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☽ | RASTROS DE SANGRE.

⋆⭒⋆⭒


Mientras Noé sobrevuela los altos edificios de la ciudad, siente que un agradable fresco se reparte sobre su rostro y que amenaza con dejarle caer su nuevo sombrero de copa alta. Pero se mantiene firme, gracias a que lo sostiene con su mano libre entre que en su brazo libre, se estruja su gato Murr; aparentemente no es tan apacible y manso como se creía en un principio. Aun así, no se molesta porque le resulta bastante adorable.

Cuando cruza por una tienda de conveniencia algo ocurre, algo que sorpresivamente le hace perder el equilibrio que le ayudaba a volar: su vista se vuelve borrosa y varias imágenes novedosas y traumáticas invaden su cabeza.

En ella aparecen varias masas calientes a sus pies, con múltiples charcos de sangres cubriendo sus altas botas de cuero. No está sobrevolando las calles de Francia, más bien se encuentra en una enorme plaza con bastantes cadáveres a su alrededor. Aquella realización, ver sus manos manchadas de esa corrupta sangre solo confirma sus sospechas de que él es el autor que esa masacre. Da un pequeño traspiés, sin saber realmente qué pensar de todo ello.

Dirige una de sus manos hacia su cabello, y una pequeña risa algo desesperante escapa de sus labios. Nunca quiso que un escenario semejante al del pasado, aquel que concernía a Gilbert se repitiese nuevamente y ahora..., Regresa a sus sentidos, deteniendo su caída en el aire y aterrizando sobre un techo de arcilla bordó y por poco se lleva varias de las tejuelas por delante.

Sus rodillas se posan sobre aquel techo deshecho y roto por su impacto, a la vez que su pequeño gato se agarra con garras a su brazo con el propósito de no dejarse caer. Sin embargo, ni si quiera se centra en cómo esas garras atraviesan su piel hasta rasgar la carne; ahora mismo, su mente solo baila en la imagen de si mismo con unas uñas demasiado largas y un rostro, rociado de mucha sangre y con una sonrisa despiadada, satisfecha y, lo peor de todo, todavía hambrienta.

La realidad choca de golpe con aquella visión o posiblemente alucinación, y Noé se pregunta si aquello ha pasado realmente o se trataría solo de una aterradora y asoladora imaginación de su fracturada cabeza. La sangre ha parecido demasiado tangible, pero al mantener la vista clavada sobre sus propias manos enguantadas, nada parece confirmar aquello.

Aquel suceso que termina separándolo de su actual tiempo, se ve interrumpido por un dulzón y agradable olor, sabe a quien pertenece sin tener que oler más de el. Todo queda atrás y su mente resguarda aquellas figuras descompuestas y partidas por la mitad para buscar el origen de aquel olor, en busca de ver a ese humano que logra encender el tatuaje de su nuca y hacerle curiosas cosquillas en la parte baja de su abdomen.

No tarda en encontrarle, más que nada porque su bella figura, tan delgada, tan propicia para su persona con su cabello atezado y brillante, y esa pálida piel que tanto encandila a su vista destacada sobre la multitud. Destaca sobre el resto de los humanos que comparten su derredor, infestándolo de olores desagradables y para nada atractivos. Hay que admitir que incluso su presencia y forma moverse, lo hace verse muy diferente a cualquier humano que pueda ver.

Sus dedos cargan a Murr, ajustándolo de nuevo y de una manera en la que la comodidad regrese con la criatura, mientras en su mente sus ojos divinos, azulados y mágicos, la invaden por completo. Su deseo es volver a verlos, volver a sentir atrapado en esa telaraña helada y enigmática.

Agudiza su vista entonces mientras acaricia el cogote de Murr; este ronronea en sus brazos.

Lo encuentra acompañado de otro chico mucho más alto y de cabellos oscuros, aunque de un aspecto más descuidado que Vanitas. Su piel es algo más clara que la de su humano y desde su posición, puede presenciar su fragancia, la de ambos; al parecer, una historia pasada los une.

Aquello hace que muerda sus labios de improvisto y sin lograr comprender el retortijón que siente sobre su pecho cubierto de telares bastante adinerados, comprende que esa unión se trata de algo muy diferente al lazo que le une con Dominique o Louis.

