𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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Cielo y Tierra.

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Sus ojos yacían cristalizados de aquel azul, el cielo y el mar se reflejaban en ellos. Sus mejillas yacían entrelazadas con músculos, los cuales la atrapaban en la nuca de aquel gran poder. Su visualización era amplia, y su conocimiento bastaba para saber cómo moverse. Ella no siempre fue así, pero con saberlo, era suficiente saber cómo ser. Su titán estaba formado en músculos, similar al titán hembra, pero estaba cubierto de cristales que la protegían como armadura. Su rubio cabello distinguía su persona, y Kira, observaba cómo su alrededor yacía cautivado por su gran poder, aquel que nació en ella, pero que nadie sabía, si no, el que estaba en la parte de arriba en aquel tejado, con un mismo poder. Se creía que su titán era un mito, hasta que los rayos del cielo se reflejaron en su cuerpo. Medía exactamente lo mismo que el titán de ataque, asemejando su fuerza, pero más allá, la valentía. Sus pies estaban en el suelo, observando las aeronaves que volaban en el cielo, en aquel que daba en su hogar. Su cabeza deseaba estallar, pero Kira sabía que esto sería el comienzo de una gran guerra sin fin. Ella estaba asustada, pero la adrenalina recorría toda sus venas. Su poder transcendía como una gran energía, una muy fuerte.

Los soldados la miraban, ella era reconocida en esta ciudad, no podían creerlo. Ni siquiera la misma Yelena, la alta rubia miraba con asombro lo que sus ojos siempre desearon ver, el titán de alianza. Su poder trascendía en escrituras de vagos y viejos libros, pero jamás se confirmó ser real, ya que era un poder que nadie obtenía a través de otro, este poder yacía en la sangre de una línea familiar, nada más y nada menos, que las Kamura. Kira miraba al cielo, esperaba una señal, pero su objetivo sin duda era tumbar al titán mandíbula, quien yacía arriba de aquel tejado. Kira se quedó aturdida, empezaba a trepar, la fuerza era indescriptible, pero podía ver claramente imágenes de las cuales no tenía reconocimiento; eran recuerdos, pero no suyos. Sus manos se enterraban en aquel cemento, los gritos alrededor parecían huecos, pero cuando su mirada y la de Eren conectaron, sintieron ambos un terrible escalofrío. Aquel joven era incapaz de creer lo que tenía de frente, veía el poder que jamás creyó ver, en la mujer que amaba. Se sentía por un momento, vivo. Ella miró al titán mandíbula, Porco estaba dispuesto a destruirlo, pero ella con una mirada viajó en vagas memorias que la rompieron el mil pedazos.

Kira gruñó fuertemente, su gruñido erizó pieles, y es que, sus amigos quienes yacían aún encarcelados, sintieron ese rugido. Porco observó a Kira, no podía creer que era ella, pero si lo era. Inconscientemente, a través de sus ojos, ella pudo ver el daño colateral creo por defender a Marley. Kira desde el interior de su titán sentía sus ojos húmedos, estaba observando a sangre fría como aquella noche en Marley, las rocas que Zeke le había lanzado no fueron las causantes de la muerte del pequeño que crecía en ella, si no, el apretón de la mano del titán mandíbula. Ella visualizó y sintió como su feto se había aplastado, como sus huesos casi crujieron en aquel apretón. Kira temblaba de impotencia ante ver a través de sus memorias, incluso de sus amargos pecados. Aquel titán huyó, incluso el titán carreta, en el cual Pieck no tardó en convertirse para huir junto a la pequeña asesina de Sasha Blouse. Kira observó cómo huía, y aunque quisiera ir tras de él, se quedó aún lado de Eren, esperando una mínima señal de lo que sucedería ahora, en esta guerra. Su mirada estaba puesta en el cielo, sabía que Marley había dirigido la guerra hasta aquí. Estaba clara de que hoy se volvería a reunir con su pasado, apostaba que Reiner Braun yacía en uno de esos dirigibles.

