𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐞

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¿Quien eres?

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Veía el cielo, estaba azulado, pero empezaba a perder color, como todo lo que abordaba en esta ciudad, volvía a caer en llamas. El humo se veía a lo lejos, los dirigibles habían caído como miles de soldados. Sacrificaron sus vidas, abandonaron su hogar más allá del mar, en vano. Estrechaba mi mano en el cielo, me sentía perdida, y cansada. No recordaba porque mi cuerpo se había abalanzado lejos en cuanto tres tacos se unieron, los hermanos Jeager, y yo. Los azulados ojos de Armin se detuvieron en mi, él estaba parado delante mío, su voz me llamaba, pero no escuchaba nada. Lleve mi mano a su rostro, lo toque, se sentía suave, pero estaban húmedas sus mejillas, lloraba. Me aferro a su cuerpo, me elevo y me apretó, me sostenía en sus brazos, y sentí como la brisa del aire se removía. Lo abrace, estaba asustada, no entendía mucho, pero me quede a su lado, dejando que la seguridad que me brindaba, recorriera mi ansiedad, calmándola. Mi cuerpo fue llevado a algo plano, me percaté que estábamos en un tejado. Armin aún me hablaba, pero yo estaba desorientada. Pude ver los ojos de Mikasa, y su mirada apagada, pero abrumada. Se quedó a mi lado, y todo se sintió pesado, todo se sintió como una pesadilla que ya había vivido. Mi cabeza dolía, y solo pensaba en Eren, pero no recordaba más allá, que un fuerte abrazo, y un empujón, ni siquiera podía pensar que sucedió antes, o después, recordaba él ahora. Mis ojos veían el caos, aquel que algún día predije. Mi cuerpo era sostenido por Mikasa y Armin en aquel tejado.

Los tres, juntos, como siempre, veíamos cómo nuestro hogar ardía. Mi corazón palpitaba rápidamente, el estruendo no dejaba de molestar los tímpanos, realmente estaba sucediendo. Eren realmente había activado el retumbar que acabaría con miles de vidas, pero me torturaba por no recordar el caos que se nos veía adelante. Podía ver a titanes, caminaban sin rumbo, y sabía que entre ellos, habían muchos a quienes conocía, pero no deseaba mirarles, no podía abrumarme más de lo que ya lo hacía. Sus ojos me miraban con temor, demostraban el horror, y un extenso grueso sonido se escuchaba altamente. Sentía mis mejillas calientes, sentía mis ojos arder, pero un solo recuerdo me invadía, uno que ya había vivido. Me fui más allá, de manera inconsciente, y tan solo reviví lo que algún día viví. Mis manos acariciaban mi abultado abdomen, había crecido durante los meses de embarazo. Estaba acostada en aquel sofá, mientras que Armin y Mikasa observaban la ventana, ambos estaban sentados juntos. Esos días eran geniales, todo se sentía en tranquilidad, todo estaba bien, o al menos; así se sentía. Había un gran silencio, la ventana mostraba el día soleado, pero todo se sentía tenso y apagado. Tenía un traje, era lo más cómodo que podía ponerme, y mi cabello, estaba amarrado en una corta coleta, pues mi cabello estaba corto, pero crecía. Me llegaba a los hombros, mientras que tenía varios flequillos cortados en mi frente.

-¿Tienes hambre?-dirigí mi mirada a Aster, esta quien yacía sentada en una silla aún lado de Armin, su cabello estaba amarrado en una coleta, y sus ojos me miraban.-¿Eh?-me llamo ante no responderle.

-No... -le respondí.-Comeré más tarde.-le indique, y ella bufo.

-Debes comer, no te estás alimentando bien.-decía.-El doctor dijo que en cualquier momento podrías dar a luz, si no te alimentas bien, no tendrás fuerzas.-expresaba, y yo tan solo de manera vaga, asentía.-¿De verdad van estar así?-pregunto ella, viendo nuestras apagadas expresiones.-Se que Eren es importante para ustedes, pero, no pueden permanecer cruzados de brazos esperando a que vuelva.-opinó, pero rodeó los ojos ante la falta de nuestra respuesta.

-Eh, aquí están.-la voz de Jean nos sacó del silencio cuando abrió la puerta, mostrándolo a él junto a Connie y Sasha.-El capitán ha iniciado una nueva búsqueda, creen que Eren debe estar en algún lado.-indicó Jean, avisándonos, esto debido a que Eren se había ido, y dejado una carta que no supimos entender, o que no queríamos aceptar.

