❪𝟮𝟮❫ ; 𝘁𝗵𝗮𝘁 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻.

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ARC TWO; WINGS❫
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTIDOS;
AQUELLA CONSTANTE SENSACIÓN
❛Siempre estará ahí❜

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©Shanxlabyx
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CONTABA LOS SEGUNDOS EN SUAVES SUSURROS por simple aburrimiento de no saber que hacer. Tenía ligeras ojeras debajo de sus ojos, un poco más notorias de las que tenía usualmente y, como dijo Hitōshi, pasaban desapercibidas debido a sus ojos que desviaban la atención hacia ellos. Sus orbes estaban entrecerrados en pesadez ya que los sentía cansados, incluso ardían ligeramente debido a que estaban exigiendo dormir más pero simplemente no podía pegar nuevamente el ojo, había llegado al punto de que lagrimeaban.

«2:23 AM» era lo que mostraba la pantalla de su despertador y parpadeaba cada tanto en una luz de color azul y iluminaba muy tenuemente. Si, se había despertado a esa hora, normalmente se despertaba un poco más tarde -exactamente dos horas después o a veces un poco menos- y ahí en adelante comenzaba su día.

Realmente para varios era extraño, e incluso dañino, que se despertara tan temprano cuando incluso se dormía tarde; con sólo unas dos o tres horas de sueño, sacando energía mañanera de quién sabe dónde o simplemente fingiendo energía ya que Hatsulin suele aprovechar tiempo a solas para pegar sus ojos tan sólo unos minutos y darles descanso cuando le pesaban, parpadeando demasiado o muy lento, o cuando le dolía la cabeza.

Era algo de lo que se había acostumbrado hasta cierto punto. Los dolores de cabeza, tener los ojos pesados y necesitados de descanso, el dolor de cuello inclusive, el insomnio porque si, padecía de él. ¿Razón? Nakano, la mayoría de cosas que poseía actualmente en su adolescencia era por Nakano, el insomnio, la ansiedad y otros puntos más que habían surgido de ese entonces.

Aunque aún así, había sido unas pocas cosas que quedaron marcándola sin necesidad de que fuera en Nakano, como se ha mencionado antes, la secundaria, aquel suceso que al igual que la muerte de su abuelo la marcó para siempre y de una forma tan preocupante hasta que cayó al fondo por bastante tiempo, terminando con preocupar a su familia de forma alarmante. Esos recuerdos no eran lejanos por lo que aún rondaban en su memoria una y otra vez sin cansancio.

Rascó un poco las sábanas ante la ansiedad que sentía ahora. Sentía una horrible presión en su pecho, también un nudo en su garganta y no sabía cómo avivar esa sensación tan horrible. Gracias a las pesadillas que llega a tener que parecen más que nada simples recuerdos de las peores cosas que llegó a vivir. Aunque como cualquier pesadilla también llegaba a estar en escenarios ajenos a lo que usualmente soñaba pero que tenía que ver, siempre tenía que ver.

—Que alguien lo detenga... —susurró con dificultad y de forma inconsciente como si le fuera difícil decirlo pero era la verdad. No quería seguir sintiendo como si se ahogara, tenía la mente en blanco, sólamente quería cerrar los ojos y volver a dormir.

—Malos sueños, ¿no?

Se exaltó sonoramente mientras se sentaba con rapidez y miraba hacia dónde escuchó aquella voz. Ahora estaba respirando con aceleración mientras su pulso iba a mil, la luz de la luna siendo cubierta por ciertas nubes de forma constante iluminaron su rostro y se notó como habían ciertas gotas de sudor junto con una fina capa de éste mismo.

Sus ojos miraron inquietos y de una forma, sorprendentemente, atemorizada hacia la persona que estaba sentada en la ventana de su habitación que había abierto debido a que sentía que se ahogaba y había querido aire fresco. El chico tenía una pierna flexionada en la ventana mientras que la otra estaba colgando hacia adentro, su brazo estaba apoyado en su rodilla y su cabeza estaba volteada directamente al cielo, dejando ver la parte posterior de su cabeza junto con sus raíces negras y otros cabellos rubios que danzaban suavemente con el ligero viento de la madrugada.

Sus facciones se fueron relajando muy ligeramente aunque la inquietud seguía estando en su cuerpo. Poco a poco el chico volteó su cabeza a su dirección, la argolla en su oreja se balanceó ligeramente al igual que su flequillo, sus ojos azulados y ahora apagados la observaron. Seguidamente el chico inclinó ligeramente su cabeza hacia un lado y sonrió al levantar la comisura de sus labios con levedad.

Se sorprendió ahora por ver cómo tenía rasguños en su rostro, sólamente tenía una gasa en su mejilla en dónde supuso que tenía algo más grave de los golpes que podía notarse a leguas o al menos a sus ojos, que realmente podían ver a través de la oscuridad y la luz de la luna. Tenía aquel abrigo que siempre llegó a usar pero que ahora le quedaba más a la talla.

—Hey, Hatsu-Imōto. —saludó el chico de forma tranquila.

—Rōnin-kun... —susurró algo ida por ver a su medio hermano precisamente allí, y ahora. Le sorprendía bastante que estuviera a esa hora por la madrugada en la ventana de su habitación, no le sorprendía que estuviera allí ya que suele aparecer a veces de la nada para visitarla pero que lo hiciera precisamente allí a esa hora era algo sorprendente—. Onii-chan... ¿qué haces aquí?

—¿Qué haces despierta?