-¡Eren! ¿Puedes oírme?-la voz de Yelena sobresalió en aquel caos, dirigiéndose a Eren, quien la escuchaba claramente. -¡Por favor, sal de tu titán! ¡Ve a esconderte en el edificio, y escapa por debajo del titán martillo! ¡Deja que Kira se encargue con su poder, es por eso que Zeke y tú activaron su titán, para protegerla!-le decía, mientras que él empezaba a caminar hacia el borde del tejado, y Kira, le observaba.-¡Estás en desventaja!-avisaba Yelena, pero ella desconcertada observó como Eren se lanzó por el tejado.-¡¿Eren?!-le llamó, desorientada.

-¡Ve con él, y protégele!-Kira bajo su mirada, observando a Onyankopon, quien señalaba por donde Eren se había ido, mientras que ella visualizaba como soldados empezaban a caer de los dirigibles.

-Otra vez van a derrumbar nuestro hogar... -musitó ella, siguiendo los pasos de Eren.-¿Vas a permitirlo, Eren?-hablaba ella, dirigiéndose al titán de ataque que yacía caminando en sus calles, esperando a ese viejo enemigo, a quien no olvidaba.

-No.-la voz de Eren transcendía a través de ella, ambos con su entrelazo podían comunicarse.-Ven, Reiner.-ella podía escuchar como aquel impulsivo joven, se dirigió al hombre que estaba aterrizando del cielo, pero aquel hombre, solo observó al titán que yacía caminando hacia Eren.

-Imposible.-murmuró, recreando energía, sabiendo que se convertiría para combatir en contra de Eren.-Se creía que tú titán era un mito, pero yo jamás lo creí.-musitaba, él observaba claramente al titán hembra que yacía allí, pero la reconocía, por sus ojos y rubio cabello.-Berthold llegó apostar que Mikasa portaba gran poder, pero era claro que no, era una Ackerman. Aún así, yo siempre supe que eras tú, Kira.-decía Reiner, sintiendo los rayos del cielo traspasar en su piel.-O mejor dicho, ¡titán de alianza!-gruñó fuertemente, mientras que su cuerpo se acoplaba a sus músculos, recreados para convertirse en un titán.

-Reiner.-Kira murmuró su nombre, observando al titán acorazado caminar hacia Eren, y como la tierra retumbaba ante tal enfrentamiento.-Aún recuerdo lo que me hiciste aquel día... -musitaba, visualizando cómo ambos titanes se enfrentaban en una fuerte pelea, mientras que ella, observaba a su alrededor buscando al titán carreta, o él mandíbula.-Creía que podría llegar a perdonarles por lo qué hicieron, pero el que vengas nuevamente a destruir lo que nos costó construir, me es imperdonable. Cabrón.-masculló, mientras que sus pasos retumbaban y observó claramente cómo el titán mandíbula reaparecía en aquella pelea.

Kira empezó a correr, la tierra se movía, y el cielo observaba. Su expresión demostraba la rabia, creando temor a quien la viera. Parecía un vil demonio, y el titán mandíbula, deseando atacar la espalda de Eren mientras que Reiner lo tenía cautivo en golpes, fue emboscado como el mismo emboscó al dueño del titán fundador. Kira transmitió un fuerte golpe a su mandíbula, siendo capaz de desprenderle un diente con su grata fuerza. Ambos titanes gruñeron, y mientras Eren deseaba liberarse de Reiner, podía observar cómo aquella titán hembra, abatía a golpes al titán mandíbula. Kira gruñía fuertemente, mientras que Porcco estaba aturdido ante gran poder. Escalaba los tejados, pero Kira de una forma u otra, lanzaba cristales que salían de su cuerpo, atacándolo. Reiner observaba cómo su amigo caía en las fuerzas de aquella titán, quedó abrumado ante tal poder, pero no dejaba de defender su postura y a su maldito pueblo. El odio de Eren hacia él era gigante, por eso, no podía detenerse y quería acabarlo por completo. Reiner estaba consiente de que sus acciones, llevaron a ese hueco de enemistad de toda esta gente. Kira podía sentir los golpes, incluso le dolía, podía sentir todo. Su enojo hacia aquella gente Marleyana no era tan grande, tenía con claridad que no sabían lo que hacían, pero ella no se rendiría, y mucho menos con él titán mandíbula.