-Él cree que ha escapado de Paradis.-comentó Connie, sentándose en el sofá frente a mi, a lo que Sasha se sentó a mi lado, mientras que Jean se quedaba parado.

-Han pasado tres días.-interfirió Mikasa, mirándole detenidamente.-No pudo salir tan fácil de la isla.-opinó, inquieta, y en negación.

-Lo más probable alguien le ha ayudado.-dijo Armin, mirándola, a lo que ella miró la ventana nuevamente.-Si realmente está en Marley, debió haber ejercido un plan, uno muy bien planificado que le llevó días para ejercer.-explicaba.-Alguien de Marley debió haberle ayudado, alguien le dio acceso para que saliera de la Isla.-dijo.

-Yelena, lo más probable.-expresó Aster.-Se que no tengo mucho que aportar, pero es la más que ha deseado estar en cercanía con Eren, de alguna forma u otra debió verle, pudo haberlo ayudado.-decía ella, pensativa.-No confió en esa mujer.-dijo, mirando a Armin quien asintió.

-Debemos buscarlo.-comentó Mikasa.-Si lo encontramos y hablamos con él, quizás retroceda a su plan.-decía, con esa voz esperanzadora, era la única que siempre tenía una pizca de que Eren, haría las cosas de una buena manera.

-Deja de pensar en él.-observe a Jean, y como la miró, se veía en sus ojos el amor tan grande que le tenía a Mikasa, pero ella tan solo lo miró fulminante, y ofendida.-Tú cabeza va a quemarse.-añadió, a lo que ella demostró una fría expresión hacia él.

-Deja de preocuparte por mi.-pidió ella, cortantemente, a lo que Jean, bajo la cabeza.-No soy tu asunto.-musitó, cruzándose de brazos, observando la ventana, para evadirnos.

-Auch... -acaricie mi abultado abdomen, había sentido algo extraño en mi interior, como un leve dolor.

-Ya quiero que nazca... -Sasha posicionó su palma en mi abdomen, acariciando con suavidad, ella sonreía.

-¿Como le pondrás?-Connie me miró curioso, también deseaba tocar, pero le dio espacio a Sasha, quien colocó su oreja en mi abdomen, como si deseara escuchar algo.

-No lo sé... -susurré, no tenía muchos ánimos de hablar, la desaparición de Eren me afectaba también.-Levi tenía pensado que si era niño, llamarle Erwin o Kenny.-les decía.

-De lujo. Honraría a un comandante suicida, y a un asesino en serio.-sonreí ante el comentario de Connie, mientras que él se quejó ante sentir como Jean golpeó su nuca.

-Imbécil.-le dijo, mirándole con enojo ante pensar que me había ofendido, pero realmente, me hizo sonreír y recordar a Erwin de manera nostálgica.

-Era una broma.-Connie se justificó, sonando su cabeza.-Ella sonrió, es lo que importa.-decía, mirándome, mientras que baje la cabeza.-Él fue un gran comandante... -musitó en un tono bajo, melancólico.

-Si es niña, quizás le pongamos Kuchel o Elizabeth.-hable, intentando de desviar el amargo tema.-En honor a nuestras madres.-les contaba, a lo que ellos asintieron.

-Ponle Kai.-miramos a Armin, quien me miraba detenidamente, y confusa, le mire ante tal nombre, nunca lo había escuchado.

-Es un hermoso nombre.-opinó Sasha, aún recostada de mi abdomen, a lo que le acaricie el cabello.-¿Qué significa?-pregunto ella curiosa.

-Mar.-le respondió Armin, a lo que le sonreí, él más que nadie, estaba emocionado por la llegada del bebé.

-Al capitán le encantará.-dijo Jean.-¿Y a ti?-me preguntó, sentándose aún lado de Connie.

-Suena hermoso... -confesé, observando mi abdomen, y sintiendo algunos dolores extraños, incluso por un momento, sentí que me hacia pis.

-Cambia el rostro, todo estará bien.-me decía Sasha, levantándose de mi abdomen, y quedando a mi lado, ella me sonreía; mientras que vi como Mikasa agarro su bufanda roja, con la intención de irse.

-Eh, ¿a donde vas?-le pregunto Connie, viendo como ella se colocó la bufanda alrededor del cuello.

