❪𝟰𝗢❫ ; 𝗻𝗲𝗶𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗵𝗲𝗿𝗼, 𝗻𝗼𝗿 𝘃𝗶𝗹𝗹𝗮𝗶𝗻.

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ARC TWO; WINGS
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA;
NI HÉROE, NI VILLANO
recorrer un camino

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©Shanxlabyx
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SOLTÓ UN SUSPIRO MIENTRAS SE ENDEREZABA Y colocaba sus manos en su cintura, observando con atención que haya empacado todo y no se le quedara nada allí en el establecimiento de Mirko. Ese ya era el día en el que volvería otra vez a la U.A., volvería a ver a sus compañeros que seguramente tendrían varias anécdotas sobre sus pasantías, volvería a su casa en dónde... su abuela la iba a interrogar y quién sabe que más... ¡Vería a sus hermanos! Vería a Yuu, en conclusión vería a todos sus conocidos.

La semana había pasado más rápida de lo que pensó, pero a causa de eso, sentía que había fortalecido un poco su cuerpo gracias a Usagiyama Rumi, conocido como la gran heroína conejo Mirko. Sentía su cuerpo un poco más fuerte. Quizás debería seguir con aquel entrenamiento para que su cuerpo no pierda la costumbre, porque por entrenar arduamente por una semana, ya dejó de dolerle significando que su cuerpo ya se acostumbró.

Miró una vez más su mochila revisando por última vez, se tranquilizó al saber que no se le quedaba nada así que la cerró y después cerró el maletín en donde estaba su traje de héroe. En ese compartimiento si que revisó un montón de veces porque que se le pierda o quedé algo que sea de su traje de heroína, si sería un gran inconveniente. Agregando que recibiría varios regaños.

—Realmente no fue tan malo que fueras mi pasante. ¡Fue agradable! —exclamó Mirko quien estaba recostada en el marco de la puerta de la habitación que le dió la mayor en esa semana para dormir y descansar. La peliblanca cruzó sus brazos y sonrió observando como Hatsulin la volteaba a mirar—. Ni se te ocurra olvidarte de lo que te enseñe. Mucho menos pierdas el ritmo de entrenar ¡Desde que comenzaste a entrenar conmigo, ya no te ves tan flacucha!

—¿Fla... cucha? —balbuceó confundida y shockeada la adolescente por aquellas palabras de Mirko. Por inercia se miró a si misma observando su abdomen y viceversa, tocando su propio torso con su dedo índice para tener en claro a qué se refería. ❛¿Fue una forma de decir que engordé?❜ se preguntó perdida la pelirroja levantando la mirada perpleja.

A firmes y confiados pasos, Rumi fue hacia Hatsulin luego de enderezarse en su lugar, aún manteniendo sus fuertes brazos cruzados sobre su pecho. La pelirroja seguía bastante metida en sus pensamientos sobre que tanto debe pesar o que grasa muscular debe tener, hasta que reaccionó en el momento que la de larga cabellera blanca había posicionado su palma en su cabeza y después le daba un par de palmaditas.

Cerró con fuerza sus ojos aguantando la sensación ahora de cuando ella le revolvió el cabello con fuerza y a su vez un toque de cariño, sin importarle mucho que su cabello anteriormente estaba peinado. Le despeinó varios cabellos de su parte, sacando algunas hebras de su lugar y haciendo que moviera su nariz y exhalara con fuerza por los cabellos atravesados y encima de aquella extremidad de su rostro, y también en sus ojos. No fue si no hasta que se detuvo que pudo buscar como arreglar su cabello.

—Fue un gusto tenerte como mi pasante, pequeña conejita Hatsulin. —dijo con bastante honestidad la de penetrantes ojos rojos. La aludida subió su mirada con apremio por escuchar su nombre salir de entre los labios de la morena. Era la primera vez que la llamaba por el nombre—. Espero poder volver a tenerte en mi madriguera. ¡Demuestra tus habilidades y todo lo que aprendiste conmigo! ¡Demuestra que eres la mejor!

El corazón de Tsubomi bombeó con fuerza por aquel ánimo que estaba demostrándole la heroína conejo, provocando ahora que la sangre fuera a su rostro y sus mejillas se tornaran de un ligero tono rojizo. Sus ojos brillaron mientras apretaba la parte superior de su uniforme sintiendo unas ligeras sensaciones de querer llorar. Aspiró profundamente para relajarse y sonrió con emoción y felicidad, aunque después colocó una expresión más firme.

—Muchas gracias por todo, Mirko-san. —dijo suavemente y un tono efectivamente agradecido. Sonrió en grande y con seguridad mientras asentía una vez más con firmeza ante sus palabras—. ¡Y lo haré!

La peliblanca rio con orgullo dándole una cariñosa palmadita en su cabeza, haciéndola reír también y sentirse sumamente cómoda por aquel ambiente que la rodeaba por completo. Esperaba ansiosa a llegar a la academia, contar sus experiencias y escucharlas igualmente de sus compañeros.