-¡Maldita sea!-Porcco gruñía, sintiendo como cristales traspasaban su piel, apuntó de casi llegar hasta su nuca, mientras que Eren, con su poder del titán martillo, creó una defensa; reteniendo a ambos titanes a su alrededor, traspasándole una cristalización que salía de la tierra, llegando hasta sus cuerpos, elevándolos en el aire y reteniéndolos.

-Eren. Se acabó, solo acéptalo, perdiste. No tienes que hacer sufrir a más personas, no tienes que sufrir más de lo que ya lo has hecho.-le decía Reiner.-No hagas sufrir a Kira convirtiéndola en este monstruo, no la hagas sufrir más de lo que ya lo has hecho.-Eren lo escuchaba, pero no había manera de hacerlo cambiar de opinión.

-¡Ahhhhhh!-gritaba Eren de manera gruesa, un grito que recorría cada calle.

-En cualquier caso, tú y yo, moriremos en unos años. No importa cuanto nos esforcemos, todos nosotros moriremos. ¿No es así, Kira?-le preguntaba al titán que yacía defendiendo a Eren, desde siempre.-¿Qué queda para ti si sigues viviendo? ¿Qué queda para Kira?-preguntaba, sin saber que ella tenía en su mente a dos personas dichosas de ella tener.-Le pondré un fin a esto por ti Eren, ya ríndete. Solo duerme.-le pidió, con intención de morder su nuca, pero todo cesó cuando observaron fijamente a la persona que yacía en la cima del muro Maria.

-A pesar de todo, finalmente llegue al lugar acordado. Y aún así, parece que llegue tarde.-decía a lo lejos, observando la escena.-Heroicamente los detuvieron a todos, ahora, ¡déjenme el resto a mi!-grito, erizando las pieles de quienes le temían.

Aquel titán bestia empezó arrojar grandes piedras a los dirigibles, la guerra estallaba, y los soldados provenientes de la élite que estaba a favor de Eren, entregaban sus corazones para abatir al cuerpo de Marley. Desde su titán, ella observaba lo que algún día logró ver como una espectadora, a través de sus amargos sueños. No sabía cómo asimilarlo, pero tan solo observaba cómo Eren había derrotado a Reiner, y como ella, derrotó a Porcco Galliard. El chico prodigio observaba a su hermano, quien le miraba de igual manera, a pesar de la distancia. Kira estaba tensa, y observaba cómo Eren emprendía su camino a su hermano mayor. La situación se abrumaba, sabiendo lo que se avecinaba, pero no podía ir en contra de lo único que podría traerles esperanza, aunque en sí, su único temor, era perder a los que tenía lejos de esta área, ambas personas de ojos grisáceos y cabello oscuro. No les olvida, ni de a poco, ni siquiera en un segundo. El titán de Eren se detuvo en seco y la miró, mientras que ella alzó la mirada al cielo y observó cómo los dirigibles yacían en llamas, cayendo en su hogar. Era una escena llena de adrenalina, pero amarga. Se quedó quieta, sin deseos de acompañar a Eren, sabiendo que era aquí cuando debía dejarle ir, debía dejarle que continuara y así fue, amargamente Eren se giró, y continuó su paso hasta Zeke, a quien Kira estaba intentando de visualizar, sabiendo que Levi estaba en custodia de él.

