𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐮𝐧𝐨

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El retumbar.

───

Mis ojos estaban abiertos, y observaban a los colosales titanes caminar, retumbarían la tierra. El sonido era temeroso, por más que tapara mis oídos, aún así, se escuchaba. Me sentía confundida, pero recordaba de a poco lo que había sucedido. Acariciaba el castaño claro cabello de aquel pequeño niño, yacía dormido en mis piernas de manera inconsciente, y las marcas de transformación recorrían sus mejillas. Pobre Falco, no dejaba de pensar en la pesadilla que debió pasar, en el miedo que sintió, aún así, su hermano jamás lo abandonó. La dura imagen estaba plasmada en mi cabeza, y lo único que tenía ahí junto a eso, era la silueta de Erwin mirándome, siempre deseo protegerme, sin importar que costo tuviese. Mi cabeza me dolía, y mi cabello extrañamente había crecido, yacía colocado en el cierre de mi sostén, quizás por la regeneración del titán. Tenía partes en blanco en mi mente, me veía luchando y peleando, incluso con el titán acorazado de Reiner, o hasta con el de Eren. En si, recordaba cómo empezó el retumbar, y como fui lanzada hacia Zeke, para ver cómo la cabeza de Eren volaba desprendiéndose de su nuca, para tocar mi mano, y una gran explosión de energía se apoderó de ese terreno.

-Kira, ¿ya has recordado algo?-la voz de Mikasa se dirigió a mi, alce la mirada, y me encogí de hombros.

-No mucho.-dije con sinceridad, mirándola.-Tengo memorias mezcladas.-le indique.-No dejo de pensar en Levi, se que algo le pasó, pero, no estoy clara si lo que vi, fue su muerte.-exprese, teniendo imágenes suyas, y como peleaba a muerte con Zeke, para luego verlo en una carreta sentado junto a él, se que había visto algo más, pero no recordaba.

-No la presiones.-le pidió Aster, de una amable manera.-No ha debido de ser fácil, además, es normal que no recuerde nada después de su primera transformación.-decía.

-Solo quiero ir con mi hija.-musité, en un tono bajo, para continuar acariciando el cabello de este niño, hasta que escuche varios sonidos del gas sobresaliente de los equipos de maniobras tridimensionales.

-Le he traído a Kira su equipo.-escuche a Armin, a lo que alce la mirada, y observé cómo estaba junto a Jean y Connie, quienes me observaban.-¿Como te sientes?-me preguntó, doblándose en cuclillas para llegar a mi altura.

-No lo sé, perdida, quizás.-le respondí, mientras que él se levantó, para así observar él área.

-Pero, ¿como es posible que te hayas transformado en un titán?-preguntaba Connie, confuso y curioso.-¿Como lo hiciste? ¿A quien devoraste?-preguntaba, y yo me quede en silencio sin respuesta.

-Eren y Zeke la necesitaban, sin ella, no se podía activar el titán fundador, es por eso que la sacaron de las celdas, y la han mantenido con vida.-explicaba Aster.-Eso fue lo que me dijo él.-indicó, refiriéndose a Eren.-Me dijo, que solo le faltaba una sola persona para activar el poder del titán fundador, y justamente era Kira. Por tal razón, no es extraño que sea un titán, lo curioso es saber, ¿como es que eres un titán?-decía ella, en pregunta.

-No la presiones.-Mikasa la miró, y le habló de una manera sarcástica que incómodo a Aster.-Claro, si se trata de ti, no es una molestia.-masculló, pero Aster simplemente la ignoro.

-Basta, por favor.-les pedí a ambas.-Estoy cansada de sus peleas, ¿acaso no están viendo?-les hable, dirigiéndome al horizonte y a los cientos de titanes colosales.-¿En serio quieren pelear?-les pregunté, y ambas me evadieron.-¿Qué haces?-pregunte curiosa, mirando cómo Jean con delicadeza apartaba a Falco de mi.-No lo alejes mucho, tengo intenciones de quedármelo.-dije, a lo que ellos me miraron sentidos por eso.

