𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚

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Un largo sueño.

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Hange siempre lo dijo, siempre dijo que había un día en donde debían decir adiós, sin importar de quien se tratará. Pero, él no podía dejar de cuestionarse esa frase, y más cuando aún sus manos estaban manchadas con la sangre de la persona quien amó. Su mirada transmitía desconsuelo, su expresión estaba apagada en un mar de tristeza en el que no quería que nadie se sumergiera, pero aún con todo y esa tristeza, Levi tenía claro que ahora más que nunca tenía que vivir, que ahora debía volver a su hogar, costará lo que costará. Estaba arrodillado, aún intentando de manejarse. Él era fuerte, sabía que era el soldado más fuerte de la humanidad, y que aunque su corazón estuviera fraccionado en añicos, se iba levantar, y lucharía. Suspiro, aún su ojo ardía ante las lágrimas que salían, pero estaba aguantando, se estaba controlando. Al final de seguro, esto sólo sería un largo sueño del cual despertaría, y se encontraría en su hogar, con su hija, abrazándola y diciendo lo mucho que su madre la amo, y es que Levi no veía la hora de escapar de este infierno. Había perdido lo más valioso que la vida le pudo dar, había perdido a Kira.

Su mente lo traicionó, y lo llevó más allá de las memorias. La brisa del viento azotaba sus rostros, estaba sentado en la leve montaña, observando la arena, y como el atardecer caía. Kira aún yacía en el mar, su cabello corto que crecía, se removía. Portaba el uniforme del cuerpo de exploración, tenía sus mahones doblados, y el agua remojaba sus tobillos. Él sabía que ella estaba triste, por eso la dejaba allí, solitaria. Aún así, admiraba la belleza del atardecer, de los colores anaranjados que ella tanto amaba ver. Sus ojos brillaban observando esos colores, le traía paz, y más que eso, esperanza. Era como una pequeña niña, la ternura se vio en su rostro cuando se giró, y observó a Levi con ese rostro sonrojado. Había pasado un año desde que ellos estuvieron alejados, y ese día, fue el día en que ella volvió, y lo escogió a él. Camino hacia Levi, colocando sus flequillos detrás de sus orejas, mientras que la arena se pegaba a sus pies por estar húmedos, y ella tan solo, se sentó aún lado de él. El silencio la sobrellevó, pero no era nada incómodo, había mucho de que hablar. Él la observó, detenidamente, mientras que ella, aún miraba el mar.

-Es extraordinario, ¿no crees?-le preguntó, y él, volvió a observar el atardecer que veían por primera vez en el mar que nunca pensaron conocer; asintió.

-Es más extraordinario que hayas vuelto, y que estés aquí, en donde siempre quisiste estar.-le dijo Levi, mirándola a los ojos, viendo esos azulados ojos que amaba ver, se reflejaba en mar en ellos.-Puedo verlo en tus ojos, siempre pudimos verlo... -musitó él, y ella tan solo cabizbaja, se vio sonrojada.-Kira.-la llamo, mientras que ella de a poco fue subiendo la cabeza.-¿Por qué me elegiste?-le preguntó, y ella se tenso, sin saber que responder.

-Porque quiero estar contigo, hasta mi último suspiro. Quiero que seas tú.-respondió ella, como si supiera el futuro, en su voz había seguridad, y Levi estaba aún desorientado, como si no creyera la elección de aquella chica.-Yo, quiero una vida contigo.-añadió.-Aunque sea corta, quiero que solo seamos tú y yo... -susurraba, mirando a Levi a los ojos.

-¿Porque te fuiste tanto tiempo?-le preguntó él, siempre había respetado sus decisiones, pero su ausencia le afectó.

-¿Por qué me esperaste?-le preguntó ella, y él, se quedó observándola ante ver la giratoria de su pregunta, no sabía cómo responder, pero lo haría.

-Porque estaba seguro de que volverías.-respondió él, mientras que sus respiraciones estaban casi chocando, y el amor, destellaba de sus ojos.

-Y yo quería estar segura, de que mi corazón, te pertenecía a ti. Porque si no era así, yo no hubiese vuelto.-esbozo ella, sonriéndole de lado, él amaba esa sonrisa; se derretía de un amor que jamás pudo sentir, y que ella le brindaba.

-Prométeme algo.-le pidió él, Levi estaba conmovido por ese gran amor, y no temía en dejar ver sus emociones, ella le miraba con entusiasmo.-Siempre volveremos con vida a nosotros, no importa que, jamás nos iremos sin despedirnos.-expresó él.