—¿¡EN SERIO!? ¿¡EN SERIO, BAKUGŌ!? —exclamaron entre gritos burlones junto con fuertes carcajadas. Pudo reconocer las voces de Sero y Kirishima aunque estaba confundida al respecto de porque estaban riéndose.

Parpadeó un par de veces desconcertada y desprevenida por ser lo primero que escuchó al acercarse a su aula luego de llegar a la academia. Ladeó su cabeza confundida por las estruendosas risas y burlas de su amigo de dientes puntiagudos y su compañero de una plana sonrisa. Al parecer se burlaban de Bakugō, aunque ni idea de porque. Entrecerró sus ojos interrogante para comenzar a dirigirse por el pasillo hasta la enorme puerta de la 1-A, teniendo cierto cuidado en sus pasos.

Cuando estuvo justo en la entrada de su aula en dónde seguían destacando las burlas y risas de parte del pelirrojo y el pelinegro, vio justo la figura de Bakugō Katsuki enfrente de la puerta. Estaba temblando como a ella recordaba «un Chihuahua o Pomerania furioso», mientras una de sus manos estaba hecha garra en dónde muy seguramente quería explotarle la cara a los dos que se reían de él. Subió la mirada más y se quedó viendo con atención como su cabeza no tenía aquellos distinguidos picos en su cabello. Lo tenía todo aplanado hacia abajo dando a entender lo bien peinado que estaba... o se bajó centímetros de cabello. Una de dos.

—¡No se rían! —bramó en una exigencia con gran enojo el apellidado Bakugō mientras estaba temblando con los ojos en blanco ante la rabia. Cabía decir que justo ahora sentía vergüenza y enojo en él porque se estaban burlando—. Mi pelo se acostumbró y no vuelve aunque lo lave. ¡Los mataré!

—Uy ¿que pasó? —habló haciendo ya su aparición justo detrás de él ganándose un sobresalto de parte de cenizo por su repentina aparición. De un salto se quitó de la puerta para verla agresivo, aún conmocionado—... —y se quedó en silencio al verlo mejor.

—¿¡Eh!? ¿¡Que me ves!? —volvió a exclamar agresivo el más alto mientras que Hanta y Eijirō estaban aguantando la risa con todas sus fuerzas, teniendo ambos sus mejillas llenas de aire. Bakugō estaba temblando con fuerza por ver la fija y silenciosa mirada de la pelirroja. Ya se estaba colocando nervioso, aunque no pareciera—. ¿¡Que!?

—Oh... vaya. —habló por fin la pelirroja mientras sus ojos se colocaban como dos puntitos azulados en su cara, colocando una sonrisita en sus labios la cual  se había puesto tensa cuando los apretó.

—¿Como que «oh, vaya»? ¿¡Que quieres decir con «oh, vaya»!? —exigió exaltado mientras se acercaba a varias zancadas a su dirección. Escuchó como la más baja soltaba un sonido extraño mientras que ahora apretaba sus labios con fuerza, con sus ojos rojizos destellando enojo observó y escuchó como ahora estaba emitiendo un ahogado «pff» aumentando más su ira

Hatsulin cubrió su boca con sus manos para tratar de aguantar todo lo que pudiera las carcajadas que se estaban ahogando en su garganta y reteniendo en su boca al punto de que sus mejillas se habían inflado. Aquellos soniditos continuaron por unos breves momentos hasta que la pelirroja comenzó a carcajearse de forma risueña y a su vez contagiosa siendo seguida por Kirishima y Sero que anteriormente eran quienes se burlaban amistosamente de él, Bakugō estaba temblando del enojo que le provocaba sus carcajadas viendo como la de menor estatura se había girado para sostenerse el abdomen y tratar de calmar sus carcajadas que había atraído la atención de la mayoría de sus compañeros al ser la primera vez que la escuchan reír de esa manera.

—¡Cerrando ciclos en punta! —dice entre aquellas sonoras y contagiosas carcajadas que simplemente hicieron explotar al cenizo.

—¿¡TE CREES MUY GRACIOSA!? —y literalmente «boom», su cabello volvió a la normalidad con aquellos picos y una gran expresión de furia haciendo un ademán de agarrarla, pero Hatsulin entre sus carcajadas se escapó hacia su asiento tratando de calmar su respiracion de igual manera—. ¡VUELVE AQUI, MALDITA PIRÓMANA!

—¡Volvió! —exclamaron Sero y Kirishima nuevamente explotando en risas mientras que la aura asesina del cenizo volvió a encenderse con fuerza al momento de que escuchó sus carcajadas.