Se quedó en un abrupto silencio por la pregunta que el chico le devolvió, sus ojos se colocaron en blanco debido a que fue atrapada y acorralada al simplemente preguntar con esas tres palabras que podían dar un impacto más grande de lo que parecía. Una gota de sudor resbaló por su sien con lentitud mientras se quedaba encorvada.

No supo que responderle realmente, tenía la vaga respuesta; pesadillas, pero era algo que Rōnin ya podía haber descubierto que incluso con anterioridad había mencionado las palabras «malos sueños». No valía mucho la pena decirle con exactitud que hacía despierta a esa hora aunque realmente quería dormir de nuevo, quería volver a acostarse y pegar sus ojos así sea una hora más porque realmente sentía una presión en su cabeza por seguir despierta.

Al menos la presión de su pecho dejó de ser tan intensa que antes, aunque seguía ahí. Apretó sus labios y desvió la mirada negándose a responderle aquella pregunta que él mismo se había respondido, y seguramente estaba consciente de qué Hatsulin siempre se despertaba por pesadillas, para ella ya no era algo raro.

—Si sigues apareciéndote así en la ventana, te voy a lanzar una pesa la próxima vez o te denunciaré. Esto es allanamiento. —dijo en amenaza -aunque no en serio, realmente agradecía tenerlo a veces con ella debido a que se ocupaba en sus cosas y muy pocas veces convive- mientras hacía un puchero, colocando sus labios como pez y con sus mejillas rojas.

Rōnin se rió suavemente. De forma obvia estaban hablando en voz baja por si acaso. Al menos por suerte Atsuko no tenía algún súper oído que pudiera escuchar alguna ligera vibración distinta en su casa o algo así porque si no ya hubiera corrido a Rōnin de la casa -si lo encontrará ahí en la ventana, hasta podría empujarlo- o quizás jalarlo de una oreja y junto a ella darles un castigo.

No quería eso, realmente no quería eso con ninguno de sus hermanos, no lo quería con el único que podía salvarse del abuso de Atsuko ya que él obviamente no vivía con ellos. Después de todo tenía la edad de Gie -entre diecinueve y dieciocho años- por lo que incluso era mayor de edad y estaría viviendo solo, aunque que ella sepa sigue viviendo en dónde siempre con su mamá. Aunque técnicamente era su hermano no sabía mucho de su vida personal, aunque si tenía confianza.

Rōnin se bajó de la ventana en un suave movimiento con las manos en sus bolsillos y un rostro bastante usual en él; las expresiones de Rōnin a veces eran similares a las de Shōto, sólo que el mayor suele expresarse un poco más y era menos frío y cerrado. Lo siguió con la mirada y vio como con total confianza se dejaba caer en el espacio de su cama la cual era casi del tamaño de una cama matrimonial aunque cabían dos personas, quizás hasta una más.

Hatsulin lo miró varios segundos viendo como se acomodaba sobre la cama y colocaba su brazo debajo de su cabeza como una almohada y colocaba una mirada pensativa. Lo siguió observando sin decir nada ni él tampoco, sólo miraba al techo y ella lo miraba. Su expresión imperceptiblemente afligida se relajó e incluso dejó de sudar al sentirse ciertamente más tranquila, respiró hondo para tratar de estar lo más relajada posible.

Se acomodó devuelta en la cama y se acostó mientras atraía las sábanas hasta cubrirse hasta el cuello mientras prevalecía de medio lado, volteada hacia su hermano quien seguía mirando el techo con tranquilidad y sin decir ni una palabra como si pensara detenidamente en algo. Observó su rostro nuevamente ante los rasguños y rastros de golpes, agregando la gasa. A veces aparecía así o con alguna otra parte del cuerpo con una gasa, vendita o venda en su cuerpo junto con golpes. No tenía idea en lo que podría involucrarse para terminar así, pero tampoco es que le respondiera al respecto así que prefería no molestar con tantas preguntas.

Cerró ligeramente sus ojos y después como si se tratara de una niña, se arrimó hecha bolita hacia él hasta que quedó lo suficientemente cerca para tener su calor corporal cerca. Ella siempre estaba cálida y no necesitaba a alguien para estar así, pero la sensación era diferente, la hacía sentirse tranquila. Su brazo se deslizó con un poco de duda hasta que terminó abrazando el costado de su hermano al momento de cerrar sus ojos, sorprendentemente no tardó en quedarse dormida.

Rōnin la miró de reojo al sentirla menos tensa que antes cosa que lo relajó ciertamente e hizo que sonriera ligeramente. Era algo tranquilizante verla menos tensa que antes, menos asustada, menos afligida, sabía muy bien a qué se debía todo y porque se sentía más tranquila y dormía más rápido; Hatsulin puede dormir con más facilidad con alguien cerca o abrazando a alguien. Era como una niña pequeña que no puede dormir sin su oso de peluche.

Simplemente miró devuelta al techo y cerró sus ojos levemente para disfrutar al menos un rato de dormir, así que sin decir ni una palabra más bostezó largamente y después colocó su otra mano en la cabeza de Hatsulin dándole unas suaves palmaditas como gesto de que podría estar tranquila aunque de todas maneras ya se había dormido, pero bueno, también eso era mejor.

—¡BUENOS DÍAS, ONII-CHAN! —ABRIÓ SUS OJOS ABRUPTAMENTE cuando escuchó aquel saludo de parte de la suave pero entusiasta voz de su hermana.

Miró a ésta misma dándose de cuenta de que ya estaba vestida con el uniforme de la academia en la que estaba estudiando. Se quedó con una expresión de viejo debido al sueño y pestañeó varias veces para recobrar la consciencia ya que sentía que había acabado de cerrar sus ojos y ya lo estaban despertando. Lo que le sorprendía era que su hermanita esté al full en energía y cualquier expresión de aflicción que tuvo desapareció y mostrara sus expresiones sonrientes y animada.

