atenderla con su quirk. Sonrió de forma inocente y un toque nerviosa, dejando salir una suave risita.

Rascó igualmente su mejilla con uno de sus dedos para mostrar su expresión usual, bajando su mano. Seguidamente negó con su cabeza y una pequeña sonrisa en sus labios.

—No, no sucedió nada conmigo. —respondió con simpleza colocando sus manos en su falda e inclinándose levemente hacia adelante para enderezarse—. Vine a ver a alguien que lo más seguro es que trajeron antes. Midoriya Izuku-kun, en la clase de heroísmo con All Might-sensei se lastimó cuando usó su quirk y lo más seguro es que lo trajeron aquí. —habló de forma analítica con un dedo en su mejilla, pensando detenidamente en las palabras que decía.

La contraria se quedó en silencio escuchando todas las palabras que había dicho, curveando ligeramente sus labios hacia arriba cuando tarareó al comprender y entender a la perfección de que hablaba, sobretodo al reconocer de quién hablaba apenas escuchó su nombre. Hatsulin se le quedó observando varios segundos y quitó su sonrisa por un gesto neutro, pero preocupado.

—¿Cómo se encuentra Midoriya-kun? ¿está bien? —cuestionó con confusión y preocupación de que lo que le pasó haya sido muy grave: recibió una explosión de Bakugō -las cuales vio que eran potentes- y usó su quirk al punto de lastimarse el brazo y se desmayó, bastante herido.

La contraria pestañeó varias veces por sus sucesivas preguntas, mirando su preocupación. Comprendió porque se colocaba así, aunque la Tsubomi menor se mostrara como alguien usualmente energética y sonriente, sabía muy bien que estaba constantemente con preocupación hacia las personas ajenas, lo comprendía muy bien, siendo empática en aquel punto, sobre todo con lo que ha vivido, era comprensible si se sabe lo que sucede y sucedió en su cabeza.

Rápidamente agitó su mano de arriba hacia abajo como un abanico, para que no se preocupara demasiado.

—Midoriya-chan está bien, bueno, no está bien ya que tiene un brazo roto pero al menos no está mal. Está descansando, no ha despertado desde entonces pero en cualquier momento lo hará. —aclaró con tranquilidad y a su vez cierta severidad mientras colocaba sus manos en su cintura en una postura más derecha volteando su cabeza hacia la dirección en dónde había algunas camillas con cortinas y la que estaba descubierta ligeramente mostraba a un bulto entre las sábanas.

El cuerpo de Hatsulin se relajó ligeramente y dejó salir un pequeño suspiro de alivio. De verdad la tranquilizaba, no había sido algo extremadamente grave como para el hecho de que terminara en una situación alejada de lo estable, pero aún así no evitaba preocuparse con él. Un estado maltratado seguía siendo maltratado, cosa que entendía bien.

—Me alegro... —susurró con felicidad mirando hacia el cielo y después observando sonriente hacia su mayor—. ¿Me permite verlo unos minutos? De todas maneras tengo que irme, sólamente quería pasar a verlo y saber cómo se encontraba.

Recovery Girl asintió sin rechistar, dándole una sonrisa junto con un ademán de que le permitía verlo por lo que Hatsulin agradeció y se dirigió con pasos suaves hacia donde se encontraba su compañero, abriendo más su cortina para poder observarlo mejor, escuchando el sonido que provocó aquel movimiento debido a los enganches en el tubo pero lo suficientemente tenue y natural para que no hiciera un sonido escandaloso.

Sus ojos decayeron en el peliverde que descansaba sobre la cama de enfermería con las sábanas hasta la cintura, podía verse que aún tenía su traje de héroe aunque seguía estando en el estado roto ante el enfrentamiento, sin embargo su rostro y lo que estuvo sucio con anterioridad ante los impactos ya no estaba, por lo que se encontraba limpio. Sólo estaba él, descansando con un rostro tranquilo, con gasas y un brazo enyesado. Todo bien.

Siguió observándolo varios segundos con atención. Su sonrisa se esfumó por una expresión bastante analítica y a su vez con una mirada indescifrable la cual muy vagamente podía identificar Recovery Girl ya que la chica le daba la espalda a su dirección, por lo que siguió con su trabajo pero observando de reojo de vez en cuando hacia la muchacha de cabello rojizo y una cicatriz. Ella seguía analizando al chico en silencio.