-Este es el fin.-decía Jean, llevando telas a la boca de Falco, cubriéndola, quizás por si quería convertirse o mantenerlo de rehén, pero yo no quería eso.-Nunca pensé que él masacraría a toda esa gente allá afuera.-hablaba, desconcertado.

-Si la humanidad fuera de los muros desapareciera, todos los rencores también.-indicó Connie, intentando de suavizar el comentario de Jean, pero no fue así.

-Los enemigos que temían nuestra continua existencia también serán aplastados, solo quería una nueva parcela de tierra, eso era lo que más temían esos tipos al otro lado del mar.-Jean nos miraba, hablándonos y analizando su pensar.-Pero fueron ellos quienes decidieron que éramos demonios, y trataron de matarnos a todos.-decía, mientras que su expresión exclamaba la lógica de la realidad que vivimos en un pasado.-En otras palabras, este es el resultado que esos tipos del exterior trajeron consigo mismos. No había nada que pudiéramos hacer al respecto. ¿Cierto?-pregunto, pero nadie respondió ante eso.

-Él va demasiado lejos, esto es un genocidio sin precedentes.-indicó Armin, mientras que podíamos visualizar la forma tan maquiavélica que Eren había desarrollado, era como un gusano envuelto en huesos, era gigante.

-Entonces... ¿como podemos detenerlo?-se preguntó Jean.-Eren... -lo nombró en un tono bajo, aún más desconcertado.-Eren detuvo a Zeke, quien intentó esterilizarnos con su plan de eutanasia. También evitó sacrificar a Historia para mantener el titán fundador.-comentaba, de una manera positiva, y esperanzadora, le mire, y observaba cómo sostenía a Falco, aún estaba inconsciente.

-Siendo más claros... -Aster nos miró, interfiriendo en la conversación.-Eren solo los ha protegido todo este tiempo.-indicó, mientras que todos bajamos la cabeza ante eso.

-Él ha sacrificado a la humanidad más allá de los muros, los que se beneficiarán de este genocidio, somos nosotros.-dijo Jean, y de momento, me miró.-Podrás volver a Kai, podrán vivir.-dijo, pero algo amargo se sintió en mi cuando no mencionó a Levi.

-Eso es... -todos dirigimos nuestra mirada hacia el bullicio ante la alerta de Armin.

-Los titanes.-Jean los miró y señaló con la mirada, eran demasiados, pero era nuestra propia gente.-Están peleando con nuestros soldados. ¿Devoraron a todos los soldados Marleyanos?-se preguntaba, no había duda de que fuese así.

-¿Qué? Si Eren tiene control sobre el titán fundador, pensé que tendría control sobre todos los titanes.-Armin se notaba confuso, y Aster a su lado parecía quedarse pensativa.

-¡Están comiendo personas! ¡Salvémoslas!-pidió Jean, preocupado.

-¡Espera, Jean!-Mikasa lo llamo, deteniéndole.-¿Qué hacemos con este niño?-pregunto ella, refiriéndose a Falco.

-Kira dijo que lo adopta.-indicó él, con una voz serena.

-No es momentos para bromas.-infirió Aster, con una fina línea seria en su expresión.

-No era una broma.-le dije yo, notando como ella me miraba y alzaba una ceja.

-De todos modos este niño ha heredado el poder del titán mandíbula, no podemos simplemente dejarlo.-dijo Jean.-Si le damos de comer a alguien transformado en titán, podemos salvarlo.-abrí mis ojos ante eso, y rotundamente negué.-Por ejemplo al comandante Pixis.-me levante agitada del suelo ante eso, logrando captar su atención.

-O a mi madre.-mi mirada se colocó en la inexpresiva expresión de Connie, quien miraba detenidamente a Falco.-Eso esta bien.-afirmó.

-De ninguna manera.-le dije yo, mirándolos a ambos.-Es un niño, no un cebo.-esclarecí.