Hatsulin continuó riéndose unos minutos mientras limpiaba las ligeras lágrimas que salieron de sus ojos por tanto reír por aquella escena para dejar su bolso en su puesto correspondiente, teniendo una sonrisa en sus labios al sentirse de verdad con ánimos aquella mañana. Una presencia rosa no tardó en llegar con ella y lanzarse a abrazarla desde atrás, sacándole un sonido de sorpresa y que fuera varios pasos adelante por el repentino impulso que tuvo.

—¡Hatsu-chan, me alegra verte otra vez! ¡Ya hacía falta tu presencia aquí! —lloriqueaba dramática Mina mientras frotaba su mejilla con la de Hatsulin al pasar su cabeza por su hombro desde atrás. La pelirroja cerró uno de sus ojos por el contacto y rio un poco.

—Pero si nos estamos reuniendo todos hoy. —comentó Jirō en su asiento mientras jugaba con los cables conectores de sus orejas, enredándolos en sus dedos ligeramente para desenredarlos luego.

—¡Pero hacía falta aún así!

—Claro... —rodeó sus ojos divertido Kyōka mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios y después prestaba atención en la recién llegada—. Pero en fin, es un gusto verte, de verdad, Tsubo-... Hat... sulin. —dijo algo dudosa la pelivioleta recibiendo una sonrisa y risa de la aludida.

—Vamos, tienes todo el derecho de llamarme por mi nombre. —agitó su mano con confianza y serenidad a su par que la apellidada Ashido finalmente la dejaba libre mostrándose súper contenta—. ¡También es un gusto verlas a todas! Me maravilla volver a reunirme con ustedes. Aunque me alegra estar con Mirko-san en las pasantías, ya que aprendí mucho, también me pone feliz volver a reencontrarnos. —juntó sus manos sobre su pecho con un atisbo de emoción y sinceridad.

—¿¡Fuiste a pasantías con Mirko!? —exclamaron Jirō y Ashido de forma asombrada, mostrando la de cabello oscuro sorpresa en su rostro mientras que la de cabello rosáceo chispeaba emoción, con sus ojos brillando como dos estrellas.

—No nos habías mencionado que irías con ella a estas pasantías, Hatsulin-san. —se acercó Yaoyorozu con calma y a su vez una aura de curiosidad y delicadeza, teniendo una de sus manos en su pecho y una afable y suave sonrisa en sus labios. Hatsulin la volteó a mirar luego de sentarse en el escritorio de Kaminari (este mismo no estaba allí sentado, estaba sumido en una conversación con los demás) y cruzó una de sus piernas sobre la otra, sonriéndole en grande—. Pero eso es muy bueno, me da gusto por ti... Yo sólamente estuve en un comercial para cabello. —murmuró con cierta duda y a su vez vergüenza.

—¡Oh, yo te ví en ese comercial! —dió un aplauso entusiasmada Hatsulin provocando un leve calambre en la columna de la azabache hasta después hundirse en vergüenza, con una mirada desanimada y penosa. Hatsulin le dió unas palmaditas en su cabeza—. Tranquila, tranquila. Saliste muy bonita.

—Es que... no es eso... —entreabrió sus ojos con un atisbo de tristeza haciendo que Hatsulin pestañee por aquella expresión desanimada que había colocado.

—Oh. —soltó con parsimonia para volver a darle unas palmaditas suaves en su cabeza, buscando como poder animarla. Aunque algo le decía que no podía ser aún posible eso, sea lo que sea que la estuviera atormentando—. Sea lo que sea, sé que podrás superarlo en algún momento. ¡Ten ánimo! —y alzó sus puños a la altura de su pecho, buscando contagiarla.

La apellidada Yaoyorozu se encogió en su lugar, pero después subió la mirada, dándole una leve sonrisa un poco forzada aunque en parte más tranquila. Asintió con levedad haciendo sonreír a Hatsulin aunque al momento que la azabache volteó su cabeza para seguir conversando con las demás chicas de la A, quitó su gesto por uno analítico, estrechando ligeramente sus párpados dejándolos entrecerrados mientras la analizaba.

❛Se siente sumamente insegura. Sigo sintiendo aquel sentimiento de decepción y frustración en ella❜. Pensaba analizando la última vez que la sintió con más seguridad y concentración, era justo en el Festival Deportivo. Lo recordaba bien, aunque con sus propios problemas no pudo fijarse en que momento se comenzó a sentir así. Pero tenía que ver con ese evento.

Suspiró ligeramente para poder prestarle la total atención hacia sus compañeras, fijando después su mirada en Uraraka quien estaba sumida en su mundo dando golpes al aire. Ladeó su cabeza para después formar una suave sonrisa en sus labios junto con una pequeña risita por verla tan sumida en seguramente lo que había aprendido en sus pasantías. No tiene idea de con quién pudo haber ido pero está más que claro que estaba más entusiasmada por saber defenderse y atacar, eso suponía por lo menos. Se alegraba por ella.