Su mirada se opacó al punto de que el brillo que usualmente poseía se esfumó, dejando una mirada algo vacía pero triste, nostálgica, melancólica ya que no eran buenos recuerdos para ella ver a alguien postrado así en una cama, por muchos años que pasaran seguía siendo difícil para ella saber que alguien que llegó a conocer e interactuar así sea un poco termine así, por muy mínima que sea la razón.

Su mano se levantó lentamente, y aquello llamó la atención de la ancianita curadora quien no tardó en dejar su trabajo y en mirar hacia allí al ver aquella extremidad. Ésta misma se acercó al chico y terminó en los cabellos de éste, Hatsulin colocó una suave sonrisa a la vez que su mirada volvía a ser la de siempre en el momento que sus dedos se hundieron entre sus cabellos revoltosos y verdes.

Masajeó ligeramente su cuero cabelludo de forma suave y después acarició sus hebras levemente, acomodó los que tenía atravesados en el rostro y le dejó otra caricia, viendo y notando vagamente como el rostro de Midoriya se contraía apenas al arrugar su nariz pero volvía al rostro pacífico que tenía al estar dormido pero dándole a saber que sintió su acción.

—Bueno, se nota que no tardará en despertar, ya está siendo un poco consciente. —comentó con un tono de voz tenue y suave pero lo suficientemente audible para que la contraria, a quien sintió mirarla claramente, la escuchara. Dejó en paz el cabello de Izuku y volteó a mirar a Recovery Girl y le sonrió—. Así que yo me retiro, no puedo seguir haciendo esperar a Sosuke-san. Me despido, Recovery Girl-san, lamento molestarla. ¡Tenga linda tarde!

La contraria se despidió de igual manera al verla despedirse con un ademán y una dulce sonrisa, quedando con una expresión curiosa y expectante por cada acción y lenguaje físico que hacía su menor pero simplemente la siguió con la mirada al momento de retirarse de su oficina. Miró hacia la puerta varios segundos y después volteó a mirar hacia Izuku quien seguía bastante dormido todavía pero hacía unos muy leves movimientos.

Recovery Girl suspiró suavemente cuando comprendió porque Hatsulin se había quedado en silencio de la nada anteriormente. Ya había estado sacando otras conclusiones de adolescentes pero prefirió ir con la lógica y experiencia. Sonrió levemente para si misma y siguió con su trabajo en espera de que el estudiante se despertara.

—MENOS MAL LO GUARDE PARA MÁS tarde... —susurraba para si misma la pelirroja mientras que colgaba mejor su bolso en su hombro y buscaba como desenvolver la paleta de su envoltura—. Aunque tengo otro ahí igual...

Caminaba lentamente por los pasillos para por fin poder bajar e ir con Sosuke a quien le avisó y disculpó por qué era que había tardado, aunque éste le respondió que no debía preocuparse ya que no había tardado demasiado y que entendía su razón, cosa que agradeció.

Mantenía su cabeza levemente agachada mientras quitaba por fin la envoltura, deslizándolo hacia el palito, quedando como un vestido, y revelando el caramelo dulce y rojo en forma de una pequeña esfera. El aroma no tardó en ir a sus fosas nasales apenas lo liberó de su presión de papel haciéndola sonreír, contenta de poder comerlo finalmente.

Se lo metió a la boca mientras giraba en una esquina para bajar por las escaleras, pero terminó chocando su hombro con el de alguien justo en el instante que volteó. Abrió sus ojos ligeramente ante la sorpresa que la recorrió, abriendo su boca casi dejando caer el caramelo si no fuera porque la cerró al instante y se preservó en su cavidad bucal, haciendo un pequeño sonido ante el choque de sus dientes.

—¡Fíjate!

Sus ojos viajaron inmediatamente hacia la persona con quién chocó, viendo aquellos feroces ojos rojizos destellando en molestia. Se quedó parada ahí mismo enfrente suyo en una postura muy ligeramente rígida por la sorpresa que había sentido por chocar repentinamente con alguien, incluso el cinturón de su mochila se deslizó hasta en medio de su antebrazo pero lo flexionó para que no cayera al suelo, quedando colgando.

