❪𝟱𝟵❫ ; 𝗳𝗹𝘂𝘁𝘁𝗲𝗿𝗶𝗻𝗴 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁.

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ARC THREE; DEMONS
*╔═══❖•ೋ°🔥°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE:
REVOLOTEANDO CON EL CORAZÓN
❛cálida y brillante

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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❛COMO QUISIERA ESTAR EN LOS FUTONES DE LA HABITACIÓN, JUGAR A LAS CARTAS Y HABLAR CON las chicas... sin riesgo de caer dormida apenas lo haga.❜ era lo que pensaba Tsubomi Hatsulin con una sonrisa un poco atontada en sus labios a la par que caminaba junto con sus compañeros que apenas y podían estar de pie, todos se veían como unos zombies ante el cansancio que estaba dentro de ellos y los arrastraba a no querer esforzarse a nada más que llegar a la cama y dormir una semana entera; lastimosamente una semana era lo que iban a "sufrir" en esos entrenamientos. Incluso Hatsulin que disfrutaba entrenar de manera intensa y que la fortalezca, ya se sentía algo fatigada.

—Mm, tengo hambre... —balbuceó la pelirroja con sus ojos cerrados junto con sus compañeros, estando nuevamente al lado de su primo, tomando su brazo derecho y recostando su mejilla en este mismo, disfrutando de la frialdad de este lado. El heterocromatico tenía de igual manera los ojos cerrados de manera rasgada, viéndose ambos con una apariencia cansada al igual que todos los demás.

—Quiero comer soba. —dice en un murmuro su primo de mayor estatura, llegándole prácticamente al hombro. Hatsulin asintió aún con sus ojos cerrados, frotando un poco su mejilla contra él.

—Yo quiero comer peyoung yakisoba, me gusta el peyoung yakisoba. —Hatsulin vuelve a sonreír casi de manera soñadora al imaginarse a ella misma corriendo de forma contenta a un plato de aquella comida que era su favorita, abrazándola y por alguna razón imaginándose en el altar con su comida favorita.

—¿Recuerdan qué dijimos ayer? Sólo los atenderíamos ayer. —dijo Pixie-Bob mientras señalaba con una de sus patas hacia la mesa en donde estaba llena de condimentos para poder cocinar, a su lado Ragdoll agitaba una de sus manos de arriba hacia abajo de manera entusiasmada, tratando de animar a la casi muerta multitud de adolescentes.

—¡Al menos harán su propia comida! ¡Curry!

—Si, señor... —se escuchó el exhausto y nada sincronizado coro de voces ante el ánimo de la heroína de cabello verdoso y orbes amarillentos; Ragdoll comenzó a carcajearse de manera animada por la actitud de todos que tenían junto con una nube oscura de agotamiento encima.

—¡Todos se ven exhaustos! —se carcajeaba la del quirk de Buscar casi en burla al comenzar a señalarlos a todos, hasta lagrimeando por tanta risa que le generaba la situación, divirtiéndola de alguna manera—. ¡Pero no por eso podrán hacer mala comida de gato!

—¿Vamos a comer comida de gato...? —dice en voz alta y algo desorientada la del quirk de fuego, alzando y girando su cabeza de un lado a otro.

Al menos, a comparación del primer día del entrenamiento, estaba más lúcida y no parecía caer de boca al suelo, al menos no momentáneamente, claro. Siempre que se daba un buen baño luego de comer, caía rendida hasta la mañana siguiente... bueno, hasta la madrugada, en donde sin falta se levantaba a las cuatro. Era algo que sorprendió a sus amigas esa mañana al pensar que sería la que más dificultad tendría para levantarse o tan siquiera abrir los ojos, considerando como se encontraba la noche anterior en dónde terminó quedándose dormida de la nada.

Fue una enorme sorpresa cuando la sintieron desde antes de que se despertaran, incluso habiendo corrido.

Hatsulin entreabrió sus ojos finalmente, notándose efectivamente menos cansada que el día anterior, aunque no tenía la misma energía que de la mañana, afectándole el gran uso de su quirk desde muy temprano hasta sólo minutos atrás. Ademas, ahora parecía estar más lúcida que rato atrás, sobretodo al enfriarse con la ayuda de su primo y su lado de hielo quien a pesar de estar haciendo contacto con el cuerpo caliente de ella, se mantenía en la misma baja temperatura, aparte de que anteriormente él mismo se enfrió más el brazo para poder ayudarla un poco, a pesar de que él se sentía igual de agotado.

—¡Genial, U.A.! ¡Piensan en todo! —prestó atención a lo que estaba diciendo el delegado de la clase, mirándolo de reojo, sin separar su mejilla del brazo de Shōto; el peliazul parecía haberse recompuesto de la nada del cansancio—. ¡Hagamos el curry más delicioso del mundo! —exclama, entusiasmado.