-Según lo que dijo Zeke, ese niño es un cadete guerrero. Es como un hermano menor para el grupo de guerreros donde Reiner pertenece, si matamos a alguien cercano a ellos, dará lugar a un nuevo conflicto con Reiner y el titán carguero.-Armin les miró, y les habló de una manera pasiva, notando el tenso ambiente entre nosotros tres.-Si Marley será destruida, el grupo de Reiner y el nuestro ya no tendrán que seguir matándose.-explicaba.-No hay duda de que Kira puede encargarse de él.-me miró, dándome el apoyo, pero Connie miró a Armin fulminante.

-Así que... ¿mi madre no importa?-le pregunto, con una expresión fría.

-Yo no dije eso.-le justifico Armin, mientras que Connie se acercó a él de manera brusca.

-Tienes alguna idea, ¿en qué pienso cuando vuelvo a mi pueblo constantemente?-las manos de Connie apretaron la camisa de Armin, tensando a Aster quien llevó sus manos a los mangos de sus espadas.

-Suéltalo.-le pedí yo, viendo a Armin intentando de mantener la calma ante la intimidación de nuestro amigo.

-¿O qué?-me preguntó, desafiante.-Ya no tienes fuerzas para convertirte.-dijo, incomodando mi débil postura.

-Te voy a empujar a la boca de tu madre para que te mueras.-le dije, y el ambiente se volvió tenso ante mi ofensivo comentario, pero Connie desvió su mirada de mi.

-Claro, todo esta bien, ¡porque tú te comiste a Berthold y pudiste ser resucitado!-le grito a Armin, restregando su camisa con fuerza, y con eso, su balance.-¡Mi madre debe ser traída de regreso!-dijo desesperado, y le mire apenada, porque en su posición; estaría igual.

-¡Connie!-Mikasa le gritó, y justamente en ese grito, la avalancha de titanes se aferró al tejado, desprendiendo un gran pedazo, y haciendo que perdiéramos el balance.

-¡No!-grite cuando visualicé como Connie había retenido a Falco en sus manos, usando su equipo de maniobras tridimensionales para escapar.-¡Es solo un niño!-le grite, mientras que Mikasa me aferró a su cuerpo para que no fuese tras de él.

-No tienes fuerza.-me dijo en mi oído, a lo que abatida, deje caer mis músculos.

-¡Connie guárdalo para después, esto es malo!-le gritaba Jean, pero ya Connie se había ido.-¡Lo recuperaremos!-me indicó.

-¡Tenemos que hacer algo con estos titanes... !-decía Aster, observando cómo nos acechaban.-¡Ya no hay murallas en la isla!-decía.

-Debemos combatirlos. Llevémoslo al cuartel, allí será más fácil retenerlos.-expresó Armin.-Con los lanza truenos podríamos tener más ventaja, algunos soldados deberán estar apoyando la fortaleza, depende de nosotros.-dijo él, señalando el cuartel, y como allí yacían los lanza truenos, podríamos buscarlos, y hacer la tarea más fácil.

-Pero Kira no tiene fuerzas.-le hablo Mikasa, preocupada por mi bienestar, mientras que yo me enganchaba mi equipo de maniobras tridimensionales.

-No importa.-dije yo, molesta.-Soy fuerte.-exprese, amarrando mis correas con fuerza.-Siempre he sido jodidamente fuerte, y no voy a dejar de serlo.-les mire, y ellos a mi.-¡Andando!-grite, y los deje con la boca abierta cuando visualizaron como me lancé a la boca del lobo.

Debía admitir que tuve miedo en el momento en que me lancé, pero libremente deje que el viento me guiara a su voluntad, y que mi fuerza renaciera de mi debilidad para pelear. Se sentía como la primera vez que volví aquí, luego de los cinco años que pasaron la primera vez que el muro cayó. Recuerdo combatir para recuperar mi hogar, y hoy peleo para proteger lo que quedaba de él. Saque mis afiladas hojas, y justo como Levi alguna vez me enseño, emprendí mis emociones en blanco para dirigirme a mi objetivo. Me era agrio, pero remate a los primeros dos titanes que estaban alrededor, sabiendo que debían ser algunos policías militares que sólo deseaban proteger la ciudad. Atrás de mi, mis amigos yacían siguiéndome, siempre estuve adelante para guiarles, pero sin duda alguna, mi confianza estaba puesta en ellos para que me guiaran a mi, y más la brillante mente de Armin. Combatían a mi lado sin represalias, no había una pelea en donde nos abandonáramos, incluso la misma Aster Arcane peleaba con nosotros, y nunca imaginamos que luego de todas las confrontaciones, sería así. La adrenalina recorría por mis venas, y me hacía olvidar de mi debilidad.