Su corazón latía fuertemente, estaba lejos y no había manera de poder mirarle a los ojos, solo veía como el titán carreta arremetía disparos hacia él, incluso hacia Kira, pero el campo de fuerza que ella creaba, le impedía que la balas le rozaron. Se rompía en su cuerpo cuando chocaban con aquel cristal, su escudo, era jodidamente impresionante para aquellos quienes nunca observaron su poder. Ella se quedó quieta, como si hubiese sentido algo, y no tan solo fue sentir a Reiner moverse para atacar a Eren, si no, la presencia de sus amigos más allá en el cuartel de exploración. Lo que quedaba del escuadrón ciento cuatro, observaba desde aquel tejado lo que sucedía, y no había manera de entender o descifrar lo que sus ojos estaban observando. La explicación de Yelana no bastó, fue vaga, pero aún así Armin y Mikasa yacían viendo lo que jamás creyeron ver, y era, el poder del titán de alianza que portaba su mejor amiga, quien estaba combatiendo en esta lucha. No sabía a quien miraban, tantos años, y no lograban entender cómo logró ocultar tal poder bajo sus narices, pero a ellos solo les quedaba pelear, y defender a quienes siempre han sido su familia, Kira y Eren. Antes de empezar, lograron presenciar un encuentro amargo, y una fuerte pelea.

-Kira, sal de ese cuerpo, de ese poder.-Reiner estaba frente a frente con Kira, él quería llegar a Eren y detenerlo, pero ella se lo había impedido.-No hay porque seguir peleando.-le decía, ambos podían transmitirse.

-Es ilógico viniendo de ti, cuando trajiste la guerra a mi hogar, dos veces.-ella ni siquiera espero, los recuerdos de aquel joven Reiner la comieron por dentro, se abalanzó sobre él, y empezaron una pelea de titanes que los espectadores no pudieron perderse.

-¡Podemos detener esto!-hablaba Reiner, mientras que el suelo se desprendía ante sus golpes, ambos eran fuertes, y se estaban empezando hacer pedazos, sintiendo los golpes.-¡Éramos unos niños, no sabíamos que la vida sería así!-decía, Reiner quería detener a esa chica, a quien siempre idolatro pero ambos continuaban peleando sin detenerse.

-¡Yo también era una niña cuando vi morir a mi madre, cuando escuché sus huesos crujir!-gritaba ella entre dientes, empujando a Reiner con una fuerte patada, para así, ante volver, desprender su nudillo lleno de cristales por todo su rostro, desprendiendo sus músculos y creando que un leve vapor tapara su rostro para regenerarlo, pero logró tumbarlo al suelo.-Su vida no fue en vano aún así, pero la de Berthold si.-masculló ella, llevando su pierna al rostro de Reiner, con el deseo de aplastarla, hasta que sintió una conexión extraña atrás suyo.-Zeke.-ella giró su mirada, dándose cuenta que podía mirar los ojos de aquel titán, pese a estar en aquella altura, Eren continuaba combatiendo con el titán mandíbula, a quien Kira ni siquiera observó levantarse ante estar peleando amargamente con Reiner.-No... -susurró.

Kira pudo ver a través de su mirada, el encuentro sangriento que Levi sostuvo con Zeke. Sus músculos se tensaron, y todo pareció abrumarle. Su piel se congeló, y se erizó, sentía una amarga sensación cuando visualizó una explosión, y un tipo de dolor socorrerle cuando sintió el último aliento de Levi en aquel campo. Sus ojos estaban abiertos grandemente, pero la lagrimas no salían, presentía que algo tuvo que haberle pasado, pero jamás imagino que la muerte le había alcanzado. El titán bestia la miraba, había sentido lo que hizo, y sabía que Kira ahora cambiaría su visualización. Sus venas se llenaban de un odio incontrolable, ella solo imaginaba el dolor tan indescriptible que este hombre le había hecho pasas, años atrás le había arrebatado a su hermano, y ahora, al amor de su vida, a su alma gemela. No sabía cómo moverse, se había quedado congelada, dándole ventaja al titán mandíbula de atacarle. Su titán cayó bruscamente al suelo, y pudo lograr bloquear a Eren de su mente. Quería llorar y salir de ese abrumador cuerpo, se sentía acorralada en aquella cueva, y el titán mandíbula estaba buscando desprenderla de la nuca con una mordida, pero Kira ni siquiera se defendía, estaba aturdida. Los grisáceos ojos de Levi recorrían su mente, y ella observaba las perfectas facciones de su amor. Era un enamoramiento sano, uno bonito, y real.