—Si... —contestan con un "ánimo" diferente al de Tenya que se veía fascinado y entusiasmado por hacer la comida. Hatsulin sonrió y alzó de forma perezosa su brazo derecho, alzando su puño hacia arriba.

Wuuu. —suelta en un tono algo apaciguado la pelirroja, tratando de mostrar el ánimo que se requería para hacerlo; después de todo, sentía que aún tenía suficiente energía para hacer la comida. 

Luego de que todos primeramente se dieran un baño y se cambiarán para colocarse ropa casual, finalmente estaban comenzando a montar todo para hacer la cena; Hatsulin caminaba de un lado a otro, revoloteando por ahí al llevar los ingredientes a quienes estaban haciendo el curry; se había vestido de forma comoda al colocarse un suéter ligero y uno shorts, usando unas sandalias al no sentir que sus pies aguantaran nuevamente con tenis al estar desde la mañana con las botas de su traje de heroína que usaba con el uniforme deportivo, el cual sólo le sobrevivió la camisa al quitarsela desde antes de usar su quirk.

Soltó un largo bostezo mientras llegaba con un par de chicas de la clase B que ya estaban comenzando a preparar todo para el curry, sonriendo en silencio cuando Kinoko comenzó a sacarle charla, asintiendo un par de momentos. No era por ser grosera al no contestarle mucho o hablar como suele hacer, ya es por la cierta somnolencia que tenía, estando bastante tranquila y relajada. Varios sentían todo un tanto silencioso sin escuchar la voz de Hatsulin por ahí.

—¡Hatsu-chan, nee, nee! —Tsubomi giró su cabeza curiosa ante el llamado de parte de Ashido que estaba con sus demás compañeros encendiendo las parrillas para poder cocinar—. Necesitamos fuego aquí, ¿nos ayudas? Aunque Todoroki también podría. —miró con una sonrisa hacia el heterocromatico que estaba encendiendo la leña de una de las parrillas aunque había puesto su atención en ella cuando escuchó su apellido.

—Oh, si, si. Voy. —dice la pelirroja con una sonrisa apacible en sus labios, dando un par de pasos hacia allá mientras frotaba uno de sus ojos.

—No te preocupes, yo puedo hacerlo. Mejor trata de no usar tu quirk un rato. —dice Shōto desde su lugar luego de haberse levantado, acercándose hacia la pelirroja que casi había llegado hacia donde Mina la llamó.

—Tonterías, yo puedo hacerlo. —Hatsulin agita ambas manos de arriba hacia abajo para quitarle importancia a su cansancio—. Mejor no uses tu quirk, yo puedo, yo puedo.

—Estás el doble de cansada que yo; uso sólo mi lado izquierdo, puedo soportar mejor el cansancio que tengo, tú estás débil.

—¿Qué estás tratando de decirme? —acusa con cierto reproche Hatsulin ante aquellas palabras de su primo de que él podría ayudar a encender las parrillas, sintiéndose un poco ofendida, negándose a aceptarlo. Shōto mantenía una expresión tranquila en su rostro, sin dar su brazo a torcer.

—Bakugō, enciéndelo con una explosión. —sugirió Sero hacia su amigo luego de ver como Shōto trataba de pasar a Hatsulin que de manera cómica debido a que sus movimientos eran algo lentos y perezosos, al estar ella cubriendo su camino para evitar que él fuera el que encendiera las parrillas, mientras que Todoroki trataba de esquivarla a pesar de sus movimientos medio vagos.

—¡No lo haré, escoria! —y a pesar de sus palabras, aún así hizo la petición del chico más alto, usando una pequeña explosión para que sea suficiente para encender la parrilla, pero aún así terminó explotando por completo la parrilla, dejándola hecha escombros; Katsuki miraba paralizado como terminó la hornilla de la parrilla, siendo observado de manera algo nerviosa por Sero y Tokoyami.

—Si sólo dependen de los demás, no aprenderán a encender un fuego. —regañó Momo hacia sus compañeros mientras de su mano derecha creaba con su quirk un encendedor, buscando encender con más sencillez y tranquilidad la parrilla; Jirō miró hacia la nada con cierta incredulidad por las palabras de la chica más alta debido que, a pesar de lo que dijo, Yaoyorozu Momo buscaba encender la parrilla artificialmente con el encendedor.

—No, está bien. —dijo con tranquilidad Shōto mientras se agachaba a su lado, encendiendo las flamas de su mano izquierda y encendiendo la leña debajo de la parrilla con tranquilidad.

—¡Genial, gracias! —suelta de manera sonriente Ochako mientras admiraba la leña encendida con sus flamas.

—No es justo, yo podía... —dice con cierto reproche Hatsulin, teniendo sus brazos cruzados y un leve puchero en sus labios. 

