❪𝟯𝟵❫ ; 𝗰𝗵𝗮𝗼𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗱𝗶𝘀𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿.

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ARC TWO; WINGS
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE;
CAOS Y DESASTRE
❛lo que puede provocar❜

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©Shanxlabyx
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FUERTES RESPIRACIONES SALÍAN DE ENTRE sus labios mientras su brazos se flexionaban y contraían en cada respiración y movimiento, ayudando a qué su pecho subiera y bajara pero no tocara el suelo al estar sostenida con sus piernas extendidas. Sus brazos estaban totalmente descubiertos mostrando las algo variadas cicatrices que poseía pero que no temía tanto en mostrar (aunque oculto las de sus muñecas usando muñequeras, no quería que Mirko preguntará sobre esas), ya que usaba una camiseta negra sin mangas para ayudarla a no sofocarse tanto en aquel duro ejercicio físico que estaba haciendo desde ya hace un buen rato; lagartijas.

—¡Vamos, vas en un buen ritmo! —la animó la Usagiyama quien estaba observando y tomando el tiempo y la cuenta de las lagartijas que estaba ejecutando.

Resopló con fuerza al sentir sus pulmones arder y apretujarse ante tanto esfuerzo, pero agitando un poco su cabeza continuó con sus movimientos para seguir aquel entrenamiento con la gran heroína conejo; Mirko. De verdad eran unos entrenamientos demasiado duros y exigentes, pero necesarios ya que estaban ayudando a su cuerpo a fortalecerse más.

Ya había comenzado y avanzado los días junto con Mirko. Los entrenamientos eran duros y casi infernales (aunque no violentos) haciéndola dar todo su potencial y fuerza cada día que entrenaban, pero dando un buen resultado ya que había logrado avanzar y mejorar su físico. Ya podía correr con un poco más de facilidad en la arena sin caerse ni tropezarse tanto, y como estaba afianzando aquel entrenamiento cada vez más, ahora sentía que estaba corriendo más rápido que antes. Sentía sus piernas más fortalecidas.

Incluso ahora podía seguirle aún más el ritmo a Mirko sin cansarse. Mantenía sus ánimos súper elevados y su determinación en el cielo mientras siempre corría más cerca que antes de la heroína conejo. Ya podía correr y trasladarse a la par que la heroína número cinco de Japón y aquello la enorgullecía y alegraba de sobremanera.

Ya estaba culminando la semana en dónde comenzó sus pasantías con ella luego de poder ser aceptada en su «madriguera» como solía decir, pero aún recordaba lo infernal que fue los primeros días con el entrenamiento. Sin necesidad de usar su quirk de manera masiva, hacía que su cuerpo quemara por dentro ante la forma tan insistente y masiva en la que entrenaba. Entrenar con Mirko significaba entrenar con intensidad y sin parar, sobretodo las piernas que eran las que más enfocaba en fortalecer.

¡La había hasta hecho cargar cosas súper pesadas en su espalda! También había tenido que usar una de aquellas máquinas de ejercicio en donde tenía que cargar tantos kilos con sus piernas estando acostada. Eso sí que fue complicado ya que desde un principio Rumi le colocó una gran cantidad de kilos y peso. Apenas y pudo elevarlo como un par de centímetros por mucho esfuerzo que hizo.

—¡Ufff! ¿¡Qué hora es, Mirko-san!? —expresó con agitación mientras sentía sus brazos temblar momentáneamente pero los tensó para seguir haciendo fuerza y no perder el ritmo. Su frente estaba empañada de sudor mientras sus cabellos estaban pegados en su piel.

—Van a ser las seis y algo de la noche —soltó la heroína luego de ver la hora en su teléfono. Se agachó a un lado de la pelirroja y echó hacia atrás los cabellos sudorosos que le estorbaban su vista, viendo su rostro con bastante claridad—. Iugh, estás muy sudada.

Hatsulin colocó una forzada sonrisa y no evitó soltar una risa algo dificultuosa seguido de varios jadeos y respiraciones forzosas ante su esfuerzo. Rumi simplemente observó sus facciones con atención y luego su mirada viajó inevitablemente hacia la cicatriz rajada que había en su rostro, viendo que tan ancho y que tan largo era. Notó como la menor se daba de cuenta de la forma tan fija en la que estaba observándola, haciendo fuerza con sus brazos para detenerse y verla con curiosidad.

Mirko siguió viéndola con atención y luego le dió un par de palmaditas en su cabeza, sintiendo la áspera y caliente sensación del sudor en sus hebras. De verdad estaba súper sudada ante tanto esfuerzo y entrenamiento que estaba haciendo sin parar. Le sorprendía sinceramente que tuviera la suficiente resistencia como para esforzarse tanto y no cansarse tan rápido. Aunque debía admitir que cuando terminaba caía rendida al suelo.

—Ya puedes parar, conejita. —le dijo la de cabello blanquecino ganándose una mirada algo sorprendida de parte de la de hebras rojizas. Ella suspiró profundo unas dos veces seguidas y simplemente se sentó sobre sus piernas mientras respiraba con cierta pesadez—.  Pero no creas que vas a descansar ¡tendremos que ir a patrullar!

—O-oh... si, si. Claro, Mirko-san. Lo tengo bien en cuenta. —rio un poco la aspirante a heroína mientras metía sus manos entre sus rodillas balanceándose un poco en su lugar mientras cerraba sus ojos y sonreía suavemente.

—¡Bien! —soltó con rudeza pero a su vez con una sonrisa en sus labios mientras que se dejaba caer sentada en su lugar, cruzando de forma sencilla sus piernas mientras que una estaba levantada para apoyar su brazo en su rodilla—. Has hecho un gran trabajo estos días ¡Impresionante, aunque a veces te desplomas de la nada!