Deseaba tocar su mandíbula, y acariciar su mentón. Buscaba besar sus mejillas para apretarlo junto a ella, y nunca soltarlo. Escuchaba los balbuceos de su hija, se estaba matando mentalmente, y ahí, sus lágrimas salieron mientras continuaba ida, intentando levantarse cuando sentía los golpes de aquel titán, al cual desprendió de su cuerpo con un fuerte empujón hacia una de las casas de ShingaShina. Lo atrapó en sus brazos, y lo restregó por todo el suelo, desprendiendo el cemento con el rostro del titán mandíbula, para así, gritar de una manera desgarradora que mostraría el enojo que sobrellevaba adentro. Los tímpanos de Eren escucharon aquel grito, el cual pudo distinguir como "dolor", y su preocupación se vio cuando observó cómo el titán de Kira empezaba a correr donde yacía el titán bestia. Sus pasos retumbaban fuertemente, pero ella deseaba desprenderle la cabeza, olvidando su objetivo, e incluso su propósito, su mente estaba fría y no había manera de que pensara cuerdamente. Ella sostuvo en sus brazos el cuerpo del titán mandíbula, y Porcco desde adentro de su titán veía la furia que podía transmitirle aquella vibra, intentando defenderse, logró sentir como Kira con ambas manos desprendió un poco su mandíbula, y enterró todo su cuerpo en el suelo, dejándolo sin un poco de inmovilidad.

Miró al titán de Eren, quien yacía quieto, pero él sabía lo que ella había visto, y lo que empezaba a sentir. Los brazos de Eren la detuvieron, y ahí, empezó la mayor confrontación de todas. Todo se volvió tenso, e incluso lento, todos quienes estaban cerca, incluso sus amigos, e enemigos, observaron cómo Kira elevó su nudillo para desprenderlo en la boca de Eren. Él quedó desconcertado, pero sabía que no podía llevarla más allá de una protección, sabía que Kira tenía límites, y él los había sobrepasado. La mandíbula de su titán se desprendió, y cuando fue a defenderse, ella lanzó una fuerte patada a su estómago, logrando derribarlo encima de un tejado. Ambos empezaron a golpearse, de una manera fuerte y brusca. Los recuerdos los invadían, era la primera vez que peleaban, y Eren con tanta fuerza e enojo que alguna vez sintió hacia ella, empezaba a desprenderle los cristales que la protegían. Sus nudillos se cortaban, y él deseaba detenerse, pero ella tampoco lo hacían. El sufrimiento que ambos se crearon, se reflejaba con los golpes que se daban mutuamente. Ni siquiera el titán acorazado interfería, tenía conocimiento de dicha confrontación, no había manera de que se colocara ahí.

-Siempre nos prometimos pelear, uno al lado del otro, aunque nos costara la vida.-decía Kira mentalmente, mientras que su cuerpo cayó al suelo, y el de Eren, encima de ella, golpeándola fuertemente, mientras que ella pateaba su torso, pero no podía sacarse el cuerpo de Eren de encima.-Pero siempre supe que algún día... eso cambiaría, y entendí que realmente pelearía a tu lado, pero en tu contra, como ahora... -musitaba sintiéndose débil, mientras que los verdosos brillantes ojos de Eren, la miraban.