—¡Arde, arde, arde con fuerza! —Mina por su parte estaba casi adulando al propio fuego para que ardiera más, con cierta emoción piromaníaca. Shōto sonrió levemente, levantándose y girándose hacia su prima de baja estatura.

Todoroki se encaminó sólo un par de pasos al tenerla justo detrás de él y luego le dió una pequeña palmadita en su cabeza, como para tratar de calmar a algún gatito molesto; Hatsulin cerró sus ojos aún con su puchero "enojado" cuando sintió aquella presión en su cabeza, alcanzando a ver después la leve y tranquila sonrisa de Shōto, una bastante sutil.

—Tranquila, yo lo haré. —dice volviendo a darle una pequeña palmadita en su cabeza, Hatsulin sólo murmuró cosas que no podía entender, siendo palabras sin sentido, mirándolo luego fijamente por varios segundos, aún con sus labios abultados.

—Bien... —resopla de manera cómica mientras inflaba sus mejillas luego de bostezar, demostrando así que realmente estaba más cansada de lo que ella pensaba. Shōto nuevamente le dió una rápida y pequeña sonrisa y fue a continuar ayudando a los demás en lo que la pelirroja se quedara allí, con sus ojos rasgados—. Mmm... tengo sueño. —murmura para sí misma, abriendo sus ojos.

Miró a su alrededor unos momentos, viendo como Katsuki se había alejado en molestas zancadas luego de que terminó explotando una de las parrillas. Se acercó de manera lenta al cenizo, con sus manos en alto como si fuera a atacarlo; el chico estaba parado con sus manos en los bolsillos y una expresión molesta debido a lo sucedido anteriormente con su intento de encender también la parrilla, sin notar aún como Hatsulin se acercaba a lentos pasitos hacia su dirección.

¡Wup! —y la pelirroja se lanzó de la nada a su espalda, sacándole un susto al chico del quirk de la explosión quien quedó con ella subida a su espalda.

—¿Qué mierda? ¡Bájate de encima mío, maldita pirómana! —exclamó el cenizo con sus manos hechas garras, medio zarandeándose y amenazando con explotarla al tratar de alcanzarla encima de su espalda, pero ella evitó esa acción cuando tomó una de sus muñecas y lo frenó—. ¡Que te bajes, maldita sea!

—¡Te estoy acompañando! ¡Estoy aburrida! —admitió entre leves carcajadas al sentir como él se agitaba para quitarla de su espalda, tratando de estirar sus manos hacia atrás y poder agarrarla.

—¿¡Y eso a mi qué!? ¡Vete a desaburrirte con alguien más!

—¿Qué están haciendo? —por otro lado, Tokoyami cuestionó desde la zonas de las parrillas la pequeña y curiosa escena del cenizo y la pelirroja, sobretodo cuando escucharon la exclamación del cenizo.

—Conviviendo. —menciona Hanta con un poco de diversión mientras observaba la escena ciertamente cómica de sus dos amigos—. Ya es algo normal que Hatsulin se la pase alrededor de Bakugō sólo para molestarlo.

—¡Me encanta! —ambos se sobresaltaron cuando de la nada Ashido Mina apareció a un lado de ellos, estando ella con una gran y brillante sonrisa, expulsando humo por su nariz.

—¡BUEN PROVECHO! —EXCLAMARON TODOS UNA VEZ LA CENA ESTUVO FINALMENTE servida, comenzando casi a comer al instante en el que hablaron.

—¡Esto no me gustaría en un restaurante, pero en esta ocasión, está delicioso! —decía Eijirō de forma rápida, casi tan rápida como la velocidad con la que estaba comiendo.

—¡No digas eso, grosero! —lo regañó Hanta a su lado, comiendo a la par que él; todos definitivamente estaban más que hambrientos, parecía un deja vu de la noche anterior.

—Rico, rico, rico... —murmuraba constantemente Hatsulin ante cada bocado que daba, balanceándose de manera alegre en su lugar junto con una gran y afable sonrisa, saboreando el plato que les había tocado a ambas clases hacer esa noche.

Estaba bastante bien en cuanto a sabor, no había ayudado en sí a cocinar más que escoger los ingredientes para el caldo del curry más que para prepararlo en si; no era tan buena en la cocina como le gustaría, no sabía preparar más que su amado peyoung yakisoba al ser su comida favorita, siendo una de los prácticamente únicos platos que sabía cocinar. El resto, no tenía mucha experiencia cocinando algo más; si le decían que cocinara equis plato y la dejan sóla, se queda quieta un gran rato sin saber que hacer. 

Debía aprender a cocinar más cosas.

