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☽ | CON SU MUERTE.

⋆⭒⋆⭒



"Siempre serás un monstruo, nadie podrá salvarte nunca y créeme, estás destinado a arruinarte tu solo", aquellas duras y crueles palabras rondan por la cabeza de Noé entre que abandona el vecindario en el que vive el lechoso. Escondo las manos en los bolsillos de la gabardina, manteniendo el enorme deseo de poder dejar todo aquel pasado atrás. Sin embargo, la tortura mental no lo abandona y se empeña simplemente en torturarlo todo lo que pueda.

Mira hacia el cielo, vislumbrando pequeñas nubes oscuras que la pincelan y muestran que un apagado y ruinoso temporal se acerca; dejando escapar un largo suspiro, aquel olor metálico y dulzón invade sus fosas nasales provocando que su cuerpo se tense y se detenga en seco.

Dando una rápida mirada hacia atrás, descubre a un curioso chico humano de piel muy blanca y con un cabello azulado observándole escondido tras una farola, para nada obvia la forma en la que cree no ser visto. Retiene una sonrisa ladina para continuar su camino a prisa. La expresión alegre se le borra de inmediato, sin embargo, cuando recuerda a donde va y lo que le espera.

Entonces, evitando el contacto con las personas que se cruzan por su camino, se mete a un callejón sin salida aprovechando que el pequeño espía se ve retenido por el bullicio de gente de repente aglomerado, y sin pensarlo dos veces, desaparece del lugar, aun deseando en el fondo quedarse y hacer que Vanitas enfrente las consecuencias de haber sido descubierto; aunque sin sobre pasar los limites todavía, claro.

Sobrevuela la ciudad con rapidez, llegando a un sólo destino: la mansión de El Amorfo, hogar de su maestro y suyo. Tras descender en el gran conjunto de arboles que ocultan este, acomoda sus ropas y cabello para al menos, no mostrarle a su maestro un aspecto deplorable. Traspasa la barrera oscura que lo protege y oculta, y corriendo se dirije hacia el enorme y extenso campo silvestre en el que le espera una agraciada doncella. Esta viste un sencillo y ligero ropaje de tonalidades moradas, y su cabello oscuro reluce cubierto de yosotis sylvatica, las nomeolvides en otras palabras. Sus irises doradas refulgen con cariño y aprecio cuándo lo visualiza; agarrando en volandas los bordes de su largo vestido para que no entorpecieran su camino, corre con ligereza hacia él y nada más extender los brazos, esta salta abrazada a su cuello.

Le invade un olor a lavanda y entonces... Algo sucede; no le satisface como usualmente, y se da cuenta al momento de que, al enganchar sus dedos largos sobre sus hebras negras, de que es porque su olor no es el de Vanitas. Aquella revelación hace que apriete con más fuerza los mechones sueltos de Dominique y que su mano libre sujete más cerca la cintura estrecha de su amiga. Nota al instante su temblor, y antes de si quiera preguntarle, sus dudas se sueltan sobre su oreja derecha. Siente una de sus manos acariciarle la parte trasera de su cabellera blanca, y esta vez, aquel mimo no le resulta del todo agradable a Noé. Sin embargo, lo deja estar.

—Mi doncella ha escuchado que te va a castigar el maestro. ¿Qué demonios has hecho, Noé? —Todavía sosteniéndola en el aire, sus rostros se cruzan y siente aquel retortijón familiar golpearle el estómago.

Entonces, antes de poder responder, comprende algo novedoso: la palpitación de su tatuaje se ha detenido. Eso le hace entender que la razón de su despertar es la del chico humano, no hay duda alguna. Ahora lo puede confirmar con seguridad.

Sacudiendo la cabeza, contesta a Dominique, sacando de su mente todas esas revelaciones.

—No es importante, Domi. Sea lo que sea que haga, lo aceptaré. Juré ser perfecto para él y le he fallado. —Sus ojos tiemblan con violencia, y aunque intenta mantener la calma, sólo se dedica a abrazarlo mientras le dice que el maestre regresará en unas horas.

Noé lo toma con tranquilidad y colocándola sobre el suelo con suavidad, sostiene su mano derecha delicadamente y la arrastro al campo florar, tratando de que se distraiga y piense en otra cosa que no sea en su castigo. Por momentos lo consigue, porque mientras se acaricia el cabello, se posa sobre la hierba explicándole que esta vez quiere hacer los arreglos florarles de la mansión con las nomeolvides. Noé la escucha atentamente, tratando de ocultar sus nervios y sonriendo como si nada fuese a suceder en las próximas horas.