-¡No voy a detenerme!-indicó él, con pesadez en las palabras que le transmitió a ella, pero afuera de sus titanes, se escuchó como un fuerte rugido que temió a quienes lo escucharon, empezando por Armin y Mikasa.

-Lo sé.-respondió ella, tranquila, y con sus ojos llenos de lágrimas, viéndole a través de su titán como al niño a quien siempre persiguió.-Nunca te detuviste, aunque te alcanzara, Eren.-él sentía como todo en su interior se debilitaba, ella era la única que podía dejar entrar en su frío corazón.-Pero, no me rendiré en recuperarte... -indicó, y fuertemente, elevó a Eren en el aire con una patada, logrando ella levantarse del suelo, hasta que observaron como de encima de la muralla, caía un cuerpo.-¿Zeke?-se preguntó ella observando cómo el titán bestia caía, y al hacerlo, su cuerpo retumbó en el suelo. Kira hizo un intento de correr hacia allá, pero Eren se abalanzó encima de ella.

-¡No!-gruñía Eren, trepado en su espalda, mientras que ella no podía escapar.-¡Es la única manera, y lo sabes!-gritaba él, con su voz entrecortada, no quería pelear con ella.

-¡Por favor!-le pedía ella, intentando de incorporarse, pero Eren golpeó su espalda, con la intención de dejarla inmóvil.-Solo quiero que vivas... solo eso... -decía cansada, pero ella simplemente dejó de sentir el cuerpo de Eren de encima suyo, ella quería que él viviera, quería paz, y tenía esperanza de lo que alguna vez vio, fuera solo una amarga pesadilla.

-Kira, está bien. Déjame ir.-expresó él, mientras que ella aún estaba inmóvil, sin fuerza en el suelo.-Yo ya lo hice.-indicó él, girándose para darle la espalda a ella, con la intención de llegar a Zeke, pero él no quería irse, no quería abandonarla, sin importar que al final, los caminos los unieran nuevamente.-Lamentó haberte hecho una simple espectadora.-musitó en tristeza aquel joven, quien pese a todo, la amaba con todo su corazón, y cuando intento alejarse de ella, sus manos apretaron sus piernas, pero él aún así, se soltó, recordándola como la niña a quien conoció.

Reiner fue quien se abalanzó hacia Eren, observó cómo había abatido a Porcco, incluso a quien jamás creyó ver derrotada por Eren, y supo que era el único que podía intentar de detener a quien algún día quiso cuidar. Sabía que sus acciones fueron erróneas, pero deseaba ser un héroe para el mundo, deseaba salvarlo. Intentaba de detener a Eren, aprovechando que su debilidad emocional por su conversación con Kira recorrió todo su cuerpo, empezó a golpear bruscamente, impidiendo que llegara hasta Zeke, sabiendo que aunque su titán había caído, debía rondar por ahí. Se abalanzó hacia Eren, deseando detenerle. Entendía su enojo, pese a no entender sus razones y su visión, el quería que todo se acabara, estaba cansado y tan solo quería morir en paz. Siempre conoció a Eren como un niño impulsivo, pero jamás lo había visto de esta manera, lo desconocía, pero no era nadie para juzgar, después de hacer creer que era alguien, que realmente no era. Estaba enojado, entendía que aunque golpeara y devastara a Eren en su forma de titán, sabía que por su culpa, Eren también era quien era hoy en día. Recordó el amargo rostro de Eren de tristeza, y como se decepcionó cuando lo vio, Reiner le había quitado sus vidas, y aún así, caminó junto a ellos con las manos ensangrentadas.

-¡Espera, espera!-una voz sobresalió entre medio de aquella confrontación, Eren no estaba tan lejos de Zeke, pero todos observaron al hombre que sostenía el brazo de ese niño.-¡Falco accidentalmente ha ingerido tu fluido espinal!-Kira, quien yacía inconsciente, empezaba a perder fuerza de su titán, pero escuchaba lo que pasaba a su alrededor.-¡Por favor señor Zeke, no grites!-pedía aquel joven Marleyano, a quién Reiner conoció como Colt, el hermano mayor de Falco.