-Vuelve a mi con vida, siempre.-dijo ella aquellas palabras.-Porque yo no podría soportar, verte sin vida.-musitó, dándole un leve beso en sus labios, en aquella puesta del sol, fue ahí el comienzo de su travesía, frente al mar y aquel atardecer, Levi no podría olvidarlo, no podría.-Se siente como un sueño tenerte. No quiero despertar de este sueño Levi, no quiero.-decía ella, mientras que sus frentes se unieron, y ambos llevaron sus manos a sus mejillas, sosteniéndose.-Pero estoy preparada para compartir mi vida contigo.-exclamó ella, sonriendo, y él, también; era difícil que lo hiciera, pero sonreía.

-Tú eres mi sueño. Y no voy abandonarlo, jamás.-le respondió, abrazándola con fuerza.-Tú eres, mi mayor regalo.-esbozó.-No voy a dejarte ir, nunca más...

Reabrió su ojo, volviendo a la realidad. Sabía que sería así, pero jamás estuvo preparado para despedirse, para ser él quien acabaría con el infierno en el que aquella persona vivió desde que nació, el destino la condenó, y aún así, ella cedió. Se conformó, y dio su último aliento, lo dio, porque el lazo se debilitó, y Armin podría superar a Eren, pero aún así, necesitaban un poco más, necesitaban la valentía que Levi tuvo, y en este caso, era Mikasa quien debía acabar con el sufrimiento de Eren, como Levi acabó con el de Kira. La asiática estaba ida, sus ojos aún derramaban lágrimas, veía al vacío como si esperara que su amiga sobresaliera entre las sombras, no podía aceptar que la niña con la que creció, ya no estaría más. No soportaba ver a Levi, fue como un leve remordimiento, pero estaba consiente de que lo que hizo, fue un acto de amor genuino, que solo él debía hacer. Él era fuerte, había llegado hasta aquí, y dejaba mucho que decir. El suelo temblaba, y el cielo observaba la guerra que había en la tierra. Dos titanes grandemente se enfrentaban, la amistad y enemistad combatía en el honor a la esperanza de uno, y la libertad de otro. Armin, portando su titán ni siquiera se podía imaginar lo que sucedió afuera de él, no podría sobrellevar su mayor pesadilla.

Levi alzaba la mirada, sabía que como honor a su capitanía, debía seguía peleando hasta el final. Aborrecía las muertes, y acababa de perder a dos de sus chicos más queridos, y entre eso, debía aceptar que Eren moriría. Pese a todo, las memorias estaban ahí, aquel impulsivo chico que solo quería ser libre, había llegado hasta esto. Sacrificar su alma, todo su ser para que su isla obtuviera lo que él jamás podría obtener, sería en vano si él no disfrutaría, pero era nobleza desear que otros sí. Con todo y eso, debía establecerse mentalmente que no volvería a casa completo, que aquí en esta nación, se quedaría para siempre su otra mitad, y de solo pensarlo, tragaba amargo. No podía olvidar el cuerpo de Kira caer al vacío, todo había pasado exactamente en un solo instante, y realmente había abandonado su sueño, porque Kira siempre fue lo que soñó, día y noche, ella era su anhelo, sin importar que ya la tuviera. Intentaba de incorporarse, de tomar fuerzas, porque él sabía que era fuerte. Sabía que si se quedaba ahí, nada se arreglaría, y la muerte de su mujer, habría sido en vano, como las de todos los compañeros que había perdido, porque Kira también entregó su corazón.

-¡Mikasa prepárate! ¡Somos los únicos que podemos matar a Eren!-Levi se dirigió a Mikasa, ella sostenía su cabeza ante la jaqueca, y no podía creer que este hombre estaba de pie, dispuesto a pelear después de lo que había sucedido, porque ella ni siquiera tenía fuerzas.-¡Mikasa!-él la llamaba, pero ella parecía irse en un transe, en una irrealidad más alterna, en negación por matar a Eren, y odiaba esta situación, porque Kira se había librado del dolor más grande que sentiría, Kira jamás estuvo preparada para perder a Eren, y es una de las razones de su sacrificio.

-Todos ellos, realmente se están esforzando.-decía Aster con una voz apagada, sus ojos estaban hinchados, había llorado una muerte que la conmovió, pero ella estaba de pie, y observaba cómo Armin no se rendía ante Eren.-Por favor, no te rindas.-le pidió a Levi, con su mano en el hombro, mientras que él dirigió su mano hacia allá, y tuvieron tacto, como si deseara decirle que necesitaba su consuelo.

-No puedo rendirme.-expresó Levi, y Aster observó cómo él su mano libre, sostenía el calcetín de Kai.-Debo volver por ella.-expresó, con anhelo de volver a ver a su hija.

-Eren está en la boca.-ellos miraron a Mikasa, el ave volaba cerca del titán, y ella estaba dispuesta a hacer tal acto, se amarró aquella bufanda en símbolo de su relación con Eren, y fuertemente apretó sus mangos.-Lo matare, ayúdenme.-les pidió ella, y Levi, asintió, sin saber que Armin estaba consiente de lo que harían, y ayudaría.