Se quedó con los ojos entrecerrados y una mueca en sus labios, bostezó tal cual un oso pardo mientras estiraba sus brazos hacia arriba y después rascaba su abdomen con somnolencia dándose de cuenta que se le había subido la chaqueta aunque poco le importó que se le viera la barriga.

Escuchó como Hatsulin comenzó a caminar y se escuchaban sus suaves pasos por las pantuflas blancas que tenía, estaba arreglando algo aunque sólamente guardaba cosas en su maletín según vio de reojo ya que estaba más dormido que despierto.

Dió vueltas en la cama hasta que terminó boca arriba en esta misma volviendo a bostezar. Abrió ligeramente sus ojos con su mejilla contra la cama observando el perfil de la chica, estaba con una sonrisa en sus labios, sin ningún rastro de algún sentimiento de angustia o miedo como vio hace... Arrugó su nariz al no saber que hora era por lo que giró nuevamente viendo la pantalla del reloj que había en la mesita de noche.

—Dormiste sólo... dos horas... —dijo algo incrédulo y con sueño el chico pestañeando varias veces por lo que estaba viendo. Con su pensamiento anterior confirmó que hace tan sólo dos horas atrás ella estaba asustada y espantada por lo que sea que soñó y ahora estaba ahí, sonriendo.

❛A veces ni la entiendo❜ Bufó pesadamente por aquello, ciertamente Hatsulin era bastante extraña en cuanto a su actitud o sus reacciones, pero no la juzgaría. Él tampoco era muy normal que digamos, aunque no es como si una sociedad de hombres, mujeres y niños con raras apariencias y superpoderes fuera normal. Nadie era normal.

—¡Una hora y cincuenta y seis minutos! —aclaró como si fuera la mejor cosa del mundo. Fue hacia su estante y tomó un peine para comenzar a cepillar su cabello; cayó en cuenta de que lo tenía húmedo, ahora que lo pensaba también olía a jabón y champú—. En total dormí cuatro horas ¡lo ideal para un buen rato de sueño!

—Estás loca si crees que es lo ideal dormir cuatro horas, ni siquiera las dormiste seguidas y tampoco sé si te despertaste varias veces antes. —replicó con cara de molesto el teñido colocándose nuevamente boca abajo, dejando su brazo colgando. Sintió de la nada algo húmedo en esta y vio una gran figura peluda, era Yuu quien estaba despierto también y le lamió la mano—. ¿Te bañaste a esta hora? Son apenas las cuatro de la mañana, lunática.

—¡Si! No puedo estar oliendo a sudor luego de hacer ejercicio, también era para despertarme por completo por si tenía algún rastro de sueño.

—¿Hiciste ejercicio también?... ¿De que estás hecha? ¿de barritas nutritivas y jugo energizante? —cuestionó incrédulo y mirándola con acusación por la revelación. Así que ya llevaba rato despierta y él ni cuenta que se dió de que se despertó y eso que estaba abrazándolo.

—¡Estoy hecha de carne, hueso y genes de mi madre y mi padre!

—¿De verdad somos medio hermanos? —cuestionó con incredulidad debido a la diferencia en el carácter de ambos. Él era alguien perezoso y serio mientras que ella era... ella.

Habían muchas facetas en la personalidad de su media hermana, conocía a la mayoría por lo menos, conocía con exactitud cómo era su usual personalidad entusiasta y dulce, pero también conocía aquel lado quebrado y apagado que surgió de todo lo que vivió. Era como la otra cara de la moneda, como si la felicidad y la tristeza estuvieran en un sólo lugar y apareciera alguno de las dos de manera conveniente o a favor de ella.

Aún así, admiraba a Hatsulin en varios puntos. Sabía todo lo que sufrió, y sufría, y ella hacía su esfuerzo para que nadie estuviera indefenso y buscaba transmitir entusiasmo y calidez a otros de una manera que seguía sin entender del todo pero que sabía que ella podía hacerlo. También estaba ese lado protector y determinado. Realmente Hatsulin tenía varias facetas de su personalidad, aunque sólo sacaba a la luz una de ellas.

En fin, nunca entendería a Hatsulin, pero así la quería.

SUS OJOS SE ASOMARON LIGERAMENTE POR la ventana del auto cuando bajó el cristal sólo un poco. ¿Razón?; el montón de personas que habían en casi toda la entrada de la U.A., pudo reconocerlas como reporteros. Cerró rápidamente la ventana para sentarse de golpe haciendo un pequeño sonido de "puf" por dejarse caer de esa manera contra el asiento. Sus ojos estaban algo desorbitados mientras pestañeaba con una sonrisa algo nerviosa en sus labios.

Tenía malas experiencias con los reporteros por lo que se sentía altamente incomoda por qué estuvieran en la entrada de su escuela, se veía que eran varios a pesar de que técnicamente estaban sólo a unos metros de distancia en el vehículo. Era literalmente una multitud que buscaba entrevistar a los estudiantes que llegaban.

Resopló largamente para relajarse ante la ligera ansiedad que sintió por tantos reporteros pero después su expresión se suavizó y dejó salir una pequeña risa, negando con su cabeza. No debía sorprenderse tanto, el rumor y confirmación al mismo tiempo de que All Might era maestro en la U.A. había volado por los cielos en tan sólo poco tiempo. Era algo obvio que llegaran allí, incluso aparte de provocarle ansiedad le hacía sentir gracia.