—Pero los que más cambiaron o pasaron por más fueron ustedes, ¿verdad? —su atención se trasladó hacia Denki en el instante que lo escuchó hablar. Había sido su curiosidad que la hizo fijarse en aquella conversación. Admiró como señalaba a Tenya e Izuku.

Entrecerró sus ojos con ligereza dejando sus párpados superiores cubriendo la mitad de sus ojos mostrándose un poco desinteresada, pero a su vez era una mirada de acusación hacia el peliazul y el peliverde.

Fue escuchando como sus demás compañeros mencionaban al Asesino fe Héroes y al Cazador de Villanos. Realmente sólo escuchaba a los demás hablar. Después de todo ya los había reprendido a los tres involucrados con aquellos dos hombres que se habían vuelto tan famosos últimamente por las acciones que hacían. Continuó fijando su atención silenciosa en como seguían comentando entre si.

—Escuché que Endeavor los salvó. —Satō fue uno de los cuales habló, mencionando aquel icónico rumor sobre la captura de Stain y Shadow.

—No me sorprende mucho. —Kenji agitó su cabello mientras bostezaba, apoyando su rostro en la palma de su mano.

—Es verdad, Kero, después de todo es el número dos. —mencionó Tsuyu juntando sus manos a su par que asentía ligeramente, de acuerdo con el de ojos destellantes.

Shōto permaneció en silencio por varios segundos, pensando y tardando en responder al respecto, incluso desvió la mirada hacia abajo. —Si, nos salvó. —respondió con un tono bajo y serio.

—Lo ví en más noticias, que el Asesino de Héroes junto con el Cazador de Villanos se relacionaban con La Liga de Villanos. Me da más escalofríos que alguien como el Asesino de Héroes haya venido a U.S.J., me asusta... —mencionaron con un atisbo de dudosa y a su vez cierto temor.

—Aunque es confuso que alguien que se especializa en atacar villanos se relacione con La Liga de Villanos. Es demasiado contradictorio. —volvió a hablar Takeru apoyando sus codos en sus rodillas, colocando una mirada un poco más seria, mostrándose ahora pensativo haciendo una mueca—. No me sorprende que el Asesino de Héroes si esté con la liga, pero si sería sumamente extraño que el Cazador de Villanos este relacionándose igual con ellos. Está más que claro que las noticias creyeron que lo hacía también sólo por ser discípulo de Stain.

—¿Pero no es también raro que él sea su discípulo? ¡Literalmente Stain se encarga de asesinar héroes! Mientras Shadow es prácticamente un vigilante, encargándose de los villanos. —comentó más exaltado Satō mientras tenía un pequeño y cómico temblor en su cuerpo, producido por su confusión—. Un asesino de héroes siendo maestro de alguien que ataca a villanos. ¡Es muy confuso! —y se tomó la cabeza sintiendo su cabeza dar vueltas ante tantos pensamientos.

—Pues si, todo ese asunto me pierde totalmente. —se cruzó de brazos Kaminari caminando por la fila asientos, hasta llegar hasta donde estaba sentada Hatsulin. Con total confianza, la abrazó por los hombros—. Da miedo también. Pero ¿has visto el vídeo, Hatsu-chan?

La aludida pestañeó un par de veces por su cuestionario a pesar de que no había dicho ni una palabra en aquella conversación. Aún así, mostró curiosidad por sus palabras. Estaba igual de confundida, por lo menos comprendía un poco el tema de conversación.

—¿Video? ¿Sobre el Asesino de Héroes y el Cazador de Villanos? —preguntó queriendo saber de cual vídeo estaba hablando. No ha usado las redes sociales mucho últimamente.

—Del Cazador de Villanos no, en realidad. Todavía no hay información sobre él. Es todo un misterio ese chico. —comentó Kaminari con una sonrisa mientras miraba hacia el cielo. Luego la observó devuelta—. Es sobre el Asesino de Héroes. Se nota que era muy decidido y tenaz, ¿no lo hace parecer genial?

—¡Kaminari-kun! —reprendió de inmediato Midoriya exaltado por su comentario fuera de lugar. El aludido se sobresaltó dándose de cuenta de la magnitud de sus palabras, soltando el agarre que tenía.

—¿Estás diciendo que es genial que un tipo asesine personas? —una vez más el del mechón oscuros se sobresaltó y esta vez tensó en su lugar por escuchar ahora a Tsubomi hablarle. La observó viendo una mirada de reproche y seriedad en su rostro, agregando una mueca en sus labios.

—¡Ah, no, no! ¡Lo siento! —se disculpó rápidamente sintiéndose arrepentido por no medir sus palabras.

—No, está bien. —tomó la palabra Iida quien mostraba cierta seriedad al comienzó, pero también determinación—. Es cierto que era muy tenaz, y entiendo que parezca genial. Pero eligió matar como resultado de sus creencias. No importa lo que crea, esa parte está mal. Para evitar que alguien más termine como mi hermano y yo... ¡Recorreré el camino para ser un héroe!