-Iré a ver si Levi necesita ayuda.-dijo, mientras que Jean se levantó del sofá, y la agarró del brazo.-Jean, suéltame.-le pidió ella, y yo observé la tensa escena.

-Mikasa, deja que hagan su trabajo.-le decía Jean, soltándola con delicadeza.-Deja ir a Eren, ya no es un crío.-comentaba, y ella de manera fulminante le miró.

-¡No me importa!-grito, alterada.-No voy a dejarle ir por ahí, solo.-le decía a Jean.

-Es lo que quiso, nos pidió que nos quedáramos acá.-Connie se levantó del sofá, creando más tensa la situación, mirando a Mikasa.-Él sabe lo que hace.-indicó él.

-¡No lo sabe, nos necesita!-interfería ella, se podía ver en sus ojos el desespero por la ausencia de Eren, pero no era la única afectada.

-Mikasa, por favor entiéndelo, Eren ya no es él.-le hablaba Jean, y yo observé cómo Armin bajo la cabeza, queriendo evadir la situación, mientras que Aster estaba sentada en la silla aún lado de él, ignorando la situación.-¡Ha cambiado! ¡Lo sabes!-gritaba Jean, molesto.

-Claro que no te importa si ha desaparecido... -Mikasa se acercó a él con una mirada de enojo, la cual incomodó a Jean, quien no despegaba su mirada de ella.-Él nunca te importo, siempre has vivido en guerra con él, con sus decisiones y acciones. Siempre le has odiado.-masculló Mikasa, mientras que Jean abría su boca para decir algo, pero ella lo impedía.-O quizás envidiado, porque es el centro de atención, es nuestra esperanza.-indicó, a lo que Jean frunzo el ceño y negó.

-¿Qué esperanza hablas?-pregunto, sarcástico.-No me dan los dedos para contar todas las personas que murieron por él, Mikasa.-decía, a lo que Mikasa alteraba su expresión por la respuesta de Jean.-¿Eso es esperanza?-le preguntó él, y ella se quedó sin palabras.

-Cada victoria necesita un sacrificio.-mi piel se tenso ante la respuesta de Mikasa dirigida a Jean, la mire detenidamente y quede ida.

-Dile eso al comandante Erwin.-baje la mirada, y mi cuerpo se sintió débil ante lo que Jean dijo, un silencio abrumador se hizo en la sala de estar, y solo escuche la silla donde Aster yacía sentada, removerse de manera brusca.

-Basta.-pidió ella, molesta e incomoda.-¿No se cansan de hacer niñeces?-pregunto, mientras que Mikasa y Jean, la miraban.-Mira, Mikasa. Se que no nos llevamos nada bien, pero iré al grano.-Mikasa la miró, mientras que la tensión se sentó entre ellas, yo acariciaba mi abdomen y les miraba.-No eres la madre de Eren, ni siquiera su hermana. Ya él es no es un niño, ni tú tampoco. Ninguno de ustedes lo es.-Mikasa se veía ofendida, incluso sus ojos estaban húmedos, y yo, baje la cabeza ante eso.-No voy a justificar las opiniones de los demás, si creen o no creen que Eren es una esperanza, solo os pido que se comporten de manera madura y acepten cómo es la realidad.-nos decía, en general.-Eren se ha ido, él decidirá sus acciones, pero que algo quede muy claro, ya Eren decidió salir de esta realidad para enfrentar la verdadera, ¿qué esperan ustedes?-nos preguntó, su verdad era agria, pero era eso, la verdad.

-Kira, ¿qué tienes?-alce la mirada observando a Armin ante notar mi vaga expresión, arquee mi espalda y negué.

-Me siento extraña... -le dije, mientras que Sasha miraba detenidamente algún punto fijo del sofá, al igual que Connie.

-¿Por qué el sofá está mojado?-pregunto él, señalando la postura en donde estaba, a lo que de un momento a otro, sentí mis piernas húmedas.

-¿Como?-Aster se dirigió a mi, mirándome detenidamente, y abrió sus ojos grandemente, mientras que continué arqueando la espalda incómoda.-Kira.-ella me llamó, y yo confusa le miraba.

-Au... -susurre adolorida, sintiendo leves dolores, como si tuviese cólicos.-¡Ah!-gemí altamente, el dolor se sentía intenso, así que me senté, pero no me sentía cómoda.