«No entiendo que tanto querrían saber sobre All Might-sensei ante su estadía aquí, si ya saben que trabaja aquí». Pensó para si misma con curiosidad y cierta gracia mientras dejaba salir otras pequeña risa aunque fue interrumpida por un bostezo, tapó rápidamente su boca con sus ojos abiertos en par en par cuando Sosuke la vio con acusación al verla bostezar.

Tembló en su lugar por haber llamado su atención en ese momento sobre aquella acción, que era la consecuencia de las pocas horas de sueño que había tenido que aunque extrañamente no demostraba nunca, era inevitable no dejar salir un bostezo de la nada sin que se diera de cuenta. El por qué de que haya reaccionado así era que no quería preocupar al terminar enterándose de lo poco que se durmió, lo único que Sosuke sabía era que se despertaba temprano, no que dormía poco.

—¡La pereza mañanera! ¿no crees? —dijo con naturalidad mientras apretaba uno de sus puños con una enorme sonrisa disimulando por completo como había bostezado con anterioridad.

El de ojos eléctricos entrecerró su mirada sin comerse ese cuento por completo, sobretodo de verla bostezar aunque ya la había atrapado bostezando de igual manera otros días cuando la veía ligeramente más tranquila que de costumbre. Hatsulin tenía su tranquilidad, aunque una tranquilidad muy entusiasta realmente, así que cuando se veía más tranquila que otros días sabía que sucedía algo.

—Si, pereza mañanera. —murmuró con voz áspera y ronca mientras seguía teniendo sus ojos achinados hacia su dirección y su gesto fruncido de una manera que lo hizo parecer un viejo metiche y acusador.

Hatsulin rio ligeramente entre dientes mientras rascaba un poco su mejilla y asentía varias veces por sentir claramente la sospecha y desconfianza que poseía el hombre. Seguidamente colocó una expresión cálida y segura en su rostro para volver a exhalar lentamente y sentirse mucho más tranquila. No podía quedarse en el auto encerrada por siempre, tenía que salir. Los reporteros son sólo personas demasiado curiosas, insistentes y metiches, ya ha lidiado con ellas antes así que estaba bien.

Se despidió con un ademán del mayor para poder abrir la puerta del auto y cerrarla en un suave movimiento, Sosuke no tardó en acelerar e irse rápidamente. Hatsulin colgó mejor el bolso en su hombro con una expresión concentrada en alguna parte del suelo en dónde creyó ver una pequeña lagartija y como una niña pequeña acaparó su atención.

—¡Disculpa, disculpa! ¿eres estudiante de la U.A.? —de la nada la mayoría de los reporteros llegaron hacia ella para entrevistarla. Levantó su cabeza con curiosidad y sus labios juntos.

Parpadeó varias veces por la pregunta repentina, quedó en blanco unos segundos pero después levantó la comisura de sus labios con entusiasmo y a su vez energía. —¡Lo soy! ¡tengo el uniforme y vengo a la academia! —lo dijo con tanta seguridad que avergonzó al reportero que le hizo la pregunta debido a lo obvio que fue.

Hatsulin comenzó a abrirse paso con cuidado entre los reporteros siendo educada y tranquila al hablar en pequeños monosílabos de respuesta, manteniendo aquel entusiasmo y ánimo que hacían sonreír a los reporteros ya que sentían que ella sería lo suficientemente alegre y animada como para responderle las preguntas.

—¡Señorita, señorita!. ¿Es estudiante de All Might? ¿cómo es tenerlo de profesor? ¿qué tipo de profesor es? —cuestionó una mujer mientras acercaba una grabadora hacia ella, haciéndola levantar la cara con atención—. ¿Le molestaría ver a la cámara también?

Por pura inercia volteó a mirar hacia donde le dijo, sin responder que si le molestaría o no el ver hacia una cámara para quien sabe que. Sus ojos captaron el lente de una cámara que pareció enforcarla pero simplemente sonrió con amabilidad tanto al camarógrafo y también a la grabación por educación, saludando con su mano en un pequeño ademán. Después miró devuelta a la mujer colocando su dedo en su mejilla en un gesto pensativo.

—¿All Might-sensei? —dijo en su propia pregunta la chica y después cerró sus ojos en una dulce expresión haciendo sorprender a la reportera—. ¡Es un gran maestro, tiene una gran habilidad y carisma al dar cada clase! ¡admiro mucho la forma en la como se desarrolla la clases con él! ¡Es una alegría tenerlo! —respondió dulcemente mientras caminaba.

La chica que le había hecho la pregunta quedó en sorpresa casi como fascinada, pequeños brillitos habían a su alrededor por la respuesta tan encantadora que le había dado, incluso sus mejillas se colocaron algo ruborizadas de la emoción. Igualmente los demás quedaron entre las nubes por la cálida respuesta de la chica, era de los pocos estudiantes que habían respondido a sus preguntas y con educación.

Algunos casi exclamaron conforme Hatsulin caminaba, en su interior estaba algo nerviosa debido a tanta atención en ella, quería llegar ya al salón. No le gustaba tener tanta atención, tantas preguntas ya la estaban mareando y haciendo sentir totalmente sofocada al punto de casi sentirse sin aire que algunas gotas de sudor resbalaron por sus sienes ante lo tensa que estaba.

Quizás no hubiera respondido aquella pregunta pero lo hizo, lo hecho, hecho está y aparte no dijo nada malo, respondió con la verdad; All Might es un gran profesor y lo dijo en breves palabras, tampoco es que haya dicho que tipo de cosas les hace hacer o decía con exactitud lo que hablaban. Respondió lo que pensaba sobre las clases con el símbolo de la paz de forma sincera.