La pelirroja parpadeó un poco y después rio algo avergonzada ante ese hecho ya que era cierto. Se desplomaba a veces por tanto esfuerzo y cuando su cuerpo ya requiere un respiro, terminando casi desmayada por falta de oxígeno. Aunque también en su mayoría de tiempo caía exhausta cuando se detenía y tomaba una gran bocanada de aire, en señal de que su cuerpo ya no podía más.

Mirko sonrió a labios cerrados para después levantarse con facilidad bajo la mirada curiosa de la pelirroja quien parecía menos agitada aunque su cuerpo seguía estando más que sudoroso. Le daba unos feos escalofríos cada que una gota de sudor resbalaba por su espalda. No obstante, sonrió cuando notó la mirada de su maestra la cual sabía bastante bien a qué se trataba por lo que esperaba que ella misma lo confirmara.

—¡Vamos de patrullaje, Scarlet!

MIRKO SALTÓ VELOZMENTE EN MEDIO DE UNOS EDIFICIOS LLAMANDO la atención de muchos de los ciudadanos que habían allí, ganándose igualmente el asombro y la fascinación de parte de ellos por ver aquel borrón blanquecino pasar a grande velocidad, pero lo que más provocó conmoción y emoción en ellos fue ver cómo a su lado había pasado alguien con la misma velocidad que ella, observando un cabello brillante rojizo danzar con el viento.

La heroína conejo cayó con firmeza justo en el borde de un edificio, levantando algo de viento ante su brusca entrada, colocando una firme y confiada sonrisa. Justo a su lado cayó la figura de la heroína flameante quien cayó con la misma fuerza que ella junto con una mirada seria, hasta abrir sus ojos y colocar una sonrisa emocionada y determinada.

—Hasta ahora ¡todo se bien por aquí! —soltó la Usagiyama mientras observaba su horizonte y analizaba y se aseguraba que no hubiera actividad de villanos o escándalos por aquella zona. Observó con atención hacia su pasante—. ¿Has visto algo por ahí?

—Uhm, realmente no. —contestó pensativa la pelirroja observando de igual manera de forma analítica y fija su alrededor, tratando de fijarse en el sonido o algún escándalo particular en el aire. Mirko también había tratado de agudizar su audición, aunque todo se trataba de lo físico al entrenar—. No se ha visto algo fuera de lo normal. Tampoco he percibido algo en específico. Aunque no hay que confiarse, cualquier cosa podría suceder o estar sucediendo bajo nuestras narices.

—¡Muy bien dicho, Scarlet! Siempre hay que estar alerta y atenta a todo. —aclaró en un halago la de orejas de conejo haciendo que Hatsulin sonriera sintiéndose satisfecha por sus palabras. Mirko se levantó colocando sus manos en su cintura, disfrutando la serenidad de la noche.

Siempre hacían múltiples patrullajes; mayormente eran patrullajes en el día. No obstante, el día anterior había sucedido un asalto de villanos y una toma de rehenes en la noche por lo que la Usagiyama había decidido en dar un par de vueltas en patrullaje esa última noche antes de volver a su establecimiento. Pero no todo el tiempo. Después de todo no era una heroína del mundo bajo así como su maestro Aizawa que se especializaba usualmente a patrullar tarde en la noche.

Acomodó sus piernas con tranquilidad mientras veía el cielo oscuro de la noche, pensando en como la había pasado en aquellas pasantías con una de sus heroínas favoritas. Había aprendido varias cosas del mundo del heroísmo y como actuar, agregando que Mirko había ayudado a fortalecer y entrenar su cuerpo de muchas maneras. Lo sentía más fuerte y firme que antes y eso que sólo había pasado una semana siguiendo sus pasos. Una sonrisa apareció poco a poco en sus labios sintiendo una enorme felicidad y a su vez una gran comodidad por haber aprendido esas cosas.

Su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en que poco a poco estaba aprendiendo a ser un héroe, ser una heroína. Estaba dando cada vez más pasos en este camino que había elegido en su niñez, haciéndola siempre recordar a todas las personas que estuvieron a su lado en aquellas bellas y a su vez horribles etapas en su desarrollo. El gesto en sus labios se esfumó y su expresión se volvió seria y nostálgica, sintiendo aquella tristeza en ella salir a la superficie por recordar todas aquellas personas que perdió.

Keizuke-kun... ¿dónde y cómo estarás?❜ pensó en aquel peliblanco de ojos amatistas que la obligó a irse de aquel infierno dejándolo allí. Se hizo un pequeño nudo en su garganta mientras una de sus manos se apretaba en un puño al volver aquel sentimiento de culpa e impotencia en ella. ❛Desearía que Senshi-kun estuviera... aquí...❜

Sus cejas temblaron en un gesto afligido e impotente por recordarlo a él, siendo una de las pérdidas más dolorosas que pudo tener su corazón. Él no merecía morir, no merecía nada de lo que pasó. Ni él, ni Keizuke, ni Hiroshi, ni su abuelo, ni ella... Nadie merecía eso ni lo merece. A veces simplemente trata de imaginar que hubiera sido si Senshi estuviera vivo y con su humor e insistencia se hubiera ido ellos junto con Keizuke. O si simplemente los hubiera conocido en una situación normal y tranquila, no en un infierno.

Keizuke-kun... Senshi-kun...❜ tragó saliva mientras suspiraba con profundidad aún a un lado de la heroína quien seguia observando su alrededor de pie, parecía no estar prestándole atención. ❛Como quisiera que todo hubiera sido diferente❜

Alzó levemente las cejas cuando sintió algo vibrar en uno de los muy escondidos bolsillos de su minifalda a conjunto de su traje de heroína, justo en donde tenía su teléfono. Parpadeó curiosa saliendo de su burbuja para sacarlo de allí y encender la pantalla para poder observar la notificación de lo que sea que le haya llegado. La pantalla iluminó su rostro y sus ojos, reflejando la luminosa pantalla de aquel aparato electrónico. Lo desbloqueó para ir directamente a la aplicación de mensajes y observar de que se trataba.