-Falco... -Kira empezaba a levantarse, visualizando al pequeño niño a quien salvo en Marley, pero ella aún así, no se levantaba.

-Usted lo entiende. ¡¿No es así señor Zeke?!-Colt apretaba fuerte la mano de su hermano menor, mientras que estaban parado frente al titán bestia, y Kira, se desprendía de su titán, respirando el aire fresco, y observando lo que sucedía a su alrededor.-¡Sabía que quería convertirme en el sucesor del titán bestia para que mi familia no fuera enviada a Paradis!-ella se distanció de su titán, y empezó a caminar con sigilo, observando a ese hombre cuidar al pequeño.-¡Lo cierto es que, ya desde tu traición, nunca tuve muy claro que tenías en mente! ¡Pero nunca te vi como el tipo que involucra niños en este tipo de embrollos! ¡Señor Zeke, no intento decir que debería usted quedarse quieto y dejar que lo maten ni nada! Pero, se lo suplico. ¡Espere a que Falco esté fuera del radio de acción del grito!-grito, mientras que Kira se detuvo en seco ante ver un cabello, visualizando a la niña que había matado a Sasha, a Gabi.

-¡Falco!-ella gritó, buscando al niño con quien había venido hasta acá, Kira corría con poca fuerza, mientras que Eren convertido aún en titán, pudo verla correr hacia la escena, e intentó moverse cuando sabía sus intenciones.

-¡No te acerques Gabi!-le pidió el niño, viendo como la niña se bajaba del caballo, con la intención de llegar hasta Falco, mientras que Kira deseaba correr más rápido.

-Colt.-Zeke habló a través de su titán bestia, dirigiéndose al hombre frente a él.-Tus sentimientos por tu hermano, los entiendo.-hizo una pausa ante eso, y Kira supo que no podría llegar a ellos, que no podría ayudarles, así que amargamente, se dirigió hacia la pequeña de cabello castaño.-Y es por eso, que es una pena.-indicó, para así, erizar la piel de todos cuando elevó un fuerte e egoísta grito.

-¡No!

Fue lo único que se escuchó entre el temor y la angustia que Kira vio. Ambos hermanos se abrazan con fuerza, creando un sentimiento que recorrió el alma de Kira, restregándosela. Ella apretó el cuerpo de Gaby, y se lanzó con ella al suelo ante la abrumadora transformación que se apoderó de su alrededor, pero más allá, Paradis se invadía de titanes puros. Los rayos caían del cielo, y todo se volvía temeroso para los residentes de esta tierra, de este hogar que no deseaban volver a perder. Kira apretó a la niña a su cuerpo, con sentimiento, deseando que fuese su hija a quien abrazara, pero ante eso, un sentimiento más la invadió cuando vió aún en el suelo, como Falco se convirtió en un puro titán. Su alma se había quedado estancada en un cuerpo que no le pertenecía, y Kira con sus húmedos ojos aún abrazando a la niña, dejó sus lágrimas caer cuando vio a su hermano mayor. Ambas se levantaron, pero aún seguía abrazadas, Kira no quería soltarla a pesar de que ella le arrebató a su amiga, a una gran amiga. El consuelo era nulo, pero aquel amor entre hermanos que Kira vio, la remató por dentro cuando recordó lo que nunca pudo ser con Erwin. Había presenciado minutos atrás como aquel hombre abrazó a su pequeño hermano, sin importar que muriera, sin importar que su hermano se convirtiese en un titán, no lo abandonó, como Kira su abandono a Erwin. Ella yacía en lágrimas recordando a su hermano, y recordando cómo el titán bestia había acabado nuevamente con una hermandad.