-Oh, ¡por Dios!-Sasha se levantó ansiosa de mi lado, mientras que Aster se acercaba a mi con velocidad, y yo, gemía.-¡Dará a luz!-grito ella, a lo que abrí los ojos grandemente, mirando a Aster.

-Chicos... chicos... -nerviosa les miraba, y es que, todos me miraban asombrados, lo que hacían que yo me asustara más.-¡Ah!-gemí, llevando mis manos a mi abdomen, sintiendo leves e intensos dolores en mi ingle.

-Tranquila, tranquila.-me pidió Aster, siendo la única en mantener la calma, para ver cómo Armin llegaba a mi lado, nervioso.

-Mikasa, ve a buscar a Levi.-pidió él, a lo que Mikasa asintió, pero no se movía ante escuchar mis gritos.-¡Ahora!-le grito, sobresaltada abrió la puerta, y pareció correr por el pasillo.-Llevémosla a la enfermería.-indicó Armin, a lo que Aster asintió.

-Cuidado, por favor.-pidió Sasha ante ver cómo Armin y Jean, llevaban mis manos a sus hombros, y yo sentía calambres por todo mi cuerpo.

-¡Ah! ¡Me duele!-gritaba, sin poder caminar del todo bien, y solo veía como los demás se colocaban frente a mi, y sentí leve calor recorrer mi cuerpo.

Sentía leves dolores en el costado, mientras más caminaba, más me dolía. Se que ellos intentaban de avanzar, pero me estaba perjudicando. Sentía como si un cólico no se detuviera, pausaba, pero volvía más fuerte. Me aferraba a los cuerpos de los chicos, y caminábamos, la enfermería no estaba tan lejos, pero se sentía que así era. Tenía miedo, y sentía mucha ansiedad, ni siquiera estaba preparada para el parto, no había pensado en eso, no hasta ahora. Mordía mis labios para evitar mis gemidos ante el terrible dolor, uno que hasta recorría mi espalda y muslos, era algo inexplicable, pero muy doloroso. Las chicas y Connie estaban frente a mi, iban más de prisa con la intención de avisar lo que sucedía. Abrieron una habitación, la cual era la enfermería, y habían varias camillas que habían traído de Marley. Aquel doctor, dicho proveniente de Marley me miró asombrado. No esperaron mucho, y me abalanzaron con cuidado en la camilla, mientras que veía la gran iluminación de esa habitación, mi respiración estaba gruesa, y estaba sumamente ansiosa. Mi pecho subía y bajaba, y arqueaba mi espalda, me estaba matando el dolor, y solo veía a Armin aún lado mío, observando cómo el doctor se preparaba, incluso una joven muchacha, quien era su ayudante. Traían una mesa rodante llena de cosas que nunca había visto, y me llenaba de temor.

-Armin, por favor. No me dejes.-le pedí a él, con mi voz entrecortada, no podía ni siquiera hablar bien.-Tengo mucho miedo.-le indique, apretando su brazo con fuerza.

-No te voy a dejar, Kira.-dijo, mirándome, llevando su mano a la mía, y entrelazándola.-Jamás.-dijo, presionando con fuerza, mientras que sentí las gotas de sudor bajar por mi frente.-¿Qué hacen?-preguntaba Armin al doctor, un señor quien no tardó en bajar mi ropa interior, y abrir mis piernas.

-Escucha, se que estás asustada, esto será doloroso, pero harás lo que te indique qué harías hace meses. ¿Está bien?-me preguntaba él, mientras que Connie daba la espalda, y Sasha miraba atentamente con sus ojos abiertos grandemente, y Aster yacía aún lado de Armin, yo asentí.-Dejarás las piernas así, tú cuello uterino se estará abriendo, lo cual dará acceso al bebé en salir. Respiraras de manera hondo, y cada vez que te pidas, pujaras.-asentí, mientras que los nervios crecían más, el dolor no se detenía.-Lo que sientes es normal, sin contracciones, te las había explicado, es normal.-me decía.

-Yo esperaré afuera.-indicó Connie, junto a Jean, quienes salieron al igual que Sasha, y yo solo pedía que Armin no se alejara de mi.

-Me duele demasiado, ¡ah!-gritaba, sintiendo algo tan intenso en mi interior, no dejaba de dolerme, pero el doctor continuaba haciendo un tipo de protocolo.