Aprieta entonces su puño, aquel que esta reposado sobre la cabeza blanquecina de Murr, descubriendo una rabia naciente al comprender que el humano no lo está esperando en la habitación como se suponía que habían acordado. Nota entonces que su tatuaje en la nuca escuece, arde, y nuevamente sabe que la razón es aquel joven de piel lechosa.

Ambos comienzan a moverse y no tarda en seguirlos, casi con desesperación y no perdiéndose detalle de la forma en la que el joven de más altura pasa su brazo por la estrecha cintura de Vanitas. Este no parece advertido de ello, o más bien afectado; como si le diera permiso cuando perfectamente debe ser consciente de que él esta apunto de llegar.

Aquel descubrimiento le hace estremecerse por completo, mientras sus pies se posan sobre la plaza en un hueco escondido entre tanta gente; si bien era buena idea seguirlos por el aire, prefiere a pie por si en algún momento a Vanitas se le ocurriese la idea de mirar hacia el cielo; que lo descubriese dañaría por completo su tapadera. Y no puede permitir regresar sobre sus pasos cuando ha podido acercarse tan bien al humano.

«¿Qué haces con ese otro humano, Vanitas?», inevitablemente la gente que ocupa la plaza se interpone su su camino pero, atravesándolas con rabia, Noé no les pierde de vista.

Algunas de las personas que aparta con brusquedad se quejan de inmediato ante los fuertes golpes, pero al cruzar mirada con el culpable, prontamente se encogen sobre si mismos; jamás en su vida habían visto a alguien con una mirada tan asesina, hambrienta y desquiciada.

Noé continúa su persecución, deteniendo sus pasos metros antes cuando vislumbra que ambos se detienen delante de una enorme fuente de agua. Se han parado a beber, para su desconcierto. Entiende la necesidad de hidratarse, pero en un país con temporales tan fríos como en Francia, teme que su Vanitas se encuentre solo haciendo tiempo.

Dando una vista a su alrededor, no tarda en desaparecer tras varios tumultos de gente que se encuentra bailando músicas tradicionales del país. Nadie le pone verdadera atención y a pesar de ser bastante alto, logra pasar desapercibido. Murr sigue retorciéndose en sus brazos, inquieto ante tanto movimiento y Noé solo espera que se duerma pronto.

Los ojos de Noé se estrechan cuando el humano que no es Vanitas permite que este beba primero de la fuente. Al hacerlo, la forma en la que se inclina deja a la vista su pequeña cintura y no puede evitar fruncir sus cejas nevadas cuando su humano al beber, se incorpora y deja que el otro seque sus labios húmedos con el dorso de su mano mucho más grande. Algo oscuro reburuje en su interior y le nacen muchas ganas de saltar encima de ambos y separarlos.

Se detienen cuando retoman el camino y se ve en la obligación de seguirlos; no obstante, su misión se ve interrumpida cuando Murr se retuerce nuevamente y logra escapar de su brazo. Noé se asusta porque es un regalo de su maestro, lo peor que puede hacer ahora es perderlo.

Lo encuentra corriendo en la dirección contraria al que se encuentra caminando Vanitas y Noé piensa en dejar que se largue por unos cortos segundos, sin embargo, al rememorar cómo pareció arreglar su situación con su maestro, no puede permitir abrir más esa fractura que por ahora parece sostenerse por si sola. Sería arriesgado para la seguridad del humano lechoso.

Chasqueando con molestia su lengua, su buen humor de la mañana desaparece por completo y girando su cuerpo, se propone a atrapar lo más rápido posible a su gato. Da largos pasos hacia aquella criatura que se aleja de su lado como alma que lleva el diablo, y segundos después comienza a correr tras el. Atraviesa muchedumbres y se lamenta de no poder utilizar toda su velocidad vampírica, ya que sería algo muy útil ahora mismo, pero no puede asegurar no llevarse algún extra de por medio. Dar respuestas de sus acciones más tarde, conllevaría mucho más trabajo que evitarlos.

Por eso cede, y persigue al gato en una escena cómica y como haría cualquier otro ser humano. Sin embargo, mientras sus piernas golpean el asfalto siente que no es como siempre. Nota un pequeño estremecimiento en sus músculos que no había podido advertir hasta el momento, un agotamiento interno al que no le encuentra explicación teniendo en cuenta que había estado durmiendo hasta bien tarde.