Pestañeó varias veces por encontrarse con Bakugō. Lo observaba con curiosidad y una postura más tranquila al salir del pequeño trance de sorpresa, ahora lo analizaba levemente provocando más molestia en el más alto quien apretó sus labios en una mueca un tanto extrañada y sorprendida de que se le haya quedado mirando tan repentinamente y que no le haya contestado nada. Su ceja tembló levemente y una pequeña vena apareció en su mente. Dió un fuerte paso hacia ella, con una postura tensa y molesta.

—¿Qué diablos miras, pirómana? —cuestionó con la voz elevada en irritación por su observación tan fija. Aunque no pareciera, le provocó unos ligerisimos nervios su pupila azul pegada en él. Era inquietante, y eso no le gustaba, sobre todo cuando se puso sin expresión alguna.

Hatsulin, por su parte, seguía observándolo fijamente como si pensara o buscara algo en su expresión o su postura. Sus pupilas se movían muy levemente al recorrerlo con disimulo, sus labios estaban juntos en una neutra curva y no se veía más que atención y fijación en su rostro.

—¿Ya estás mejor? —preguntó de la nada la más baja, sin cambiar su expresión, pero si inclinando su cabeza hacia un lado.

¿Hah? —las cejas del cenizo temblaron y se fruncieron. Su expresión se colocó más molesta y se acercó otro paso a ella en busca de una explicación e intimidarla—. ¿Qué pregunta es esa? ¿¡a ti que te importa!?

—Bastante, en realidad. —contestó nuevamente sin doblegar por su aura furiosa, aunque Hatsulin podía notar algo más, en sus ojos principalmente y también en lo que sentía—. Estás frustrado, puedo notarlo, incluso después de tu enfrentamiento parecías perdido o incluso decepcionado, justo ahora lo estás. Decepcionado y frustrado. —dijo con seguridad y un tono calmado—. Por eso pregunté para saber cómo te sientes.

El contrario la observó fijamente y en shock, pero con una mirada intensa sobre ella como si se sintiera furioso, aunque en este instante, por mucho que no lo notara, atrapado de que ella haya notado -muy extrañamente- de manera específica como se sentía. Se quedó en una postura rígida pero seguidamente comenzó a temblar, su mandíbula se tensó notablemente y su ceño comenzó a fruncirse de forma altamente notoria.

Su mano no tardó en agarrar del cuello de la camisa del uniforme y casi zarandearla hacia su rostro para que lo viera de cerca, pero teniendo una expresión totalmente deformada de la molestia, mostrando fastidio e ira en sus ojos que estaban fijos en los orbes azules de Hatsulin quien, para su sorpresa, ni siquiera se inmutaba o cambiaba su expresión. Nada.

—¿Quién coño te dijo que te metieras en mis asuntos o en como me sienta? ¿de dónde mierda estás sacando esos malditos inventos? —escupió con enojo y en un tono ronco y áspero dando a una voz escalofriante, y sin decir que molesta. Hatsulin sólamente lo observó expectante, así que Katsuki la acercó con más brusquedad a su rostro—. ¿¡Quién te crees para preocuparte por mi!? ¡maldita sea! ¿¡por qué mierda estás pensando esa tontería, pirómana!? ¡Nadie te pidió que te fijaras o preocuparas por mi! ¡no necesito nada de esa basura!

Los ojos de la Tsubomi estaban totalmente fijos en las expresiones que hacía el Bakugō, veía como su ceño se frunció cada vez más y también veía como sus ojos estaban inquietos e inyectados de sangre, dando una mirada que ella vio hasta un punto como desesperada. Al instante, percibió que por alguna razón estaba desesperado pero los sentimientos de anteriormente frustración seguían allí.

Pestañeó cuando el chico hizo más presión contra el cuello de su camisa al punto de que ya sintió sus nudillos contra su cuello pero no cambió su expresión o mostró alguna reacción, simplemente escuchaba lo que tenía que decir su contrario.

—¡Habla ya! —exigió con molestia recibiendo una simple mirada y un silencio. La zarandeó un poco tomando su camisa con sus dos manos, casi logrando el levantarla—. ¡Habla, maldita sea, no te quedes observándome como una estúpida! ¿¡acaso crees que necesito que alguien se preocupe por mi!? ¿¡acaso piensas que quiero compasión!? —finalmente reaccionó Hatsulin abriendo ligeramente sus ojos y alzando sus cejas. El chico sonrió irritado—. ¡Es así! ¿¡verdad!? ¡me estás tomando por un debilucho!