El pasar volando por el aire ante esos callejones despedazados, me hacía tener claras imágenes en mi mente. Mi cuerpo yacía flotando en el de un titán, estaba cristalizado, era una armadura impresionante. Intente de continuar mi objetivo, pero muchas memorias juntas me consumieron. Me detuve en aquel borde del tejado luego de rematar con fuerza a un titán, y lleve mi mano a mi cien ante el dolor. Claras imágenes de Levi se apoderaron de mi, eran los recuerdos que había robado de Zeke, y vi claramente lo que me llevó a desatar una gran furia, la que me hizo combatir contra Eren en nuestras formas de titán. Mis ojos se humedecieron, y mis músculos se aflojaron. Nuble mi viste, y me negué. No sabía cómo volver a elevarme en el cielo, solo se, que tuve miedo de lo que vi. Levi había explotado en el aire, y su presencia ya no se sentía, como si se hubiese apagado. ¿Había muerto? No lo sabía, pero mis músculos perdieron fuerza, y mi razón se perdía en una vaga oscuridad de la que no podría escapar. Alce la mirada, el gas que resonó en el aire me llamó la atención, Mikasa se empezaba a postular en sus brazos los pesados lanza truenos, pero su mirada se colocó en mi. Yo podía ver su expresión, se veía afligida a un desespero por la situación que la acorralaba junto a Eren, pero aún así, se detuvo para pensar en mi.

-Eres fuerte.-me dijo, acercándose a mi, mirándome detenidamente mientras que mis ojos continuaban nublados.-Controla tus emociones.-me pidió, y yo asentí.-Ten.-no tardo en pasarme los otros dos lanza truenos que me había dado, mientras que atrás de mi, se postuló la silueta de Armin.

-¿Listas?-nos preguntó, y ambas, asentimos.-¿Juntos?-volvió a preguntar, acercándose a nosotras, y quedando en un círculo.

-Si.-indicamos ella y yo, mirando sus azulados ojos.-Aunque nos cueste la vida.-expresó Mikasa, y los tres de una manera sincronizada, unimos nuestras frentes.-Vamos a salvar a esta gente, y luego, buscaremos a Eren.-añadió, para así, despegarnos el uno del otro, y volar alrededor de la fortaleza del cuartel, viendo a varios soldados con sus lanza truenos.

-¡Justo ahora, vamos acabar con ellos!-el grito de Jean reunía a los soldados, y miles estaban a los alrededores con sus equipos de maniobras tridimensionales.-¡Fuego!-indico, y allí, utilizamos nuestra fuerza y puntería para sobre lanzar encima de los titanes los lanza truenos, estallándoles la nuca.

-Bien.-insinuó Aster, mientras que volvimos a retomarnos en el tejado, visualizando cómo varios titanes caían, pero como otros continuaban llegando hasta nosotros.

-¡Comandante Pixis!-la voz de Armin me erizo la piel, y pude visualizar aquel titán que estaba escalando la fortaleza del cuartel, verle me hizo sentir extraña, y melancólica.

-¡Vamos!-pidió Jean, pero mi cuerpo no se quería mover cuando veía a ese respetado hombre, al cual tuve que tomar acción.

-Comandante... -los recuerdos llegaron a mi mente cuando me lancé en el aire hacia él, y como Armin, agradecí.-Gracias por guiarnos todo el camino hasta aquí.-dijimos, para así ambos de una manera amarga despegarnos el lanza truenos.-Descansa en paz.-le deseamos, viendo como su nuca se desprendía en el fuego, y moría.