-Lo tengo, Mikasa.-comentó Armin en el interior de su titán, él estaba sin casi fuerzas, pero sostenía la cabeza de Eren.

Levi y Mikasa se elevaron en el cielo, sabían que Aster ya no podía dar más, había sobrevivido hasta el final, pero aún así, ella también intentó ayudar. Junto a Levi, se elevaron con los lanza truenos, y fuertemente apuntaron a la boca de Eren, dándole al punto. Ambos se deslizaron, y cayeron juntos en el ave, se miraron con nostalgia, la amistad de ambos había llegado muy lejos, era una hermandad. Él bajo la cabeza, y se quedó así, mientras que ella tan solo entendió lo que sentía. Ella no podía sentir lo mismo, pero entendía que estaba sufriendo y que ni siquiera el amor tan grande que tenía por su hija, llenaría ese hoyuelo que su gran amor, le había sellado años atrás cuando la encontró, y la amo incondicionalmente como él jamás había amado a nadie. Miraron al cielo, y supieron que alguien más había tenido valor, había tenido los pantalones en su sitio, y el corazón encerrado para hacerlo, Mikasa había finalizado con la agria vida de Eren Jeager. Su hoja había hecho un leve corte, uno solo, y pudo arrancar de raíz la cabeza de a quien siempre amo, y protegió, su familia desde el principio. Allí la observaba aquella niña, con una sonrisa, por haber hecho lo que tampoco pudo jamás hacer, dejar ir.

Entre esa luz, y acción, la conciencia de Eren aún yacía en un leve limbo, pero provocó que Armin se quedara desorientado ante yacer en un tipo de dimensión alterna. O quizás, era un vago recuerdo que sin duda, no recordaba. Reabrió sus ojos, encontrándose con aquel callejón de ShingaShina en donde solía ir, en donde siempre cada día esperaban a Kira en las tardes, pero solo estaba Eren y él ahí. Eran niños, y Armin desorientado les observaba. No podía acercarse tanto a ese recuerdo, si es que lo era, porque él no recordaba haber vivido ese día. Su yo niño estaba algo aturdido, y él de Eren, se veía deprimido. Su cara era de aborrecer, era el mismo rostro que fue capaz de presenciar hace días, cuando el fin de su amistad con Eren llegó, en aquella sala a través de golpes, y de palabras hirientes. Aún así, le daba melancolía ver a ese niño, Eren siempre fue su primer, y mejor amigo, y verle en ese estado le hacía recordar los días vividos, aquellos que ya no se podían devolver, por más que deseara. Observó, se sentía real esta memoria, podía sentir el viento, y sus pies tocar el césped, pero hace un momento él estaba en un campo de batalla, hace un momento estaba dispuesto a acabar con Eren.

-Hey, lo entiendo. Lo hiciste por el futuro que viste usando el poder del titán de ataque.-veía como su yo de niño, hablaba, hablaba de algo que él no entendía.-¿Pero, en verdad tenías que golpearme tanto?-le preguntó a un Eren cabizbajo.-¿Por qué ponerme de rodillas era tan importante?-se preguntaba, como si hubiera visto algo que ya Armin hace poco había visto, o incluso, presenciado y sentido.

-Estaba tan desesperado en alejarlos de mi, en salvar la vida de Kira, que ni yo mismo pensaba. Incluso me cuestioné que estaba haciendo, solo me deje llevar por el momento.-decía Eren, cabizbajo.-Lo siento.-se disculpaba.

-¿Entonces Kira morirá?-preguntaba Armin, inquieto, y creó que este Armin que los estuviera escuchando se tensara, pero era muy tarde, y él no lo sabía.

-No podremos salvarla, yo lo intente, pero ella siempre deseaba hacerlo, porque sabía que si ella no moría, nada podría detenerse.-le decía Eren, y Armin le miraba con mucho miedo.

-¿Por qué ella debe morir? Yo no quiero que muera.-musitaba Armin, entristecido.-Ella es muy importante para mi, no lo entenderías.... -susurró, y Armin si entendía, este que presenciaba la situación, entendía.-Este no es el verdadero tú, deberías contárselo a Mikasa. Debiste haberla lastimado con todas esas palabras sin sentido-le indicaba Armin, vagando una que otra palabra.

-Si, tienes razón... -susurraba Eren, aún lado de Armin, bastante avergonzado, ambos observaban aquel lago.