Hatsulin se quedó observándolo con cierta sorpresa por sus palabras, sintiendo algo removerse de forma confusa en su interior. Relajó poco a poco su expresión mientras seguía admirando la postura de seguridad y disposición de parte del chico de los motores. Desvió la mirada hacia abajo y a sus piernas cruzadas las cuales balanceó sólo un poco disimulando la cierta sorpresa que le provocó las últimas palabras que había dicho. Su mirada se perdió en algún punto mientras que retenía unos segundos la respiración para después sonreír ligeramente, mirando hacia el techo.

—Recorrer... el camino de un héroe... —murmuró con cierta nostalgia, y sólo para ella, sintiendo una leve presión en su pecho por aquellas palabras pero haciéndola sentir con una melancolía en su ser.

«—¿Que les gustaría ser cuando crezcamos?

—Adultos.

—¿Que? ¡No! Agh, no literalmente.

—Uhm... Altos entonces.

—¡No te hagas el tonto, Keizuke!

El de cabellera blanca se rascó la mejilla pensativo a lo que quería referirse el pequeño moreno, todavía bastante confundido ante su repentina pregunta. Miró hacia el techo de aquel establecimiento mientras jugaba con la manzana a medio comer que tenía entre sus manos vendadas y llenas de curitas. El de cabellera oscura tenía sus duros ojos avellana puestos de forma penetrante en él, en espera de que le respondiera. El apellidado Hideaki parpadeó y volteó a mirar a la más pequeña entre ellos quien comía también una manzana.

Aunque cuando fijó su atención en ella por varios segundos, la fémina alzó sus ojos al igual que sus cejas mientras en su garganta resonaba un «¿Huh?». El peliblanco conectó miradas por varios segundos con la pelirroja teniendo una silenciosa conversación con sus ojos, aunque por parte de la niña sólamente correspondía perdida de porque la estaba mirando de repente. Senshi volteó a mirarlos de hito en hito por ver cómo estaban mirándose fijamente. Un pequeño signo de enojo apareció en su cabeza por tanto silencio.

—¿¡Te estás comunicando telepáticamente con Hatsulin o que!? ¡Contesta! —exigió el de colmillos con sus ojos blancos del enojo, teniendo una gran gasa en su mejilla derecha mientras había una vena marcándose en su frente.

—No puedo hablar telepáticamente con ella, sólo quería tener alguna idea para contestar. —se excusó con sinceridad el de ojos amatistas viendo sus manos sostener aquella manzana roja con varios rastros de mordidas—. Pero... supongo... que... un héroe. No lo sé. Me gusta All Might y todo, me parecen geniales los héroes, pero aún soy muy pequeño para decidir eso. Puede que cuando sea adolescente esté encaminándome en otro camino... aunque seguro ya esté muerto para ese entonces.

—¡Keizuke-kun! —replicó Hatsulin preocupada y asustada por lo último que había dicho el de ojos amatistas—. ¡No digas eso! ¡Tu si vas a seguir vivo!

—¡Si! No seas estúpido porque si dices que te vas a morir ¡te golpeo! —amenazó con agresividad pero a su vez de forma exaltada como Hatsulin ya que a pesar de todo, le disgustó que insinuara que para ese entonces no seguiría con vida. ¡Todos iban a estar vivos de grandes!

El de cabellera claro se encogió de hombros un poco lanzando aquella fruta dulce de una mano a otra, abultando sus labios. Se sentía regañado en cierta parte por ambos más bajos que él, incluso sentía todavía la mirada de preocupación de Hatsulin en su persona. Esta misma la veía con preocupación e inconforme de que estuviera pensando así. Soltó un pequeño «Hum» todavía incómoda y asustada de aquel negativo pensamiento de parte del de ojos amatistas. Dejó la manzana en una sóla de sus manos para apretar la otra a la altura de su pecho y colocar una expresión determinada y algo impotente.

—¡Yo no permitiré que sigas pensando así! —exclamó con coraje la pelirroja sorprendiendo y llamando la atención de ambos niños, quienes la voltearon a mirar. Keizuke se tensó un poco con una mirada confundida—. Y... yo... ¡yo no voy a permitir que eso suceda tampoco! Porque también quiero ser una heroína, una que pueda proteger a los demás. ¡Yo te voy a proteger, Keizuke-kun! Voy a hacer que recorras el camino de un héroe ¡o el que quieras!. Voy protegerte para que puedas vivir.

Hiroshi quien estaba sentado en una de las mesas, levantó los párpados con asombro por las palabras que había dicho la más pequeña presente. Se había enderezado perplejo en su lugar, para después mirar hacia el de cabellera blanquecina quien estaba igual de perplejo que él o hasta más. Podía notar como sus ojos opacados brillaban por unos segundos y después se cristalizaban, agachando la mirada.