—Una... dirección... —murmuró colocándose seria y a su vez confundida por aquel repentino mensaje, tratando de saber porque estaba sólamente una dirección. Se quedó observando el contacto que se lo envío fijamente, sintiendo un escalofrío y a su vez una amargura de confusión y preocupación—. ¿Midoriya... -kun?

—¡VINE A SALVARTE, IIDA-KUN! —EXCLAMÓ CON DETERMINACIÓN Y coraje Midoriya Izuku quien se mantenía alerta y en posición enfrente del herido.

Iida Tenya con su traje de héroe, se quedó observando atónito su presencia, y cuando había abierto su boca para poder hablar, percibió una presencia acercarse con una abrumadora velocidad desde atrás, haciéndolo tensarse por el aire frío que lo recorrió. Vio en cámara lenta como una silueta se había lanzado hacia el peliverde, encapuchado con una chaqueta oscura, totalmente ajena al Asesino de Héroes que había sido lanzado por el golpe y la entrada de Deku. No obstante, ver las intenciones de golpearlo por su puño alzado y la posición del recién aparecido, lo alertó, agregando que el peliverde no había notado su presencia.

—¡Midoriya-kun! —apenas alcanzó a exclamar Tenya con desesperación hacia su compañero quien se sobresaltó por su repentino llamado.

Apenas pudo girar su rostro cuando sintió un fuerte golpe en todo su abdomen que lo lanzó con brusquedad en el aire hasta chocar de golpe contra la pared, sacando su aire y arrancándole un fuerte quejido. Cayó de rodillas al suelo mientras sentía su cuerpo doler como el infierno, sintiendo su torso doler de una forma inimaginable como si hubieran fracturado sus costillas. Apoyó sus manos de forma temblorosa mientras tosía con fuerza sintiendo aún aquel horrible dolor en su allí, siendo inevitable que se agarrara el abdomen con fuerza, gruñendo por el dolor.

Levantó a duras penas la mirada mientras su cuerpo se encontraba tenso y mantenía leve temblores en sus extremidades, observó como había una figura ajena enfrente suyo, justo en la dirección a la que había mandado de un golpe al asesino de Héroes el cual ya estaba reincorporándose, viendo fijamente hacia la dirección suya para después observar a la espalda de chico que lo había golpeado.

Midoriya de forma atemorizada vio unos desgastadas botas marrones, fue subiendo poco a poco la mirada hasta ver unos pantalones negros rasgados y metidos dentro de aquel calzado. Continuó observando poco a poco al chico hasta que subió la mirada por completo viendo unos ojos brillantes y avellanas brillando en un tono dorado verlo de una manera penetrante y hasta intensa para él.

—E-el cazador de villanos... Shadow... —balbuceó al reconocer a aquel chico que hacía estragos con aquellos que se hacían llamar villanos, los cuales dejaba apenas vivos o respirando.

Los ojos del cazador se entrecerraron y luego se afilaron viéndolo desde arriba, alzando su mentón mientras mostraba sus dientes y dos distintivos colmillos mostrando una expresión amenazante que hizo titubear y temblar una vez más al peliverde quien se reincorporó de una forma dificultuosa cayendo sentado mientras temblaba todavía más por la manera en la que estaba observándolo. Sentía que lo estaba acuchillando con la mirada.

—Veo que unos estorbos han venido a molestar... —escupió de forma grave y amenazante el chico de cabello ligeramente largo, teniendo su cubrebocas caído al cuello mientras su capucha seguía encima de la cabeza provocándole sombra a su rostro, pero sólo haciendo que se viera más aterrador.

Shadow chasqueó sus dientes soltando un «tks» para después girar con firmeza hacia la dirección en dónde estaba Stain quien veía de forma penetrante hacia la dirección de Midoriya mientras limpiaba con su puño cerrado (ya que sostenía una de sus peligrosas armas) su rostro. El adolescente de ojos avellana lo miró con atención mientras suavizaba muy ligeramente su rostro, pero aún manteniendo cierta dureza en sus facciones.

—¿Se encuentra bien, sensei? —cuestionó el moreno apodado Shadow con un leve tono de preocupación en su voz con su cuerpo girado hacia él. Midoriya se exaltó jadeando silenciosamente en perplejidad por escuchar como lo llamó. Lo que más le sorprendió fue su preocupación.

—Si, no es nada, niño. —habló Stain de forma áspera mientras volvía a colocarse en posición mientras alzaba sus filosas armas preparadas para atacar a aquellos estorbos para él—. Sólo son unos muchachos atravesados en mi camino...

El cazador se quedó observando con atención a su «maestro» procurándose de que sí se encontraba bien, asintió ligeramente para después volver a afilar su mirada al observar amenazador hacia el héroe Deku quien seguía observando alerta e impotente hacia ambos masculinos que hacían problemas y estragos en las calles al punto de provocar temor en todos los ciudadanos y provocando problemas para los héroes.

El morenos se colocó en posición de ataque mientras volvía a gruñir de forma amenazante justo como un animal apunto de lanzarse a su presa, sus ojos parecieron brillar más y volverse afilados como un gato al acecho. Unas singulares marcas se plasmaron en sus pómulos mientras que las venas se marcaron en su rostro y sus fornidos y cicatrizados brazos.

Midoriya continuó algo perplejo observando a los dos vigilantes y asesinos enfrente de él, no obstante, dejando aquel temor de lado colocó una mirada seria mientras apretaba un poco la barbilla.