-Respira, respira hondo. Solo respira.-pedía Armin, mientras que yo apretaba su mano, el doctor se acercaba a mi junto a la enfermera, observando mi parte íntima.

-No quiero tener hijos.-musitó Aster, observando cómo mi frente se llenaba de sudor, como mis muslos temblaban, y como mi garganta se desgarraba por los quejidos.

-Bien, respira hondo.-me pedía el doctor, a lo que empecé a inhalar de una manera pasiva, pero las contracciones eran extremas.-Puja, sin miedo, solo hazlo.-me decía, pero yo ansiosa, me quedaba aturdida sin hacer mucho esfuerzo, tenía miedo.

Apreté la mano de Armin y dejé que mi cuerpo fluyera, inhalaba y exhalaba, pero de una manera agitada, no podía controlarme. Temblaba cada ves que pujaba, como si no pudiera hacerlo, pero lo intentaba. Armin me alentaba, y Aster de manera asombrada miraba. Yo apretaba su mano, y él aún así, aguantaba. No me abandonaba, estaba aquí a mi lado, como siempre, y era una imagen que no podía borrar. La puerta se abrió de manera brusca, pude escucharla, pero cerraba mis ojos en cada empujón, hasta que sentí una mano acariciar mi frente y cabello sudado. Abrí mis ojos, y observé los grisáceos de Levi mirarme. Los respiros se me iban, y se mezclaban con los suyos. Sus manos acariciaban mi rostro, y yo observa sus facciones. Se veía tenso, e inquieto, parecía haber estado corriendo, se veía agitado. Observaba cómo pujaba, y como el dolor se apoderaba de mi. Su frente chocó la mía, y ambos cerramos los ojos mientras que yo continuaba pujando, la mano de Armin me apretaba, y Levi se mantenía a mi lado, sintiéndome, como si deseara empatizar con mi dolor. Lloraba, las lágrimas de me escapaban, pero Levi se quedaba pegado a mi, me alentaba a continuar, y yo solo puje y puje, pese a quedarme sin fuerzas, no me rendí. Mil suspiros se me fueron, y la energía también, pero el aliento se recuperó en cuanto escuche un llanto.

-¡Es una niña!-Armin de manera animada grito, el doctor no pudo ni siquiera informarlo, y él soltó mi mano para besar mi mejilla, y así, abrazar a Aster con fuerza, ella sonreía, al igual que Mikasa, quien observaba con sus ojos humedecidos, como si la tristeza se mezclara con la felicidad.-¡Chicos, ya nació!-gritaba Armin, con la intención de que el escuadrón entrara.

-¡Quiero ver!-las voces de los demás se escuchaban, incluso la de Hange, pero yo solo lo observé a él, a Levi.

Yo continué llorando, sintiendo el dolor aún, mientras que veía a Levi a mi lado de manera borrosa por mis húmedos ojos. Intentando de esclarecer la imagen, vi como su cuerpo estaba congelado, y observaba un punto fijo. Sus brazos se estrecharon, y de manera nerviosa, la atrapó por primera vez. Ni siquiera tenía la valentía para sostenerla en mis brazos, pero llore, viendo aquella imagen. Levi llevaba su dedo a una nariz sumamente pequeña, la acaricio y se quedó aturdido, como si no pudiera creer lo que veía. Él me miró, y se veían sus ojos humedecidos, pero pese a tener toda la felicidad del mundo, supo tener esa fuerza tan extrema, y no lloro, valoró el momento. Se acercó a mi, y pude ver sus brazos temblar, estaba emocionado, y no podía describir como un hombre tan frío y inexpresivo, sonreía mirándome. Mi pecho subía y bajaba, pero Levi con cuidado, y con ayuda del doctor, colocaron a la pequeña en mi pecho. Me quede ida, y observé su negro cabello, tenía demasiado, parecía una muñeca. Todos estaban a mi alrededor, y aún, recordaba sus rostros, sus expresiones y lo feliz que estaban de ver a esa pequeña.