-Todo fue... para apartarnos de ti. Y hacernos ver como los héroes que salvaron la humanidad de la extinción al cazarte.-Eren asentía ante el argumento de Armin, y este, se veía desconcertado, e inconforme.-¿Como no podrías ser visto como la salvación de cada sobreviviente de la sociedad?-le preguntó.-Le dieron la espalda a Paradis, a pesar de ser "los demonios de la isla", para plantearse al lado de la humanidad. Probablemente se convertirán en los seres más respetados del mundo.-comentaba, observando a Eren, quien se quedaba en silencio, escuchándole como siempre.-Así que, ¿querías que fuéramos como la familia Tybur después de la gran guerra?-preguntaba, curioso.-¿Se supone que debamos proteger a la isla de las represalias de la humanidad fuera de los muros?

-No serán capaces de tomar represalias tan rápido.-le interrumpió Eren, dejando a Armin confundido.-El retumbar matara al ochenta por ciento de la humanidad.-le dijo fríamente.

-Tú... ¿en verdad debes llegar tan lejos por nuestro bien?-preguntaba, observando cómo Eren se levantaba de su lado.-¿A donde vas?-le miró, viéndole darle la espalda.

-Kira llegará en breve, es mejor que no nos encuentre y piense que llegaremos tarde, volveremos cuando haya llegado aquí. Nos encontraremos con ella.-le decía Eren.-Iremos a donde siempre quisimos ir, caminemos mientras hablamos, sobre nuestra fundadora Ymir.-Armin fue a levantarse, pero el ambiente se distorsionó, y el Armin actual, observó cómo yacían convertidos en adolescentes, y estaban en un terreno que jamás había visto, si no tan solo, en sus libros.-Así que esto es el agua en llamas, está fluyendo como un río.-le explicaba a Armin, quien observaba todo abiertamente asombrado.-¿Hasta donde me quede?-le preguntó algo confuso.

-Dijiste que el poder de los titanes continúan existiendo porque Ymir ha estado obedeciendo al rey Fritz por dos mil años.-decía Armin, mientras que Eren asentía.

-Correcto.-expresó aquel joven de verdosos azulados ojos.-Él quemó su pueblo, mato a sus padres, y le cortó la lengua. Pero incluso cuando ella alcanzó los poderes de un Dios, siguió obedeciéndole.-comentaba Eren, dejando a Armin desconcertado.

-¿Qué podría haber causado que ella hiciera eso?-le preguntó curioso.

-Cuando nos tocamos en los caminos, sentí algo que no podía creer. Ymir la fundadora, amaba a Karl Fritz, era eso lo que la ataba a mi.-decía Eren.-No puedo entender lo que existía en el corazón de Ymir, pero sabía que estaba en agonía, y que anhelaba la libertad. Incluso la misma Ashanti Kamura me dijo, que su deseo era liberar a su amiga de eso, todo siempre se ha basado en el amor, la amistad o hermandad, los actos y sacrificios que hacemos para que los otros vivan.-continuaba.-De hecho, nadie lo sabría en el futuro, pero Ashanti de quien te practique al principio, es la madre de Kira.-Armin abrió los ojos grandemente.

-¿Elizabeth?-se preguntó confuso, sin acoplarse mucho.

-Si.-afirmó Eren.-Por dos mil años, junto a Ymir buscaba a alguien que la liberara de la agonía del amor, luego ese alguien apareció.- Armin lo miró, esperando respuesta, sin saber que siempre estuvieron delante de sus ojos.-Fue Kira, y Mikasa.-le dijo.

-¿Kira y Mikasa?-pregunto Armin, de una manera confusa, con la imagen de sus dos mejores amigas en su mente.

-¿No me estabas prestando atención?-le preguntó Eren, molesto, sabiendo que era una información valiosa, y ambos, yacían en un ambiente de hielo, con auroras boreales en el cielo, alumbrándoles; Armin estaba cautivado.

-¡Si lo hice!-afirmo, observando aquella preciosidad.-¿Por qué ellas?-pregunto, mirando a Eren.

-Porque el propósito de Kira siempre fue guiarme hasta donde iré, sus decisiones, cada una de ellas crearon que mi camino se dirigiera hasta allá.-contaba Eren, sin Armin saber que en su mente, estaban los azulados ojos de Kira, y su hermosa sonrisa.-El problema es el sacrificio que debería aceptar, porque ambos sacrificamos nuestro amor, para que todo se diera como debía ser. Ymir observó, y respetó cómo Kira a pesar de todo, sacrificó su vida, para no abandonarme, y ahí supo entender que eso sí era un actor de amor, no como lo que ella sentía por Karl, el amor que presenció de mi hacía Kira, la hizo entender lo que llevaba ese significado.-continuaba.-De Mikasa, es algo que solo Ymir sabe. La única cosa que se con seguridad, fue el resultado de la decisión de Mikasa. Todo eso fue para llegar al resultado, es por eso que seguí avanzando.-indicaba, Armin le daba toda su atención, entendiendo de a poco.-Mate a cuatro quintos de la sociedad, e hice que se mataran entre ustedes en Paradis. Hice que todos mis preciados compañeros se involucraran en esta batalla sin saber si sobrevivirían, excepto Kira; siempre supe que moriría, y me negaba aceptarlo, me negaba. Yo quería que ella viviera, realmente lo quería... -musitaba, estremeciendo a Armin, quien no tenía claridad de lo que pasaba afuera de esa dimensión.