Una guerra por recuperar el terreno se avecinaba, pero la lluvia de tristeza recorría a quienes conocimos como seres importantes, que ahora habían muerdo en vano, siendo puros titanes. Podía distinguir a viejos amigos de la base de reclutas, incluso al comandante Keith Shadis, hasta él defendía la postura de mi ciudad, pero me cansé. Mis piernas tocaron el suelo, y veía mi ropa llena de sangre, incluso mi rostro. Mi cabello estaba suelto, y no había un elástico para amarrarlo. Respire hondo, y de manera gruesa, estaba cansada, pese a tener la valentía para combatir, mis fuerzas se perdían. Empecé a caminar desorientada, y aún confusa. Las memorias cada vez llegaban, y me hacían entender más la situación, y como todo esto había dado inicio. La imagen de Eren abrazándome con fuerza antes de que su nuca fuera desprendida, estaba mostrándose. Me sentí con un vacío hondo, uno que no podía sobrellevar, quería cerrar mis ojos, y despertar en un campo reflejado por la paz, donde nada de esto estuviese pasando, pero era así. Ver lo que sucedía me carcomía, pues años atrás tuve que despertar sudada y con miedo de esa pesadilla, la misma que hoy se presentaba. En el aire los soldados continuaban peleando, pero mi andar se detuvo cuando la vi.

-¿Gabi?-llame a la pequeña niña de cabello castaño, quien abrió sus grandes ojos ante verme, y con prisa me acerque a ella con la intención de cuidarle.-No es bueno que andes por ahí, los titanes aún no se han combatido.-me coloqué en cuclillas y apreté sus brazos, mirándola detenidamente, no tenia ni un rasguño, pero verle me hizo tener la imagen de como con un arma, desprendió la nuca de Eren.-Tsk... -me queje, pero intente respirar hondo.

-Señorita Kira.-ella me llamo, se veía asustada, estaba en territorio ajeno; con cientos de titanes puros, y miles de titanes colosales dirigiéndose a su hogar.-¡Se que no soy digna para pedirle esto, pero Reiner está muy débil, te pido que lo cuides por favor!-me sobresalte ante su grito, ante ese pedido, tanto así que solté sus brazos.-¡Quiero buscar a Falco! ¡Quiero protegerlo!-decía, con sus ojos humedecidos.

-¿Donde está Reiner?-pregunté yo, de manera pasiva para controlar sus emociones.

-Allí.-ella señaló un edificio, y yo asentí, levantándome con cuidado del suelo, observando que alrededor no hubiera un titán que le hiciera daño.-Por favor, no le haga daño.-me pidió.

-No lo haré.-afirme, mientras que ella parecía relajar su expresión.-Busca a Armin o Mikasa, ellos se dirigirán a buscar a Falco, yo no puedo, lo lamento; ya no tengo mucha fuerza.-le comenté con sinceridad, sin poder decirle la situación con Connie, temiendo alterarle.

-Gracias.-dijo, para así pasar por mi lado, lo cual le di la espalda para caminar al edificio donde me indicó que estaría Reiner.-Espera.-pare en seco, girándome, para observarle.-¿Por qué me ayuda?-me preguntó curiosa.-Mate a su amiga. Desprendí la nuca de su amigo, embosqué su hogar.-insinuaba, y realmente era como un balde de agua fría, pero me mantuve relajada ante lo que decía.-¿Merezco su ayuda?-me preguntaba, y yo tan solo la miré y asentí.