—L... l-lo... ¡Lo ví en las noticias! —había balbuceado al comienzó Midoriya para después agitar con levedad su cabeza y enseriar su rostro una vez más, viéndolos a ambos con determinación—. El sesenta por ciento de las víctimas del Asesino de Héroes eran encontradas en callejones desiertos sin salida... Así que busque por todos los rincones cerca de las oficinas de héroes ¡y los encontré aquí! —exclamó colocándose en posición de pela enfrente de Iida quien seguía observando atónito la escena—. No espere encontrar al Cazador de Villanos aquí, pero debí suponerlo al menos. Sus víctimas también están usualmente en los callejones.

—Ugh, un nerd. —se quejó Shadow mientras que quitaba su postura de atacar y colocaba una expresión aburrida y asqueada, tomando por sorpresa al peliverde por su forma de hablar. El cazador de villanos miró hacia Stain—. ¿Ya podemos acabar con él? ¡Me aburre su análisis!

—Tu ya sabes que debes y no debes hacer, Shadow. Y toma en serio la situación. No seas idiota. —dijo con cierta severidad el Asesino de Héroes quien a pesar de su leve conversación con su, aparentemente, alumno, seguía fijo en los aspirantes a héroes enfrente suyo.

—¡No me llames así! —volvió a exclamar en queja y ofendido hacia Stain, teniendo un leve tono de reproche que sólamente confundía y sorprendía aún más a Izuku quien observaba perplejo la escena, viendo como el Asesino de Héroes simplemente suspiraba cerrando sus ojos.

—Bien... —carraspeó un poco el pelinegro, para abrir sus ojos con un brillo despiadado en sus ojos—. Si te vas a entrometer, debes saber que el débil será el sacrificado. —se mofó Stain mientras mostraba una sonrisa maliciosa. Shadow miró con intensidad hacia Izuku, gruñendo por lo bajo de forma amenazante—. ¿Que harás entonces?

—¡SUELTENME, MALDITOS! ¡JURO QUE LOS VOY a hacer añicos a todos y cada uno de ustedes! ¡GHAAR, LOS VOY A MATAR!

Midoriya veía conmocionado y perplejo la forma en la que estaba agitándose el cazador de Villanos con tanta violencia y desesperación que, para cualquiera y para los héroes que lo retenían simplemente era el intento de escapar y atacarlos a ellos, pero para él... su desesperación lo estaba confundiendo de sobremanera mientras era cargado por Native.

Continuaba observando al joven que no dejaba de zarandearse de aquellas cadenas que le colocaron luego de que él y sus otros dos compañeros lo hayan atado al igual que a Stain ante su desorientación y cuando estuvo desmayado algunos minutos. Apenas lo levantaron se despertó y comenzó a gritar y a agitarse con violencia y una muy inquietante desesperación.

—Ah, deja ya de luchar, villano. No vale la pena. —le dijo Gran Torino mientras lo veía con seriedad y a su vez sin compasión encaminándose hacia el escandaloso chico quien seguía con la capucha encima. El anciano tomó la parte de atrás de su chaqueta (más que nada en su espalda debido a la gran diferencia de altura) y la jaló lo suficiente como para dejar ver su rostro y su cabello oscuro—. Huh... sólo eres un niño y causando tantos problemas. Que decepción por ver a alguien tan joven haciendo este tipo de estragos. ¿No tienes vergüenza de todo el caos y desastre que has hecho? ¿Cómo puedes haber terminado en este camino?

Izuku, Tenya y Shōto miraron con atención como Shadow se había paralizado momentáneamente cuando le retiraron aquella capucha que cubría y hacía un punto de vista poco claro ante la sombra. Se vio su perfil tembloroso y tenso, viendo como parte de su cabello largo cubría parte de su rostro. El cazador apretó su mandíbula al punto de mostrar sus dientes y volteó a ver con brusquedad hacia el hombre de los cohetes, ganándose una mirada totalmente indescriptible en sus ojos que lo dejaron paralizado unos segundos por ver lo fuerte pero a su vez débil que era su mirada; llena de desesperación y dolor, junto con una gran frustración.

—¡CIERRE LA PUTA BOCA, VEJETE! ¡USTED NO SABE POR LO QUE HE TENIDO QUE PASAR PARA LLEGAR AQUÍ! —exclamó violentamente y en un tono de voz frustrado y a su vez algo tembloroso, sorprendiendo más a los otros adolescentes por ver a un chico de su edad reaccionar así siendo Midoriya quien más percibió su tono de dolor—.  ¡ASÍ QUE BUSQUÉSE UNA MALDITA URNA Y ENTIERRÉSE ANTES DE METERSE EN LO QUE NO LO LLAMAN! ¡MALDITO DESGRA... -!

—¡Agáchense! —exclamó Gran Torino interrumpiéndolo, y alertando a todos cuando percibió algo volar hacia ellos; era un Nōmu.

De la nada pasó a gran velocidad y arrasó con uno de los chicos que habían allí, quedando todos en un momentáneo shock al instante que tomaron a uno de los ajenos presentes; Midoriya Izuku había sido raptado por un Nōmu, una de aquellas extrañas «criaturas» con apariencias humanoides y enfermizas con sus cerebros expuestos. Justo ahora este tenía las características con alas. Varios exclamaron su nombre con conmoción observando como poco a poco se llevaba a aquel peliverde el cual estaba lastimado como para reaccionar.

Shadow tenía sus ojos abiertos de par en par observando como aquel joven se alejaba, sus pupilas temblaban en sus cuencas con una mirada atónita y sombría mientras sus cejas estaban fruncidas hacia los lados viendo como esa cosa se lo estaba llevando. Retuvo la respiración al sentirse sofocado y de la nada algo pasó a gran velocidad y agilidad al lado suyo, y cuando menos se dió de cuenta alguien se impulsó y lanzó hacia el Nōmu para clavarle una navaja con fuerza en la cabeza y cuando lamió su sangre, la criatura cayó de bruces al suelo junto con el peliverde quien estaba desorientado por lo sucedido.