Senshi se quedó tieso en su lugar ante las palabras de Hatsulin y después apretó sus labios para sonreír con determinación, apretando su puño para estirarlo hacia ellos.

—Vamos a recorrer los tres el camino de un héroe. Aunque me parezcan raros, no son muy malos. —soltó el moreno alzando las comisuras de sus labios mostrando su dentadura y sus relucientes colmillos—. ¡Vamos a recorrer el camino de un héroe para evitar que alguien más viva algo como esto!

Keizuke lo miró conmocionado sintiendo una presión en su pecho, temblando en su lugar. Se sobresaltó un poco cuando vio como otra mano vendada y rasguñado chocaba ligeramente el costado del puño del moreno, viendo como Hatsulin se unía a aquel comentario bastante dispuesta. La niña le dió una sonrisa algo temblorosa pero ilusionada, dándole un asentimiento como invitándolo a qué se uniera a aquel gesto que estaban haciendo.

El de ojos amatistas vio los dos puños unidos de sus contrarios, observando como había un espacio más en dónde cabía uno más. Sorbió su nariz un poco y después fue animando un poco más sus expresiones, levantó su mano observando su palma hasta cerrarla convirtiéndola en un puño y después estirarla hacia ellos y uniéndolo en las extremidades del moreno y la pelirroja.

—Si, lo haremos.»

—¡BUENO, YA ESTÁN TODOS! —SE ESCUCHÓ SU ESTRUENDOSA Y animada voz que resonó para todos los estudiantes que estaban allí presentes.

Hatsulin presionó un poco el pequeño botón de su mascarilla especial la cual siempre ayudaba a ajustarla en cualquier ocasión. Ahora como no lo veía en uso, lo tenía suelto en el cuello, pero todo su traje de heroína estaba en su lugar; sus guantes, su cinturón, sus botas. Sus ojos se levantaron y fijaron con total atención en su gran maestro All Might, colocando una expresión expectante y una sonrisa animada y ya usual en ella viendo a su maestro de heroísmo.

Este apenas llegó al aula para su horario de clase, comentó por encima lo que iban a hacer ese día y pidió el que todos se colocarán sus trajes de héroes para ir al campo y hacer el entrenamiento en aquella clase. Justo ahora les estaba indicando con un poco más de exactitud lo que harían, agregando de darles la bienvenida en aquella nueva semana y sus llegadas de las pasantías.

—Vamos a empezar. Es el entrenamiento básico. —dijo el símbolo de la paz con sus manos posicionadas en su cintura en aquella posición heróica y admirable que siempre suele tener. Bajó su rostro para ver a cada uno de sus estudiantes con su gran e inquebrantable sonrisa—. Cuánto tiempo, chicos y chicas. ¿Cómo están?

—Con sueño. —murmuró al aire Takeru mientras tenía las manos metidas en sus pantalones algo sueltos de parte de su traje. Satō y Shōji que estaban a sus lados lo miraron por unos segundos al ser el único que respondió.

—Como acaban de volver de sus prácticas, para este entrenamiento básico tendrán una carrera de rescate.

—Si haremos entrenamiento de rescate ¿no deberíamos ir a la U.S.J.? —cuestionó el apellidado Iida a su par que estiraba su brazo hacia arriba y levantaba su mano. La verdad para Hatsulin también era una pequeña duda.

—Ese lugar es para entrenamiento de rescate... —aclaró el símbolo de paz y maestro de la A. Hatsulin murmuró un pequeño «aah» al responder aquella pequeña duda que tenía al respecto sobre lo preguntado de Tenya y que a su vez le entraba duda. Ya lo habían aclarado—... ¿recuerdan lo que dije? ¡Si, es una carrera! ¡Este es el campo Gamma!; una área llena de fábricas, como un complejo de laberinto. Se separarán en un grupo de cinco para hacer el entrenamiento. Cuando envié alguna señal, desde alguna parte, todos irán a la vez, desde las afueras. —explicaba la clase y lo que harían mientras alzaba una de sus manos al hablar—. Es una carrera para ver quién me rescata primero. Claro que deben mantener los daños al mínimo.

Takeru fingió toser colocando su puño en su boca, a la par que All Might señalaba a uno de los chicos presentes al decir lo anterior. —Uhum, Bakugō... —nombró el de cabellera revoltoso en medio de su fingida tos.

—¿¡Hah!? ¡No me apunte a mi! —replicó el de cabellera ceniza y ojos rojizos, mostrando una expresión de enojo. Después miró a muerte hacia Kenji quien ahora se sacaba la cera del oído ignorando su mirada—. ¡Y tú, maldito, te voy hacer pedacitos si no te callas!

Hatsulin se preparaba mental y físicamente para cuando fuera su turno, sonriendo entusiasmada por poder demostrar todas las habilidades que había aprendido con Mirko. Y lo que más la emocionaba era que aquella prueba se trataba de una carrera ya que los entrenamientos con la gran heroína conejo se trataban de la velocidad y la fuerza, tenía varias expectativas en dónde podría ganar. Apretó sus puños chocándolas entre si emocionada para cuando fuera su turno.