—YaoMomo, comes mucho. —alegó Ashido desde una de las mesas, estando prácticamente de espaldas a la vice delegada de la clase, girando un poco su rostro para poder verla con una sonrisa al darse de cuenta de que era una de las que más comía.

—Si. —responde primeramente de manera educada, cerrando sus ojos—. Mi quirk convierte los lípidos en átomos para crear cosas, así que puedo hacer más cosas si como más.

—O sea, mientras comes más, ¿es mejor para el uso de tu quirk? —menciona Hatsulin que estaba sentada enfrente de ella, en la misma mesa. La de cabellera oscura asintió de manera segura y a su vez educada, confirmando sus palabras.

—Así es.

—Es como mierda. —dice Sero al escuchar aquella información, asi de inmediato Momo se colocó de cuclillas en una esquina por la forma en la que se refirió a su quirk; inmediatamente Jirō le dió un puñetazo en la cara a Hanta.

—¡Discúlpate!

—¡Lo siento!

—Imbécil. —dijo Hatsulin aún con la afable sonrisa en sus labios, disfrutando del curry.

—Hasta Hatsulin me regaña, casi nunca la escucho insultando... —dice el de gran sonrisa con su mejilla hinchada ante el golpe de la de cabellera violeta quien lo miraba con una mueca furiosa.

—Le está haciendo mal convivir tanto con Bakugō. —bromea Denki que estaba sentado a la izquierda de la pelirroja.

¿¡Hah!? ¿Qué mierda estás diciendo? ¡Ella es a la que le gusta joderme la vida, no tengo culpa de nada! —escupe con enojo Katsuki desde la esquina de la mesa en dónde estaba sentado, levantándose de forma amenazante.

❛Si supieran que no aprendí insultos por parte de Bakugō-kun.❜ pensó la de orbes zafiros mientras sorbía un poco del caldo del curry, aún sin mirar hacia la escena en donde el chico del quirk de explosión se quejaba hacia Denki por su acusación. Hatsulin miró hacia el cenizo unos momentos a la par que masticable, sólo detallándolo con atención. Sus ojos se entrecerraron ligeramente a la par que sonreía a labios cerrados, teniendo sus mejillas algo abultadas al tener la boca llena, aunque no se notaba demasiado.

Oi, Tsubomi, se te... activó el quirk. —la aludida volteó a mirar hacia Shōji cuando escuchó su leve aviso para luego mirar hacia una de sus manos, observando ahora como en el dorso de esta misma había una ligera capa de fuego.

Su mirada se volvió un poco confundida al ver como su quirk parecía haberse activando solo, algo que no recordaba que pasara, aunque no parecía ser algún tipo de efecto de estar alterada mentalmente para que se activara solo o sin su consentimiento. 

—¿Mm? ¿por qué será esto? —se pregunta mientras elevaba un poco su mano para ver de cerca las leves e inofensivas flamas que estaban en el dorso de su mano, agitándose ligeramente.

—¿Eh? ¿No te había pasado antes? —le cuestiona ahora Sero con cierta curiosidad y confusión, viendo como Hatsulin colocaba su otra mano encima de las flamas, tapándolas y a su vez apagándolas.

La pelirroja agitó suavemente su cabeza de izquierda a derecha, negando. —No que yo recuerde... Mi quirk a veces reacciona dependiendo de la situación y también depende de como me sienta... No me siento alterada, me siento tranquila. —dice la pelirroja mientras alzaba la mano, observando como nuevamente una pequeña y a su vez tranquila bruma de fuego volvía a aparecer en el dorso de su mano.

—Puede ser porque lo has usado mucho últimamente. —supone ahora Momo todavía con una aura algo deprimida a su al rededor, volviendo a sentarse a su lugar. Luego carraspeó un poco—. Quizás se trate de eso, tu quirk todavía está reaccionando como repercusión de tanto uso. ¿No te ha sucedido antes?

—No que yo... recuerde.

—No podemos ya estar seguros de eso, ya Takeshi-senpai nos dijo que eres medio olvidadiza. —se burla Sero por aquel detalle, Hatsulin se sobresaltó un poco y sus mejillas se colocaron algo rojas de la verguenza.

—¡No soy medio olvidadiza! —replica un poco alterada de que ahora sus amigos piensen eso, incluso la tranquila y pequeña flama en su dorso se alzó ante la ligera alteración de su portadora—. Simplemente... suelo tener muchas cosas en la cabeza y a veces se me olvidan otras cosas, ¡eso es normal!

—Excusas, excusas.

Hatsulin lo miró mal y aún con sus mejillas algo ruborizadas por aquella acusación de parte de su amigo, encogiéndose un poco en su lugar cuando algunos de sus compañeros se rieron. Le avergonzaba que pensaran eso de ella, sobre todo cuando negaba ser olvidadiza aunque a veces ella misma se contradecía cuando termina olvidándose de algo. Ella se consideraba sólo una persona normal, que se le llegaban a olvidar cosas, como una persona normal.