Un rato más tarde, ella descansa sobre su regazo y dormita suavemente. Noé se dedica a acariciar su cabello, buscando eliminar su expresión confusa y temerosa del rostro. Entonces, perdido en su rostro angelical y sin ningún ápice de preocupación, huele a Louis acercándose a su posición. Cuando se posa enfrente de ellos, mantiene silencio a esperas de lo que vaya a decirle, pero tras esperar unos segundos en los que prefiere optar por silencio, se ve obligado a alzar la vista.

Su rostro es indiferente e inexpresivo. Sus ojos dorados, tan parecidos a los de Domi, brillan con una luz oscura y mantiene sus brazos detrás de su espalda en una posición un tanto rígida. Sin embargo, por la forma en la que sus hombros caen un tanto hacia abajo y por los muchos años que Noé lo conoce, sabe que también esta preocupado por él.

Una sonrisa pequeña presentan sus labios al descubrirlo con las manos en la masa, aunque se tensan cuándo siente su mano helada alzarle de la barbilla para conectar sus miradas. Lo siguiente que dice solo hace que el desconcierto se apodere de su ser.

—Te advertí que acercarte a los humanos sólo te traería problemas. ¿Acaso ya has olvidado lo que sucedió con Gilbert? ¿No aprendiste ninguna lección con su muerte? —Noé se aparta de su agarre, sintiendo que al momento la molestia invade su interior.

Trata de respirar varias veces, quizás intentando que la rabia se mantenga en resguardo y no hacer daño a una de las personas que más quiero de este lugar; por este motivo, suspira levemente tratando de encontrar un sentido oculto a sus misteriosas y desdeñosas palabras.

—No hace falta que os preocupes por mi. Sea lo que me tenga preparado el maestro, lo afrontaré con la cabeza bien alta, ¿entendéis? En primer lugar, ha sido culpa mía por dejarme llevar por tantas libertades, así que... —Niega con la cabeza al escucharlo y al volver conectar sus mirares, ve en ellos sentimientos ocultos que Noé no es capaz de discernir todavía.

Louis se dedica a mirarlo un rato más, hasta desaparecer en dirección al interior de la mansión. No dice nada para detenerle y simplemente observa su marchar con un peso en el corazón. Domi se remueve en su sitio pero no se levanta; muy probablemente estaría escuchando su amena conversación, pero es lo bastante lista para no dejarse al descubierto. 

Entonces ahora solo en compañía de la bella dama, Noé se dedica a observar el hermoso pasto que le hace compañía y que le deja iluminado por sus miles colores y fragancias a las que nunca podrá acostumbrarse. Permanece allí, posiblemente, una media hora más cuándo siente ese característico cambio de ambiente. Eso sólo le indica la llegada de su maestre.

Domi al momento le brinda un dulce beso en los labios, un simple roce, pero es suficiente para sentir un fuerte frío emanar de ellos. Le deja una sensación de vacío y que solo aumenta al sentir la presencia de su maestro tras de él.

 —Mi querido Noé, ¿habéis estado esperando todo este rato? —Este asiente aún sin darse la vuelta para mirarle. No se atreve todavía.

Sin embargo y para su sorpresa, este toma asiento a su lado y se dedica a observar, justo como él, el brillante campo florar que se muestra ante ellos. De soslayo, Noé se fija en su rostro de cristal y vislumbra su ceño fruncido. Aquello solo le da a entender que hay algo rondando por su mente; no obstante, aprovecha para hablar al ver la oportunidad.

—Maestro, lamento haber tomado tan malas decisiones..., Nunca he querido defraudarle, sin embargo... —Su señor levanta una de sus manos cubiertas por guantes de terciopelo negro, acallando sus inútiles palabras para excusarlo por sus acciones.

Mantiene silencio ante su orden sin pronunciar y por unos segundos, la situación se vuelve tensa y siento que en cualquier momento, lo va a sostener del cuello como hizo horas antes y que la desagradable sensación de hundirse en un vacío atosigante va a regresar con más fuerza. Sin embargo, lo que le sorprende es la forma en la que suspira, como aliviado, y al cruzar mirada solo denota el mismo cariño y aprecio de siempre.

Coloca una de sus manos sobre su muslo derecho y reparte suaves caricias. 