De todas formas, cuando pretende saltar sobre el gato y teniendo en mente que ya la distancia con Vanitas es mucho más insalvable que antes, unas manos pequeñas y enguantadas con cuero negro aparecen ante su vista para sostener al gato con cuidado.

Al alzar la vista, se encuentra con un joven que no debe superar la edad de doce años. Posee una piel clara, ojos verdes y unas mejillas sonrosadas. Acaricia al gato con expresión complaciente y sus piernas se detienen, al comprender que su carrera finalmente ha terminado.

Respira varias veces, dándose cuenta de que el cansancio de su cuerpo llega a otro nivel; es la primera vez que debe tomar profundas inspiraciones —aunque realmente no sean necesarias— y mantiene sus manos sobre sus rodillas, notando un agudo dolor en uno de sus costados. Se desconcierta no recordando haber recibido un golpe o daño en esa parte de su cuerpo.

«Nunca podrás dejar de huir, ¿verdad?», de repente le invade aquella voz acusadora en su cabeza que pretende atormentarle y decide ignorarla al darse cuenta de que el niño lo mira con ojos abiertos, expectantes.

—Os agradezco por haber detenido a mi pequeño. Me habéis salvado de una carrera angustiante. —No olvida sus modales y este parece encantado con él. Se lo entrega rápidamente en sus manos con una amable pero tímida sonrisa.

Noé no tarda en descubrir la frialdad que emana de sus pequeñas manos, dándose cuenta de que con probabilidad se trate de un ser como él. Aquello lo hace sonreír genuinamente, porque no ha tenido oportunidad de conocer a otros vampiros que no formen parte de su comunidad. Murr viaja entre tanto sobre los hombros de Noé, ya calmado y sin dar la guerra de antes.

—¿Cuál es su nombre? —pregunta el niño, y Noé descubre que no se le dificulta entenderle, porque ha tomado la decisión de hablar la lengua más común: el inglés.

Por el mismo motivo, de acuerdo con el elegido dialecto, responde con naturalidad. Debe lucirse de las productivas clases con Dominique.

—Murr, es un regalo —explica, al ver la curiosidad que parece haberle nacido de pronto. Sin embargo, a sabiendas de que tiene todavía que encontrar a Vanitas, se despide a prisas—. Debo marcharme ahora, pero gracias por vuestra ayuda.

Noé toma la opción de hacer una pequeña reverencia y se da la vuelta, notando un escalofrío que le recorre de pies a cabeza cuando, sin darse cuenta, tiene a un hombre enfrente suya, inclinado para verle al rostro. Abre los ojos con asombro, porque se niega a admitir que no ha sido capaz de preverle con más anterioridad.

Su fuerte olor, su presencia, todo ello le indica que es uno de los de su clase también. Qué bien, piensa, ahora está rodeado.

—¿No andáis muy lejos de casa, Noé, hijo del arca? —Eso es lo primero que le dice y sus ropajes rojizos solo le traen más imágenes a Noé de la escena sangrienta de antes, y sin saber muy bien qué pensar de ello, opta por mostrar confusión ante el hecho de que sepa su nombre.

Sus ojos se cruzan finalmente y ve el enorme parche que le cubre uno de los suyos. Entonces y solo entonces, reconoce de quién se trata y traga grueso al recordar que su maestro le ordenó expresamente que no se le acercarse nunca. Bueno, admite que tampoco puede considerarse como que le ha desobedecido, porque no es él quien se ha acercado primero.

Mantiene la calma y brindándole una de sus mejores sonrisas, responde con tranquilidad:

—¿No andáis vos demasiado cerca de la mía? —Pero deja claramente entrever un tono amenazante. No se anda con tonterías.

En un mundo como el suyo, dejarse sublevar cuando es obvio quién es el mas fuerte, sería una completa ridiculez. Toma una pose altanera y superior, sin temor ante sus mencionadas palabras y por increíble que parezca, admite que aquel hombres es incluso más débil que su maestro. Razón por la que no entiende qué su maestro le diera la orden de mantener las distancias. Si tan débil es, ¿qué mal puede hacerle?, no puede evitar preguntarse.