Todos estaban perplejos por la escena, viendo fijamente como aquel hombre se mantenía con la cabeza agachada luego de asesinar sin remordimiento o dificultad al Nōmu con el misma arma con el cual lo había atacado. Su mano sostenía al peliverde quien abría a duras penas sus ojos ante el shock, hasta abrirlos de golpe al ver de quién se trataba.

—Los héroes farsantes que rigen esta sociedad y los criminales que van mostrando descuidadamente su poder... —decía Stain reincorporándose poco a poco mientras aprisionaba a Midoriya contra el suelo—. Esos son los objetivos a eliminar de mi vida. ¡Todo esto es por el bien del mundo!

Todo se congeló para el moreno de colmillos quien observaba fijamente hacia el Asesino de Héroes Stain, con perplejidad y deteniendo cualquier movimiento de golpe por ver cómo había reaccionado finalmente. Un nudo en su garganta apareció mientras sus ojos se tornaban algo rojizos por las lágrimas de impotencia que estaba aguantando, y sus orbes avellanas opacados por un profundo sentimiento que sentía en su cuerpo. Parecía metido en su propio mundo.

No le prestó atención a nada más, hasta que vio como el héroe número dos de Japón; Endeavor, aparecía en la escena y encendía aún más sus llamas en una clara intención de acabar de una vez por todas con él. Su cuerpo tuvo un pequeño calambre mientras sentía una fuerte tensión en él, más fuerte y más propia que la que tenían todos por las palabras que estaba diciendo Stain.

Apretando su mandíbula no aguantó más, su cuerpo se fue retorciendo de una forma violenta mientras gruñía poco a poco con fuerza y las cadenas en su torso comenzaban a chirriar con fuerza llamando la atención de Gran Torino y los otros dos héroes que estaban reteniéndolo. Antes de poder actuar, el cazador de Villanos rompió las cadenas de golpe, pero en vez de lanzarse a atacar se lanzó hacia Stain de un fuerte movimiento que agrietó el suelo. Endeavor se sobresaltó y quedó nuevamente en shock cuando vio su figura enfrente del Asesino de Héroes y del estudiante de cabello verde; este último una vez más vio perplejo al de cabello oscuro.

El chico estaba observando con intensidad y un gran rencor hacia Endeavor quien se paralizó por la fuerte mirada que estaba lanzándole, un odio profundo que le removió algo por dentro. Observó como Shadow enfrente de Stain y Midoriya se posicionaba con firmeza y después estiraba de la nada los brazos hacia los lados, haciendo aquel accionar de evitar que se acercará.

—¡No voy a dejar que lo toque, maldito héroe! —bramó con impotencia mientras seguía observando al héroe de la llama con gran odio y fiereza. Todos observaban el accionar de protección del cazador quien mostraba sus dientes como un animal, mientras que se podía observar mejor una curiosa cicatriz de su cuello hacia abajo—. ¡Todos son unos malditos, unos hipócritas! ¡Quieren siempre meterse donde no los llaman, siempre quieren tomar las riendas sin saber que lastimaran a alguien en el futuro! ¡Queriendo incinerar a Stain teniendo él a un estudiante! ¿¡Acaso no tiene corazón!? ¿¡ACASO NO PIENSA EN QUE VA A LASTIMAR A ALGUIEN INOCENTE!? ¡ENDEAVOR! —exclamaba con gran odio en su voz.

Midoriya desde su lugar apenas podía reincorporarse mientras su mirada estaba atónita en el chico que protegía a Stain y... ¿a él? ¿Lo estaba protegiendo para evitar que saliera lastimado también? Realmente él lo estaba confundiendo muchísimo, se sentía sumamente extraño y dudoso respecto a él. A aquel violento adolescente que minutos atrás lo estaba atacando sin piedad y ahora estaba evitando que Endeavor actuará para acabar con Stain, pero con el inconveniente de que él estaba allí. Apretó sus puños conmocionado, observando su espalda.

Stain también hacía lo mismo, teniendo una expresión expectante a lo que estaba diciendo y haciendo el moreno de ojos brillantes pero a su vez vacíos, los cuales reflejaban odio y rencor ahora mismo, y a su vez un sentimiento oculto que nadie más podía notar. El de ojos rojizos siguió observando al chico quien no doblegaba su posición, aunque a plena vista sus brazos extendidos estaban temblando ligeramente. Se alertó cuando escuchó el distintivo sonido del fuego.

—Tks, maldito mocoso molesto. Dices sobre lastimar inocentes y un montón de cosas, y tú eres el primero que lo hace. —escupió Endeavor con molestia mientras mantenía sus flamas más encendidas en señal de tener intenciones de atacar. Shadow apretó su mandíbula al igual que sus manos, las cuales temblaron—. ¡El que no tiene corazón eres tú, mocoso! ¡Voy a acabar con esto ya!

—¡Espera, Endeavor! —exclamaron Gran Torino y Shōto al mismo tiempo alertándose por las intenciones que tenía el pelirrojo de atacar al pelinegro.