—Es de mi conocimiento que en la noche de luna azul dejaste escapar un cabo suelto. —Nada más escuchar aquella afirmación, siente como si mil agujas se apoderasen de su garganta y se le clavasen con fuerza. Aun así, continua escuchando—. Pero no me encuentro molesto y sé que deberíais recibir un castigo por vuestro error, pues bien, este es: permanecerás a su lado hasta el día en el que yo decida y después, lo eliminarás como hiciste con Gilbert.

Aun cuando su tono fuese algo dulce, estaba envuelto por un veneno que le quemaba y supo que no tenía otra opción. Ahora su nueva relación formada con Vanitas era una obligación y su muerte era algo inevitable. Asiente ante su decisión y entonces, cuándo este se levanta dándole una ligera caricia en el cabello, se prepara para marcharse.

Lo detiene sin poder evitarlo, sosteniendo sus rodillas sobre su pecho algo confuso.

—¿Por qué os interesa tanto ese humano, maestro? —Ni siquiera trata de averiguar como es que sabía de su existencia, porque era sabido que su maestro tenía los ojos por todas partes.

Este le dedica una ligera mirada y siente que un halo de necesidad y nostalgia lo envuelve lentamente. Se siente desconcertado al verle de repente tan vulnerable, pero este dirigiendo su vista al frente, esconde la tristeza de su voz y le habla con aquel tono serio e indiferente de siempre.

—Mejor haceos esa pregunta vos, mi querido Noé: ¿por qué os interesa a vos? —Y sin más, desapareció de su lado, dejando un viento frío que le calaba hasta los huesos.

Noé finalmente fue incorporándose lentamente tras encontrarse a solas y al saber que ni Louis, ni Domi vendrían a buscarle, de un salto se dirigió al palco de su habitación teniendo en mente aquellos ojos que emanaban un azul divino y mágico.

Al abrir las ventanas recubiertas con una cortina blanca esta vez, no tarda en recostarse en su camastro sin importarle el hecho de haberlas dejado abiertas para recibir una corriente de aire

Las sábanas de seda reciben su cuerpo y se envuelve entre ellas. Se revuelve el cabello, sólo pensando en los mismos ojos de antes pero en esta ocasión, asustados y mostrándole el reflejo de la bestia de la luna azul que casi se lo devora. Si no hubiese sido por el tatuaje, quizás ahora...

Pronto cierra los ojos sacando de su cabeza todo aquello y, dejando enterrado el claro y certero pensamiento de lo mucho que se parecían Gilbert y Vanitas.




A la mañana siguiente, le despiertan unos agradables cantores de pájaros y los rayos solares que entran de lleno en su habitación hacen que se despeje. No tarda en recordar su promesa con el joven y humano Vanitas y ahora su nueva obligación con su maestre. Nada más liberarse de las mantas, se encuentra con que en el borde de esta y descubre una nueva muda de ropa, además de un dulce gato muy parecido a la constitución de su maestre; sobre todo, en referente a sus ojos heterocromáticos.

Sujeta estas entre sus dedos, suavemente, y dándose cuenta de que tienen su medida correcta, no tarda en alistarse con ella. El gatito sigue en la cama después de que ya esta listo y debajo de sus patas encuentra una nota. Con ligera curiosidad y cuidado de sacarla entre sus menudas y limpias patas, comienza a leerla.

" Os acompañará en vuestros viajes para que recordéis bien que no estáis solo, mi querido Noé. Su nombre es Murr ." 

-El maestre.

Aquella revelación solo hace que acaricie la cabecita del animal, obviamente, no esperando que este respondiese agresivamente y que le mordiese la mano. Sin embargo, aquello sólo le hace comprender que aquel será la única reacción violenta que tenga con él.

Sin gafarle su buen humor, manteniendo su sonrisa, lo recoge entre sus brazos para salir de la habitación. Sujeta sobre su cabeza aquel sombrero de copa blanca y notando que un ligero cosquilleo le nace por detrás del cuello. Por alguna razón, siente que algo muy divertido va a suceder en el día de hoy.

✮ ; ; Dear, vampires ;

;; ¡gracias por leer y no dejar de apoyar mi historia! ¡pronto nos veremos con más actualizaciones, pero ando muy emocionada con el misterio que parece envolver cada día un poco más a mis queridos chicos! los amoooo.

Se despide xElsyLight.

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