-Ese es el futuro que viste en la ceremonia de condecoración, ¿No?-le preguntó Armin, mirando a Eren.-Has estado solo desde entonces Eren, debe doler.-expreso, teniendo empatía, lógranos entenderlo.

-Armin, mi cabeza es toda una confusión. Nel poder del fundador la ha hecho así, de tal forma que no existe, pasado o futuro, todo existe de una vez. Así que, tuve que hacerlo.-le decía Eren, cabizbajo.-Ese día, no era el momento de Berthold de morir. El único que lo dejo ir, y la hizo ir por ese camino... -el recuerdo de la muerte de Carla Jeager llegó, indicando que Eren guió aquel titán hacia ella; Armin se quedó tenso, y sintió mucha más empatía por la terrible situación que conllevó Eren, todo este tiempo.

-Vamos, Eren... -Armin y él se entrelazaron sus manos, el lazo de amistad les alumbraba, y ambos se encontraron parados en la orilla del mar.-¿Y que estabas pensando?-le preguntó Armin, notándole pensativo.

-¿Sobre que?-preguntó Eren, ambos observaban el mar, y el cielo delante de ellos.

-Sobre Mikasa.-indicó Armin.-¿Crees que pueda continuar sin ti?-le preguntó.

-Bueno... quien sabe.-respondió Eren, creando que Armin le mirara desconcertado, creando que su nudillo se cerrara, y automáticamente, golpeara la mejilla de Eren, dejándole caer en el agua, humedeciendo su ropa.

-"¿Quien sabe?"- volvió a repetir Armin con sarcasmo, mirándolo con encojo.-¡No recuerdo haberte perdonado!-le indicó.-¿En que piensas al despreciar así el amor tan genuino que Mikasa te tiene?-le preguntó a Eren, quien estaba cabizbajo.-Ha sido la mujer que te puso por encima de los demás, hasta de su propia vida, ¡Eren!-le decía, enojado, y Eren entendía, sabía los sacrificios que ella había hecho, era su hermana, era su familia, era quien más estaba sufriendo.-¿De verdad crees que será fácil para ella continuar?-continuaba preguntándole, desconcertado. -Tú no lo entiendes... -susurró

-Lo entiendo más que nadie.-afirmó Eren.-Siempre amaste a Kira, de la misma manera que yo o incluso de Levi, pero fuiste el más valiente de todos en aceptar que no debía ser.-Armin abrió sus ojos grandemente avergonzado ante esa confesión, era un sentimiento que nadie conocía, que no pensó que él mismo Eren supiera.

-Lo acepte, porque jamás fui egoísta con ella. Nunca pudiera haberlo sido con la única persona que dio todo por mí desde el principio, jamás me abandonó, a pesar de que mi vida reemplazó la de su hermano.-le decía, defendiendo su pasado sentir.-Yo quisiera que ella siguiera viviendo, y siendo feliz. Lo merece, más que nadie en el mundo.-esbozaba, resentido, sabiendo que ella no había vivido feliz la mayor parte de su vida.

-¡No quiero eso!-grito Eren, con sus ojos humedecidos.-Aún después que yo muera, ¡quiero ir y buscarla!-gritaba, furioso, mirando a Armin.-¡Quiero encontrarla, y amarla con todas mis fuerzas porque en esta vida no pude hacerlo por ella!-confesaba, impotente.-Toda esta travesía, fue buscando una esperanza de que al final, Kira no tuviera que morir, pero su amor por mi a pesar de todo, era tan genuino que no podría abandonarme en la eternidad. Todo lo que hice, fue por ella. Con el anhelo de amarla libremente en la otra vida.-musitaba, cabizbajo, y con las lágrimas recorriendo sus mejillas.

-Wao, no esperaba algo tan poético, pero eso sonó bien.-dijo Armin, en una sonrisa ante Eren revelar sus sentimientos.

-No quiero morir.-expresó Eren.-Quiero estar con todos ustedes, quiero pedirle perdón a Mikasa, quiero enmendar todo.-dijo, mientras que Armin se colocaba de cuclillas, a su lado.

-Eren, no te rindas. Podemos encontrar una manera. ¡Solo no te rindas!-le pedía Armin, mientras que sus ojos, se humedecían.