—¡Esperen! Es la hija de Todoroki Eiko, la heroína actualmente retirada; Hikarimeki. También es la hermana de Tsubomi Kazuto; Forced, el joven héroe que está en estadía actualmente en Estados Unidos —su cuerpo fue recorrido por un escalofrío y una pequeña aura de nervios se posó en su cabeza por aquello. Ya cayeron en esa conclusión y en su familia, nada bueno—. ¡Eso la hace una de las sobrinas de Endeavor! ¡también es la nieta del fallecido héroe Hoshi!

—Corre, corre, corre... —susurró la chica de manera un poco espantada cuando los reporteros comenzaron a lanzar más preguntas al azar y cuando se refiere a su familia se siente sumamente tensa.

No se avergüenza, para nada, nunca lo haría. Simplemente que todo el tema con su familia es complicada, sobretodo cuando se trata de sus abuelos. Ahí si debería irse hasta corriendo de allí para pasar a su aula y así evitar más interrogaciones porque esas preguntas se colocaban más intensas y personales, cosa que no le gustaba.

En resumen; su madre Eiko se retiró de ser heroína por un acidente en una misión que la dejó con una lesión grave, su abuelo Hoshi falleció enfrente de sus ojos por unos maniáticos, su hermano se fue de casa apenas se casó y ahora está en el Estados Unidos por lo menos hace tres años y no lo ha visto en persona, y su abuela Atsuko es una abusadora. Bastante complicado es todo referente a su familia, y eso que es la de crianza porque todavía no mencionó su familia materna; los Todoroki. Ahí si no sabría que decir.

Logró escaparse de la prensa al adentrarse a la academia. Dejó salir un fuerte suspiro ante el aire que había retenido en sus pulmones por la tensión que había sentido en todo su cuerpo ante tantas preguntas, lograron hasta marearla sobretodo cuando las preguntas no las hacía una sola persona, si no varias a la vez. Algo verdaderamente agobiante.

Se pasó la mano por su flequillo revolviéndolo un poco con un gesto algo nostálgico y a su vez pensativo al escuchar la mención de su hermano más grande. Siempre que puede hablan por teléfono, videochat, mensajes, a pesar de la distancia es un hombre bastante atento no sólo con ella, si no con sus hermanos y su madre que escribe y llama cuando tiene la posibilidad así que no significaba que estaba ausente, simplemente... extrañaba tenerlo allí.

Fue muy difícil no tener a su hermano mayor con ella esos últimos tres años. Estuvo al tanto -por habla- de lo que sucedía pero no estuvo allí para verdaderamente abrazarla, pero por su culpa, ya que él decía que iría devuelta a Japón para apoyarla y ella le respondía que no era necesario. Se arrepentía ciertamente de eso, pero no podía ser tan egoísta con lo que sentía. Hace unos días hablaron, se preguntaba cómo estaría actualmente.

Resopló ligeramente mientras agitaba su cabeza para evitar aquellos recuerdos en su cabeza y sólo sonreír para los demás, saludado a los pocos que conocía y caminando por el pasillo de la U.A. y poder dirigirse a su aula. Esta vez llegó un poco más tardío a lo que usualmente llega ella, siempre es una de las primeras en llegar, antes de eso la mayoría del tiempo estaban Tenya y Yaoyorozu ya en el aula y poco a poco llegaban los demás.

Ya deben estar en el salón así que iba a apresurarse. No llegaría tarde pero simplemente quería llegar y despejar su mente.

ESPERO QUE HAYAN DESCANSADO DE LA BATALLA de ayer. —dijo Shōta con su usual pesadez y seriedad al hablar cuando las clases habían dado inicio y todos fueron a sus asientos luego de hablar sobre los reporteros y la experiencia de cada uno. No se cansó en su turno ante la clase de ayer pero tampoco es que haya descansado como se debe—. Me tomé la libertad de leer su evaluaciones. —reveló y después miró a su izquierda, en dónde justamente estaba sentado el cenizo malhumorado—. Bakugō, deja de pórtate como un niño de siete años. Desperdicias tú potencial.

Sin aguantar la curiosidad volteó la mirada hacia él viendo como estaba con su ceño usualmente fruncido y un gesto molesto. Se preguntaba que tal le habrá ido ayer cuando se despidió y simplemente se fue prácticamente corriendo, más que nada para no hacer esperar más a Sosuke.

—Lo sé. —masculló entre dientes el cenizo mientras chasqueaba la lengua. Hatsulin al igual que los demás sólamente observaron fijamente hacia él hasta que el mayor llamó la atención de otro estudiante.

—Y tú. —se fijó ahora en Izuku haciendo que lo viera con atención. Sonrió para sus adentros al verlo menos lastimado que ayer, eso significaba que estaba mejor pero prefirió prestar atención a lo que diría Aizawa—. ¿Acaso planeas siempre romper tus brazos?

Sintió un pequeño corrientazo por lo directo que había sido Aizawa al momento de hacer su pregunta, ni siquiera fue a ella y sintió como si le pincharan el pecho. Si, se había roto el brazo y viceversa, pero lo que le intrigaba era qué tantas veces se había lastimado los brazos como para que el azabache siempre dijera algo como eso.

No prestó mucha atención a la charla que le decía al peliverde ya que se metió en su mundo en su cabeza jugando con sus manos debajo de la mesa de forma inconsciente, incluso comenzó a mover levemente la pulsera que le dió Keizuke en un modo de distracción sin prestarle atención a su alrededor.