Los ojos de aquella niña la miraron, por un momento todo se detuvo. Gabi observaba las marcas de transformación en su mejilla, y como no tenía fuerzas, pero con mucho miedo y tristeza, la niña la abrazó. Kira quedó aturdida, y tan solo recorrió nuevamente sus brazos por el cuerpo de la pequeña. La quería proteger, y observó cómo el titán puro de Falco se abalanzaba hacia Reiner, Kira deseo transformarse, pero sabía que ya no podía, que Eren no le daría acceso a que así fuese. Ella soltó a la pequeña, y se distanció, observando al titán bestia, y como estaba observando la escena. La niña se fue corriendo, y Kira se quedó en el suelo sin fuerzas, llevó sus manos a su cabeza y la toco, sabía que Eren estaba sufriendo, y podía sentirlo. El titán mandíbula yacía en su forma humana, y de un intentar, el titán puro de Falco, se lo tragó, creando un sentimiento amargo que no pudo crear para Reiner, mientras que Kira observaba. Se levantó, y observó cómo Eren creaba un endurecimiento, y salía a través de su titán. Lo vio, su cabello estaba suelto, y flotaba con la brisa del viento. Todo se volvió lento para él, pues ella estaba en el medio del camino, como de usual. Sus ojos se conectaron, ambos ojos brillaban, transmitiéndose un sentimiento que nadie podía entender entre ambos, pero Eren no corrió, y la observo.

-Eren.-ella lo llamó, y se quedó mirándome detenidamente, mientras que él se erizó ante su presencia, el cabello de Kira yacía largo, como hace unos años, debió haber sido por la regeneración, pero se veía hermosa ante sus ojos.-Está bien, estoy aquí, contigo.-ella levantó su mano, sabiendo que él sufría, que no podía ser egoísta y abandonarlo.-Para siempre... -musitó, no era una trampa, Kira sabía cómo terminaría esto, y que no podía abandonarlo, no podría dejarlo sufrir solo.

-Te amo.-los brazos de Eren atraparon los de Kira, y ambos se abrazaron fuertemente, mientras que Kira, yacía entre lágrimas, sabiendo que a pesar de que quisiera, no podía cambiar el rumbo de las cosas, y lo único que le quedaba, era morir con él.-Nuestra vida fue muy corta para amarte solo en una, prometo buscarte en la próxima.-musitó él, mientras que ella asintió entre lágrimas.

-Lo prometiste.-dijo, mientras que ambos dejaban aquel sentimiento allí, uno sano de amor que creció mientras eran niños.

Eren acaricio su cabello, mientras que la abrazó fuertemente, con la intención de continuar caminando a paso lento junto a ella, a dicha transformación. El lazo que los unía se hizo ver ante todos los espectadores que los observaban. El recuerdo de ambos floreció, todo estaba destinado a ser, desde que nacieron. Ella debió nacer primero, porque era ella quien lo protegería del camino que no debía ser, pero aquellas quienes crearon este rumbo, jamás imaginaron o presintieron, que el amor estallaría, y complicaría todo. Continuaron aferrados, ambos conocían su dolor, e incluso su destino, no había manera de detener lo que sucedía, sólo prepararse para sobrellevar lo amargo que sería el resto de las cenizas que dejaría. Kira abrió sus ojos grandemente cuando observó cómo Gabi tenía aquel rifle ante titán, no la culpaba, pero no deseaba perder a Eren, sin embargo, ya no faltaba nada para que dichos hermanos se unieran en su lazo, y lo único que hacía falta, la tenía Eren en sus brazos, Kira. Él con suma fuerza la empujó, sabiendo que sus amigos yacían en los cielos peleando por ellos en la tierra, empujó a Kira, quien cayó inconsciente en la mano de Zeke, para así ella ver de manera abrumadora como la cabeza de Eren se desprendía ante el disparo que aquella niña lanzó.

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Próximo capítulo: ¿Quién eres?
Kira pierde la conciencia, mientras que los demás intentan de sobrevivir a su pesadilla, el retumbar, ella recuerda gratas memorias.

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