La pelirroja seguía con su expresión ligeramente sorprendida por el gesto de sus ojos y sus cejas, le sorprendía lo que estaba diciendo, no mucho de que se sintiera ofendida o algo por el estilo, simplemente sus palabras y las repentinas conclusiones que estaba sacando cuando no ha dicho ningúna palabra, o respondido algo de lo que estaba diciéndole.

Le sorprendía que reaccionara así por el simple hecho de que lo mirara pero simplemente no lo interrumpiría a lo que quería decir o si estaba desahogándose de alguna manera. Sentía que quería decir algo, sentía que quería explotar de alguna forma, aunque no por su quirk. Bueno, sería interesante que también pudiera explotar como una explosión pero no tenía porque pensar en eso, ya que inevitablemente lo imaginó en forma chibi en su cabeza explotando literalmente.

—¡Te estoy hablando, Tsubomi! ¿¡eres sorda o qué!? —se sorprendió un poco más cuando lo escuchó llamarla por su apellido pero no hizo más que dejar salir un pequeño «Huh» por su reacción. Nuevamente conectó sus ojos con los suyos, se veía furioso pero sentía que quería decir algo más—. ¡Yo no soy ningún debilucho! ¡yo voy a ser el mejor, voy a ser el número uno superando a All Might! —observaba cada una de sus reacciones y palabras, esperaba que dijera lo que tenía que decir—. ¡No soy débil! ¿¡escuchaste!? ¡no lo soy, maldición, no soy débil! ¡ni tú ni el maldito de Deku son más fuertes que yo! ¡no voy a ser débil si me siento de alguna manera!

—Yo no he dicho nada, mucho menos que eres débil. —habló finalmente la chica con un tono de voz tenue y tranquilo. Bakugō reaccionó y quitó su mueca furiosa en un gesto desconcertado y asombrado, incluso aflojó el agarre—. Bakugō-kun, yo no he pensado ni mucho menos dicho que eres débil. En realidad, pienso lo contrario, eres alguien bastante fuerte. —admitió mirándolo con atención—. He escuchado que cuando dices una cosa ajena a lo que alguien quiso decir, por ende, que sólamente te pregunte y señale que estabas frustrado, es por qué piensas o temes estar así. —hizo una pausa y después le sonrió—. Sea lo que sea, no te preocupes y sólo desahógate de la manera que te parezca mejor. Es malo guardarse las cosas, incluso dañino.

❛Mira quien lo dice, mentirosa❜ su ceja tembló imperceptiblemente por lo que le dijo su consciencia. Fue un golpe para su orgullo ya que era verdad; ella diciendo que era dañino guardarse la cosas y lo hace. Se dió un golpe mental por eso.

El contrario, por su parte, se le quedó observando en un gesto algo ido pero a su vez en shock cosa que ella podía notar y simplemente lo observaba en busca de que reaccionara nuevamente de alguna manera. Mostraba total atención a sus gestos mientras sentía menos presión en su cuello así que dejó de colocarse rígida. Movió levemente su nariz como un conejo, colocando una mirada pensativa.

—Hueles a dulce. —dijo sorprendiéndolo aún más por repentino cambio de conversación, la chica simplemente le sonrió sin mostrar sus dientes y cerró sus ojos. Lo siguiente que supo es que tenía una paleta entre sus manos—. ¡Toma!, me sobraba una y te la regalo. Es ácida, quizás te guste.

Bakugō por su parte se quedó casi como una estatua por lo que estaba diciéndole la chica, sus ojos estaban abiertos en totalidad y su cuerpo estaba totalmente tenso. No dejaba de mirar a la chica de una forma intensa y con un tic en su ojo como si justo ahora quisiera patearla o algo así, incluso pudo darse de cuenta que la chica se había zafado fácilmente de su agarre y se acomodaba el cuello de su camisa con tranquilidad.

—¿Quién... te crees?...

Su ceja tembló levemente al igual que su cuerpo, comenzó a mostrar su dientes de forma furiosa sin dejarla de observar. Una de sus manos comenzó a soltar chispas cosa que la chica notó de soslayo mientras apretaba su corbata como debía. El chico de la nada hizo una pequeña explosión con su mano y la lanzó hacia ella para impactarla contra su cara.