Bueno, fue hasta que escuchó como la llamaban, haciéndola parpadear varias veces. —Señorita Tsubomi, presta atención. —dijo Aizawa haciendo que asintiera rápidamente de que ya estaba atenta a lo que decía—. Ahora, comencemos con la clase. —habló colocándose enfrente de todos mientras que un ambiente algo tenso se formaba a su alrededor. Ella lo miró concentrada y en espera de que sería lo que dijera—. Lamento decirles esto —todos comenzaron a sudar nerviosos por lo que diría, Hatsulin sintió cierta ansiedad de lo que sería, incluso tragó saliva—; pero ustedes tendrán... que escoger al presidente de la clase.

Pestañeó varias veces ante aquella revelación por parte de su maestro, ciertamente la tomó algo desprevenida ya que pensó que sería algo muchísimo más grande y difícil como él ha demostrado en sus clases, algo desafiante y sofocante. Pero bueno, tener una experiencia común en las escuelas no estaba mal, era algo nostálgico ante el cambio de secundaria a preparatoria que era un verdadero desafío.

Siguió expectante a su maestro escuchando los chillidos de emoción de sus compañeros y compañeras. Todos exclamaba «¡Yo me ofrezco!», «¡Yo quiero serlo!», «¡Elijanme a mi!» mientras casi saltaban de sus sillas ante la insistencia. Ella se quedó en su lugar bastante sorprendida y desconcertada por las reacciones de todos, incluso se sobresaltó ligeramente cuando Bakugō también se levantó de su silla gritando el que quería ser el presidente.

Okey, en conclusión todos querían serlo. ¿Y ella? Pues si, quería serlo, no le veía nada de malo querer el anhelo de ser presidente de la clase, anteriormente no lo ha llegado a ser por aquellos asuntos y tampoco le llamaban la atención debido a lo tímida que solía ser, pero ahora tenía una mente más clara y madura -cree ella- y podría serlo. Se consideraba lo suficientemente capaz de liderar una clase como presidenta, pero todo era decisión de quienes votan por quién.

Así que no tardó en sonreír en grande y con emoción en su sistema en poder competir por aquel puesto con los demás. Quería saber cómo resultaría, si, se consideraba capaz y en parte quería serlo pero si no era su lugar, pues bien, estaría feliz con cualquiera que quede en el puesto ya que por algo quedarían en él. Los considerarían perfectos para el puesto, ella tenía en mente a alguien por quién dar su voto.

—¡Mi propuesta es que las faldas de las chicas sean más cortas!

Okey, estaría bien con cualquiera que quedé en el puesto, menos con él. Absolutamente no.

En fin, la clase fue basándose más que nada en las elecciones de presidente. Ella votó por quién creía que era la persona mas capaz de estar en ese puesto con seguridad y en su opinión. Ahora esperaba con tranquilidad y a su vez algo de emoción cuales eran los resultados, teniendo un pequeño rayito de emoción de que tantos votos tendría ella en su lugar. Cuando contaron los votos y los calificaron, notó como todos tenían un voto a excepción de sólo tres personas.

Se fijó en esos tres, ya que primero miró los votos de todos por curiosidad sin ver los nombres. El que tenía más votos, siendo sólo tres, había sido Midoriya cosa que la hizo sonreír contenta por él, después miró a las dos otras personas que tenían sólo un voto menos que Midoriya, siendo dos, vio el nombre de Yaoyorozu cosa que la alegró ya que era bastante buena para ese puesto. Vio la otra persona que tenía también dos votos.

Pestañeó varias veces por aquello, viendo fijamente su nombre siendo la persona con dos votos, teniendo la misma cantidad que Yaoyorozu, pero dándose de cuenta que dos personas votaron por ella, sabía que eran dos personas ajenas a su persona ya que estaba bastante segura de que votó por alguien más, simplemente le sorprendía el que votarán por ella igualmente.

Sintió verdadera curiosidad por saber quién votó por ella, mirando hacia el techo con burbujas imaginarias a su alrededor al tratar de buscar quién habría podido votar por ella. Si, no le molestaba. Si, ella en parte quería ser la presidenta aunque no de manera intensa como los demás. Si, estaba contenta con su resultado, pero... ¿quién habrá votado por ella?

Entrecerró sus ojos ligeramente al pensar en alguien por lo que volteó lentamente hacia Kaminari al tener una sospecha de que había sido él uno de sus votos, vio como simplemente le alzaba los pulgares con entusiasmo y una gran sonrisa. Eso respondió su pregunta; él fue uno de los votos. No sabía porque, pero presintió que había sido él quién votó por ella. Relajo su mirada y después negó con diversión por aquello. No sé lo esperó pero bueno.

Ahora se preguntaba quién fue el otro.

—¿Qué haremos con Tsubomi-chan y Yaoyorozu-chan? Las dos tienen la misma cantidad de votos. —había dijo Asui sacando a la luz aquel pequeño inconveniente, sintiendo como el ambiente se apaciguaba -aunque Bakugō, según notó, estaba bastante molesto de que hayan votado por Midoriya- en confusión ante aquello.

Ella los miro de reojo al apoyar sus mejillas en las palmas de sus manos abultando un poco estás mismas. Pensó un poco respecto aquello, entrecerró sus ojos levemente y después levantó las comisuras de sus labios en una sonrisa a labios cerrados de costado, cerrando sus orbes lentamente e inclinando su cabeza hacia un lado en un suave movimiento escuchando la discusión sobre eso, incluso notó la voz de Yaoyorozu diciendo que habría que arreglarse de forma justa.

Seguidamente se levantó de su asiento caminando hacia la pizarra sintiendo algunas miradas en ella ante su acción. Colocó sus manos en su cintura viendo cada nombre con atención y después volteó su cabeza por sobre su hombro con una sonrisa y cerró sus ojos ligeramente.