—¡ATRÉVETE Y VERÁS QUE YO MISMO TE MATO, ENDEAVOR! —volvió a exclamar Stain de forma enojada, dando unos últimos esfuerzos a no caer ya que su postura estaba doblegando aunque ahora miraba de forma penetrante hacia el héroe número dos quien se detuvo—. ¡Atrévete a lastimarlo, que yo disfrutaré más verte muerto en el suelo! Él no tiene la culpa de nada ¿¡entienden!? ¡Simplemente es una víctima de esta sociedad de mierda en la que forman parte! —la mayoría volvió a quedar atónita por sus palabras, incluso el mismo Endeavor se paralizó y avivó sus llamas confundido y exaltado—. Le dieron la espalda y lo tiraron a la basura como un peso muerto. Por lo menos yo si fui capaz de ayudarlo y salvarlo, evitar que muriera. ¡Ningún héroe fue capaz de hacerlo! ¡Al menos él se encarga de las personas despiadadas como los villanos, abusadores, agresores y evita más víctimas! ¡Algo que ustedes no hacen y lo juzgan! ¡A pesar de todo, ni siquiera le gusta atacar héroes y eso que ni les agrada! ¡Ni siquiera ha asesinado a alguien!

Esa exclamación dejó todo en silencio provocando ahora perplejidad a los héroes presentes, incluyendo a Shōto, Tenya y Midoriya debido a que todos ellos tenían la información de que el cazador de villanos, Shadow, buscaba a sus víctimas del bajo mundo, a los malhechores para asesinarlos ya que sólamente saben de las víctimas y como terminan y nunca más se sabe de ellas, todos siempre insinuando y suponiendo que también era un asesino. El peliverde sentía una pesadez en su garganta por todo lo que ocurría.

—Impostor... —dijo con un tono de voz aspero y duro, de repente una aura muy pesada comenzó a hacerse presente en el ambiente—. Debo corregir las cosas... Alguien se cubrirá de sangre... —decía conforme daba vagos pasos hacia adelante, mientras su mirada parecía destellar de manera despiadada que podría paralizar a cualquiera, cosa que era verdad; todos estaban paralizados por el aura que todos sentía—. ¡Recuperaré lo que es ser héroe! ¡Vamos! ¡Vengan por mi, impostores! ¡Al único que dejaré que me mate, es al héroe verdadero... All Might!

Shadow podía sentir la enorme pesadez de su mirada, la cual parecía desquiciada y que hacía a todos los héroes retroceder, incluso al propio Endeavor. El chico de cabellera larga y oscura estaba atónito cuando Stain pasó a un lado suyo y se quedó allí, sintiendo de repente como colocaba su mano en su hombro. El chico estaba paralizado aunque parecía impotente, poco a poco fue bajando sus brazos mientras que temblaba con fuerza, agachando la mirada que se encontraba igualmente en shock pero más que nada por sus propias razones, por sus propios recuerdos de lo que había dicho Stain. Sus cejas temblaban al igual que sus manos hechos puños, mostrando la gran tensión en su cuerpo. Pero a pesar de eso sólo se quedó allí, sin lanzarse y sólo para moverse para girarse hacia el asesino allí.

—No lo juzguen sin saber. Sepan primero y después actúen, héroes... —dijo nuevamente Stain con el mismo tono de voz arrasador y a su vez serio—. Ayuden a las verdaderas víctimas que necesitan ser salvadas. —y con esas palabras, todos observaron como quedó inconsciente.

Shadow estaba perplejo observando a Stain inconsciente, ya rindiéndose en aquella pelea. Sus manos se apretaron aún más mientras estaba paralizado en su lugar sin moverse, sólo observando de forma indescriptible a aquel hombre que era capaz de asesinar sin remordimiento pero que lo había defendido, siendo su último esfuerzo ese día. Apretó su mandíbula impotente y sólo agachó la mirada, gruñendo mientras sentía un enorme nudo en su garganta. Sintiendo dolor, impotencia por tener que resignarse.

Midoriya observaba la postura del Cazador de Villanos, viendo como a pesar de toda la anterior agresividad y violencia, no hacía más esfuerzo cuando los héroes se acercaron a capturarlo nuevamente, apresándolo con esposas y evitar que reaccionara mal otra vez, pero él se mantuvo con la cabeza agachada, alcanzando a ver una mirada completamente apagada, opacada, sin vida o brillo alguno. Aquella mirada le trajo un pequeño flashback a la cabeza pero sólo se abstuvo a ver cómo se lo llevaban al igual que el inconsciente Asesino de Héroes.

❛¿Quién realmente es Shadow, el Cazador de Villanos?❜ pensaba Midoriya Izuku observando como poco a poco aquel chico de muy posiblemente su edad era escoltado luego de ser capturado. Aunque aún así, aquella pregunta, ya estaba rondando en las cabezas de los demás héroes y de los estudiantes.

CAMINABA DE FORMA PENSATIVA MIENTRAS MANTENÍA sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de mezclilla, siendo guiada por aquella amable enfermera del hospital allí en Hōsu. Luego de poder hablar y convencer a la Usagiyama de poder ir en un viaje rápido a aquella ciudad cuando le contó que sus amigos habían estado implicados en lo sucedido, agregando la captura del Asesino de Héroes y al Cazador de Villanos junto con la dirección que le envío Izuku, y que de igual manera quería saber cómo estaban, llegaron al lugar en un no muy lejano viaje en metro. Tuvo que escribirle a Shōto para saber en qué hospital en específico estaban para ir. Rumi dijo que la esperaría en algún restaurante ya que tenía hambre.

La cuestión es que no le dijo en cuál restaurante...

—Es aquí, señorita. —le indicó la enfermera de un suave color pálido y una pulcra cabellera rubia la cual estaba perfectamente recogida en una trenza. Observó una puerta que estaba abierta y de la que había salido un hombre perro.

Miró de golpe hacia la dirección de aquel señor que caminaba a la dirección contraria de dónde ella había venido, observando con perplejidad su apariencia y que literalmente tenía la cabeza de un perro. Su cuerpo tembló del asombro mientras sus ojos estaban reducidos en unos brillantes y fascinados puntitos por ver qué cada vez habían más quirks tan extraños en las personas, que les daban apariencias súper extrañas.