No obstante le sorprende descubrir una sonrisa de oreja a oreja, bastante tenebrosa y oscura. Noé entiende que no puede traerse nada bueno. Toma por ese motivo una buena distancia, alejándose de ambos personajes al descubrir una apertura entre la gente. Aun así, siente un claro cosquilleo en su nuca porque siente que algo en su interior tiene la enorme necesidad de ser liberada; la ignora porque no quiere ceder ante los deseos primitivos de su bestia.

Decide mantener sus modales y volviendo a dirigirle la palabra, vuelve a despedirse.

—Si me disculpáis, debo marcharme. Ha sido un placer. —Sin embargo, nada más dar una cabeceada y dos pasos hacia delante, aquella voz tersa y grave se deja escuchar con claridad y causa que su corazón se remueva lleno de inquietud.

Jura que puede escuchar los agitados latidos que atacan aquel pequeño órgano.

—Es curioso que en un lugar tan perdido como este, seamos capaces de poder ver, de vez en cuando, alguna mariposa azul perdida y sola, ¿no es cierto? Pienso ir con mi querido sobrino a cazarla la próxima vez. Estáis invitado a venir cuando queráis.

Mis hombros tiemblan mientras me alejo de ambas presencias, y siento que todo en mi interior se revuelve con fuerza. No ubico ningún punto en especial al mirar porque solo pienso en que ambos sabemos, que esa dulce y mágica mariposa de la que habla, es claramente de mi humano lechoso. Tal parece, que no soy el único que le ha echado el ojo encima.

Tal parece que, me llevan viendo desde hace bastante tiempo y que saben que es de alguna manera, especial para mi. Tal parece que, me va a tocar enseñarles que lo que es mío, no se puede tocar.




Un rato más tarde, finalmente Noé ha llegado cerca de la casa de Vanitas y por suerte no ha habido ningún otro inconveniente. Murr sigue dormitando en sus hombros, y de alguna manera algo más aliviado y alegre, camina hasta la casa que ocupa su humano temporalmente.

—¿Lo has leído ya? ¿Cómo vamos a estar seguros si parece haber un asesino loco por las calles? Ya ningún lugar es seguro, dios... —No puede evitar escuchar en el camino a unas señores de mediana edad.

¿Un asesino loco? ¿Desde cuándo?, no puede evitar preguntarse mientras ve que ojean el periódico con bastante interés. Por esa misma razón, al haberle ya picado la curiosidad, justo en la entrada de la casa temporal de Vanitas, ve que han dejado el periódico y que hasta el momento nadie le ha dado un vistazo. No tarda en sostenerlo entre sus manos.

" Las ciudades de Francia y pueblos cercanos ya son lugares seguros para quedarse. Aparentemente, la noche de ayer se han acometido varios asesinatos sin ningún tipo de modus operandi, pero que todos tienen algo en común: un desangramiento en el cuello. Pedimos a nuestros queridos habitantes, que tomen precauciones ante esta situación y que eviten salir muy tarde en la noche, porque parece ser que los sucesos solamente suceden al caer el sol... ", deja de leer el resto de inmediato, repentinamente confuso ante aquella revelación.

¿Cómo si quiera eso era posible? ¿En una noche acabar con tanta gente? Si quiera el hecho de preguntárselo mentalmente parecía de por si una completa locura.

Deja el periódico en su sitio, sin ánimos de seguir leyendo y todo su alegre humor parece haber vuelto ha desaparecer de golpe; pronto se da cuenta de que era una ilusión. Piensa por momentos romper su promesa con el humano y regresar a su mansión, sin embargo, una voz se escucha a sus espaldas y se da cuenta de que ha sido descubierto con las manos en la masa.

—¿Noé? —Al darse la vuelta para atender al llamado sutil pero con carácter de Vanitas, no puede evitar que una sonrisa decore sus mejillas.

Quizás, puede esperar un poco.

—¡Vanitas, buenos días! 

Misma sonrisa que desparece, claro, al Noé verle con el mismo chico de antes.

✮ ; ; Dear, vampires ;

;; ¡muchas gracias por seguir leyendo mi historia! ;3 sinceramente, es su apoyo lo que me hace seguir adelante y lo que me dan las ganas suficientes de llegar hasta el final. estoy muy feliz de que esta sea la primera actualización del año, porque es una historia que me hace muy feliz. que les guste mucho y nos vemos pronto con nuevas actualizaciones.

;; feliz año a todos, y que se cumplan todas sus metas !

→  Se despide xElsyLight.

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