—¡Rechazo los votos! —dijo provocando cierta conmoción y confusión a la mayoría ante su respuesta inesperada. Vio incluso como Yaoyorozu se había levantado sorprendida de su asiento y también hacía preguntas—. El puesto no es para mí. Así que renuncio.

—¿Cómo que no es para ti? ¡claro que lo es! —aclaró rápidamente Kaminari con ciertos nervios—. ¡Sabes manejar la situación con mucha calma y cuidado! Tanta que me asusta, sobretodo en el entrenamiento de combate. ¡Por eso vote por ti!

—¡Si, la forma en que manejas la situación y actúas rápidamente es muy masculino! —exclamó con emoción Kirishima a quien le dirigió la mirada. Lo vio fijamente varios segundos, por su reacción de alguna manera sintió que era el otro voto.

No dijo nada, sólamente les sonrió con calidez y tranquilidad. Seguidamente Yaoyorozu se le acercó suavemente con un rostro algo en desacuerdo, sintiendo un poco de nervios por su parte.

—Tsubomi-san, no puedes rechazar los votos de esa manera. Debes tomarlos en cuenta y pensar bien, no dejarlos de lado y desechar la confianza de quienes votaron por ti. —dijo con calma y en un intento de convencerla. Ella simplemente la miró—. Debes estar segura... ¿serán los nervios? —cuestionó ahora algo preocupada.

Miró fijamente a la azabache varios segundos notando sus facciones y sus intenciones. Sonrió ligeramente cuando notó la preocupación que estaba tomando al pensar que estaba nerviosa, seguidamente sonrió un poco más con un brillo en sus ojos que tomó algo desprevenida a la más alta de que le sonriera con tal seguridad.

—¡No estoy nerviosa, no te preocupes! —aclaró con entusiasmo—. Simplemente creo que no soy la indicada para el puesto. Agradezco que me hayan tomado en cuenta para tener el puesto, y no desprecio los votos, ¡los agradezco con todo corazón! Y espero que esas personas entiendan mi decisión y como pienso al respecto y me disculpó si llego a hacerlas sentir mal al rechazarlos pero no creo ser la indicada. Yo puedo pensar mucho en la situación, no lo niego, pero suelo ser también bastante impulsiva en varias ocasiones y hacer reacciones inesperadas. A comparación de Yaoyorozu-chan que sabe manejar mucho mejor ese tipo de cosas, en calma y gran inteligencia. —dijo cerrando sus ojos mientras levantaba ligeramente sus manos. Volvió a abrir sus ojos con una expresión entusiasta y sonriente, guiñando un ojo y después alzándole el pulgar—. ¡Por eso vote por ti, Yaoyorozu-san! —reveló y el rostro de la nombrada se sorprendió e incluso iluminó—. ¡Eres perfecta para el puesto! Siempre sabes que hacer y como hacerlo; eres inteligente y muy fuerte, en varios sentidos. Eres la indicada, yo lo creo con toda la seguridad del mundo y no cambiaré de opinión. Así que para ti y Midoriya-kun ¡animo, animo!

Le dió una palmadita en su cabeza en forma de cariño y se fue a sentar finalmente totalmente decidida. Kaminari todavía seguía diciéndole que no renunciará y todo lo demás, incluso le insistía y animaba de que tomara el puesto y un montón de cosas. Ella sólo le sonreía respondiéndole pequeñas cosas pero sin acceder a lo que decía ya que estaba bastante segura de su decisión.

Miró a Yaoyorozu nuevamente viendo como estaba sorprendida y algo ruborizada en su lugar, se veía de igual manera conmoionada a lo que le sonrió con dulzura y una mano en su mejilla viéndola apenarse levemente para después sonreírle con suavidad. Hatsulin pudo sentir que a pesar de estar dudosa todavía estaba feliz, sintió aquella pequeña chispa surgir en ella apenas le dijo aquellas palabras.

Pero de una u otra manera, aunque haya tenido el pequeño deseo de tener ese puesto, se lo dejaría a ella.

¿JAMÓN O QUESO? —PREGUNTÓ CON CURIOSIDAD la chica hacia el más alto mientras veía atenta su bandeja de almuerzo y con una mano en su mentón.

Shōto comía con tranquilidad su soba, sorbiendo los fideos con lentitud; disfrutando como siempre el comer aquella comida porque si había soba, él comería soba. Le gustaba bastante y Hatsulin lo sabía muy bien, lo conocía lo suficiente como para tener en claro su gusto con la soba fría. Aunque aún así él recibía pequeñas cosas que ella le compartía.

Esperó en silencio que conclusión podría tener para aquella decisión tan "complicada", incluso se quedó algunos minutos enfrente de quién atendía sin saber que podría elegir; si un sándwich de jamón o uno de queso. Si, sólamente uno y con eso estaba bien ya que su metabolismo -o más bien, la manera de comer que le implantó Atsuko- podía sobrevivir con sólo uno. Se había acostumbrado a comer pequeñas porciones de comida.

Escuchó como su contrario terminaba de sorber los fideos de su soba y suspiraba. Dejó el tazón en la mesa mientras colocaba sus ojos heterocromaticos en los dos sándwiches que estaban en un sólo plato, viendo la diferencia entre ambos por la pequeña rebanada de jamón y de queso que sobresalía de cada pan por separado. Miró varios segundos ambos panes y levantó su mirada.

—Une una rebanada de jamón y queso al mismo tiempo en un mismo pan. Así tienes ambas opciones en una. —contestó el bicolor con simpleza y aquel rostro monótono y usual en él.