❛A demostrarles lo que aprendí de Mirko-san❜ pensó determinada y con una gran sonrisa, junto con un brillo de entusiasmo reflejado en sus ojos. ❛¡Dándolo todo!❜

EL DETECTIVE CAMINABA POR LOS PASILLOS DE aquel lugar, manteniendo una mirada algo pensativa en sus ojos. Metió las manos dentro de su largo abrigo siendo guiado por aquel oficial de policía el cual se notaba bastante serio y callado. Había que agregar que la situación ameritaba gran seriedad, y a su vez algo de nervios. Aquel caso luego de la captura del Asesino de Héroes y del Cazador de Villanos era de verdad una locura. Sin embargo, recordar su conversación con Akagure Chizome era algo que lo dejaba ahora en incógnita.

«—El niño no ha asesinado a nadie.

—Eso me contaron... —soltó el detective en medio de su entrevista e investigación sobre los dos hombres que habían capturado hace muy poco. Levantó su mirada de su libreta, mostrándose interesado aunque un poco confundido de que haya sido lo primero que le dijo.

—Hay que admitirlo. Deja a los que ataca en pésimas condiciones (aunque lo merezcan y hasta por mi, merecen morir) y es violento, pero no se ha manchado las manos para matar a alguien. Incluso es entendible que sea así con lo que tuvo que vivir. —murmuró con seriedad el antigüo Asesino de Héroes mientras veía a algún punto muerto en el suelo, sin moverse aunque tampoco podía, estaba atrapado en una camisa de fuerza—. Todo lo que él mismo dice sobre que mata a las personas es mentira. Y los rumores de que si lo hace también lo son. Maldita gente... —gruñó.

El oficial se quedó algo perplejo por la revelación que estaba teniendo justo ahora. Una información que no se había esperado luego de preguntarle sobre su relación con el cazador y que se quedará en silencio, para después comenzar aquella revelación que no se esperó pero aún así no negaría ni ignoraría lo que estaba diciendo. Era información valiosa.

—No es ni un héroe, ni un villano. Sólo es un pobre niño a quien la sociedad le dió la espalda. Hubieran visto como estaba cuando lo encontré. —continuó hablando el vigilante y villano de ojos rojizos, apretando su mandíbula—. Y aún así... no es capaz de asesinar a nadie, lo he visto. Aunque lo intenta, no es capaz. Y que sea así. Ese no es su camino. No es su destino. —comentó con total sinceridad en su voz y levantó su mirada, llena de una gran honestidad y a su vez seriedad—. Así que, ayuden a ese muchacho. Él merece ser ayudado, él necesita ser ayudado.»

Tsukauchi entrecerró sus ojos recordando sus palabras con una mirada que casi no podía descifrar por completo, ya que reflejaban más que seriedad. Reflejaban una gran sinceridad, una que nunca creyó ver en aquel hombre que no dudaba ni un segundo en matar, en aquel hombre que le tenía un profundo resentimiento a los héroes de hoy en día pero que tampoco aceptaba a los villanos. Realmente era un enigma. Y ahora debía saber sobre aquel chico.

Fue guiado a una habitación, a la cual entró observando detrás del cristal a aquel serio y violento adolescente al cual habían apodado el Cazador Villanos. Estaba con una vestimenta bastante sencilla, poseyendo una camisa de botones blanca al igual que sus pantalones. La vestimenta para los apresados. Se había detenido a observar su rostro, totalmente opacó, apagado, casi sin vida, pero mostrando una mirada llena de odio y a su vez... dolor mientras mantenía agachada su cabeza con su cabello largo casi cubriendo su rostro. Suponía que estaba esposado. Después de todo, era violento y agresivo y podría evitar algún ataque.

—Bueno, cuéntame de ti. —dijo el detective sentándose enfrente del cazador de villanos con una leve sonrisa, siendo lo primero en decir al entrar.

El moreno lo siguió con la mirada luego de sobresaltarse muy ligeramente y verlo con perplejidad, hasta mostrar aquella usual agresividad en sus facciones que ha mostrado desde siempre, sobre todo cuando lo habían atrapado. Se movía de forma desesperada, como queriendo huir. Ahora estaba totalmente quieto, mostrándose resignado pero también resentido en su lugar.

—¿Que mierda quiere, abuelo? —respondió entre gruñidos el de ojos avellana mientras se removía en su asiento mostrando su inquietud ante su presencia. Tsukauchi se había retirado el abrigo para poder sentarse en la otra silla y dejar las carpetas de información que le habían dado en la mesa.