Pero lo detuvo rápidamente, aunque no esquivándolo o algo así, usó también una de sus manos pero impactándola contra la de él, como si hicieran un fuerte apretón de manos, escuchándose el choque. El contrario nuevamente abrió sus ojos sorprendido por su acción viendo como el humo sobresalía de entre las manos de entre ambos pero la chica ni siquiera mostró signo de dolor alguno.

—¿Que mierda? —cuestionó en un tic molesto en uno de sus ojos.

—¡Buen ataque sorpresa! —halagó de forma animada y sonriente, riendo ligeramente con ánimo mientras que soltaba su mano ligeramente y la agitaba en un simple movimiento—. Tienes un quirk bastante fuerte, y eso que fue una explosión pequeña. ¡Que asombroso! —agitó sus puños de arriba hacia abajo con impresión, después, nuevamente para la sorpresa del chico, ella le revolvió el cabello—. Tengo que irme, Bakugō-kun. ¡Nos vemos mañana! ¡Bye-bye!

Se despidió como si nada mientras bajaba rápidamente las escaleras con una sonrisa como si diera varios saltos por la forma en la que descendía. Ya estaba haciendo esperar bastante a Sosuke, y eso que sólo había tardado unos minutos con el ojiverde, terminó prácticamente retenida por el ojirojo. Vaya situación, pero bueno, no se arrepiente.

Bakugō la siguió con la mirada de forma fija y aún en shock, tembló levemente en su lugar y después apretó con fuerza el dulce que ella le dió. Estuvo apunto de lanzarlo a su dirección pero simplemente gruñó y se lo guardó con rabia en el bolsillo para bajar igualmente a zancadas pero para irse a casa, echando humos por la cabeza.

Hatsulin por su parte pudo escuchar los gruñidos conforme bajaba por las escaleras aunque después los dejó de escuchar por la lejanía, la hicieron sonreír y reír para si misma pero no dijo nada, sólo se dispuso a llegar rápidamente con el mayor y no hacerlo esperar más.

—DIJISTE QUE NO TARDARÍAS MUCHO, duraste como diez minutos demás allí.

La pelirroja volteó a mirar hacia el contrario de ojos eléctricos al escucharlo decir aquello, como una queja, cosa que la hizo sonreír y seguidamente reírse de forma culpable ya que estaba bastante consciente de que tardó más de lo que esperaba pero tampoco se arrepentía mucho. En parte se sentía culpable de haber hecho esperar al contrario pero había sido por una razón, bueno, dos razones.

Alzó levemente sus hombros con una dulce y culposa sonrisa en sus labios hacia el contrario volviendo a reír entre dientes como una niña que fue atrapada al agarrar algo de la alacena sin permiso alguno. Rascó igualmente su mejilla como la manía y también jugó un poco con la pulsera que tenía en su muñeca en un gesto nervioso aunque usual en ella. No era raro que lo hiciera de la nada.

—¡Lo siento, Sosuke-san! Había ido a ver cómo se encontraba un compañero que se lastimó en uno de los entrenamientos, y después, cuando ya venía para acá, me tope con otro compañero. —juntó sus manos en una pequeña disculpa mientras que agarraba mejor con su boca la paleta y poder hablar lo más entendible posible.

—Ya, ya. Pero la próxima vez que me dejes esperando, te dejo botada. —amenazó en un tono reprochante haciendo reír levemente a la Tsubomi menor ya que fue gracioso como lo dijo, sabiendo que no había sido en verdad.

Apoyó su codo en la puerta y miró por la ventana, observando con atención todo y respirando profundo, pensando en lo que había pasado en la prueba y con sus compañeros, su traje de heroína.

Hasta ahora no sentía nada de malo o fuera de lo común, quizás no fue lo que pidió el que su traje fuera tan ajustado pero no estaba mal. En parte, era para mejor movilidad sobretodo porque era alguien que se mueve demasiado y pelea cara a cara, era hasta una mejora. Tampoco revelaba su piel o algo por el estilo, era bastante cubierto a decir verdad, aunque no sofocante, así que estaba bien con él.

Ahora debía esperar a los otros días de clases en la academia U.A.

→S H A N X L A B Y X←

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