Sus ojos estaban abiertos, y su pequeño pecho subía y bajaba, estaba manchada de sangre, pero el doctor con cuidado la limpiaba encima de mi. Veía sus pequeños ojos, y como sus fosas nasales se abrían y se cerraban. Sus manos eran pequeñas, todo de ella, pero sus pestañas eran larguísimas. Sonreí en un sollozo, y mis manos acariciaron su espalda, se sintió tan irreal, que ni siquiera podía describir el tacto de mi mano con su piel. Alce la mirada viendo a mis amigos, viendo cómo Armin y Mikasa acariciaban los pequeños pies de la niña, cómo sonreían con sus húmedos ojos, tampoco podían creer lo que veían, pero era real, había dado a luz a una hermosa niña. Dirigí mi mirada a Levi cuando sentí su mano recorrer mi cabello, él colocó una expresión reconfortante, se que no acostumbraba a sonreír, pero recordaría esa expresión el resto de mi vida. Sus labios se dirigieron a mi frente, y cerré mis ojos, para así, dar un salto temporal en otra etapa. Abrí mis parados pesados ante escuchar el llanto de Kai, me levante soñolienta, y dirigí mi mirada a la cuna. Podía verla allí, intentando de levantarse, pero se caía y se mantenía sentada. La luz de la puerta del baño me reflejaba su llorosa expresión, y como estrechaba sus manos.

-Voy pequeña... -susurre, levantándome de la cama con rapidez, para así, atrapar en mis brazos a Kai, quien lloraba.-Ya, mamá esta aquí... -le dije con una voz ronca, acariciando su espalda, revisé su pañal, y estaba seco.-¿Tienes hambre?-le pregunté, como si ella pudiera entenderme, solo tenía unos meses, pronto cumpliría su primer año, pero aún así, ella negó, pues antes de dormir ya le había dado su biberón.-¿Extrañas a papá?-le pregunté, mientras que me acosté en la cama, y la aferré a mi cuerpo, meciéndola.-Ya llegó... -indique, observando la ventana cuando escuche el relinchar del caballo, de Levi, y cuando lo observé bajarse con su capucha verde tapándole el rostro.-Ha llegado justo a tiempo para dormir a la princesa, porque eso es lo que quieres, ¿no?-le pregunté, sonriendo.-Quieres a tu papá.-abrirse, mientras que observé la puerta abrirse con delicadeza, y ahí lo vi.-Levi.-le llame, mientras que él detuvo su mirada en nosotras, y mientras se quitaba la capa verde de la elite, se acercaba.

-Escuche su llanto desde afuera.-dijo, sentándose en el borde de la cama, mientras que estrechó sus brazos, y la pequeña no tardó en dirigirse a él.-Ven con papá.-él la abrazó con suavidad, y beso su frente, mientras que ella también lo abrazó, y sonreí, algo celosa.-Estaré en casa unos días, revisamos la zona y todo ha estado bien. No hay nada fuera de lugar. Prepararemos todo para maximo dentro de dos meses buscar a Eren en Marley, suponemos que él nos dé la señal en ese lapso de tiempo.-me contaba, meciendo a Kai, mientras que yo me eleve un poco, para así darle un beso en sus labios.

-No me gusta cuando te vas.-dije, sentándome atrás suyo, abriendo mis piernas para así, acomodarme, y colocar mi cabeza en su espalda; y mis brazos apretarlo junto a mi pecho, mientras que él mecía a Kai.-Te extrañamos más de lo normal... -musite, besando su espalda.

-Lo sé.-dijo él.-A mi no me gusta tenerte lejos tampoco.-respondió, mientras que toco mi mano con la suya, y observé a Kai recostada en su hombro, con sus ojos cerrados.-Ni de ella.-indicó, y me quede recostada en su espalda.-Me tomaré unos días, me quedare con ustedes.-me dijo, a lo que sonreí.

-Quiero que vayamos al mar, que ella sienta la arena entre sus dedos.-le pedí, a lo que él asintió, y me vino una petición la cual me había sido denegada dias atrás.-Déjame ir contigo a Marley.-le pedí, mientras que no hubo respuesta de su parte, solo un silencio.-Por favor... -susurre, acariciando su abdomen de una manera delicada.-No voy a permitir que dirijas al cuerpo solo, no voy a dejar que se vayan, necesito estar ahí.-le decía.-No ha habido una pelea que no pelee a tu lado.-decía, levantándome en cuclillas, dirigiendo mis labios a su oído.-Déjame ir... -le pedí, besando su mejilla, sintiendo como su piel se tensaba, mientras que él se distanció de mi, levantándose para así, llevar a la pequeña a la cuna, quien yacía adormecida, era lo único que quería, que su papá la durmiera.