Justo como aquel hombre perro bien vestido. Con traje y todo. No tenía ni idea de quién podría ser (y porque es que estaba saliendo de la habitación en dónde estaban Iida, Midoriya y su primo...) Pero realmente la dejó perpleja en asombro por su apariencia.

Caminó distraídamente hacia la puerta aún con su cabeza volteada hacia la dirección en dónde aquel hombre se estaba retirando. La muchacha también se retiró con una ligera reverencia, dejándola a ella a Merced y total decisión de entrar a la habitación en donde tenía más que en claro que estaba el delegado de la clase, su primo y el héroe llorón. Su mano empujó muy suavemente la puerta volteando ya para postrar su atención en ellos, quedando en su lugar al escuchar las risas de Izuku y de Tenya.

Parpadeó confundida por la situación viendo las tres camas que habían en aquella amplia habitación, estando efectivamente su primo, el chico de lentes y el chico de las pecas. Shōto estaba con una expresión algo seria (bueno, igual de seria que siempre) pero con una mirada que mostraba perplejidad, mientras que Tenya e Izuku estaban inundados en risas.

—¿Por qué están riéndose? —cuestionó curiosa la única femenina presente, admirando como ellos parecían más que hundidos en su situación que era bastante... risueña y entretenida.

—¡E... e-es que Todoroki-kun... ay... Todoroki-kun cree que...! —había estado diciendo entre carcajadas el peliverde presente hasta que se detuvo abruptamente al igual que Iida. El héroe llorón soltó un pequeño «¿eh?» hasta ver alterado a su dirección—. ¿¡AAAH!? ¿¡T-TSUBOMI-SAN!?

—¡Tsubomi-san, que sorpresa verla aquí! —reaccionó de igual manera el peliazul, aunque mostrándose un poco menos histérico que Midoriya quien estaba con una expresión blanca de espanto.

Hatsulin frunció su ceño de repente tensando a ambos muchachos. Ella levantó su dedo e hizo un gesto de silencio mientras soltaba un alto y claro «shh» que los dejó tiesos en su lugar por la acción ciertamente repentina de la muchacha, quien siguió con una mirada reprochante y con su dedo a la altura de sus labios, aún haciendo aquel gesto de silencio.

—No griten. Estamos en un hospital. No sean escandalosos y aprendan a respetar. —los regañó con severidad mientras colocaba sus manos en su cintura mostrando una postura de reprenderlos por el hecho de que ambos habían alzado la voz, agregando que hace un momento se reían a carcajadas.

Una pequeña manta de vergüenza apareció encima de Iida y Midoriya quienes bajaron la mirada apenados y con una gota de sudor al darse de cuenta del escándalo que estaban haciendo ambos. Juntaron sus manos en sus piernas (aunque Tenya hizo una simulación con uno de sus brazos, ya que lo tenía enyesado agregando que tenía el otro vendado) en señal de disculpa, e inclinaron su cabeza hacia adelante bajo la mirada algo acusadora y aún severa de la pelirroja.

—Lo sentimos... —dijeron los dos a la vez, de forma arrepentida.

La pelirroja sólo se cruzó de brazos con desaprobación por aquella falta de respeto al hospital de parte de sus dos compañeros más aplicados. Sin embargo, de un suspiro cerró los ojos y después sonrió, soltando una pequeña risita. Se adentró a pasos calmados a aquella habitación, negando después con su cabeza, soltando unos pequeños sonidos de negación que resonaron en su garganta.

—No se preocupen. Sólamente traten de no ser tan escandalosos. —pidió suavemente mientras quedaba en medio de la habitación ya que las camas en dónde sus tres compañeros descansaban estaban separadas a los otros extremos de esas cuatro paredes.

—Si... —volvieron a hablar el peliazul de los motores y el peliverde de la súper fuerza. Al segundo, este último volvió a mostrar asombro y extrañeza, mirando a la recién llegada—. O-oye, Tsubomi-san ¿cómo llegaste aquí? ¿por qué viniste? ¿No estabas en las pasantías?. D-digo, no es como si me moleste... o-o nos moleste tu presencia, es sólo que es algo inesperada tu llegada. Ya que, estabas en tus pasantías y venir así como así podría ser un inconveniente para ti y el héroe con el que vayas. ¡P-pero no es señal de que te vayas! Es sólo que...

—De verdad me sorprende todavía siempre que divagas. —comentó con un atisbo de sorpresa Hatsulin mientras veía con atención hacia el peliverde quien se atragantó con su saliva ruborizado, bajando la mirada nervioso.

La femenina soltó una pequeña risa por la forma en la que se metía en su divagación , y cuando abrió la boca para poder contestarle todas y cada una de sus preguntas (incluso también hacerle preguntas devuelta), alguien más habló, interrumpiéndola y a su vez tomando las palabras de su boca.

—Es que ella me escribió. —fue Shōto el que contestó a una de las tantas preguntas del pecoso. Atrajó la atención de los chicos presentes y de la única chica de igual manera—. Preguntó en que hospital estábamos. Por eso vino.

La pelirroja observó a su primo y después sonrió, acercándose a él para poder revolverle de forma cariñosa su cabello bicolor como siempre suele hacerlo y suele dejar metido en una burbuja. Shōto siempre se quedaba totalmente quieto cada vez que hacía eso, sólo para sentir con atención aquel gesto y a su vez disfrutar en silencio.