Aunque a su vez ella misma sabía que no era normal.

—Ya cállate. —murmuró con sus labios abultados como un pez, teniendo sus mejillas abultadas. Sero sólo volvió a reírse ligeramente en burla—. Ahora me caes mal, ¿si? Sólo YaoMomo me cae bien ahora, mira. —alega en una queja algo infantil mientras elevaba su mano aún cubierta con algo de fuego que ahora se desprendió de su mano y fue de forma separada a los lados de la vice delegada de la clase, formando un corazón a cada lado de ella hechos de fuego.

La azabache se sobresaltó con un pequeño sonrojo, viendo de hito en hito cada corazón de forma sorprendida, no esperándose eso.

—¡Ah, es la primera vez que veo algo como eso! —chilla de manera algo nerviosa pero a su vez sorprendida Kaminari al ver como las pequeñas flamitas en forma de corazón revoloteaban alrededor de Yaoyorozu quien se encogió en su lugar avergonzada—. ¡Nunca lo has hecho con lo demás!

—Ahí se nota la preferencia con YaoMomo. —ahora dice Hanta con una expresión de decepción a su alrededor.

—Por ahora me caes mal, espérate hasta que se me pase. —asiente de manera pensativa la de cabellera rojiza, manteniendo una pequeña sonrisa en sus labios, riendo un poco al ver la expresión algo apenada de su amiga de cabellera oscura aunque ahora tenía una sonrisa en sus labios, comiendo un poco más feliz.

—¿Hatsu-chan? ¿Y yo qué? —lloriquea de manera cómica Mina en otra de las mesas, observando los ahora pequeños corazones de fuego que se movían solos, o al menos, parecían moverse solos debido a que Hatsulin continuaba comiendo del curry.

—Sólo espera a que vayan solitas.

—¿Cómo que vayan solitas? —pregunta Kaminari de manera confundida por aquello, y efectivamente, tal como lo dijo, sucedió. Las pequeñas flamitas se dividieron, aún permaneciendo dos alrededor de Momo, y fueron hacia donde Mina quien se emocionó apenas las tuvo encima, admirando como ahora parecían tomar la forma de unas pequeñas mariposas, revoloteando a su alrededor.

—¿Viste, Sero? ¡Vinieron solitas a mi! —alardeó la de piel rosácea encantada por las pequeñas flamas en forma mariposa de que ahora revoloteaban a su alrededor, ahora dividiéndose y yendo con cierta gracia hacia las demás chicas; Ochako sonrió con fascinación y a su vez felicidad, Tsuyu sonrió admirándolas con atención y Jirō se sonrojó ligeramente aunque también las admiraba.

—Sólo fueron hacia las chicas. —acusó Kaminari con un leve deje divertido y un poco decepcionado por el hecho de que ninguna fue hacia él. Se cubrió la cara de forma dramatica—. Se nota la preferencia.

—Lo siento, Kaminari-kun. Ellas van solas a donde quieren. Depende de como me sienta con ustedes, irán con ese juicio, yo no les digo a donde van precisamente. —canturrea la pelirroja mientras llevaba con los palillos un pedazo de carne hacia su boca, exhalando momentáneamente un pequeño vapor y volviendo a comer—. Sólo espera un poco y llegara tú momento.

—¿Cual momento tengo que espe... ¡si vinieron conmigo! —se interrumpe a si mismo el del mechón eléctrico cuando observó como un par de pequeñas mariposas comenzaron a revolotear alrededor de él; estaba con una tonta sonrisa ahora—. Hatsu-chan si me quiere~.

—¡Mira, a mi igual! —dice ahora Kirishima mientras encima de uno de los palillos que él sostenía se posó una de esas mariposas hechas con el quirk de su amiga, mirando como había otro par alrededor suyo.

—Me ofende tu sorpresa. —dice Hatsulin con un poco de reproche.

—No alardeen, vinieron conmigo tambien. —soltó ahora Sero con un par de mariposas revoloteando a su alrededor.

—¡Todoroki tiene varias! —señala ahora Satō con una mariposa volando alrededor de su cabeza, mirando como había por lo menos cinco de esas volando alegremente alrededor de Shōto, se veía un poco desconcertado con su boca entreabierta al estar en medio de su comida, deteniéndose ante la confusión.

—Creo que es algo obvio, son familia después de todo. —dice Uraraka con una sonrisa afable en sus labios por tener lindas mariposas que parecían fosforescentes por el color debido a su propiedad de fuego.

—Hasta Mineta tiene una. —dice Tokoyami desde su lugar y sus ojos cerrados; él tambien tenía un par de mariposas volando encima suyo.