-No... -denegó Eren en un susurro.-La razón por la cual pelee, ya no está respirando en la tierra actualmente, no quiero vivir en un mundo donde ella no esté.-decía Eren, sin que Armin pudiera entender porque Eren decía eso.-Aún así, estoy seguro que nadie de todos esos quienes murieron por mi, querían morir. ¿Como podrán perdonarme?-se preguntaba.-Incluso si no lo quisiera, ustedes me detendrían al final. Creo que aún así, aplastaría al mundo. Nivelare todos los bosques, y habré dejado insectos carroñeros unos días después. Quería dejar la superficie como un espacio en blanco.-esbozo, y es que, delante de ellos se avecinó la gran imagen del ambiente catastrófico que dejó Eren, sangre y cuerpos aplastados.

-¿Por qué?-preguntaba Armin, y Eren tan solo tenía en su imagen, una memoria de su padre, quien lo abrazaba siendo a penas un bebé.

-Yo no sé por qué... pero quería hacerlo, tenía que.-le indicaba Armin, quien le miraba detenidamente.-Armin, es hora. Borrare tus recuerdos de este lugar.-Armin se tenso, pero aún así, no se denegó.-La próxima vez que nos veamos, intentaremos matarnos. Quizás al final, lograras poder recordar todo, cuando haya terminado.-le confesaba.

-Eren, gracias.-Eren, con una expresión triste observó cómo Armin en su mano tenía un coral, aquel que había encontrado la primera vez que fueron, juntos.-Te convertiste en un genocida en masa por nosotros. Prometo que no dejaré que esto haya sido en vano.-sus lágrimas amenazaban por salir, pero ya debía irse, ya debía volver a la realidad.

-No sé que sucederá después que yo muera, pero se, que podrías lograrlo al otro lado del mundo. La humanidad será salvada, por ti.-un abrazo, un fuerte abrazo y una gran despedida los arropo, y una memoria de Eren fue plasmada en Armin.

Un ave, una ave se plasmó en la memoria de Armin. Un ave volando en los aires, siendo libre. No entendía porque, pero supo, que todo ese tiempo, aquella ave que les persiguió en el cielo, siempre fue Eren. Todo se vio borroso, y los vapores yacían en aquellas tierras de Marley, todo estaba acabando. El poder de los titanes des prevalecía, con un signo de esperanza, y el renacer de una nueva luz. Armin estaba tirado en el suelo, había escapado de su titán, y mucho vapor estaba a su alrededor. Estaba confuso, y sin comprender, pero reabría sus ojos de a poco. Se fue sentando poco a poco, recordando. Quería reincorporarse, pero no pudo. Sintió algo, algo estruendoso y vacío en su corazón. Elevó su mirada, y lo que vio, fue desastroso. Aster estaba arrodillada, y estaba inmóvil. Él se levantó de a poco, retomando aire, tenía miedo, y no entendía porque ella estaba ahí, y más de esa forma. Sus pasos se escucharon, y ella alzó la mirada, estaba tranquila, porque sabía que él estaba ahí, pero la mirada de ella, le transmitió miedo. Ella tenía sus ojos húmedos, y él aún no había visto lo que ella si, pero Armin cayó de rodillas, con sus ojos abiertos como platos.

No sabía cómo procesar lo que veía, ni mucho menos entenderlo. Sus manos temblaban, Aster bajo la mirada cabizbaja, sin tener atrevimiento o mejor dicho, valentía para aceptar lo que Armin debería aceptar. Sus ojos se humedecieron, y las lágrimas se desbordaron con rapidez, pero no sabía que hacer. No entendía porque su cuerpo aún estaba en una pieza, él no sabía que ella había caído al vacío cuando Levi tomó la acción de dejarla ir, pero su cuerpo no quedó destrozado, estaba con un gran hoyuelo en su pecho, y sangre aún recorriendo. Su piel estaba pálida, y sus ojos estaban cerrados, su pecho no subía y bajaba, ella estaba muerta. Armin desgarró un sollozo, un sollozo que rompió en mil pedazos a Aster. Él colocó su cabeza en su abdomen, y empezó a llorar con sentimiento. Ni siquiera era capaz de observarla, de observar a Kira, a su mejor amiga, a quien siempre amo, a pesar de todo. Agarro sus manos, y las llevo a sus labios, besándolas, no podía creer que Kira estaba muerta.-Levántate por favor, déjame decirte adiós, por favor, por favor.-pedía tembloroso, llevando sus manos al rostro pálido de Kira, mientras que Aster evitaba derramar más lágrimas.-Abre tus ojos, ábrelos, no me dejes, no me dejes... -decía continuamente.