Él se acercó a mi, y me besó. Me besó de una manera apasionada, y no tarde en empujarlo hacia mi. Eran días y noches que no olvidaba, cada noche que su cuerpo y el mío se unieron, estaban plasmados en mi piel. Esa noche concedimos a quien hubiésemos tenido como varón, si no hubiera decidido ir a Marley, pero era así como debió ser. El lapso de tiempo se lanzó, y ambos sosteníamos las manos de Kai. Juntos teníamos nuestros pies metidos en la arena, nuestros mahones doblados, sintiendo húmedos nuestra piel. Sonreíamos observando el atardecer, y como Kai sentía la tibia agua en sus pequeñas piernas. Ella sonreía, se aguantaba de nosotros ante aún no saber mantenerse de pie. El mar la tocaba, aquel que algún día anhelé conocer, ahora, me era una meta incapaz de creer cumplida. Eran días que no olvidaba, días que amaba y recordaba. Ella jugaba con el agua, mojaba su traje, el cual Mikasa le había dado con mucho amor. Se sentó, se mojo completamente y salpicaba. La sostuve en mis brazos, y di vueltas con ella en el aire, ella reía y reía, mientras que Levi me atrapó en sus brazos y me abrazó con fuerza. Su cercanía era mi calma, y los balbuceos de Kai, mi paz.

-¿Qué?-le pregunté cuando sentí su cabeza colocarse en mi cuello, y como besó mi mejilla.-¿Qué?-volví a preguntarle, y él continuó abrazándome.

-No hay un día en donde no despierte, y te vea, y me enamore como nunca.-me decía, mientras que las olas le daban a nuestros pies, y Kai buscaba cómo soltarse de mis brazos.-No hay un solo día Kira, en donde no agradezca por tenerlas.-sonreí, me sentía sonrojada, y es que Levi no era de muchas palabras, pero cuando era así, era irreal.

-Levi... -le llame, quedándome corta de palabras, deseando ver sus grisáceos ojos, pero nuestra mirada estaba en el atardecer.-Te volvería a escoger, sin importar que.-dije, sintiendo como se aferró a más a mi, y le robe un suspiro, el cual erizó mi piel.-Y es por eso que hoy te digo, que volveremos a ser papás.-dije en una extravagante sonrisa, y es que, Levi me soltó del abrazo, para así girar mi cuerpo.

-Kira. ¿Hablas en serio?-me preguntó, mirándome fijamente a los ojos, a lo que yo asentí.-Te amo.-dijo, apretándome con fuerza, y con maldad, lanzándose al mar, arrastrándonos, mojándonos por completo.-Aquí, y en otra vida.-decía, mientras que sonreía junto a Kai, sintiendo el agua salada.

La niña sonreía, y yo también. Éramos felices, siempre lo fuimos, y más cuando sabíamos que otro miembro se añadía. Él estaba feliz, y se aferró a nosotras mientras que las olas nos arropaban. Mi cabello y el suyo se humedecían, mientras que Kai obtenía en su mano una caracola, él y yo cruzamos nuestros labios en un tierno beso, el cual fue observado por el sol, quien se escondía. Aquellos recuerdos abordaban mi mente, y amargamente, volví a la realidad. Veía el cielo lleno de humo, la voz de Armin y Mikasa me llamaban, y entendían el porque esos recuerdo, porque de a poco en poco, recordaba todo lo que había sucedido, u un gran vacío me recorrió cuando recordé a Levi, y me di cuenta que no estaba a mi lado. Quede sentada en aquel tejado, y pude ver la pesadilla sofocar mis ojos. Los abrí grandemente ante ver cientos de grandes colosales caminar de manera lenta alrededor, los muros se habían caído, y el retumbar se escuchaba en nuestros oídos. Me levante del tejado, y desorientada me quede aún lado de ellos, ambos me miraban sabiendo cómo esto me estremecía por completo. Veía lo que nunca jamás creí ver, y es que, fue hace años que había soñado con esto, sin imaginar que se haría real. Observé el comienzo del infierno, y de cómo la esperanza que nos abordaba, se iba en un abismo que no conocíamos. Fue ahí que me di cuenta de quien era yo, una simple espectadora.

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Próximo capítulo: El retumbar.
Eren dio inicio al retumbar, a lo que lleva a Kira y a los demás a ejercer un plan para sobrevivir.

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