—¡Pero no deja de quemarme! —lloriqueó en el fondo el más bajo de la clase A quien temblaba pegado al brazo de Shōji, mirando medio atemorizado a la pequeña y brillante mariposa que estaba suspendida en el aire; el enano tenía varias y pequeñas quemaduras en la cara y los brazos.

—Es algo así como un amor-odio. —dice con duda Sero, teniendo una pequeña gota de sudor resbalando por el costado de su rostro.

—No lo amo, iugh. —aclaró de forma segura la portadora de orbes zafiros quien se entretenía viendo su linda creación buscando como fastidiar o quemar a Minoru—. Creo que más bien es un... aprecio por compañerismo. Si hay así sea un pequeño o mínimo aprecio hacia alguien, ellas van.

—¿Cómo rayos puedes tenerle así sea un minimo aprecio a Mineta? —cuestiona Kyōka de forma algo burlona y a su vez sarcástica.

—Creo que por el simple hecho de ser mi compañero, yo también me lo pregunto.

—¡Eres muy cruel! —volvió a lloriquear Mineta quien pasó corriendo en medio de las mesas para tratar de escapar de la "malévola" mariposa quien nuevamente lo estaba persiguiendo, dándole leves pinchazos en todo el trasero, quemándolo.

Todos rieron ante aquella escena de su amigo escapando despavorido por una pequeña mariposa, la clase B incluso estaban disfrutando del ambiente en donde incluso a ellos les revoloteaba constantemente una de ellas, viéndose una imagen bastante llamativa y a su vez bella por cantidad de pequeñas y luminiscentes mariposas que iluminaban un poco más el lugar a pesar de la luz que había. Todos tenían por lo menos una pequeña mariposa a su alrededor, incluso Otani Sadashi quien veía con una mueca un poco temblorosa la mariposa posada enfrente de ella, justo en el borde de su tazón y cuando agitaba su mano para alejarla, esta volaba momentáneamente y se quedaba cerca.

Absolutamente todos tenían una a su alrededor, admirando su pequeño y resplandeciente tamaño. Bakugō por su parte lo único que hacía era mirar a la mariposa que estaba en la mesa, enfrente de él, completamente quieta; su expresión se veía algo analitica y a su vez seria, frunciendo un poco el ceño al ver como esta no se movía, sólo estando allí. Su nariz se frunció un poco cuando la mariposa se alzó con gracia y revoloteó suavemente alrededor suyo, siguiéndola de reojo y luego fijando su mirada en la otra mariposa que también estaba alrededor suyo.

❛Hasta estos bichos están a mi alrededor...pensó el cenizo mientras apoyaba su mentón en la palma de su mano, observando las dos pequeñas mariposas que revoloteaban enfrente suyo en círculos. Mantuvo sus ojos rojizos fijos en ellas y luego entrecerró sus ojos, suavizando un poco su ceño fruncido. ❛Al menos no son fastidiosas

En otro lado, había alguien más que estaba observando con atención la mariposa que recien había llegado al frente de él en lo que se iba devolviendo devuelta al campamento; Midoriya Izuku admiraba en silencio tanto con fascinación como confusión aquella extraña criatura para él, pensando si existía alguna especie que brillara como lo hacía esa mariposa en medio de la oscuridad, volando enfrente suyo y a su alrededor. Alzó ligeramente su mano para poder acercarla, pero cuando ella se quiso acercar con lo que pareció vacilación, el peliverde sintió una leve quemadura en su dedo, teniéndola que alejar rápidamente.

—¡Auch! —se quejó el pecoso mientras sostenía su mano, mirando su dedo. Miró un poco alarmado a la mariposa quien revoloteaba aún enfrente suyo, pareciendo incluso que hasta ella se hubiera sorprendido al momento que se quedó quieta, sin mover sus alas, hasta volver a revolotear con cierta lentitud—. ¿Cómo es posible que haya alguna mariposa que brilla y quema...? ¿Qué clase de mariposa eres? es la primera vez que veo a alguien como tú... —murmuró como si ese insecto fuera a responderle—. Eres... muy bonita.

Sus ojos verdosos seguían mirando con atención la fascinante y pequeña criatura enfrente suyo que ahora parecía abstenerse a alejarse de él, aunque para su sorpresa, volvió a revolotear hacia él y volar brevemente a su alrededor, sintiendo incluso calidez recorrerlo cuando rozaba levemente su rostro, aunque no lo suficiente como para volver a quemarlo, por alguna extraña razón. El brillo fluorescente reflejó en ambos ojos del chico cuando la mariposa quedó justo enfrente de su nariz, sintiendo como emitía calor por la cercanía.