-¡No me dejes así!-gritaba, observando a Kira detenidamente, pero ella no se movía, ella no despertaría.-¡Vamos, levántate, levántate!-gritaba de manera desgarradora, mientras que Aster tapaba su herida, y bajaba la cabeza, no quería llorar, no quería sufrir más, pero ella no quería abandonar a Armin, no podía, y se digno en escuchar.-Yo, yo no puedo permitir que mueras así. Tú me salvaste, tu fuiste quien me enseñaste a ser valiente, ¡todo fue por ti!-le gritaba, pero sollozaba al saber que no despertaría.-Sabía que morirías, pero no quería aceptar que te perdería.-bajo la cabeza y volvió a colocarla en su abdomen, mientras que se aferraba a su cuerpo.-Kira... -sollozaba, viendo aquel vapor.

-Perdóname.-decía Aster, aturdida.-¡No pude salvarla! ¡Perdóname!-su cuerpo se estremeció, observando fijamente el cuerpo de Kira, y viendo cómo Armin se levantaba, para abrir la palma de Kira, y quedando ambos aturdidos.

-Aún así, te fuiste con ella en tu corazón.-musitó Armin, viendo el calcetín de Kai.

-Armin.-Aster y Armin se giraron, observando a través del vapor, un cuerpo que se aproximaba, y nada más podía ser peor, que ver a Mikasa caminar hacia ellos, con la cabeza de Eren Jeager en su mano.

La mirada de Armin demostró más dolor, uno que ni la misma Mikasa podía, ella estaba aún aturdida por el acto tan valiente que hizo. No sabía cómo ambos debían procesarlo, pero en el suelo, yacía el cuerpo sin vida de Kira, y en los brazos de Mikasa, la cabeza como símbolo de la muerte de Eren. Ambos perdieron a sus dos seres más importantes, y fue un golpe devastador. Armin nuevamente grito, estaba desgarrado y su corazón ya no tenía ritmo. Junto a Mikasa, se arrodillaron en el suelo, aún lado del cuerpo de Kira, y sosteniendo la cabeza de Eren. Armin la sujetó, y lloró desconsolado. Por otro lado, Mikasa colocaba su mano en el pecho de su mejor amiga, de aquella a quien amo, protegió y enseñó. Veía su rostro apagado, al igual que el de Eren, era una pesadilla, un largo sueño del cual querían despertar, pero no podían. Ella tuvo que morir, porque no hubiera soportado verlo morir. Y él, tuvo que morir, porque él no lo hubiera soportado. A pesar de todo, de lo arduo que fue el camino, al final, terminaron yéndose hacia la eternidad, juntos.

-Armin, ¿ya lo recuerdas?-le preguntaba Mikasa, con sus lágrimas marcadas en sus mejillas, observando a Kira.-Cuando Eren vino a visitarnos....

-Si, lo oí... el resultado de tu elección.-susurró Armin entre lágrimas.-Él haría que el poder de los titanes, desapareciera del mundo.-esbozaba, mientras que más allá, todos sus amigos, yacían recuperando sus alientos, incluso esos a quienes creyeron haber perdido.

-Debo irme... -le decía Mikasa, aturdida.

-¿A donde?-le preguntó Armin, entregándole la cabeza de Eren a ella.

-Si me quedo aquí, dudo que le den sepultura.-le explicaba.

-Cierto, llévalo a un lugar, en donde pueda descansar tranquilo.-le pidió Armin.-Yo la llevaré hacia Levi, la llevaré a que puedan decirle adiós.-expresaba Armin, mirando a Kira, con lágrimas en sus ojos.

-Eren siempre le gustó tomar siestas ahí, en aquel árbol arriba de la colina donde siempre esperaba a Kira.-musitó Mikasa, Armin la miraba con enorgullecí miento, ella estaba siendo valiente.

-Si... es un buen lugar.-le dijo, viendo como ella le daba la espalda, viendo como ella se iba, y él, solo se quedó mirando el cuerpo de Kira.

Todos estaban confundidos, e incluso desconcertados con este final. Connie y Jean, renacían del vapor, con sus ojos humedecidos e impotentes, la vida de Eren, costó sus salvaciones, y ellos, no podían aceptarlo. Ni siquiera la misma Annie o Reiner, estaban aturdidos, y deseaban verle una vez más, o la misma Pieck expresaba como le gustaría haberle hablado, pero no podía. La conmoción llegaba a los corazones más puros, y las familias se reunían. El cielo volvía a nacer junto a las vidas que perdieron esperanza, a través del vapor, todo proseguía, y entre esos vapores, la vida les brindó lo que nunca pudieron tener. Levi observaba confuso, sentado y parapléjico desde esa roca. Su corazón estaba heridos, y su cuerpo también. Había caído brusco del titán de Falco, luego de que el poder del titán, se desvaneciera. Él miró adelante, y su cuerpo se erizó.-Supongo que este es el resultado, de que entregaron sus corazones.-decía, viendo en el vapor a sus allegados, aquellos a quienes perdió. Llevo su mano derecha a su corazón, y entre lágrimas, logró calmar su corazón, ante ver una vez más a Erwin, a Hange, y a todos esos a quienes quiso. Los vio poner sus manos en sus corazones, sus lágrimas se derramaban, su corazón estaba roto, y tan solo veía los ojos azulados de Erwin, le recordaba a la mujer que había perdido, para siempre, y la buscaba a través de ese vapor, pero no la veía.