Hatsulin colocó una expresión de asombro con pequeños brillitos de revelación alrededor de ella tal como un niño pequeño cuando ve algo nuevo o descubre algo asombroso. El chico miró atentamente como la chica con cuidado abría ambos sandwiches y partía por la mitad la rebanada completa del jamón y del queso y los acomodaba en uno solo, cerrándolo y acomodándolo al igual que el otro teniendo dos sándwiches de jamón y queso.

Hatsulin le dió un mordisco al pan mientras se quedaba en silencio. Seguidamente sonrió en grande con emoción y de forma energética.

—¡Rico! —exclamó dándole otra mordida al sándwich—. Tenías razón, Shōto. Las dos opciones en uno es un mejor resultado. ¡Gracias!

—No hay de que.

Apenas respondió aquello comenzó a sonar una alarma que tomó desprevenidos a todos y aunque llamaron su atención no dejó de morder y tragar de su comida ya que se sentía especialmente hambrienta en ese momento. De todas maneras veía de soslayo a su alrededor y mantenía sus oídos totalmente alertas a lo que dirían ante aquella alarma y en espera de que anunciarán lo que tenían que anunciar.

Violación del nivel tres de seguridad. —fue lo que dijo una voz en los parlantes comenzando a alertar a los estudiantes—. Todos evacuen inmediatamente.

—Nivel tres... de seguridad... —susurró para si misma la pelirroja masticando lentamente y tragando con facilidad, viendo y notando como todos comenzaban a alterarse muchísimo y a salir corriendo con pánico, comenzando incluso a amontonarse.

Vio como Shōto igualmente se levantaba un poco alerta de todo aunque a comparación de todo el pánico que tenían todos los demás estudiantes se veía igual de serio y tranquilo que usualmente. Ella dió unos tres y rápidos últimos mordiscos hasta acabarse el sándwich, guardando con rapidez el otro para levantarse y también evacuar como los demás.

Por mucho que haya tratado de no amontonarse, ya estaba entre un millón de estudiantes casi llevándosela para el suelo que era una suerte que no se haya caído todavía y golpeado. Eso sí, se sentía demasiado invadida en su espacio personal. Sentía demasiadas personas cerca de ella, incluso para ella siendo que siempre estaba en calor se sentía sofocada por tener tanto calor corporal contra ella.

Había estado con su primo pero como a dijo, de un momento a otro terminó como terminó. Casi siendo aplastada por un montón de desconocidos por mucho que se viera tranquila y no alterada como los otros, estaba era incomoda por tanta cercanía, estaba nerviosa. No le gustaba mucho el contacto físico, hasta este punto ya era invasivo inclusivemente.

—Espacio personal, espacio personal... —susurraba para si misma mientras apenas y pudo llegar al ventanal pero sintiéndose aplastada todavía. Hizo una mueca cuando sintió a alguien aplastarse contra su espalda, escuchando una queja. Miró hacia él cuando permaneció en su lugar sosteniéndose de la ventana y estando demasiado cerca suyo.

—Animales... —dijo el chico en queja mientras miraba hacia la multitud. Tenía el cabello rubio y los ojos grisáceos. Vaya, ha conocido a varios chicos con el cabello rubio en aquel lugar. Parecía de su edad por lo que quizás estaba en el primer año sólo que no sabía de que aula—. ¿Huh? Oh, eres de la clase A. —dijo de la nada en cuanto la volteó a mirar—. ¡Ah! Ya sé quién eres, la hija de Hikarimeki. No es raro que ingresarás a la A, ¡vaya sorpresa de toparme con su hija pequeña!

Lo miró con cierta extrañeza por las raras expresiones que hacía; primero se vio curioso, luego, fastidiado, luego falsamente emocionado y ahora sarcástico cosa que la extrañó bastante por su repentina actitud. Lo miró sin expresión alguna en su rostro pero después fue desviando la mirada dificultuosamente debido a la incomodidad que le provocó ese rubio raro. En fin, sólo lo ignoraría ya que si, siguió hablando quien sabe que cosas.

Su atención fue hacia el repentino humo que salió disparado por sobre todas las personas. Se sorprendió cuando reconoció a Iida ser quien se desplazó de la nada... y chocó encima de la entrada, llamando la atención de casi todos que seguían conmocionados por qué alguien haya entrado a la U.A., sinceramente no esperó que todos reaccionarán así tan alterados pero bueno, eran humanos, era normal sentir miedo.

Vio desde su lugar tratando de tomar distancia con el rubio raro que estaba demasiado pegado a ella, mantenía una mirada expectante y sorprendida en el peliazul. No se esperó que lo hiciera, ahora se preguntaba porque lo hacía.

—¡Todos cálmense, todo está bien! —exclamó gritando y sorprendiendo a todos, incluyéndola. Finalmente el rubio raro dejó de hablar y mirar hacia él, aprovechó para escabullirse en busca de un mejor lugar, viendo todavía hacia Iida quien apaciguó la conmoción—. ¡Sólo es la prensa! ¡todo está bien!

Abrió sus ojos ligeramente y después suspiró con tranquilidad al momento que todos finalmente se calmaron. Sonrió con energía y a su vez admiración por su compañero de que haya hecho tal acción para calmarlos cosa que funcionó ya que la alteración se acabó poco a poco. Un alivio porque ya le dolía un poco la cabeza de tantas voces hablando a la vez, retumbando en sus oídos los cuales se aliviaron al ya no haber tanto ruido.

Si, definitivamente tenía unos compañeros admirables.

→S H A N X L A B Y X←

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