—Se está... ¿deteriorando? —comenzó a decir cuando vio como en medio del revoloteo de sus brillantes alas parecían desprenderse pequeños fragmentos, la mariposa revoloteó un par de veces más, volviendo a recorrer el mismo camino alrededor de su cabeza hasta volar hacia arriba, viendo como efectivamente estaba deteriorándose, hasta desvanecerse. 

Izuku veía fijamente y de forma ahora algo shockeada como esa extraña y peculiar mariposa se desvaneció enfrente de sus ojos, por un momento pensó que la imaginó, pero el ardor de la quemadura que recibió su dedo cuando intento tocarla seguía allí. Definitivamente no la imaginó, pero seguía analizando un poco esa mariposa, sobretodo con lo que acabó de pasar.

❛¿Una mariposa hecha de luz?❜ se preguntó el chico de orbes verdosos, frunciendo un poco el ceño al fijarse que no era realmente hecha de luz. ❛¿Hecha de fuego...?volvió a preguntarse mientras miraba un momento la leve zona quemada de su dedo, luego sonrió con cierta confusión de donde sea que haya salido, pero sintiendo aún fascinación por la imagen que tuvo de ella, aún preguntándose un poco el por qué de que haya aparecido de la nada así como desaparecer.

—Increíble...

—¿POR QUÉ NO TE FIJAS POR DONDE RAYOS ESTÁS caminando, maldita pelirroja? ¡Deja de molestarme!

Varios veían la pequeña escena que ya ha estado formándose desde hace rato y en incontables ocasiones, todos los que admiraban lo que sucedían tenían una expresión de desconcierto y una gota de sudor resbalando por sus cabezas veían como Otani Sadashi, aquella chica de la clase B de cabello blanco y aura intimidante, cada que se cruzaba así sea de casualidad con Tsubomi Hatsulin, la miraba mal y le gritaba, como justo ahora que terminaron coincidiendo en sus caminos al estar llevando distintos ingredientes o tazas al estar nuevamente cocinando.

Finalmente era otro día, siendo la mayoría acaparado por el entrenamiento que había sido igual que el día anterior aunque al menos todos estaban un poco más preparados y sabían mejor que podrían hacer al respecto, aunque el cansancio no era del todo diferente al del día anterior, parecía como si ya pudieran manejarlo un poco mejor. Y aún así casi siempre caían muertos.

Y ahí estaban, haciendo un estofado para la cena, antes de lo que se venía al anochecer; la Prueba de Valor.

«—Bueno, chicos, esta noche tendremos una prueba de valor de valor entre clases. ¡Después de entrenar duro, jugaran duro! ¡Todo por motivarlos!»

Aquellas fueron las palabras que les dijo a todos Pixie-Bob en medio de su entrenamiento, algunos podrían estar motivados pero varios estaban en realidad atemorizados. Ahora sólo esperaban a la llegada de la noche en donde comenzaría aquel juego en donde todos disfrutarían y se divertirán hasta que no puedan más, al menos aquella era la intención, mientras preparaban todo para el estofado, ya siendo elección de entre todos que iban a cenar.

Aunque también admiraban la leve rivalidad que parecía haber entre Otani Sadashi y Tsubomi Hatsulin.

—Yo no estoy haciendo nada, Otani-san, tu eres la que estás de enojona. —dijo la pelirroja con una sonrisa en sus labios, pero el constante temblor en una de sus cejas, como la leve tensión en aquella expresión facial, demostraba su incomodidad.

—¿Quieres que te demuestre lo realmente enojona que yo puedo ser? ¡Ven te quito esa maldita sonrisa de la cara!

—Sé un poco más madura y da el ejemplo, hay un niño por acá.

—¿¡Quién eres para andar diciéndome que hacer!? ¡Maldita, hija de..!

—No vayas a completar esa frase, no metas a mi mamá por lo menos.

—¿¡Hah!?  ¿Me amenazas? ¡Ven y demuéstralo, maldita zorr...!

—¡Sadashi! —se escuchó la voz de Kendō cuando notó como la de cabellera blanca estaba que se lanzaba a la del quirk de fuego, o al menos, quería lanzarle algo, ya sea de su quirk o quizás los utensilios de cocina que llevaba en un bol y estaban brillando tentadoramente para la del quirk arácnido.

Varios se miraron entre sí y luego resoplaron con un poco de alivio cuando la presidenta de la clase B pareció calmar un poco a la chica de ojos rojizos y alejarla para sentarla en otro lado, Hatsulin la siguió con la mirada aún con una sonrisa tensa que estaba que se convertía en alguna mueca. Luego resopló, viéndose lo espesa que fue su respiración al verse el vapor, se había sentido alterada e inquieta, aunque no lo demostró. Aún así, quitó la sonrisa que tenía y sólo se volteó para poder caminar devuelta en donde estaba sentada, picando las verduras junto con Bakugō, aunque más bien ella los pelaba.