Entre esos vapores, Jean y Connie, quedaron aturdidos. Todos veían a esas personas, a esas de quienes no pudieron despedirse, y que sus corazones no pudieron dejar ir.-¿Sasha?-se preguntaban con sus ojos humedecidos, viéndola sonreír, y con su mano derecha en el corazón. Lloraron, y se quedaron idos, sin movimiento, porque a través de ese vapor, lograron ver claramente la imagen de Marco sonriéndoles. No supieron cómo moverse en cuanto vieron a Ymir, aquella a quien de seguro Historia le hubiera gustado ver, el vapor se iba, y a través, pudieron ver a Armin, a Armin y Aster caminando. Quedaron desconcertados y confusos, veían cómo él sostenía un cuerpo, y como caminaba con dificultad. Quisieron acercarse, pero tan solo sintieron la falta de aliento en cuanto vieron esa larga cabellera rubia, y como su cuerpo estaba sin vida en los brazos de Armin. Él tenía sus ojos húmedos, y sus lágrimas aún caían, pero hizo lo que debía hacer, en cuanto decidió bajarse en cuclillas para darle el cuerpo de Kira, a Levi en brazos. Nadie podía creerlo, pero se acercaron. Levi esbozo un sollozo, uno que estremeció sus almas.-No puede ser.-fue lo que susurró Jean, sin comprender en qué momento, pero Kira estaba muerta.

-Tú eres donde siempre perteneció, capitán.-le dijo Armin, arrodillado aún lado de él, mientras que Levi abrazó con fuerza el cuerpo de Kira.

Armin bajo su cabeza, y llevó su mano a su hombro, al igual que Aster. Jean, y Connie se arrodillaron con sus ojos llorosos, con sus sollozos bajos. El mismo Reiner se acercó, junto a Annie, quien venía acompañada de Falco y Gabi. El ambiente estaba triste, pero se arrodillaron, con las memorias de esa rubia. Levi la apretó y abrazó con fuerza, no había manera de reparar su corazón, o de dañarlo, él solo sintió el apoyo de todos aquellos que pudieron ser capaz de conocerla, de quererla y respetarla. Sus lágrimas humedecían las mejillas de Kira, él estaba aferrado a ella, como si jamás quisiera soltarla. El vapor continuaba, y se tenso ante observar adelante. Él mismo Armin alzó su mirada cuando sintió la inquietud de su capitán, y observó aquel campo de vista que Levi, quedando ido. A través del vapor, se podía ver a Kira. Su rostro estaba impecable, y aunque se veía la mancha de sangre en su camisa, les veía con una sonrisa. Todos dirigieron su mirada allá, estaban tensos, sin creer que ella estaba ahí, y la vieron. Kira llevó su mano derecha a su corazón, y el viento azoto, mientras que su cabello se removía.

Los ojos de todos estaban abiertos, ella miraba detenidamente a Levi y a Armin, como si quisiera transmitirles paz. Una última vez, entregó su corazón. Sonrió, dejando ver su dentadura, mientras que sus ojos y cabello, se veían más brillantes que nunca. Todos estaban sin expresión, porque detrás de ella, estaban todos aquellos del cuerpo de exploración. Veían una imagen que jamás podría ser borrada, y una paz les recorrió cuando sintieron el viento. Kira sonrió, y se giró junto a los demás, mientras que se iba desapareciendo, esta había sido su última despedida, para todos. Armin lloroso, abrió sus ojos grandemente cuando vio cómo Kira se iba, sosteniendo en su mano el calcetín de su hija. Aturdido se dirigió al cuerpo de la joven sin vida en brazos de Levi, y se percató, en cómo en la mano de ella, ya no estaba el calcetín. Sollozo, y nuevamente bajo su cabeza. El viento les daba, pero ya nada sería igual, un nuevo día empezaría, pero la herida jamás cerraría. Este fue un largo sueño del que nunca despertarían, uno que jamás olvidarían. Muchos abandonaron sus sueños, y entregaron sus corazones, pero el sacrificio valió la pena, sin importar que muchas vidas, estuvieran más allá del mar, sin importar que, todo estaría bien, por primera vez en mucho tiempo.

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Próximo capítulo:
A través de ti, Eren. Capítulo final.
La vida no acaba ahí para aquellos que entregaron su corazón.

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