—Eres realmente grosero. En realidad no soy demasiado viejo. —se quejó un poco tratando de aligerar el ambiente. Sintió perfectamente como el agresivo adolescente lo fulminaba con la mirada—. Sólo... quiero que me hables de ti.

—No pierda su tiempo. Fuera. —bramó con violencia en su tono de voz mientras lo miraba con odio y rabia, removiendo sus muñecas debajo de la mesa que ahora estaban con unas simples esposas.

—Tenemos bastante tiempo... —sonrió gentil Tsukauchi para después enseriar su rostro y observar los papeles enfrente suyo, observando la fotografía de un pequeño niño moreno y castaño con dos curiosos colmillos—. Después de todo, discutir no te ayuda. No puedes irte de todas maneras. Al menos... no aún.

Levantó la mirada hacia el adolescente enfrente suyo, siendo separados por aquella gran mesa de metal en donde había puesto su largo abrigo, junto con las demás carpetas. El moreno apretó su mandíbula y mostró los dientes a la defensiva, dando a relucir dos colmillos en su dentadura, mientras que sus ojos color avellana se entrecerraban y le lanzaban una mirada de agresividad y a su vez rabia, mostrando un rostro de enojo puro, aunque al comienzó mostró cierta sorpresa. Un ligero gruñido sonó en la garganta del menor, quien veía con gran desconfianza y odio hacia el detective el cual observaba con parsimonia sus facciones y su lenguaje corporal.

El mismo niño de aquella fotografía. El mismo cabello, los mismos ojos, la misma cara, a excepción de la cicatriz que había en su cuello, de la mirada tan opaca y sin brillo que poseía junto con sus facciones más maduras y endurecidas, culminando con su musculatura y su cabello ahora largo, llegándole un poco más abajo de los hombros, pero dándole una apariencia más amenazante por la forma en la que llegaba a cubrir o provocar sombra en su rostro que de por sí parecía amenazador.

No obstante, no mostró miedo. Volvió a darle una leve y gentil sonrisa al muchacho enfrente suyo, acomodándose en su lugar recibiendo una pequeña mueca de confusión de parte del ya atrapado vigilante, para volver a gruñirle. Mostraba desconfianza y odio total. Podía imaginar por lo que pasó.

Tsukauchi suspiró profundamente para levantar la carpeta marrón de la mesa bajo la fija mirada del Cazador, quien no dejaba de seguir sus movimientos ni un segundo, como buscando algo por el cual atacar y aprovechar que no estaba encadenado tan encadenado, sólo tenía sus manos presas pero podía manejarlo. El moreno mostró cierta confusión al ver aquella carpeta distinguiendo al infante que le parecía tan familiar en aquella fotografía, para levantar y ver fijamente al detective.

—Bien, ahora debemos hablar sobre esto, Shadow, el famoso y joven Cazador de Villanos... —Tsukauchi hizo una pequeña pausa mientras veía al confiado y alegre rostro del niño en la foto y después al muchacho desconfiado y violento enfrente suyo.

Leyó su nombre y después lo observó, mientras su expresión se volvía mucho más seria, tomando bien su papel en aquel asunto. El aludido volvió a entrecerrar sus ojos mientras gruñía ligeramente.

—O querré decir... Ichirō Senshi.

❪END TO THE SECOND ARC

¡FELICIDADES!
¡AHORA HAS TERMINADO EL ACTO DOS!

Toma tu premio;;
Dona🍩

Estado;;
Odiando a Atsuko.
Sintiendo coraje por Eiko.
Queriendo cuidar y ayudar a Hatsulin.
Y exigiendo muchas respuestas de la escritora.

Yo misma me pregunto si algunx pudo caer en cuenta de que era él 🤔
Deben tener muchísimas preguntas justo ahora por esta revelación, pero tranquilxs, que pronto serán contestadas♡
Volviendo a lo importante; ¡Ya se ha culminado el acto dos!

Dios, ¿saben lo emocionada y entusiasmada que me coloca ya llegar al último acto del libro? Si creen que esta revelación los impacto o desconcertó, pues prepárense para lo que se viene.

En otro palabras, hay que estar felices de que nuestro Senshi está devuelta ✨ ¿Cómo sigue vivo? Pues aguarden su curiosidad que pronto se responderán todas las preguntas que deben tener.

Fuera de eso, me gusta mucho como voy desarrollando el libro de nuestra bebé Hatsulin. Me encantan todos sus comentarios y siempre me pone súper feliz cuando llegan lectorxs nuevos cada vez más y como poco a poco BE HERO se está volviendo reconocida. Paso a pasito nos vamos elevando¡!

Muchísimas gracias por llegar hasta este punto en la historia, y prepárate, que aún falta mucho por recorrer y mucho por ver ❤️ Prepárate mental y emocionalmente para lo que se acerca, puedes perder más estabilidad de la que se perdió aquí o puede explotarte la cabeza. Cualquier cosa pasará 🙈

¡GRACIAS LEER!
❤️💙

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