-¿Qué culpa tenías tú?-le pregunté, y ella se quedó ida observándome.-No había nada que pudieras hacer.-le insinué.-Tú decides ahora si repetir tus pecados, o enmendarlos, pero ahora, debes irte.-dije, y ella asintió, para así correr nuevamente de una manera sigilosa a través de los callejones.-Sasha era muy buena para vivir este infierno... -susurre, mirando el cielo nublado de manera gris por el humo,

Ella se había ido, y me quede sola en aquella vaga calle. Habían escombros, y me recordaba cuando justamente la persona que ella me pidió cuidar y proteger, atacó mi hogar. Los escombros aplastaron a muchas personas en ese tiempo, hace nuevos años. Recuerdo a niños correr, y llorar desesperados para buscar a sus familiares, pero yo recuerdo como los huesos de mi madre crujieron y su sangre salpicó en el suelo, frente a mi. Vagamente empece a caminar, acercándome al edificio donde debía estar Reiner. Con cuidado abrí la puerta, incluso con temor de verle, sabiendo que a pesar de todo, no lo había enfrentado de esta manera. Cerré la puerta, evitando ser una presa fácil para los titanes puros que aún estaban allá afuera, y en si, observé a Reiner acostado en el suelo, cubierto por una manta. Lo mire detenidamente, recordando aquel día en el muro de uno de los distritos, los rayos cayeron en su cuerpo y en los de Berthold, se transformaron, y nos humillaron. Ese día, me quede dolida, y nunca pude olvidarlo, pero después de todo, los años no se detuvieron, y de una forma u otra, todo se fue olvidando en un abismo de rencor.

-Reiner.-le mire detenidamente mientras que mi punta del zapato toco su brazo en leves toques, logrando que abriera sus ojos de una manera pesada.-Despierta.-le pedí, mientras que él se sobresaltó cuando me visualizo.

-¿Kira?-me miró confuso, se veía débil, justo como yo.-¿Como me encontraste?-pregunto.

-Gabi me envió hacia acá.-le dije.-Me pidió que no te hiciera daño, que estabas débil, pero bueno, no tengo nada de fuerza para patearte al menos.-insinué, colocándome en cuclillas frente a él.-Es extraño, hace nueve años destruyeron esta ciudad, y hoy, volvieron hacerlo. Es como si la historia se repitiera, y lo hace más doloroso que tú hayas vuelto a ser quien dirigiera eso hacia acá.-él no me miraba, como si estuviese avergonzado.-La única diferencia es que esta vez viniste solo, te hace falta alguien, pero ya él no está.-su mirada se lleno de tristeza y agobio.

-No lo menciones.-pidió, acomodándose para sentarse delante de mi.-No menciones a Berthold.-volvió a pedir.

-A mi me también me dolió dejarlo morir, pero tú más que nadie entiende la importancia de mantener con vida a una persona que amas.-confesé, recordando el día más horrible de mi vida, el día en que mi cielo torno gris.-Era él, o Armin, o Erwin... pero terminó siendo Armin... -musité, entristecida.-Aún así, me sigo preguntando, ¿sabían que la vida seria así?-me dirigí a él, y le observé, mientras que me senté.

-Éramos unos niños... -susurró cabizbajo.-No sabíamos que la vida sería así.-me respondió, de una manera entristecida.-Yo solo quería honrar a mi familia, quería ser alguien, pero ahora cargo con mis manos sangradas por las traiciones que cometí, por las vidas que cobre; entre ellas, la de Marco.-me explicaba, pero ante esa confesión, mis ojos se abrieron grandemente, y mi corazón se apretó.-No sé con que rostro te estoy diciendo, no sé con qué valentía, pero, no te pido que me creas; sólo que por favor, entiendas que ni siquiera yo puedo perdonarme por lo que hice. Yo fui quien obligó a Annie y a Berthold a continuar en esta misión de recuperar el fundador, fui yo, y si matarme te hace estar en paz, mátame, porque no hay nada más que desee que mi muerte.-sus ojos derramaban lágrimas, y el desespero que había en su expresión sacudió mi interior.