—¡Bakugō-kun, eres bueno con el cuchillo! —decía Uraraka demostrando su sorpresa; Katsuki picaba con tal destreza las verduras que en sólo un segundo picaba una—. Que sorpresa...

—¿¡Sorpresa!? ¿¡Cómo puedes ser tan mala con el cuchillo!? —replica mientras la miraba con sus ojos blancos del enojo, ¡incluso picaba sin siquiera mirar! Era algo realmente impresionante; o al menos, eso pensaba Hatsulin cuando se sentó enfrente de él, mirando de manera algo distraída como cortaba.

❛Sorprendentepensó Hatsulin con sus pupilas un tanto reducidas en sus escleróticas ante el asombro, era la primera vez que veía a alguien con tal destreza. Cada vez la impresionaba más, a pesar de que ya sabía que él tenía experiencia cocinando, aún así la impresionaba.

—Hace mucho que no lo veíamos siendo útil. —dice Kaminari una vez pasó detrás del chico, mirando unos momentos la manera en la que picaba.

—Creo que deberíamos preocuparnos de que Bakugō sepa usar tan bien el cuchillo. —se burló ahora Takeru quien estaba en otra de las mesas, sentado con un par de chicas de la clase B, pelando igual las verduras. Katsuki volvió a colocar una mirada de enojo y lo miró.

—¡Cállate, gringo oxigenado! ¡Ya verás que quien realmente tendrá que preocuparse, serás tu! —vuelve a quejarse aunque ahora en forma de queja, sin dejar de picar. Hatsulin tenía su boca entreabierta, siguiendo sus movimientos de forma constante, sintiendo que no podía dejar de ver.

—¿Vieron?

—¡Te voy a sacar los ojos, maldito! 

—¿Vieron otra vez?

Hatsulin parpadeó ahora un par de veces con cierto desconcierto por la escena, mirando a su amigo y compañero de mirada resplandeciente unos momentos y luego al de ojos rojizos quien parecía un Chihuahua furioso por la forma en la que temblaba y gruñía, aunque por su cabello, le recordó a un Pomerania. Miró con atención su rostro y dejó de sentirse tan tensa como cuando se sentó, aunque más bien incomoda, sintiéndose tranquila, de alguna manera. Sólo permaneció observando el rostro del chico, detallándolo en silencio.

—¿Qué tanto me andas mirando? —cuestiona de forma algo brusca el cenizo una vez se detuvo de picar, esperando que le trajeran más verduras, siendo casi al instante que Tsuyu llegó con otro bol llena de estas. La pelirroja no dijo nada, siguió mirándolo en silencio—. ¿Qué?

Nuevamente no recibió respuesta, sólo un pequeño gesto que realmente no le dijo mucho, siendo que la pelirroja ladeó la cabeza ligeramente hacia su lado, pestañeando un poco, pero sin quitarle los ojos de encima. Bakugō se enderezó un poco, alzando un momento las cejas cuando vio como sus ojos azules no se despegaban ni un momento de él, comenzando a inquietarlo y colocarlo nervioso, presentándose esto último con la tensión en sus manos.

Katsuki miró hacia abajo cuando escuchó un pequeño sonidito y Hatsulin tambien miró hacia abajo, justo hacia su mano; tal cual como la noche anterior, una pequeña flama apareció en una de sus manos, justo la que estaba rodeando el mango del cuchillo que estaba usando. Ambos miraron en silencio aquella flamita que se balanceaba ligeramente, a pesar de que no había nada de viento. 

—Otra vez... —murmura la pelirroja mientras hacía un muy ligero mohín en sus labios, alzando su mano para poder ver aquella reacción de su quirk, tapando con su otra mano su dorso, queriéndola apaciguar, pero volvió a alzarse, reflejándose el resplandor en sus ojos. Hatsulin hizo un puchero algo enojado, comenzando a dar palmaditas allí—. Fuera, ya, shu, shu.

❛A veces parece una niña pequeña❜  era lo que pensaba Bakugō Katsuki observando extrañado la escena en donde la pelirroja estaba tratando de apagar las leves llamas en su mano y parecía estar hablándole incluso. Hizo una leve mueca, frunciendo el ceño. ❛Y una muy rara... pero, también...

—¡Oigan, no dejen de trabajar! —se sobresaltó muy levemente cuando escuchó el tremendo grito de Iida Tenya, mirando hacia allá con molestia—. ¡Haremos el mejor estofado del mundo!

—¡Estofado, estofado! —comenzó a canturrear la pelirroja, haciendo que ahora la mirara a ella; como si anteriormente nada hubiera pasado, estaba picando una verdura con una gran sonrisa, haciéndolo bufar.

—Definitivamente eres muy extraña.

→S H A N X L A B Y X←

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