—¡Así es!, también estaba en mis pasantías. Incluso con quién las hago vino a Hōsu conmigo, aunque dijo que me esperaría. Le pedí poder venir y ver cómo se encontraban. —Hatsulin habló mientras señalaba a la nada recordando la aceptación y afirmación de Mirko a ir. La ayudó convencerla por el hecho de que ya las pasantías acabarían y no sería tan exigente, pero que no tardara tanto—. Porque fue demasiado preocupante que primero Midoriya-kun me escribiera mandándome una ubicación y que después me entero de que capturaron al Asesino de Héroes y al Cazador de Villanos. Es algo sospechoso sobre que Endeavor estuviera presente y los salvó. —comentó colocándose seria mientras levantaba los ojos y los observaba a los tres—. Pudieron haber muerto ¿saben? ¿De quién fue la idea? ¿Acaso fue de Midoriya-kun? Fuiste tú el que mandaste la ubicación. Después de todo eres el más problemático e imprudente de aquí.

Y miró con profundidad hacia el peliverde que estaba paralizado, nervioso y pálido en su lugar, temblando de pies a cabeza mientras su expresión mostraba pánico y perplejidad por las palabras y a su vez acusaciones de parte de la pelirroja. Ver aquella expresión de severidad lo hizo sentirse seriamente regañado, como si fuera su madre la que estaba dándole un sermón como el que estaba haciéndole la más baja presente.

—No... no fue Midoriya-kun. —habló Iida haciendo que la pelirroja lo mirara con atención por sus palabras. El más herido era él, mostraba una expresión seria y de cierto arrepentimiento en su rostro—. Yo... yo fuí... yo fuí el más problemático e imprudente... —agachó su mirada, avergonzado.

—Pero Endeavor nos salvó. —habló ahora de la nada su primo haciendo que ahora lo observara a él, estaba bastante serio. Fue algo que no se esperó venir de él, agregando que lo había dicho muy firme y en serio.

La fémina continuó analizándolo con la mirada con curiosidad, alzando ligeramente una de sus cejas en señal de cierta incredulidad de lo que estaba diciendo. Siguió observando a su primo fijamente, para ver una vez más a sus otros dos compañeros queriendo ver el lenguaje físico de ambos y saber que era lo que estaban sintiendo cada uno y estar completamente segura de lo que estaban diciéndole.

En cada uno podía sentir aquel sentimiento de duda, una muy fuerte pero que sabían disimular. Entrecerró su mirada cuando confirmó que no estaban diciendo la completa verdad. Bueno, realmente estaban diciendo más que nada una verdad superficial, pero no diciendo todo hasta el fondo o de forma completa. No obstante, a pesar de que estaba preocupada y tenía gran curiosidad de querer saber que realmente había sucedido, el hecho de que a pesar de que no decían la completa verdad, parecían bastante decididos. Agregando que había un fuerte sentimiento de arrepentimiento y vergüenza venir del apellidado Iida.

Respiró profundamente, con cierta resignación para después sonreír de forma algo ladina, inclinando su cabeza mientras sus ojos se entrecerraban. Observó un poco acusadora y a su vez divertida a Iida y también a Midoriya quienes parecían metidos en su propio mundo.

Vaya, vaya~ realmente me sorprende que Midoriya-kun no haya sido el que se haya lanzado al asesino de Héroes y al Cazador de Villanos. —canturreó suavemente y a su vez divertida viendo hacia Midoriya quien se sobresaltó y se ruborizó de los nervios y de la vergüenza por la forma en la que se estaba burlando de él—. Así que esta vez fue Iida-kun. ¡Vaya giro de papeles! —rio mientras se encaminaba campante hacia la cama de Tenya.

—Oh, pues... si... yo... —balbuceó algo dudoso y tembloroso el peliazul de gafas mientras tenía aquella expresión de robot que solía colocar cuando hablaba, aunque ahora estaba sudando de los nervios—. ¡R-realmente fue así! ¡La... adrenalina!

—¡Oh! Ya veo, adrenalina~... —dijo con una suave y cálida expresión en su rostro la única femenina presente, a un lado del nervioso presidente de la clase 1-A. Hatsulin levantó poco a poco su mano colocándola en su mejilla ganándose una mirada desconcertada de Iida, hasta que ella movió de la nada su mano hasta su oreja para apretarla y jalarla con fuerza—. ¡Una adrenalina que pudo llevar a que ya no estuvieras aquí vivo! ¿Acaso no sabes lo peligroso que es? ¡Aprende a pensar claramente! ¡Arriesgándote antes de ser un héroe profesional! ¡Eso no hay que hacerse! ¡Tienes que ir con un héroe profesional, no solo! —regañó con severidad y una sonrisa tensa, provocando quejas y gritos al peliazul.

—¡A-ah, duele! ¡Si, ya lo sé, Tsubom- ¡AH-! —decía entre quejas ante los fuertes jaloneos y regaños de parte de la pelirroja quien no dejaba de zarandearlo de la oreja justo como una madre regañando a su hijo.

—¡T-tsubomi-san! —llamó alterado Midoriya mientras su rostro mostraba conmoción ante la repentina acción de parte de la sonriente Tsubomi quien mostraba cierto enojo en sus regaños y acciones.

—¡Aprende a actuar con prudencia, Iida-kun! ¡Estaba demasiado preocupada por ustedes! ¡Mira nadamás como tienes los brazos! —Hatsulin seguía reprendiendo al peliazul con un signo de enojo en su cabeza mientras ahora sostenía las mejillas del muchacho de lentes, jalándolas con fuerza.

—¡Y-ya lo tengo bien en claro!

—¡Tsubomi-san, para!

Todoroki con su cabello todavía revuelto sólamente observaba la situación sin saber que poder decir y actuar al respecto, viendo los movimientos nerviosos de Izuku y sus peticiones de que dejara a Tenya, este mismo seguía siendo regañado por Hatsulin y quejándose por sus jaloneos en el rostro. Parpadeó un par de veces observándolos a ellos tres con atención.

—Endeavor... nos salvó. —volvió a decir con una expresión monótona en medio de aquella escena de sus tres compañeros y amigos, agregando que Hatsulin era su familia.

Que manera de acabar las pasantías. 

→S H A N X L A B Y X←

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