-Reiner.-le llame, aturdida ante sus palabras.-Allá afuera hay una terrible guerra que podemos detener, si elegimos la paz, si elegimos el camino que no fuimos capaces de escoger, por estar cegados en la mentira.-le decía, viendo sus lágrimas caer.-No te niego que aún siento rencor, y que no pude dormir en paz por lo que hicieron, pero Reiner, vivir con eso, es peor. No te digo que puedo perdonarte, pero si quedarme a tu lado para salvarte, como no pude hacer en algún tiempo atrás, pues como mismo dijiste, éramos unos niños y no sabíamos que la vida sería así.-mis ojos también se humedecían, pero fui fuerte.-Tú y Eren, siempre fueron iguales. Por eso, no puedes pelear en contra de él a pesar de todo, y es por eso, que él tampoco pudo meterte. En el fondo se entienden, y yo, te entiendo a ti. Pues tuve dos oportunidades para matarte Reiner, y no lo hice, por la sencilla razón que dentro de mi corazón a pesar de todo, sigues siendo mi amigo.-le dije, viendo como abrió sus ojos grandemente ante eso.

-Pero, por mi culpa, perdieron su hogar y sus familias.-justificaba, en negación ante la paz que le estaba cediendo, y yo negué.

-Reiner, si eso no hubiera pasado, no estuviéramos acá, y no estaremos donde debemos estar. Te prometo que al final, todo encajará.-le dije, calmándolo, mientras que él bajo la cabeza.-Yo te perdono, Reiner.-le dije, viendo como su expresión cambió, y deseo sollozar, pero se aguantó valientemente.-Te libero de esa carga, y me libero a mi de ese rencor.-mis lágrimas se derramaron por mis mejillas, sintiendo un peso menos en mi hombro, mientras que alce mi mano, estrechándola hacia él.

-Has cambiado, pero sigues siendo esa niña, esa fuerte niña.-acepto su mano con la mía, y se sintió como él día en que nos conocimos.

-Tengo una hija preciosa, todo es diferente ahora.-le conté, viendo como pareció sorprendido ante eso.-Tiene un año.-le conté, y él asintió, procesando.-Solo quiero volver a casa, y estar con ella.-le dije, viendo como se recostaba en el suelo.

-Yo también.-me dijo, entristecidos.-Yo también... -susurro, mientras que se recostó, y yo no tarde en recostarme en el suelo también.

-Aún no quiero escuchar el porque compelemos, pero sé qué hay una buena historia que conllevaba las decisiones de tus acciones.-musité, mirando el techo de esa habitación, y sintiendo mis párpados pesados.-No te pediré escucharlo ahora, solo te pediré que descanses.-le pedí, llevando mis manos a mi pecho, el cual subía y bajaba.-Yo no tengo mucha fuerza... ya siento que pronto moriré... -susurre, débil.

-Todos moriremos, la diferencia es, que no todos lo merecen... -me respondió él, para luego, crear un silencio entre ambos.

Me quede mirando el techo, y en el fondo, aún se podía escuchar el sonido estruendoso del retumbar, mientras que recordaba las vagas palabras que rondaron por los aires de los cielos; a través de los caminos que unían a cada eldiano. Esas palabras fueron dichas por Eren, las escuché antes de irme inconsciente.-Escúchenme, toda la gente de Ymir. Mi nombre es Eren Jeager, les hablo a través del poder del titán fundador. He derribado todos los muros de la Isla, y los titanes en su interior han comenzado a moverse. Mi objetivo es proteger a la gente de Paradis, el lugar donde nací y crecí. Así será porque el mundo desea la extinción de nuestra gente, esto durante incontables años, pues su odio ha crecido más allá de la Isla. Seguramente no se detendrán hasta que hayan matado a toda la gente de Ymir, pero yo, rechazo su deseo.-Fue lo que dijo Eren a través de los caminos, dando inicio al retumbar, y al fin de las otras naciones. Me quede mirando el techo, y de manera soñolienta cerré mis ojos, mientras que imágenes una tierna imagen que relajó mis músculos. Los ojos grisáceos de mi hija mirarme, mientras que estrechaba sus manos para abrazarme, y en si, ver cómo Levi nos miraba. ¿Sobreviviré para verles una ves más?

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Próximo capítulo: No importa donde.
El retumbar continúa, y el tiempo se agota. Los chicos se la ingenian para idear un plan contra los Jeageristas.

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